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TERAPEUTICA GENERAL DE LAS ENFERMEDADES DEL APARATO RESPIRATORIO

Dans le document PARA VETERINARIOS (Page 123-132)

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-Preliminares pa.tológicos. Entre las numerosas enfer-meclades de los órganos respiratorios, objeto del trata-micnto vcterinario, hay que citar los catarros nasal, larín-geo y bronquial, las fo.rmas graves de rinitis, laringitis, tra-queitis y bronquitis, el edema dc la glotis, el de1 pulm6n, el silbido laríngeo, la hiperemia puLmonar acti\·a y pasiva y las díversas fonnas de pulmonia, enfisema pulmonar y pleuresia. Mas rara vez, son objeto del tratamiento, en -ferm.cdades parasitarias (pneumopatia verminosa, pentas-tomum, cstrosis) y tumores (fosas nasales, laringe). Son, en cambio, frecucntes, los procesos inflamatorios dc la mucosa respiratolia, que se presentan de modo secundario en el curso de divcrsas enfermedades infecdosas (papera, pleuropneumonía contagiosa, influenza, m.oquillo, fiebre catarral maligna, etc.).

Prelimina.1.•es fi.siológiços. Los medios naturales de de-fensa de los órganos respiratorios, los constituyen, por un laclo, la capa de moco y, por otro, las células vi-bra.tJles de la mucosa, la~ cuales, no sólo form;\n una cubierta protectora, sino que, por mledio del movimiento vibnitil, empujan los cuerpos extraños hacia fuera. Las vías respiratorias, ademas, calientan el aire y le quitan el polvo merced a su extensa y, en algunas partes, anfrac-tuosa superficie. Ciertos reflejos defensh·os, (estornudo, tos), también sirven para la expulsi6n de cuerpos extra-ños y sustancias morbificas.

La respiración pulmonar, para la cual, hasta cierto grado, puede ser compensadora la cutanea, se reduce a un cambio de gases entre la sangre y el aire (acido car-bónico, oxígeno). Este cambio gaseoso se realiza gracias a la vcntilación pultnO!D.ar ( conlraccioncs inspiratorias del diafragma, elasticiclad expiratoria del puhnón), a lo ex-tenso de la superficie pulmonar (cien veces mayor que la del cucrpo en el caballo) y a la gran dclicadeza dc la membrana de difusión (pared ah·eolar). Estos factores capitales de la respiración, estan mas o menos dificultados

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108-en las 108-enfcrmedadcs del pultnón (pneumonía, 108-enfisema).

El centro respiratorio del bulbo, que funciona de mo-do autonuítico, puode ser excitamo-do, directa e indircctmn¡en-te, por cstímulos diversos, en particular por m¡edicamcn-tos. Los cstímulos directos son la falta dc oxígeno y la presencia de abundante acido carbónioo en la sangre (ane-mia, hipercmia venosa, actividad muscular), la tempera-tttra febril, y la atropina, la escopo1amina y otros medi-camentos. Indirectamente, de modo reflejo, el centro res-piratorio puede ser ex.citado por cstímulos que obren so-bre las terminaciones periféricas del vago (nenrio regu-lador de la respiración) en los pulmones, y por estímulos que obren sobre los nenios sensitives cutaneos (trauma-tismes dolorosos, inflamación, frío ), laríngeo superior (tos), olfatorio, trigémino y otros nervio~ periférioos. La excitación artificial del centro respiratorio es, p. e., de mucha importancia en la asfixia clorofóm1ica (atropina, escopolamina, golpes con la palma de la mano sobre la piel de los costados, afusiones frías).

Métodos tera.péuticos. 1. En el tratamiento de las en-fermedades de los órganos respiratorios, la medida te-rapéutica principal es procurar la respiración de aire pura.

La buena ventilaci6n de los localcs y, cuando es posible, la dda al aire libre (praderas, vi,·aques, parques), bastau en muchos casos para producir la curaci6n. Esto tiene sobre todo aplicación al tratamicnto de las enfermedades catarrales e infecciosas dc lo"s órganos toracicos. La fa-vorable acción del vivaqueo, durante el verano, sobre todo en la pleuropneumonía contagiosa de los équidos, ha sido demostrada muchas veces por las experiencias hechas en el cjército prusiano. Ademis, el aire húmedo (\ri.ento ca-liente del Oeste), tiene gran poder curativa sobre los ca-tarros de la mucosa respiratoria, porque fluidifica la secre-dón catarral. Contrariamcnte_, los vientos del Este obran desccando y enfriando.

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En España los vientos que de-secan y enfrían son los del l\ orte; los del Este y del O es-te suelen ser húmedos y tibios, y los del Sur calicntes y sccos.

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Con la aeroterapia es com cniente combinar tu1

cuidado esrnerado de la pícl (respiración cutéÍ.nca).

2. El cmpleo de medicanumtos puede hacerse desde distintes puntos dc vista. Los llamados cxpcctorantes, es decir, los que facilitau la cxpulsión de los csputos ("éase pag. I 1 I), son dc gran valor. Tam bién son de importan-cia los métodos tcrapéuticos derivativa (pm·gantcs, diu-réticos, sialagogos) y sintomatico (narc6ticos contra la

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109-tos), el uso de excitantes del centro respiratorio y los mé-todos astringente, antiséptico y antiparasitario (catarros, enfermedades infecciosas, pneumonías venninosas).

3· El método in!taLatorio (de vapor de agua, solucio-nes medicamentosas, polvos, gases), tiene por objeto el tratamiento local dc la mucosa respiratoria. Modernamen-te ha caído en desuso•, poz1que los ensayos experimentales han enseñado que los vapores, al ser inhaLados con Los aparatos inhaLadores comunes, no Llegan a Los a/veolos del puLm6n, sino que quedau adheridos a las mucosas nasal, dc la pared posterior dc la faringe, de la epiglotis y de las cuerdas vocales. Los vapores acuosos inhalados hlc-dia.nte los aparatos usados en medicina humana, que pro-ducen una pulverización finísima (aparatos de Bulling, Siegle, Wassmutlz y Sclzenk), únicamente llegan a los al-veolos cuando son muy complicados y caros, y po¡r estp no tienen importancia en veterinaria. Las inhalaciones de oxigeno (pleuropneumonía contagiosa) tampooo han dado resultada en zooiatría. La inhalación de cloroformo y éter tiene por objcto una acción. general.

4· Los métodos hidroterdpico y revulsiva cufdueo son eficaces desde dh·crsos puntos de vista. Sobre todo, me-reccn señalarse, la activación de la respiración cutanea, la excitación refleja del centro respiratorio, los cfcctos dcrivativos en la pncumonia y' en la pleuresia y las accio-nes analgésica (tos) y antitérmica de las compresas de Priessnitz y de las fricciones revulsivas (espíritu de mos~

taza en ambos costados).

5. El" método operatorio com.prende la pnictica de la sangria (congestión pulmonar), de la traqueotomia (disp-nea inspiratoria producida por estenosis nasal, laríngea.

y faríngea), la toracocentesis (hidrotora..'C, empiema) y la extirpación y cauterización de las neoplasias dc las fosas nasales y de la laringe.

6. El método profildctico tiene por objeto evitar las enfermedades del aparato respiratorio, habituando la picl

· y las mucosas rcspiratorias al enfriamiento que, en mu-chos casos, es la única causa de la enfermedad (cjer-cicio y trabajo, adaptación a temperaturas frías, vida pratense). En el caballo es de importancia especial evitar el ablandamiento de la picl tcniéndoJ,o enm;a.ntado en Ja cuadra. El refinan1icnto dc las razas mediantc la cría en invenuículos obra tamhién desfavorablemcntc (pn.:dispo-sición a la tuberculosis y a otras enferrnedades pulmo-nares). En fin, el aislamiento Y. las medidas dc polida

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vetcrinaria son de gran Ímportancia profilúctica en las enft:nncdades contagiosas.

lnhalaciones en los animales domésticos- Las opiniones rela-tivas al \'alor terapléutico de las inhalaciones en el hombre y en los anímalcs, al aparato in/zalador mas adecuado y, sobre todo, a la profumlidad que purden alcanzar y a la cantidacl que puede lle-gar de los medicanumlos itz/wlados en las vias respiratorias, discre-pan todavía mucho, a pesar de numcrosos estudios experimentalcs.

Las prímeras investigaciones científicas hechas con cste fin, las practicó Srtfes-Oirón en 1858 con un aparato inhalador que, medían-te una bomba compresora, lanzaba la solución medicamentosa con una presión de 3 a 4 atmósferas, por un orifi<;io muy fino, contra una placa sólida en la que se pulverizaba form:mdo una niebla muy sutil. Pietra-Santa y Briau, en sus expcrimentos con este aparato, no lograron llevar los mcdicamentos inhalados mas alia de la larin-ge, y concluyeron que no era posible llevar soluciones pulverizadas a los pulmones. Siegle, Bergson, Atafhieu, Bu!ling y \Vassmulh han construído nuevos aparatos i ,em ellos la pulverización del líquido tiene Jugar mediante vapor o aire comprimida. Las pruebas expe-rimentales practicadas con estos aparatos modernos, no han dado resultados umínimes, como se infiere de las publicacioncs siguientes.

Siingcr (Münch. mcú. W'och. 1901) se ha pronunciada contra la posíbilidad de hacer penetrar soluciones pulverizadas en las vías respimtori:ts profundas. Fundada en los resultados de sus ensayos, hec11os en maniquíes pulmonares con el aparato dc Siegle, no cree que las inhalaciones dc líquidos puh·erizados en forma de gotitas finísimas alcancen los bronquios ni pasen de la laringe. Por lo tanto~

la inhalación de soluciones pulverizadas no tienen valor terapéuti-co. En cambi_o Seige (Diss. 1905), fundada en investigaciones físícas con el aparato de Bcrgson..Siegle, cree que la corriente inhalatoría puede llegar hasta las profundídadcs del pul món (no hizo ensayos en animales). Emmericlz (Münch. med. W'och. 1901) ensayó, con los aparatos de Bulling y Wassmuth, la inhalación de agua bórica y agua salada en perros, y, despu~s de matarlos, les hllló el acido bórico en las partes profundas de Jas vías respiratoria.s (bordes pul-monar-es). Y, según ,él, con los inhaladorcs ordínarios, no se alcanzan los alveolos i esto solo se logra cuando se hace la pulvcrízación finí-sima mcdiantc aparatos cspeciales. V. Scftroiter (Münch. med. Woch.

1903), después de inhalar solución dc violeta de genciana por mc-dio del aparato de Bulling, encontró la materia colorante en los bronquiOS mas finos y !CIO los a}veolos, y por esto habla muy fa·

vorablementc de los aparatos modernos.

Póschel ha hecho investigacioncs muy minuciosas acerca dc la inhalación (Díss. 1905) con diversos aparatos (pulvcrizador ordina-rio, aparato de Sclzenk y Bullútg) en pcrros, conejos, gallinas y palomas, llegando a las siguientes conclusiones : los aases y vapo-.res penetran basta las porciones mas profundas del aparato

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-ratorio ; en la inhalación de poll•os por la nariz, se precipitau Ja mayor parte ~ los mismos en las fosas nasales; en cambio, en la mhalación por la boca, penetrau hasta las partes mas profundas del aparato respiratorio. Los liquidos pulverizados. inhalados por la na-riz, tan'to con el aparato común, como con el de Bulling, se pre-cipitau en la entrada de la nariz. Inhalados por la boca, con el inhalador ordinario, llegan a la faring¡e, a la laringe y hasta el primer cuarto anterior de la tniquea y, con el aparato dc Bulling, hasta el último tercio de la misma. Según esto, la inhalación de líquidos pulverízados esta sólo indicada en enfermedades dc la fa-ringe, de la laringe y ac la traquca. Las investigacioncs de Freund (Berl. tierarztl. Woch. 1907), en perros y caballos, con los apa-ratos de ínhalación de Sicgle, Bulling y Wassmuth, han demos-trado iguafmente que, en la inhalacíón por la nariz, las soluciones 'pulverizadas de modo grosero se precipitau inmediatamcnte por uetras de las aberturas nasales, y las pulverizaclas finamente, llegau hasta la faringe y, en casos aislados, hasta el principio dc la tra-quea. Ademas, en el perro, la inhalación por la boca dc liquidos finamente pulverizados, llega también a los bronquios mayores y aún a los pequeños, pero jamas a los alveolos. l(aastle (Zeitschr.

für physik. u. diatet. Therapic 1907/1903) atribuye la divcrgencia de los resultados a la distinta manera de practicar las investiga-ciones. Con los aparatos modcrno~, y respirando el pulmón, ha logrado llevar siempre soluciones activas en estado de finísima

pul-\'crización hasta los bronquios (y probablemente hasta los al\·colos).

• Recientemente Ricciarelli ha ideado un inhalador muy ¡míctico y económico. Es un pequeño rccipiente del que parten dos tubos que acaban en dos pabellones., uno para cada ventan'l nasal. El reci-piente se llena con la solución medicamentosa hirvicndo, la cua! se conserva caliente por estar aquél forrado de fieltro. Todo cllo se adapta facilmente a· u11a cabczada. (V. V. Ricciarelli, Tcrapéutica de las afecciones inflamatorias dc las vías respiratorias mcdinnte uu nuevo aparato inhalador, R~'''· Vet. de Esp., Vol. IX, Pag. 3ta (mayo y junio de 1915).•

Expectaran tes (1 ).

Sinonimia: Pectorales (2), fi uidificantes del moco, pneumati-cos (3), béquipneumati-cos (4), cstornutatorios (5), errinos (6), ptarmipneumati-cos (7).

Definición. Se llaman (!.\'(Jt e tarantes los mJcclicamcntos

(1) L. ex, fuera.¡ pec/us, pecho. .

(2) L. pecfus, pecho.

1 8) (~. pneumrr, aire, n. li en to, rcspi.ración; p11eumo11, pulmó n.

(-1) (;.. òex, tos.

(5} L. stenmere, estornuda.r¡ slel'lllltm·e, estornudar 1·cpetidamcnte.

(6) · G. e11, dentro¡ ri1t1 n'nos, la. na.riz.

{7) G. ptanmmai, estornudat·.

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112-que hacm expulsar las materias morbosas del aparato res-piratorio (ex pectore). Generalmente se trata de moco, masas de exudado catarral, purulento y crupal, membra-nas crupales, sangre, pus, tejido pulmonar mortificada, cuerpos extraños y parasitos que deben ser expulsades, unos, del pulmón o de los bronquis y, otros, dè la tra-quea o de la laringe. Màs rararn'ente b.ay que desalojar las cavidades nasalcs mediante medicamentos que hacen estornudar (estornutatorios, errinos).

Acción. Para comprender la acción de los expectorantes hay que recordar que el o.rganismo dispone de ciertos mc-canismos defensiv1os que le pcnn.iten expulsar, sin el auxi-lio de mcdicamcntos, los cucrpos extraños del aparato respíratorio. Estos expectorantes fisiológicos son la tos y el movimiento vibrdtil del epitelio de la mucosa dirigida hacia fuera y, en parte, también el estomudo. La activi-daci del epitelio vibratil disminuye o cesa por la tume-facción de la mucosa, y ta:mbién cuando esta cubierta por un exudado espeso de moco viscosa y otras ma.sas dc exudado; lo mismo sucede cuando falta el epiteli o vibra-til, a consecuencia de la gran descamación catarral, de la infiltración inflamatoria o de la destrucción ulcerosa, o cuando sus movimientos estan paralizados por los pro-ductes anormales dc la descomposición del contenido bron-quial estancada (acidos grasos). La tos, importante mcdio natural de curación de todas las enfermedades respirato-rias, a veces esta suprimida en la debilidad general or-ganica o en estados paralíticos de los nervios sensitives de la mucosa (gangrena pulmonar, laringitis grave). En ambos casos, la tos y el movim:iento vibnltil del epitelio pueden ser excitades artificialinente mediante ciertos me-dicamcntos expectorantes. Pero, este proceso, en la tera-péutica expectorante, no es el única. En general, mas bien hay que tener en cucnta los nwdos de acción pectoral que siguen:

I. Excitación del epifelio vibrótil. Se logra principal-mente con el amoníaco y los demas compuestos amania-cales: carbonato de amoníaca, amoniaco líqaido y licor amo-niacal anisado. Adcmas, la nrayoría de los cxpectorantes initantcs, aum'cntan la actividad del epitclio vibratil.

2. Excitantes df la tos. Excita.n, ora los nervíos sen-sitives periféricos dc la mucosa, ora los ccntros respira-torios. Son: la brea, la creosota, la esencia dt· trementina, el àlcanfor, el bmjul, el bdlsamo del Perú, la emetina, la ipecacuana, la polígala y la quitaya. La escncia de

tremen--

113-tina disminuyc, al mismo licmpo, la secrcción dc Ja mu-cosa del aparalo respiratorio y la sccreción anormal de moco.

Aumcufan la secreción glandular y así disuclven el moco y facilitan la expectoración; la apomorfina, la pilo-carpina, la arecolina, las sales amoniacales, el azafre, los atcalüws y muchos aceifes esenciales.

4· Fluidifican el moco, química o mecanicamente, to-dos los alca!inos y amoniacafes, los medicamcntos dulces y mucilaginosos y el agua (inhalación).

S· AntislpNra y am'iparasitariamente obran contra la descomposición del contenido pútrido de los bronquios y bronquiecta.sias y contra los paní.sitos y agcntes itúec-ciosos (bronquitis tuberculosa, moquillo, papcra, estron-gilos, syngamus trachealis); la cre&liua, la creosota, la brea y la esew.:ia de trementina.

6. Obran ancsfesiando (calm.antes dc la tos, béqui-oos) en los estados anormalcs dc irritación dc la mucosa respiratoria: la morfina, la codfina, la heroina, el acido przísico, el bromuro pofdsico y otros narcóticos y, acte-mas, los mcdicamentos mucilaginosos y dulces.

7. De modo puramentc mecdtzico, hacen expectorar los vomitivos (véasc pag. 44).

Uso. Los cxpcctorantes son los medicamcntos m.;is importantes dc las diversas enfcnnedades del aparato res-piratorio. Se usan en las bronquitis, traqueïtis, laringitis, pneamonlas catarral y crupal, broilquiectasias, cav.:rnas pul-manares, gangrenn puhnonar. en el crup laríngco, en e1 traqueal y en el bronquial. en las inflamaciones pulmo-nares verminosas y micóticas, en todos los procesos infec-ciosos de los bronquios y pulmoncs y para expulsar sangr,, pas, polvo y otros. cuerpos extrañ.os de las vías rcspirato-rias. Analogamcnte se usan los cstornutatorios en las en-fermedadcs dc las fosas nasales, en particular en la es-trosis de los óvidos. En los catarros Sf'Cos, y cuando cx"Ïsten productos inflamatorios ,·iscosos, pegajosos (es-tcrtorcs crcpitantes) esttín sobre todo indicades los hiper-crínicos y los cxpectorantes que fluidifican el moco, y, en cambio, cunndo hay acúmulo abundante dc productes patológicos y líquiclos en las vías respiratorias (cstertores húmcdos) con\'ÍCncn los cxcilantes de la tos y del movi-miento vibratil del epitelio .

.1\\edicamentos. I. CLolWRO AMÓI\'ICO. Expectorante en los perío-des a\·anzados del catarro bronquial, de la pneumonÍl catarral y crupal, del moquillo, de la papcra, etc. Aumenta el movimiento

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114-bratil, fluïdifica el moco y acrecicnta la secreción glandular. Dosis:

al buey, de 10 a 25; al caballo, dc 8 a 15; al carnera, a la cabra y al ce rd o, de 1 a 2 ; al perro, dc 0,2 a 1 ; al gato, de O, 1 a 0,3, y a las a\'les dc corral, de 0,05 a 0,2.

2. APOMORFINA. Expectorantc vcntajoso para fluïdificar el moco espeso en los catarros bronquiales, pneumonías catarrales, moqui-Ilo, etc. Dosis (al interior) de clorhidrato de apomorfina, de 1 a 3 miligramos al pcrro (hasta 0,03 al día), y de 0,02 a 0,5 al caballo.

3. IPECACUANA. Expectorante cxcclente para los animales peque-ños, en la pncumonía catarral, en la bronquitis y en el moquillo.

Dosis: al perro, dc 0,01 a 0,05. Dosis del polvo dc Oover, de 0,5 a 2.

4. RAfz DE POLIOALA v QUILAYA. Exrectorante y excitante, indicada en la bronquitis asténica y en la pncumonía catarral. Dosis (en in-fusión): al perro, de 0,5 a 1,5 ; al ca rne ro, a la cabra y al cerdo, y a las a\'es de corral, de 0,05 a 0,2.

5. TARTARO ESTIDIAOO. Expectorante de animales vigorosos, en el catarr.o bronquial y en la broncopneumonía. Dosis: al buey, de 2 a 5 ; al caballo, de 0,5 a 2 ; al carnero, a la cabra y al cerdo, de 0,1 a 0,2; al pcrro, de 0,01 a 0,05, y al gato, de 0,005 a 0,01. Do-sis del vino emético 'para los animalcs pequeños : gotas.

6. AzUFRES DORADO y 1\EGRO DE ANTIM0::-!10. Expectorantes en ]a bronquitis, el moquillo y la papera. Dosis: al caballo y al buey, de 1 O a 25 ; al carn e ro y a1 cerdo, de 1 a 2, y al perro, de 0,05 a 0,5.

7. AZUFRE· Cxpectorante antiguo, usado en los catarros crónicos.

Dosis, para el caballo, de 2 a 5.

8. CLORURO SÓDICO, BICARBONATO SÓDICO, SULFATO SÓDICO, SA!.ES DE

KAR.LSBAD. Alcalinos disolventes del moco, en el catarro bronquial y en las pneumonías catarral y crupal. Dosis: al buey, de 50 a 100;

al caballo, de 25 a 50; a1 carnera y a la cabra, de 2 a 5, y al pe-rro, de 1 a 2.

9. A~fs, HlNOJO, CO.\tl:--10, SAYAS DE ENEBRO y otros oleoso-etéreos.

Expecto ran tes excelentes en bronquitis ligeras. Dosis: al buey, de 25 a 50 ; al cab alio, de 1 O a 25. Dosis del licor amoniacal anisa do, para el perro y el gato : gotas.

10. ESENCIA l>E TREMENTINA, BR,EA, CREOSOTA, CREOLINA, SALSAMO DEL PERÚ, ALCt\NFOR, TREMENTINA. Expectorantes CXCitantes y, al mismo tiempo, antisépticos, indicados en bronquitis crónicas, bron-quiectasias y en la gangrena pulmonar. Dosis: al caballo y al buey, de 10 a 25; al perro, de 0,1 a 1.

11. RA!z v ¡uoo oe REGALfz, AZúCAR, JARABE. Expectorantes débi-lcs, cal mantes de la irritación y fluidificantes. Dosis: a discreción.

12. MoRFINA. Béquico (calmante de la tos) específica para el perr.o. Dosis, dc 0,01 a 0,05. Ocucralmente se asocia con acido prú-sico (agua dc almendras amargas). Dosis de la última : de 0,5 a 3, al perro. Todavía obra mejor la codeína (dosis triple que la de la morfina).

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115-• PUrmicos. los ptb micos, errinos o estornutatorios, intro-ducidos en la nariz, hacen resoplar o estomudar. Adcmas, exci-tan el sistema !lervioso. En otro tiempo se usaban en el parto, cuando las contracciones ~Jterinas eran poco enérgicas. Utiles en el síncope. Son el vinagre y los polvos de tabaco, pimieflta lleJtra,

115-• PUrmicos. los ptb micos, errinos o estornutatorios, intro-ducidos en la nariz, hacen resoplar o estomudar. Adcmas, exci-tan el sistema !lervioso. En otro tiempo se usaban en el parto, cuando las contracciones ~Jterinas eran poco enérgicas. Utiles en el síncope. Son el vinagre y los polvos de tabaco, pimieflta lleJtra,

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