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Repítese la mutación de la rústica sala y sale Andronio. [f.151]

ANDRONIO: Pues al fallecer Diodoro, introduje en su cadáver un espíritu, que a fuerza de mis conjuros, levante

su casi corrupto cuerpo 1025

con la robustez más ágil.

No tanto de agradecido al voluntario hospedaje que debo a su tío, cuanto

porque ya en mi pecho arde 1030

una pasión, de que fue como ensayo la de antes.

¿Quién discurrirá104 que pueda servirme ni utilizarme

una sombra de los celos, 1035

siendo una sombra bastante a turbar las más conformes y finas seguridades?

Mas, ¿quién podrá discurrirlo?

104 Discurrir: “Pensar, juzgar, opinar.” (Dicc. Aut.). Cfr. Abarca de Bolea, Vigilia y octavario de San Juan Baptista:

“Tengo por más conveniente que vosotros mismos seáis la mayor parte de mis lucimientos y para que esto se consiga nos ejercitemos en un juego que, por muy común y sabido, hay campo abierto en él para discurrir, y éste ha de ser que cada uno de nosotros escojamos una flor.” (Ed. de Mª Ángeles Campo Guiral, Huesca, Instituto de Estudios Altoaragoneses, 1994, pág. 154).

[f.151v] Si aún el propio que se vale 1040 hoy de este instrumento para

hacer su esperanza fácil con el ruego o la violencia teme en lance semejante

que por saber lo que ignora, 1045

ha de ignorar lo que sabe.

Pues en el fingido robo nunca para mí culpable

que he dispuesto, pero el tiempo

lo dirá, pues a esta parte 1050

el cielo abreviado105 llega, el sol más hermoso sale.

SALE LÍCIDA: Quejosa106 de vos, Andronio, vengo a buscaros.

ANDRONIO: No cabe

la contrariedad, señora, 1055

de ofenderos y buscarme, porque si el buscarme vos es la fortuna más grande,

¿qué fuera si os obligara

si esto el ofenderos hace? 1060

Digo que vos lo penséis,

105 Aparece en Reinar después de morir de Luis Vélez de Guevara: “Todo un cielo abreviado, / y al sol de dos luceros abrazado.” (Luis Vélez de Guevara, Reinar después de morir: comedia famosa, Barcelona, Piferrer, 1821, pág. 3).

106 Quejoso: “El que tiene queja de otro. Lat. Querulus.” (Dicc. Aut.). Cfr. Castillo Solórzano, Tardes entretenidas en seis novelas: “Sólo don Jorge estaba quejoso de doña Vicenta y su hijo, por haberle faltado la palabra.” (Ed.

de Emilio Cotarelo y Mori, Madrid, Bibliófilos Españoles, 1908, pág. 140).

pues en mi pecho no cabe más ofensa que adoraros y aun esta no ha de estimarse

[f.152] por tal, pues en quien os mira 1065

no hay fuerzas para excusarse.

LÍCIDA: Mi propia queja desmiente ponderaciones tan grandes aun sin más antecedente,

pues implica que me ame 1070

quien da vida a quien me ofende, quien no recela arriesgarme;

no digo a otra ofensa, pero a imaginarla es bastante,

que un deseo conocido 1075

es también agravio infame en quien lo sufre y en vos, siempre que este efecto falte, ni hay amor, ni puede haberlo.

ANDRONIO: Mejor pudiera dudarse 1080

de otro modo; pues teniendo Diodoro en vuestras piedades, perdonado su delito,

si escarmiento quedase,

no era amaros el quitaros 1085

la ocasión de que brillase una clemencia tan noble

por medios indubitables107. [f.152v] Fuerza de que mi respeto

me da las seguridades 1090

de vos, en quien solamente pudiera el temor fundarse, porque, ¿quién, viviendo yo fuera, señora, bastante

ni con ocultos deseos 1095

a ofenderos ni agraviarme?

LÍCIDA: Por si así, como la voz, la razón me persuade

respondedme a una pregunta:

¿no llorasteis, fino amante, 1100

a Clorinia?

ANDRONIO: Sí, señora.

LÍCIDA: ¿Y qué halláis en mí, que imagen suya os la copie?

ANDRONIO: Nada.

LÍCIDA: Pues, ¿cómo han de conformarse

dos extremos tan opuestos? 1105

¿Cómo llorarla y amarme?

Pues aun no enjutos108 los ojos de caso tan lamentable,

107 Lo mismo que “indudables”.

108 Enjugar: “Quitar la humedad y secar alguna cosa.” (Dicc. Aut). Cfr. Castillo Solórzano, Aventuras del Bachiller Trapaza: “Pagado el alcance de lo que le tocaba al difunto por su parte, quedó Estefanía señora de más de quince mil ducados en muy lindos juros, joyas y menaje de casa; menos mal, pues esta hacienda la ayudaron a enjugar las lágrimas de la pérdida del viejo, con esperanza de hallar otro.” (Ed. de Jacques Joset, Madrid, Cátedra, 1986, pág. 277).

os oí en iguales voces

mayores contrariedades. 1110

ANDRONIO: Siendo natural, señora, [f.153] que la adoración arrastre

siempre lo mejor, no implica que, fino amante, llorase

a Clorinia, ni que vos 1115

las lágrimas enjugaseis no ocupando su lugar, sino haciendo más grande;

pues fueron sus perfecciones

las más hermosas que antes 1120

de veros vieron mis ojos, tal vez como inimitables y así, la lloraba muerta cuando tinieblas tan grandes

deshicieron vuestras luces; 1125

viendo en ellas cuán brillante donde una estrella fallece un bello lucero109 nace.

De suerte que ya corrido

de mis vanas ceguedades, 1130

os juro que aunque viviera…

LÍCIDA: No paséis más adelante,

109 Lucero: “Cualquier astro de los que aparecen más grandes y brillantes. Lat. Sidus praestantiori luce splendens.” (Dicc. Aut.). Cfr. Valbuena,Siglo de Oro en las selvas de Erífile: “El sol, la luna, el alba y el lucero, / Las doradas estrellas, / Los ejes de oro en que restriba el cielo, / El dia placentero,/ Bañado en luces bellas.”

(Madrid, Imprenta Ibarra, 1821, pág. 28).

que no quiero oír en vos expresiones de inconstante,

que aunque suenen como afecto, 1135 [f.153v] como aviso desengañen

de que podréis a otra luz ver más hermosos celajes110. ANDRONIO: Para el sol no hay competencia.

LÍCIDA: Aunque por tal me estimase, 1140

sé que no falta en el mundo también quien del sol se canse.

ANDRONIO: ¡Que no haya razón que os venza!

LÍCIDA: Ni la espero; pues no es fácil

que llegue a los fines quien 1145

de los principios no sale.

ANDRONIO: (Aparte) (Pues yo he de lograr aquellos por más que en estos te pares.) CLORINTO: No diréis, Lícida bella,

que no os sirve y os complace 1150

mi sobrino, pues apenas de muerto o vivo, renace por la facultad que tiene de los dioses inmortales

Andronio, cuando corrido111 1155

110 Celaje: “Los colores lucidos, que forman los rayos del sol en algunas nubes. Lat. Núbis colóribus variáta.”

(Dicc. Aut.). Cfr Vega Carpio, El Nuevo Mundo descubierto por Cristóbal Colón: “Daca sustento, o siquiera/una sombra de ribera,/un celaje, nube o ave.” (Ed. de J. Lemartinel y Charles Minguet, Paris, Presses Universitaires de Lille, 1980, pág. 16).

por esos campos se sale donde nadie vea su culpa asomada a su semblante.

ANDRONIO: (Aparte) (No, sino donde mayor

la creáis sin que se alcance 1160

[f.154] que para vivir un vivo hoy de un difunto se vale.) LÍCIDA: Mediando vuestra prudencia,

nunca pudiera esperarse

otro proceder y creo 1165

que aunque él más lo repugnase, os valdríais de la fuerza

solo por no disgustarme.

SALE LIDAMIA: Lícida hermosa, aunque sea

tan costoso a mis pesares 1170

como a tu pecho de gusto, sabe que tu amado padre ha llegado ya por ti.

LÍCIDA: No mi ausencia te acobarde;

pues nuestra amistad hará 1175

lo penoso más süave, pues tienes de ir a verme y mejor sabrá aguardarme.

LIDAMIA: Ya es tarde, pues mi cariño

111 Corrido: “Lo mismo que perseguido.” (Dicc. Aut.). Cfr. González, Carta [Cartas de algunos padres de la Compañía de Jesús, I]: “Viva mil años para que siempre me haga caridad, y es tanta la de V.R., y tan poco lo que le sirvo que estoy corrido y no sé tomar medio con que salir de tantas obligaciones.” (Madrid, Imprenta Nacional, 1861, pág. 490).

se ha vuelto odio.

SERVIA: Suegro.

BERNIO: Padre. 1180

SERVIA: Otro huésped.

BERNIO: Otro diablo.

SERVIA: Con criados muy galanes.

BERNIO: Con criados muy hambrientos.

SERVIA: A pie por tener más hambre. [f.154v]

BERNIO: A pie porque el ejemplar 1185

de Lícida es ya bastante a que de montar caballos aquí la memoria acabe.

SERVIA: Vienen a tragarnos.

BERNIO: Vienen.

SERVIA: Callad, villanos infames, 1190

que aquí mismo os diera muerte si ya no me apresurase

la atención debida para recibir huésped tan grande.

LIDAMIA: Salgamos todos.

ANDRONIO: Y yo 1195

haciendo, señora, examen de mi fineza, pues quiero celebrar mis propios males sólo por ser bienes vuestros,

usaré aquí de mis artes 1200

para que el aplauso sea conforme a las voluntades.

CLORINTO: ¿Con qué podré, noble Andronio, tantos favores pagarte?

Múdase112 el teatro en magnifico jardín con varias estatuas de hombres con instrumentos y mujeres que a su tiempo toquen y canten. A un lado, una puerta sumptuosa por donde, al llegar todos, sale Levinio y acompañamiento de indios con flechas y arcos.

LEVINIO: ¿Hija mía? [f.155]

LÍCIDA: ¿Padre mío? 1205

Pero, ¡dioses celestiales!

¿Es aqueste alcázar vuestro?

¿Cómo en tan rústico valle cupo sin noticia mía

el mayor primor113 del arte? 1210

Vuelven todos a mirar y hacen que de admiran.

TODOS: ¡Raro portento!

SERVIA: ¡Esto ha sido

un escupido114 del aire!

112Mudar: “Dejar una cosa que antes se tenía y tomar en su lugar otra.” (Dicc. Aut.). Cfr. Gómez de Tejada, León prodigioso: “Después que Júpiter me despachó con una carta muy amorosa y agradecida a la diosa Ceres, dejé los sacros palacios y monte Olimpo, por extremo contento de la merced recibida, resulto de mudar naturaleza y transformarme en la de hombre: por ser la más noble de la tierra, y escoger cuerpo, estado, y modo de vida conformes a mi deseo.” (Ed. de Víctor Arizpe y Abraham Madroñal, Madrid, Edición electrónica, 2000, pág.

146v).

113 Primor: “Se toma por el mismo artificio y hermosura de la obra ejecutada con él. Lat. Artificium.” (Dicc.

Aut.). Cfr. Abarca de Bolea, Vigilia y octavario de San Juan Baptista: “Tu pluma (pincel lustroso)/hace, de lo feo, hermoso,/con primor tan soberano/que, aunque a todos das de mano,/ninguno dejas quejoso.” (Ed. de Mª Ángeles Campo Guiral, Huesca, Instituto de Estudios Altoaragoneses, 1994, pág. 413).

BERNIO: ¡Qué criatura tan hermosa aquí la tierra nos pare!

CLORINTO: Antes que la admiración, 1215

el júbilo os arrebate de ese tierno lazo solo conocido del que es padre y más siendo tal la hija,

sabed, señor, que este grande 1220

prodigio que habéis mirado antes que todos y aun antes quizá que lo viese él mismo que hoy en tu obsequio lo hace,

con sólo un mudo precepto 1225

este joven fue bastante a dar bulto a las especies de su idea incomparable.

LEVINIO: Ese es querer de un asombro

con otro mayor sacarme, 1230

[f.155v] pues, ¿cómo en saber humano poder tan divino cabe?

CLORINTO: Del propio modo que pudo con herir la tierra, darle

muerte al bruto desbocado 1235

114 Escupir: “Arrojar, lanzar algo” (Dicc. Aut). Cfr. Remiro de Navarra, Los peligros de Madrid: “Una doña Esperanza, prima de Beatriz, se enfadó mucho, diciendo que con ella se había de haber hecho el asco de haber escupido don Tadeo su dinero, y no con su prima.” (Ed. de María Soledad Arredondo, Madrid, Castalia-Comunidad de Madrid, 1996, pág. 81).

que ayer intentó arrogante imitando a los del sol115 con mejor sol despeñarse.

LEVINIO: De uno, en otro laberinto

me llevas, pues solo añades 1240

confusión a confusión porque sea la más grande hacer que con lo admirado a lo agradecido falte.

ANDRONIO: Esa obligación, señor, 1245

no lo es, puesto que nadie debe agradecerme a mí lo que por la mía obrase y en lo demás, restauraos

del asombro que esto cabe 1250

y mucho más en la magia, de cuya ciencia admirable.

Ilustrado me obedecen agua, tierra, fuego y aire

[f.156] y así, de remotos climas 1255

en solo una tabla frágil por timón116 que la gobierne,

115 Es decir, los caballos que llevan la corona de Apolo (el Sol). Referencia al mito de Ícaro: “Hombre famoso en la fábula, era hijo de Dédalo, célebre por su habilidad en la Maquinaria. Encerrado Ícaro en el Laberinto de Creta, que había hecho su padre, le hizo éste unas alas de cera para salir de él volando, pero Ícaro, contra el aviso de su padre, se acercó al sol demasiado, se derritió la cera, cayeron las plumas y él se ahogó en el mar, a quien dio el nombre.” (Dicc. Terreros, 1787).

116 Timón: “En términos de Marina es aquella pieza de madera que sirve para gobernar el navío. Lat.

Gubernaculum, clavus.” (Dicc. Aut.). Cfr. Fernández de Heredia, Libro de actoridades (Rams de flors):

por velas que hinche el aire, por proa que busque el rumbo

y por quilla que el mar are, 1260

me han servido los confusos para el abismo inviolables.

LEVINIO: Aunque siempre creí que fuese temeridad ignorante

sin que en cuanto nos dejaron es éxito de sus pasajes

y de otras historias, haya

“Vergonyosa cosa es al timonero o gouernador al qual la onda marina echa el timon o el gouierno de la mano, o quien dexa yr la vela en banda o a de part quando vido venir el viento contrario.” (Ed. de Juan Manuel Cacho Blecua, Zaragoza, Universidad de Zaragoza, 2003, pág. 155R). Vela: “En la Marina es una gran pieza de lienzo unida a las vergas del navío, que le hace vogar por medio del viento. Lat. Velum.” (Dicc. Aut.). Cfr. Rojas Villadrando, El viaje entretenido: “Después que me libré por mi ventura/de aquella confusión, de aquel peligro,/de aquel surcar el mar a vela y remo,/[…] procuré consumir otros dos años/en ver del mundo lo que me quedaba/o al menos ver lo que posible fuese.” (Ed. de Jacques Joset, Madrid, Espasa-Calpe, 1977, pág.

108). Proa: “En un navío es la parte primera, o delantera de la nave, que va cortando las aguas. Lat. Prora, rostrum.” (Dicc. Aut). Cfr. Céspedes y Meneses, Varia fortuna del soldado Píndaro: “Assí corriendo, en tan amargo término, nos embistió por proa un gran golpe de mar, que casi, al retirarse, nos arrassó el timón, y en breve tiempo quedamos sin govierno, y la nao en través la mayor parte de la noche.” (Ed. de Arsenio Pacheco, Madrid, Espasa-Calpe, 1975, pág. 214). Quilla: “Término de Marina, es la pieza más gruesa que hay en el navío, que va de proa a popa.” (Dicc. Aut). Cfr. Barrionuevo, Avisos. Tomos I, II, III y IV.: “El galeon Santa Teresa, en San Sebastian, aunque se botó al agua, no ha flotado, que es lo mismo que no hallar harto fondo para sostener tanto peso, por haber corrido suertes y no haber llevado con ellos las aguas vivas, con que está en mucho riesgo, topando la quilla en el arena.” (Ed. de Antonio Paz y Melia, Madrid, Imprenta de M. Tello, 1892-1893, pág. 43).

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