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(1)

ACTAS OFICIALES

DE LA

ORGANIZACION MUNDIAL DE LA SALUD

N° 213

ACTIVIDADES DE LA OMS

EN

1973

INFORME ANUAL DEL DIRECTOR GENERAL A LA ASAMBLEA MUNDIAL DE LA SALUD

Y A LAS NACIONES UNIDAS

El Informe Financiero para el ejercicio 1 de enero - 31 de diciembre de 1973, suplemento del presente

volumen, se publica por separado y constituye el N° 214 de Actas Oficiales.

ORGANIZACION MUNDIAL DE LA SALUD

GINEBRA

1974

(2)

ACNUR ADI BIRF CAACTD CAC CCAAP CCNUEERA CEPA CEPAL CEPALO CEPE CIIC COICM DANIDA FAO FNUAP FNUFUID OACI OAU OCMI OIEA OIT OMM OMS ONUB ONUDI OOP S OPS OSP PMA PNUD PNUMA SIDA UIT UNCTAD UNESCO UNICEF UNITAR

Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento

- Comité Asesor sobre Aplicación de la Ciencia y la Tecnología al Desarrollo Comité Administrativo de Coordinación

Comisión Consultiva en Asuntos Administrativos y de Presupuesto

- Comité Científico de las Naciones Unidas para el Estudio de los Efectos de las Radiaciones Atómicas

- Comisión Económica para Africa

Comisión Económica para América Latina

Comisión Económica para Asia y el Lejano Oriente Comisión Económica para Europa

Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer

Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas Agencia Danesa para el Desarrollo Internacional

- Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación - Fondo de las Naciones Unidas para Actividades en Materia de Población

Fondo de las Naciones Unidas para la Fiscalización del uso indebido de drogas Organización de Aviación Civil Internacional

Organización de la Unidad Africana

Organización Consultiva Marítima Intergubernamental - Organismo Internacional de Energía Atómica

- Organización (u Oficina) Internacional del Trabajo - Organización Meteorológica Mundial

- Organización Mundial de la Salud

Oficina de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas en Beirut - Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial

- Organismo de Obras Públicas y Socorro a los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente Organización Panamericana de la Salud

Oficina Sanitaria Panamericana Programa Mundial de Alimentos

- Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente Organismo Sueco de Desarrollo Internacional

- Unión Internacional de Telecomunicaciones

Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo

Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura - Fondo de las Naciones para la Infancia

- Instituto de Formación Profesional e Investigaciones de las Naciones Unidas

© Organización Mundial de la Salud 1974

Las publicaciones de la Organización Mundial de la Salud están acogidas a la protección prevista por las disposiciones sobre la reproducción de originales del Protocolo 2 de la Convención Universal sobre Derecho de Autor. Las entidades interesadas en reproducir o traducir parcial o íntegramente alguna publicación de la OMS deberán solicitar la oportuna autorización de la Oficina de Publicaciones y Traducción, Organización Mundial de la Salud, Ginebra, Suiza. La Organización Mundial de la Salud dará a esas solicitudes consideración muy favorable.

PRINTED IN SWITZERLAND

- II -

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INDICE

Introducción

PARTE I - EXPOSICION GENERAL

Página

v i 1

1. Enfermedades transmisibles 3

Vigilancia epidemiológica de las enfermedades Tuberculosis 17

transmisibles 3 Lepra 19

Viruela 5 Enfermedades bacterianas 22

Virosis, clamidiosis, rickettsiosis y enfermedades Veterinaria de salud pública (con inclusión de

afines 8 higiene de los alimentos y medicina comparada) 26

Treponematosis endémicas y enfermedades venéreas 13 Prevención de la ceguera 32

2. Paludismo y otras enfermedades parasitarias 34

Paludismo 34 Leishmaniasis 48

Esquistosomiasis 41 Amebiasis 49

Oncocercosis 43 Micosis 50

Otras filariasis 45 Parasitosis varias 50

Tripanosomiasis 47

3. Biología de los vectores y lucha antivectorial 51

Ecología aplicada 52 Lucha biológica antivectorial 54

Resistencia a los insecticidas y rodenticidas . . . 52 Lucha genética antivectorial 55

Evaluación de nuevos insecticidas y estudio de Lucha contra los vectores en el tráfico internacional 56 métodos químicos de lucha antivectorial . . . 53 Uso inocuo de plaguicidas 56

4. Enfermedades no transmisibles 58

Enfermedades cardiovasculares 58 Higiene dental 71

Cáncer 62 Genética humana 73

Salud mental, farmacodependencia y alcoholismo . 68

5. Inmunología 75

6. Higiene del medio 78

Saneamiento básico de la colectividad 79 Promoción de servicios e instituciones de higiene

Criterios de higiene del medio 84 del medio 94

Circunstancias y factores específicos de exposición:

Evaluación y actividades 84

7. Fortalecimiento de los servicios sanitarios 95

Planificación sanitaria 95 Institutos de fomento de los servicios de salud . . 101 Funcionamiento de los servicios sanitarios . . . 96 Sistemas de información sobre los servicios de salud 101 Organización de los servicios sanitarios 98 Servicios de laboratorio de salud 101

8. Estadística sanitaria 103

Mejoramiento de los servicios de estadística. sani- Métodos de estadística sanitaria 105

taria 103 Clasificación Internacional de Enfermedades . . . 106

Recopilación y difusión de informaciones estadís-

ticas 104

9. Salud de la familia 107

Salud de la madre y del niño 107 Educación sanitaria 114

Nutrición 110 Reproducción humana 116

- III -

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10. Formación y perfeccionamiento del personal de salud

Planificación de las disponibilidades de personal de salud

Enseñanza y formación profesional del personal de salud

Técnicas docentes

Becas

122 Formación del personal de la OMS Biblioteca y servicios de documentación 123 Colaboración con otras organizaciones 130

122 132 132 132 133

11. Sustancias profilácticas y terapéuticas 139

Evaluación de medicamentos y vigilancia farmaco- Preparaciones farmacéuticas 140

lógica 139 Patrones biológicos 142

12. Coordinación de las investigaciones médicas 144

13. Cooperación con otras organizaciones 146

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo 147 Programa Mundial de Alimentos 150 Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia . . 149 Organizaciones no gubernamentales 151

Organismo de Obras Públicas y Socorro a los Cooperación con otras organizaciones: Resumen 151

Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente . 150

14. Información pública 156

15. Asuntos constitucionales, jurídicos, financieros y administrativos 158

Asuntos jurídicos 158 Administración 160

Situación financiera 159

PARTE II - LAS REGIONES

16. Región de Africa 167

17. Región de las Américas 172

18. Región de Asia Sudoriental 178

19. Región de Europa 182

20. Región del Mediterráneo Oriental 187

21. Región del Pacífico Occidental 191

PARTE III - LISTA DE PROYECTOS

Proyectos en curso de ejecución en 1973 196

Región de Africa 197

Región de las Américas 207

Región de Asia Sudoriental 233

Región de Europa 247

Región del Mediterráneo Oriental 259

Región del Pacifico Occidental 269

Interregionales 279

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1. Estados Miembrosy Miembros Asociados de la Organización Mundial de la Salud en 31 de diciembre Página

de 1973 293

2. Composición del Consejo Ejecutivo 294

3. Reuniones orgánicas yotras reuniones celebradas en 1973 295

4. Cuadros de expertosy reuniones de comités de expertos y grupos científicos en 1973 295 5. Centros de referencia de la OMS e institucionesy laboratorios cooperadores 297 6. Subvenciones concedidas para formación e intercambio de investigadores en 1973, clasificadas por

materias y por clases 310

7. Becas concedidas (clasificadas por materias y por regiones) 311

8. Publicaciones aparecidas en 1973 313

9. Estadísticas de la biblioteca de la OMS en 1973 316

10. Organizaciones intergubernamentales que han establecido acuerdos oficiales con la OMS aprobados por la Asamblea Mundial de la Saludy organizaciones no gubernamentales con las cuales la OMS

mantiene relaciones oficiales 317

11. Presupuesto ordinario para 1973 318

12. Distribución numérica del personal 319

13. Distribución del personal por nacionalidades 321

14. Estructura de la Organización Mundial de la Salud en 31 de diciembre de 1973 322

FIGURAS

Fig. 1. Países con viruela endémica en 1967 en los que la transmisión se interrumpió ulteriormente y zonas con viruela

endémica en 1973 7

Fig. 2. Diagnóstico y tratamiento de la hipertensión en la colectividad 60

Fig. 3. Oficinas regionales de la OMS y delimitación de las zonas correspondientes 166

Las denominaciones empleadas en las Actas Oficiales de la Organización Mundial de la Salud y la forma en que aparecen presentados los datos que contienen no implican, de parte del Director General, juicio alguno sobre la condición jurídica de ninguno de los países o territorios citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras.

-V-

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COMO mi toma de posesión del puesto de Director General data únicamente de julio de 1973, muchas de las actividades descritas en el presente informe se realizaron cuando aún ocupaba ese puesto mi pre- decesor el Dr. M.G. Candau. De hecho, el conjunto del informe expone los resultados de las directrices establecidas y los programas organizados por el Dr. Candau con arreglo a los objetivos y a los principios enunciados en el Quinto Programa General de Trabajo para un Periodo Determinado. Siendo las cosas como son, quizá no haya que extrañarse de que ese programa no haya tomado todo su ímpetu en el primer año de su ejecución. Sería fácil elegir para esta introducción un corto número de sectores de actividad en los que se han realizado excelentes progresos y, partiendo de esa base, trazar un cuadro optimisma de la acción desplegada por la OMS durante el año. Pero esto sólo serviría para crear un sentimiento infundado de satisfacción cuando en realidad la OMS tiene que hacer frente a una situación bastante crítica pues, según ha señalado el Consejo Ejecutivo, los servicios de salud, lejos de mejorar, parecen ir empeorando en muchos países. Si la OMS no quiere comprometer la excelente reputación ni la estima que se ha ganado en los 25 años últimos será preciso no sólo que redoble sus esfuerzos sino que emprenda con determinación y con inventiva la busca de nuevos medios de cumplir con eficacia mayor aún el mandato que le señala su Constitución.

En realidad, hace años que las funciones y las actividades de la OMS son objeto de un análisis crítico que resultaba no sólo posible sino inevitable, como consecuencia de los nuevos métodos de gestión perfec- cionados en el pasado decenio, de los adelantos de la informática debidos a la aplicación de técnicas de cálculo electrónico y, en medida por lo menos igual, a la evolución de las necesidades en los países desarrollados y en desarrollo. Estoy persuadido de que ese proceso de análisis crítico debe no sólo continuar sino intensificarse para que la acción de la OMS no degenere en la mera administración de la asistencia a los países.

*

Entre los programas en gran escala emprendidos hasta la fecha por la OMS, el que ha tenido resultados más espectaculares ha sido probablemente el orientado a la erradicación mundial de la viruela, objetivo que parece ya próximo a cumplirse. El número de países infectados ha pasado de 30 en 1967 a 7 en la actualidad y una comisión especial de la OPS /OMS designada en agosto para evaluar los resultados del programa en América del Sur ha llegado a la conclusión de que se han cumplido los requisitos necesarios para considerar erradicada la viruela en toda la Región de las Américas. Actualmente la enfermedad se considera endémica en un solo país de Africa y en 3 de Asia, aunque hay que admitir que las cifras notificadas por esos países en 1973 son muy altas. ¿ Por qué ha sido tan rápido el éxito de ese programa cuando el de erradicación del paludismo parece virtualmente estancado ? Desde luego, el paludismo es una enfermedad mucho más compleja que la viruela y las armas de que disponemos para combatirla son menos eficaces y de aplicación menos universal. La viruela es una enfermedad temible que se transmite directamente de persona a persona y cuyos brotes, dondequiera que se produzcan, representan una amenaza inmediata para el resto del mundo. El peligro del paludismo es más insidioso y la infección, con todas sus secuelas, afecta principalmente a los países en desarrollo. Pero quizá el factor más importante para el éxito de la lucha antivariólica haya sido el impulso

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mucho en favor de las administraciones sanitarias de los países que han eliminado la enfermedad la aptitud que han demostrado para llevar a cabo los programas de localización de casos y de vacunación con la energía necesaria para interrumpir la transmisión. Hay que evitar por todos los medios que ese ímpetu se pierda, si queremos evitar el recrudecimiento de la viruela, peligro particularmente grave como consecuencia del enorme aumento de la rapidez y la frecuencia de los viajes entre países y continentes.

Esfácilcomprender que cunda el desaliento cuando el objetivo de la erradicación mundial del paludismo en todo el mundo está todavía tan lejano y cuando en los países en desarrollo de las zonas tropicales la enfer- medad sigue causando cada año la muerte de más de un millón de lactantes y niños de corta edad. No hay que menospreciar, sin embargo, los progresos realizados gracias a ese urgente programa internacional de acción sanitaria, que en el transcurso de 15 años ha permitido librar de la amenaza del paludismo endémico a bastante más de 1000 millones de personas, que ha salvado millones de vidas, y que ha contribuido poderosa- mente al desarrollo económico. Es verdad que la empresa no está rematada y que lo que todavía queda por hacer puede sea más difícil que lo conseguido hasta la fecha.

La solución del problema del paludismo endémico está indisolublemente condicionada por el problema del adelanto social y económico de los países en desarrollo. El empleo de todos los métodos técnicos disponibles y de los que en lo sucesivo puedan perfeccionarse, ha de ir acompañado de la expansión de los servicios básicos de salud en las zonas rurales, de un aumento de las disponibilidades de personal capacitado, de una acción más eficaz de educación sanitaria y, sobre todo, del mejoramiento de las condiciones económicas en las colectividades menos favorecidas de las zonas tropicales.

La viruela y el paludismo son las dos únicas enfermedades transmisibles de importancia mundial contra las que la OMS ha desplegado hasta ahora ataques concertados en gran escala. En 1973, sin embargo, se dio el primer paso para la ejecución de un ambicioso plan cuyo objetivo es la eliminación de la oncocercosis en la cuenca del río Volta. Se trata de uno de los planes más circunstanciados que se han establecido hasta la fecha para dominar una enfermedad y es de esperar que prepare el camino para el desarrollo económico de una de las regiones más pobres del mundo. Siete gobiernos de Africa, a saber, los de Alto Volta, Costa de Marfil, Dahomey, Ghana, Malí, Níger y Togo, participarán en esa operación, que durará probablemente más de 20 años y que costará alrededor de US $120 millones. La OMS es el organismo de ejecución del proyecto, patrocinado también por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, por la Organización

de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación y por el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento. El plan de actividades se basa en un informe preparado conjuntamente por esos organismos sobre los resultados de dos años de trabajo intensivo en los países interesados, en los que se han estudiado las características de la enfermedad, sus consecuencias sociales y económicas, los métodos para combatirla y las posibles ventajas económicas de su eliminación. Aunque la erradicación de la oncocercosis es empresa mucho más compleja y más difícil que la erradicación de la viruela, el programa se inicia, por tanto, con ventaja considerable y, si las lecciones de la experiencia son aplicables a este caso, hay razones fundadas para esperar que el programa tenga éxito y que puedan repoblarse los fértiles valles de la cuenca del Volta.

Las medidas adoptadas por la OMS para combatir otras enfermedades parasitarias han tenido hasta ahora un carácter algo disperso. Las dificultades principales resultan de las muchas lagunas que subsisten en las investigaciones fundamentales sobre la relación huésped parásito, de la diversidad de factores que influyen en la incidencia y en la gravedad de las distintas enfermedades, de la penuria de personal con la competencia

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saneamiento y de los agentes terapéuticos disponibles. Resulta evidente la necesidad de emprender un ataque mucho más enérgico contra esas enfermedades y es de esperar que en los países donde se plantean problemas importantes de salud pública puedan establecerse centros encargados de las investigaciones fundamentales y aplicadas que han de servir de base a cualquier programa de gran alcance.

Aunque ya se dispone de vacunas contra varias enfermedades transmisibles, principalmente las de la infancia, puede decirse que, exceptuando el programa de erradicación de la viruela, las posibilidades de inmunización en masa no se han aprovechado todavía plenamente en los países en desarrollo, en buena parte por la falta de personal suficiente para practicar el número necesario de vacunaciones, por la ineficiencia de los programas de educación sanitaria y por otros problemas de organización. En otras palabras, los medios existen pero su empleo ha sido inadecuado. En la actualidad hay en estudio varios procedimientos para remediar esta situación.

Lo mismo ocurre en el caso de la tuberculosis, enfermedad cuyo control ha sido durante años mi mayor preocupación. Los ensayos clínicos emprendidos por iniciativa de la OMS han demostrado que si se aplicaran debidamente los conocimientos disponibles podría lograrse una enorme reducción de la prevalencia de esa enfermedad. Ello no obstante, la tuberculosis sigue planteando un problema importante de salud pública,

incluso en muchos países desarrollados. Es cierto que se dispone de medios para combatirla pero no surtirán efecto si no se utilizan de manera sistemática y continua en escala nacional, y con la participación de todos los servicios de asistencia sanitaria.

Pasando a las enfermedades no transmisibles y a otros problemas de salud observamos que pueden agruparse en dos grandes categorías: los problemas en que la aplicación de los conocimientos disponibles está entorpecida por factores económicos y sociales, y los que no dejan muchas esperanzas de verdadero progreso mientras no se hayan adquirido conocimientos fundamentales más completos. Ejemplo clásico de la primera categoría es el problema de la malnutrición y los trastornos nutricionales en las zonas tropicales y subtropicales. Es mucho lo que se sabe acerca de las necesidades nutricionales y de la manera de atenderlas, pero mientras no mejore la situación socioeconómica de esos países indicados la aplicación de los conocimientos seguirá estando erizada de dificultades. Otro ejemplo que podría citarse es el del extenso programa que patrocina la OMS en relación con las investigaciones sobre métodos de planificación familiar y sobre otras cuestiones de salud de la familia. En este caso el principal problema es vencer la resistencia de la sociedad a la evolución de las actitudes y las prácticas, que es, sin embargo, un requisito indispensable para que los nuevos adelantos lleguen a tener un interés que no sea casi puramente teórico.

Las enfermedades cardiovasculares, en cambio, son un ejemplo típico de los problemas en cuya solución no pueden esperarse grandes progresos mientras no se tengan conocimientos mucho más precisos acerca de su etiología y su patogenia. A la obtención de esos conocimientos se orienta un programa mundial de inves-

tigaciones en colaboración que comprende ensayos en gran escala para determinar la eficacia de las medidas preventivas. Se trata, evidentemente, de un empeño de larga duración. Otros dos ejemplos son el de los trastornos mentales y el del cáncer. Aunque los últimos adelantos de los métodos terapéuticos, en particular los psicosociales y los psicofarmacológicos, han resultado en extremo eficaces para atenuar muchos tipos de trastornos mentales, los conocimientos científicos sobre la etiología y la patogénesis de esos trastornos siguen siendo limitados y no permitirán probablemente progresos rápidos; de ahí la necesidad de dedicar atención mucho mayor al fomento de las investigaciones multidisciplinarias sobre salud mental. En el caso del cáncer hay también técnicas de detección precoz y métodos perfeccionados para el diagnóstico de ciertos tipos de

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las tasas de supervivencia. No parece probable, sin embargo, que se hagan progresos muy importantes mientras no se conozcan más a fondo las causas y los mecanismos de la enfermedad. Muchas instituciones nacionales del mundo entero han emprendido con ahínco trabajos de investigación fundamental sobre esas cuestiones y la OMS colabora con el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer en estudios anatomopatológicos y epidemiológicos en distintos grupos de población, y en la exploración de nuevos medios de tratamiento.

De este breve análisis de algunos programas de la OMS se desprende sin lugar a dudas que la insuficiencia de los resultados obedece a razones múltiples. La limitación de los recursos no permite dar la misma prioridad a todos los problemas, y pasarán muchos años antes de que puedan perfeccionarse métodos eficaces para la prevención y el tratamiento de algunas de las enfermedades mencionadas. Hay que reconocer, sin embargo, que habría podido conseguirse mucho más si se hubieran aplicado debidamente todos los conocimientos disponibles. El fallo más importante de la OMS y de sus Estados Miembros ha sido sin duda ninguna su incapacidad para promover la organización de servicios básicos de salud o para ampliar su alcance y mejorar su utilización. En el estudio orgánico que efectuó el Consejo Ejecutivo sobre este problema en enero de 1973, se llegaba a la conclusión de que en muchos países los servicios de salud no se han adaptado ni cuantitativa ni cualitativamente a la evolución de la situación demográfica y que incluso es posible que estén empeorando.

Consideró el Consejo que está a punto de surgir una situación crítica y que tanto en los países desarrollados como en los del tercer mundo cunde el descontento en relación con los servicios de salud. Es muy posible que ese reconocimiento inequívoco de la gravedad de la situación marque un hito importante en la vida de la Organización.

Se afirma con frecuencia que los países en desarrollo son demasiado pobres para costear sistemas completos de asistencia sanitaria para toda la población. No es fácil, desde luego, rebatir esa objeción y resulta evidente que nunca será posible establecer un modelo de servicios de salud aplicable a todos los países en desarrollo.

Creo que es posible, en cambio, idear un sistema de asistencia sanitaria de gran radio de acción, que sea bastante económico y que cumpla los requisitos fundamentales indispensables en muchas poblaciones. El costo de un servicio de esa naturaleza podría muy bien ser asequible para muchos países si se tienen en cuenta, además de los recursos aportados por la tributación, los gastos personales en asistencia sanitaria y las contri- buciones, en trabajo o en especie, que pueden hacer los habitantes de cada localidad. El sistema de financiación y de organización establecido en el medio rural de China, que se basa sobre todo en el uso de personal de asistencia primaria, y otras soluciones posibles, como las adoptadas en Cuba y en las zonas rurales de la República Unida de Tanzania, han despertado gran interés en Asia, en América Latina y en Africa. Son todavía pocos, sin embargo, los modelos que pueden invocarse para demostrar que las poblaciones rurales pueden procurarse asistencia primaria a un costo razonable y en condiciones aceptables desde el punto de vista técnico y social. Urge que la OMS escoja un grupo de países innovadores que quieran y puedan establecer esos sistemas de asistencia primaria para demostrar su eficacia. Por su situación geográfica y por sus necesi- dades, esos países habrán de ser representativos de regiones más extensas, pero lo más importante es que estén dotados de capacidad nacional para vivir en un régimen de cambio continuo. Uno de los medios por los que la OMS espera estimular esos ensayos es el apoyo para la creación de institutos de desarrollo de los servicios de salud, dotados de personal nacional capaz de informar a los gobiernos de las necesidades, de los recursos disponibles, de las posibles formas de distribuirlos, y de los efectos probables de distintas decisiones.

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nacionales. El primer instituto de ese nuevo tipo se estableció en el Irán en 1973 y su actividad se está siguiendo con el mayor interés.

En su estudio orgánico de enero de 1973, el Consejo Ejecutivo señaló que, entre las causas principales del estancamiento actual, estaban la escasa prioridad atribuida al desarrollo de los servicios de salud en los programas nacionales y las consecuencias de esa situación en escala internacional. Estoy persuadido de que

para establecer una asociación verdaderamente eficaz entre la OMS y sus Estados Miembros tendremos que perfeccionar técnicas nuevas de programación y de evaluación que permitan vincular de manera mucho más estrecha los dos procesos de fijación de prioridades en que los gobiernos intervienen, unas veces colectivamente, en la Asamblea Mundial de la Salud, y otras individualmente, en escala nacional. Creo que el fortalecimiento de la función coordinadora de la OMS en escala nacional puede contribuir poderosamente a esa vinculación entre los dos procesos paralelos de establecimiento de fijación de prioridades. Uno de los medios que se están arbitrando para ayudar a los gobiernos en ese quehacer es la programación sanitaria por paises, que permite evaluar sistemáticamente los problemas nacionales de salud en las condiciones que les son propias, teniendo en cuenta los recursos existentes o posibles, como primer paso para la determinación de los sectores en que pueden introducirse modificaciones. El paso siguiente a la programación sanitaria por países debe ser la preparación de proyectos, es decir, la descripción de las medidas que hayan de adoptarse y del empleo preciso de los recursos necesarios para su aplicación en los sectores prioritarios. Las técnicas de gestión y los proce- dimientos de evaluación se utilizan en la aplicación de esas decisiones. Gracias a la cooperación del Gobierno de Bangladesh, se ha llevado ya a cabo en ese país la parte del proceso correspondiente a programación sanitaria de alcance nacional y la OMS está dispuesta a facilitar ayuda en 1974 y 1975 a otros varios países para todas las etapas del proceso.

Como los recursos de la OMS son minúsculos por comparación con los de los gobiernos, es de capital importancia determinar la capacidad de innovación de cada país y elegir proyectos que promuevan un desarrollo autónomo sin perjuicio del apoyo técnico de la OMS. Si las autoridades nacionales están resueltas a llevar a buen término los proyectos y a reconocer a la OMS una función verdaderamente coordinadora, tengo el convencimiento de que podrán movilizarse en pro del desarrollo nacional recursos mucho mayores que los que podrían arbitrarse con el presupuesto ordinario de la Organización. Por otra parte, para que la asistencia directa a los países permita sacar el mayor partido posible de los conocimientos y los recursos de la Organi- zación habrá que establecer una coordinación mucho más estrecha entre los servicios técnicos centrales de la Organización y los programas de asistencia directa. Uno de los quehaceres fundamentales de la OMS en el presente decenio es, a mi entender, la adopción de medidas enérgicas para la solución de ese problema.

Para el buen éxito de esa empresa será necesario que tanto los países desarrollados como los países en desa- rrollo abran un ancho margen de confianza a la Organización.

Las relaciones entre los servicios técnicos centrales de la OMS y los programas de asistencia directa a los Estados Miembros han sido el tema del estudio orgánico emprendido en enero de 1974 por el Consejo Ejecutivo, cuyas recomendaciones suscitarán sin duda gran interés en la Asamblea Mundial de la Salud.

Resulta ya evidente, sin embargo, que hay un requisito previo: mantener abiertos los cauces de comunicación entre la Sede de la OMS, sus oficinas regionales y el personal de proyectos por una parte, y las adminis- traciones sanitarias de los Estados Miembros por otra, para que la información pueda circular libremente en ambas direcciones. El funcionamiento de la red de información de la OMS deja, por desgracia, mucho que desear. Una consecuencia de ese funcionamiento deficiente es el entorpecimiento considerable del programa de vigilancia de enfermedades transmisibles emprendido por la Organización, según se ha vuelto a demostrar

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medades objeto del Reglamento Sanitario Internacional de 1969, es decir, de la viruela, la fiebre amarilla, el cólera y la peste, y de otras cinco enfermedades transmisibles (la poliomielitis paralítica, la gripe, el tifus exantemático, la fiebre recurrente y el paludismo) cuya notificación se pide a las administraciones nacionales en las resoluciones de la Asamblea Mundial de la Salud. Pero esos mecanismos sólo pueden ser eficaces si los gobiernos cumplen su obligación de notificar rápidamente los casos y de facilitar a continuación datos epidemiológicos complementarios. Para dar idea cabal de los fallos de ese sistema de notificación bastará decir que en todo el tiempo de existencia de la Organización no se ha notificado a la OMS ni un solo caso de fiebre amarilla importada en un Estado Miembro y que sólo una vez se ha notificado la importación de un caso presunto de peste. El resultado es que la OMS tropieza con grandes dificultades para cumplir las obligaciones que tiene con los Estados Miembros respecto de la rápida difusión de informaciones sobre esas enfermedades de importancia internacional. A pesar del temor de los Estados Miembros a posibles mermas del turismo o del comercio de exportación, esas deficiencias de notificación son inexcusables y ponen de manifiesto la existencia de un problema de orden más general: la obtención de informes actualizados y fidedignos sobre la situación sanitaria y sobre las necesidades correspondientes de los países que desean recibir asistencia de la OMS.

Puede considerarse que el año 1973 ha marcado un hito en el largo camino hacia la universalidad de la composición de la OMS. Después de haber reconocido al Gobierno de la República Popular de China como representante de China en la Organización el año anterior, fueron admitidas en 1973 la República Popular Democrática de Corea y la República Democrática Alemana, con lo que el total de Miembros de la OMS es en la actualidad de 138. Esa representación casi universal abre enormes posibilidades de cooperación interna- cional para el mejoramiento de la salud de todos los pueblos del mundo, y sería imperdonable desaprovecharlas por fallos de comunicación. La Organización Mundial de la Salud es un foro inmejorable para el constante intercambio de conocimientos teóricos y prácticos en un clima de gran libertad de opinión. Cuanto más activa- mente participen en ese intercambio los Estados Miembros, más cerca estará la OMS de desempeñar la función de conciencia internacional en cuestiones de salud que tan claramente le señala su Constitución.

Director General

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EXPOSICION GENERAL

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Vigilancia epidemiológica de las enfermedades trans- misibles

1.1 Con su programa de vigilancia epidemiológica, la Organización procura fomentar el máximo aprovecha- miento de los servicios existentes para la rápida y precisa notificación internacional de los casos de enfer- medades transmisibles y reforzar los servicios epide- miológicos nacionales con objeto de sentar sobre bases sólidas las medidas nacionales e internacionales de lucha contra las enfermedades. Este programa abarca también la aplicación del Reglamento Sanitario Internacional (1969).

1.2 Los partes epidemiológicos semanales 1 y el

servicio automático de respuesta por télex siguen siendo los medios principales de que se vale la OMS para difundir a tiempo informaciones importantes sobre enfermedades transmisibles, en particular las sometidas al Reglamento Sanitario Internacional y objeto de vigilancia internacional, en virtud de lo dispuesto por la 22a Asamblea Mundial de la Salud en sus resoluciones WHA22.47 y WHA22.48.2 Además de facilitar análisis resumidos de la situación, guías técnicas para la vigilancia y breves notas epidemiológi- cas sobre toda una serie de enfermedades transmisibles, los partes epidemiológicos semanales confirman y amplían la información de carácter más urgente, cuyos principales detalles se han transmitido por el servicio de télex.

1.3 El servicio automático de respuesta por télex,3 que empezó a funcionar en diciembre de 1972, se utiliza cada vez más y, en situaciones que ofrecían un interés particular para las administraciones sanitarias nacionales, como la propagación del cólera a los países europeos, se han registrado hasta 45 llamadas diarias.

Se tiene, sin embargo, la impresión de que muchos Estados Miembros no aprovechan todavía al máximo este servicio tan sencillo y que funciona durante las 24 horas del día en inglés y en francés. En algunos casos, además, la demora en la notificación de las informaciones a la OMS ha restado eficacia al servicio, que puede ser el medio más rápido y económico de facilitar información urgente sobre enfermedades transmisibles a las administraciones sanitarias de todos los países.

1 Relevé épidémiologique hebdomadaire; Weekly Epidemio- logical Record.

2 Véase información detallada sobre estas enfermedades en las secciones correspondientes del presente Capítulo y en el Capí- tulo 2.

3 Act. of. Org. mund. Salud, 1973, No 205, párrafo 1.9.

1.4 A la publicación ya tradicional de informes

semestrales y anuales sobre erradicación del palu- dismo 4 en los partes epidemiológicos semanales, se ha sumado la edición de un artículo especial 5 para ofrecer a los turistas, hombres de negocios y otras personas que emprenden viajes internacionales toda la información posible sobre el riesgo de contraer el paludismo en las zonas que piensan visitar, sobre la forma de protegerse y sobre lo que deben hacer si, una vez de regreso, sienten accesos de fiebre. El artículo contiene un mapa en el que se indican las zonas donde existe el riesgo de paludismo y un cuadro detallado con otros datos interesantes, así como normas generales destinadas a los

médicos que hayan de recomendar medidas

preventivas. Ante la considerable demanda, se han distribuido casi 10 000 ejemplares entre administra- ciones de salud pública, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional, agencias de viaje, etc.

1.5 En los partes se han publicado también varios informes sobre vigilancia de la viruela en los que se ofrece información sobre la marcha de la campaña de erradicación y otras cuestiones epidemiológicas conexas; se envían regularmente más de 2000 separatas de cada informe al personal encargado de las opera- ciones antivariólicas en los principales países endémi- cos.

1.6 El número de casos notificados de peste dismi- nuyó en 1973 y nada parece indicar que los viajes internacionales contribuyan a la propagación de la enfermedad; no obstante, la persistencia de focos naturales en muchos países hace obligatoria la vigi- lancia. En los partes epidemiológicos semanales 5 se ha publicado una guía técnica para la organización de un sistema de vigilancia de la peste que facilite las activi- dades nacionales de vigilancia y fomente la adopción internacional de una metodología más uniforme.

1.7 Se han seguido publicando sistemáticamente las notificaciones oficiales de casos de cólera y de defun- ciones debidas a la enfermedad, pero esas notifica- ciones son aún deficientes debido en gran parte a que los países afectados temen una reacción desmesurada de otros, es decir, la complicación de las formalidades para los viajes y la adopción de medidas de restricción del tráfico de mercancías. El programa que la OMS organiza en la actualidad para mejorar la vigilancia y

4 Relevé épidém. hebd.; Wkly Epidem. Rec., 1973, 48, 101 -112, 329 -340.

5 Relevé épidém. hebd.; Wkly Epidem. Rec., 1973, 48, 25 -45.

s Relevé épidém. hebd.; Wkly Epidem. Rec., 1973, 48, 149 -160.

- 3 -

(16)

la lucha contra las enfermedades diarreicas agudas, incluido el cólera (véase el párrafo 1.143), darán seguramente resultados positivos; entre tanto, una apreciación más racional de la epidemiología en cada caso particular permitiría adoptar una actitud más serena frente al cólera.

1.8 Los países de la Región de Africa han prestado una atención creciente al establecimiento de sistemas de vigilancia epidemiológica, el método más eficaz para combatir las enfermedades transmisibles que siguen siendo la causa principal de enfermedades y defunciones cuya prevención es posible. La Oficina Regional de Brazzaville y los centros regionales de vigilancia epidemiológica establecidos por la OMS en Abidján y Nairobi han prestado asistencia directa. Se ha preparado una breve lista de enfermedades o grupos de síntomas de notificación prioritaria como parte del programa regional de vigilancia, y la ordenación elec- trónica de los datos recibidos de los Estados Miembros (que en 1973 comprendían también la evaluación de los programas de vacunación y tratamiento) ha permitido mejorar la programación de las operaciones de lucha contra las enfermedades transmisibles.

1.9 En la Región de las Américas se celebró el mes de diciembre en Río de Janeiro, Brasil, el primero de una serie de seminarios regionales sobre vigilancia epide- miológica de las enfermedades transmisibles, compren- didas las zoonosis, que, al igual que un seminario inter- regional sobre el mismo tema celebrado en Bangkok el mes de octubre, premitió a especialistas de salud pública, veterinarios y epidemiólogos experimentados intercambiar opiniones y experiencias sobre metodo- logía de la vigilancia general y sobre métodos apli- cables a determinadas enfermedades, con inclusión de algunas zoonosis e infecciones transmitidas por ali- mentos. El seminario de Río de Janeiro patentizó los notables progresos y mejoras realizados a lo largo del año en los sistemas nacionales y regionales de vigi- lancia epidemiológica, como consecuencia, en muchos casos, del fortalecimiento de los departamentos de epidemiología de los ministerios de salud. En Brasil, por ejemplo, se está organizando en la actualidad un sistema de vigilancia general fundado en el sistema actual de vigilancia de la viruela, con el cual se prestará sobre todo atención a las enfermedades que pueden combatirse mediante la vacunación. También se

amplió y fortaleció durante el año el sistema de vigi- lancia epidemiológica en la zona fronteriza entre los Estados Unidos de América y México. En la quinta conferencia de Ministros de Salud de la zona del Caribe celebrada en febrero se propuso la creación de un centro de vigilancia interpaíses en el actual Laboratorio Regional de Virus de Trinidad, como parte de un sistema de vigilancia de las enfermedades transmisibles en toda la zona.

1.10 El programa de vigilancia epidemiológica de la viruela es el que mayor importancia reviste en la Región de Asia Sudoriental y del que depende el éxito o fracaso del programa mundial de erradicación de la enfermedad, que se examina en la siguiente sección del

presente Capítulo. En algunos países de la Región se ha aprovechado la infraestructura

de un programa

eficaz de erradicación de la viruela para iniciar la vigilancia y la lucha contra otras enfermedades trans- misibles; en Indonesia, por ejemplo, se ha logrado por este medio cuadruplicar el número de vacunaciones con BCG. Aunque la vigilancia de las enfermedades transmisibles se extiende a todos los países de la Región, las enfermedades a las que se atribuye priori- dad varían. En Tailandia e Indonesia la principal enfermedad objeto de vigilancia es la fiebre hemorrá- gica dengue; en Birmania se han logrado importantes progresos en la lucha contra el tracoma y en Mongolia son objeto de especial atención el sarampión y la brucelosis. Durante el año se reunieron datos sobre los programas de vigilancia epidemiológica en la Región y la Organización intensificó la ayuda que facilita a los gobiernos con ese fin. Entre las enfermedades que exi-

gen una vigilancia más intensa figuran las enferme- dades venéreas, la difteria, el tétanos y la tos ferina.

1.11 En la Región de Europa, la importación de casos de cólera sin propagación secundaria en Francia, Reino Unido, la República Federal de Alemania y Suecia y los brotes registrados en Italia meridional ponen de manifiesto que, con los movimientos demo- gráficos actuales, no es posible evitar la introducción de la infección por el vibrión colérico y que las medidas eficaces de saneamiento del medio, junto con una eficaz vigilancia de las enfermedades diarreicas, debe seguir siendo una función esencial y permanente de las administraciones sanitarias. También se atribuyó importancia durante el año a la vigilancia de las enfer- medades transmisibles que pueden combatirse con programas de vacunación y se prestó particular aten- ción a los proyectos nacionales de vigilancia de la poliomielitis, el sarampión, la difteria, el tétanos, la tos ferina y la tuberculosis.

1.12 El programa de la OMS para la vigilancia de los brotes de salmonelosis y de enfermedades transmitidas por los alimentos comenzó en 1967 con la colabora- ción de nueve laboratorios de la Región de Europa.

A fines de 1973 participaban en el programa 29

laboratorios de países de todas las Regiones de la OMS, que facilitaban datos sumamente útiles para la lucha

contra la enfermedad. El programa ha permitido

comprobar que en muchos de los países participantes disminuye la incidencia de Salmonella typhi y S. para - typhi, pero que en cambio aumentan considerable- mente otras salmonelosis.

1.13 La vigilancia de las enfermedades transmisibles fue el tema examinado en las discusiones técnicas de la reunión del Subcomité A del Comité Regional para el Mediterráneo Oriental, celebrada en septiembre. En el curso del año se prestó particular atención al acopio nacional de datos sobre enfermedades transmisibles, con objeto de introducir un sistema uniforme de infor- mación epidemiológica en la Región. Algunos paises concentran sus esfuerzos en la vigilancia de una o más enfermedades ; por ejemplo, la poliomielitis, la hepatitis virica, la gripe y las infecciones entéricas recibieron parti-

(17)

cular atención en la República Arabe Libia. En Etiopía se ha dado más importancia a la organización de servicios epidemiológicos, sobre todo de carácter periférico.

El servicio epidemiológico recién establecido en el Ministerio de Salud de Siria con ayuda de la OMS ha emprendido, en colaboración con el laboratorio de salud pública y enfermedades endémicas, el estudio de algunos problemas de salud pública, por ejemplo, el brote de intoxicación mencionado en el párrafo 3.35.

1.14

En todos los proyectos de lucha contra las

enfermedades transmisibles que reciben ayuda de la OMS en la Región del Pacífico Occidental (igual que en las demás Regiones) se ha hecho hincapié en la relación esencial que existe entre los servicios estadís- ticos y de laboratorio de salud pública y un programa eficaz de vigilancia epidemiológica. Los brotes de dengue, con manifestaciones hemorrágicas en algunos casos, que se registraron en Malasia, la República Khmer y la República de Viet -Nam en 1973 pusieron de manifiesto la necesidad de vigilar, no sólo esas enfermedades, sino también sus vectores. En Malasia, gracias a las actividades multidisciplinarias de diagnós- tico, notificación y lucha antivectorial, se pudo sofocar el brote de dengue y fiebre hemorrágica cuya amplitud había ido en aumento entre febrero y julio. En la República de Corea se han reforzado los servicios de vigilancia epidemiológica y se prestará particular atención a las enfermedades venéreas y a las parasitosis intestinales. Fiji, Singapur y Samoa Occidental han recibido ayuda para el estudio de las dermatosis trans- misibles, cuya vigilancia es igualmente importante.

Comité de Vigilancia Internacional de las Enfermedades Transmisibles

1.15 El mes de mayo, la 26a Asamblea Mundial de la Salud adoptó en su resolución WHA26.54 el 17°

informe del Comité de Vigilancia Internacional de las Enfermedades Transmisibles, encareció la importancia de mantener en el tráfico internacional la elevada calidad del agua potable y de los alimentos y, a este respecto, señaló a la atención de todos los Estados Miembros las disposiciones del Artículo 14 del Regla- mento Sanitario Internacional. En previsión de la 184 reunión del Comité, que se ha de celebrar en 1974, la OMS organizó el mes de junio una reunión consul- tiva con la Asociación de Transporte Aéreo Inter- nacional en la que se examinaron las medidas aplicadas para la inspección de la calidad del agua potable y de los alimentos en los vuelos internacionales, así como la manipulación y la evacuación de desechos. Al adoptar el 17° informe del Comité, la 26a Asamblea Mundial de la Salud aprobó el empleo de preparados, para aplica- ción por aerosol de résmetrina y biorresmetrina en la desinsectación de aeronaves (véase el párrafo 3.31).

1.16 La 26a Asamblea Mundial de la Salud aprobó en su resolución WHA26.55 las Disposiciones Adi- cionales del 23 de mayo de 1973 que modifican el Reglamento Sanitario Internacional (1969), con efectos a partir del 1 de enero de 1974. Aparte de la nueva definición del término « aeropuerto » y de una modifi- cación relativa a la firma de los certificados de vacu-

nación, los cambios introducidos con las disposiciones adicionales corresponden casi exclusivamente al capí- tulo del cólera. Tiene interés fundamental para los países obligados por el Reglamento, la supresión de la exigencia de un certificado de vacunación anticolérica en los viajes internacionales. En lo que se refiere a las disposiciones adicionales algunos países formularon reservas que se someterán a la consideración de la 27a Asamblea Mundial de la Salud.

Viruela

1.17 En 1973, séptimo año de la campaña mundial de erradicación de la viruela, ha habido una nueva reducción de las áreas en las que se considera endémica

la enfermedad. Tres países - Botswana, Nepal y

Sudán - se han sumado a la lista de territorios en los que se considera interrumpida la transmisión de la enfermedad. Desde 1967 el número de países y territo- rios que han notificado algún caso de viruela ha des- cendido de 43 a 11, y el número de aquellos en los que

la enfermedad se considera endémica, de 30 a 4

(Fig. 1). Al terminar el año se consideraba que la viruela endémica persistía solamente en Bangladesh,

Etiopía, la India y el Paquistán. No obstante, el total mundial de casos notificados aumentó de nuevo considerablemente - de 65 000 casos en 1972 a 130 000 en 1973 - a consecuencia de las graves epidemias registradas en Bangladesh, la India y el Paquistán. En parte, hay que atribuir esta cifra a la mejora en la vigilancia y en el sistema de notificación de casos, pero no cabe duda de que en muchas zonas de esos tres países la situación era mucho más grave de lo que había sido recientemente. En la India se registró un aumento de la incidencia por tercer año consecutivo al producirse intensos brotes en los Estados contiguos de Bengala Occidental, Bihar, Uttar Pradesh, y Madhya Pradesh, con una ulterior propagación a zonas más

distantes. En estos cuatro Estados se produjo el

95 % de todos los casos registrados en la India. No obstante, a final del año se estimó que subsistían algu- nos focos situados fuera de estos Estados, aunque se había reducido la transmisión como consecuencia de las operaciones de contención realizadas durante una campaña especial de vigilancia llevada a cabo en otoño. Para una evaluación más exacta del éxito de esas operaciones, habrá que realizar nuevas observa- ciones durante la temporada de viruela de enero a mayo de 1974. En Bangladesh, la incidencia de viruela fue más de tres veces superior a la registrada en 1972, lo que hizo necesario aplicar en marzo programas de urgencia que ocuparon durante algún tiempo prác- ticamente a todo el personal de los servicios sanitarios.

Los programas especiales continuaron durante el mon- zón de verano y se intensificaron en otoño, con asis- tencia adicional de la OMS. En otoño, quedó inter- rumpida virtualmente la transmisión en una de las cuatro divisiones del país. El hecho de que no se pro- dujera ningún aumento estacional importante entre octubre y diciembre se acogió con optimismo, pues se estimó que tal vez no se estuviera lejos en Bangladesh de alcanzar la misma situación de ausencia de viruela

(18)

que se había conseguido en 1970 -1971. En el Paquis- tán, se logró interrumpir prácticamente en el verano la transmisión en dos de las cuatro provincias por medio del programa de erradicación. En septiembre se inició un programa intensivo de vigilancia en las zonas principalmente afectadas de Sind y Beluchistán y a finales de año parecía que también en el Paquistán se estaba a punto de acabar la incidencia a principios de 1974. En el Nepal parecía haberse interrumpido la

transmisión.

1.18 En Africa, se ha alcanzado un progreso notable en Etiopía, que ocupa el cuarto lugar entre los países endémicos del mundo, donde, a pesar de los efectos de una mejor notificación, el número de casos registrados ha descendido de 26 000 en 1971 (primer año del pro- grama de erradicación) a unos 17 000 en 1972 y a 5300 en 1973. Al terminar el año, la viruela endémica parecía haber quedado confinada a cinco de las 14 pro- vincias; en cada uno de los distritos de esas provincias donde persistía la infección, actuaban uno o más equipos de contención y vigilancia. Si bien la estrategia ha consistido principalmente en la vigilancia y a la contención de los brotes, desde el comienzo del pro- grama los grupos y servicios sanitarios participantes han vacunado en todo el país a más de 8 millones de personas, que representan aproximadamente la ter- cera parte de la población. En Botswana se detectó a principios del año un solo foco residual; los equipos de vigilancia prosiguieron sus extensas indagaciones, y en diciembre se descubrieron en la misma zona algunos casos que probablemente sean los últimos. El registro continuo de casos importados de Etiopía en Somalia y en el territorio francés de los Afares y los Issas han puesto de manifiesto en los países de todo el continente la importancia de continuar la vigilancia y la vacunación. Para reforzar esas actividades, pro- siguieron en la mayor parte de los países de Africa los programas que reciben ayuda de la OMS. Desde mayo de 1970 sigue sin registrarse ningún caso de viruela en Africa central y occidental, donde la pobla- ción pasa de 120 millones de habitantes. Los programas antivariólicos se han transformado gradualmente en muchos de esos países en actividades generales de lucha contra las enfermedades transmisibles, que compren- den la vigilancia y la inmunización contra un conjunto de enfermedades que pueden combatirse por procedi- mientos inmunológicos.

1.19 En el hemisferio occidental no se ha registrado desde abril de 1971 ningún caso de viruela. Como habían pasado más de dos años desde que se descubrió el último caso conocido, la Organización convocó en agosto una comisión internacional en Río de Janeiro (Brasil) para determinar el estado de la erradicación.

La comisión, teniendo en cuenta la extensión de los programas de vigilancia y las investigaciones especia- les llevadas a cabo hasta la fecha, decidió que era razonable concluir que la viruela había sido ya erra- dicada del hemisferio occidental. Recomendó, sin embargo, que se continuaran los programas de vigi- lancia y vacunación hasta que se alcanzara la erradi- cación mundial. En octubre, la XXII reunión del

Consejo Directivo de la OPS, que fue al mismo

tiempo la 25a reunión del Comité Regional para las Américas, tomó nota de estas conclusiones y destacó muy especialmente la contribución enérgica y decisiva aportada por el Brasil a la erradicación de la viruela en la Región de las Américas.

1.20 Aunque en 1973 disminuyó el número de impor- taciones en los países exentos de viruela, seis países o territorios registraron casos de viruela importados. El Nepal, con una larga frontera común con los Estados intensamente infectados del norte de la India, es el país más gravemente afectado. Se ha registrado un total de 30 importaciones y 277 casos. Se pudo demostrar que todos ellos se habían importado directa o indirecta- mente de la India o, en un caso, de Bangladesh. Con una vigilancia y unas medidas de contención eficaces se ha evitado la reimplantación de la viruela endémica, pero la situación del Nepal seguirá siendo sumamente precaria mientras persista la enfermedad en la India.

En el Afganistán, y a consecuencia de tres importa- ciones del Paquistán, se produjeron 25 casos entre los nómadas. En Somalia y en el territorio francés de los Afares y los Issas se comunicaron en total 20 casos, todos ellos en personas que habían contraído la infec- ción en Etiopía. El Japón y el Reino Unido notificaron un caso cada uno, importados de Bangladesh y de la India respectivamente. Además, se produjeron cuatro casos en el Reino Unido a raíz de la infección acciden- tal de un técnico de laboratorio.

1.21 Al limitarse los brotes de viruela a una zona geográfica más reducida, en septiembre se pudo con- centrar los esfuerzos e iniciar programas especiales en todas las zonas endémicas subsistentes, que se calcula abarcan menas de la mitad de la superficie total de los cuatro países afectados. Colaboró personal de la OMS

procedente de los países que habían quedado ya

exentos de viruela, se contrató más personal y se adqui- rió nuevo equipo. La finalidad de esos programas, iniciados en la época del año en que la incidencia de viruela es más baja, era detectar y eliminar todas las

cadenas restantes de transmisión de la

infección.

Grupos móviles de vigilancia llevaron a cabo en cada país operaciones de localización activa de casos;

en algunas zonas se movilizó a todo el personal sani- tario para realizar un rápido programa sistemático de indagación, aldea por aldea y, en algunas zonas, se ofrecieron recompensas en metálico por los casos descubiertos.

1.22 El Centro International y el Centro Regional de Referencia de la OMS para la Vacuna Antivariólica, establecidos respectivamente en Utrecht (Paises Bajos) y en Toronto (Canadá), continuaron su valiosa labor de formación profesional y asesoramiento en beneficio de los laboratorios productores de todo el mundo.

Durante 1973, se ensayaron 400 lotes de vacuna, lo que representa una labor de comprobación de más de 200 millones de dosis. Todas las vacunas que ahora se suministran para su empleo en el programa de erradicación cumplen las normas de actividad, esta- bilidad y pureza establecidas por la OM S. Han contri-

(19)

Fig. 1. Paises con viruela endémica en 1967 en los que la transmisión se interrupió ulteriormente y zonas con viruela endémica en 1973

i Países con viruela endémica en 1967 o posteriormente.

Países con viruela endémica en 1973; dentro de ellos, las zonas endémicas están indicadas así:

buido con donativos a la Cuenta Especial de la OMS para la Erradicación de la Viruela (véase también el párrafo 15.18) en forma de vacuna, equipo, personal y dinero efectivo los siguientes países: Argentina, Bél- gica, Brasil, Canadá, Colombia, Estados Unidos de América, Finlandia, Grecia, Hungría, Irán, Japón, Kenia, Países Bajos, Suiza, Uganda y Unión de Repú- blicas Socialistas Soviéticas, así como particulares.

El número de dosis de vacuna distribuidas pasa de 33 millones. Es de señalar que una gran cantidad de la vacuna que actualmente se utiliza en los programas antivariólicos en todo el mundo se produce en labora- torios de los países en desarrollo.

1.23 En el Centro Internacional y el Centro Regional de Referencia para la Viruela, establecidos por la OMS en Moscú y en Atlanta (Ga., Estados Unidos), se recibieron y analizaron más de 275 muestras proce- dentes de presuntos enfermos de 19 países de todo el mundo. Estos laboratorios, junto con otros centros colaboradores, continuaron sus estudios e investi- gaciones sobre la identificación del virus de la viruela y otros virus afines y sobre las características epidemio- lógicas y virológicas de la viruela en las restantes zonas endémicas. El Centro Internacional de Refe- rencia para la Vacuna Antivariólica, establecido por

la OMS en Utrecht (Países Bajos), demostró, mediante una investigación especial, la posibilidad de producir en cultivos tisulares una vacuna antivariólica estable si son adecuadas las condiciones de laboratorio.

1.24 Han proseguido las investigaciones acerca de los casos humanos de infección por el virus de la viruela de los monos 1 y se han localizado otros tres casos en Zaire, con lo que ascienden a 17 los conocidos hasta ahora. Al parecer, en dos de ellos la transmisión se ha producido entre miembros de una misma familia;

éste es el único caso en el que consta que ha habido una transmisión de persona a persona a pesar de que en otras ocasiones se han dado frecuentemente contac- tos prolongados y estrechos con los sujetos susceptibles.

En diciembre se celebró en Ginebra una reunión consultiva oficiosa entre los principales investigadores que colaboran en el estudio del virus símico, del virus de la viruela y de otros virus afines. Después de estudiar toda la información disponible, los participantes reiteraron la conclusión de que era muy improbable que hubiera otros reservorios naturales de viruela distintos del hombre, pero recomendaron que prosi-

1 Act. of. Org. mund. Salud, 1973, N° 205, párrafo 1.38.

(20)

guieran activamente los programas de vigilancia y se estudiaran detenidamente todos los presuntos casos en las zonas exentas de viruela, especialmente en Africa.

1.25 Se han distribuido más de 250 000 ejemplares de carteles para explicación de las técnicas de diagnóstico, tarjetas de identificación de la viruela y diapositivas didácticas de la OMS, en inglés y francés, y se han hecho las traducciones necesarias para su utilización local; este material se ha preparado en estos últimos años para facilitar las actividades de vigilancia y el diagnóstico clínico de la viruela en enfermos de Africa y Asia. Se distribuyeron también abundantemente carteles sobre la viruela, con el texto necesario impreso

en los idiomas apropiados; por ejemplo, para la

India e Indonesia se imprimieron carteles en 12 y 11 idiomas respectivamente. Los laboratorios siguen solicitando ejemplares de la guía ilustrada para el diagnóstico de laboratorio de la viruela.' Los labora- torios colaboradores de la OMS suministraron a los laboratorios nacionales de diagnóstico los reactivos normalizados para las pruebas prescritas en esa guía.

Virosis, clamidiosis, rickettsiosis y enfermedades afines 1.26 Como parte del programa de la OMS sobre virosis se han organizado y realizado con gran éxito estudios en colaboración, muchos de ellos coordinados por los centros de referencia designados por la Orga- nización.2 Los directores de los centros de referencia de la OMS para enterovirus y virus de las vías respirato- rias se reunieron en abril, en Londres, con el fin de pasar revista a las actividades de los centros desde la última reunión en 1969 y de examinar las perspectivas para el futuro.

Desarrollo del programa de reactivos

1.27 Incluso los laboratorios dotados de pocos medios y de personal con experiencia relativamente limitada pueden establecer servicios de diagnóstico virológico utilizando pruebas tan simples como la de inhibición de la hemaglutinación y la de fijación del complemento.

Sin embargo, los laboratorios de los países en vías de desarrollo suelen encontrar dificultades para preparar o procurarse los antígenos necesarios, que son muy caros y se precisan en grandes cantidades, a menos que se empleen técnicas de micropruebas. En consecuencia, la Organización está preparando un programa en colaboración, en el que varios laboratorios de los países desarrollados, incluidos los centros de referencia antes mencionados, ayudarán a los de los países en desarrollo, primero, proporcionándoles pequeñas can- tidades de antígenos (de modo que esos laboratorios puedan adquirir experiencia) y, luego, ayudándoles a preparar sus propios antígenos.

' Organización Mundial de la Salud (1969) Guía para el diagnóstico de la viruela en el laboratorio para los programas de erradicación, Ginebra.

2 En una reciente publicación, se ha reseñado este programa:

Cockburn, W. C. (1973) Progr. med. Viro'., 15, 159 -204.

Grupo de la OMS encargado de realizar estudios especiales sobre virología en Africa

1.28 Uno de los temas de investigación de este grupo de la OMS en el Instituto de Investigaciones Viro - lógicas de Africa Oriental, de Entebbe, Uganda, ha sido la escasa reacción serológica que a veces se observa con las vacunas contra la poliomielitis administradas por vía oral. Las explicaciones que se han venido dando hasta ahora aludían a la presencia de un anti- cuerpo en la leche materna o la interferencia de otros enterovirus en el intestino. Como ya se informó con anterioridad,' el grupo descubrió que la lactancia materna no influye en las tasas de seroconversión sino que existe un inhibidor que no tiene nada que ver con la leche materna. El grupo ha comprobado ahora que el principal factor es una sustancia que se encuentra en la saliva y en la garganta y que inhibe la multiplica- ción del virus sin neutralizarlo. Ese inhibidor se está estudiando más a fondo con el fin de caracterizarlo químicamente o por otros medios. Del trabajo preli- minar se deduce que también pudiera hallarse en la saliva de mono.

1.29

En el estudio realizado por el grupo sobre

infecciones víricas de las vías respiratorias altas y bajas de los niños, iniciado en 1972, se han obtenido espe- címenes para el aislamiento de virus de más de 400 pacientes y, en muchos de los niños, se han tomado series de muestras de suero. Los resultados preliminares indican que tanto en los trópicos como en los climas más templados son los virus patógenos más comunes los que intervienen en las enfermedades de las vías respi- ratorias, pero que existen también diversos enterovirus que pueden causar esas enfermedades.

Sistema de registro de virus

1.30 En 1973, seis nuevos laboratorios, cuatro en Europa y dos en la Región del Mediterráneo Oriental, se sumaron al sistema organizado por la OMS para el acopio y distribución de datos sobre virosis distintas de la gripe y de las arbovirosis, con lo que el número total de países que participan en el sistema es ahora de 41. El número de informes recibidos por la OMS en 1973 sobre virus aislados o sobre casos diagnosti- cados por métodos serológicos ascendió a unos 38 000.

Actualmente está en curso un estudio sobre la signifi- cación patógena del aislamiento de adenovirus y mixovirus, distintos de los virus de la parotiditis en un número relativamente grande de casos de enferme- dades del sistema nervioso central.

Gripe

1.31 Los primeros casos de gripe A en el hemisferio norte durante el invierno de 1972 a 1973 aparecieron en Hong Kong, Panamá, (Zona del Canal) y en la República de Viet -Nam. En octubre de 1972 se regis- traron brotes limitados en instituciones asistenciales del Reino Unido y de los Estados Unidos. De diciem- bre a enero la epidemia alcanzó su punto álgido en

3 Act. of. Org. mund. Salud. 1973, N° 205, párrafo 1.45.

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