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El tiempo de permanencia en los recursos residenciales

Respecto al tiempo de permanencia de estos jóvenes en los recursos residenciales, las entidades coinciden en que los jóvenes han ido alargando su estancia en los recursos residenciales debido a las dificultades de encontrar un trabajo con el que poder mantenerse económicamente y hacen referencia a que, cinco años atrás, los jóvenes encontraban un trabajo más fácilmente y se trabajaba su salida del recurso en ese momento. Actualmente, la media de permanencia de estos jóvenes en las entidades entrevistadas se sitúa en 1 año y 8 meses (1,67 años).

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Gráfico 23: Meses de permanencia por número de entidades

Como se puede observar en el gráfico anterior (Gráfico núm. 23), la mayor parte de las entidades (68%) manifiestan que sus jóvenes tienen una permanencia de entre 13 y 24 meses, siendo dentro de este grupo la franja de 13-18 meses la más elevada (36%). 5 entidades (20%) manifiesta que sus jóvenes como mucho alcanzan el año de permanencia y solamente 3 entidades (12%) dicen superar los dos años de permanencia con sus jóvenes; una de ellas, llegando hasta los 3 años. En vista de estos datos, los jóvenes que ingresan en un recurso residencial a los 18 años saldrán de él, como media, antes de los 20 y resulta más frecuente que se vayan antes de cumplir los 19 que superar su permanencia pasados los 20 años.

Sobre los factores que más influyen en que los jóvenes se mantengan en el recurso, según los educadores, encontramos los siguientes:

- Necesidad económica. El hecho de no disponer de ingresos regulares dificulta la búsqueda de un piso de alquiler y de poder mantenerse por sí mismos; de esta manera los jóvenes permanecen en los recursos residenciales con el objetivo de recibir prestaciones vinculadas a un trabajo educativo o bien prestaciones que no recibirían de regresar con la familia. La situación económica está estrechamente ligada con la situación

0 2 4 6 8 10

31-36 meses

25-30 meses

19-24 meses

13-18 meses

0-12 meses 20%

32%

8%

4%

36%

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laboral, dado que las ayudas que reciben, en la mayoría de los casos, no son suficientes como para garantizar una estabilidad económica.

- Falta de posibilidades laborales. Es otro de los factores que condiciona que los jóvenes permanezcan más tiempo en los recursos residenciales, pero siempre contemplándolo como un aspecto de estabilidad económica.

- Otros aspectos que destacar es tener un proyecto vital claro en el cual el joven sepa qué quiere conseguir con su estancia en el recurso y se mantenga hasta conseguir cumplir más o menos sus objetivos. Según las entidades, los jóvenes que no tienen un proyecto claro o pierden el sentido de su estancia en el recurso, acaban abandonándolo; ya sea por decisión propia o por decisión educativa.

- También se hace referencia al vínculo emocional que los jóvenes adquieren con el educador e incluso con el recurso, dándole al joven una sensación de protección y de acomodación que no es capaz de ver fuera;

aunque solo se menciona en casos donde la estancia del joven en el recurso es muy prolongada.

Sobre los factores que empujan a los jóvenes a salir del recurso, encontramos los siguientes:

- Predomina el factor económico, aunque en este caso se hace referencia a que no siempre el joven tiene que tener una estabilidad garantizada por el ámbito laboral. El hecho de recibir una prestación es suficiente, siempre y cuando el joven tenga habilidades para desenvolverse y una cierta madurez que le de seguridad en sí mismo. Esta seguridad, va asociada en ocasiones a la red social que tenga el joven en cuestión y a la familia.

Hombre, cuando los objetivos planteados están mínimamente conseguidos, que no quiere decir tener trabajo o un recurso económico, sino a nivel emocional, de saberse mover por cualquier red sanitaria o de formación, saberse mover como ciudadano, como cualquier ciudadano. (Entidad núm. 5)

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- Otro aspecto clave que se menciona respecto a la salida del recurso es las ganas que presentan los jóvenes de llevar a cabo su vida sin la necesidad de cumplir con unas normas impuestas y con una figura educativa que perciben como una privación de la libertad.

- Finalmente cabe destacar el papel atribuido a las chicas, sobre el cual se menciona principalmente a las relaciones de pareja como uno de los factores principales en el abandono del proyecto. En todo caso, algunas entidades hacen referencia a que las chicas necesitan menos tiempo para estar más preparadas para su salida y tienen una actitud más decidida y autónoma que les permite emanciparse antes que a los chicos y los motivos por los que permanecen más en los recursos, se deben a los itinerarios formativos y al hecho de ya ser madres, ya que cuentan con una mayor responsabilidad que les hace plantear este salto.

En las chicas les influye mucho, no sé si más que un tema familiar, un tema de pareja. A nosotros nos ha pasado, yo lo he visto, que muchas chicas se han ido a vivir con la pareja y tú te ponías las manos en la cabeza con un sentimiento paternalista brutal porque te hablaban de que querían ser madres con 19 o con 20 años y que “me quiero casar con este” y “quiero ser feliz con este”. Con las chicas sobretodo, quizá no tanto la familia porque con las chicas el tema de la familia ya lo han trabajado o la familia me da soporte o si no me lo dan, paso de ellos y ya está, con lo que comporta, pero bueno. El tema pareja sí, el tema pareja ha sido “bueno, me voy a vivir con tal”, “me voy a vivir con cual” y ”me voy a vivir con el otro”, y bueno, también lo entiendes porque es lo que toca pero claro, “abandonas todo un proceso de estudio tú que puedes llegar a la universidad si te da la gana y estás trabajando y todo tiene más o menos una estabilidad y una coherencia ¿quieres dejarlo todo por irte a Francia a vivir con esta persona?” –

“Sí”. (Entidad núm. 21)

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