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PERIODICO DE INTERESES MORALES Y MATERIALES.

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(1)

\ÍÍO il. viernes

50

de jünio de

1854.

núm. 36.

OE U lETERMIi

PERIODICO DE INTERESES MORALES Y MATERIALES.

REDACTADO POR

ú). TPuici-ò

^ TlXctïii, G). ^ U/ítlt %eíl e/z, ^ 6}. Slcoucw S^. Ça£Ce^o«

SE PUBLICA TRES VECES AL MES.

PRECIOS DE SÜSCRICION.—En Madrid, por un mes, 3 rs., por tresid. 8.

Enprovincias,

portres id. 10. Ul¬

tramary estrangero,por un aflo, 50.—PUNTOS DE SÜSCRICION.—En Madrid: Enla Redacción , Plazuela de San.

Ildefonso, número I,cuarto cuarto; enlalibrería de Cuestaóenla de Bailly-Bailliere , y en la litografia de Mejía,

calle de Atocha, núm. G2.=Enprovincias en casa de los corresponsales en lospuntosen qúe los hay, ó girando letra sobre correos áfavor delAdministrador,D. L. F. Gallego, encarta franca.

ADVERTENCIA.

Revalidadosya

de veterinarios de i", clase

los dos alumnos redactores Tellez y

Gallego,

sehallan enelcaso de

manifestar

quesucon¬

ducta

respecto d El Eco, será la misma

que

hasta

aqui:

amor

indefinido á los profesoras

y

d los alumnos, afecto inalterable hdcia la

cincia que

profesan.

La administración de este

periódico

que¬

da d cargo

del redactor L. F. Gallego,

por

haber necesitado ausentarse de esta Corte el que

anteriormente la desempeñaba

para

es¬

tablecerse en

Linares.) provincia de Jaén. Pe¬

ro este

acontecimiento, tan profundamente

sensible para

los amigos corredactores del

Sr.

Tellez.,

en

nada ha de afectar d El,Eco

en su

enérgico

y

constante proceder.

ACTOS OFICIALES.

DOCUMENTOS MANDADOS AL SENOB GO¬

bernador de esta provincia,enqoeja Dli la in¬

trusion que los albeitares cometenen la cien¬

ciaVeterinaria.

i." Estando terminantemente mandado por la

exención 4.» de io ley vigente,

tít.

XIF, lib. VIII,

dela NovísimaRecopilación que los albéitares no

puedan ejercer

los

actos

do

reconocimientos en fe¬

rias y

mercados,

enlos pueblos en que

haya veteri¬

narios, y

habiendo dispuesto

el reglamento

vigen¬

te de Veterinaria

(1)

art. 19y 20 que únicamente

los veterinarios de

primera

clase están facnltados (i) Cuando elevé este oficio al seílor gobernador no sabia queel real decreto de 19 de febrero último, había visto la luzpública.

en lospueblos de su residencia, parapracticar la ciencia en toda su ostensión;

Suplico

á V. S. se sirva mandar que en adelante

selimiten los albéitaresen lapráctica de suprofe¬

sióná la curado» del caballo, mulo y asno y al. he¬

rrado; eslándoles prohibido la medicina de los de¬

más animales domésticos ylos reconocimientos de sanidad. Dios guarde à V. S. muchosaños.

Riaza

26^ de febrero de 1854 Mateo

de

Villa.—Señor gobernadorcivil de la provincia de Segovia.

2." Con fecha 26 de febrero üPirao mepersoné

anteV. S. con un oficio, quejándome de la intru¬

sion que los albéitares están cometiendoenla cien¬

cia veterinaria, hollando y destronando las reales órdenes que parael efectosehan dado,perjudicando

por este medio, yaá la moral veterinaria, ya á los

iniereses materiales de los profesores que

han

se¬

guido

su carrera en un

colegio

veterinario.

Gomo hasta lapresenteno he tenido contestación al oficio mencionado, suplico á V S. encarecida¬

mentese tome la molestia de darcursoal documen¬

to

espresado.

Dios guarde á V. S. muchos años.

Riaza 17 de abril de 1854 Mateode la Villa.

—Señor gobernador civil de etc.

3.» No habiendo recibido contestaciónalguna de

V. S., acercade loque conjusticiatengosolicitado hacetiempo, me veo en elcaso de tenerloque ha¬

cer porterceravez.

Como encargado que mehallo de la

subdelega.-

cion de Veterinaria del partido de Riaza, me en¬

cuentroen la

precision

de cumplir con elart. 7, Obligación primera, segunda, tercera ycuarta del reglamentode suhdelegaclones de sanidad, aproba¬

do por S.

M.

en

24 de julio de

1848; y comonada

de lo que

imponen

estas

obligaciones

se observaba

por los

albeitares-herradores

de este distrito y de

toda la

provincia,

se intrusan áejercer, la veteri¬

nariaentoda suestension.

El reglamento vigente de veterinaria del 15 de febrero último, solo autoriza á los albéitares-her- radores para ejercer la cienciaen elganado mono¬

dáctilo, ó sea el caballo, muloy asno,-estándoles

(2)

118 £LEGO.

prohibido el tratar

en sus

dolencias á los anima¬

les de pata

hendida; asi

pues espero

del celo de

V. S. se sirva mandar por

circular,

en

el Bole- '

tin ^oficial de la

provincia,

se

limiten

en

lo

su¬

cesivo los

espresados albéitares-herradores á cu¬

rar los animales quede reglamento

les está

man¬

dado. Diosguarde á V.

S. muchos años.

Riaza6 demayo de

1854.—Mateo

de la

Villa.

—Señorgobernadoretc.

Como á todasestasinstancias no seme

diera

con¬

testación (cuya causala

ignoi'o),

y.

hallándose

en

to¬

dos los pormenores

de mis peticiones mwqviprji^.

condiscípuloy

comjirofesor don Valentin Pálacn/s,

elevó por

si

una

esposicion al señor gobeniailor de

e^tíj

provincia, piilieiidó

se

corte de.raízielnánccr

(fu».devorà á la ciencia veteriiiaria;y

en

su virtud, le

pareció oportuno

al señor gobernaílor,-oivil-iuset-

-

tarenel Boletín oficial de la

provincia, la circular

.queá

continuación

pongo:

íiúm. 58. Miércoles 17 de mayo

1854,

Circular núm.58.

Se

previene álps Alcaldes

no

permitan ejercer le

Veteriparia

á ningún sujeto

quepo

esté adornado del

título

correspondiente.

Habiendo llegado á'

mi noticia

que en

varios

pue¬

blos deesta

provincia

se

ejerce la facultad de vete¬

rinaria por

algunos individuos

que

no son faculta¬

tivosendicha

profesión,

y

convencido de los gqpves

perjuicios queesto pudo

ocasionará la ganadería y

aipi á la.

salud pública

en

general, encargo á lus al¬

caldes,

bajo sumas

estrecha responsabilidad que no

per

iitan ejercer dicho arte á ningún sugeto que.no

se.halle adornado

del título profesional correspon-

(Ijenti'j con

arreglo á lo dispuesto

en

el art. 16, títu¬

lo'3." del realdecretode15de febrero último, pro¬

metiéndome, al propio

tiempo del celo

que

distin¬

gue á los

mencionados alcaldes, persegnirán con to¬

do rigor á los

intrusos

en

el arte de curar animales,

aplicándoles las

penasque

imponen los reglanie"t03

vigentes^ sobre la materia, y.castigándolos, si fuere

¡pvticiso, cíin

arreglo á lo dispuesto eu el código

penal.

Segovia

15 de

mayo

de i854.-^Ea&ENio Ke-

(tofllla.

Circulará los señores alcaldes del

partido de Riaza

para que- estos se

la preseiiten à los albéitares con quienes

se

asistan.

EnteradoelseBjorjgobernador

civil de

estapro¬

vincia delos

grandes males

que

puede acarueár el

q.uQ. personas

estrañas á la' ciencia veterinaria la

ejerzan,se

ha servido mandar,

por

circular en el

Boletín oficial de la

provincia, lo

que

sigue: véa.se

la circularnúm. 58.

_Jbiraevitar tan

grandes abusos,

y

cumpliendo con

elreglamento

de subdelegacionos de sanidad del 24

dajulio

.de,1848,

art,

7.", obligación primera, se¬

gunda

ytercera, .ycomo

los profesores do albeite-

r,ta son

los.que

mas. se

intrusan á ejercer ia veteri-

qaria, espero del

celo de Vds. castiguen

con mano firmeá todo albéitar que

quiera

pasar

el círculo de

susatribucianes;

curando animales

que nasean so-

lípcdo.s (caballa, raqlíi

y.

asno), estándoles absoluta¬

mente

prohibidos los reconocimientos de sanidad

euferiasy

mercadas^según previene el real decre¬

to do l5 de febreroúltimo, tít. 8.°, art.

16;

y

el

^sistín

en sus

dolencias al ganado rumiante y mo¬

reno;

.Espero, de Vds. so

sirvanihacer

ver

á los al-

Iréitares-herradores de sus respectivos

pueblos, la

circular núm. 58 y lo queesta subdelegacion

ha

prescrito. Dios

guarde á V. S. muchos años.

Biaza21 de mayode

;1854.—Mateo

de lA

Villa.

—Señoresalcaldes constitucionales de los pueblos

que siguen:

Madriguera, Santibañez,

etc. etc.'

Sres. Redactores de El Eco de laVeteuinaria.

Muy

señores

mios; con esta

fecha dirijo á la Co¬

misión administrativa dé \èiSociedad de medicina Ve~

terinaria lasiguiente manifestación, (pieespero vea lambíéá'la luz pública en ese periódico. Dice

así:

«Desde la aparición de

El

Eco

de la Veterinaria

en la arena periódlstica he

marchado sie.rni>re de

acuerdo con luis compro

fe-orés

del

principado

; y

nunca antes del mesde abi il próximo pasado,

habla

liado un solop.aso sin.contarcon

ellos

:

las intimas

relaciones quecon

los de Barcelona

mantengo, me

' hablanjpuesto

ar.corfiénte del

proyecto

de academia

muchísimo tiempo antesdeque por

la redacción del

Boletín seanunciasenila idea, ni los Estatutos do la

Sociedad demedicina de Vetirinarid de España.

Más

adelantese me notificó que para llevar el pensa¬

miento á cabo se hablanpuesto mis amigos en re¬

laciónconunode ios profesores

de

esa

Escuela,

con cuyos,buenos

deseos

y

los de los demás çatedràti(;os

contaban: rhi espíritu siempre

prontii á lanzarse á

toda empresa que

conduzca al bien moral

y

mate-,

rial de lafacultad,,ya no vela ante

si

mas

idea

que la de mútua asociaciónentre los

profesores veteri¬

narios,sumidos ha'sta ahora en

el

más ósciiro

aisla¬

miento. En.tal situación me hallaba cuando apare¬

cieronios Estatutos de la. sociedad de medicina

Vete-r

vinaria de

España

; y apesar

de

no

habérseme ocul¬

tadoningunode sus

defectos,

me

apresuré á inscri¬

birme, siempre

confiando

en una nueva y

mejor

Organización que

la

que se

le habia dado:

y

obré

asi, porque

creia

que era

íó

mas

conveniente afi¬

liarnos;no p.iranombrariin

comisión adminish ativa,

sino para

discutir ios Estatutos,

para

manifestar

nuestraopinion,

ios

ausentes,

á

una

comisión consul¬

tivanombrada al efecto.

En e.-ito

aparecieron

en

El Eco de la Veíerinaria

los Estatutos'para im.;j

aca.de.raia. Veterinaria españo¬

la; estatutos que

llenan mucho,

mejor

los deseos de

todos;y

enterado

como

estaba de

antemano,

de

sus bases, no tuve

inconveniente

en

suscribir

con

mis

amigos

comprofesores á

tan vasto

pensamiento,

con¬

vencidocomo mecreia de que

llcgm'iau á regir

en la

corporación de

que

formaba yo^parte. No

suce¬

dió así, y en cambio

.el desacuerdo

que

ha sido

su

inevitable consecnepcia, ha puestoen

consternación

á todos los

veterinarios Sensatos

y

previsores:

en tal conflictose dispiisó

e?ñi-enmision á oir todos los

parecerespara en su

vista llijgar á

una

conciliación

,

(jue no

diidaserá feliz, atçndidas, las circunstancias (]'ue

en sus

individuos

concurren. , .

))Gomomiembro de la sociedad, de Medicina

Vete¬

rinaria de España, me creo

obligado á decir mi opi¬

nion soDre la vital cuestiónquetiene

hoy ocupailos

losAiiimos.(le-iodos;y mi .opinion,

atendidas las cir¬

cunstancias espuestas, ya'rio hay' que

ponerla en

duda; está impresaen

el rtúméro 52 de El Eco de la

Veterinaria', es la mismaque la de

mis (mmprol'eso-

resde Barcelona; es, eri fin, la de

casi tridos los ye-

terinarios.' Reunipigdosdos

profesores de la Penín¬

sula éislas adyacentes en una

corporación ; dar ca¬

rácterreprescirtante y

ejecutivo á comisiones pro¬

vinciales, ramas-dell;r(ínco~camun ; y

trabajar todos

de

acuerdo

ó por

medios tdistintos

pero

siempre con

tendencia almismo fin;esta ynootra es

mi opinion

(3)

DE LA VETERINARIA. 119 Para consegiiii loj lasniejoresbases presentadas has¬

ta aUora son, en mi concepto, las formuladas^ anó¬

nimas,en elnúmero 32 de EL Eco, una vez que se introduzcan en elias unas

ligerísimas

modiflcacio-

nes, que en nada desvirtuarán el fondo del pensa¬

miento.

«Tal es mi parecer,"quequisiera no se perdieré

de vista, mayormente cuando en Veterinaria muy pocos

profesores

sehallarán de opinion contraria;

pues así y solo de este modo s(iría fácil transigir honrosamente las, disidencias reinantes y afianzar

por lo mismo elprimeroy .masgigantescopaso dado háciaél pro,sreso y

mejbrq

de nuestra facultad. No dudo quehaciéndóse cargo "del espíritu,dominante de la época triste qiié

'atravesarnos, empleará

esa comisión todos los medios posibles para alcanzar la tan necesaria union entre los profesores veterina¬

rios.—«Dios guarde á Vds. muchos anos.

Viella 9junio de 1854.

JosK Morello Sanjuan.

Señores de la comisión administrativa de la So¬

ciedadde medicina Veterinaria de

España.»

Srcs. Redactores del Ecode la V^etebinakia.

Siendo la cuestiun que actualmenteseventilaenelse¬

no de laVeterinaria deunaimportancia tan conocida y

trascpndental,no es cstraùo que llamoiaatención de los profesores que se

interesan

eu su buenacierto ; tam- pocoloserá, el que yo me ocupe de ella, supuesto que ya en elnum. 215 del Boletín, llame la atención demis comprofesores hacia la conveniencia de la instalación-de

una Sociedad Académica Veterinaria,

Quélos profesoresveterinarios necesitanteneralfren, te unacorporaciónque, siendolaverdadera espresion de sentimientos de toda la clase, seacerque alGobierno de S.M., en demanda deproteiícion para sus representados,

es"una apremiante necesidad conncida de todos. Que, al constituirse esa misma asociación por indicación de los redactores AdlBolelin, no sehq procedido conla cordura conveniente, esun hecho quenadie hasta el presenteha debido aprobar. Pero elentretenerse por mas tiempoen recriminaciones deningún género, despues de lo que ya

seha dicho sobre el particular, lejos de ser deninguna utilidadpara la ciencia, lo considero al contrario muy perjudicial; especialmente en el momentoen quese trata nada merios que de unirconlos lazo.s masestrechos de

frátérhidad, á todos losprofesores,y cuando los indivi¬

duos que. componenla Comisión administrativainterina déla Academia, acaban demanifestay losmas filantrópi¬

cosdeseos de procedercon el mejoracierto en asunto

tan vital, invitando átodos los veterinarios interesados

enellusire y progrçso dela ciencia para queemitan las observaciones que crean conveniente, á liii de ilustrar la materia. Esto6 sentado, pasaré á emitir mi parecer franco imparcial, no abrigando deseos de queprevalezca nin¬

gunaopinion,sino la queconduzca almejor acierto.

Habiendo leído con la debida atención los'artículos delReglamentode la Sociedad deMedicina Veterinaria de España, presentados por los redactores de el Boletín, igualmente quelos de la AcademiaVeterinaria Española, adoptados porlosveterinarios deGatalufla; con presen¬

cia de loquesobre ambos han dicho algunos profesores:

considero dichosReglamentosútiles y capaces de llenar

elobjeto.áque sedirigen, siempre que secuwplanéin- terpreten como es,debido; pero quelos de la Academia Veterinaria Española,abrazan un pensamiento mas coin-

pletoy capaz.de producir eú su aplicación ventajasmas

importantes; porque la instalación de sucursalesen las provincias, nosponenmas encontacto con la Academia central; y estaventaja, debetenerse muy en cuenta por partede la ComisiónAdministrativa.

Unacosahallo enellos enla cual noestoy conforme, y,eslo que el artículo segundo dice con respecto á Ins albéitarcs, loscualps, según su contenido, no deben.ser admitidos como socios denúmero.Estaescepeionquein¬

tentahacerse abreen cierto modo una brecha amarga en elcorazón demuchos profesores dignos de mejor suerte, dandolugar ádisidenciassiempre.lamcntablesyquedebie¬

ranevitarse;pueshartosdesaires recibe laclaseengeneral porparte de losprofesores deuna-ciencia que taníntima relación tieneconlaVeterinaria, para queentre nosotros mismos seentablela discordia.

Diferentesvecessoba confesadoqueentrela claseque tengo la honra dedefender sehallan profesoresmuydig¬

nosdesertenidosenconsideración, de loscualeses pú¬

blico que no han perdonado medio para instruirse. Es verdad queel Reglamento lesabre un camino paratener ingresocomoacadémicosdenúmerorevalidándose de pro¬

fesores de 2.' clase;"y aunque fuera un feliz,recurso pa¬

rala Veterinaria el quetodos los que sondignos lo hi¬

cieran, siti embargo, hay para muchos un inconve¬

nienteen el desembolsopecuniario para veriftcarlo/que

aunque,á primeravistaparece obvio no habrá profesor, quelo haya intentadoqueno lehayacostado cercadeROO reales vellón: debiéndoseteneren cuenta también que á

bis albéitares que se revalidaronantesdelReglamento dej año de 1827 seles ha hecho abonar el déficit q,ue resul¬

ta del coste del título provincial con el que costabaen virtud del Real decretocitado, pudiendo calcularse que,á dichos profesores les costaría en laactualidad cerca de

2,000 rs. Además, en lasuposición de haber albéitares quesoliciten suingreso como .«ocios de número ¿qué in¬

conveniente puede haberen admitirlos, todavez quedos elegibles reúnanlos méritosy condicionesque paraser¬

lo seexigen? El objeto ,de la Academia es el de reunir y hermanará todos losprofesoresconlos vínculosmas es¬

trechos de Iratcrnidad científica yprofesional; y bajo este concepto nodebenser escluidoslosalbéitares.

Con el propio objeto creo que es acreedor El Eco á quela Comisión Administrativaleelija porel órgano do la sociedad: porquesusredactores sonlos que mas han trabajadopara la verificationde la referida sociedad, y taníbien porque con su bien cortada pluma han sabido

grangearse las simpatías do todoslosprofesores amantes del progreso de laçipncia. Mas como por otra parte,

log

rodadores del Boletín se creerían desairados , yo crea que este inconveniente podria subsanarse declarando á ambosporórganosde la Academia. Enel estadoá que se han colocado las cosas, creo también que la Comisión Administrativa debe, adoptar toda medida conciliadora*

pues aunqueparaellotenga que pasarse poralgun abu¬

so,siempre quedará tiempo parasubsanarlo* Con estoy conque despues de hermanar interesestan encontrados,

sesometaánuevaelección, opinoqnehabrá dado un gran pasoen el camino de la reconciliación, tan necesarioen-

las actualescircunstancias.

Albalate delArzobispo10 dejuniode 1854.

. Joaquín Riü.

(4)

m EL ECO

Sres.redactores de El Eco de la ï^eterinaria.

Muy señores mios:Con esta fecha dirijo álos que lo

sonàeA Bolelin del mismo nombre el siguienteescrito, que esperodesu bondad se sirvan incluir en el que Vds. redactan, á cuyofavor quedará agradecido S. S.S.

Q. B. S. M.

Sres. Redactores del Boletínde laf^elerinaria.

Muyseñores mios;

Visto

el remitido del señor subde¬

legado do Pozoblanco, que aparece en el ndm. 268,cor¬

respondiente al 10 del que rige, del queVds, redactan,

enel que dicho señor con uncelo digno de ser imitado,

sesirve haceralgunas observaciones, escitando al mismo tiempo el deesaredacción, paraque se sirvan coadyu¬

varnos enla culminante cuestión dearreglo do partidos veterinarios, quees laqua hoy dia absorbo la atención detodos losprofesores; por medio de dos notas con que adicionan dichoremitido, se sirven darnosalguna noti¬

cia de los pasos dados sobre este asunto: su contenido

aclara algun tanto lo quenosotros hemos deseado que hablaseesaredacción,paraenvista de lo quepudiéramos prometernos de sus esplicaciones, obrar de un modo enérjicoycapazde llegar al fin que todos nos propone¬

mos; empero antes debemos hacer una salvedad:' todo cuanto vamosámanifestarno vadirigidoápersona nin¬

guna, para nosotrostodosson muyrespetables, nuestra Oposiciónvaencaminada únicamente á susactos públicos

ynada mas.

Muchosmeses há que los redactores del Boletín pu¬

dieronconocerporalgunos remitidos al Ecode la Vete¬

rinaria, quelosprofesoresde partidonos encentrábamos agitados y enestadoviolento: algunos de

esíos

que fue

ronnuestros,firmadosbajo diferentes seudónimos,no tu¬

vieronmasobjetoqueescitarsu celo, para que en virtud

desu posición social, se ocuparan y presentaran al palen¬

quede ladiscusión la palpitante cuestión de arreglo de partidos; el que

apareció

en

el Boletín

núm. 2G5,enca¬

bezado por Vds. con el epígrafe «Arreglo de partirlos»

era nuestro también; nada tuvieron por conveniente decir.

Desde elmomento en queEl Ecoapareció enla arena periódislica

veterinaria,

y en

virtud de la

bandera que enarbolara, mereció los plácemes de la generalidad de

los dedicados á estaciencia; estefué un resultado .forzo¬

so: teníamosunperiódico déla profesión, nose ocupaba

masquede losadelantos científicos, sin reparar en que otramisiónmuynoble á lapar que urgente y perentoria empezaba á surgir entre sus profesores, cuya llevaba también agitados á lus de las ciencias de curar, y

sus órganos en la prensaocupados en ventilarla, dis¬

curriendo ytrabajando todospara dar cima áuna misión

nobleenqueseconsideraron los primeros adaliiles. Todo

esto,señores redactores, (fuerzaesdecirlo) ni seveia ni

seóia: llamábamos nosotros y nuestras vocesse

perdían enel desierto según la espresion del Salmista;

pero no seperdió todosu efecto no,la influencia de sus vibraciones han formado un núcleo de esperanzas en la generalidad de los profesores de partido, sin embango de

que,cuando próximo á ver la luz pública el arreglo de partidos médicos, algunoj creyeron ver el nuestro, y cuando tan deseado documento pudieron tomar en sus

manos dejadle, nole leáis no en contráreis in¬

cluida la Veterinaria ¿Si ni nosotros ni nadie por

nosotrosha trabajadopor su inclusión?... Decíamos que

El Eco enarbolóuna bandera;se propuso la defensa de

nuestrosintereses morales y materiales que tan olvida¬

dosse velan; estosolo fué suficiente para levantarnos del

estado doabatimientoypostraciónen que nos encontrá.

bamos, entrandoen una nueva vida. Sisusredactoreshan

cumplido ó no con loque prometieron, todos sus núme¬

rospublicados hasta el dia darán la contestación según la prueba de nuestros asertos; ¿quéestrailo esqueestepe¬

riódico haya merecido nuestras simpatías con las de la generalidadde nuestros dignos cómprofesores? Nos la¬

mentamos denuestra^orfandad,y nos tiende su tiernay débilmano:lloramosnuestros males éinfortunios, y llo¬

ra connosotros también; nos alarga además su pañuelo

para que enjuguemos nuestros húmedos ojos, nos con.

suela; enfin,nosdice: «pocoónada puedo; pero contad siempre en todo y con lodo con misescasos medios de acción.» Esto, señores,esmuy dulceá la par que conso¬

latorio: gloríese elseñorSubdelegado do Pozoblanco:glc-

ríenseconél todossus comprofesores:su escrito hasido

causade que sehaya corrido el velo quecubría lacues¬

tión que nos ocupa, quelos señoresredactoresdel Bole¬

tínhayanroto el silencioque(dicho sea en verdad)nos ha traídofatigados, y nos hayan dicho con sus dos no¬

tas, los pasos que sobrelas mismas tienen dados y sus resultados.

Dicelaprimera: Sin duda por no estar en anteceden¬

teselcomunicantevierteestaidea. Sepa él y sepantam¬

bién los que lo ignoran, que encuanto los redactores

delBoletínsupieron el nombramiento de una comisión quepropusiera el proyectodel reglamento para el arre¬

glo de partidos hablaroná los individuosque la compo¬

nían, alseñorministro do laGobernación,y recurrieron

en debida forma: perofaltando labase esencialque esla

verdadera estadística pecuaria que con el ejercicio lo¬

cal de la cienciapueda tener relación, no fuéposiblela inclusion delaVeterinaria en elarreglo de partidos. Tal

vez notarde ennombrarse otra comisión parecidaá la anterior, (Dios nosoiga)para que redactenel competen¬

teproyecto.L.R.» Nada de particular tiene que elseñor subdelegado de Pozoblanconininguno de sus comprofe¬

sores , estén enestos halagüeños antecedentes, la culpa

nies suya ni nuestra, contraVds., señoresredactores, aparece; masprescindamos de esto: Vds. conocieron lo que debían álaciencia, ásuscomprofesoresy lo que se debíaná sí mismos; seconstituyeron nuestros apodera¬

dos,sepersonaron conlas elevadas personas que ahora

nosdicen,suplicaron, instarony pidieron la.inclusion de laVeterinaria enelarregloquemarchabaá pasos gigan¬

tescos; y cuenta que hasta de aquíno censuramos tan nobles trabajos; seles contesta con una al parecerdifi¬

cultad, que en concepto nuestrono lo es,la faltade una estadística pecuaria. Dejamos á la consideración del pú<

blico veterinario imparcial si esto pudo ó no ser una evasiva de parte dealguna de las personas suplicadas, délas áqne Vds. se acercaron pidiendo porla clase que representaban; peroquedaron supeditados (si se nosper¬

mite la espresion)á la perniciosa influencia que en sus ánimos produjo la contestación recibida. Muy natural y conforme eraqueentonceslo hubieran manifestado: hu¬

bieran recibidonuestro cordial afecto, cada cual hubiera discurrido el modo de romper ese nudogordiano, cada

unohubiera ocupado su puesto,nosotros aconsejando y ayudandoá Vds.enlo quehubiéramos podidó, yVds.hu¬

bieran vueltoáocuparel suyo, enel quetan bueá papel

(5)

DE LA VETERINABIA. 121

empezaroná desempeñar; esto parecía lo lógico y pru¬

dente; pero callaron Vds., y casi podemos decir omnia perdidimus: ¡¡¡La falta do una estadísticapecuaria

fué

la causadenuestraesclusionenelarreglo que ya

salió!!!

Imposibleparece quelas mismas personas que ati lo de¬

cíanlocreyeran.Noentendemosunajota ni estamos im¬

puestosenmaterias degobierno,pero preguntamos nos¬

otros ahora ¿porventura puede nadiecreer que un go¬

bierno,seaelquequiera, medianamenteorganizado, deja

deposeer unaestadística general de la riquezaimponible,

inclusa la pecuaria que tantoselementes de riquezacon¬

tiene,yquetanto codician todas las naciones? No es p'o-

sible: que noexistaesta conaquella exactitudy verdadque

unsábio y celoso gobierno desea, puede pasar; pero no queestalaltaentodas sus partes, cuando todos los año^

iospueblos tienenque ciar una al gobernador de !apro.

vincia parasaber la altaybaja- de la riqueza de los mis¬

mos, cuando seles encarga tanto espresen el númerddo

animalesdomésticoscon quecuentan estos mismos pue¬

blos, especies á que corresponden, sin dejar ninguna do las queformansu riqueza. Esto lo sabemos los profesores de1ospueblos,y lo sabemos taná ciencia cierta,que po¬

dríamoscitar alguno de estos que amistosamente ayuda

en estos trabajos estadísticos al secretario del pueblo dondeseencuentra; masdiremos aun en apoyo de nues¬

trosasertos; que el pueblo que no cumple á tiempo

con elenvío de la estadística anual á los gobiernos de provincia, esapremiado con la prosecución de un comi¬

sionado adhoc hasta quela remite; ycuentaqueestosco- misionadosno vienen menosde 30 ó 40 realesdiarios,que elgefeles señaiaporsusdietas. De todo esto hemos sida testigos presenciales; luego resulta

probado

evidente¬

mentequeno falta la estadística pecuaria; queVds. cre¬

yeronde buena fe y bajo supalabra á laspersonas que tales especies aseguraron, también es cierto; mas tam¬

biénlo esquesi Vds. hubieran estado en estos anteceden¬

tes hubieran podido argüir con ellos sin que les pu¬

dieran pesar gato por liebre, como se acostumbra á decir; sin embargo, admitida la falta ó carencia de

esa estadística por un momento , ó bien que el Go¬

bierno la desea exacta: autorícenos para formarla como

se le tiene suplicadoy tocará sus efectos. La comisión

que seformó lo

fué sin duda de notabilidades de l^s de¬

máscienciasde curar: noqueríaen su seno vocalesvete¬

rinarios, buscaron un motivoquepareciera honroso, lo

encontraron; ysin embargo, elargumento que pudo ha.

cérseleseramuysencillo:si admitimosqueno hay esta¬

dística pecuaria, tampoco la

hay del

censo

de la

pobla¬

ción, ysin embargolos

trabajos del arreglo siguieron ade.

lante. En él se diceen varios artículoscondicionalmente

•enlas poblaciones queno lleguen

á

tanto

número de

ve¬

cinos podrán componer partido de médicoyno.do farma¬

céutico,lopodrán de cirujauoynode médicoy farmacéu¬

tico, que se agregarán á otros inmediatos etc., etc.- De cuyas idénticas bases en cuanto al número de animales,

pensamos valemosnosotros para

formar

unproyecto de arreglo de veterinariosquesometeremos ála dilucidación

de la prensa" veterinaria y á la de nuestros entendidos cemprofesores; siempre hemos sido de opinion qúelo que ha de hacerse, cuanto antes mejor, yporque hay un re¬

frán quedice «hacienda hechano lu viene estorbo.»

Concluyen Vds. la nota con decirnos que tal vez no larde á nombrarse otracomisión, etc. En cuanto á esto, que nos halagaen estremo alegrándonos de que cuan¬

to antes suceda; no podemosmenosde suplicar á Vds queinterpongan suinfluenciaytrabajospara que cuanto-

antessenombre; esta será una prueba deque elGobier¬

node S. M.nosatiende y queVds. se ocupande sus com¬

profesores. Operibus créditéet nonverbis.

Pasemos ya á ocuparnosdel contenido de lasegunda

nota; dice: «Los redactores no hanpodido hacer mas que conseguir la autorización legalpar.i la formación delco¬

mité áqueel comunicantesereñere, de laprontareunion

desusindividuosdependen los resultados que todosan¬

siamos.—L. l!.«

Estos cortosrenglones, señores redactores, envuelven

uncargo implícito á la par queterrible contra lagenera¬

lidaddelos profesores, cargo que si no pudiéramos des¬

vanecer, él solo seriasuficientepara queVds. nos dejáran

abandonados á nuestraspropias fuerzasy recursos; dilu¬

cidemos. Losredactores, dicen Vds., nohanpodido hacer

mas queconseguir laautorización legalparala

formación

del comité. Porun momento concedido; ¿poro cuandonos handicho Vds. quedebíamos formar estecomité, ni cuan¬

dotampocoqueiban á pedir la autorización, á qué auto¬

ridad la pedían, ni si sehabíaconcedido, nicomotampoco habiamos doproceder ásu elección? Cuidado,señoresre¬

dactores quesumos suscíitores desde su creación al Bo¬

letín y al Eco, ynada hasta el contenido de estanotaque¬

ues ocupa han dicho Vds. ni porincidencia de la

reunion

del talcomité. Esto supuestoy ser un hecho de

verdad,

nada departicular tiene que los redactores del

segundo

nada hayan sabido, ni menos

podido decir

ásus

suscrito-

res; precisose hace aclarar loshechos sin involucrar

las

cuestiones,dando á cadacosa el nombrequelecorrespon¬

de: laautorización á quehacenVds.referencia, ¿eslaque pidieron áeseseñor Gobernadorpara la

formación de la

Sociedad de medicina veterinaria de Españal ¿Llaman

comitéásu comisión administrativa? Si tal consideraron

Vds. yestosabían los profesores inscritos en esa corte,

unvoto de amargacensura les legamospor haber puesto- impedimento álapronta ejecución

íe

un ponsaraiento

de

inmensasy trascendentales consecuencias en favor

de la

ciencia;ellos son losque podrán contestar á este cargo quecontraellos resulta, ysies que entonces

les mani¬

festaronverbalmenteestu que nos manifiestan ahora por esta nota ; perosiestono fuera cierto, otrorecaíaenton¬

cescontraVds.¿Paraqué el silencio.^ ¿No merecíamoslos profesores de provinciasestar antes de ahora enesos an¬

tecedentes? Creemos quesí, porqueaparte de la

cuestión

suscitada con motivo de la creaciónde la Sociedad (en

cuestión de la que nos separamos completamente en este momento); sientonces se noshubiera dichoque la crea¬

ciónde ella y el nombramiento de su

comisión adminis¬

trativaiba á tomarel carácter decomité y ental concepto

átraliajar incesantemente en elarreglo

de partidos, lo de¬

cimos francamente, delosprimeroshubiéramos sido á ins¬

cribirnos inmediatamente socios fundadores y con nos¬

otroslo hubieran hechoalgunos mas profesores; el ma¬

nifestarlascausas de nuestro retraimiento por ahora no lo creemosoportuno.Guando á

la

m ino

tuvimos el real

decreto dearreglodepartidos médicos, concluidaquehu¬

bimossu lectura, una impresión triste á la par quedes¬

consoladorase apoderó denosotros, bajo cuyaimpresión

, dolorosaescribimos el artículo que ocupó las columnas

delBoletín del 10 del pasadomayo, aúm. 2ÍS. El senti¬

dodesuúltimopárrafoera muyesplicito: queríamosque elpensamiénto saliera de laprensa,la formación del co-

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