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El contexto de las bandas de bronces en la Región Sur Andina

2. BANDAS DE BRONCES DE LA REGIÓN DE TARAPACÁ

2.5 El contexto de las bandas de bronces en la Región Sur Andina

Como ya hemos anunciado antes, las bandas de bronces son actualmente un elemento importante dentro del contexto de actividades sociales tradicionales en la Región Sur Andina (Perú, Bolivia y Chile). Las bandas de bronces, llamadas también bandas de pueblo, se podrían definir como una organización musical popular cuya formación está constituida por instrumentos de viento y percusión, con un repertorio constantemente relacionado con ritmos tradicionales del pueblo o nación y que amenizan y solemnizan fiestas y actividades sociales (Mullo, 2009).

66 Pese a tratarse de instrumentos traídos desde fuera del continente, estos han adoptado formas particulares de ser ejecutados. A partir de este fenómeno es posible comprender que ninguna cultura puede reivindicar como propia una música sin admitir que comparte muchas características y probablemente muchas composiciones con otras culturas vecinas (Nettl, 1985:16). En el caso de Latinoamérica esto se hace presente de forma muy clara, no tan solo a nivel de músicas sino también a nivel de otras muchas expresiones artísticas, particularmente aquellas desarrolladas en el período colonial de la colonia, constituyendo, América Latina un mosaico cultural particularmente extenso donde las religiones y sus sistemas adquieren formas sensibles particularmente diferenciadas y heterogéneas (Fernández, 2000:285).

2.5.1 Las tradiciones y las bandas de bronces

Para Elliott (1990), cultura no es algo que la gente tiene, sino que es algo que la gente hace, por este motivo la cultura es un proceso social que se mueve continuamente de un lado a otro. Estos movimientos pueden ser comprendidos, evaluados y categorizados (Elliott, 1990). Las bandas de bronces, foco de este estudio cumplen con las cualidades antes mencionadas. A pesar de ello, es importante mencionar que la cultura a la cual se hace referencia en este estudio es una cultura híbrida que se ha desarrollado a partir de las uniones entre culturas. Principalmente entre la que tenían los pueblos originarios en el momento de la invasión española y lo que trajeron consigo los propios conquistadores. Por otro lado, a partir de estas uniones, la población sudamericana actual ha desarrollado a lo largo de dos siglos de vida independiente sus propias características culturales, las cuales en la actualidad las hacen claramente reconocibles.

Las sociedades latinoamericanas han desarrollado sus propias tradiciones a lo largo de su vida. Estas se caracterizan por establecer vínculos entre temporalidades disjuntas, es decir, entre el ayer y el hoy, introduciendo un punto de enlace entre el presente y el pasado (Mendivil, 2004:28). Por ello, las tradiciones son la adquisición y la transmisión de experiencias y conocimiento acumulado, incluyendo elementos culturales que suceden en la comunidad y no excluyen de manera alguna ni las renovaciones ni las confrontaciones que experimentan, una estrategia concreta para la construcción de identidades culturales (Mendivil 2004:29).

67 Durante las construcciones republicanas en Latinoamérica, particularmente en la Región Sur Andina, se realizaron interpretaciones desde una mirada esencialista de la cultura (Donoso, 2009). En el caso de Perú surgió el movimiento indigenista el cual, se dedicó a rescatar, músicas, danzas, lenguas nativas, artesanías, costumbres y tradiciones orales, que ellos consideraban como las expresiones de una ideología y espiritualidad andina, las cuales contrastaban con la modernidad eurocéntrica (Mendoza, 2001:88). Más adelante ya en la década de los 60, surge el concepto de música andina, siendo esta definición a partir de la localización geográfica por sobre la étnica, según explica Mendivil (2012:73):

“la pentafonía en el cancionero incaico estaba tan arraigada en la musicología que pasó de manera acrítica a formar parte del discurso de la ahora llamada música andina, la cual fue remitida sin más a la influencia cultural del antiguo imperio, aunque de facto las expresiones

musicales del Ande provenían de diversas tradiciones culturales”.

En el caso de Chile, también hubo construcciones que explican el desarrollo cultural y el desarrollo de una identidad nacional, seleccionada a partir de principios valóricos y morales. En otras palabras, un “deber ser”, que surge de una filtración de valores los cuales caracterizan lo chileno, coincidente con la cultura cristiano occidental blanca (Donoso, 2009), separándola claramente de componentes indígenas. De esta manera despojándola de los pueblos originarios y su patrimonio cultural. Para ello la élite criolla desarrolló políticas de integración o, mejor dicho, de asimilación de los pueblos indígenas (Núñez, 2010:147).

Esta identidad cultural chilena se desarrolló con mayor fuerza en la zona central del país. La zona de extremo norte (Tarapacá y Arica), no alcanzó a absorber con tanta fuerza estos valores de chilenidad, por lo que se ha continuado conviviendo entre una cultura chilena, aymara y además peruana y boliviana (Guerrero, 2013, 2015). De esta manera se han ido reinventado y creado nuevas tradiciones que contienen elementos interculturales importantes. Por este motivo, es importante aclarar, en nuestro contexto que no todo aquello que se considera propio procede de la tradición, ya que como aclara Martí (1995:13), si etimológicamente “tradición” implica “trasmisión”, nada nos impide entenderla también de manera horizontal.

En los ejemplos anteriores, es posible referirnos al concepto de Hobsbawn y Ranger (1983:39), referido a las tradiciones inventadas. Éstas son respuestas a situaciones novedosas que toman como referencia a viejas situaciones, o que establecen su propio pasado por repetición cuasi obligatoria. Se desarrolla una continuidad artificial entre un pasado histórico adecuado y el repertorio de música, danza y rituales que han creado y

68 promovido (Mendoza, 2001). Las tradiciones inventadas, consisten en prácticas supuestamente arcaicas que se revelan como creaciones recientes interesadas en introducirse en una continuidad histórica; como por ejemplo el caso del proceso dialéctico de la comunicación musical. (Mendivil, 2004:32).

Este concepto se ha utilizado en un amplio sentido, incluyendo tanto a aquellas tradiciones realmente inventadas, construidas y formalmente instituidas, que consisten en un proceso de formalización y ritualización, con referencias al pasado (Hobsbawm y Ranger, 1983). Las tradiciones generan un vínculo en temporalidades, debido a que se reinventa la idea del pasado (Mendivil, 2004).

2.5.2 Las fiestas tradicionales

En el contexto estudiado, las fiestas tradicionales son una parte importante de las actividades donde las bandas de bronces están inmersas y se relacionan directamente con espacios de religiosidad popular. Estas tienen un rol fundamental en el interior de las fiestas tradicionales. Para Guerrero (2015:160) en la religiosidad popular, resaltan tanto, elementos festivos como así también otros de carácter familiar entrelazándose ambos en función de una coexistencia entre lo humano y lo divino. La religiosidad popular debería ser entendida como una práctica cultural producida y desarrollada en la cotidianeidad, como una ritualidad expresada a través de la corporalidad (Morandé, 2010, Guerrero, 2015).

El objeto de este estudio se encuentra fuertemente relacionado con el desarrollo de fiestas tradicionales populares. Estas son llevadas a cabo en comunidades las cuales pueden situarse en un contexto urbano, así como también rural. Cuando se hace referencia al concepto de comunidad, según Martí (2008;19), este se define por ser un conjunto de individuos que se hallan dentro de unas redes de interacción estables.

Las fiestas tradicionales responden a una necesidad humana profunda, trascendente en el sentido de que es necesaria para la sobrevivencia de los seres humanos (Azcona, 1996:181) y que se relacionan con la identidad colectiva de un pueblo o comunidad.

Siguiendo a Azcona (1996) y esperando comprender aún mejor el fenómeno de las fiestas tradicionales, se puede decir que estas relaciones debido a su importancia atraviesan los espacios entre lo cultural, lo social y lo político.

69 Una fiesta tradicional es un encuentro comunitario, pero así mismo intercomunitario, donde lo sagrado y lo profano se interrelacionan formando un espacio y un tiempo particular (Mercado, 2010:60).

Por eso fiesta y comunidad, sea esta grande o pequeña, son dos conceptos que aparecen siempre indisolublemente ligados, la fiesta es un poderoso elemento de sociabilidad (Martí, 2008:14) y ofrece posibilidades de interacción social que en otros momentos de la vida cotidiana no se generan.