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(1)

OBRAS

Y

ARTEFACTOS HIDRAULICOS.

No hace falta que procuremos demostrar el interés que ofrece

esta clase de obrasen nuestropaís, para adquirir aguas con aplica¬

ción á los riegos, para encauzarlas y distribuirlas. Es dé mayor im¬

portanciaeste estudio entre nosotros por lo mismo de ser escasos los cauces naturales y bailarse éstos á demasiada profundidad por

bajo del nivel ordinario del suelo, exigiendo bien la elevación de di¬

chas aguas óla formación de depósitos, como sonlospa7itanos, que han proporcionado bastante utilidad á varias de nuestras zonas de Levante, y en cuyoterritorio no dejan de repetirse los esfuerzos

para formar estos grandes estanques que permiten aprovechar una partede las aguas llovedizas. Elpantano de Huesca, el de Elche, el

de Almansa y el de Tiby en Alicante son buena prueba de lo que decimos.

En los países de sierra, donde se reúnenlas vertientes de gran su¬

perficie de colinas, es donde tienenmejor aplicación esta clase de obras, cortandopor medio de una presa ó dique la corriente natu¬

ral delas aguas,á lamanera quelo hacever la figura 72.Paracons¬

truir tales depósitos hay que tener siempre en consideración: l.° que las sierras afluentes converjan sus aguas con facilidad al punto de

reunión elegido; 2.° que tenganbastante inclinaciónparaobtenerco¬

piosos vertederos; 3." que el suelo ó subsuelo sean impermeables;

4.° que el mismo fondo del estanque ofrezca declive ó arroyada

paralos desagües. La capacidad deestos depósitos debe

hallarse

en

relación con el volumen de agua que han de conservar para los rie¬

gos en laestación seca.

Para calcular el volumen de las aguas quepuedan obtenerse, los procedimientos son fáciles cuando se trata de atajar un arroyo de

curso permanente; pero si fuese el objeto aprovechar aguas llove-

(2)

480 GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO

dizas, el cálculo es más difícil, porque depende, no sólo de la can¬

tidad de agua que cae enla comarca, y de la extension

del

campo,

sinotambién dela naturaleza del terreno, desu inclinación, etc. Un

sueloarenisco y muy poco inclinado, sólo dejarla llegarunapequeña

parte de las lluviasque recibe;mientras queotro

arcilloso

y

bien

ces- peado ó cubierto de gramaabsorberla una

cantidad de

agua

mucho

menor. Se calcula, por término medio, que de las aguas

llovedizas

que corren porlos arroyos se

pierde

la sétima parte; pero esto no puede admitirse en todas circunstancias, porque es

mucho

mayor

la

cantidad perdida cuando la lentitud de lluvias

finas favorece las fil¬

traciones, como por la activa evaporación de los climas

cálidos. En

lo general, la superficie de vertientesha de ser mayor que

la

exten¬

sionregable, contándose sólo con elaprovechamiento

de

unatercera parte del agua llovediza.

Losgrandes vasos, ó sealos grandes pantanos,son

siempre difíci¬

lesde establecer, y enla historia de esta clase de obras se registran

fatales consecuencias de la exageración en sus dimensiones. El fa¬

moso delestrecho de Puentes en Lorca se calculabaque podiacon-

Fig. 72.—Dique deunpantano.

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OBRAS Y ARTEFACTOS HIDRÁULICOS 481

tenermás de ochocientos mil metros cúbicos de agua; á estaenorme

capacidad sedebió sindúdala desgracia de que reventara en l802, produciendo sus desbordadas corrientesgrandesolaciónyruina. Con preferenciaá esos enormes pantanos, seestiman como más útiles y seguros los de cabida de unos ochenta mil metros cúbicos, como los que existen en Aix (Francia). EnEspaña hay una porción de

rios y arroyos, de gran caudalen las invernadas, que atajados con¬

venientementede trecho en trecho,podrian formar recipientes pro¬

porcionados con granutilidadpara los regadíos.

Todos los diques de los pantanos debentener aliviaderos ó des¬

cargaderos destinadosá dar salida, en caso de tormentas ó de creci¬

das accidentales,á lasaguas que rebasando el nivel del dique y cor¬

riendo por encima de su cresta, podrian deteriorarlo ó destruirlo.

Estos aliviaderos se construyen con piedras, ladrillos ó madera, y por loregular se los coloca en la extremidad del dique.

Elmodo de construir el tomadero de aguas depende de la impor¬

tancia que puedan tener los pantanos. En los de pequeña capacidad

basta áveces unsimple cajón ó canal de madera,comoindica la figu¬

ra 73, colocado en el cuerpo del dique y cerrado por la parte del

Fig. 73.—Compuerta ó canal deestanque.

estanque con unapequeñacompuerta, la cual, desde lo altodelmis¬

modique se puede alzar ó bajar por mediodeun espigón. Estas ca¬

nales ó tubos, que atraviesan todo el espesordel dique, se embrean

y calafateanperfectamente ántes de su colocación, revistiéndolos

exteriormente de arcilla plástica, como se indica en a a.

En Francia tienen casi todos los estanques otro sistema de toma de aguas, muy conveniente como medio de darla salida; pero queno

Tomo XI 31

(4)

482 GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO

parece muy ventajoso para los riegos, que exigen

fácil maniobra

y

exacta graduación. Del indicadomedio da idea la figura 74. Debajo

deldique hayunafuerte canal demadera ó un acueducto

enlosado

a, que comunica, por medio de una abertura cónica hecha en su extremidad superior, con otra canal ó unacueducto c que desembo¬

ca enel estanque. Unacompuertaó válvula de madera d, forradaá

veces de cuero, puede tapar la abertura cónica de que se ha hecho

mérito, é interceptar por este medio toda comunicación entre el

agua de la canal í yla más baja a,que

da salida

al exterior. Dicha

Fig. 74.—Compuertade estanque.

válvula estásuspendidapor una pieza

de madera ó de hierro,

cuya

extremidad superior puede manejarse

desde encima del dique. Le¬

vantando laindicada válvula se deja salir el agua del estanque; de¬

jándola que baje se detiene en

el

acto

la evacuación. La válvula

y

suespiga están metidas en un fuerte cerco

de maderos, ó mejor aún

en unpozo cilindrico de

mampostería, el cual

se

eleva alrededor del

orificio delacueducto hastael nivel de la calzada del dique. Sepue¬

de evitarla construcción de este cerco ó pozo, colocando la válvu¬

laal pié del talud interior

del dique,

en cuyo caso

hay

que

hacer

unpuentecillo para la

conveniente maniobra de la compuerta.

El manejo de las compuertas ó

válvulas

que

acabamos de descri¬

bir se dificulta bastante cuando es mucha la profundidad del agua,

enrazón al esfuerzo queexigen,

independientemente de las resisten¬

cias accidentales. Se pueden hacer

también excelentes

tomas

de

(5)

OBRAS Y ARTEFACTOS HIDRAULICOS 483 agua contubosde hierro

colado,

que

atraviesan todo el

espesor

del

dique,y quemetidos por el

lado del

agua en una

obra de

mamposte-

ría, están cerrados por el opuesto á favordeuna pequeña compuer¬

tade metal que suba y baje,

encajando

en sus

correspondientes

ra¬

nuras.

Cuando el aprovechamiento de aguas rodadas permite

la

toma

directa á suficiente nivel, esposible la conducción por canales que

comunican libremente con los rios ó arroyos, colocando las corres¬

pondientes compuertas para regularizar la

entrada de

lasaguas, co¬

mo se indica en las figuras 75y 76. Estas compuertas entran y pue¬

denmoverse en unmarco ó bastidor de madera, descansando porla

parteinferior enunmadero horizontal que ocupa

el fondo del

cauce,

y apoyándose porcadalado en montantes

verticales,

que se

ligan

en

laparte superior pormedio deun puente,

también de madera, el cual

soportales crics ópiésdegato

destinados

á

elevar las

compuertas.

Los

expresados bastidores se tomanconcementoó

cal hidráulica,

yen

el

caso de operarse en terrenospermeables, se le

debe

formar

cimien¬

tos más profundos revestidos deargamasa,á fin

de impedir

por com¬

pleto las filtraciones. Lasfiguras 77 y 78 indican otras

disposiciones

depequeñas compuertasmássencillas de establecerque

las descritas.

.Sonestassuficientes paratodas las regueras, pudiendo ser los mar¬

cos ó caja de las mismas,bien de madera ó de

piedra.

(6)

484 GACETA AGRICOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO

Fig. 77.—Alzadadecompuerta. Fig. 78.—Perfil de la misma.

En losarroyos óriachuelos torrenciales ó de avenidasse emplea

otrosistemade toma deaguas, que consiste en la construcción

de

un castillejo que dé sólo pasoal agua conregularidad,

impidiendo la

entrada de grava y cuerpos extraños.

Esta clase de construccionesno dejan deser frecuentes en Espa¬

ña, ylosonmucho más en Argelia. Viene áser una pequeña cons¬

trucción (ñguras79 y 80), con diferentes compuertas á

diferentes

alturas, y cuyamaniobra puede efectuarse desde el interior,

abrien¬

do las que se hallen más inmediatas al nivel del agua;

de

este

modo

se evitala introducción de gravasen el canal que

conduce el

agua

álas tierras regables.

No es posible, ni corresponde á nuestroobjeto ciertamente,

el

en¬

trar á describir los trabajos más importantes de tomar aguas, para

Fig, 79.—Alzada de uncastillejo de loma deaguas.

(7)

OBRAS Y ARTEFACTOS HIDRÁULICOS 485 derivarlas por grandes canales; pero indicaremos al ménos una

dis¬

posición empleada paratomar las aguas

del

rio

Durance (en Fran¬

cia) que conduce el canal de Carpentras,

llevando

12 metros

cúbi¬

cos de agua por segundo. Se compone de dos séries

de acueductos

con sus correspondientes compuertas, según hacen ver

las figuras

8i, 82 y 83, que ocupan toda la sección del canal,

apoyándose

en

unapila central.

Fig,80.—Corte6 perfilde la fig. 79.

Detrásde estaprimerasérie de compuertas se encuentra un es¬

tanque de reposo, y por último, otra série

de

compuertas

de

segu¬

ridad ála entradadel canal. Sirven éstaspara regularizar la

entrada

del agua, y pueden suplirtransitoriamente á

las primeras

compuer¬

tas en casos de avería ó reparación. La dirección del

canal

en su puntode arranque, con respecto al cauce

del rio, forma

un

ángulo

muy agudo.

Cuando la elevación de las riberas nopermite la derivación

de

las

aguastan fácilmente, hay que recurrir

al establecimiento de

presas,

que corten el cauce de los rios ó riachuelos, para contener

algun

tanto la corriente y elevar el nivel de las aguas.

Pueden

ser

tales

presas de dos clases; fijas ó móviles. Varían las

condiciones de las

primeras según suimportancia. Pararepresar una

pequeña cantidad

de agua, bastan áveces algunos palos y

ramaje, piedras ó

grava;

siendomuy diversoslos métodos cuando tales

obras

se

ejecutan

en

rios más caudalosos.

Las presas de pared verticalpor la parte opuesta

á la corriente

duran poco, en razón á lo mucho que

las destruyen las escavacio-

(8)

486 GACETA AGRICOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO

Fig. 82.—Alzada ele la tomade aguadel Durance, .según la línea(l) (l) (l) del plano.(Escalade0,003.)

Fig. 83.—Cortesegún la línea(2) (2) de la mismatomade agua. (Escalade0,003.) Fig. 81.—Plano de la toma deagua enel rio Durance para elcanal de Carpentras.

(E.scala de 0,001.)

(9)

OBRAS Y ARTEFACTOS HIDRAULICOS 487

nesque se producen al pié sobre los cimientos; esto obliga á formar

una suave vertiente para que se deslicen sin violencia las aguas, querebasan porcimade la cresta de lapresa. Uno de los más sen¬

cillos métodos de construcción es hincar dos hileras de estacas en

el fondo delcanee, unidas entre por tirantes ó maderostrasversa¬

les: los huecos del maderaje se rellenan de piedra sin labrar, y ar¬

cilla ó tierra arcillosa. Los declivessuperiores se formanconsillares

gruesos,que midan, cuando ménos, 0'",20 de largo, colocándolos

muyjuntos. En la parte más alta de la construcción se echan otros,

y en la partebaja, por donde se marcha el agua, se draga ó limpia

bien el suelo hasta ciertadistancia. En la escavacion formada se

clavan estaquillasde cabeza saliente y se llenan los huecos con pie¬

dras y grava, formando una especie de zampeado sobre el cual

acaba de perder el agua su fuerza.

Para construir presasmás elevadasseestablecen y fijan las hileras

de estacas, más altas las anteriores y sucesivamente más bajaslas

restantes formando gradería. Pueden construirse presas muy econó¬

micas yde bastante duración,por medio de capas alternativas de fa¬

ginas y de guijarros, conteniendo estos materiales con estacadas. A

tales presas se les dáuna pendiente muy suave hácia laparte de rio abajo,concluyendopor unempedrado.

li'ig. 85.—Cortesegún|la líneaA C

de lafig. 84.

.—Plano deunapresa.(Escalade o,005.)

Fig.84

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488 GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO

La cresta ó arista superior de laspresas debe nivelarse perfecta¬

mente, áfinde que seauniforme el vertedero. A veces se deja un ladrónde agua, para mayor seguridad de la construcción. En los

arroyos pequeños se suelen disponer las presas en línea recta, per¬

pendicular á la corriente (figura 84). Para las obras hidraúlicas de

mayorimportancia, conviene adoptar una línea truncada ó unarco de círculo, cuya convexidad esté colocada contra corriente. Esta

formareúne el agua al caer, evitando remolinos y escavaciones. En

todo caso debe evitarse que las presas tengan mayor altura de 2 á

2"»,50.

Las presasmóvilestienenla ventaja de que pueden quitarse com¬

pletamente en tiempo de avenidas, dejando al agua todo el espacio

necesario para que corra con libertad. Hay muchos métodos de

construir tales presas, que se reducen generalmente á fuertes com¬

puertas de madera, pudiendo formarse una série sucesiva de éstas,

hasta el ancho deunos 8ó 10metros. Necesita bastantes precaucio¬

nes esta construcción, que debe fijarse sólidamente en las orillas del

riachuelo ó arroyo.

La toma de agua no ofrece dificultad, por otra parte, respecto á

las condiciones anteriormente expresadas, y para este caso sehalla

indicado en lafigura 85.

En las presas de madera ofreceunadisposiciónmuy sólida, la que

sehace ver enlas figuras 86 y 87.

Fig. 86.—Alzada de una presade madera. (Escalade0,005.)

La gran presa del Nilo es de vigas que se apoyan en pilas de

puente, como se indica en el arco que representa la figura 88.

Respecto á los canales, distínguense varias clases, que difieren

unosde otrospor sus dimensiones y por la naturaleza de las obras

(11)

OBRAS Y ARTEFACTOS HIDRÁULICOS 498

Fig. 87.—Corte de lapresa fig. 86.

que exigen. Unos conducen el agua

desde

el punto de latoma hasta

los sitios desudistribución, endonde sereparteporcanalessecunda¬

rios de menores dimensiones. De los últimos pasan las aguas á las acequias y regueras. Los primerosson losque propiamente merecen elcalificativo de canalesde derivación ó de conducción. Por lo de¬

más, los principios relativos á la construcciónson análogos en unos y en otros, variando más la inclinación de laspendientes. Los decli¬

ves enlos grandes canales de riego suelen ser de 2 á 3 por lO.OOO,

y en lossecundarios se aumentade 10á 12 porlO.OOO, nodebiendo

exceder de este último límite.

Los canales de derivación deben conducir las aguas con poco peso, en la suave pendiente expresada de0™,0003, á fin de que

Fig. 88.—Aleodel puente-presadel Nilo.(Escala de0,002.)

(12)

490 GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO

lleven suficiente altura de nivel, para regarlas más extensas super¬

ficies. Su línea de flotación porencima de los terrenosque haya de beneficiar, debe ser de 0™,20 á01^,50, quedando de barga ó parte

no mojada, hasta la cresta, sobre o™,3o. La sección del cauce suele hacerse trapezoidal, calculando que la profundidad del agua no pase de 0™,75) y i^iás frecuentemente 0™,70, con la anchura media

de cuatro, cinco ó seis veces dicha profundidad, en proporción

del volumende aguas. Los malecones han de formar taludes ces-

peados de0,50 á 2 de base por l de altura, con el ancho de 1 me¬

tro en sucresta. Para conducirunmetro cúbico de agua por segundo,

con la pendiente de 0™,0003, conviene una sección de canal con 2 metros en el fondo y 3 en la parte superior mojada del cauce. La pérdida de aguas, en las circunstancias más favorables, se calcula

en 15 por lOO de evaporación y filtración.

Cuando los canales ó regueras cruzan terrenos permeables que

absorben gran cantidad de agua, se evitan las filtraciones con arga¬

masas, reducidas á mezclas, ó amasijos de tierra gredosa que se

apisonaen el fondo y orillas. Las aguas turbias favorecen el revesti¬

miento de los canales, introduciéndose laspartículas arcillosas ó li¬

mosas en las hendiduras del terreno, hasta concluir portaparlas.

Es frecuente tener que hacer pasar una reguera ó un canal de riego por cimade una corriente natural de agua. Cuando la altura

del canal es bastante considerable, un simple acueducto común ó un

puentecito sobre el cual pase el canal con su perfil de terraplén, deja á la corriente su curso habitual (figura 89); pero cuandoelar¬

royo se encuentra con muy corta diferencia ála misma alturaqueel canal, espreciso recurrir á unacueducto sifón de manipostería ó de

fundicióny manipostería.

Fig. 89.—Acueducto de una reguera .sobie"tía

(13)

OBRAS Y ARTEFACTOS HIDRÁULICOS 491 Cuando lasaguas deben atravesar ciertasdepresionesú hondona¬

das delterreno, si el trayecto es de pocaanchura y escaso el volu¬

men de agua, basta un acueducto de madera, construido como se

indica en las figuras goy 91.

Fig.90.—Acueducto demaderapara unareguera.

El terreno que tiene que atravesar un canal presenta algunas

veces uua pendiente superior á la que conviene

adoptar. En

este

caso es precisodividir la longitud totaldel canal endiferentes trozos,

ácadauno de los cuales seel declive conveniente, separados por saltos ó bruscas diferencias de nivel, obtenidos áfavor de obras má.i

ó ménos importantes. En los grandes canales de Italia, que sirven á

la vezpara la navegación y el riego, estos trozos distintosestánse¬

parados entrepor esclusas ordinarias con sus

correspondientes

portillos, ó por presas ó aliviaderospara asegurarel paso

del

agua

necesaria para el riego, cuando el servicio de la esclusa no basta

para lograr este objeto. En los canales pequeños se contentan con separar aquellostrozospormedio de caidas de agua

formadas

con

una ó varias compuertas colocadas en una obra de mampostería,

defendidaen la parte hácia donde va la corriente por un

zampeado

(14)

492 GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO

capaz deresistir á las escavaciones que forma el agua alcaer.

Las

figuras 92 y 98 representanla disposición de las

caldas de

agua esta¬

blecidas enlas regueras secundarias del riego en Bélgica. Estas pe¬

queñas obras de arteestán formadas con unmacizo

de mampostería

enel cual se hapracticado una abertura rectangular del ancho

de la

parte superiorde la reguera. Los andenes de los trozos

inferiores

y superioresse apoyanenel macizode

mampostería. Un revestimiento

de ladrillo, sujeto en suparte inferior por una hilera

de tablones

pocogruesos,apuntalados en su parte superior,

defiende de los

ex¬

tragos delagua la parte alta del talud y los

andenes del

trozo

de

abajo. En lasparedès laterales del desembocadero

del

agua

hay dos

ranuras, en las cuales se ajusta la compuerta de madera quesirve

para arreglar el paso delagua de untrozo

al siguiente. En medio de

lacompuertahay clavada unabarra irregular

de hierro

con

aguje¬

ros, que pasa por el ojo deun crucero

del

mismo

metal, fijo

en

las

paredes laterales, y permite á la compuerta mantenerse

á la altura

deseada pormediode una clavija

colocada

en un

agujero elegido

convenientemente.

Lasacequiasde riego, áunlas de dimensiones más pequeñas, pue¬

denprestar muybuenosserviciospara el trasporte

de los abonos

y

de

Fig. 91.—Corte del acueducto de madera.

(15)

OBRAS Y ARTEFACTOS HIDRÁULICOS 498

lascosechas. Para esto conviene suprimir las caidas de aguas, ó

cuandoménos sustituirlas con verdaderascompuertas con remanso, perode unaconstrucciónmuy sencilla. El empleo

de

una presa mo¬

vible puede ofrecer grande conveniencia.

Fig. 92.—Vista de una caida de agua Fig. 93.—Corteenlongitud de la

entre dos reguerasá diferente nivel. caida delagua.

Entre las obrasmás indispensablespara los canales de riego figu¬

ran las compuertas de desagüe y las tomas de agua

establecidas

en el punto de empalme de una reguera con otra. Las disposiciones de

estasobras varíansegún su importanciay el gusto de los construc¬

tores;bastarácon indicar las siguientes;

Lasfiguras 94, 95 y 96 representan dos disposiciones

de

estas

compuertas, que pueden servirpara desagües ó parapequeñas to¬

masde aguas; y en las figuras 97 y 98se

indican

otras para cana¬

les cubiertos.

Otra clasede trabajos de arte corresponde esencialmente á la partición ydistribuciónde las aguas enlos canales

de

riego.

Cuando

el agua es muy abundante y poco

buscada,

bastan

sencillas

com-

Fig. 94.—Alzadayplano de unapequeña compuerta.

(16)

Fig. 99.—Partidor sencillo.

494 GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO

puertas parasu distribución; pero hay muchos casos, y son los más

frecuentes en España, en que elagua escaseasobremanera, exigien¬

do dar á cada regantela cantidad que le corresponde.

Si el caso fueratan sencillo como dividirun canal en dos partes

exactamente iguales, bastará un partidor como el representado en

Fig. 95.

Alzada do otracompuerta análoga.

Fig. 98.

Plano de la fig. 97.

Fig. 96.

Corte de lafig. 95.

Fig. 97.

Alzada deunacompuertaencanal cubierto.

(17)

OBRAS Y ARTEFACTOS HIDRÁULICOS 495 la figura 99. Es evidente que habiendo uniformidad en el cauce, es¬

ta disposición dividirá el volumen del agua en dos partes iguales.

Pero tal sistema deja de seraplicable rigorosamente cuando las di¬

visiones han de ser más numerosas ó de volúmenes desiguales de

agua. La distribución de las velocidades en una masa fluida no se

conoce tan perfectamente que pueda determinarsecon exactitud su¬

ficiente la posición delas pilas partidoras. Hay, de consiguiente,ne¬

cesidad de recurrir á otra disposición, como esla construccióndeun estanque ó depósito paradisminuir yregularizarla velocidad, man¬

teniendo una altura constante de nivel. Estos aparatos son bastante

exactos cuando se hallan bien establecidos; pero tienen el inconve¬

niente desu costosaconstrucción yde exigir unacaida de agua que haceperder en altura. En ciertos canales franceses se hacen depósi¬

tos ó vertederos partidores, que tienen hasta 60metros de longitud;

sonobras muy importantes, en cuyosdetalles no es posible entrar.

Como ejemplo de tales partidores, puede examinarse la disposición representada en las figuras 100y lOl, que serefiereá unaconstruc¬

ción existente en pequeño canal. Para partir el agua entre la ra¬

ma^ y la otra ramaB, en una relación determinada á los vertede¬

ros «y <5, basta bajar la compuerta de entrada del agua y obligarla

ása lir porencima de los vertederos. Levantando lacompuertatoda

el agua saleporel canal A.

Elproblema de la distribución ó partición de aguas de riego pue¬

deser aún resuelto de un modo enteramente diferente; se puede conseguir tomar unvolúmen de agua constante, cualesquiera sean

Fig. 100.

PlanodeunpartidorcondepA.sito 6 vertedero.

Fig. 101.

Cortede lafíg, ICO.según la línea C D.

(18)

496 GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO

las variaciones de nivel enel canal. Para esto, los mejores modelos

sehallan desde bastante tiempo en Italia. Toman como unidad, el volumen de agua que pasapor una abertura determinada que se horada en piedra á unode los lados delcanal;peroeste volumenno

puede serconstante, sino entanto que la carga sobre la abertura lo

sea también. Para conseguir este resultado, recurren á la disposi¬

ción siguiente; se hace la abertura rectangular, y practicada enpie¬

dra á la extremidad del estanque vertedero; unaseñal bien visible

en la misma piedra, indica el nivel que el agua debe alcanzar. La

resolución del problema, por lo demás, consiste sólo en graduar la

entrada del agua por medio de la compuerta correspondiente; de

modo que el nivel del agua en el depósito permanezca constante.

La figura 102representala alzada y plano delmódulo á que hemos

hecho referencia.

Fig. 102.—Móduloitaliano.

Otra disposición bastante reciente vemos en un periódico norte¬

americano, titulado American Agriculturist. La figura lo3 indica

con bastanteclaridadladisposición de lascompuertaspara distribuir

las aguas que marchan en la dirección de la ñecha,

abriendo

más ó

ménos lascompuertas a, para dejar entrada alagua por uno ú qtro

de suslados, según la graduación en pulgadas que se demuestra en

laparte superior de laabertura. La

entrada del

agua se regulariza

pormedio de la compuerta d, que

puede

cerrar, á mayor ó menor alturacolocada, lasdos bocas en a, que señala tambiénunalarga ta¬

bla, la cualpuede correr lateralmente en dos sentidos, á izquierda y

derecha. La compuertac regularizala corrientedelagua en laace-

(19)

obras y artefactos hidráulicos 497

quiade laizquierda y laopuesta en ellado derecho. El principio fí¬

sico, por lo demás,es análogo al del módulo italiano, para mante¬

ner unnivel constante en la caja central de partición.

Fig. 103.—Módulo americano.

Otro módulo muy perfecto ha descrito anteriormente en las co¬

lumnas de la Gaceta Agrícola el ingeniero agrónomo Sr. Arce

haciéndose cargo del aparato debido al ingeniero español Sr. Ri¬

vera (1).

A. Echarry.

(1) Véase la pág. 400deltomo Vil.

Tomo XI 32

(20)

LA

EXPOSICION NACIONAL DE FLORES Y AVES.

Feliz idea hatenido la Sociedad Madrileñaprotectora de los Ani¬

males yde las Plantas, eninaugurar las mariifestaciones públicas de

sus deseosy aspiraciones con la celebración del bello certámen, que ha merecido distinguida preferencia del público ilustrado de la cor¬

te, durante losdias de la última féria.

El inteligente y activo

iniciador de

esta manifestación, señor

D. Emilio Ruiz de Salazar, dignísimo vice-presidente de la Socie¬

dad, da á conocer talesdeseos, y fija el carácter del concurso que

nosocupa en un folletito de pocaspáginas, circulado profusamente

entre las personas que han visitado estos dias el jardin del Buen Retiro, en cuyo folleto leemos; "La Exposición de floresy aves que la Sociedad celpbra, no esprueba de lo que puede y está llamada

á hacer, sino muestradel valor y firmeza de sus convicciones,de su

amorgrande y celoso entusiasmo por los fines de su instituto. La

Sociedad aprovecha esta ocasión que se le presenta para hacer propaganda de sus ideas y hacer pública y solemne manifestación

de ellas, y de que abriga la esperanza de allegar voluntades y aso¬

ciarprosélitos que le ayuden á trabajar en beneficio del hombre y para el hombre, desarrollando los buenos sentimientos para con los séres inferiores, consiguiendo mejorar la condición moral de aquél, y advirtiéndole de que por no comprender suficientemente

sus intereses, los perjudica en extremo."

Delas frases copiadas viene á deducirse que la Sociedad Madri¬

leña se dirige porvías más prácticas que otras análogas, cuya limi¬

tacióndeobjetivos ha venido ácomprometerbastante el realismo de

sus propósitos en el conceptopúblico. El hombredebe ser sin duda

laprincipal aspiración de estas sociedades, aunque susfines se ex¬

tiendan ámejorarla condición de todos los séres vivos.

Aún debemos dejar la palabra á la Sociedad para dar exacta

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EXPOSICION DE FLORES Y AVES 499 cuenta de susdeseosy trabajos en la Exposición llevada á efecto.

Laadvertancia preliminar del catálogo dicecomo sigue;

"LaExposiciónnacionalde floresy aves, convocadaporla Socie¬

dad Madrileñaprotectorade los animalesy de las plantas,para ce¬

lebrarse en Madrid los dias20 al 26de Mayo de 1879, debe conside¬

rarse como unmodesto ensayo precursor de otros concursos prepa¬

radoscon más holgura de tiempo y con más elementos que los que

puede contarunasociedad naciente.

"En la segundaquincenade Abril se publicaron y circularon la

convocatoria y programa que llevan fecha 16 de aquel mes. No era

realmentepresumible que mediandotan corto período pudiera pre¬

pararse gran número de expositores, áun dada la buena

voluntad de

los queestán en situaciónde serlo; hastadisculpable eslaabstención

de muchos porla extraordinaria y graciai temperatura que ha rei¬

nado durante laprimeraquincena de Mayo, impidiendoeldesarrollo

delas plantasy flores propias ó dignas de exhibirse.

"La Sociedad, acariciando la idea de darunejemplo ostensible de

suvitalidad, untestimonio evidente de sus civilizadores fines y una

muestrade respetoy simpatía á los laudables propósitos del exce¬

lentísimo ayuntamiento deMadrid,que no perdona medio

de

conci¬

liar el atractivo con la utilidad de las populares ferias del mes de Mayo, no ha perdonado tampoco esfuerzo ni

diligencia

para

impro¬

visar este modesto certámen en elpintoresco Jardin del Buen Reti¬

ro, generosamente facilitadoparaeste

objeto

por

aquella corporación

popular. Hapropagado el pensamiento con

toda la actividad imagi¬

nable; ha llamado á todas las puertas y felizmente

encontrado

un poderoso auxilio en corporaciones, empresas y

particulares. La

prensaperiódica la ha alentadoy los sócios

han concurrido á porfía

para vencer cuanto ha sido posible los

obstáculos

que

siempre

se presentan en estos casos cuando se lucha con escasez

de tiempo

y

de elementos propios.

"El cortoplazode que sedispone entraña,

además,

otras

contrarie¬

dadesno ménos sensibles. Expositores de importancia

de dentro

y fuera de Madrid no se handecidido á construirlas instalaciones pre¬

venidasen el programa portemor deno

poderlas realizar

con

el lu¬

cimiento que quisieran, ylos que han

de concurrir

y

aprovechar las

que enprevision de aquel inconveniente

ha preparado la Sociedad»

presentarán á última hora, así los

productos

como

las noticias relati-

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500 GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO

vas á ellos, imposibilitando de este modo la formación ypublicación

delcatálogo á tiempo de inaugurarse el certámen.

ElJardin del Buen Retiro es tan conocido del público de Ma¬

drid, tan reduciday aislada su área, que fácilmente acertarán los vi¬

sitantes á recorrerordenadamente las instalaciones ó grupos expues¬

tos sin necesidad de descripciones gráficas. Una explicación sucinta

dellugar que ocupan los productosya presentados y de los propó¬

sitos sucesivos, permitirá dar aproximada idea del sistema estable¬

cido para que sirva de guía al lector.

"Las instalaciones deplantasyfioressehallancolocadas, porregla general, alrededor del kiosko que constituye laparte central del jardin.Penetrando en este paseo por las calles de árboles que con¬

ducen desde lapuerta principal, se encuentran ya varios grupos de plantas presentadas porel Excmo. Ayuntamiento constitucional de Madrid, ó sea por su servicio de jardinesy parques,deque es digno jefeD. Eugenio de Garagarza, ysiguenpor laizquierda los lotes de plantas presentadas porel señor marqués de Bedmar, duquesa de Santoña, JardinBotánico, señores deAhumada, una gran colección

detiestos yjardineras de la fábrica de Valladolid, un grupo de al¬

corques y cacerinasparael riego y otro de instrumentos de mano parajardinería. Enla línea exterior del paseo yplazoletas inmedia¬

tas se encuentran las instalaciones de plantas y fiores de laseñora viuda de Olea, D. Pedro Pastor y Landero, y diversas jaulas de las

avesútiles yderecreo llamadas á concurrir porelprogramade con¬

vocatoria. Diversos trozos de gradería cubiertos con tela están pre¬

paradospara recibir losproductos que puedan presentarse, y otra série de gradas adosadasal kiosko, dispuestas con igual destino, se han cubierto provisionalmente con macetas que hafacilitado elJar-

din Botánico.

"En dirección al edificio en que se han establecidola oficina y el

café hayun gran cobertizo donde se encuentran tres instalaciones

de ñores y plantas de estufa. Una pertenece al señor'duque de Fernan-Nuñez, otraalseñor conde de Montarco, y la central, que esencialmente consiste en una gran colección de rosas colocadas en elegantes jardineras y variados floreros de cristal y de otras mate¬

rias, al Sr. PastoryLandero. En las inmediaciones deeste cobertizo

se hafijado la instalación de variados pájaros y animales diversos, propiosde jardin, de los Sres. Pizzala.

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