• Aucun résultat trouvé

Índice de Esperanza de Vida (IEV)

Desarrollo humano en Portugal

4.1. Índice de Esperanza de Vida (IEV)

Durante casi todo el período de existencia del hombre sobre la Tierra, la población humana ha crecido muy lentamente. Sólo en mediados del siglo XVII se llegó a los 500 millones de personas, y al primer millar de millón apenas en 1850. Un crecimiento poblacional mucho más notorio empieza en la década de 1920, pocos años antes de que se alcanzaran los dos mil millones de personas, y al rededor de 1950 empieza una fase de crecimiento más acelerado, mayoritariamente causada por una reducción de las tasas de mortalidad en las regiones del planeta más retrasadas en esta variable. Después de alcanzar el máximo más elevado de su historia en el periodo de 1965/70, un 2,0%, la tasa mundial de crecimiento demográfico disminuye, debido a una quiebra en los niveles de fecundidad verificada en la mayor parte del planeta. Pero el número de seres humanos en el planeta sigue subiendo, hasta alcanzar un valor estimado de seis mil millones de personas al rededor del año 2000, casi dos veces y media la población existente en 1950, y la marca de los siete mil millones de individuos se supera en el año 2011. En apenas ciento y sesenta años, la población mundial multiplicó su número por siete, había tardado más de doscientos años en doblar su valor en mil millones en 1850, y toda la historia humana anterior para llegar al medio millar de millón de individuos230.

Portugal, que contaba con un millón de individuos a mediados del siglo XVII, empieza por esas alturas un crecimiento poblacional un poco más acelerado, y a inicios del siglo XIX triplica su población en 3 millones. Después de 1835 tiene inicio un mayor crecimiento poblacional, en 1861 el país llega a los 4 millones de habitantes, a finales del siglo XIX, según el censo de 1890, viven en Portugal 5.049.729 personas, y en 2011 habitan en el país 10.562.178 personas, esto significa que en 121 años, el país multiplicó por dos su población. Múltiples factores de orden social, política, y económica, explican la relativa lentitud del crecimiento poblacional portugués, pero, en contrapartida durante este ultimo siglo el bienestar de la población portuguesa aumentó mucho231.

230 FPNU (2011), p. 2.

231 El primer censo Portugués es de 1864, pero la administración pública hizo un recuento de la población en 1861, y utilizó datos de ese año para hacer una comparación con los valores obtenidos en 1864. INE (1864), p. VI. Cónim (1990). Leite (2005). Veiga (2005), pp. 38-39.

Uno de los indicadores del bienestar que más mejoró fue la esperanza de vida al nacer (e0).

La esperanza de vida al nacer traduce el número de años que una persona en una determinada población puede vivir de media, si las condiciones existentes en el momento de su nacimiento, los riesgos de morir, se mantienen constantes durante toda su vida. En nuestro caso, los valores de la e0 se obtuvieron mediante tablas abreviadas de mortalidad, calculadas con base a las cifras según edades de la población y las defunciones durante determinado período de tiempo, en general un año natural. Las tablas traducen el proceso de supervivencia, desde el nacimiento hasta la extinción total de una generación ficticia232.

Uno de los indicadores más sintéticos de la cualidad de vida, el valor de la esperanza de vida resume el nivel de salud de las poblaciones. Dependiente de causas hereditarias, nutricionales y ambientales, la esperanza de vida es una variable fuertemente condicionada por factores de los más diversos tipos, político, social, económico y científico; desde el valor de la renta, hasta el tipo de vivienda, condiciones de trabajo, el nivel de desigualdad social, acceso a cuidado médico-sanitarios y materno-infantiles, el grupo socio-profesional, el nivel de educación, las políticas públicas, el nivel el desarrollo económico nacional, la organización burocrática, el desarrollo de la ciencia estadística, etc.. Esto significa que esta variable, más que un reflejo de la longevidad y salud, constituye también un importante indicador de la alimentación, habitabilidad, accesibilidad a la sanidad y educación, condiciones laborales, desigualdad, etc., de un determinado grupo de individuos. Las mejoras que más recientemente ocurrirán en términos de e0 a nivel mundial se deben directamente y mayoritariamente a una gran disminución de las tasas de mortalidad, principalmente la infantil. Tal relación explica también el estancamiento que ocurre en las sociedades más desarrolladas durante las últimas décadas: mientras que más y más personas sobreviven hasta la edad adulta, las ganancias en términos de años de esperanza de vida tienden a ser cada vez más cortas233.

La famosa frase de Hobbes, describiendo “la condición natural de la humanidad” como

“corta”, es una falacia basada en la experiencia personal del filósofo inglés, que vivió y murió durante la fase económica agraria preindustrial humana. El que Hobbes llama de “naturaleza humana”, es sólo una proyección de su Inglaterra natal y de la Europa de los siglos XVI y XVII, donde la vida humana era realmente “solitaria, pobre, desagradable, brutal y corta”, como él la

232 Otro método es la estimación directa.

233 Derivado de la naturaleza estadística del indicador, este es calculado para la totalidad de una población.

Amaral (2005), p. 77. Cónim (1999).

describe en su Leviatán234. Pero millares de años antes de Hobbes la e0 no era “corta”, y mientras la humanidad vivió en su estado cazador-recolector, poco se modificó. La situación sólo cambió cuando se pasó a una economía agraria, la llegada de la agricultura aportó un extraordinario aumento de la población, aumento que tuvo como consecuencia un enorme incremento en las tasas de fertilidad humanas, en virtud de una nueva disponibilidad de alimentos, resultante del cambio agrícola. Pero no sólo la fertilidad aumentó velozmente, sino que el fenómeno fue acompañado de una gran mortalidad, en particular infantil, que se refleja en una disminución de la e0. O sea, los cambios que permitieron aumentar el número de personas existentes, también han traído consigo, una menor esperanza de vida. Los valores de la e0 de las sociedades humanas anteriores a la fase agrícola, sólo se alcanzan de nuevo en los países occidentales más desarrollados a inicios del siglo XX (la e0 europea era entonces de 47 años para los hombres y 50 para las mujeres). Diversas causas concurrieron para este escenario histórico235:

1. La dieta variada y rica practicada por los cazadores-recolectores, con la aparición de la agricultura fue substituida por una otra mayoritariamente compuesta por unos pocos tipos de granos, con gran reducción de valor nutricional y consecuencias funestas para la salud humana, y la dependencia de una monodieta cultivada en un determinado territorio, es propensa a originar recurrentes episodios de escasez alimentario y hambrunas graves.

2. Un estilo de vida sedentario, una mayor densidad demográfica, una convivencia constante con animales domésticos y la difusión de nuevas rutas comerciales, crearon las condiciones perfectas para la aparición y propagación de las más mortales enfermedades y las más fatales epidemias humanas.

3. La explosión demográfica, necesitando cada vez más de mayores recursos naturales, generó una mayor propensión a los conflictos bélicos, que en sociedades con una estructura social jerárquica cada vez más compleja, se volvieron cada vez más organizados y destructivos.

Al paradigma demográfico que engloba toda la fase económica agraria pre-industrial humana, se consensó llamar Antiguo Régimen (o régimen tradicional). Esta fase caracterizase por elevados niveles de mortalidad, principalmente infantil, que contrastan con niveles de fertilidad

234 La frase entre comillas es de Hobbes, escrita en su Leviathan de 1651. Hobbes (1996).

235 Bardet et al. (1999), p 134. Ryan et al. (2010), pp. 41 et seq. Robson (2010), pp. 280 et seq. Guzmán et al. (2011), pp. 209 et seq.

igual de elevados o ligeramente superiores. El crecimiento demográfico presenta un equilibrio instable, de tendencia lenta, y con periodos de saldo negativo, fruto de crisis demográficas cíclicas, provocadas por hambrunas, epidemias y guerras, y en general, los movimientos migratorios no afectan los niveles de crecimiento de forma significativa. Es una época de igualdad entre vida y muerte con una e0 bastante baja, en torno a los 40 años. A partir del momento en que, por lo menos uno de los componentes del proceso de crecimiento demográfico sale de aquél régimen tradicional para seguir una evolución diferente, ocurre una transición demográfica. Según el marco interpretativo tradicional de la transacción demográfica, generalización empírica que se asienta esencialmente en el presupuesto de caída de los niveles de mortalidad y de natalidad durante un periodo de largo plazo en consecuencia del proceso de desarrollo social y económico humano, la dinámica demográfica se divide en cuatro etapas históricas distintas236:

“Antiguo régimen”: Se caracteriza por elevados niveles de natalidad y de mortalidad, siendo en general la primera un poco más elevada, lo que origina un crecimiento casi nulo donde se alternan fases de ligeras variaciones negativas y positivas. La fertilidad se encuentra en un régimen natural, o sea, sin ninguna limitación voluntaria de nacimientos. La mortalidad se caracteriza por variaciones periódicas muy elevadas, debido a crisis cíclicas de las guerras, hambrunas, epidemias, etc..

1ª Fase de la transición demográfica: Modificaciones al nivel de la mortalidad, con una caída acentuada estable. Al mismo tiempo la tasa de natalidad mantiene valores constantes, continuando con la alta tendencia del período anterior, en general el doble del valor de la mortalidad, hecho que origina un elevado crecimiento demográfico.

2ª Fase de la transición demográfica: Reducción acentuada del crecimiento natural. Hay una caída continua en los niveles de natalidad, mientras que la tasa de mortalidad sigue en tendencia ligeramente decreciente. Esto origina un crecimiento demográfico, que a veces llega a ser elevado, pero de tendencia acentuadamente decreciente.

Régimen demográfico moderno: Fase de “crecimiento cero”, se retorna al equilibrio entre muerte y vida. Niveles muy bajos de mortalidad y de natalidad originan un crecimiento muy reducido,

236 El antiguo régimen se extendió hasta meados del siglo XVIII en el mundo occidental. Arango (1980).

Braudel, (1970), p. 72. Omran (1991). Rodrigues (2009), p. 404.

tendiendo al nulo y con períodos de crecimiento negativo. En la ausencia de movimientos migratorios importantes, estas sociedades tienden a estabilizar su estructura demográfica.

Si es cierto que una gran transición demográfica ocurrió en un número considerable de países del mundo, y tiene trazas que suceda en muchas de las restantes naciones del planeta, la evolución demográfica mundial es compleja y variada, con tiempos, causas y condicionantes diversos. En algunos países europeos este proceso empezó a partir de mediados del siglo XVIII, a partir de entonces las poblaciones experimentan profundas alteraciones en los ciclos de enfermedad y muerte, y en su salud individual y colectiva. Pero antes de mejorar, las cosas empeoraran. Con la aceleración de los procesos de urbanización e industrialización, más personas empezaron a vivir y a trabajar juntas, en ciudades y fábricas cada vez más abarrotadas, en precarias condiciones de subsistencia, el que junto con la ineficacia o inexistencia de asistencia médica, hace con que las enfermedades se transmitan mucho más rápidamente, reduciendo la esperanza de vida de la población237.

Este escenario sólo comienza a modificarse después que ciertas mejoras comienzan a dar sus frutos, y a partir de entonces la esperanza de vida de las poblaciones aumenta poco a poco. Este aumento es el resultado de las modificaciones que transformaron ciertas sociedades a lo largo del tiempo, del progreso de factores diversos, tal como avances médico-científicos, una mejora a nivel nutritivo en las dietas alimentarias, una mejora en las condiciones de higiene en general, una mayor generalización de la escolaridad, aumento de la alfabetización, y mudanzas sociales en la estructura familiar que permitieran, por ejemplo, resultados más eficaces a nivel de divulgación de la necesidad de cuidados médico-sanitarios regulares, un progresivo aumento de la renta de las familias, que permitió una subida apreciable del nivel de vida de las poblaciones, y también de un aumento de la eficacia administrativa del estado, por ejemplo, en términos de mejoras en saneamiento público y en cuidados de salud, con tendencia a la universalidad y gratuidad, y más concretamente, en la prevención y combate de las epidemias, en la mayor disponibilidad de tratamientos médicos, en la creación de legislación específica de apoyo a las madres y los recién nacidos y cambio del lugar de nacimiento de casa para la maternidad, en la creación de redes de apoyo social, etc.. Son todas estas transformaciones que hace que se hable de una transición en términos demográficos, pero también en términos nutricionales y sanitarios, con diferentes

237 Arango (1980), p. 170 et seq. Riley (2008), pp. 21-22, 154.

cronologías238.

Si bien es cierto que el crecimiento de la esperanza de vida mundial es el resultado de los efectos acumulados de múltiples factores a lo largo del tiempo, muchos de los logros alcanzados por esta variable dependieron principalmente del control de las enfermedades. Pero el camino hasta llegar aquí fue complejo y largo. Por ejemplo, una enfermedad como la viruela, era una de las principales causas de muerte a nivel global en el siglo XVIII, siendo los niños de hasta 1 año de edad, los más susceptibles. En 1796 Edward Jenner introduce en Inglaterra una vacuna contra la viruela, especulando que su técnica erradicaría la enfermedad a corto plazo, pero aunque la vacunación tuvo alguno éxito en reducir la mortalidad, como por ejemplo, en los países nórdicos a inicios del siglo XIX, muchos otros países no tuvieron éxito en vacunar a la mayoría de su población, aún y cuando adoptaron leyes que obligaban a sus poblaciones a vacunarse. De este modo, contrariamente a las expectativas de Jenner, sólo en 1977 la viruela fue erradicada a nivel mundial239.

En términos de medidas profilácticas podemos distinguir tres períodos240:

1)El primero entre finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, cuando las ciudades y villas del mundo occidental comenzaron a filtrar y a utilizar cloro para tratar sus aguas, y tratar los residuos fecales, construyendo un sistema moderno de saneamiento público, por ejemplo, la difusión del alcantarillado público y de la letrina de pozo, aportaron entonces grandes mejoras en términos de saneamiento básico. Con esto se consiguió reducir la mortalidad provocada por muchas enfermedades transmitidas por contaminación de materia fecal (cólera, tifoidea, disentería, diarreas del más diverso tipo, etc.).

2)El segundo período entre 1945 y 1970, cuando los beneficios de los antibióticos se extendieron por todo el mundo. Esto tuvo un efecto determinante para eliminar enfermedades bacteriológicas, como la tuberculosis, la fiebre tifoidea, etc..

3)El tercer período a partir de 1970, cuando las vacunas para muchas enfermedades causantes de gran mortalidad, empezaron a estar disponibles a nivel mundial.

En países que iniciaron su transición sanitaria entre finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, como Portugal y España, mucha de la mortalidad causada por enfermedades como la

238 Mismo en Inglaterra la penalización urbana persistió hasta los últimos años del siglo XIX. Leite (2005), Tabla 1.6. Omran (1991), pp. 510 et seq. Reis (2008), p. 75. Riley (2008), pp. 14, 22.

239 La Suecia adopto leyes que compelían a la vacunación en 1816, pero la mortalidad causada por la viruela ya tenía bajado mucho desde 1810, debido a las campañas de vacunación. Riley (2008), pp. 23 et seq..

240 Riley (2008), p. 158.

tuberculosis y la fiebre tifoidea, había sido ya bastante reducida cuando fueron disponibles los antibióticos usados para tratar estas enfermedades y las vacunas utilizadas para las prevenirlas. En estos países las medidas tomadas en términos de cuidados profilácticos, antes que los antibióticos y las vacunas estuviesen disponibles o que sus efectos se sintiesen, ya habían reducido la mortalidad causada por este tipo de enfermedades y aumentado mucho la e0 de sus poblaciones, y hoy en día en la península ibérica, tal y como en muchos otros países del mundo, hubo una quiebra acentuada en la mortalidad, y la muerte, que segaba con igual intensidad en todas las edades y con especial incidencia en la primera infancia, pasó a concentrarse en edades más avanzadas, hecho que naturalmente se tradujo en un aumento de la e0. Esta reestructuración paradigmática de la muerte y morbilidad, hizo que se pasase de un ciclo de vida corto e inestable, a otro ciclo de vida largo y estable, una conquista de años de vida no sólo cuantitativa, sino también cualitativa241.

Como ya se ha indicado, los primeros datos sobre la mortalidad por edades para Portugal a nivel nacional, son publicados sólo a partir de 1903 en el Anuario Estadístico (con datos para el año anterior), de modo que, para llegar a valores representativos de la e0 en una fecha más temprana para el conjunto del territorio portugués, primer construimos tablas abreviadas de mortalidad urbana para llegar a los valores de la esperanza de vida urbana desde 1885 hasta 1902, utilizando los datos disponibles para las ciudades de Lisboa y Oporto sobre la mortalidad a partir de 1885, que se encuentran en las Estadísticas Demográficas publicadas por el INE, y los datos sobre la población para ambas las ciudades, que constan en los Censos de la Población publicados por el INE para los años 1878, 1890, 1900 y 1911 (interpolamos los valores para la población para producir una estimativa para cada uno de los años ínter-censatarios, y interpolamos los valores sobre la mortalidad para los años para los cuales no teníamos datos), y segundo calculamos la relación entre la e0 urbana y la e0 nacional a partir de un año base para el cual ambos valores estaban disponibles, el año de 1902 (el valor 1,5454876622664)242.

Pero rápidamente verificamos que esta nuestra opción tenía limitaciones. Por ejemplo, la media de la e0 del período 1890-1902 era más elevada que la media del período siguiente, y la e0

241 Riley (2008), pp. 46-47, Appendix, 175 et seq.. Rodrigues (2009), p. 415.

242 La penalización urbana hace que los valores de la e0 “urbana” sean más bajos que los del conjunto nacional (véase por ejemplo Leite (2005), p. 58 et seq.). Exceptuando los años 1886 y 1897, para los cuales no existen valores completos sobre la mortalidad sea para Lisboa sea para Oporto, algo que se verifica en el caso de la ciudad de Oporto igualmente en 1898, 1899 y 1900, tenemos datos para esta variable divididos por sexos y grupos de edad para ambas las ciudades desde 1885. Lisboa y Oporto son las dos mayores ciudades portuguesas, y las únicas con más de 100 mil habitantes en finales del siglo XXI. En 1890 Lisboa tenía 301 206 y Oporto 138 860 habitantes. En 3º, 4º y 5º lugar surgen respectivamente Braga, Setúbal y Coimbra con un población muy inferior: Braga tenía entonces 23 089 habitantes, Setúbal 17 581 habitantes y Coimbra 16 985 habitantes. Rodrigues (2008), p. 350.

sólo alcanzaba de nuevo valores similares a los registrados en los mejores años del final del primer período (49 años en 1900 y 1901), más de dos décadas después, en 1934. También es difícil explicar la gran amplitud de los valores de la e0 hasta 1902, por ejemplo, los aumentos y descensos anuales superiores a tres años en 1892 y 1895 o la diferencia de casi 6 años entre 1890 y 1892. Después de 1892 la e0 baja gradualmente hasta alcanzar los valores de inicio de década en 1896, y después sube de nuevo, llegando en 1900 casi a los 50 años (49,39)243.

Si bien es cierto que los valores de esperanza de vida en las ciudades de Lisboa y Oporto, y la instabilidad de su ritmo de crecimiento durante los primeros años analizados, puede ser un reflejo de las malas condiciones de la vida urbana, como por ejemplo, los brotes epidémicos que afectaban particularmente las grandes ciudades, no es probable que se tenga registrado un aumento tan acentuado de la mortalidad durante el inicio del siglo XX, de modo a hacer con que la media de la e0 de la década anterior a 1902 fuese mayor, que la media de la década siguiente. Luego, aún y no encontrando una mejor opción, hemos decidido no utilizar los valores anteriores a 1902, porque no estamos seguros se los valores de los cálculos hechos con base en la e0 “urbana”, se aproximan de lo que sería la e0 para todo el territorio. De todos modos, existen estudios que indican que la e0 en Portugal a mediados del siglo XIX era más o menos de 30 años244.

Ahora fijémonos en los cambios ocurridos en los niveles IEV a lo largo del tiempo, que se

Ahora fijémonos en los cambios ocurridos en los niveles IEV a lo largo del tiempo, que se