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PERíOm «É ÍNTEBÉSÉS'M MATERIALES;

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(1)

Aíío m. VIERNES 16 BE FEBRERO DE

1855,

NÚM.

58.

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PERíOm «É ÍNTEBÉSÉS'M MATERIALES;

_

redactadoPORÍO-..

,

(D'i- ^ "^nXottlí, G); ^iKx-M- ^eCCc<r ^ CD; SEmcio '(^oJ¡íe-^i>

-.-ib'

^JE PUBLICA! TRËS VECES AL

MES.

O-

P^ÉÜIÓ!^-DÍ5 sLstRtcVoÑ:^.É,a'>lddrirI,

por

uh iiieSj

O, rs., por tres

id. 8.,.Enprovipcias

, por tresid. 10. Ul¬

tramar y

eptrarigQ'rp.'pór uii'aflib,'50.—PUNTOS

DE

SUSCRlfilOil.T—Eii

Madrid:

En là

Redacción, calle de Colon,

núiüéró 12 , 'dilàTtó ciiaífo ;'b'n la lioreríá de Cnestá óf eií la dé Bililiy-Bailliere, y en la litopfjafia de

Itfejía,

caire'dè Atofclla.·'ndni. 62.=En'prt)yiacias en'cásá ¡de lo.s corresponsales enlos puntosen que los hay,' letra'sobréCorreos áravot'iiIfc'l'A.diilinistr.tdOr,1(1. L.'F.'Gallego, encarta franca.

ó girando^

. ASOGIAOION VETERINARIA

la

piiblicabi'dn de obbds esóogidas de la ciencia.

-■ « II - x:-i I-!:.. i íC. - ,¡;

Se ha reparlido la o." entrega del Diccionario

de

M.íDelwartycorrespondiente aJl mes. de .enero;,

á

los señores.socios quehansbonado sits respcfitivas

cuotas.- , .

■D. Santiago Maleos.xj'D. José Maria Yepes han dejadoia acciónpor que,sehallaban.inter

osados;

y

en su lugar ingresan

D:.Juan Monasterio

xj

Corro¬

za y D.

José

Labargay

Robles.

Han sidoescluidos losseñores D, Blas Agenjos,

D. Juan Carxié y D. Salvador Raventós; exxlrando á

ocupar las vacaulesque dejaxi, D.

Luis RodxHguez

yñxiiz, D. Justo

Anuncibay

xj D. Vicente

Abad

y Sanchez, que habia sido escluido

sin-él motivarlo.

JSOTA: D. Manuel Ruis y Cubillo, d quien se

escluyócomo socioen el número-,antex'ior, no es

el

sugeto del mismo nombre, próximo

á

revalidarse

deveterinario,

queviire,

en esta, corte,

calle de la

Comadre,y cuya honradezyafecto

à

la ciencianos

constan muypositivanve-nle.

academia española de veterinaria.

Sesión del dia 14 de enero de 1855.

PRÍSIDÉNCIA DE DONM.tRTIN GrAWDE.—Sé abrió á las 12:de lamañana, con asistencia de los seño¬

res Grande, Gati, Pardo, Nuñez

(don Martin),

Ca¬

sas,

Montenegro,

Alasferrer y el

infrascrito

Se¬

cretario.

LaComisión nombradapara proponerlas bases, reprodujo las que sepublicaron, y,

despues

de al¬

guna discusión, quedaron

modificadas

en

los

tér¬

minos siguientes:

Se crea en todoslosdominios deEspañaunaAso- 1.*

ciacion, que llevará el nombre de Academia española de Veterinaria.

2.' Esta corporación,

podrán

formarla los veterina¬

rios dé 1." y

2."' clase

, y

Ins pròcederités dé la antigua

Escuela. , , ,

3." El objeto doesta Asociación esprocurarlos ade¬

lantoscientíficos de sus individuos y

ía

adquisición de los'á'erechós queles correspondan.

■5. Pata lo 1.® , la Mcademiapublicará, por su.çuën-

ta,un estractodelosperiódicosmasnotables

'Véiten-

naria.del

Estranjero

; los escritos teóricosy las observa¬

cionesclínicas desusindividuos; el resultado de los es-

perimentos hechos acerca de nuevos medicamentos, de métodosoperatorios quemodifiquen los antiguos;ó cual¬

quieraotro punto de laprofesión.—Para lo 2.°, dirigix

rá á quien corresponda,porel intermediodelaJunta de góbiérno, las peticiones que enJunta generalseconside¬

ren comO de interés para la generalidad de los aso¬

ciados.

i'- '.

5." La..^coí/emtttse compondrá de socios residentes en:Madrid yen las provincias.

6.' Los primeros constituyen la Junta general, y de

entre ellos nombrarán los absolutamente necesarios para el gobierno de la corporación. Lossegundosse en¬

tenderánindividualmenteconla Junta de Madrid, ó con la de distrito quegusten;áno ser que su número llegue

ácinco en unmismo pueblo,en cuyo casopodrán cons¬

tituir una Academia de distrito, quetrabaje colectiva¬

mente, y'cuyostrabajos remitirá á lade Madridpara su

publicación.

7.* Habrá, además, en elEstranjero Académicoscor¬

responsales,nombradosenJunta general á propuesta de

unsocio;yAcadémicoshoxiorarios,nombradosdel mis¬

mo modo,pero á propuestade la Juntadegobierno.

8." Cada socio contribuirá,paralos gastos delaSo¬

ciedad, conla cuota queseacuerde.

9." Loselegidos porprimeravez para cualquier car¬

go, solo podrán escusarse ájuicio de la Academia, que

(2)

294 BL ECO

tendrá encuenta lasrazones que aleguen; pero en caso dereelección, la admisiónes voluntaria.

10. Estasbasesseampliaránen unReglamento; y uno y otro sepodrán variar,según

las re.gUs

que en este

úl¬

timosefijen.

'5" Bkss'TH.iSsrroiUA.—Hastaquela Academia

pueda

orga¬

nizarsus publicaciones,sedirigirá con

estí*objeto

á

los

periódicos de Veterinaria quese

publiquen

en

Idadcid'

poniéndose de acuerdoconsuseditores.

Aprobadas las

anteriores bases,

se

acordó

que la misma Comisión quelas

formó, confeccione elíle-

glamenlo; y que, entre tanto,

constituida

ya

la

Acevhfnia, se admita;álosque, coa

los requisitos

que

fija la base 2.°, quieran ingresar. Para esto

se dirigirán

al Secretario

que

suscribe

con

las

senas desuhabitación.

Con lo que se

levantó la sesión.

Madrid 14 de enero de 1855.

El Secretario.

RamonLlorente Lázaro.

Estamos conformes eonlasanteriores bases; ë ingre¬

samos en U Academia, con laesperanza deobtener mo¬

dificaciones ventajosas á la Veteriaaria. Invitamos á

nuestrosamigos áqnc concurran almismo tío. Losseño¬

resdeprovincias, que uo pueden asistir á

las discusio¬

nes reglamentarias,deben

abstenerse

de ser

socios

aca¬

démicos, hasta que veanformulado el

Reglamento.—La

Redacción.

Nada masútil,massatisfactorio, nj masbenefi¬

cioso à la ciencia dé Veterinaria,

podrá hacerse

siiio quelos que

la

ejercen

salgan desembozada-

menteál palenque

dé la discusión, á analizar

cuan¬

tasteorías yproyectos

de

mejoras sepresenten

á

p^lica contienda,

y

qué tiendan al engrandeci¬

miento de

aquella

y

beneficio de toda la ciase. Así

esi como se conseguirá la

convicción intima

de lo que

debe admitirse,-apoyarsey

ser

idefenditío

como útjl é

indispensable á

los

adelantos

y

mejopas posi- tíya^

.de tan vasta cojno

útil ciencia

:

asi

es como se han de obtener los opimos

frutos

que

de ella

pode- másy debemosesperar,

si

constantes

seguimos

por

estasenda, sinque nos

intimiden

cuantos

obstácu¬

lospiaedan encontrarseen su marcha;

asi

será có¬

molaVeterinaria levantaráerguida sucabeza y con frenteserenareclaniqrásea re.spelada y distinguida

por sus

adelantos,

y que.sus

h^ijos

sean

atendidos

por ló qiie

séan dignos

y

merecedores. Por consi¬

guiente comprofesores todos

,

imitad

à esos

ocho

Vëtérinarios militares quecon

fecha

7 de

diciembre

último han dirigido,

desde Alcalá de

Henares, un remitido á los dos

periódicos

que representan la ciencia, en el que pianifiéstan suopinioncon dig¬

nidady

franqueza,

acerca de

la separación del ejer¬

cicio del herrado del de la ciencia,propuesta por otros veterinarios que lo creen

útil, beneficioso,

indispensable, y como unode los medios masesen¬

ciales para que la

ciencia marche

con

desembarazo

bácia su engrandecimiento.-

Manifestad

comoellos vuestra.opinion, sin reticencias de ningún

género,

e^oned las razones que creáis-mas valedetias en pro ó encontra de laproposición ,.seguros que por este, medio,se

con$(egujrá.pte.v;aLézcaJa

que s.qa mas

ct)pyeniepte ,,á tq^ntjop^^es de la çjasq,y,á ,lo,s

pro¬

gresos ae la ciencia.

Por mi parte, aun cuando conozco mi inanfl-

cienciapara que

las

razones que

pueda emitir sir¬

vande algunpeso

á la balanza

de la

justicia,

espon- dré las que

estén á

mi alcance y me parezcan

de

algunvalor, y

al propio tiempo procuraré

poner en

su verdadero terreno el sentido de estadiscusión.

Hasta lapresente, todos losque

han tratado

so¬

bre la utilidad dequeel herrado sea

separado de

ejercicio

de la ciencia, lo han hecho de

un

modo

generaly

abstracto, sin

queotra cosa

haya podido

hacerse, hasta que sedeclarase una

discusión legal

y

franca. Habiendo llegado

esta

circunstancia,

es cuando

puede plantearse,

y

bajo la cual deben

par¬

tir lodoslos quequieranentrar en

discusión,

pues

tantolos autoresdelcitado remitido, como ios de¬

más que han sustentado sumisma

opinion,

se

han

fundado enciertas suposiciones, que aunque

inne¬

gables, me

servirán de

apoyo para aseverar otras que

también serán innegables

y que

probarán la

necesidad de quela parte mecánica

del

arte

de her¬

rar seaseparada en el ej-ercicio de la

ciencia, de la

parte

científica del

supuesto arte.

Me espiicaré;

pe¬

roantes sehace precisoque

manifieste

tanto

á

es¬

tos señores, corno á los que tratende

hacer

opo¬

sicióná este

pensamiento,

que procuren separar

6

dividir el llamado impropiamente arte

de herrar,

endos partes; una

científico-mecánica,

y otrapu¬

ramente científica, áfin de poder

distinguir

y se- patarla una de la otra.

También

es

indispensable

que tenganpresente, quetodos

los

que

han aboga¬

do para que se

establezca

tan

útil

proyecto, se

ha*

limitado solo á laseparación dela parte

científico-

mecánica, bajo cuyopunto de vista creen es como debe considerarse la

oportunidad

en su sepa- i ración.

Ala parte

científico-mecánica debe solo perte¬

necer la forja ó construcción de toda

clase de her¬

raduras. tanto para elherrado común según las-

diferentes

especies-de animales susceptibles de

ser herrados , cuantopara las diferentes

formas reda¬

madas ó reconocidas esenciales, según las indica¬

ciones

quirúrgicas

.

construir

y

adobar los clavos,

colocar yclavar las herraduras según

las reglas

y preceptos que marcan

los diferentes autores

que

tratandeeste arte,asi comoegecular

sobre el

cas¬

dé los animales la Operación que

precede á la

celoeacion de la competente

herradura. Como

no existe ninguna ciencia ni arte, aunel mas

fácil

y sencillo que no

esté

sujeto

á

ciertas

regias ó

pre¬

ceptos para que sea

desempeñado

con

perfección,

claroesqueeste

debe

sujetarse

tambieu á

un estu¬

dio

teórico-práctico, susceptible

di; ser

egecutado

con toda regla y uniformidad. He dicho

teórico- práctico

, porque para

ello

se

hacen precisos cier¬

tos

c/j^ocimientos anatómicq-fisiolfigicos,

que

solo

con'eiéstiidio se

pueden

obtener: por

ésta"razonía

he denoinioado cieiitifico-iuecánica. Por lo dicho sodeduce-ei

porqué

ip) puede

ni debe,considerárse¬

lacomo industria libre, aun cuandofueraseparada

en su

ejercicio, de la

parte puramente

científica.

Estaesaquellapor

la

qué el

profesor indica el

nio-

do^y la fotniacomo

deben

practicarse

dichaS;

ope¬

raciones, cuando iiayan deformar parte

integrante,

á ianurac.'oo

do.cualquierg

enferin^daij

de,los,

re¬

mos ó def.cptos

de,conforma,c.ion

, ó para una ope¬

ración

quirúrgica, eii lá

que

séá necesario stí auxi¬

lió.'Én éstos casos'es cuandoél profesor

puede

ne¬

cesitar el concursode los conocimientos cientifico—

mecánicos, tanto para

cubrir

por

sí mismo cual¬

quiera

indicación

qnereciameSu

cooperación, cuan¬

topara

poder disponer cieniificaraente del modo

co¬

modeba practicarse. Por esto se

hace preciso

que

' los

profesoi'es

posean una y

otra.

(3)

DE LA>;E'

Sentado este precedenteno cceo

haya diftcultad

enadmitir el

principio de

que

la

parte

científico-

mecánica,

pueda

separarse

del ejercicio de la cien¬

cia, aun cuando se la considere como

parle inte¬

grante

de ella, mayormente cuando la generalidad

delosprofesores

tanto Civiles

como

militares así lo

•verificanen su práctica; y nose

diga

que noes

así,

pues para

los mililares

roe

bastará poner en evi¬

dencia que

á

noser en casos

bastante

raros, y en

los de

operaciones, quirúrgicas del

casco, no son

ellos los que

ejercitan el arte de herrar

y

sí los

herradores; mientras quelos

civiles, si

algttno

lo

desempeñaes mas por

necesidad

que por

convic¬

ción, pero

Í3 mayoría

tampoco

lo ejerce

y

si

sus mancebos. Siendo esto asi¿nopuede

afirmarse

que tácitamente teñéramos establecido y admitida esta

separación.'' No

son

siempre los titulados herradores

en lo militar, y

los mancebos

en

lo civil,

losque ejercen

la parte científico-mecánica, mientras ios :prolesor0s veteriuai ios solo desempeñan la

pura-

mente científica? Siendo esto

innegaljiC;,

porque

esta

oposición ,á

que no

sean.scparadas

en. su

ejer¬

cicio de; un modoabsoluto é independiente la una

de la otra? Porque temen

los

veteriparios

militares

'que

si

esto ee

verificase

j

tal

vez

carecerian de los

escasos beneficiosque lacontrata del herrado

les produce,

y

los

que

juntos

con

el reducido sueldo

qne

tienen asignado, hacen

que

puedan atender á

sus

precis'as obligaciones

,

mientras

que

los civiles,

xomo sabenquela parte

científica

es muy

mal

re¬

munerada, temen quetampoco podrían cubrir sus atenciones, sin el producto dela partecientifico-

mecánicadelherrado. Este malque deploramosy qne no

dudo

todos

quisiéramos

se

remediase,

es

el

que nos

mantiene divididos

yen

contrarias «pialo

nes, según

la

necesidad en que cadauno nos en¬

contramosconsuauxilio. Preciso es decirlo, de una

vez; todosó lamayoríade los veterinarios desearán qneestose realice, pero que,antes se

les

asegure

por«tro

medio, los perjuicios

que

este cambio les

ocasionarla. Estoesmuy justo, pero para ello ne¬

cesitamos de uareglamento de Veterinaria; para

ellose hacepreciso que nos unamostodosy traba¬

jemos

sin descansar basta obtenerlo

; para

ello

con¬

viene lo espongamos al

Gobierno, á fm

de quelo tengapresenteparala

formación del

arreglo de Ve¬

terinariacivilymilitar; para

ello

es

de

suma utili¬

dad lo pongamos, ante

todo,

en

tela de juicio,

y determinemos lo que sea mas

ventajoso

á la clase

en general; yque

ninguno

se

retraiga de

manifes¬

tarsu

oj'inion,

asicomo

ei medio

mejory mas con¬

ducente para

llevarlo á cabo

;paraellourge mucho, finalmente, que nos apresuremos

á

constituir lo

maspronto

posible

las academias médico-veterina¬

rias, á fin deque, como corporacionesfacultativas dirijan estos trabajos ynosrepresenten donde con¬

venga.

Interin, veamossi las razonesque sehan ale¬

gado para

manifestar lo inconveniente,

perjudicial

y

erróneo

que es

el

quererseparar

la

parte cienti- 'fico-mecánica deestearte, delejercicio de la cien¬

cia,sontanconvincentes comosusautoresafirman, ó si por

lo contrario,

no

alteran,

nise oponen á la

realización y

conveniencia de

su separación

Habiendo

probado

yacomoprecedente científico

del modo como debe considerársele, y que aun cuaiidó forme parte integrante de la ciencia, no ofrece dificultad

alguna

su separaciónen la prácti¬

ca, pregunto; ¿por

qué deberla

coadyuvarestame¬

dida aldescrédito de los veterinarios?Seria porque

en estecasolasmanosde losprofesores solose ocu¬

parían

en

practicar

cuantas

operaciones quirúrgicas

ERINAEIA.

295

formanpartede

la ciencia,

yque

tiendan á'la curá-

cion de las

diferentes.dQl·eíióíàs à qúé están siijetos

los animales

doiné^icos j ó séria poïquë $olo

sa¬

brían

des,enipeñar

con

'pe'rféócioii y prontitud las

que

corrésponden al arfe de herrar, aunque igno^

rasen,las

demás?

¿Quién

niega

qne

el veterinario

debe saber este arte,así como cuantas

operaciones quirúrgicas corre;-pondan á su ejercicio

,

para po¬

derlas

praclicár

en casos

dados ó de précisa üece-

.sidad,.' Soló en estos

casós

es

cuando

un

médico practica

una

sangria

,

á pesar de ^ser Una operación

propia

de la médiqina

;

sq|o en estas circunstanciás

escuando aplica

.sángnijuélas, vejigatorios

,

la^'ati-

vas,friegas,

flagelaciones, etc., etc. ¿Y por qné

comunmente nó lo hace.^ porque

existe^ otra claSe

, tituladacirujanos,

mistrantes, destinada á practicar

estasoperaciones.

¿En estos

casos

áe bace público

ynotorioquç

el medico

sea

inepto en esta parte de

lia

ciencja^ Porque la parte mecánica "del herrado

■jíue.se desempeñada

por

una clase espéciat titulada

herradores

téoricó'-prácíicos, ¿seria utia prueba de

que los

y.Pjterinariós'

no

Sábrian mas que habiar'y

(jue

carecerian: dé maños? ¿Ño los vé'rian, por io

contrario,

practicar

cuantas

óperáCrones'soa pró-

pias,

de |a cieucía

,y que son

iñucho ibas difíciles'^

masmérito

qué

las

de herrat?

.

Acerca dé

la'

costumbre que,

deS'dé tiempo' in¬

veterado,, los

profesores des'émpefián arabas partes

de.la ciencia,según

suponen

iipos,

mientras otros

aseveran quehasta

la creación dé la cláse Veterinà¬

ria, el arle de hécr'arsólo lo

désérnpeñahan los

me¬

rosberradóres y

aquellas pérsonas má^'ó raenós

habituadas á mánejar el

.hierro,'agnáf-daremos áe

asegure entreeilos

cuál ti'ebe

razón yse

pueda de¬

ducir deella.jbas,

conSécuenciás

que

seañ legitimas;

perosuponieúdp

quetos profesores vienen' ejercíén-

dólè désde tiempo

inméinoriál,

¿es por

ventura ra-

ïon suficiente para

deducir

que qo

debe alterarse,

niuna nuevaleyque lo

áutorizasé séria suficiente á

conseguirlo? '

Estrañoparece

á la verdad

que en una

época

gu

que tanto

descuellan los adélantos 4e la cieqcia,

destruyendo ó quitando

sin duda, có^urábres

nías

ó

menos erróneas y

antiguas, haya pj;"pfçsores

que çe empeñenen demostrar que

cuanto más lo

son, re¬

ciben mas fuerza deley,

deduciendo consecuencias

que por

necesidad tienen

queser

falsas cuahclò

no

absurdas, üiiejemplo.

Porque los profesores

vete¬

rinarios, ó los quehayan

ejercido

esta

ciencia des¬

de muy antiguo, se hayan

visto

en

ia precision de

conceder ó tributar al supuesto arle

de

herrar una

preferencia sobre el ejercicio de la ciencia;

¿es

bas¬

tanterazón pataque se tenga,que

seguir bajo el mis¬

mo sistema, aun cuando existaun

convencimiento general

deque en

todos

conceptoses

perjudicial á

losadelantos dela ciencia y al decoro y

bien

estar

dela cla.se? Porquelaparte

científica ha sido des¬

preciaday pocoó

nada remunerada

por

la utilidad

quede

sí suministra el herrado, ¿es razonpara

que

se tengaquecontinuarcon

este mismo desprecio á

laciencia y

predilección al arte de herrar? Pre¬

gunto yo

ahora

;

lo.s simples herradores, ? dejan de

exijir, por cada

herradura

que ponen,

la misma

cantidad que los

profesores

que

ejercen este arte ?

Supuesto que

si: ¿qué compensación es la que

recibe el facultativo para quela

retribución

en

la

curación sea mucho menos de loque

debe

corres-

panderlef No solo resulta ninguna, sino que por do

contrariopierdemucho mas ; porque

careciendo el primero de los conocimientos científicos necesarios

para

desempeñarlo

con

perfección,

no

puede obser¬

varlos, mientras que

el segundo

por

ponerlos

en

(4)

296 BL BCO

práctica,

tardamas tiempo en poner una

herradu-

xa, y comfflo hace conmétodo,

evita

muèbas enfer¬

medadesde losremos y consigne qué

la

duración

de las herradurasseamucho'mayer. Lo dicho prue ba. que en lugar de una compensación, él mismo

se acarrea un perjuicio

de

bastante consideración;

de modo que en

igualdad

de circunstancias, elsiinN pie

herrador, sin necesidad de

estudios de ningún

género

y por una

práctica puramente

rutinaria, consigue mas ventajasy

masjproducto

que elprofe¬

sorveterinario. Si añadimos ahora que el simple herrador puede, sin que

le

sea

impropio,

ejercer

otra

profesión libre, bien

sea

de

herrero, cerrajero,

cíaveleroetc. etc.,resultará qué mientras él obtiene jresuliadosfavorables y productivos,

el

profesor se verá aburrido y supeditado

á'su

voluntad, li obliga¬

do ásostener una.lucha desigual en elejercicio de

este arte. ¡Yesto eslo que

los

veterinarios pueden

y deben tan soloesperar,

despues

de tantos de tan- .tpssacrificios iptelectualesy pecuniariosparapoder

alcanzar el titulo detales ! !!..

: Sise considera quenadie mas que nosotros mis

_mos somos los causantes del estado en que actual- jpente se encuentra el

ejercicio

dela veterinaria, fácilmentese podrá

deducir

qué nunca obtendre¬

mos beneficio alguno, pues en vez

de

procurarque

desaparezcan cuantos

obstáculos

se opongan á las mejoras deque seamos dignos, procuramos aumen¬

tarlos, creandodificultades y oponiendo dudasáfin de que nada pueda realizarse. A nadie me

dirijo

. en

particular

; á todos en

general.

Mientras haya veterinarios que celosos de

la

prosperidad de sue

comprofesores,

influyan directa

ó

indirectament-

conlralas tendencias y deseo de la generalidad y delGobierno, jamás se

obtendrán

mejoras ni adés

. lantos positivosen beneflciólde la clasei Mientras haya veterinariosqué aseguren que no hay, en ge¬

neral, un pueblo que pueda dar cinco ó seis mil reales por la visita Vy qdesolo se tratade disponer arbitrariamente del bolsillo agono,

queriendo

sa¬

crificar á los

pueblos,'

conotras cosasde este jaez, nada conseguirémos que redundeenbeneficiode la

'

profesión : de nada sirve á los que poseídos de

'

iiü celo poco común en

beneficio

de la clase,

~

trabajen y pongan chanto esté de su parte á

^fin deobtener las mejoras morales y materiales de

'

"J.

>

' —:—:—^

{üúndiision

de la epístola deknúm, anterior.^^

ii.

Ibamos hablando délos Ferrdcratas, .

Poderoso por su número, respetable por su

■posición, temible por su influencia,este partidose compone de dos, especies^ de. .hombres: los unos, sugetos

de

edad avanzada, porlo común, bienaco¬

modados y elevadospor SM

indisputable

mérito al . goce de los ilestinosmas pingües de. la profesión

icivil ó militar, no hierran jamás; pero

habiendo

tenido por puntode partida casi general la coloca¬

ción de mancebos de herrador mientrassiguieron

la carrera, recuerdan que

han

herradomucho,, y

aspiran»

comoes

justo, á

quedodo veterinario pasé '*por

idéptico

estado! Pues-estaria bueno que e^os

jovenzuelos atolondradosse

escapáran

sin trabajar

como elles, que valen muchomas!,Nada, nada

qué

•• sudenelquilo, si es necesario; quese.hagan, callos .

«Blasmanos,iy se pongan negros,.yesí nomoslas =

que es susceptiblela cienciay suejercicio,mientras haya otros que solo procuren desvirtuar ó neutra¬

lizar su acción sin reparar en los medios. Mas detalladas consideraciones espondremos, si, como

es de suponer, las ideas emitidas en. este articulo mereciesen la censuradealgunosprofesores llevados del mismo interés que á nosotros inspira el por¬

venir de nuestra desatendida clase.

JéSE RETASCAtL.

Contestación al remitido de Don Martin

Grande; inserto

en

el número anterior de

El Eco.

Muchonospesa haber empeñado nuestra pala¬

bra para ocuparnos

de

este asunto, porque son tantos los escritos acumulados en estaRedacción

impugnando al Herrado, que no hallamos espacio

suficiente paradarlesinserción, no obstante dedicar á ellos toda la lectura delperiódico.

Dichos escritosson, porotra parte, demostra¬

ciones exactas,intachables de lo necesaria y posible

que es

lo

segregación entreel Arte y

la Ciencia;

y nada absoluta i ente tendríamos que responder á ios partidarios de la no separación, sino que mediten

detenidamente sobre las razonesque se les opone:

pues, de lo contrario, hombresde talento comohay algunos, deuna bien sentada reputación y perfecta¬

menteacreditadosen su porte

social

yfacultativo, á

pesar delas relevantes prendas que losdistinguen, llegan á aparecertristemente obcecados en defen¬

der una causa, cuyo ruinoso éxito es de sentido

común: y cuyapersistenciaenprotejerla los coloca

en unaaparenteostentación, que ellos no quieren hacer, desu poco afecto al interminable progreso dela profesióny dejaciencia.

Ved, sino, cómo D. Martin-Grande, idólatraque

esdeunay otra, porno reflexionar muchísimo' so¬

bre cuanto se lleva dicho, ha avanzado hasta el

punto de créer quenosotrospugnamos en pro del

desbordamiento de la facultad veterinaria. ¡No! Se haengañado él Sr.D. Martin Grande! Es imposi¬

ble que en el fondo de suímnviccion abrigue seme¬

jante creencia/Poreso, decidimosesplanar unípoco echarán por alto con sus estudios preliminares, ni levantarán el gallo conlaZootecnia,

zarandajas

que para nada

sirven,

puestoque sin cila.ssq

han

pasa¬

do ios

filópodos,

y que estarian, por

'olr.a.párte

duras de cocer ya para,

ellos. Y luego, nriehtras

estudiaun veterinariopierdeel

tiempo laméntahle-

mente.

¿qué falta

le

hace

toda

esa' palabrería

insul¬

sa, todpsesosconocimiento^

téóripus?

¿no

ha'dícho

el mas autórizádo delos ferrócratas qué las

teorías

. solo sirven paratrastornar la imaginación?Aplicar

la unturafuerte., poner unsedal, darun

purgante,

haceí una

sangría,

prgr

.uii cuarto, braçeaji: ün

.

caballo,

herrar á ;díestro y

siníesírb

y

paseár'.-el

acial» con,es¡tp

hasta

y

spbrp. á ,ufr'¡y,e.i|erinarió pára

salirdelpaso; y

hemos de tendey áqüel ín^trürnen- to—¡vivé

Dips!—¡alquequieta irmas

All¡iJ-rAsj'dis-

ctirr.eq estos

c,abuller,o.s,„ Ijçnps de. .séñsátez.; y'ahí

. está el

herrado prévíb,,,pai',a 'dar ,fé de la üób.leza

.de.súé

ipteñciopes,y dfd.pflder.desú influencia,;

.

'En.estos

últímps tié&jp'ós jjàn dp^jilegado tpda'su

. actividad:

cuaudpl

áp

discutía

acerca

dé las'atiínu-

.

¡cíoaçs

deyeterinaarios.y

albéitares,.puàndo él'Bpíe-

. (inse

destiacia en,inv.pptiya§,contra dps, priigçrps

y

(5)

de LA ▼aXERINARIA. 297

mashoy los

fundamentos

en que

debe basarse

cuan¬

tose alegueen contradenuestra opinion.

Antetodo, haremos notar una circunstancia, digna de seradmirada enla cuestiónquetanto

agita

los ánimos. Helaaqui :

D. Nicolás Casas de Mendoza, á quien hemos pido, enla lectura de un discurso inaugural, hablar

con frenético entusiasmo enfavor dal Herrado; el Boletín de Veterinaria, qne

pretendió

ser

eljuez

en los debates científicosy

profesionalès

cuandoapare- ció El Eco;el ó losque aconsejasen

al

Gobierno la imposición

del

Herrado prévio cuandoen

menguada

hora sedió á luz^elbochornoso Reglamentó de 15 de febrero del año anterior ¿qué hacen escondidos

en suincalificable silencio? Cómo no salen alpalen¬

que de

la

discusión para acreditar sus talentos su¬

periores, paradar cuentadesus actosydesus pen¬

samientos?—Vergüenza eternaparasemejantespa¬

ladines; que en su impotente fuerza derazónsolo

sabenarrojarla piedra yocultar el descarnado bra¬

zo quela impulsa!—¿0 esque sehan formado la ilu¬

sión de que no

importa

que los veterinarios des¬

pleguemos una actividad honrosa y ánalicemos hasta el máximum los medios que se ofrecen de mejorar la profesión, .siempre que

á

ellos, á los mandarines, les quede el precioso recurso de hacer

su gusto sin chistar una pu/aóra?¡Vergüenza eterna, si, para lossantones de la Veterinaria es¬

pañola!—¿Quiénes son ellos?... Pero volvamos á nuestro asunto

principal,

y desistamosde referirnos á los zánganos decolmena,

incapaces

detomarparte

en unacontienda de interés.

Ibamos, puesá decir, queD. Martin Grande ha- bia estraviaáo laCuestión, sin haberlacomprendido perfectamente^

Trátase, yesto esbien sabido, de averiguar si

esposibleseparar el Herrado de la Veterinaria; y,

en casoafirmativo, si es necesario separarlo. Debe, porconsiguiente rebatírsenos probando los estre¬

ñiosespueslos á continuación:

t.® Que seaimposible separarlo, porque esté unido conlazos indisolubles á la párté cieritífica de lafacultad;

2. ® Queaun cuando fuera posible SU sepafá- cioo, no convendría, porque

los" ad.lantamieníos.

daron un silencio sepulcral, por que todo ello no valia la pena. Cuando El Eco

trabajaba

portel arre-

.glo de partidos y

lloyian las firmas

en pró de su

proyecto, tampoco dijeron esta boca esmia, por¬

que,sin.disputa, lacuestión carecia déimpórtá'ncia.

Cuando la mayonanlelos veterinarios selevantaba, unida y compacta, contra el monopolioen la cues¬

tión académica y la condenaba como

perjudicial

y

denigrante, para la

profesión,

entoncés los filópo- dos> a fuerzade

independientes,

signi'erón á'süs cau¬

dillos y no cejaronpredica El Eco, organohastadeverseunosderrotados;

jóvenes mjé perÓ

nadaboy

son masqueveterinarios,

la'separación

entre elher-

;iado.y latienen quepractica-civibacabar de y ios

ápóstólés

de la

fragua o.^entar toda

su

altivez "'y

todo

suafectoa la facidtad.Quese nos.

igüáléü'

los a1béi- fares, que sonos pospongaá'ellos; que séatñosvíc.

l'Zn í"®»5.1os. qué nos aSotieiíibà cuándo,

mi? / í'f.f d»e- un sold hotùbfé

quiera;

queubedezcamosá la voz'dèes'te holñbré' síft con-

m e

merOs aUtómatss;

•que sesu nosafilie, se¡nos uniforme y'

régimddíe

á gusto; todo esto, todo-,aspecata miriuta

fiídis

los ferrocrAtas',lo.quepoipuedeu ellosconsentir

enmal

cientificos y los

intereses profesionales- perderían

conestecambio.

Hay nada mas que

consideración de posibilidad

yconveniencia aósí/ÍMías;

y-bajo

estos puntos

de

vistaes comose nos ha dedirigir los ataques.

Pero

¿esasí de la manera que I).

Martin Grande

nos ar¬

guye?

D. MartinGrandeelude lacuestión de

posibili¬

dad, sin duda porhallarse

convencido de

que

nada

hay que oponer; y emigra

á países estranjeros

para aducir testimonios de lo que allí pasa,

de' las

cos¬

tumbres en ellos seguidas. ¡Hasta nos

habla de

uno

en que ni siquiera había

escuelas veterinariasí—

Razón tuvimos al decir que

había estraviado la

cues¬

tión; yel Sr. D. Martin

Grande

conoce muy

bien

que miandose ha de refutarun

principio sentado de

un modo absoluto(porque

absoluto

le

hacen las cir¬

cunstancias especiales de

España),

en vano es re¬

plicarcon los ejemplos de loqueen otras

naciones

sucede.

Hemosdefendido laseparación

del Herrado

en

España,

como vejatorio que es á la

Veterinaria, á

sus profesores á los

pueblos; Deiiinestrésemos

que

no haytalvejación sino beneficio, y estamos

derro¬

tadosen nuestra base de partida.

Mas,

oponernos costumbresestianjeías, queno son tan

perjudicia¬

les nidenigrantes etítre losque

las consienten,

es no oponernada.

¿Qué

nos

importa

que

los veteriñarios

franceses,alemanes,-inglesesy turcos tengan esta¬

blecimientos deHerrado, como sucede á losespa¬

ñoles, auncuando esto fueraestensamente cierto y porello se

vieran inconsiderados

y

ultrajados

en

la

sociedad; qué importa."

Eso

solo probaria que en Francia, Alemania,Inglaterra y

Turquía

estaba la Veterinaria supeditada, como en España, á un des¬

potismo

escarnecedor

que

hábitos

y

preocupacio¬

nesaniquiladores hicieran gravitarsobresupacien¬

tecondición. Soloprobaria que allí como

aquí

el

servilismo de los profesores estaba á la órden

del

dia ¿Y,porque asi

sucediese,

no

babiamos

de le¬

vantar nosotros la, abatida, frente, que nuestros abuelosnos dejaran

empañada,

para.manifestar ála faz del mundo que nuestro destinono es ser berra- dores; que tenemos otra misión mas .noble y útil;

que.podemos,

debemos

y queremostenerdignidad, prestar mayoresservicios; que no se nos engañe;

ñeraalguna es quepretendan los veterinarios dejar

deserherradores, ejercersimplementela parle cien- tiíica desu

profesión,

.sustituir el estudio al trabajo

corporal, iriimpiosy

decentés¡,'.alternarcon personas instruidas, obtener .una dotación decorosa, y Ser tratadosconmiraiiiientQ

y|consideraci(in. Contra los

conatos ferricidas, contra deseos tan anárquicos

han protestado Jos paladines delyunque, armados d.e punta en

negro.(qué

no siempre

ha de

serde punta.' en blanco), individual

¡y colectivamente; |la

prensaveterinaria dai'á á lá. posteridad un público testimonio de sugenerosidadenla lid; y, porsi no

, les haocurrido usar,de unáiestratagema muynoble y. conducente,

des. aconsejo

que amenacen á la Re¬

dacción de El Ecocon dejar la sl'scricion>quetal

vez asi retrocedan miscorredactores en, su desas¬

trosa: ,marclia,uo,obstante:la fiereza espartana jde

quehacen

alarde.

, Talessonlos(principalesrasgos, láB prendasque caracterizan .á losgèfes deda Fèrrocracia:.capita¬

neados por ellos y.en confusos pelotones,

peleada

inmensatürba de losyerar^ístbs; casta de pájaros

•.(Je;colores

:abigarradüSi.;cuya' abnegación

personal

notienelimites. Para elloslaspalabrasrazón,

aspira-

(6)

2^8 EL fecÒ

que no se nosusurpe nuestros

derechos ni los

me¬

dios de

practicar el bien.''—Y cuenta

que, aunque paranada hace

ai

csso

saberlo,

no, se nos

ha dicho

queenlos

paises citados

por

D. Martin Grande (es-

ceptuandose

la Francia)

se

retribuya al profesor

por

todos

sus

trabajos únicamente el horroroso precio à

que se paga

la herradura, Ah! esto (aun

cuando repetimosque noagrega peso

á la balanza

de la

discusión)

seguratnenteque no

tendrá lugar de

la manerafeay

ridicula

que entre nosotros se

ob¬

serva. Nose concibeque por

todas

partes sean

los

veterinarios tan poco

escrupulosos

en

materias de

decoro.Y si D.Martin Grandesupiera á

conciencia

quenuestra

¡sospecha

no

está desmentida, él

que tantoha viajado,

habria hecho mal

en

callar

una circunstancia que

desvirtuaría

por

sí sola

su

equi¬

vocada

argumentación.

Pregunta D,. Martin Grande «por

qué

no

han

empezadoyalos profesores

civiles,

que

opinan

como

nosotros, ácerrarsus establecimientos de Hería- do?»—Contestación sencilla, Sr. D. Martin: pérque perecerían de

hambre

en su mayor

número...;~...

Ya dijimosque no

habia

D.

Martin Grande

com¬

prendido

muy

bien la cuestión.-^¿Qué dato, si

no,

cree alegar en sti apoyo este

digno profesor? Se

■probaria la conveniencia de

separar

el Herrado

con que, en medio

del desbarajuste profesional

enque

nosvemos, cerrasen susestablecimientos los

profe¬

sores queclaman porsu

dignidad é independencia?

Cuandono hay dictadas

órdenes

preventivas que aseguren la

subsistència' de'l veterinaaio

no

herra¬

dor.?cuando les veterinarios herradores están sem¬

brando una discordia cruel en la profesión,

apelli¬

dándonos comoellos quieran, porque no se paran á perisarenel absurdo qfie

defienden

; cuando

indi¬

rectamentese nos está presentandoante los

pueblos

comoenemigos de sds intereses;cuando, envez de pedir

todos

ávoz engrito la

union

queconvienepara realizar un pensamiento salvadorde nuestro decoro

y porvenir, hay

veterinarios españoles

que se

obs¬

tinanen quehemos de ser herradords degradados, y en que nuestro

premio

consista en el

fraude

y en el engaño queinfiramos, so pretestode laherradu¬

ra, á los dueños de los animale.s?

Podriacomprenderse quealguno ó muchos des- ciones,reformas, mejorasy

sentido

común son voces que

nadasignifican; elargumentosupremoéinapelable es la posición social; entrelas partes contendientesse deciden, sin titubear, porlaquecuentamastítulos;

y,dotados deuna

docilidad ejemplar,

sinfaltar jamas

á la disciplina, cierran

los

ojos, arremetencon los bultos, combatenen masa, y seprecipitan, si es ne¬

cesario, en elabismo á lavozde mando desugene¬

ral. Que éste lesdigaque es

media

nocheá las doce deldia,ylos vereis

encender luces

para alumbrase;

que

les

asegure

haber vistojvolar los

bueyes,y nodu¬

déis queirán á buscarles las alas. En fin, estos son unosbellos sugetos,chapados á ta antigua, enemigos

de todadiscusión,partidarios acérrimos de la autori¬

dadenla ciencia,y, en una

palabra,

losveterinarios de amen.

aquí,

reverendos padres, cual es mi partido,á élquieropertenecerencuerpo y alma, yásu defen¬

savoy

á

consagrarmiescasoingenio.

En los folletines sucesivos tendré ocasión de pro¬

bar que elherrado estábase denuestrafelicidad,que

enél estriba todo lo que hay de

útil

en la

profesión

y que escasi unablasfemia cuanto se

diga

en con¬

trario. Noobstante, como estas verdades pertene-

confien de la

posibilidad

de emanciparnós;pero que

sp batalle en favor dé fina situación tan

inmoral,

estono comprende.'

Concédasela

justicia

que

asiste á

nuestracausa, ódemuéstresenos

quepadecemqs ünd.équi'vocacion.

—Depongamos todosnuestra suspicaciay anior pro¬

pioexaltado: veamoslo

qué

es

ó

noéouveniente;

y,

una vezrecdnocidp,

eíltrc

todos, como

bergiaiíbs,

indagáremos los medios dé realizar el

plan

que se adopte.Trabajaremos con fé ineesantemente, y si

no logramosel fin apetecido,que

ho

tengamos,

ál

rnenosel remordimiento de habèrlòestorbado con nuestraoposición sistemática.-L. R.

PATOLOGr.4 Y TERAPEUTICA.

Estudios

prácticos,, investigaciones

y

discu¬

siones sobre la castración de las vacas, por M. Pierre Char

Hear, médico veterinario

en

Réions

(Francia)

(TraducóioB de D. Domingo Rúiz Gonz'tlez, veterinario de

t."clase.') ;

Procedimiento

por

la incision vaginal

;y

la

torsion hasta Id rotura de los vasos ovd-

ricos. '

InHrumentosy

objetbs nk'cesa'rios

parapracticar

Ja

operación. .

Cuatrp instrumentos

son necesarios para practi¬

car la operaciónpor la incision vaginal,.estosson:

1. Un diiatadorvaginal,(vease la figura primera

y

segunda,)

especie de speoulum compuesto-de trespartes principales, queademasdel mango, cuya sola particularidad es tener su estremidad libre movible, son:

Primera: dos tiras de acero bien pulimentado

redondeadas en «usbordes, de cincuenta cônti- metros de longitud, dos de ancho, un mili metro ó poco mas deespesory encorvadas desde la mitad

cenal número de aquellas cuya evidencia es tan

palpable,

que constituye una

heregía

el emplear

en su favor argumentosrazonables,antesde descen¬

der alinmundo terreno de larazón euque se ar¬

rastranlosantagonistas de la pata, recuriré áotro

género de demostraciones, mas en armonía con

loshábitos

filopódicos:

elnuncabien alabado, ensal¬

zado y ponderado D. Nicolás Gasas de Mendoza, el

impertérrito

é invicto adalid de la Ferrocracia

(Q.

D.

G. )

ha llevado los elogios de laciencia por antonomasia hasta unpunto casi inaccesible á ios ojos maslinces; pues bien, todavezque los títulos

de este eminentísimopersonaje no han convencido álos

antiferruginosos,

cegadosporel demonio de la razón, yo les haré verque sus

palabras

y escri¬

tos deben mirarse como infalibles, cumpliéndo

asíun compromiso quehace

tiempo contraje,

con lo cual mataré dos

pajares

deunapedrada.

Hasta otro dia, pues, padres mies; en la carta

pròxima

entrará lo bueno, y tendrán Vds. elinefa¬

bleplacer dever d un cordobés nadar, como decía

un andaluz; locual proporcionará un inocente des¬

ahogo ásu

S. S.ypanegirista

J. Tellez Viceh.

Références

Documents relatifs

O sistema apresentado constitui uma infraestrutura inicial simples mas que está permitindo ao CAPGov e ao MPOG observarem que alguns desafios na área de IHC emergem, o

compañeros, para que cuando se presenten operaciones que juzguen de más mérito que consigna la tarifa, expresárselo así á los. dueños ó renunciar á ellas, si no

pertinente á esta solución, cuánta palomina debe emplearse en cada fanega de tierra, qué semillas son las más á propósito para tal abono y los años que dura ó se advierte

pues, preciso no dejarla llegar á este caso, ni mucho ménos; para ello debe correr á lo largo de la hilera de abrevaderos un conduc¬.. to ó tubería subterránea que conduce las

sea dicho de pa.5o, de llegar á su perfección, porque para ello, es decir, para mandar ó dirigir á este ani¬. mal en sus diferentes marchas é instintos,

á fin de qué sépongá 'en armonía &#34;con m que rige para su clase y que tal vez quedeit tatflbifaA' agregados á ella, nombrando en este caso uno ó.;dos yp-i;.. cales veterinarios

En cualquier caso, dada la tendencia a parcelar de los medios de comunicación y su escasa visión global de la situación ambiental (Calero, Gil y Vilches, 2006), con-

Helsinki, Finnish Foundation for Alcohol Studies/Geneva, World Health Organization,