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bargo, pocas veces se dice: ¡amigos mios, en esta fábrica tendrán

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ustedesunsalario que pague real yverdaderamentesu

trabajo;

en

estaminaencontraránVds.pan para su verdadero alimentoen com¬

pensación al beneficio que me

proporcionan;

en esta

tierra

que me

labranrecogerán Vds. el fruto

de

sus

afanes;

no,

nada de

esto se

les

UN TROZO DE HIGIENE 5iy

hacever; trabaja, trabaja sin descanso y en cambio de tu sudor te

daré tres ó cuatro reales , quesi no son bastantes para cubrirtus necesidades, á mí qué meimporta!

¡Es Vd. un bruto, unabestia de carga, un estúpido, un borra¬

cho, un ignorante; no quieren Vds. ir á la escuela, no saben dón¬

de tienen la mano derecha! ¡Es verdad, tiene razón; pero bruto

ytodo, le lleno sus cámaras degrano y sus arcas de buenas mone¬

das de cinco duros!

Hablar de necesidades, de falta depan, de emigración, seráuna sensiblería, como decía no bá mucho cierto personaje, es verdad;

pero ¡ay, de los que así hablan! porque las clases trabajadoras

muchas veces brotan como los volcanes y todo lo arrasan,todo lo

allanan, todo lo destruyen.

¿Alentamos la ociosidad? No. ¿Queremos el reparto de

bienes?

No. ¿Estamos por el proteccionismo? Según y conforme.

Queremosque los municipios, los Gobiernos, lassociedades, los ricos, los fabricantes, los propietarios, los comerciantesy todos los

quenecesitan de esa clasetan vejada, paguen el trabajo, como es

el trabajo en la debidaproporción.

¿Hayfábricas en dondese paga el salario según es el

trabajo,

endonde se socorre á los enfermos, álos viejos y á los inútiles 6 desgraciados, en donde las viviendas tienen condiciones

higiénicas

así comolas fábricas mismas? Sí.

¿Hay propietarios que pagan religiosamente los

jornales,

guar¬

dan atenciones y consideraciones? Sí.

¿Ypara qué citar más ejemplos?

¿Qué sucede en estos casos?

El labrador, eljornalero, el propietario,el fabricante y el obrero,

todos, absolutamentetodos están contentos: los unos aumentansu caudal, los otros cubren perfectamente sus necesidades y no nece¬

sitan alcohol, no roban, no destruyen, carecen de malos instintos,

viven en sana paz y gozan de unavida perfecta.

Los ejemplos contrariostraen laparte opuesta; el ódio constan¬

te y eterno á losricos, el robo, el pillaje, los incendios,

la

cons¬

tante destrucción, la murmuración, el embrutecimiento y tantos

otros como se pudieran citar, ayudados por supuesto por ese

al¬

cohol tan decantadocomo alimento.

No pasaremos en silencio que los medios profilácticos

indicados

5l8 GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO

poralgunos higienistas, de aumentar los derechos que graven á

los alcoholes haciendo imposiblesu empleo y castigandocon pena¬

lidadesseveras á los borrachos y hastaá los vendedores de licores,

no nos parece bastante para desarraigar el vicio; dése alimentoy trabajo, evítese la miseria, la emigración y la ociosidad y si algo queda despues, castigúese entónces cómo y según quieran los le¬

gisladores.

Un punto vamos á tocar que nos parece de importancia ytras¬

cendencia: los pueblos en donde más abunda el vino y el aguar¬

dientees en donde ménos borrachos se ven; la costumbre evita la embriaguez y otra porción de estragos.

Ahora bien; si á esta abundancia se le agregara la "buena ali¬

mentación, estamos segurísimos de que se obtendrian mayores y

mejores resultados, útiles y provechosos bajo todos conceptos,

sin tener que criticar, ni dar disposiciones sobre la materia.

aquí el porqué debiera estudiarse algo más sobre el vino,

los aguardientes y alcoholes para facilitar el que en todas partes

lo hubieraá un precio tal y en tanta abundancia que evitara lo

que se trata de combatir porel encarecimientoy los impuestos.

¡La fruta prohibida esla que se desea comer!

El buen vino, el vino natural, el vino virgen, es decir, el vino privado de adulteraciones y de mezclas, el que se obtiene lisa y llanamente delauva, ese es el queverdaderamente debe preferirse

en todos los casosy á cuya perfección deben dirigirse todos los

pasos ytodos los estudios; los demás sonrefinamientos del gusto,

necesidades de lagula.

Y si áun este mismo vino natural produce en la economía efec¬

tos destructores cuando se pasa de cierto límite ó no se usa cual corresponde, ¿qué sucederá cuando al vino, al

aguardiente

y á

todas las bebidas alcohólicas se le agreguen los producidospor las sustanciasque sirven para las falsificaciones, las adulteracio¬

nesylos artificiosos valoresde las mismas?

Fíjense bien en esto los agricultores; la higiene trata

de

preve¬

nir y deprecaver, ayuda á lafisiología y á

la patología,

y por

lo

tanto aconseja en esta ocasión, que sus designios se verán bien cumplidos cuando ellos, haciéndose cargo de sus

consejos, extien¬

dan el cultivo de la vid, perfeccionen su estudio, fabriquen vinos naturales, buenos y aceptables, aminoren el

precio de la

mercan-UN TROZO DE HIGIENE SlQ

cía ylapresentenentodas partes; de lo contrario, inútil serátratar

deconvencer que ei alcohol esó no perjudicial al hombre, de si es óno esconveniente su uso, de siserá ó no será antisocial, desi es ó no es alimenticio.

Nosotros, al ménos, así lo creemos, y hé aquí explicado el por qué no nos parece tan fuera de propósito el ligar la agriculturacon la higiene, según la salvedadque hacemos al principio.

Positivamente se sabe que el aguardiente de vino es el mejor

entre todos los alcoholes que se puedanbeber, yéndole en zaga el

de remolacha, azúcar, patata, etc., de manera que sabiendoesto también el agricultor, es otrarazón para queextienda másymás el

cultivo de lavid.

Lafalta devino, ó tal vez otras causas, hacen que se fabriquen

los distintos alcoholes conocidos en el comercio muchasveces con una filiación ficticia; pero sabiendo que ninguno de éstos puede competir ni con mucho con el procedente del vino, y que sus efectos destructores son infinitamente mayores que los suyos, todos los fabricantes deben tener especial prurito para que una

vez obtenida la abundancia del vino, sólo y exclusivamente dq

éste se saque el aguardiente, perfeccionando los procedimientos

para su obtención fácil, cómoda, abundanteybarata.

Condenamos en absoluto, tanto en el vino como en el aguar¬

diente, la malafabricación, las adulteraciones, las falsificaciones,

las mezclas, las malas procedencias, y exhortamos á que todo el

mundo trate de simplificar las producciones naturales y censure y delate cuanto se hagaen contrario al buen órden de las cosas.

Creemosque nuestropensamiento al escribir estas líneas, si no desarrollado con la perfección que fuera de desear, está al ménos

bien manifiesto para quetodos se hagan cargo de que también la higienese atreveá daruna lección á la agricultura y á

castigarla

con un palmetazo si no aprovecha la lección.

No hemos querido entrar en másdetalles—áun

cuando

esto sea atrevido el manifestarlo, nuestra inteligenciano nos lo permite; no hemosnombrado siquiera los infinitos vinos, aguardientes y alcoholes que se consumen y conocen, porque, francamente

ha¬

blando, esto más bien nos parece rasgodeerudición quenecesidad

de argumentospara probar nuestro deseo.

Otros hubieran sabido sacar más provecho; ¡ojalá lo

intenten!

520 gaceta agrícola del ministerio de fomento

Si nada bueno hemos dicho, suplicamos al ménos la indulgen¬

cia; pero conste quenuestro propósito al escribir este artículo se reduce simplemente; i.° á noalentará las clases trabajadoras para que busquen enel alcohol el remedio á ladeficienciaen la alimen¬

tación; 2." á protegerlas, separándolas deese camino por medio

de buenos alimentos ysalarioproporcionado ásutrabajo; 3."acon¬

sejar el perfeccionamiento en la obtención de estos productos y en el cultivo de la vid, y 4.° condenarlas sofisticaciones deestos pro¬

ductos como altamente perjudiciales y nocivas al hombre.

Tomás Valera y Jimenez.

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