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LOS AGRICULTORES

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EN LA REDACCION DE LA «GACETA AGRICOLA»

D. Ramón Soler, residenteen Albalatedel Arzobispo, nosdirige

lasiguientecarta:

«Muy señor mío y de mi mayor respeto: Hace mucho

tiempo

quedebía haber escritoá V. dándole las gracias por

haberse dignado

mencionarfavorablemente mis aparatos de incubaciónartificialen

suobra de GallinicuHura, lo que meha producidoalgunospedidos,

y se ha ido pasando el tiempo sin

verificarlo;

pero

hoy

que

vuelve

ustedá ocuparse de ellos en la gaceta Ageícola del lo

de abril,

nopuedo demorar el manifestarle mi

profunda gratitud

por

el favor

que me dispensahaciendo públicos mis

trabajos.

Cinco añoshace que mededico á la construcción de

dichos

apa¬

ratos y al estudio de la incubación artificial comparada con

la natu>

ral. Principié con las incubadorasde armario, por cuyas

tablas

pa¬

saba un tubo de agua caliente; continué con las de estuche,

de los

Sres. Bouiller yArnoult, á las que adicioné la estufilla de

carbón

para calentarel agua en ellas mismas, evitando

de

este

modo el

penosotrabajo de cacharrear

el

agua y

el excesivo

gasto

de

com¬

bustiblepara hacerla hervir, mas el peligro de escaldarse.

Sucesiva¬

mentehe ido perfeccionando susdetalles, al objeto de que

los hue¬

vosrecibanpor igual el calorymantener este lo más constante po¬

sible, durante toda la incubación. Luego construí las llamadas

de

vigilancia, en las que por medio de dobles vidrieras se ven

huevos

y termómetro sin necesidad de enfriarlos;y por

último, construyo

elpequeño aparato llamado Llueca incansable, al objeto

de poner

al alcance de todas las fortunassu adquisición, para poder ensayar

estaindustria.

He disminuido todo loposible elnúmerode aparatos

destinados

á laincubación, suprimiendo secadores, lámpara indiscreta, etc.,

por

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no ser necesarios, enseñando en la instrucción que acompaño, el

medio de sustituirlos; y en losque construyo, procuro que domine toda la sencillez posible, á fin de poner sumanejo al alcance de to¬

das lasinteligencias.

Aunque pequede poco modesto, puedodecir quehe conseguido

resultados bastantesatisfactorios, pues dangeneralmente del 70al 75 por 100de pollos los huevosempleados, ysegúnD. José Bahels,

deEspluga Calva

(Cataluña),

y D. Fermín Yaben de Santesteban

(Navarra), han conseguido el 84 y 85 por 100 respectivamente.

Esto no obstante, estoy lejos de creer que he llegado á la perfec¬

ción de la incubación artificial; pues he aplicado la dilatación de los cuerpos por el calor con el agua, aire y los metalespara podercon¬

seguirmoderarlo automáticamente, y su complicación éinexactitud

en elmecanismo me han hecho desistir por hoy: si es la electrici¬

dad, exige conocimientos que poseen los menos, complicación y gasto especiales.

El dar vuelta á los huevos, quetantoparece preocupaá loscons¬

tructores, es un trabajo tan sencillo, que no merecela pena de que

sediscurrra sobreningúnmecanismoparaverificarlo, pues encinco minutos se da vuelta á 200 huevos con más precisiónque con el tornahuevos de Mr. Fremond, yla telasin fin de quehablaMr. Ra-bent, que hacedos años ensayé también, ydudo mucho que haya,

como él dice, uñar incubadora que produzca una corrientede aire capaz de hacermover una rueda de aspas ó unvolante, y en el ca¬

so de haberla, dudo también de que bajo su influenciafueraposible

la incubación. Además, no he observado en mi constanteexperien¬

cia quela gallina dé vuelta sincesar á sus huevos; lo único quehe visto es que se aproxima con el pico aquellos que están en las ori¬

llas poniéndoselos debajo para que reciban el calor.

Soy de opinión, que en tanto no se consiga construir un aparato

en que el calor ser tan constante é igual como el de la gallina; el aire, el preciso, ni más ni menos, para la eliminación del ácido car¬

bónico producido porla incubación, y dejaren la atmósfera en que sehallan loshuevos el oxígenonecesario para la vitalidad de los embriones y que suministre la humedad necesaria á sustituirla tras¬

piración de lagallina, no tendremosun aparatoperfecto;perotodas

estas

condiciones, acompañadasde mucha sencillez en su manejo,

economía en la operacióny baratura en suadquisición.

550 GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO El no extenderseestaindustria tanto como su importancia me¬

rece, apesar de la perfección relativacon que hoy se construyen los aparatos, consiste, á mijuicio, en que nopueden sujetarse sus

operaciones á unaprecisiónmatemática, comosucedecon otrasin¬

dustrias mecánicas, en las que un muelle óuna rueda puestaen mo¬

vimiento dasiempre idénticosresultados.Aquíse vefrecuentemente

quede ico huevos puestos en los cajones, nacenindistintamenteen todoslos sitios, de éstos, 6o y 70 pollos robustos, mientras losres¬

tantes nacen endeblesunos, y otrosno nacen, quedando el pollo á

medio formar ó formadodel todo, pero ahogado dentro de su cas¬

carón, siendo así, que unos yotros han estadobajo la influencia de

los mismos agentes; calor, aire yhumedad. En las operaciones de

esta industria entraun factor cuya esenciaes, yquizásserá siempre,

desconocida delhombre,y es el huevo consideradofisiológicamente,

si así puede decirse; es un quid divinum, Comodicen los latinos, en cuyos arcanos no le es dado al hombrepenetrar.

Se me dirá, y con razón, que también de los huevosque seponen áuna gallina fallan algunos, otrasvecesmuchos yalgunas todos ó

casitodos, siendo las menoslas que den tantos polloscomohuevos

se les han puesto; pero en esta época de progreso, la

palabra

máquina significa la sumaperfección,y una mdqiiina de incubares

para la generalidad un aparato mucho más perfecto quela

gallina,

conelque entodotiempoy contodosloshuevos,ha deproducir

cada

uno de éstos unpollo, sin tener presente que es una quimera creer que elhombre puede perfeccionar las obras de Dios; gracias que consiga imitarlas.

El que compra una incubadoray tienelasuerte de adquirir

hue¬

vos frescos ybien fecundados, y dirigiéndola, según la

instrucción

que da elconstructor, le resultanmuchospollos, éste diráqueesuna grande adquisición. Elque, porel contrario,ponehuevosenverano,

en que losgallos ygallinas, á fuerza de producir, han perdido su fuezaprolífica, éste conseguirápocospollos yendebles, y

dirá

que

laincubadora es un engaño. Esta es, á mi parecer, la rémora

de

estaindustria.

Sinembargo, el hombre reflexivo que tenga en cuentalaseven¬

tualidades dela incubación natural y las épocas en que ésta seve¬

rificaporlas labradoras que, guiadas porla experiencia, á

ellas

se dedican,verá que, apesar de las imperfecciones deque

todavía

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ece la incubación artificial, tiene ésta inmensas ventajas sobre aquélla, tanto por lasépocas en que setienenhuevosy no setienen gallinas cluecas, como porel indeterminado número de huevos

de una vez puede incubarse, al que con aquélla jamás se puedeque

llegar, sin contar con las condiciones de limpieza y economía de trabajo ydinero con que laartificialseverifica, muy superiores á la natural.

Pongofin á esta larguísimaydifu.'a carta, rogándole á V. que

medispense la libertad queporprimera vez me tomo de molestar

suatención ; y reiterándole mis sentimientos de sincera gratitud, tengo el gusto de ofrecermecon la más distinguida consideración

suatento S. S. Q. B. S. M.—Ramón Soler.-i

Dispuestos siempre á secundar todos los esfuerzos que se hagan

para propagar en nuestros campos las mejoras agrarias, no sola¬

mente tenemos mucho gusto en insertar la carta precedente, sino que excitamosá los agricultorespara quefijen su atención en los aparatos de incubación artificial que construye el Sr. Soler, y que hamodificado, según le enseñó la experiencia, puesel Sr. Soler es ungallinicultor práctico, segúnse desprendede su carta.

*

* *

ElSr. D.JuanFrancisco López, de Polopos

(Granada),

nospide

semillas de coca, sin dudaporque nuestro apreciablesuscritorno se

hafijado en el suelto donde anunciábamos se habían agotado las

queposeíamos.

Igualpeticiónnoshace D. Domingo de Aramburu, de Orendain,

conmás, semillasde Eucalipto y lasrestantes que ofrecimos. Aná¬

logopedido, de D. Fernando Benito, de Zapardiel de la Cañada;

yde

Eucalipto

solamente, D. Alberto González, de Sieteiglesias

(Valladolid).

Hemos remitido las semillas de Eucalipto y algunas de alholva,

querestaban, y enbreve publicaremos instrucciones sobre elcultivo deaquel árbol, para satisfacer los deseos de los agricultores, que usílohan pedido. Entretanto, pueden, los que han recibido semi¬

llas de Eucalipto, sembrarlas superficialmente en mantillo ó en

tie-"l'a de brezo, que procurarán mantenersiempre húmeda.

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