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Hi D1 u nimli;

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Texte intégral

(1)

AÑO II. MIERCOLES

5

DE JDL·IO DE

1854.

^

- - -

=m—

' •"

\i>- :

Hi D1 u nimli;

PERIODIGO ÜE INTERESES MORALES Y MATERIALES.

REDACTADOPOR

Q. yi iUcctK

,

(3). ^i/om ^ CD, J^u£U} S. J^adíe^Ot

...

'

"!■

SE PUBLICA TRES

VEÇES AL SplS.

.

PRECIOS DE SÜSCRICION.—En Madrid ,ipor nn:mes, 5 rs., por tresid. 8. Enprovincias, por tresid. 10..ÜI-'

tramary.estrangero, por.un año, 50.—PUNTOS DE

SÜSCRICION.—En Madrid:

En la Redacción, .Plazuela de San:

Ildefonso, númeno 1,cuartocuarto; .enla libreríade Cuestaó enla de Bailly-Bailliere, y en la litografia de Mejíav

calle deAtocha, num. 62Í.—Enprovinciasen cása de loé corresponsales mnlospuntosen que los hay, ó girandO' letra sobre correos áfavor del Administrador, D. L. F. Gallego, encarta franca. i-.

VETERINARIA MILITAR—ARREGLO DE PARTIDOS.

No queremosprivar á nuestroslectores

del

con¬

tenido

tjUe ettcièrran los dos artículos de entrada

del num.270del Boletín relativos áestos Irnpôrtan- tes.asuntos.

Hé(os áqjií.

•VETERINARIA MILITAR. ; ! '

f.jj . !. '. ,•.!^: «t .. .. . í Ir

Ya seencuentraenpoder

del

Gobierno el espediente parael reglamento deveterinarios

militares;

yasehan ven¬

cido losqueparecían insuperables

obstáeuío.s

pata árrán.- carle de dondetantotiempóha estado arrinconado;yapot finse ha ctínsegüido eltan ansiado informe, sin el que nadapodia hácOrse; yyael señorministro de la Guerra,

quetanpropicio seha

mánifestado

siempreque sele ha

habladoparael tan indispensable arreglo, podrá tomar,

dando cuentaá S. M., unaresolución deShitiv.i. Tiempo

eraya quela benemérita clase

de veterinarios

militares

estuviera reglamentada; quesupieran deuna manerafija

y,terminante

cuáiés

son sus

obligaciones, responsabilidad,

conSideracióties yporvenir; que sefijaránydeslindarán

sus deberes como facultativosy como deben mirarlosy considerarlos susgefes militaresmasinmediatos; q;iérer-.

compensa tendránsusservicios enel ejército,y qué será

deellos ó desusfamilias cuando ya no puedan servir ó fallezcan; áquien han deacudiren queja cuando tengan necesidad; quién los ha dejiizgarsi algunavez

dieren

lu- garáello,yquién los ha de vigilarydirigirenel ejercicio de su ciencia para,que constensiempre sus serviciosy reciban la debida recompensa"el dia queia pidanyrecla¬

men.Todo 'Sé ha vencido, y no podemosmenosde con¬

signar a'qUi las graciasmaséinceras á laspersonas que

noshan auxiliado paráel buen resultado de la esposicion queúltimamente elevamos al señcr ministro de la Guerra, quealgunos veterinarios militares saben porquela leye¬

ron, les constael cursoque sele dióy el efectoquepro¬

dujo; á pesarde quéno pertenecemosá su clase ni la"re¬

presentamos, peroerapreciso fuéramosconsecuentescon

loque dijimos y pedimos EN 3 DE JULIO DE 18A9,que siguiéramos el cursó de aquella esposicion (I)ydela úl-.

tima que sepresentó.

Dos mediospuedetomarel señor ministrode la Guer<

(I) Véase el Buíeíí», núm. 1OR, correspondiente al13

dejulio de dicho año, pág. 195ysiguentes.

raal déspdtíhaí cOn S. M. el Ceglarnento de '

veterinaria,

militar,siesqueno proponesiíápróbacion definitiva, co¬

mo es muyregniarynatural sucedaporlo-,quede si ar¬

roja el espediente:

l.'p^sar^o

en

conplta. a^

çueypo

de

áknidad'inilitár. áfin de qué sépongá 'enarmonía "conm que rige para su clasey que tal vez quedeit tatflbifaA' agregados á ella, nombrando eneste caso unoó.;dosyp-i;

cales veterinarioscomoinspectores: 2.° nombraruna. co¬

misiónespecial facultativa qiie dé stfinforme,'tédieUdo presente para ello el reglamento vigentq de-irnedicind'

militar.' ^

■'A'ünque el SoñorministrOpase con lacorteál real sitio deSanIldefonso;.noporeS0'qHedaràabàndo4ià90''el-éspé:·"*

diente, pues nofaltaránpersonas .celosísimas.iipr 9u,pJase^i

que le activen,cómo hasta ahoralohan estado liaciendo.

Dé loíjue pudiera ocurriréstárémos á la mira'ylopoU- dremosen conocimiento denuestros lectores, ..si- es que;

conviniere.—N. C.

DonNiéolâs Gasas manifiesta despues

A

ULTI-á-

MAHORAlo siguiente:

Al darcuentaalseflorministro de laGnerra del espe-' diente relativo á la veterinariamilitar,:y queindlcamoseni el articulo deentrada de este número,ha acaecido un in-.

cidenteinesperailoque no podemos ni debemos hacer pú-"

blico, ysuplicamos á los quele sepan quele reseéeen, guarden elmayor sigilo, porque asi convienet^^para su éxito y marcha sucesiva.—N. C.'.

VETERINARIA CIVIL.

Elarreglo de partidosyel deslinde de las prerogativas concedidas desde muyantiguo á los veterinarios quehu¬

bieranhecliosus estudioscompletosen la e.scuelade Ma¬

drid, hoy de I.' clase; se encuentra ya ;eniconsulta :deí Consejo de Sanidad del reino. Cuantas esposiciones han

hecho los albéitaresen queja y.la de D. Serapio Marincon el informe dadopor lajunta de catedráticos de la Escuela Superior,-coinotrosantecedentes, forman-.pariH dele&pe-

'

diente, al que se agregará la últimamenteelevaday quq

se ha reclamado. Solose trató en Consejo pleno de un, modogeneral, antes

de decidir

pasaraá unacomisión es-"

pecial, y según opinion casi

unániióe

rió fiuedarári'uiuy

airosos iosverdaderosalbéitares, triunfando' Tos que lle¬

vanelhonrosodictado de veterinarios. Al poner en conocimientó de nuestrosleètores io-quer- acabamos de espresar, no podemos menosdo acia;armn.

erroren queestan los albéitares recurrentes y cotí

epos

otros muchosdesuclase, queha originadosus ésposicior

(2)

126 BL SCO

nésy quedemuestraá la

faz del mundo lü

poco

enterados

que estan de las leyes

relativas al ejercicio de la

veteri¬

naria, y porlomismo ser en una

falsedad

en

lo

que se apoyan. Dicenque porel

artículo 17 del Real decreto de

19 de agostode

1847,

y el

16 del 15, de febrero de

esto año, selesprivadefacultadesqueantesteniany que am¬

bas soberanasresoluciones tienen un efecto retroacti¬

vo,etc., etc., etc.Deciresto, es atribuir á losque infor¬

maron,consultarony á quienaprobó el Decreto del 47una

cosaquehaciamuchísimosafios, mas

de medio siglo,

es¬

tabalegalmente mandada, puesto queclarayterminante¬

menteseencuentraasí consignadoen la,ley 3.*, título 14, libro 8.° déla Novísima Recopilación, cuya ley debieran haber tenido presento antes de recurrir enqueja y tal

vez producir, por'decirlo asi, una especie desorpresa, que porfortuna.no hadado.el

resultado

queeeprometían

yles ofrecieron, porqué todo se trasluce. Siantes nada decián, hadan ni pedían los veterinarios para que se les cumplieran las prcrogativasque sustítulos les conferiany

queen ellos tenian consignadas, consistia en que eran pocos y estaban demasiado diseminados; ^ero en el

dia

que son muchosy por do quierase les eiícuentra, recur¬

renyconsobrada razón para que secumpla lo mandado;

ylas autoridades haciéndosecargo de la justicia con que

Íñden, mandan

ey yrecordado'

se

por

observe

ios citados Reales

lo dispuesto

decretos. Luego lo

en la mencionada

mandadonoes.deahora,luego las prerogativasy supe-.

rioridad de los veterinarios sobre los albéitares no proce¬

des del Decreto delaño47, sino deunaleydel Reino dada ápocode lainauguración de.la escuelaveterinaria deMa¬

drid, yde consiguiente iosrecursos de los

albéitares

se han apoyado en un error, que cualquiera

calificaría

de

yérdadera falsedad.^N. C.

Probablemente mas

tranquilo

nuestro

ánimo

que

el del articulista del Boletín, solo daremes

un consejo

á

los

veterinarios

y

haremos

una

pequeña

aclaración.

Los

profesores

de

la veterinaria militar ni deben

ilusionarse nidesconfiar:

hay

personas que

positi¬

vamente velan por ellos,

sin haber declarado

sunom¬

bre, ni mucho menos

apropiddose sin

razón

los

pasos queen

beneficio de

esta

clase

se

hayan dado. Nosotros

nohemostenido la

gloria de

ser esas personas

be¬

neméritas.

La

esposicion presentada

por

la Redacción de El

Eco

pasó inmediatamente á inforiùe del Consejo de

sanidad.Los

profesores civiles están defendidos

por laley

publicada

como

SUPLEMENTO AL NUM. 5

DE ESTEPERIODICO,que es la quesirve de base

álas discusiones.

Hacemucho tiempo que tenemos

noticia

de

lo

que

el Boletfn participa,

y...

esperábamos

en

si¬

lencio, porque

asi conviene;

no

hemos querido

co¬

meter unaindiscreción.

MEMORIA

SOBRE EE ESTADO ACTUAL DE LOS CABALLOS DE NUESTRO EJÉRCITO, Y MEDIOS DE MEJORARLOS

(d).

ElGobierno, en cuyas manos se

halla la adminis¬

tración

pública, cumplirla mal

con sus

deberes si

dejara

abandonados algunos de los vastos ramos que aquellos comprende

y que

están confiados á su cui¬

dado. No daríamuy

buena idea de

su

inteligencia

y celo, si no

supiera transmitir

su

influjo

y

dirección

á cuantos intereses

generales abarca la sociedad

en

(1)

No estamos

autorizados

parí

publicar el nombre

delautordeesteescelentetrabajo. L.R.

sus

multiplicadas^ diversas atenciones. Al Gobierno

le corresponde

la inspección

y

vigilancia

en

el mejor

empleoy

distribución dé los caudales del tesoro del

Estado para que,

examinando

su

inversion,

corte

los abusos en donde ios hayaé introduzca á la vez reformas que, siendomas

beneficiosas, traigan abor«

rosy

economías compatibles

con

el mejor servicio.

Siendounode losramosdela administración pú¬

blica, atender á la formacióny

equipo del ejército,

nosoloincorporando

soldados, sino proporcionando

losagentes

indispensables,

no

debe ignorar

que por buenos que seanlos

primero.s, llenarían imperfecta¬

mentesusfunciones si faltaran los segundos ó no go¬

zarande todas lasdebidas condiciones.Enesteúltimo

caso sehallanuestracaballería, elementoindispensa¬

ble de

seguridad é independencia de la nación,

pues

su situación no puedeser mas

deplorable

;

triste

es decirlo,pero es un

hecho

que

salta à los ojos de to¬

dos. No sepasa una

revista,

no se

un

escuadrón

sin quealmirarios

caballos

no

recordémoslas bellas

formas ypreciosas

cualidades

que

los nuestros tenian

antes, y la poca

consonancia

que

guarda ahora

su organización con

los varios trabajos

que se

les exige

enlamilicia. Talestadotrae,además de grandesper¬

juicios, incalculables

gastos que no son

suficientes

áestinguir el mal

cuando

se

ignoran las

causas.

A nadiees desconocida la

importancia de la

ca¬

balleríaen elservicio militar, y

principalmente

en

el actual sistema de guerra;

ella

esuna

parte inte¬

grantedenuestros

ejércitos,

y en

todas las naciones

han

desplegado los gobiernos el

mayor

interés

en

su

brillante organización.

¡Desgraciada la

que

si hay

un rompimiento carezca

de caballos

capaces

de sobre¬

llevarlas

fatigas mílitarias, ó

no

los tenga ni buenos

nimalos yvaya

á comprarlos al estranjero! En

am¬

boscasos no

podrán

sus

ejércitos rivalizar

con

los

delenemigo, y seesponen

á

una

catástrofe inevita¬

ble por

faltarles ei podereso agente

que

tanto influye

enla parte

de las batallas. Si esto

esuna

verdad, no

loes menosque no

hay

en

España caballos

en

bas¬

tantenúmeropara

elegir, ni los

que se agregan

á los regimientos

reúnen

ni

conservan

las mejores condi¬

ciones.Nuestros caballosnotienen

el vigor

y

robus¬

tez queen

los tiempos antiguos

,

ni

se

ha tralatado

de ponercon

inteligencia remedio á tan

grave

mal.

Aquella caballería

tan

celebrada, terror del enemigo,

aparece

ahora

como un

esqueleto ambulante: la que

en tiempo

de

paz no

cumple

con

lo que se la exige

sinoá costa deinmensos gastos, en guerra menos sufrirla los trabajos y

privaciones de

una

larga

y

porfiada contienda. iJna arma que en todos los pue¬

blos es elmedio fnas seguro

de triunfo,

se

halla

en¬

tre nosotros casi en la

nulidad,

y

lo

peor es que

cuesta muchomantenerla, y

cada dia

so

hace

mas gravosa por

el pronto deterioro

y

desmejoramiento

delos caballos. Al soldado do

infantería, cuando le

faltan lasmunicionesle

queda la bayoneta

para

de¬

fenderse; pero

si al gineté le ílaquea el caballo, no

solo es

aquel inútil, sino

que

sirve de estorbo. La¬

mentablees el estado dela

caballería,

notanto por, falta de animalescomopor su

endeblez

y

decaimien¬

to, causa de lagran

pérdida

que

anualmente obser¬

vamos.

aquí lo

que

principalmente ha llamado la

atención del que

escribe

esta

Memoria, ó mas bièn

del que

hace

estas

breves reflexiones sObre el esta¬

doactualde loscaballos del

ejército

y

medio de me¬

jorarlos. Todo buen español está en la obligación de

secundar tan elevadas miras, y para

ello

nos

toca

señalarlos errores y

preocupaciones

que

reinan en

tanimportanteramo.

No

se

puedo decir que se ig¬

nora loque pasa, aunque

puedan desconocerse las

(3)

DE LA VETERINARIA. 127

causas; lo cierto es que

cada dia

son mayores

las pérdidas de

nuestros

caballos-; à

pesar

de los inaudi¬

tos esfuerzosdel Gobierno. Se calcula que

anual¬

mente muerenla

sesta|parte

y

algunos la hacen subir

á laquinta:

lo

que

equivale á

reç^oner aun en

tiem¬

pos

normales cada cinco ó seis años toda la caballe¬

ría: siendo asíque en

las demás naciones

se

lamen¬

tande que esto

suceda cada diez años, si

se

quieren

conservardecontinuo losregimientos

completos. ¿A

qué

podrá atribuirse tan enorme pérdida? No á los

qu í

están al frente de la administración, sino á los

errores y

procedimientos rutinarios

que

hace tiem¬

povienen

rigiendo

en

este

ramo

tan difícil de cono¬

ceryde

dirigir, sobre todo

en

el dia

que seroza con

una gran suma

de conocimientos científicos. La

es-

f)osicion

os medios

de las

Jecombatirlos

causas de' tanta

esel

pérdida de

objeto del

caballos

presente

y

escrito. Lo sensible esque

haya acometido tal

em¬

presael menos apto para

llevarla á cabo, habiendo

tantos que con mas

saber

y

acierto podrian resol¬

verestacuestión; pero

á la vista de mi atrevimiento

nodejarán

de

aparecer personas mas

instruidas y

Erácticas

ago mas que

que sepan bosquejar. completar No faltará el cuadro á quien que

parezca

yo no

ridículomepresente

espontáneamente sin

represen¬

tación ni autoridad á dar mi pobre

dictámen sobre

una cuestióndetantatrascendencia elque luego

ha

desersometido á la crítica de inteligentes; pero no

se necesita mas que

la

razón y

los hechos

que se ofrecená lavistapara

discurrir

con

juicio

y

discer¬

nimiento sobre lo que es

susceptible de mejora

y perfección.

Todo enel dia se aclaray

simplifica à favor de

laantorcha: de: lasciencias;estas van

haciendo

mas fáciles y menos

costosos los procedimientos de las

artesaun delasmas mecánicas,yno

podían

menos de intervenir en las

prácticas higiénicas

que se

si¬

guen en

multiplicación de los caballos, las

que en verdad no están muyconformescon

los principios

científicos;

procedimientos

se

emplean

que aunque canonizados por:

el tiempo

y

la rutina deben

ser

reemplazados

con

provecho de los intereses

genera¬

les y

particulares

por otros

derrivados de la ley del

progreso.

Gada época tiene

su.

ciencia favorita,

en¬

tre losantiguos

brilló la literatura

en

tanto grado,

que aun

admiran los modernos; las ciencias

me¬

tafísicas hantenido sus siglos

dé esplendor,

y

el si¬

glo 19se marcapor un

rumbo bien distinto,

que es

háciaelaumento de losinteresesmateriales, debido al estudio de las cienciasexactas, físicasy natura¬

les, noseguidaspor recreo y

pasatiempo, sino

con aplicación

á las

cosas

de

mas

necesidad

para

el

hombreenparticular y para

la sociedad

en gene¬

ral;ysiesta

ba

de

continuar

en

la marcha

progre»-

siva desu civilización, no hay otro

medio

que

el

camino queletrazan

las denominadas ciencias. Con

estas llegaremos á

esplicar el decaimiento

y

la bre

vey miserable vida

de

nuestros

caballos de ejército,

asicorno hallaremos los recursospara

mejorarlos

y conservarlos.

Hacesiglosnos estamos

lamentando

no

solo de

la faltade caballos,,sino de su

degeneración

pero mientras tanto poco

ó nada hemos hecho

para sa¬

carlos de esteestado, niaunhemos imitado

el

ejem¬

plo de naciones que, hallándose en peor

situación

que nosotros,han

obtenido

sin

embargo con,el

.arte

, y,

la cultura

no

solo caballos

para

todos los

usos, sinoigualar y

sobrepujar á los pueblos

mas

nota¬

blespor subrillante caballería: Ló mas

particular

es, que aunque los

tuviéramos

en gran número, y losmas apropósitopara

el

arte

militar, agregados

á los regimientos llegarían al

abatimiento é inepti¬

tudenquelas vemos, porque

las

causas

de

su

de¬

teriorono están solo en los métodosdesurepro¬

ducción ydesarrollo, sino

también

en

los erróneos

medios de la conservación.

Es un axioma científico que

los caballos deben

elegirse

apropiados

para

todos los

usos.

Los de ejér¬

citodeben presentar una

conformación adecuada

á los servicios que

han dé

prestar, y

siendo estos

distintos en los de caballería

lijera ó de línea, di¬

versoshan de sertambién loscaracteres de suor¬

ganización; ahora

insignificante

es

la diferencia

ijueseadvierte entre

ambos, á

no ser

la talla. Los

caballos detropa, despues

de la

estructura

particu¬

lar quehan de tenersegún

los dos destinos citados,

debenreunir la fuerza, el valory la

rusticidad,

to¬

mada esta

palabra

en

toda

su

latitud;

es

decir,

que los caballos deben criarseenla

posibilidad de

sa¬

tisfacer todas las

exigencias

que se

les pidan, y

siendo enel ejercito tan

variado

ati genero

de vida,

necesitan

indispensablemente reunir las tres

nom¬

bradas condiciones,queel

hombre puede dárselas.

Busquemos

analogías

en

la especie humana: los

que por su

oficio están habituados á las fatigas, trabajos

penosos y

privaciones de toda clase,

son

fuertes y

vigorosos, no conocen

la ociosidad

y

son

muy

bue¬

nossoldados. Nuestros caballos,

ó bien

secompren directamente de los criadores sin disposición

de

servir, ó

jóvenes

para

recriarlos

en

los depósitos

deremonta, en ningún caso se

les somete al régi¬

menanálogo al

género de vida

que

despues han

de observar,lo que

probaremos

en

el

curso

de esta

Memoria.

[Se

coníimará.)

^ ItEilIXIBO.-

Sres.Redactores del Ecodb Vbterinahu.

Muyseñoresmios:

el viaje

que

acabo de verificará esta

ciudad paraencargarme

de la dirección

y

cátedra de ter¬

cerano de laEscuela deVeterinariaestablecida enesta, y

concuyoscargos seha

dignado agraciarme S. M. la Reina

Q D. G.)nomehan

permitido hasta el dia leer el artículo

inserto en su apreciable

periódico de 1. ° del presente,

bajo elepígrafe

nomáramienío,

y en

el cual

no

solo se

trataderidiculizarmipersona, sino

también la soberana

determinacióndeS.M. ydel Gobierno.

Habíapensado,como

mejormedio de manifestar mi des¬

precio al

artículo,

no

contestarlo, mayormente cuando su

autordice: «apenas conocemos

al agraciado (aludiendo á

mi

insignificante:persona)

.mas que

de vista,

y no

estamos

«nelcasode.prejuzgarsu

mérito»

pero

al

ver

otro artíf

culoquesobrelo

mismo

se

inserta

en

el núm. 35 de! re¬

feridoperiódico,no

puedo

menos

de tomar la pluma con

elobjeto de contestar

á ambos; lo cual haré con mucha

brevedad,yúnicamente en

la parte que á mi se dirige,

á finde hacerveral articulistayá

todos los demás

que

leansu contenidoynome conozcan, que

al nombrarme

S. M.paraeste

destirio, sin duda tuvo presente que soy

profesor de

primera clase, con 25 años de carrera, y mas

de estos de servicio cmnff

veterinario militar

y con

las

mejores notas;

habiendo llegado al cargo de mariscal ma¬

yor de la

sub-direccion de Remontas que desempeñaba

últimamente; quemi

hoja de servicios

espresa con

bas¬

tante claridad los que

he prestado

en

mi

carrera, y

el

buenconcepto quesiempre

he tenido

en

todos los desti¬

nosporque

he pasado;

que

he merecido diferentes veces

que

el Gobierno de S. M.

me

nombre juez de oposiciones

álascátedrasde lasde CórdobayZaragoza;que me pro-

(4)

128 £L EGO.

senté comoopositoráladeprimerañodeestamisma Es- cuela,.yqueenvista demis ejercicios, fui propuesto por eltriiïMnalensegundo lugar;^uesicomoen las anterio¬

res,oposiciones hubiesen sido dos las vacantes,es claro que hubiera Obtenido unadeellas, como se verificóen lasrefe'ridasi En Tista deío hienciánado, yáque conmi nombramiento de catedrático,no han perjudicado de¬

rechosadquiridos, creo se convencerán dé que en ello

noresulta la menorinjusticia. ;

, .Encimutoalcargo de director'quesemeha

conferido^

respetando los grandes conocimientos y servicios que

pueda haber prestado el que lo era interina, solo diré que el gobierno de Si M., al conferírmelo, habrá teñido presentés losmios,y queestabavacante aquel cargo,'co- iii'lohaestado entódáfelàSdemás escuélás basta tanto

^lie éi gòbiernó

ha

elégido

conpresencia de todo' al de su

inaypr agrado,nosiendo inhereñtela propiedadporesta yausa, á.losquela desempeñaron interinamente.

.-. Concluyo manifestando que si el autor óautoresdelos enumerados escritos, y que tanto, se han fijadoen mi nombramiento, hubieran repasado bien-la historia de la Veterinaria, indudablemente se faábrian convencido de

qué nó faltan ejemplos dè'csta clase,yque-no camina¬

rían bajo la suposición

de qué

sehan lastimado intereses y futuras esperanzas.

Al folletín ridículo ysin gracia

^ue

inserté el nüm. 34 deljueves 1.''delactual, creerlamal empleado el tiempo quededidará á conteátarle;pues convencido de quetodos

losquelo han leido, lehan salúdaloconlosaplausos qiie

selededicanen unteatro alautor de esos saínetes frios malcoordinados ypeorrepresentados, creerladeprimirme si lo hicieraporescrito.

Sin mas, señores redactores, espero servirán Vds.

dar cabida en suapreciable periódico á estafranca eon-

testacion,primeray.líltimaqueescribiré sobreelparticu¬

lar.puesnadaadelantarlaendistraer el tiempo quemi de¬

bery lo atrasadaqueestaescuelase hallaencuanto á su

creación reclaman; sintiendo además el poco favonque dichas relacioneshacená quien las escribe, á la claseen¬

terayhasta al periódico quelo reproduce.

Su afectísimo amigo y S. S. Q..B. S. M.r—Bosipacio

be viedma. * . -

Leon27 dejunio de 1854.

C Primeroque antemurarseelSr,-.D; Bonifacio de Viednia, llamándonos laatención conla* muy nota¬

ble circunstancia de que su nombramiento precede de unaresolución soberana; priíneroqueinferirnos

un

desprecio manifiesto

porel contenido del articn- lo que apareció en El Eco,

bajo et epígrafe

nombra¬

miento; primeroque esppner susescelentes servi¬

cioscomo profesor, parafundaren ellos lo acerta¬

do de laBealdeterminación;

pritnero.que invocar

la historia de laVeterinaria para autorizar hechos queporordinarios que sean,son

siempr,©

anómalos

antelos hombresjustos;antes.que todoesto; ha de¬

bido el Sr. Viedma colocarseen una posición fran¬

ca, nodefendida

pori el respeto'forzoso'que la ley

y

las.superiores

órdenes

Ífilp'óttdn,

y

dcstruirona

por

unalas

proposiciones'SeUtada^^efi el ártíctíltí dó

que

í-s queja. ' " . " " ' -

Nosotrosno osamos movernuestros labios para

censurarabiertamente nada de lo que se prevenga

ein unaRealórden,pues, ámasdequesabemosmuy bien las consecuenciasquesemejante procedertrae¬

ría, con esas espresionesque vierte el Sr.

Viedma

en,el

pritner párrafo

desuremitido,apareceríamos doblemente temerarios si nosatreviésemos árepli¬

car todavía. Nosapartamos, pues, de cuanto pueda hacer sospechar

qué impugnaríamos,

ni mucho me¬

nos tratábamos de poner enridículouna

disposición

que emanade S. M. la Reina

(cuya

voluntad acata¬

mos tanto como el Sr.

Viedma);

yhecha esta salve¬

dad, vengamos solo al terreno de la duda. ¡No ha

deserartículo deel fundamento

múltiple alegado

por el

Sr.

Viedma para

probar

la justicia desu nom¬

bramiento'.

I

Tenemos á la-, vista el artículo

publicado„en

el

núm. 34 de El Eco, y á que

empieza

refiriéndoseel Sr. comunicante:

Veamos, Sr. Viedma.-

,

Dícese

que el nombramiento de Vd. constituía,

en nuestro sentir, unanueva

desgracia

para,la clase;

y nos

apoyábamos

despuesen que sehabiacometido

una infracciónen la observancia del reglamento vi¬

gente, asícomo enla opinion que,tenemos de lane¬

cesidad de un

público

y esmerado concurso cuándo quieresaberse la altura .científica áque raya un in¬

dividuo.—Decíamos también, condistintaspalabras,

que yaningún profesor ni alumno sabríanáqueate¬

nerseen su aplicación al estudioen sus

aspiraciones

hácia el porvenir: porque lo ciertoes. Sr.

Viedma,

que el Real decreto de 15 de febreroconsigna pre¬

mios al mérito probado*en una oposición, y quela Real órden

que>á

Vd.

hsi favorecido, destrujye el

pre¬

mio eneste caso.

Oigamos ,sinó

como se espresael mencionado decreto," articulo 10: «Lasplazas vacan¬

tes de catedráticos enlas escuelas se darán por ri¬

gorosa

oposición

hechaenMadrid; las de ayudante y agregados

serán

de feal

nombramiento,

,

previa

propuesta en terna de

la

junta de'catedráticosde la escuela

superior.»—Y

Vd.j Sr. Viedma,ni ha hecho

oporicion, ni ha idoqiropuesto

en terna porla júnta de.catedráticos, ni, por

consiguiente,, ha pasado

si-

.quiera

por

el tamiz de la elección

que pasa un ayu¬

dante óun agregado. Es ciertoque

Vd. hizo, oposi¬

ción enotro casoy cieito tambiénque

fué

propues- fó en segundo

Idgai";

masno perdamos de vista qiie

la

oposición

de

Vd. versó

sobré

asignaturas

del

pri¬

mer

año,

y quela

cátedra

obtenida es de tercero;

que el mérito de Vd. fué

{festergado

en ella

al del

'SrV

Cátnárérój

y qúé,.

^or el feontrario, la Real ór¬

denprefiere

parà director de la Escuela ál

que

la

conciencia,de un tribunal no

aceptó

como cate¬

drático.' 1 :

Hemos

dichó, Sk V^édpïa, qùe eícatedráticó

mai

moderno ypor.,gracia pasa

á

ser

gefe. del catedrático

mas

antiguo

y por

oposición).¡sí,:

y

ahora

avanzamos

'máfc

consignamos

comonn'hecho que

necesita

es-

(5)

DE LA VBTEEiNARIA.

129

plicaciones sólidas,,

que el

caUdrátieo postergado

en elconcurso esel

gefe

actual del

catedrático vencedor

enla

oposición, del catedrático benémerito

que

tantisi-

maspruebas dio desu

instrucciónrara...\ Sr. Viedma^

efxaininemos las cosas con serenidad, y

quedaretaos

entonces convencidosde los trastornos que

prácti¬

casdeesta naturalezapueden

ocasionar.

Poseemosademás datos exactos delos adelantos conseguidos por

él Sr. Camarero

en

la Escuela; da¬

tos cuyapublicación nohacemos,

respetando la

sus¬

ceptibilidady

delicadeza de dicho sèîior;

pero que ponen en relieve

todo

el

premio

que sus

esfuerzos

ysusprofundos estudios merecen,

á

pesar

de qiie

;unaReal órden lehaya desposeído

de la dirección

-delColegio, colocandoen el primer

lugar al

que an¬

tesocupó elsegundo.

Nohemos negado,

antes

porel

contrario

conce¬

demos demuy buen grado,

todas las consideraciones

á queel Sr. Viedrn:» se haya

hecho acreedor

por

su®

:servicios, por los destinos queha

desempeñado,

pOf

■'áósconocimientos científicos, etc;;mas

tampocó pó

Ufemosmeños 'de niirárCornoindestruçtibles las ra¬

zones espuestas: si ventajosas

circunstancias

con¬

curren en el Sr.Viedma, probado estáque

el Sr. Ca¬

marerole ha vencidoen un concurso

público,

y

todo

cuanto seaduzca enfavordeaquel hace resaltarmas ,ymas la manera irregular como ha conseguido la .cátedra.

Concluyamos

también nosotros, Sr.

Viediila.

Cumdo se lariza á la prensa unescrito para

rebatir

lasasercionessentadas en otro artículo, y se. dejan

todas en pié con la misma fuerza que

tenían;

en talcaso. Sr. Viedma, el queimpugna

(mucho

menos

siendo unapersona

recomendable

porsu

ilustración

y su buen

criterio)>

no.

tiene derecho

para

decir

que

desprecia aquello que no

puede combatir. Tampoco

debé escudarse conel

simple hecho de

que

así

se

ha

ndandado de Realórdén,

particularmente cuando

es linaReal órden que

violenta

enparto

á

un reai, de¬

creto: ni apelar

debe á la Historia de los abusos

•para

legitimar

actoscomo

el

que nos

sirve de objeto:

-ni, porfin, dejar

consignado

que no

hablará

masso¬

bre lacuestión; porque

cuando nada

se

ha probado,

esto,significa eludir,1a

polémica,

y

el

que se

evade

•del terreno de la discusión . no habría de estrañar los'medios

empleados

para

guiarle hácia la

conce-

"sïòrn(ïe lo' que

tal

vez no

quisiera hacer

constdr.

PATOmeiA Y

TERAPÈUTICA.

"Estudiós

prúclicos

;

invésUgaciones

y

diSciiswnes

sóbre la castración de las-vacds; por 'M. Pierre

'Chattier, medico OetermarioenReims

{Francia})-.

.(Traducción (leD'Domingo

Rúiz,Gonzalez,

veterinario de

.

. . -l.'clasg). ,

. , CONSIDERACIONES GENERALES.

A medida quela

población

aumentay se

sienten

nuevas nece,sidades, se reconoce la

precision de

multiplicar

y

mejorar los productos dó láTierÍáj^s

que

sobretodo sirven parala álimentacion delhóm-

bre y que son deuna

necesidad inmediata parala

conservación desusalud, de susfuerzas,

fijan ál

mas

alto puntoennuestro

siglo la atención de los gobier¬

nos y de

lodos lós verdâdeïos amigos de la htíma-

nidad.

,, , . .

' '

Por lomismo,hoy lacastración

de la's

vacas

que,

como diceel profesorH.

Boulfey,

crea

un'a

nueva

ta--

za, estéril parà

la especie,

pero

fecunda

y

preciosá pu-

ra.láproducóion

de

la leche y

cáriie vendible, oéa-

pá sériamehté

á

los

agrónomos

mas

émi'néritbáae

nuestraépoca.

Lacastración de lasvacas, en

cierto' períüdo de

su- vida, ofrece en çfecto, inmensas

ventájús á la

agricultura

y

ál

consünio;

aumentando mtíéhmla

producción de

la leche;

y

la

carne,

sin aurnéMo -de

gastos;-

oponiéndose á

una

multitud dé enfernié-

dades y

péídidas,

que

determinan los calórés exa¬

gerados y frecuentemente

repetidos

en

lás. vacas

muy alimentadas que fio se

quiéré ó

no

sé puede

píjineélas

en

estado de gestación.',

;

Así,

pues,

hace mucho tiempo, y especialmente

désde quèel

célebre Bourgelat créó las escuelas ve¬

terinarias,que sus

discípulos,

en

Francia cDnio^ én

elestrangero, no han

cesadó de

ocuparse

de esta

Operación, para

hacerla práctica

y

remediar ael

mismo modo un mal existenteque

elfá sola püçde

destruir. ' .

, > ,

Los ensayos

intentados

en

épocas diferëntès

y

desgraciados la' mayor parte, no

podián servijj

para

propagarla;

estabapor

decirlo así abandonada cuan¬

do M; Lévrát,

veterinario distinguido de Lansám

(Suiza),

publicando sus(esperimentos

con

esté obje¬

y

erprocedimiento opèratòïio'íjiifí hàbíà â'fiôptà-

do, hizoconocerlos

buenos resultados

que

HliRia 81)-

ténido de esta

operation Thomás' Win

en

America,

deSpues él

mismo

en

Suiza, bajo el cónceptp dé ,la producción de la leche

y

depengjrasamíentor ■■

Desde entonces, otros

yéteríhários ífánceséS

^y 'estranjeros'la

practicaron,

y por

algunos résultádos

queobtuvieron, se

pudo colocárla" enfre'laá Qpétá-

ciones masútiles de la Velerirfaria.

Sin embargo, no tuvo esto lugar,

porqué.^ esfós

primeros escesos siguieron

nurnérosas pérdidas

y fué denuevo abandonada y aün

recházada.

'

Para hacerla

aplicable,

era

necesario aiíté( todo simplificar el procedimiento'operatorío,

era

preciso

hacer la operación menos

peligro.sá

para

el ániriial

quela

sufría. '

'

' "

Estoes 10 que

traté de hacer, comprtíhdiendo

quenada se

adelantaba

con

oliteiier"de ciertas vácss

mas leche y-carne, si

era'ilécesario

perder otras

en un númeromas ó menos considerable.

' '

Introduje

desdê4ùego

grandes

modificaciones

en el

procedimiento descrito

por

M. Levrat; operé,por

torsion

limitijpa hast'á la

rotura,

de los

vasos

ovári-

eos, en" vez le arrancar simplemente

las glándulas

como élindica; evité muchas vecès

la hemorràgia

que

había sido

una causa

de muerte,

pero,

'falto dé

instrumentos, este efectorio era constantey

despues

iaherida delijar, queerauna

verdadera eventrácion'.,

una

Operación cesariaria, pfopi"áinehte tál, quedaba

contodossuspeligros,contodas

feus complicaciones.

Resolví éntoóces

buscáir

losovarios,porlas

vis?

Datübal'és;

yá'en'otra ocasión los Ijabia tocado ( esi- ploéando

urna

vaca'par'a'saFeú si está preñaüa,

y cor

mb báblaobservado éníni

fi'ràètièà

dos

désgarrádu-r

ras

completas de la pared superior de la vagina, qiié

sehablan curado

pròritarnebt'e

por

mistnas, pensé que

sucedéría lo ihisníio

por una

simple inpisipú;

pe-

(6)

130 EL ECO

rola dificultad de ir á incidir un

órgano

al interior, movible, elástico, provisto enciertos sitios de mu¬

chos ygruesos vasos, rodeado deotrosórganosmuy

importantesque eranecesario respetar, y la falta de instrumentos á

propósito

me habian hechoretro¬

ceder.

Noobstante,desppes de los accidentes que me habían sucedidoenVersalles

especialmente,

que po¬

dían, en verdad, reconocer upa, causa particular,

pero que no por eso

impresionaron

menos funesta¬

mente el espíritu

público,

me eranecesario, óaban¬

donar laOperación, como misantecesores, ó inten¬

tarla poreste medio.

Así lo hice;y despuesdeinmensosestudios, vi¬

gilias,ensayos enlos mataderos y en

mis propias

vacas, tentativas de todos géneros, sacrificios, ins¬

trumentos

imaginados

y

despues

abandonados,

lle¬

gué

por

fin

á

hacer

lacastración de la hemhra va¬

cuna,

simple,,

fácil, no dolorosa para

el

animal, y constantemente seguida de buenos resultados, es-

ceptuando un estado enfermodel individuo ó de los

órganos,

ó bien un caso fortuito, comoloprueban

masdedoscientas operaciones hechas sin accidente alguno.

He tenido el honor de someterá la Academia de ciencias, el resultado de este

descubrimiento,

unidosá lasnumerosas observaciones inéditashe¬

chassobre este objeto desde mis primeras

publica¬

ciones que forman la base de estenuevo

trabajo.

Se divideentrespartes

principales:

En laprimeratratocon detenimiento la cuestión de

fisiologia

y

economía

agrícola, en sus relaciopes

con laOperación; pruebo:

ç«e/a¡castración

aumenta elrendimientoanual de

leche,

y que

favorece el

engra¬

samiento.

En la segunda, demuestrasuutilidadbajo lare¬

laciónde la salud de las.vacaa.lecheras, que están muygeneralmentesometidas á condicionespropias

para desarrollar enellasel gérmende numerosasy graves enfermedades, y hablo desus ventajas con respecto á la higiene

pública.

En la tercera,

doy

áconocer el

procedimiento

operatorio empleado por mis. antecesores.con las modificacionesqne

habja

crèido describir. Describo detalladamente el que he sustituido,, concediendo algunas páginas al procedimiento por

ligadura,

que

nohe empleado sino á título de ensayo.

Indico

los cuidados que deben tomarse antes y despues de la Operación; cito los accidentespróximos y remotos que pueden

complic,irla,

y, señalo las causas,ylos

medios de remediarlas.

Termino, enfin,poralgunas reflexiones sobrela castración.

CAPITULO PRIMERO.

Ventajas de la casfraciuh de las vacas conrelación á la economia

agrícola

é industrial.

Rajo

este punto

de

vista, surgen dos cuestiones

principales:

Esta

Operación

aumenta la producción de la leche?

Favoreceel engrasamieiíto?

Veamos¡desdeluego lo quepasa en la alimenta¬

ción y

régimen

de las vacaslecheras en poder de loscriadores, cultivadores y todos

aquellos

que se dedican áia producciónde la leche, s^ para ven¬

derlaenuiatúraleza, óparalá fabricación demante¬

caó queso.

Dos métodos siguenpara ello:

Consisteel

primero

en conservar las vacas du¬

rante muchos años y hacerlascriar todosellos;

"El

segundo

en conservarlas nada mas que e

tieiupo

quedurada

lactación,

sin destinarlas á làre

producción.

El, método de hacer criar á lasvacas; cada

año,

esclusivamente en uso en otro

tiempo,

está lioy en gran parte

abandonado,

en razón de los inconve¬

nientes con que

está

ligado y de las pérdidas que ocasiona.

La vaca que se echa al toro, en efecto, queda frecuentementemuchosmeses sin leche ó damuy pocacantidaden losúltimos mesesde la

gestación.

Deaquí estavariación en el rendimientode le¬

che, esta

inferioridad

en laventa anual, y la necesi¬

dad de emplear la tercera parte ó

la mitad

en mas vacaspara

cubrir

el

defecto

y satisfacer las

practi¬

cas á que selasdedica.

De

aquí

esta

privación

que

á

menudo

sienten los

cultivadoresen pequeñoy los-

viñeros,

que, no te¬

niendo masque una ó dos vacas en su establo, es

tan muchos meses sin leche, sin manteca y sin

queso,

Siguiendo

estemétodo, es necesario,por poco re¬

ducido que seael número devacas que se posean, tenery alimentar en suestablo un.toro, que no

da

otro aprovechamientoque el estiércol que se

vende siempre

con

pérdida

cuando se

quiere desacerse de

.él; este gastoesde consideración,

así

es que muchos

procuran evitarle.

Perocuando no seposee eltoro,noestá siempre

á mano, muchas veces aun estámuylejos; y mien¬

trasel

período

del

celo,

no esposible algunasveces condiícir las vacas donde él se encuentra, ya por¬

que

haga

mal tiémpo,

escarchas

por

ejemplo,

ya porque no haya

bastante

gent,e de que

disponer.

Tambiénvariasveces se deja pasar, los calores

sin

satisfacera lavaca, y es muy

frecuente entonces el

que no conciba, ápesar

de

que sientan thasque

nuri-

ca losdeseos del coito.

Además, lasvacasenceloque notienencostum¬

bre desalir, sehacen indóciles; muchas veces rom¬

pen susataduras, seescapan, se

hieren, hieren

y

aun mataná las personas que

las conducen ó á las

que seencuentran ásualcance.

Guando elpropietariono tienetoro, sucedetam¬

bién queeste, habiendosaltadoya

dos ó

tres veces

no quieresaltar mas; ó lo hace sin resultado. En

estecaso,escita elapetito venéreoen vez

de

calmar¬

le, lo que acontece también cuando es mal repro¬

ductor.

Eltoro puede

también

ser muy

crecido

y

dañará

la vaca., ó

producir

un ternero muy

voluminoso

que

haga

elparto

difícil.

Puede del mismo modo no estar

perfectamente

sana,haber cohabitadoconvacasafectadas depleuro-

neumoníacontagiosa ó haberlas saltadoy

comunicar

así la enlecmedad- Muchas veces he hecho constar

casosde este

género. Sé perfectamente

que se pue¬

den obviar la mayorparte de estos

inconvenientes,

asícomo estoymuy lejos de decirque

siempre exis¬

ten;pero como enla,mayoríade los casos no se

los

preve, surgen

frecuentemente

en el momento que

menos se los espera.

Lavacaque

recibe al

toro no es

siempre fecun¬

dada, hevisto y

todos

los dias se

observa,

que se hacesaltar diez,

quince,

veinte,

treinta

veces yaun

massinningún

resultado.

De queprocedeesto?

De que seretarda todo lo

posible hacer saltar á

vacas, porque sesabe que desde que

están fecunda¬

das, la secreción láctea

disminuye siempre

mas

ó

menos.

Consiste enque, con

objeto de obtener

mas

le-

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