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ACTIVIDADES DE LA OMSEN

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(1)

ACTAS OFICIALES

DE LA

ORGANIZACION MUNDIAL DE LA SALUD N° 221

ACTIVIDADES DE LA OMS

EN

1974

INFORME ANUAL DEL DIRECTOR GENERAL A LA ASAMBLEA MUNDIAL DE LA SALUD Y A LAS NACIONES UNIDAS

El Informe Financiero para el ejercicio 1 de enero - 31 de diciembre de 1974, suplemento del presente volumen, se publicará por separado y constituye el

N° 222 de Actas Oficiales.

ORGANIZACION MUNDIAL DE LA SALUD

GINEBRA

1975

(2)

ACNUR ADI BIRF CAACTD CAC CCAAP CCNUEERA CEPA CEPAL CEPAO CEPE CESPAP CIIC COICM DANIDA FAO FNUAP FNUFUID OACI OCMI OIEA OIT OMM OMS ONUDI OOPS OPS OSP OUA PMA PNUD PNUMA

SIDA UIT UNCTAD UNESCO UNICEF UNITAR

- Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados - Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional - Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento

- Comité Asesor sobre Aplicación de la Ciencia y la Tecnología al Desarrollo - Comité Administrativo de Coordinación

- Comisión Consultiva en Asuntos Administrativos y de Presupuesto

Comité Científico de las Naciones Unidas para el Estudio de los Efectos de las Radiaciones Atómicas

- Comisión Económica para Africa

Comisión Económica para América Latina Comisión Económica para Asia Occidental Comisión Económica para Europa

Comisión Económica y Social para Asia y el Pacífico - Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer

- Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas Agencia Danesa para el Desarrollo Internacional

- Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación Fondo de las Naciones Unidas para Actividades en Materia de Población

- Fondo de las Naciones Unidas para la Fiscalización del Uso Indebido de Drogas - Organización de Aviación Civil Internacional

- Organización Consultiva Marítima Intergubernamental - Organismo Internacional de Energía Atómica

- Organización (u Oficina) Internacional del Trabajo - Organización Meteorológica Mundial

- Organización Mundial de la Salud

- Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial

Organismo de Obras Públicas y Socorro a los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente Organización Panamericana de la Salud

Oficina Sanitaria Panamericana Organización de la Unidad Africana - Programa Mundial de Alimentos

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente Organismo Sueco de Desarrollo Internacional

Unión Internacional de Telecomunicaciones

- Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo

Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia

Instituto de Formación Profesional e Investigaciones de las Naciones Unidas

ISBN 92 4 360221 7

© Organización Mundial de la Salud 1975

Las publicaciones de la Organización Mundial de la Salud están acogidas a la protección prevista por las disposiciones sobre la reproducción de originales del Protocolo 2 de la Convención Universal sobre Derecho de Autor. Las entidades interesadas en reproducir o traducir parcial o íntegramente alguna publicación de la OMS deberán solicitar la oportuna autorización de la Divi- sión de Publicaciones y Traducción, Organización Mundial de la Salud, Ginebra, Suiza. La Organización Mundial de la Salud dará a esas solicitudes consideración muy favorable.

PRINTED IN SWITZERLAND

-H -

(3)

Introducción

INDICE

PARTE I - EXPO SICION GENERAL

Página VII

1. Fortalecimiento de los servicios de salud 3

Institutos de desarrollo de los servicios de salud Planificación y gestión sanitarias

2. Salud de la familia

3 Desarrollo de los servicios de salud 4 Información sobre los servicios de salud .

6 10

Salud de la madre y del niño Nutrición

12 Educación sanitaria

15 Reproducción humana 3. Formación y perfeccionamiento del personal de salud

Planificación de los recursos de personal de salud Formación del personal de salud

Becas

4. Enfermedades transmisibles

18 23

29 Formación del personal de la OMS 40

30 Colaboración con otras organizaciones 40 39

Vigilancia epidemiológica de las enfermedades transmisibles

Viruela

Virosis, clamidiosis, rickettsiosis y enfermedades afines

Enfermedades venéreas y treponematosis endémicas Tuberculosis

5. Paludismo y otras enfermedades parasitarias

Paludismo Esquistosomiasis Oncocercosis Otras filariasis

6. Biología de los vectores y lucha antivectorial Ecología aplicada

Resistencia a los insecticidas y rodenticidas Evaluación de nuevos insecticidas y estudio de

métodos químicos de lucha antivectorial . . Actividades generales de lucha antivectorial . . Material de lucha contra los vectores

7. Enfermedades no transmisibles

Lepra

47 Enfermedades bacterianas

49 Veterinaria de salud pública (con inclusión de higiene de los alimentos y medicina comparada)

51 Prevención de la ceguera y de la pérdida parcial de 56 la visión

59

61 64 67 73

74 Tripanosomiasis 84

80 Leishmaniasis 85

81 Amebiasis 86

83 Micosis y parasitosis varias 86

88 Lucha biológica 89 Lucha genética

Lucha contra los vectores en la sanidad 90 internacional

91 Uso inocuo de plaguicidas

91

91 92 92 93

Cáncer

Enfermedades cardiovasculares

Otras enfermedades no transmisibles crónicas

94 Higiene dental 105

100 Salud mental, farmacodependencia y alcoholismo 107

104 Genética. humana 112

11

29

46

74

88

94

8. Inmunología 114

9. Sustancias profilácticas, de diagnóstico y terapéuticas Evaluación de médicamentos y vigilancia farmaco-

lógica

Preparaciones farmacéuticas

Tecnología de los laboratorios de salud 119

117 Patrones biológicos 121

118

-UI-

117

(4)

10.

11.

Higiene del medio

Servicios e instituciones de higiene del medio y su Vigilancia de la salubridad del medio

planificación 123 Medidas adoptadas en relación con distintos pro - Saneamiento básico de la colectividad 124 blemas y grupos de población

Criterios de higiene del medio y evaluación de los

efectos en la salud 128

Estadística sanitaria

Mejoramiento de los servicios de estadística Métodos de estadística sanitaria

sanitaria 140 Clasificación Internacional de Enfermedades . .

Difusión de informaciones estadísticas 141

129 130

142 144

122

140

12. Coordinación de las investigaciones biomédicas 145

13. Documentación e información sobre cuestiones de salud 147

Bibliotecas y servicios de documentación sobre Información pública sobre cuestiones de salud . .

cuestiones de salud 147

147

14. Asuntos constitucionales, jurídicos, financieros y administrativos 150

Asuntos jurídicos 150 Administración 152

Situación financiera 151

15. Cooperación con otras organizaciones 156

Programa de las Naciones Unidas para el Programa Mundial de Alimentos 162

Desarrollo 158 Desastres naturales y situaciones de urgencia . . 163

Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia . 160 Organizaciones no gubernamentales 164

Organismo de las Naciones Unidas de Obras

Públicas y Socorro a los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente 161

PARTE 11 - LAS REGIONES

16. Región de Africa 167

17. Región de las Américas 172

18. Región de Asia Sudoriental 178

19. Región de Europa 183

20. Región del Mediterráneo Oriental 189

21. Región del Pacífico Occidental 193

PARTE 111 - LISTA DE PROYECTOS

Proyectos en ejecución en 1974 200

Región de Africa 201

Región de las Américas 210

Región de Asia Sudoriental 240

Región de Europa 253

Región del Mediterráneo Oriental 266

Región del Pacífico Occidental 280

Actividades interregionales 293

-IV-

(5)

1. Estados Miembrosy Miembros Asociados de la Organización Mundial de la Salud en 31 de diciembre Página

de 1974 311

2. Composición del Consejo Ejecutivo 312

3. Reuniones orgánicas y otras reuniones celebradas en 1974 313

4. Cuadros de expertos y reuniones de comités de expertosy grupos científicos en 1974 313

5. Centros colaboradores de la OMS 315

6. Subvenciones concedidas para formación e intercambio de investigadores en 1974, clasificadas por

materias y por clases 325

7. Becas concedidas (clasificadas por materias y por regiones) 326

8. Publicaciones aparecidas en 1974 328

9. Estadísticas de la biblioteca de la OMS en 1974 332

10. Organizaciones intergubernamentales que han establecido acuerdos oficiales con la OMS aprobados por la Asamblea Mundial de la Salud y organizaciones no gubernamentales con las cuales la OMS

mantiene relaciones oficiales 332

11. Presupuesto ordinario para 1974 334

12. Distribución numérica del personal 335

13. Distribución del personal por nacionalidades 337

14. Estructura de la Organización Mundial de la Salud en 1 de enero de 1975 338

CUADROS Y FIGURAS

Cuadro1. Servicios de personal docente, 1974

Cuadro2. Ejemplos de actividades de formación organizadas o apoyadas por la OMS en 1974

Cuadro3. Proyectos en gran escala que reciben ayuda delPNUD, yen los que laOMSes el organismo de ejecución, tramitados en1974

Cuadro4. Créditos delPMAasignados para actividades sanitarias y afines, y para todos los proyectos, desde la creación del Programa

Figura 1. Oficinas Regionales de la OMS y delimitación de sus zonas correspondientes

31 41

160

162 166

La denominaciones empleadas en la presente publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no implican, de parte de la Secretaría de la Organización Mundial de la Salud, juicio alguno sobre la condición jurídica de ninguno de los países, territorios, ciudades o áreas citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites.

La denominación «país» o «área» que figura en los títulos de los cuadros abarca a países, territorios, ciudades o áreas.

-V-

(6)
(7)

LA escena mundial ha estado dominada en 1974 por la inestabilidad económica. En la mayoría de los países industrializados ha reinado un malestar economicosocial sin precedentes desde la última guerra, que ha repercutido en los países en desarrollo, pese a que algunos de éstos hayan registrado un alza notable en sus posibilidades de desarrollo. La inflación general ha impuesto en algunos países una severa reducción en los gastos públicos, que amenaza con tener consecuencias de vasto alcance para los servicios sociales, y no menos para los servicios de salud, en cuya situación repercute además el pronunciado aumento de los costes. Las organizaciones internacionales también se han visto obligadas a reducir sus gastos y, en consecuencia, a examinar con mayor detenimiento que nunca sus programas ordinarios y a emplear mayores reservas de imaginación para planear sus actividades futuras.

Sobre este fondo general, la OMS ha procedido al examen de la ejecución de su Quinto Programa General de Trabajo para el periodo 1973 -1977, y a la elaboración de planes a medio y largo plazo. El examen emprendido por la Organización en 1974 ha tenido por objeto, principalmente, determinar la manera de transformar los amplios objetivos del programa de trabajo en un programa coordinado de actividades inter- relacionadas y de metas bien definidas.

En la concepción del Quinto Programa General de Trabajo se tuvieron muy presentes las necesidades de los países. Las grandes diferencias que presentan esas necesidades en los diversos países plantean arduos problemas, no sólo en cuanto a la formulación de políticas sanitarias sino también y sobre todo en cuanto a la planificación, la organización y la ejecución de programas sanitarios mixtos, para los cuales los recursos de que se dispone están, por lo general, lejos de ser suficientes. De poco les valdría a los gobiernos que la OMS se limitara a ofrecerles soluciones parciales para problemas aislados; la Organización debe adoptar, por el contrario, un criterio mucho más sistemático, que permita a los países identificar sus problemas prioritarios de salud, determinar los objetivos operativos de los que depende la solución de dichos problemas y establecer programas que permitan alcanzar los objetivos fijados. Este criterio de programación sanitaria nacional se ha aplicado por primera vez en Bangladesh en 1973, con ayuda de un grupo de la OMS, y se ha introducido en el curso de 1974, primero en Nepal y sucesivamente en Paquistán, Tailandia, Afganistán y Sudán. Los resultados obtenidos hasta ahora han sido alentadores e indican que la programación sanitaria nacional es un método válido para establecer programas a plazo medio en los países. La metodología, pragmática y flexible, puede aplicarse por igual a países desarrollados y en desarrollo, y en ella se tienen en cuenta no sólo los problemas epidemiológicos, ecológicos y demográficos de la situación sanitaria, sino los factores políticos, sociales, educativos y económicos de reconocida importancia para la salud.

Importa señalar que la OMS no tiene la menor intención de emprender por sí misma los estudios necesarios para la programación nacional. No dispone de los recursos necesarios para hacerlo, pero aunque estuviera en condiciones de poder llevar a cabo esta tarea, encargarse de ella sería prestar un flaco servicio a los países, puesto que se entorpecería el desarrollo de sus propios mecanismos de formulación de la política sanitaria.

El objetivo de la Organización consiste en establecer metodologías para la programación sanitaria nacional, fomentar la adopción de ese criterio en los países y ayudarles a establecer los mecanismos necesarios para un examen constante de la situación. La eficacia de la programación sanitaria nacional será mínima si se la concibe como una operación única; por el contrario, debe consistir en un proceso continuo de programación basado en un análisis recurrente del sector de la salud. La plena aceptación de ese principio puede tener

(8)

crear en los escalones más elevados mecanismos permanentes para la formulación de programas y para su dirección y evaluación.

La Organización aspira a establecer una estrecha colaboración con los Estados Miembros que adopten el sistema de programación sanitaria nacional, con el fin de que ésta responda de manera sensata y racional a sus verdaderas necesidades en materia de salud, y de que sus programas a plazo medio se establezcan en función de esas necesidades. Por el momento falta la información precisa necesaria, pero las necesidades nacionales ya identificadas demuestran claramente que la mayoría de los problemas son de índole multi- disciplinaria. En consecuencia, se ha practicado un estudio de viabilidad para determinar la conveniencia de emplear grupos multidisciplinarios en la formulación y la ejecución de programas a plazo medio. Se invitó a esos grupos a preparar, respecto de cada sector del programa y para un periodo de cinco a seis araos, un plan pormenorizado de las actividades que deban emprenderse en los países y en las regiones con carácter inter- regional y en la Sede. Los resultados del estudio han demostrado que para alcanzar los objetivos de los programas mixtos es indispensable aplicar un criterio más funcional que estructural. El estudio ha confirmado también la utilidad de los grupos multidisciplinarios para estimular intercambios de experiencia y de opiniones entre miembros del personal cuyos intereses, de otro modo, tienden a limitarse a un solo sector del programa.

Son varios los criterios para la programación a plazo medio que se están estableciendo en las Oficinas Regionales. Mientras algunas de ellas establecen ya amplias proyecciones para los programas nacionales sobre una base regional, otras se concentran en sectores determinados, con vistas a aplicar la experiencia adquirida en esos programas limitados a la programación general a plazo medio de alcance regional. La introducción del sistema de presupuesto por programas ha puesto más de manifiesto la importancia de con- siderar las necesidades de los programas para varios años.

También cabe mencionar aquí la presión creciente que los órganos deliberantes de las Naciones Unidas vienen ejerciendo en pro de un fortalecimiento de la colaboración entre los diversos organismos en la elaboración de programas a plazo medio para el desarrollo social y económico. La OMS ha participado activamente en reuniones consultivas interorganismos sobre la forma más adecuada que podría adoptar esa colaboración, y se ha visto claramente la necesidad de que los programas a plazo medio establecidos con este objeto sean representativos del conjunto de la Organización. Esta necesidad se ha tenido presente en la preparación de un estudio preliminar sobre el Sexto Programa General de Trabajo destinado al Consejo Ejecutivo. Además, se ha iniciado un estudio sobre perspectivas a largo plazo para tratar de identificar las posibles cuestiones nuevas que acaso deban incorporarse al programa de la Organización.

En todos los escalones de las actividades de formulación y evaluación de programas es indispensable tener fácil acceso a una información sanitaria fidedigna, completa y puesta al día. En el curso de 1974 se han iniciado diversos estudios con el fin de reestructurar el sistema de notificación de la OMS, de identificar las verdaderas necesidades en materia de información y de racionalizar el acopio y la difusión de los datos nece- sarios para la programación sanitaria nacional, y la formulación y gestión de proyectos.

La continuación eficaz de muchos de los programas de la OMS requiere que los conocimientos adelanten, para lo cual son indispensables la planificación y la coordinación detenidas de las investigaciones. A petición

de la 25a Asamblea Mundial de la Salud se prepararon propuestas para la organización de actividades a largo plazo en materia de investigaciones biomédicas, con especial referencia a la coordinación internacional. La 27a Asamblea Mundial de la Salud apoyó estas propuestas y dio especial importancia ala iniciación y al fomento de las investigaciones en los países en desarrollo, sobre todo con respecto a las parasitosis y otras enfermedades endémicas. La Asamblea de la Salud acogió con satisfacción la propuesta de que las Oficinas Regionales participen más estrechamente en las actividades de investigación de la OMS e insistió en la necesidad de una

- VIII -

(9)

médicas y otras instituciones nacionales.

En su 16a reunión, celebrada en junio, el Comité Consultivo de Investigaciones Médicas consideró por - menorizadamente los problemas especiales del fomento de las investigaciones en los países en desarrollo, y recomendó encarecidamente que la OMS instituyera un programa ampliado de investigaciones y de formación en relación con las enfermedades tropicales transmisibles. Se consideró en la reunión que uno de los principales objetivos de este programa ampliado seria la aplicación de principios y métodos biomédicos modernos al establecimiento de nuevos criterios para la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades tropicales transmisibles. El programa aspiraría a la formación de expertos en ciencias biomédicas en los países en desarrollo, empezando sobre todo por los de Africa, para pasar cuanto antes a aplicar a otras Regiones la experiencia adquirida en la ejecución de este programa.

Se reconoció que dicho programa ampliado no podría financiarse con recursos del presupuesto ordinario de la OMS y que habría que conseguir contribuciones al Fondo de Donativos para el Fomento de la Salud por parte de los gobiernos y los organismos privados de financiación. Nos complace hacer constar que ya han

sido puestos a disposición de la OMS los primeros fondos destinados a este fin. Dichos fondos se han empleado para financiar visitas de exploración a varios países de Africa, con objeto de identificar las instituciones de investigación ya existentes que necesitan ayuda y de investigar la posibilidad de establecer una red de institu- ciones de esa índole en conexión con un centro multidisciplinario de investigaciones y enseñanzas sobre parasitosis y otras enfermedades tropicales. Se ha celebrado también una serie de reuniones de consultores y representantes de universidades y de laboratorios dedicados a actividades de investigación y formación en

relación con estas enfermedades. En 1975 se reunirá un grupo de organismos de beneficencia para estudiar la posibilidad de ampliar el apoyo financiero.

El establecimiento de un instituto de investigaciones multidisciplinarias en un país en desarrollo tiene por objeto reunir especialistas en varias disciplinas, como inmunología, biología molecular y celular, bioquímica y genética para desplegar un esfuerzo precisamente dirigido contra las parasitosis y otras enfermedades tropi- cales transmisibles prevalen tes en las zonas servidas por el centro y por los demás institutos de la red: Una de las tareas más importantes de ese grupo consistiría en estudiar las relaciones huésped - parásito y otras características biológicas de los parásitos, con el fin de adquirir los conocimientos básicos necesarios para la preparación de vacunas eficaces o de agentes quimioterapéuticos. Un centro de investigaciones multi- disciplinarias de esa naturaleza permitiría coordinar y estimular las actividades de un gran número de exce- lentes instituciones del continente africano que ya han iniciado investigaciones sobre las enfermedades transmi- sibles. El programa ampliado de la OMS apunta a fortalecer esos centros, y en particular las universidades africanas, mediante el desarrollo de sus posibilidades de investigación y de formación, y el aumento de la colaboración y la comunicación entre dichos centros y los que no están situados en Africa.

La particular atención dedicada a este programa de investigaciones no supone que la OMS eche en olvido la estrecha asociación que existe entre las condiciones economicosociales y las enfermedades tropicales transmisibles. La pobreza y el saneamiento deficiente figuran entre las principales causas de prevalencia de esas enfermedades, causas que la malnutrición viene a agravar. A la inversa, las infecciones tropicales agravan a su vez los efectos de la malnutrición. Todos estos problemas se relacionan entre sí, y sólo abordándolos simultáneamente cabe esperar verdaderos progresos.

Como ya se ha señalado, la 27. Asamblea Mundial de la Salud insistió en la necesidad de que la OMS colabore más estrechamente con los consejos de investigaciones médicas y otras instituciones similares en la coordinación internacional de las investigaciones biomédicas. Como primer paso en esta dirección se celebró en diciembre una reunión de representantes de esas instituciones, que informaron acerca de sus respectivas políticas nacionales en materia de investigaciones biomédicas, sus actividades y sus planes, y estudiaron métodos para facilitar el intercambio de información sobre investigaciones biomédicas en determinados

(10)

de la función de la OMS en el fomento y la coordinación de esas investigaciones. Existe el propósito de celebrar ulteriores reuniones para evaluar los progresos realizados y delimitar otros sectores en los que con- vendría practicar investigaciones en colaboración. Se espera que, gracias a ese contacto más estrecho con las instituciones nacionales de investigación, la OMS podrá no sólo acelerar las investigaciones sobre los problemas más urgentes de alcance mundial, sino obtener más pronta notificación de los resultados para que éstos puedan aplicarse con la menor demora posible.

Tradicionalmente se consideraba a la medicina como el arte de curar a los enfermos. A esa función ha venido a sumarse en tiempos más recientes la de prevenir distintas enfermedades. En fecha todavía más próxima ha empezado a tomar cuerpo en numerosos países una concepción más amplia de la medicina, que

asigna a ésta la función de mejorar la calidad general de la vida. En realidad, este concepto se encuentra ya incorporado en la Constitución de la OMS, donde se define la salud como « un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades ».

En los primeros años de su existencia, demasiado ocupada en aliviar el peso de las afecciones y de las enfermedades, la OMS apenas podía hacer más que reconocer teóricamente la importancia de esos objetivos más amplios contenidos en la definición. Hoy, en cambio, se esfuerza por traducir esos objetivos en acción y busca la manera de conseguir un equilibrio más estable entre el hombre y su medio ambiente con la esperanza

de que este mayor equilibrio no sólo reduzca la vulnerabilidad del hombre a las enfermedades sino que le permita además vivir una existencia más productiva y satisfactoria. Cabe vislumbrar ya un indicio de esta nueva orientación en la elección del tema de las Discusiones Técnicas celebradas con ocasión de la 27a Asamblea Mundial de la Salud en 1974: « Acción de los servicios sanitarios para proteger o restablecer en su integridad la influencia beneficiosa del medio sobre la salud ». Y, dentro de la misma línea y como preparación para la participación de la OMS en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Asentamientos Humanos ( Habitat), que debe celebrarse en 1976, las Discusiones Técnicas de la 29a Asamblea Mundial de la Salud en 1976 versarán sobre « Problemas de salud en los asentamientos humanos ».

En toda consideración de los problemas de salud en los asentamientos humanos es de importancia principalísima el establecimiento de servicios básicos de saneamiento. En los países en desarrollo, una modesta mejora en materia de saneamiento básico sería ya un gran paso hacia la reducción de la incidencia de las parasitosis y otras enfermedades transmisibles, sobre todo las entéricas, con inclusión del cólera. Los elevados

costes de construcción y de funcionamiento de los complejos servicios públicos de abastecimiento de agua y de evacuación de desechos propios de los países industrializados han constituido hasta ahora un poderoso obstáculo para su incorporación en los programas orientados a mejorar las condiciones sanitarias básicas en los países en desarrollo. Como ya tuve ocasión de señalar al dirigirme a la 27a Asamblea Mundial de la Salud, el lema de la OMS debería ser: « adaptar, no adoptar ». En consecuencia, se han concentrado los esfuerzos en un programa en el que se fomenta el uso de técnicas adecuadas y económicas que se han revelado inocuas y

eficaces en situaciones comparables a aquellas a las que deben aplicarse. Este criterio se vio robustecido en 1974 cuando seis organizaciones - el UNICEF, el PNUD, el PNUMA, el BIRF, la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos y el Centro Internacional de Fomento de las Investigaciones (Canadá) - acordaron colaborar con la OMS en la preparación de un programa ampliado de difusión de los conocimientos técnicos necesarios para el establecimiento de servicios de abastecimiento de agua potable y de saneamiento en las zonas rurales. En la preparación de dicho programa se tienen en cuenta no sólo las limitaciones técnicas y

económicas sino los problemas socioculturales, vocacionales, educativos e institucionales.

Este programa en colaboración sólo será eficaz si los Estados Miembros quieren y pueden participar activamente en su ejecución. Un problema que sigue produciendo profunda inquietud es la persistente falta de instituciones y servicios de higiene del medio adecuados, que entorpece gravemente la ejecución de los programas de los organismos internacionales y de otros organismos interesados. La OMS trata de ayudar

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programas de formación profesional que deben permitirles emplear en estos servicios personal versado no solamente en los problemas prácticos de la higiene del medio sino también en sus fundamentos científicos, con

inclusión de la ecología humana.

Durante el año se ha procurado incrementar la colaboración de la OMS con los organismos nacionales e internacionales interesados en la higiene del medio, y en particular con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Los fondos que éste ha puesto a disposición de la OMS han permitido acelerar en gran medida algunos programas, en particular el de criterios de higiene del medio, cuyo objeto es establecer un criterio integrado para la evaluación de los efectos que determinados contaminantes y riesgos ambientales tienen en la salud en todas las condiciones posibles de exposición. Un número creciente de Estados

Miembros participan en este programa, que depende en gran medida de la colaboración de las instituciones científicas nacionales. Los criterios de higiene del medio son un elemento importante a la hora de tomar decisiones, cuando los gobiernos se disponen a adoptar medidas legislativas y a preparar los corres- pondientes programas. Deben complementarse, sin embargo, con los datos obtenidos mediante la vigilancia organizada del medio, cuestión que en el curso del ario se ha examinado con los Estados Miembros para establecer al mismo tiempo la vigilancia de las condiciones del medio y la observación de sus efectos en la salud. También en este caso el éxito del programa requiere de toda necesidad la colaboración internacional y la participación sin reservas de los Estados Miembros; la OMS está cooperando estrechamente con el Sistema Mundial de las Naciones Unidas para la Vigilancia del Medio, establecido bajo los auspicios del PNUMA.

Un problema al que a menudo no se dedica bastante atención es el de la higiene de los alimentos. Con objeto de ayudar a los Miembros que deseen mejorar o establecer servicios de vigilancia de la higiene del medio, la OMS, en colaboración con la FAO y el PNUMA, está preparando pautas para la organización de servicios de inspección y vigilancia de los alimentos. Sin embargo, en muchos países, los problemas de la higiene de los alimentos pasan inevitablemente a segundo término ante la necesidad de obtener y distribuir alimentos en cantidades suficientes para evitar la malnutrición, cuando no la inanición. El ario transcurrido ha sido testigo de una acusada disminución en las reservas mundiales de alimentos, de un aumento vertical de los precios de los productos alimenticios y del racionamiento de los víveres en varios grandes países. En algunos de ellos el hambre de las masas ha precipitado la inquietud política, y en casi todos los países en desarrollo la malnutrición ha sido causa de graves retrocesos en el camino de las mejoras económicas y sociales. El recono- cimiento, generalizado ya, de que la nutrición deficiente constituye un obstáculo importante para el desarrollo nacional es tal vez el único hecho esperanzador entre los que caracterizan la situación actual.

Algunos de los factores que precipitan la malnutrición aguda son relativamente fáciles de combatir;

salvo en las situaciones causadas por desastres graves, la tragedia del hambre no tiene ya razón de ser. Ahora bien, si el objetivo fijado es el mejoramiento de la calidad de la vida, la prevención de la malnutrición aguda es apenas suficiente. Lo que sí hace falta es una acción decidida y concertada de la FAO, el UNICEF, la OMS y otros organismos internacionales y bilaterales, con el fin de alimentar mejor a las poblaciones desnutridas de las distintas regiones, de forma que cada individuo esté en condiciones de aportar una máxima contribución a la colectividad y de aprovechar cabalmente las posibilidades que la vida le ofrezca.

La estrategia de la OMS se funda en una vigilancia local, nacional e internacional permanente de la situación nutricional. En los últimos arios la OMS ha hecho progresos considerables en el establecimiento de nuevos métodos de vigilancia, y varios países han emprendido estudios en colaboración para determinar la exactitud y la validez de los indicadores nutricionales. En 1975 se reunirá un comité de expertos con objeto de establecer las pautas metodológicas de la vigilancia nutricional. Se tiene el propósito de aprovechar los datos reunidos en los programas de vigilancia para la preparación y el mejoramiento de las políticas alimentarias y de nutrición de los países. Los organismos internacionales participantes tendrán la importante misión de dar a los gobiernos los incentivos y la asistencia indispensables para que preparen y ejecuten esas políticas co-

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programas. Para que estas políticas se plasmen en programas operativos, los servicios de nutrición tendrán que colaborar estrechamente con los de salud de la madre y el niño, educación sanitaria y planificación de la familia, y habrá que aprovechar al máximo a los auxiliares de sanidad. En colaboración con el UNICEF, la OMS ha preparado una estrategia que servirá de orientación a los servicios locales de salud de los países en desarrollo.

Los esfuerzos desplegados a nivel internacional para resolver los problemas mundiales de la alimentación recibieron renovado impulso en noviembre de 1974 al reunirse en Roma la Conferencia Mundial de la Alimen- tación, convocada por las Naciones Unidas. La OMS participó activamente en las reuniones del Comité Preparatorio de la Conferencia e hizo una contribución sustancial a los trabajos de la Conferencia misma.

La Conferencia recomendó, entre otras medidas de importancia, el establecimiento de un sistema mixto FAO /OMS/ UNICEF de vigilancia mundial que tendría las características antedichas y la intensificación del programa FAO /OMS para la vigilancia de la contaminación de los alimentos.

Paralelamente a estos esfuerzos para mejorar el nivel de nutrición de las generaciones futuras, la OMS debe seguir colaborando con los gobiernos en el tratamiento de las enfermedades carenciales. Se ha conseguido erradicar prácticamente algunas de ellas, como el escorbuto y el beri -beri, pero otras siguen planteando problemas graves. La malnutrición proteinoenergética perturba el crecimiento y el desarrollo funcional de millones de niños en todo el mundo, y el bocio endémico, con su secuela de cretinismo y de atraso mental, sigue siendo, por desgracia, bastante frecuente. La xeroftalmía y la anemia nutricional son otras de las graves consecuencias de una alimentación deficiente que aún no han podido eliminarse. La OMS establece actual- mente métodos para combatir estos trastornos y está llevando a cabo ensayos operativos. Uno de los principales obstáculos con que se tropieza en la ejecución de estos programas es la falta de personal suficientemente adiestrado. La OMS patrocina cursos de formación y, además, está revisando los planes de estudio de las escuelas de medicina y de otras profesiones sanitarias, con objeto de indicar cómo cabría dar mayor impor- tancia a la nutrición y actualizar la enseñanza de esta disciplina.

A largo plazo, cabe considerar con optimismo las posibilidades de superar los problemas actualmente planteados por la escasez mundial de alimentos y por la mala distribución de los recursos existentes. Ha de

reconocerse, sin embargo, que los progresos técnicos en la producción de alimentos y el mejoramiento de los métodos de distribución no bastarán, por sí solos, para resolver todos los problemas. Mientras no se hayan superado las dificultades socioeconómicas y políticas de base, la situación nutricional y la calidad de la vida de millones de personas seguirán, probablemente, sin poder colmar siquiera las aspiraciones más modestas.

Hay una íntima relación entre el estado de nutrición, la salud de la familia y el número de hijos. La malnutrición acentúa los riesgos durante el embarazo, perturba la lactancia y contribuye a la elevación de la mortalidad infantil, sobre todo cuando coincide con una incidencia elevada de las enfermedades infecciosas.

Aunque no se sabe aún a ciencia cierta en qué medida el temor a una alta mortalidad infantil influye en las decisiones sobre el número de hijos, es probable que en muchas regiones sea ésa una de las razones de la sucesión de embarazos numerosos y escasamente espaciados. Por otra parte, se ha comprobado que hay una relación entre esa sucesión de embarazos y las altas tasas de mortalidad entre los lactantes, la anemia y la deficiencia de la lactancia en la madre, el destete prematuro del hijo y la consiguiente malnutrición. En los últimos años se han reunido pruebas cada vez más numerosas de las complejas interacciones entre las caracte- rísticas de la reproducción y la salud, y hoy en día se acepta generalmente que hay razones sanitarias de peso para limitar el número de hijos y, sobre todo, para espaciar los embarazos. Es probable que la prolongación del

intervalo entre los embarazos tenga muy particular importancia para mejorar la calidad de la vida de la madre y del niño.

La reproducción humana, la planificación de la familia y la dinámica de poblaciones son hoy objeto de uno de los programas más importantes de la OMS. Los cuatro principales sectores de actividad son el apoyo

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conocimientos adquiridos y el intercambio de información; y las investigaciones sobre el establecimiento de nuevos métodos contraceptivos y sobre la acción de los servicios de salud en la asistencia para la planificación de la familia.

La OMS tuvo participación muy activa en los trabajos de la Conferencia Mundial de Población, que se reunió en Bucarest el mes de agosto de 1974. Además de preparar documentos de trabajo y de celebrar reuniones preliminares sobre problemas de salud y población, la OMS estuvo representada en el Comité Consultivo de Expertos que se encargó de redactar el Plan Mundial de Acción sobre Población. Están ahora en estudio las consecuencias que ese plan tendrá para la OMS y para sus Estados Miembros y las medidas que han de adoptarse para dar efecto a las resoluciones de la Conferencia.

La experiencia ha demostrado que los servicios de salud de la madre y el niño pueden aportar una con- tribución inapreciable a la prestación de asistencia para la planificación de la familia. Los servicios de salud de la madre y el nulo tienen por funciones principales velar por la salud de las mujeres gestan tes y por las buenas condiciones del parto y proteger al recién nacido contra riesgos eventuales, pero ofrecen también excelentes posibilidades para ayudar a los padres a planificar el espaciamiento de los embarazos y el número de hijos y para impartir una educación sanitaria permanente.

En los últimos años, la OMS se ha interesado asimismo en los aspectos psicológicos y sociales de los programas de planificación de la familia. Varios centros de investigación de distintos países han indicado que están dispuestos a colaborar en la ejecución de estudios comparativos detallados sobre la naturaleza y la prevalencia de los problemas psicosociales relacionados con el empleo de diferentes métodos contraceptivos.

Prueba de la necesidad de esos estudios son, por ejemplo, las afirmaciones contradictorias contenidas en ciertos informes. En efecto, mientras se asegura en algunos que apenas se plantean problemas psicológicos, en otros se indican múltiples complicaciones, entre ellas graves trastornos psicosomáticos, impotencia sexual, neurastenia e incluso trastornos psicóticos cuya prevalencia, según se ha afirmado, llega en algunos casos hasta el 20 %/o de los pacientes. Si estas cifras se confirman, será indispensable estudiar muy detenidamente los motivos de esas complicaciones y volver a evaluar la conveniencia de seguir utilizando esas técnicas.

Estos estudios sobre las características psicosociales de la planificación de la familia servirán de com- plemento a otras investigaciones en curso acerca de los factores psicosociales que influyen en la salud y en la

acción sanitaria en general. Es éste uno de los varios programas de reciente introducción destinados a adquirir conocimientos que puedan aplicarse al fomento de un estado óptimo de salud mental. En todo intento de mejora de la calidad de la vida importa no olvidar que unos 370 millones de personas pueden sufrir graves enfermedades mentales en alguna etapa de su existencia. Los escasísimos recursos asignados a los servicios psiquiátricos en muchos países suelen bastar apenas para impedir que el problema de los trastornos mentales

adquiera proporciones de escándalo público. Pese a los intensos sufrimientos y a las pérdidas económicas enormes que esos trastornos causan se les concede muy poca atención. Se impone a los enfermos graves un internamiento prolongado en hospitales o en cárceles, o se les condena a la inactividad y a la muerte por inanición. Sería más constructivo emprender programas de localización de enfermos psiquiátricos graves para iniciar su tratamiento, de ser posible en la colectividad, pues hay ya métodos terapéuticos eficaces que, en muchos casos, pueden aplicarse en el medio habitual del enfermo. Es cierto que en algunos países ha corres- pondido a los servicios de salud mental una proporción considerable del presupuesto asignado al sector de la

salud, pero incluso en esos países rara vez se utilizan los recursos para ese tipo de asistencia en la colectividad, y aun menos para la eliminación de las causas de los trastornos mentales.

La Asamblea Mundial de la Salud ha reconocido la necesidad de modificar esta situación y recomendado que la OMS organice programas ampliados de investigaciones multidisciplinarias sobre salud mental. Con objeto de contribuir al establecimiento del programa general de la OMS en esta especialidad, se han creado varios grupos multidisciplinarios y, además de los estudios sobre los factores psicosociales anteriormente

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de salud mental, psiquiatría epidemiológica y biológica, ciencias del comportamiento y farmacodependencia, con inclusión del alcoholismo. Es importante reconocer al mismo tiempo que una proporción considerable de los pacientes que acuden a los servicios de asistencia primaria padecen trastornos psiquiátricos leves, en los que predominan los síntomas somáticos. Con el fin de tratar a estos pacientes y a los muchos otros casos de enfermedades somáticas con un componente psicológico importante, es necesario que los médicos, las enfer- meras y el personal sanitario de otras categorías tengan suficientes conocimientos psiquiátricos y adopten una actitud positiva respecto de la salud mental. De ahí que la OMS colabore con los países en la formación del personal médico y no médico de diferentes categorías que interviene en la asistencia a los enfermos mentales, la prevención de los trastornos psiquiátricos y la investigación de los problemas psicosociales. Se espera que esos programas permitan tratar mejor los trastornos psiquiátricos y dar mayor eficacia a las medidas de fomento de la salud mental.

No cabe dejar el tema de la medicina preventiva sin hacer antes referencia al programa ampliado de inmunización iniciado por la OMS en 1973; en efecto, aun cuando la difteria, la tos ferina, el tétanos y el sarampión han dejado de plantear problemas importantes de salud pública en los países más prósperos, siguen constituyendo causas importantes de mortalidad infantil en los países en desarrollo, donde la poliomielitis está adquiriendo con rapidez proporciones epidémicas semejantes a las que tenía con frecuencia en muchos países de clima templado antes de la introducción de los programas de vacunación en masa. También la tuberculosis sigue siendo un problema grave en los países en desarrollo. Entre las numerosas razones que han impedido la ejecución de programas de vacunación eficaces cabe mencionar las siguientes : la falta de personal capacitado y de una vigilancia eficaz; la carencia de equipo; la inexistencia de servicios de transporte y almacenamiento de material congelado; el alto coste de las vacunas y los problemas de cambio de divisas; la utilización pre- dominante de sistemas de vacunación complejos, de dosis múltiples; y el fracaso en el intento de fomentar la comprensión y la colaboración del público.

En abril de 1974, un grupo de consultores estableció normas generales para planificar, ejecutar y evaluar los programa ampliados de inmunización. Un mes más tarde, la 27a Asamblea Mundial de la Salud, después de un animado debate sobre esos programas, adoptó una resolución en la que recomienda a los Estados Miembros que mantengan programas de inmunización contra las enfermedades infantiles más frecuentes combatibles por este método, y pide que la Organización intensifique la ayuda prestada a los Estados Miembros para la planificación de sus programas, la determinación de los obstáculos con que éstos tropiezan y la habilita- ción de medios para superarlos. Así pues, se está organizando en las Regiones una serie de seminarios, en los que los representantes de los Estados Miembros examinarán las medidas prácticas que sus gobiernos pueden adoptar para establecer o ampliar los programas de inmunización. El primero de esos seminarios se reunió en Ghana el mes de noviembre con participación de representantes de 11 países de las Regiones de Africa y Mediterráneo Oriental. En dos países de dicho continente se han iniciado ya estudios operativos con objeto de establecer técnicas simplificadas y eficaces de utilidad para los programas de vacunación. Para ayudar a los Miembros a costear estos programas se ha abierto en el Fondo de Donativos para el Fomento de la Salud una cuenta especial, y se han adoptado disposiciones para que la OMS asista a los países en la compra de vacunas y equipo. Además, la OMS está ampliando las actividades ya iniciadas en relación con la inspección de la calidad de las vacunas. Si los Estados Miembros colaboran plenamente en estos programas de vacunación, en los años venideros podrá lograrse una reducción radical de la morbilidad y de la mortalidad infantiles.

Las dificultades con que se ha tropezado en la ejecución de programas de inmunización en gran escala sólo son, por cierto, un aspecto del inmenso problema de la prestación de asistencia primaria en las zonas rurales de los países en desarrollo. No ha de olvidarse que la mitad de la población mundial vive en ellas y que, según se ha previsto, su número aumentará en un 50°1° antes del fin de este siglo. La situación es particularmente

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donde las comunicaciones no existen o son muy escasas.

Es evidente que el tipo de servicios de salud que se ha establecido en los paises industrializados, con una población más o menos densa, es, en esas condiciones, totalmente inadecuado. Por ese motivo, varios paises en desarrollo han intentado establecer nuevos criterios para la prestación de la asistencia sanitaria básica mediante programas especialmente concebidos con el fin de atender las necesidades y las exigencias pre- dominantes de determinados grupos de población y para cuya ejecución basta utilizar los procedimientos más sencillos, de modo que puede sacarse el máximo partido de los escasos recursos disponibles. El éxito de esos programas depende mucho de la existencia de suficientes servicios a los que puedan enviarse los casos que requieran tratamiento más especializado, así como de la vigilancia y de la formación permanente del personal de los servicios primarios. Más adelante se ha de volver sobre esta cuestión.

Muchos son los paises que han adoptado estos nuevos criterios y la OMS ha seguido la situación con el máximo interés. En algunos países, la Organización ha participado en estudios paralelos y ha invitado a diversos expertos que han intervenido activamente en ciertos programas escogidos a que preparasen reseñas de dichos programas, que la OMS publicará para que sirvan de modelo a otros paises.

De todos estos programas se desprende muy claramente que el éxito de las operaciones depende de la utilización en los servicios periféricos de personal local firmemente decidido a asumir responsabilidades importantes en la asistencia sanitaria. Puede afirmarse lo mismo respecto de los programas que han tenido origen en una iniciativa nacional, como parte de un plan general de desarrollo económico y social, que de los concebidos en los núcleos rurales como actividad local autónoma. Aunque el criterio o la combinación de criterios que ha de adoptarse dependerá mucho del nivel de los servicios sanitarios existentes al comienzo del programa y de la organización social de las colectividades rurales, ambos se han revelado igualmente eficaces en las debidas circunstancias.

En principio, según se ha indicado, estos programas de prestación de servicios básicos de salud deben estar especialmente concebidos para atender las necesidades más urgentes de las poblaciones a las que se destinan.

La programación sanitaria nacional, examinada en lo que antecede, es uno de los mecanismos que permiten determinar esas necesidades y establecer un orden de prioridad, habida cuenta de los recursos disponibles, y

coordinar debidamente la acción de los diversos participantes en los programas de fomento de la salud.

En mi introducción al Informe Anual para 1973 encarecí la necesidad de que los países estén preparados para adaptarse a un proceso de cambio continuo, pues las actividades prioritarias de salud y los medios y recursos de que disponen pueden cambiar radicalmente en un periodo relativamente breve. Indiqué en ese texto que la OMS se proponía apoyar la creación de institutos de desarrollo de los servicios de salud, una de cuyas funciones sería seguir de cerca le evolución de la situación y asesorar a los ministerios de sanidad acerca de las

ventajas de distintas soluciones para los problemas prioritarios de salud. Con la ayuda de la OMS, dos países (Indonesia e Irán) han establecido en 1974 institutos de esa naturaleza, y se está disponiendo lo necesario para fomentar la creación de centros similares en Africa y en otras regiones.

Se han hecho ya varias referencias ocasionales a la penuria de personal calificado de que adolecen los servicios de salud. Es éste, por cierto, el eterno problema: sin el personal capacitado indispensable ningún programa, por bien concebido que esté, tiene posibilidades de éxito. En el último decenio se ha modificado radicalmente el criterio con que en la mayoría de los países se procuraba hacer frente a la situación. Se consideraba hasta ahora que la asistencia médica sólo incumbía al médico y al cirujano, que contaban a veces con la colaboración de personal menos capacitado, pero que defendían celosamente la prerrogativa del

« doctor » de adoptar todas las decisiones relativas al diagnóstico y al tratamiento. Como resultado, en los países más prósperos se han hecho inversiones enormes para alcanzar y mantener una elevada proporción

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bastantes médicos para alcanzar el mínimo de personal que se supone indispensable para los servicios de salud.

Por otra parte, si prosigue como hasta ahora el rápido crecimiento demográfico, muchos países tropezarán con dificultades para mantener la actual relación entre el número de médicos y el de habitantes. De hecho, un estudio reciente de la situación mundial ha revelado que, para evitar que esa proporción disminuya, será necesario duplicar el número de médicos antes de fines del presente siglo. Dejando de lado el elevado coste de la formación de tantos médicos, es probable que la propia duración de los estudios dificulte un aumento de ese orden.

Incluso en los países desarrollados, ese tipo de consideraciones han llevado a poner en duda que el eficaz funcionamiento de un servicio sanitario dependa realmente de la disponibilidad de un personal altamente calificado tan numeroso. La situación es sumamente critica en las zonas rurales de los países en desarrollo, en la mayoría de las cuales no sólo no hay siquiera un médico, sino que, por lo general, sólo se cuenta con un auxiliar de sanidad por 10 000 habitantes. Hay sin embargo en el mundo en desarrollo cientos de miles de personas que, tras un breve curso de formación, podrían atender las principales necesidades de salud de la población local.

La OMS está preparando propuestas para la organización de cursos de esa índole, principalmente para la adopción de medidas acordes con las condiciones locales y que, en su mayor parte, puedan costearse con recursos también locales. Los futuros agentes sanitarios rurales habrán de escogerse entre las personas que, una vez recibida la formación indispensable, tengan asegurado el apoyo permanente de la colectividad. El agente sanitario rural está en relación directa con la población, vive con ella, conoce perfectamente sus pro- blemas y, por lo tanto, está en excelentes condiciones para prestar ayuda a cada uno de sus miembros y para participar en toda acción en provecho de la sociedad. Además de inculcar al agente sanitario rural nociones de saneamiento básico, se le enseñará a reconocer y tratar las enfermedades transmisibles más frecuentes y se le pondrá condiciones de ocuparse de la asistencia primaria y de la protección y el fomento de la salud. Entre los servicios más importantes que el agente puede prestar a la colectividad figuran la protección de la salud de las madres gestan tes y lactantes, la asistencia a los partos y la divulgación entre las mujeres de conocimientos elementales acerca del cuidado de su propia salud y de la de sus hijos, con inclusión de asesoramiento sobre planificación de la familia. Las propuestas de formación de agentes sanitarios rurales que actualmente se preparan tienen por objeto dotar a aquéllos, en el mínimo de tiempo, de los medios necesarios para desempeñar

esas funciones con la mayor autonomía. Ahora bien, es importante que sean capaces de advertir que un problema excede de su competencia y de saber a quién han de someterlo. Es pues indispensable que formen parte de un grupo sanitario rural.

El establecimiento de grupos sanitarios para la prestación de asistencia en zonas rurales requiere que los médicos y el personal calificado de otras categorías, que tendrán que dirigir esos grupos, modifiquen su actitud: han de estar dispuestos a hacerse cargo de los servicios sanitarios para toda la población y no única- mente para sus pacientes particulares, y los correspondientes programas de formación tendrán que revisarse en consecuencia. En vista de las dificultades materiales que presenta la vigilancia en zonas muy aisladas, tal vez sea necesario introducir técnicas modernas de comunicación entre las localidades rurales y los centros de salud con objeto de facilitar orientación y formación permanente al personal. Se está iniciando también un programa para facilitar al personal auxiliar y al personal docente el indispensable material de referencia.

Conviene mencionar brevemente los progresos realizados durante el año en la ejecución de uno de los principales programas emprendidos por la OMS para combatir enfermedades : el de erradicación de la viruela.

A comienzos de 1974 sólo quedaban cuatro países con viruela endémica (Bangladesh, Etiopía, India y Paquistán). En vistade ello, las actividades del programa de erradicación han podido acelerarse e intensificarse.

Las autoridades de salud de esos cuatro países concedieron al programa la máxima prioridad, y se movilizaron

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una ayuda mucho mayor, y numerosos Estados Miembros y algunos organismos de desarrollo aportaron donativos a la Cuenta Especial para la Erradicación de la Viruela.

Se puso el máximo empeño en localizar rápidamente todos los brotes y en combatirlos de inmediato con la vacunación. En todas las zonas endémicas de Asia se organizaron, con intervalos de cuatro a seis semanas, expediciones de personal sanitario de todas las categorías que, durante una semana, recorrieron todas las aldeas con el fin de localizar nuevos casos, y se ofrecieron recompensas a las personas que comunicasen la aparición de brotes.

Los resultados fueron espectaculares. A fines de aiio, parecía haberse interrumpido la transmisión en Paquistán, y la viruela sólo persistía en cuatro distritos de Bangladesh, en cuatro provincias de Etiopía y en tres estados de la India. En estos últimos centros de resistencia y en las zonas circundantes se están ejecutando programas especiales con participación de personal nacional e internacional más numeroso que nunca y las perspectivas de que en el verano de 1975 quede localizado el último caso de la enfermedad son, al parecer, excelentes. Antes de que pueda tenerse la completa seguridad de haber erradicado definitivamente la viruela deberán pasar otros dos años, durante los cuales habrá que proceder a la localización activa de focos ocultos, pero la consecución de este objetivo, que marcará un hito en la historia, parece casi al alcance de la mano.

Las 26a y 27a Asambleas Mundiales de la Salud insistieron enérgicamente en la necesidad de una planifi- cación a largo plazo de la cooperación internacional en las investigaciones sobre el cáncer; reconocieron que poco se había hecho por comparación con lo que quedaba por hacer, pero expresaron su convicción de que la OMS y, en particular, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer podían aportar una contribu- ción importante coordinando todas las actividades y estableciendo metodologías uniformes. Recomendaron además, que la Organización formulase un amplio programa internacional de investigaciones sobre el cáncer en el que pudieran participar, a título voluntario, los Estados Miembros. En el curso del año se han celebrado varias reuniones con objeto de examinar los métodos de ejecución del programa, y sus objetivos, ventajas y perspectivas.

Una de las actividades más importantes organizadas por la OMS en 1974 para fomentar la colaboración internacional en las investigaciones sobre el cáncer ha sido la Conferencia Internacional sobre la Evaluación de los Métodos de Tratamiento con Medicamentos Antioncóticos, en la que se llegó a un acuerdo sobre varios métodos de evaluación primaria. Han proseguido por supuesto los programas de lucha contra el cáncer y de preparación de clasificaciones histopatológicas y citológicas de tumores internacionalmente aceptadas. En el

curso del año concluyó un estudio piloto sobre la utilización de los archivos hospitalarios para el establecimiento de registros del cáncer, en el que participaron 23 instituciones de 17 paises. Siguen avanzando muy satisfacto- riamente los trabajos de los centros colaboradores en la evaluación de nuevos métodos de diagnóstico y trata- miento del cáncer y en la preparación de una terminología histopatológica; se han publicado ya doce volúmenes de la serie Clasificación Histológica Internacional de Tumores.

Un diagnóstico preciso es condición indispensable para combatir y tratar las enfermedades. De ahí que el médico dependa cada vez más de los procedimientos de laboratorio. Cada ario se establecen nuevas técnicas y se introducen nuevos materiales de diagnóstico, pese a lo cual se han preparado muy pocos programas nacionales de normalización de las prácticas de laboratorio, y la inspección de la calidad del material de diagnóstico suele quedar a cargo de cada laboratorio o institución. Esta situación, que puede dar origen a errores de diagnóstico y a equívocos, menoscaba la comparabilidad de los resultados de los trabajos de laboratorio efectuados como parte de estudios epidemiológicos, encuestas sanitarias y otras actividades de salud pública. A petición de la 25a Asamblea Mundial de la Salud, se han preparado propuestas con el fin de que la OMS emprenda un programa a largo plazo de normalización del material de diagnóstico. Como es natural, no cabe ni conviene intentar normalizar los millares de sustancias de diagnostico de uso cotidiano;

se propuso, en consecuencia, el establecimiento de un orden de prioridad para cada especialidad de laboratorio, habida cuenta de diversos factores médicos y técnicos.

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de coordinación de la OMS en lo referente al establecimiento de normas para las preparaciones químicas y biológicas de diagnóstico, prestando especial atención a la inspección de la calidad. En la misma resolución se instaba a los Estados Miembros a que ampliasen sus actividades en este sector, sobre todo en lo que se refiere a la inspección de las preparaciones de diagnóstico existentes en el comercio. Gracias a un subsidio concedido por los Estados Unidos de América, la OMS pudo comenzar de inmediato la ejecución del programa.

Como primera medida, se procede a la evaluación de todos los recursos disponibles en los diferentes países y de las necesidades efectivas de normalización; se espera completar esa evaluación en 1975. También se proyecta poner a disposición de los Estados Miembros una nueva red de laboratorios colaboradores que tendrán a su cargo la custodia y la distribución de las preparaciones de referencia y facilitarán asesoramiento técnico respecto de su empleo. Se ha previsto asimismo difundir información técnica acerca de los métodos y de los reactivos de referencia recientemente aceptados, con inclusión de los procedimientos de inspección de la calidad, y ampliar la asistencia que la OMS presta para programas de investigación y perfeccionamiento de criterios de diagnóstico, y para la formación de personal de laboratorio en la verificación y el empleo de los reactivos.

En última instancia, son los propios Miembros de la OMS los que habrán de introducir las reformas y poner en ejecución las políticas y los programas propuestos por la Organización. Como he afirmado a menudo, la OMS no es más que la suma de sus Estados Miembros, cuya plena participación y cuya colaboración con la Secretaría son indispensables para atender las necesidades de los países. La Constitución de la OMS impone a los Estados Miembros la obligación de transmitir sin demora a la Organización toda información relativa a su situación sanitaria. Cuanto más completa y pertinente sea la información sobre cada situación nacional y sobre la situación mundial, más eficaz será la labor de la Organización. La OMS es ya un organismo verdaderamente universal y sus Miembros aumentan de ario en ario. Nos complace comunicar que en 1974 Bahamas, Guinea -Bissau y Granada ingresaron sucesivamente en la Organización, con lo cual el número de Estados Miembros asciende hoy a 141. Además, se admitió a Namibia como Miembro Asociado. Si todos los Estados Miembros y Miembros Asociados pusieran al servicio de la causa común sus conocimientos y sus recursos, sería incalculable lo que podríamos hacer en muy poco tiempo por la salud y el bienestar de la humanidad. Aunque quizá parezca lejano el día en que pueda alcanzarse el objetivo de una colaboración sincera y sin reservas entre los Estados, la OMS está obligada a perseguirlo con infatigable energía en los años venideros.

Director General

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EXPOSICION GENERAL

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1.1 En el estudio orgánico sobre los métodos para promover el desarrollo de los servicios básicos de salud, que el Consejo Ejecutivo presentó a la 26a Asam- blea Mundial de la Salud,1 se expresó la opinión de que un sistema de servicios de salud que no alcanza a la mayor parte de la población no cumple sus fun- ciones, y que, por tanto, los servicios de salud que cubren a una gran parte de la población rural de los países en desarrollo son deficientes. Durante el año, se examinaron diversas maneras de ayudar a los países a superar esas deficiencias mediante un estudio a fondo de los servicios que ya actualmente funcionan con eficacia en todo el mundo, en los ámbitos nacional y local.

1.2 Se consideraron las tres cuestiones principales siguientes:

1) ¿ Puede un país en desarrollo, predominante- mente rural, establecer con sus propios recursos un sistema de asistencia sanitaria primaria aceptable para la población ? La OMS participa en dos proyectos,

en Ghana e Irán, que tienen por objeto procurar

respuestas nacionales a esta pregunta. Mediante un registro de proyectos, un estudio de alcance mundial

efectuado conjuntamente con el UNICEF, y una

serie de publicaciones, la OMS se propone, además,

dar amplia publicidad a varios intentos que han

conseguido aportar una respuesta afirmativa. Todos ellos se han llevado a cabo con personal de asistencia sanitaria primaria reclutado, adiestrado y supervisado en las mismas localidades, que trabaja desinteresada- mente o cuyos servicios los sufraga en gran parte la misma colectividad. Las soluciones propuestas requie- ren el establecimiento de un tipo de relación diferente entre la colectividad y el sistema de salud, y métodos de planteamiento diversos según las distintas colecti- vidades, así como algunos cambios de importancia en la actitud, la formación y la organización de otros profesionales de la salud. Dando por sentado que se cumplan dichos requisitos, podrá darse una res- puesta afirmativa a esta pregunta decisiva.

2) ¿ De qué manera puede planificarse en un país el aprovechamiento de sus recursos de modo que se consigan los máximos efectos en la solución de sus problemas de salud ? Uno de los métodos es la pro- gramación sanitaria nacional, que integra la planifi- cación sanitaria en la del desarrollo general del país.

También puede conseguirse mediante misiones mixtas de examen nacionales /OMS (como en Indonesia y Somalia) concentradas en sectores más limitados de la población. Este tipo de misiones ha resultado útil y debería difundirse, pero está muy lejos todavía de ser un enfoque integral en el que se tengan en cuenta

Act. Of Org. Mund. Salud, 1974, No 206, Anexo 11.

el ejercicio privado, los hospitales de las misiones, los

curanderos y parteras indígenas radicados en

la

localidad, y los efectos indirectos que otros sectores de la economía, como la agricultura y la educación, tienen en la salud.

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¿ Cómo se puede ayudar a un ministerio de

sanidad a organizar sus recursos de modo que se disponga de un cuadro de personal de las profesiones relacionadas con la salud y que se propongan y ensayen diversas soluciones nacionales para los problemas que la salud plantee ? A continuación se hace referencia a los institutos de desarrollo de los servicios de salud, que constituyen un mecanismo viable, al parecer, y susceptible de servir de base y de ampliarse, con variaciones ajustadas a las diversas necesidades y recursos. En el Irán, al instituto se le considera como un mecanismo mediante el cual los diferentes minis- terios, autoridades locales, organizaciones y univer- sidades se aúnan para abordar los problemas comunes;

en Indonesia, en cambio, el instituto se halla bajo la autoridad directa del Ministerio de Sanidad. Y es posible que en Africa el instituto haya de ser otra cosa distinta. La experiencia de la OMS indica la necesidad de que esos institutos concentren sus esfuerzos en el establecimiento y ensayo práctico de diversos métodos para la prestación de asistencia sanitaria en la forma- ción de personal docente, el adiestramiento de per- sonal básico de salud, y la tecnología pedagógica.

Esta parte del programa ha recibido ayuda sustancial del SIDA y la DANIDA.

Institutos de desarrollo de los servicios de salud

1.3 Los institutos de desarrollo de los servicios de salud conceden más importancia a la función que a la estructura, y han sido concebidos como órganos de investigación y desarrollo de los ministerios de salud u otras autoridades sanitarias encargadas del mejora- miento de la salud pública y de la prestación de ser-

vicios de salud. No todos los países cuentan con

recursos suficientes para efectuar investigaciones y lograr el desarrollo en materia de salud, además de facilitar los servicios indispensables y de llevar a cabo funciones administrativas, de gestión y de otra índole, como las de formación profesional. Así, pues, si carecen de los recursos necesarios pueden compartir un instituto con otros países. El requisito previo más importante para el establecimiento de los institutos de desarrollo de los servicios de salud es la voluntad nacional de promover la salud pública mediante cambios graduales y flexibles, aunque éstos difieran de las prácticas establecidas. La esfera de intereses de esos institutos comprende la tecnología, la configuración orgánica, la asignación de recursos, la gestión administrativa de los servicios, la adaptación de la formación a las

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