la producción animaly viceversa.
Así. tenemos por una verdadera locurael intentar ningún géne¬
rode mejora ó modificación racional en nuestros
sistemas de cría
sin contar deantemano con los agentes á que principalmente se
debeapelar para laconsecución del fin
deseado. ¿Qué
agentesson éstos? La habitación, el álimento y loscuidados que se prodiguenal producto ó losproductos. En la
aplicación discreta
yordenada
de estos elemehtos estriba laprimera condición de mejora que se
desee obtener en nuestro caballo. Hay que atender al fondo yá la
forma. El fondo se modifica yrobustece por la acción del clima,
(l) Véase lapág. 643 de este tomo.
DEL CABALLO 693
esto es, por el combinado influjo de la habitación en su sentido
máslato y por el del alimento y demás agentes higiénicos; la for¬
ma se corrige yperfecciona mediante los cuidados personales que el hombre tributa al caballo quequiere perfeccionar, amaestrándo¬
le, dirigiéndoley obligándole desde el principio á ejecutar las ac¬
ciones encaminadas al logro de su deseo y que tiendan al desen¬
volvimiento de las partesó sistemas orgánicos, de cuyo juego es¬
peramos elresultado apetecido.
No quiere decir esto en manera algunaque nosotros deseche¬
mos la generación comoelemento de mejora, pero sí que le cree¬
mos de inferior condición. Sostenemos quela herencia ocupa el segundo lugar entre los medios de que se puede disponer para la producción industrial de animales con tal ó cualaptitud, yque
án-tes de ocuparse en la elección del semental capaz de trasmitirá los futuros productos las particularidades de organización que en ellosse deseen,es deprimera necesidad reunir en derredor de la
madre y sus hijuelos lascondiciones indispensables al sostenimien¬
toy desarrollo de las cualidades ó caractères que queremos obte¬
ner. El perfeccionamiento de las razas no deriva esencialmente de
los reproductores, ymucho ménos exclusivamente del padre. Las riquezas que se heredan subsistirán ó no según las circunstancias
éíndole de los que las heredan. A nadie se le ha ocurrido afirmar
que la primer fuente de bienestar yde producción es la herencia,
sino la actividad individual y el trabajo desenvuelto encondiciones elegidas con inteligencia y buen sentido práctico. La herencia puede venir, y viene con frecuencia, en ayuda eficaz del trabajo,
pero como ayuda, ynada más. En el orden físico y fisiológico
acontece lo mismo que en el moral y social. Si el capital que se hereda cae en manos torpes éinhábiles, 6 no encuentracondicio¬
nes convenientes para su sostenimiento y aumento, se disipa ó
desvanece cual bocanada de humo á impulsos de fuerte oleada de
viento. Otrotanto sucedecon las aptitudesy cualidades heredadas
por nuestros animales domésticos, especialmente porel caballo.
El manantial másprecioso de mejorar para nuestro caballo ra¬
dicaen la naturaleza ycantidad de los materiales con que se
ha
de constituir el producto, en la alimentación que se le dispense y
en laeducación, dirección 6 preparación que se le dé. Así es
como sehan constituido y formado el caballo árabe é inglés de
694 GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO
pura raza. Es un principio incontrovertible el que los animales
son tales cualessonlas circunstancias del medio en que nacen y
se desarrollan. Cuando en virtud del arte sequiere introducir al¬
guna modificación en el modo de serde un animal doméstico cualquiera, ha de cambiarse ántes el medio que le rodea en el sen¬
tido que indique la trasformacion que se intente. Si esto no se
hace, sucederá lo que ha sucedido en nuestro
pais
y en todos losen que seha introducido, como agentes de mejora, sementales
oriundos de distinto clima y sometidos á otrosagentes higiéni¬
cos y otros cuidados de mejores condiciones que las de la localidad
ó paraje en que lareforma se plantee.
Repetimos que esinsensatoy contrario á toda nocion fisiológi¬
caracional el comenzar la reforma que exige el ganado caballar
de nuestro país por la importación onerosade reproductorés ex¬
tranjeros, cuya necesidad no negamos, pero no al principio, sino despues, cuandolascosas estén convenientemente preparadas al objeto de que sea fecunday de resultados seguros su aplicación.
Comenzar porlageneración á modificar las aptitudeses proceder
al revés de como aconseja la ciencia ylas prácticas racionales; es exponerse ácorrer aventuras y tropezar con riesgos de que se debe huiren toda empresa séria porcuanto se relacionacon la ri¬
queza públicay poderío de los Estados. La doctrina absoluta y metafísica del cruzamiento ha prevalecido por desgracia hasta
ahora. Sus consecuencias no pueden haber sido más desastrosas.
Seha obrado como si la mejora de la especie caballar dependiera
únicamente de la más 6ménos oportunaaplicación del caballo pa¬
dre, como si ella reconociera porprincipio único esa abstracción
llamada lapurasangre, esa quimera perseguidaportantos aficiona¬
dosyfanáticos, quedebuena fé sehan dejado arrastrarporel re¬
lumbrón de las palabras y por el deseo de conseguir pronto loque
esde realización larga, pero segura.
En su consecuencia, y porel pronto, lo principal, loque más in¬
teresa,estenerbuenos, verdaderosy abundantes alimentos. Donde
no loshaya, es necesario crearlos, producirlos. Sin este elemento,
créannos los ganaderos, todos sus esfuerzos quedarán infecundos.
Dice un adagio, vulgar entre nosotros, que el verdadero secreto
para el mejoramiento del caballo, estáen el arcon de la
cebada.
El alimento es el que proporciona á las diversaspartes del
orga-DEL CABALLO 6g5
nismósuselementos denutriciónydesuconstitución
material. En
tésis general, el individuo es y
vale lo
que esyvale el alimento
que sele prodiga. Con
abundante
ysuculenta alimentación,
seob¬
tienen organizaciones potentesy
robustas;
con pocasymalas
sus-tancias nutritivas, se crean séresraquíticosy
enfermizos.
Al concurso eficaz del alimento sigue el de los demás agentes higiénicos, que auxilian la