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El marco institucional y el uso de agroquímicos en la producción de arroz irrigado en la República Dominicana

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Academic year: 2021

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producción de arroz irrigado en la República Dominicana

Marc Barzman, Brigido Peguero

To cite this version:

Marc Barzman, Brigido Peguero. El marco institucional y el uso de agroquímicos en la producción de arroz irrigado en la República Dominicana. Agricultura sostenible : políticas para la República Dominicana, Víctor Eddy Ruiz, 146 p., 1996, 84-89538-070. �hal-01189950�

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El marco institucional y el uso de agroquímicos en la producción de arroz irrigado en la República Dominicana.

M.S. Barzman & B. Peguero

Capitulo publicado in:

Agricultura Sostenible, Políticas para la República Dominicana, D. Perrot-Maitre, ed. Winrock International, 1996.

ISBN 84-89538-0707

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INDICE

AGRADECIMIENTOS 1

RESUMEN 1

ABSTRACT 2

INTRODUCCION 2

OBJETIVO 3

METODOLOGIA 4

LIMITACIONES DE LA INVESTIGACION 5

RESULTADOS Y ANALISIS 6

I. INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO TECNOLOGICO5 6

CEDIA 6

CRIN 6

Misión taiwanesa 7

Departamento de Fomento Arrocero 7

AGLIPO y el proyecto dominico-italiano 7

Investigación de los productores 8

II. FLUJO DE INFORMACIÓN AGRONOMICA 8

Capacitación de los agentes de extensión agrícola 9

Extensión agrícola 9

Empresas de agroquímicos. 10

INDRHI 10

Flujo de información "campesino-a-campesino". 10

III. SOSTENIBILIDAD AGRONOMICA 11

1. Uso de agroquímicos y falta de sostenibilidad. 11

2. Riego, nivelación y falta de sostenibilidad. 14

3. Crédito y uso de agroquímicos 14

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IV. SOSTENIBILIDAD ECONOMICA 16

1. Costo del capital. 17

A través del Banco Agrícola. 17

A través de factorías 20

A través de prestamistas particulares 20

A través de empresas de agroquímicos 21

2. Costo de los insumos 21

3. Otros costos 22

4. Ingreso 22

Comercialización 22

Precio del arroz 23

5. Gestión, engaño, y abuso de poder 24

V. CONCLUSIÓN 25

RECOMENDACIONES 26

REFERENCIAS 27

ANEXO 29

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"CARACTERIZACION DEL MARCO INSTITUCIONAL Y SU INFLUENCIA EN EL USO DE AGROQUIMICOS Y EN LA SOSTENIBILIDAD EN LA PRODUCCION DE

ARROZ IRRIGADO EN LA REPUBLICA DOMINICANA"

AGRADECIMIENTOS

Los autores agradecen a la fundación Winrock Internacional por haber financiado este proyecto, y al Centro para la Conservación y el Ecodesarrollo de la Bahía de Samaná y su Entorno (CEBSE) por su apoyo general. También, se agradece a los numerosos agricultores que nos dieron valiosa información, sin la cual este estudio no hubiera sido posible.

RESUMEN

Datos recogidos en entrevistas con pequeños productores de arroz, investigadores,

extensionistas, molineros, prestamistas, y vendedores de agroquímicos han permitido un análisis de los problemas en la producción arrocera en terminos de sostenibilidad agronómica y

económica. Se explica cómo y por qué agricultores de pocos recursos económicos siguen empleando un sistema de producción, que encima de contribuir a la contaminación ambiental, parece conducirlos cada vez más cerca del fracaso. Hay indicaciones de que el uso de

agroquímicos está contribuyendo a la reducción de la fertilidad de los suelos y a un aumento en plagas, malezas y enfermedades necesitando un aumento en el uso ya alto de los mismos

agroquímicos. Se puede echar una parte de la culpa a un servicio de extensión agrícola, actualmente deficiente, y a un sistema de crédito oficial que han diseminado un paquete

técnologico de alto uso de insumos establecido mayormente por las empresas de agroquímicos.

El alto costo del capital y de producción, la mala gestión de los productores y el

aprovechamiento de la misma, y los bajos precios a la venta están bajando la rentabilidad del arroz. Subvenciones gubernamentales están perpetuando este sistema básicamente no sostenible.

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ABSTRACT

Data collected through interviews with small rice producers, researchers, extension agents, rice mill employees, and agrochemical salespeople form the basis of a discussion of rice production problems in terms of agronomic and economic sustainability. The main questions addressed are how and why farmers with limited economic resources continue using production methods, which in addition to contributing to environmental pollution, seem to lead them ever closer to bankruptcy. There is evidence to suggest that agrochemical use is contributing to loss in soil fertility and to increasing pests, weeds, and diseases, which, in turn, require increases in the already high use of the same agrochemicals. Part of the blame is to be shared by an agricultural extension system , although presently deficient, and by a government credit system, both of which are disseminating a high-input-use technological package mainly defined by agrochemical corporations. High capital costs, poor management by the producers which is taken advantage of by others, and low prices for rice are reducing profitability. Government subsidies are

perpetuating this fundamentally non-sustainable system of production.

INTRODUCCION

El desarollo sostenible ha sido definido como un proceso económicamente viable,

ecológicamente sensato, socialmente justo, y culturalmente aceptable. Estos criterios, a primera vista sencillos y objetivos, son difíciles de medir en la actualidad y no especifican ni el plazo, ni el grupo social en que se deben medir las variables. Según el plazo y el grupo social

considerados, se puede llegar a conclusiones distintas. Con el propósito de llevar a cabo un estudio que sirva de base para una futura intervención de utilidad para un grupo de agricultores de los más necesitados, y que a la vez estén contribuyendo a la no-sostenibilidad ecologica, se decidió enfocar la presente investigación en los pequeños productores de arroz irrigado.

Como cultivo, el arroz, con 87,500 hectáreas, ocupa el primer lugar en área sembrada en la República Dominicana (SEA, 1995). El arroz es el cultivo alimenticio de mayor prioridad, debido a su primacía en la dieta diaria de los dominicanos, sobre todo en las capas sociales de

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más bajos ingresos, las cuales representan la gran mayoría de la población. Para mantener la paz social y asegurar la fidelidad electoral al partido en el gobierno, el mismo interviene en un alto nivel en este renglón.

La mayoría de los pequeños productores, los que tienen menos de 3.75 hectareas (60 tareas), son beneficiarios de la reforma agraria. En 1994, el sector reformado del arroz produjo el 60% de la producción nacional (SEA, 1995).

En el país, se consideran cinco zonas arroceras que son: Norcentral (Bonao) y Noreste (Nagua, Bajo Yuna-lado norte, y Limón del Yuna), Noroeste (Mao), Sur-suroeste, Central, y Este (Sabana de la Mar). La Norcentral produce el 22%, la Noreste 33%, la Noroeste 30%, y la demás zonas 15% de la producción nacional. La zona de Juma-Bonao, con varias instituciones gubernamentales arroceras, ha recibido mayor atención en cuanto al desarrollo técnologico.

Mao, por su clima, suelo y disponibilidad de riego, es una de las zonas más productivas. La zona de Nagua, recientemente ha sido un foco de atención de asistencia internacional, pero todavia tiene baja productividad. Las zonas del Bajo Yuna-lado norte y del Limón del Yuna, con suelos problemáticos, dificultades con riego y falta de asistencia técnica, se podrían considerar

marginales. La zona de Sabana de la Mar es potencialmente muy productiva, pero últimamente ha carecido de agua para el riego

OBJETIVO

El objetivo del proyecto es documentar el modo en que el marco institucional actual, en términos de flujo de información, costos de producción y de financiamiento, participación en mercadeo, y vínculos entre esos mismos, afecta la sostenibilidad agro-ecológica y económica de la

producción de arroz por pequeños productores.

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METODOLOGIA

Fecha y area investigada.

Este estudio se realizó entre el 1ro. de junio y 4 de septiembre de 1995. Entre el 1 junio y el 20 de agosto , se hicieron entrevistas en las regiones de Nagua, Mao, Bonao, Bajo Yuna (Arenoso, Las Coles, La Jagua), Limón del Yuna (Guaraguao), y Sabana de la Mar-Miches. Para conseguir una visión geográfica amplia dentro de cada región, se hizo un esfuerzo de entrevistar un

promedio de dos productores por paraje. Así, se logró hacer entrevistas en 54 parajes.

Modalidades de las entrevistas.

Para garantizar una muestra representativa de todos los pequeños productores (por ejemplo, incluir los productores exitosos tal como los no-exitosos), se buscaron productores dentro y en las afueras de los poblados y en zonas de producción ejemplares tal como en zonas marginales.

El criterio inicial en la selección del entrevistado era su disponibilidad en el momento en que se encontraba. Si el productor tenía más de tres años de experiencia en el cultivo de arroz, si tenía menos de tres años de no-sembrar arroz, y si estaba encargado del manejo del cultivo, era seleccionado.

Se entrevistaron formalmente, siguiendo un cuestionario, 85 agricultores. Se hizo un esfuerzo de hacer las entrevistas de forma individual, pero a veces el agricultor entrevistado estaba

acompañado de otros agricultores. En general, las entrevistas duraban de una hasta dos horas.

Para empezar, se trató de dar una mínima indicación del tipo de información que se buscaba, para no influir las respuestas, mencionando sin embargo, que somos de una organización no- gubernamental sin fines de lucro. Se empezó con el cuestionario, dejando el agricultor hablar sin influirlo. Después de acabar con el cuestionario, dependiendo de la propensión del agricultor a hablar, y de nuestra esperanza de que él tuviera más información relevante, se dejó libre curso a la conversación.

También se hizo conversaciones de cinco minutos hasta dos horas con 59 productores de arroz y 39 no productores(imformantes claves), con los cuales no se siguió el cuestionario. La

información recogida a través de estas entrevistas informales no fue cuantificada. Sin embargo,

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esta información era frecuentemente idéntica a otras conseguidas previamente en el mismo lugar, y sirvió para legitimar las mismas.

A parte de los productores, se entrevistaron 19 empleados de varios niveles: prestamistas, extensionistas agrícolas, oficiales de la SEA, del IAD, y de personas involucradas en AGLIPO y el proyecto dominico-italiano del Pozo de Nagua. De tal manera, que en total 202 personas nos suministraron información directa.

Contenido de los cuestionarios.

A los productores, se les hicieron preguntas acerca de su percepción de los mayores problemas, la rentabilidad de la producción, los costos de producción y de crédito, el acceso a mercados y el flujo de información agrícola, así como sobre el uso de agroquímicos, variedades que cultivan, conocimiento sobre agricultura biológica, etc...

A los no-productores, se les hicieron preguntas acerca del funcionamiento de las instituciones a las cuales pertenecen y de su influencia entre los pequeños productores de arroz; también sobre otras informaciones relevantes.

LIMITACIONES DE LA INVESTIGACION

El enfoque en los pequeños productores, los cuales son en mayoría del sector reformado impide hacer un análisis del efecto de la tenencia de tierra en la sostenibilidad y excluye información acerca de los grandes productores.

A pesar de ser un factor que influye mucho en la rentabilidad del arroz, no se pudo recoger datos sustanciales acerca de los problemas de abuso de poder y de corrupción.

Por el gran número de variables que inciden en el rendimiento, no se pudo hacer un análisis del efecto de técnicas agrícolas en este parámetro.

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Por la complejidad de los préstamos no provenientes del Banco Agrícola (plazos variables por ejemplo), no se pudo sacar el costo de financiamiento exacto para productores con tales préstamos.

El papel de bancos privados en el financiamiento de la producción arrocera es importante sólamente para los grandes productores, y no fue averiguado.

Ninguna investigación se hizo en la zona de San Juan, la cual es una zona arrocera de menor importancia, pero que podría ser interesante por ser bastante aislada de las grandes zonas arroceras.

RESULTADOS Y ANALISIS

I. INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO TECNOLOGICO CEDIA.

El Centro de Investigación Arrocera (CEDIA), dependiente de la SEA, está encargado de llevar a cabo la investigación necesaria en el desarrollo de técnicas innovadoras. En la práctica, debido a la falta de recursos oficiales para investigación, es el sector privado quien determina la

programación del CEDIA. La investigación del CEDIA comprende básicamente ensayos midiendo la eficacia de varios productos agroquímicos, y es financiada, a un alto costo, por las varias empresas comerciales cuyos productos están representados en los ensayos. Resulta que el CEDIA funciona como un centro de parcelas demostrativas para empresas comerciales

subsidiadas por el Gobierno dominicano.

CRIN

La Red de Mejoramiento de Arroz para el Caribe (Caribbean Rice Improvement Network, CRIN), a la cual pertenece el CEDIA, fomenta actividades internacionales para intercambio de información y desarrollo de proyectos. Parece ser la única fuente potencial de información acerca de métodos agrícolas alternativos. Hicieron algunas charlas acerca de manejo integrado

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de plagas y malezas en el Limón del Yuna. Sin embargo, no encontramos en ningún lugar indicaciónes de su influencia.

Misión taiwanesa

La misión técnica taiwanesa en Juma-Bonao ha sido importante en la creación del CEDIA en 1962. Fué una institución clave en la adopción de nueva técnologia y en el desarrollo de las variedades Juma 57 y Juma 58. Hoy día, su influencia es muy reducida.

Departamento de Fomento Arrocero

El Departamento de Fomento Arrocero de la Secretaria de Estado de Agricultura (Fomento) está encargado de la difusión de material educativo, la recolección de datos de producción y

comercialización, y el fomento de nueva técnologia. Su estrategia para el fomento técnologico es de invertir en una "zona de desarollo intensivo" para servir de modelo técnologico. El énfasis actual de Fomento es en la nivelación radio láser.

AGLIPO y el proyecto dominico-italiano

El proyecto Aguacate, Limon y El Pozo (AGLIPO) es una iniciativa dominico-japonesa (INDRHI-JIICA) para desarollar la infraestructura arrocera en la zona de El Pozo de Nagua.

Según un funcionario del consorcio de El Pozo, AGLIPO ya ha preparado tierra, canales y vías en 80-100 mil tareas, de las cuales están en producción unas 65 mil tareas.

En cambio, el proyecto Dominico-italiano es el encargado de procesar arroz, clasificar semillas, y tiene por finalidad preparar alimentos de niños (compota) a base de arroz, en el futuro. Este proyecto ha sido clave en la creación de 21 cooperativas agrupadas en el Consorcio Arrocero El Pozo. La creación del consorcio ha significado la inversión de sumas milionarias en

infraestructura y maquinarias que estan infuncionales. Los productores deberían ser los beneficiarios principales y los reales dirigentes de las cooperativas. Pero eso sólo es en teoría, según nos afirmaron socios entrevistados y nos ratificó un funcionario del propio consorcio. En el sector reformado de esta zona todos los parceleros tienen que pertenecer a una cooperativa específica según la ubicación de su parcela en las áreas de riego definidas por el INDRHI, de lo contrario no tienen acceso al crédito oficial. Los agricultores consideran la organización como

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una imposición, se quejan de que no hay igualdad entre los socios de base y los directivos en el acceso a varios recursos, y dicen que faltan informes sobre uso de fondos. En general, piensan que los directivos defienden más los intereses del Banco y de las factorías que los de los socios.

Investigación de los productores

Los productores frecuentemente no tienen conciencia de que sus ensayos con técnicas cuyos oíigenes no provienen de fuentes oficiales puedan ser considerados investigaciones legítimas.

Cuando se habla de la necesidad de desarrollar alternativas, el agricultor típicamente toma una actitud pasiva destacando la necesidad de ser asistido en esa meta. No obstante esa actitud, se encuentran productores haciendo ensayos con métodos no aprobados por el Banco Agrícola para solucionar sus problemas. Por ejemplo, en la región de Mao, muchos pequeños agricultores están probando la factibilidad del retoño como medida para reducir el costo de producción. En el Bajo Yuna, algunos agricultores están sembrando Prosequisa 4, una nueva variedad de porte alto, que podría necesitar menos insumos y dar buen rendimiento en hasta dos o más retoños.

Encontramos un agricultor de origen japonés quién desarolló, entre una serie de innovaciones, un método de rotación con soya como abono verde. En Sabana de la Mar, confrontado con la ausencia de crédito para sembrar, juntamente con una sequía de dos años, un grupo de

parceleros estaba cuidando un arroz resultante de la germinación espontánea de semillas botadas en la recolección previa. (ver un listado de tales técnicas encontradas en el anexo).

II. FLUJO DE INFORMACIÓN AGRONOMICA

En un estudio realizado en 1981-85 del flujo de información desde instituciones gubernamentales hacia el agricultor en la Republica Dominicana, Doorman (1991) destacó la falta de

comunicación entre investigación, extensión y productores. Datos más recientes (USAID 1992, p114, 116) indican que mediante una reducción de la inversión pública en este sector, el sistema de extensión agrícola está empeorándose. El presente empeoramiento fue confirmado por varios productores y técnicos. Nuestra investigación confirma la falta de extensión agricola y también añade una caracterización del servicio de extensión existente.

Capacitación de los agentes de extensión agrícola

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El Centro Nacional de Capacitación Arrocera (CENACA) en conjunto con el CEDIA y Fomento establece los lineamientos técnicos de la SEA en cuanto al manejo del arroz, resultando en un paquete tecnológico. Es interesante anotar que el termino "paquete tecnológico", lo cual connota una falta de flexibilidad en los lineamientos del servicio de extensión, es empleado por las mismas instituciones de la SEA (Soto y Rivas 1989). El paquete tecnológico no incluye ninguna práctica del tipo sostenible u orgánica, puesto que, a parte de CRIN, no existen canales de

información para fomentar el uso de dichas prácticas. Los lineamientos de la SEA resultan de consultas con algunas de las doce empresas de agroquímicos, que, una vez al año, dan charlas en CENACA, exponiendo sus conocimientos técnicos con la meta de lograr más influencia en la determinación de los lineamientos. Luego, CENACA divulga esos lineamientos en todo el país mediante charlas, días de campo y cursos de capacitación a técnicos agricolas. A veces las charlas, son iniciadas y realizadas por las mismas empresas de agroquímicos (Féliz 1995).

Extensión agrícola

El Banco Agrícola tiene la más extensa red de supuesto servicio de extensión agrícola. Sin embargo, sus recursos humanos son insuficientes para influir a todos los clientes del Banco. Los técnicos de la SEA y del IAD son aún menos numerosos y tienen menos recursos. El 69% de los entrevistados (n=78) dijo no recibir ninguna asistencia técnica. Acerca de las visitas del perito del Banco Agrícola a las parcelas, la mayoria dice que su propósito es de verificar las

modalidades de inversión y de recuperación del préstamo, más que para dar asistencia técnica.

Funcionarios regionales del Banco Agrícola también admitieron que el perito es básicamente un supervisor de crédito.

A parte de la falta de recursos y de la influencia preponderante de las empresas de agroquímicos, es preciso destacar que las recomendaciones de los técnicos de las tres instituciones

gubernamentales fueron desarrolladas tomando en la mente las condiciones agro-ecológicas de la region de Juma-Bonao, y en consecuencia no son apropiadas para muchas otras zonas del país.

Por ejemplo, la coordinadora del servicio de extensión designada por la SEA al consorcio arrocero del Pozo de Nagua se quejó de que, a parte de las recomendaciones usuales de Juma- Bonao, no había lineamientos para la fertilizición de los suelos cenagosos de la región del Pozo de Nagua. Resulta que los extensionistas recomiendan adición de nitrógeno en suelos que, a lo

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mejor, ya contienen altas tasas del mismo nutriente. Además, hay poco esfuerzo por adaptar las recomendaciones de Juma-Bonao a las condiciones locales. Un técnico del Banco Agrícola de la zona del Bajo Yuna convino en que el análisis de suelo era sumamente importante y que en ninguna parcela había sido hecho. Sabiendo que el análisis de suelo por vía comercial es muy barato relativo al costo de otros items en la producción arrocera (Ferquido cobra RD$150 para una muestra), es difícil entender por qué no lo hace ni el Banco Agricola ni la SEA.

Empresas de agroquímicos.

Algunos productores dijeron recibir visitas de técnicos de empresas de agroquímicos. Las empresas también divulgan su propaganda y recomendaciones en el diálogo que tiene lugar entre el cliente y el vendedor en la tienda. Otra influencia de las empresas se logra a través de parcelas demostrativas que manejan.

INDRHI

El Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI) está encargado del desarollo y

mantenimiento del sistema de riego. Muchos parceleros se quejaron de que el INDRHI, a pesar de cobrar el agua, no da ninguna asistencia ni cumple con su papel, teniendo los agricultores que juntarse y construir y/o mantener las obras de riego. Tales son los casos de Las Cañitas en Sabana de la Mar, donde han construído canales por sí mismos. Y eso mismo están haciendo en Las Cejas, también de Sabana de la Mar, donde en la actualidad están rehabilitando un canal y construyendo otro para tirar agua de un arroyo a otro, ya que llevan varios años que no pueden sembrar con el sistema de riego actual.

Flujo de información "campesino-a-campesino".

Es difícil medir la intensidad de la comunicación informal y directa de un productor a otro. Sin embargo, esta forma de conseguir información fue mencionada varias veces como una fuente principal de información. En el Bajo Yuna, encontramos un grupo de agricultores que estaba esperando los resultados de un vecino que sembró Prosequisa 4 para ellos decidir si adoptan esta variedad.

III. SOSTENIBILIDAD AGRONOMICA

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1. Uso de agroquímicos y falta de sostenibilidad.

Tomando en cuenta criterios exlusivamente agronómicos, la encuesta revela que el bienestar futuro de la producción arrocera está en peligro. Hay casi unanimidad entre los agricultores consultados en el sentido de que, con o sin cambio de variedad, hubo en los últimos diez años un aumento constante de casi todos los agroquímicos y que esta tendencia sigue actualmente.

Conjuntamente con el aumento en el uso de insumos, los agricultores detectaron una pérdida de la fertilidad del suelo, y aumentos en las poblaciones y especies de plagas, malezas y patógenos.

La presencia de resistencia de insectos y malezas a los agroquímicos parece ubicua, ya que muchos agricultores tienen una familiaridad con este fenómeno.

El 93.5% de los entrevistados (n=77) dice haber aumentado la dosis de abonos químicos en los 10 últimos años, y varios también mencionan que siguen aumentando cada año. El número promedio de aplicaciones de abono es 3.0 aplicaciones (n=81), con muy poca variación. El número promedio de aplicaciones de abono foliar varía de 1.6 aplicaciones en Mao (n=7) hasta 0.2 aplicaciones en Sabana de la Mar (n=15). El 75% (n=73) piensa que se necesita siempre más abono para compensar la pérdida de fertilidad del suelo ("la tierra se cansa"), muchos consideran el aumento en el uso de abono como una respuesta a la degeneración en la calidad del mismo.

Sin embargo, hay factores, a parte del uso de abonos químicos, que inciden en el cambio del suelo e impiden descubrir los efectos de los abonos. Por ejemplo, los suelos que recibieron una nivelación radio láser o un drenaje en zona cenagosa, cambiaron drásticamente, borrando cualquier efecto de los abonos.

El 85% (n=82) se entera de un aumento en el uso de insecticida o fungicida (veneno). El número promedio de aplicaciones de insecticida en los seis meses de la cosecha varia de 3.1 aplicaciones en Sabana de la Mar (n=14) hasta 5.1 aplicaciones en el Bajo Yuna (n=9). Las metas principales de esas aplicaciones son Spodoptera frugiperda (gusano), Hidrellia griseola (mosquita),

Sogatodes oryzicola (mosquita), Lissorhoptrus oryzophilus (picudo), Oebalus ypsolongriseus y Nezara spp. (hiedevivo) y nemátodos (lombrices). Los insecticidas más empleados son

monocrotofos (Nuvacron, Azodrin), metamidofos (Monitor, Tamaron, MTD), lambda cihaloetrina (Karate), deltametrina (Decis) y carbofuran (Furadan). Tal como sucede con los abonos, muchos piensan que los productos han degenerado. Sin embargo, es sorprendente el

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gran número de productores que se ha enterado del fenómeno de resistencia de los insectos a los insecticidas. Varios ya tienen la costumbre de hacer una rotación de los productos aplicados para reducir la resistencia. A pesar del aumento en el uso de insecticida (o bien a causa del mismo), el 90% (n=77) nos avisó que hubo un aumento en las poblaciones de plagas y/o que nuevas espécies se volvieron plagas.

El número promedio de aplicaciones de fungicida en los seis meses de la cosecha varia mucho, desde 0.5 aplicaciones en Sabana de la Mar (n=10) hasta 2.2 aplicaciones en Mao (n=11). Para economisar en mano de obra, los fungicidas se aplican casi siempre mezclados con otros plaguicidas. Como la mayoria de las aplicaciones se hacen de manera preventiva, y los

productores tienen dificultad en describir las enfermedades metas, no fue posible identificarlas.

Las enfermedades principales son Pyricularia oryzae, Rhizoctonia solani, hoja blanca del arroz.

El 81% (n=74) dice tener mas enfermedades que hace diez años.

El 76% dice usar más herbicidas (liquidos para la hierba). El número promedio de aplicaciones de herbicidas en la parcela en los seis meses de la cosecha varia de 1.3 aplicaciones en Mao (n=11) hasta 3.1 aplicaciones en Nagua (n=12). En los muros, el número promedio de

aplicaciones de herbicidas varia de 0.8 aplicaciones en el Bajo Yuna(n=9) hasta 1.2 aplicaciones en Nagua (n=13). Se aplica herbicida también en los canales de riego y drenaje. Las metas principales de las aplicaciones en las parcelas son Echinochloa crus-galli (tumba crédito, quita parcela, semilla de Maria), E. colona (pie gallo), Hetenanthera reniformis (patico), Ischaemum rugosum (popa, popo), Cyperus rotondus (coquillo, coquito), Fimbrystilis spp. (pelo de mico) y Aeschynomene sp. (tamarindillo). Los herbicidas más empleados son 2,4-D, propanil (Stam) y Furore. En los muros, paraquat y glyfosato son los más comunes. Paraquat es popular donde se hace siembra directa sin arar o donde se ara con un motocultor de poco capacidad. El 85% de los entrevistados (n=59) nos avisó que hubo un aumento en las poblaciones de malezas y que nuevas especies se volvieron malezas en los diez últimos años. Hay que anotar que el aumento en el número de aplicaciones, y el cambio hacia nuevos herbicidas y mezclas no resultaron en una notable reducción en el deshierbo manual. Por ejemplo, a pesar de las 2.0 aplicaciónes de mezclas de herbicidas (n=79) (promedio de todas las zonas estudiadas), encontramos un

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promedio de 2.0 limpiezas manuales (n=76), las cuales, muchas veces, involucran una gran inversión de labor (cuestan como promedio 14.0% del costo de producción).

A los plaguicidas arriba mencionados, hay que añadir las frecuentes aplicaciones de raticidas (Warfarina o Racumin), el uso ubicuo en la región de Bonao del trifenil acetato de estaño (Brestan) contra un caracol, y el uso de granos envenenados con monocrotofos contra aves.

Una parte significativa de los agroquímicos no contribuye directamente al incremento del rendimiento. Por ejemplo, se estima que en arroz irrigado, el 90% de los abonos químicos aplicados son asimilados por las malezas o se pierden en el ambiente, y no son utilizados por las plantas de arroz (Reijntjes et al 1992). Se ha medido que, en general, el 99% de los plaguicidas no alcanza su meta, yendo a parar a donde no se desea (Abraham 1991). En esta investigación, productores y técnicos nos dijeron que los abonos foliares se aplican en mezclas con plaguicidas para compensar los daños a las plantas de arroz causados por dichos plaguicidas. Aquí, se puede notar el efecto "en cadena" de los agroquímicos, o sea la situación en que el uso de agroquímicos fomenta el uso adicional de agroquímicos. Por ejemplo, es bien conocido, y muchos productores lo confirmaron, que los abonos químicos favorecen las malezas, lo cual obliga al productor a aplicar más herbicida poco tiempo después de la aplicación del abono. El abono puede también contribuir a aumentar los números de insectos. Se ha determinado que un aumento en nitrógeno o fósforo se acompaña de un aumento en la incidencia de S. frugiperda (gusano) (Pantoja et al 1991), lo que fomenta el uso de más insecticida. También, es bien conocido de los entomólogos, pero no de los productores entrevistados, que los insecticidas, eliminando depredadores y

parasitoides, crean nuevas plagas o aumentan los numeros de plagas existentes, forzando a hacer aplicaciones adicionales. En este sentido es preciso notar el uso ubicuo de insecticidas de

espectro amplio tal como monocrotofos (Nuvacron, Azodrin) y metamidofos (Monitor, Tamaron, MTD), los cuales eliminan la fauna beneficiosa arriba del suelo, y de carbofuran (Furadan), el cual elimina toda la fauna y microfauna que reside debajo de la superficie del suelo.

2. Riego, nivelación y falta de sostenibilidad.

A parte de la pérdida de sostenibilidad debido al uso de plaguicidas, hay otros problemas

también amenazando el futuro del cultivo del arroz que merecen ser mencionados. Donde ya hay

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un sistema de riego establecido, la falta de mantenimiento y la sedimentación estan tapando canales de riego y de drenaje, impidiendo el riego de la parcela e incrementando el nivel de salinidad en el suelo. La degradación de los canales de riego la encontramos en todas partes, y la salinización la encontramos en la zona de Mao.

La nivelación, considerada por el Departamento de Fomento Arrocero como un elemento imprescindible para duplicar el rendimiento, ha sido, sin embargo, un grave problema para muchos productores. En El LLano de Jayaco (Bonao) y en Mao encontramos conjuntos de parcelas donde la nivelación dañó seriamenteel terreno. La nivelación se hizo sin separar antes la capa vegetal, por lo que la misma quedó sepultada. En un caso, sabemos que la parcela, encima de perder su capa vegetal, se encuentra ahora menos llana que antes de la nivelación. En estos casos, los rendimientos se han reducido drásticamente y no se superarán hasta dentro de tres años. La nivelacíon, financiada por el Banco Agrícola, tiene que ser pagada por el

agricultor. Relacionado a la nivelación, es el hecho de que, mientras esperan a veces por años una nivelación programada por el Banco Agrícola, los "beneficiarios" de aquella nivelación no reciben préstamos.

3. Crédito y uso de agroquímicos

El crédito del Banco Agrícola fomenta el alto uso de agroquímicos. El agente de extensión del Banco Agrícola está encargado de verificar la aplicación del plan de inversión, lo cual no es menos que el paquete técnologico de CENACA/CEDIA/Fomento (SEA). El plan de inversión, con tres abonadas, 2 aplicaciones de abono foliar, 5 aplicaciones de insecticidas, 2 aplicaciones de fungicidas, 1 aplicación de 3 herbicicidas en la parcela, y 2 aplicaciones de herbicicida en los muros, receta un alto uso de agroquímicos. Sin embargo, debido a la escasa presencia del agente de extensión, el productor tiene mucha libertad en su uso de agroquímicos. Así es que es posible para el productor vender bien sea la carta-orden o insumos comprados con el prestamo del Banco, a fin de conseguir efectivo.

Más significativo en el fomento del alto uso de agroquímicos, es el requisito del Banco Agrícola de sembrar las variedades Juma 57 o ISA 40. Estas variedades según expertos y según la

mayoria de los agricultores entrevistados requieren un aporte significativamente más importante

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de insumos que las variedades más tradicionales de porte alto. Las variedades altas, entre varios beneficios, crecen por encima de muchas malezas lo que les confiere ventajas en la competencia por la luz, el espacio y los nutrientes. Así, segun los agricultores, la variedad tradicional Inglés, popular antes de la introducción de las variedades de porte bajo, se cultivaba sin ninguna

abonada, ningun herbicida y fungicida y entre cero y una aplicación de insecticida.

La mayoria de las factorías prestamistas no dan asistencia técnica, así no hay vínculo directo entre estas y el uso de agroquímicos. Una notable excepción es una factoría en Mao que obliga el prestatario a seguir el manejo de cultivo de la factoría y utilizar los servicios e insumos de la misma. En este caso, el agricultor se vuelve un espectador pasivo. Tal como sucede con el Banco Agrícola, las factorías requieren la siembra de las variedades Juma 57 e ISA 40 para aprobar el préstamo.

Obviamente, el crédito que ofrecen las empresas de agroquímicos para la compra de insumos contribuye a aumentar el uso de los mismos. Comunmente, la casa comercial cancela el interés al recibir el pago de los insumos en efectivo dentro de 1-2 meses.

Los préstamos provenientes de prestamistas particulares no estan ligados a ningún requisito en el cultivo, así no tienen ningún vínculo obvio con el uso de agroquímicos.

Visto que, en la mayoria de los casos de productores que no cogen préstamos, el uso de

agroquímicos es parecido a lo de los que cogen préstamos, no se puede considerar el sistema de crédito como único factor responsable del alto uso de agroquímicos. Vista la escasez de la asistencia técnica actual, esta misma tampoco puede ser considerada suficiente para explicar el nivél de uso de agroquímicos. Quizás, seria importante tomar en cuenta factores historicos para explicar la uniformidad en las prácticas agronómicas en el cultivo del arroz irrigado. Se sabe por ejemplo, que la asistencia técnica y el crédito del Banco Agrícola eran más eficientes en años atrás. Puede ser que los productores se hayan acostumbrado a prácticas agronómicas adoptadas cuando la influencia de las instituciones oficiales era mayor. Esta costumbre, en conjunto con la falta de alternativas, y el efecto "en cadena" de los agroquímicos, podria explicar la continuación de dichas prácticas, a pesar de la actual disminuida influencia de parte de quienes las iniciaron.

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IV. SOSTENIBILIDAD ECONOMICA

La producción de arroz en la República Dominicana, aun por pequeños productores tiene varios aspectos empresariales. En el sector reformado, la vivienda está generalmente muy lejos de la parcela, la cual, en su aspecto general no tiene ninguna similitud con el conuco dominicano tradicional. La producción arrocera es muy especializada, la mayoría de los productores encontrados no sembraban ningún otro cultivo a parte del arroz. Hemos encontrado parceleros de la reforma agraria que, a pesar de no tener ningun capital propio, manejan sus cultivos como administradores, aportando a sus parcelas, a veces, ninguna mano de obra propia. Este

compartamiento, en que la totalidad de la mano de obra, de los servicios mecanicos y de los insumos son comprados, hace de la producción del arroz una actividad económica de alta inversión de capital. En tal modo de producción, el pequeño productor consigue el capital requerido a crédito, lo cual aún aumenta el costo de producción. Mientras los ingresos siguen siendo superiores a los costos de producción y el crédito sigue estando disponible, el sistema se puede considerar economicamente viable. Sin embargo, hay indicaciones de que muchos pequeños productores reciben ingresos inferiores a los costos de producción y que el crédito no es tan disponible como se pudiera creer, basándose en las estadisticas oficiales.

Como indicadores generales de la falta de sostenibilidad de este sistema de producción para pequeños productores, se puede presentar las respuestas a algunas de nuestras preguntas en la encuesta. A la pregunta "cuáles son los problemas mayores que enfrenta el productor de arroz?", el 82% contestó problemas con el crédito, el 55% contestó el alto costo de producción

destacando el alto precio de insumos, y el 51% contestó el bajo precio del arroz, como una de las tres primeras respuestas dadas (n=82 entrevistados). Es interesante notar que esas tres respuestas son todas de ordén económico, los problemas puramente agronómicos tomando un lugar

secundario. Más indicativo del deterioro en la rentabilidad del arroz, es que, a la pregunta "el arroz permite vivir mejor, peor o igual que hace diez años?", el 78% (n total=73) contestó que vive peor ahora, comprando por ejemplo menos comida, articulos para el hogar, ropa, etc.

Evidencia de falta de sostenibilidad económica para los más pequeños productores se encuentra también en el Plan Operativo de la SEA (1994), donde se menciona que después de una

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producción record en 1992, hubo una disminución de 18.6% de la superficie cosechada en el año siguiente, debido a la salida de los más pequeños productores. Además de indicar la

desaparación progresiva de los pequeños productores, esto demuestra que un aumento en la producción, lo cual permite cumplir con una de las metas agricolas del gobierno, no se acompaña con una alza en la viabilidad económica de todos los sectores. En nuestra investigación, oímos de varios casos de parceleros vendiendo o arrendando sus parcelas como consecuencia de un fracaso económico.

A los costos de producción y del capital ya inicialmente altos y a los ingresos ya basicamente bajos, se añade una mala gestión de la parte del productor asociada a un comportamiento aprovechador de la parte de los individuales más arriba en la cadena de producción. Estos problemas resultan en el traslado de una parte de la ganancia del agricultor hacia la agencia prestadora, la factoría, la tienda de insumos, etc.

1. Costo del capital.

A través del Banco Agrícola.

Es interesante anotar que, tal como sucede con el uso de agroquímicos, se ha desarrollado una costumbre o dependencia en el crédito del Banco Agrícola. De tal manera que, cuando

desaparece el crédito del Banco Agrícola, muchos productores dejan completamente de sembrar.

Esto ha sucedido en Agropampa (région de Nagua), donde, a pesar de tener tierras muy fértiles, la mayoria de los agricultores tenian tres años de no sembrar por no recibir crédito del Banco Agrícola.

El Banco Agrícola, con préstamos a 1.5% de interés mensual para parceleros de la Reforma Agraria, y a 2% para productores privados, ofrece las tasas de intereses más favorables. En general, los productores esperan vender su arroz y reembolsar el préstamo seis meses después de cogerlo, lo que da un 9% del préstamo como costo de financiamiento. Sin embargo, muchos otros factores, a parte de la tasa de interés, ligados al crédito del Banco Agrícola, alzan

significativamente el costo real del préstamo. Si a los 9% se suman el costo del seguro agrícola y la diferencia de precio entre los insumos comprados al contado y con carta-orden, se obtiene

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27.6% (4.6% mensual) como un aproximación minima al costo de financiamiento del Banco Agrícola. Hay varios otros costos que son más difíciles de evaluar.

Modalidad de desembolso.

El desembolso de efectivo, bien sea por falta de capital o por otras razones, se hace

frecuentamente con retraso y en pequeñas sumas. Este es uno de los problemas más graves, ya que el arroz es un cultivo exigente y que requiere la inversión de recursos en el momento preciso.

Numerosos son los agricultores que tienen que hacer muchos viajes hasta el Banco y esperar todo el día con la esperanza de conseguir efectivo. Mientras el agricultor espera su desembolso para pagar un servicio agrícola, tal como un deshierbo manual, su cultivo crece sin recibir el servicio que necesita, cuyo resultado es una baja en el rendimiento. Encima de este costo, se debe sumar el costo de los viajes y de la espera, la cual representa una perdida, pués la espera impide al productor hacer otra actividad más productiva. Para no perder su cosecha, el agricultor muchas veces acude a un prestamista individual, lo cual le resulta caro (ver sección prestamista particular), añadiendo otra deuda encima de la deuda con el Banco.

Carta-orden

La compra de los insumos se hace mediante el uso de una carta-orden emitida por el Banco. El precio de insumos comprados con carta orden oscila entre 20-25%, y puede alcanzar hasta un 200% por encima del precio del mismo insumo comprado en efectivo. Otro problema con la carta-orden es que a veces ninguna casa comercial quiere recibirla, alegando que no saben cuándo van a conseguir el dinero.

Seguro agrícola

Otro costo importante relacionado con los préstamos del Banco Agrícola es el pago del seguro agrícola, Aseguradora Dominicana Agropecuaria, C. por A. (ADACA). En el 79% de los entrevistados que tienen préstamos del Banco Agrícola (n=57), el pago de este seguro es un requisito para la aprobación del préstamo. ADACA cuesta RD$100.00 por tarea, representando 7% del préstamo, y sólo garantiza la inversión del Banco Agrícola, no la cosecha. Sólo cubre daños por terremotos, inundaciones y ciclones. No cubre daños por sequía, una de las más frecuentes causas de reducción de rendimiento en el cultivo de arroz. Como ADACA raramente

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ha cumplido con su propósito, los agricultores lo perciben como un gasto obligado sin ninguna ventaja que eleva bastante el costo de producción, y por eso tienen años pidiendo su eliminación.

Un dicho popular de los parceleros es "ADACA atraca". A primera vista, puede parecer

contrario a los intereses del Banco Agrícola el mantenimiento de un servicio de seguro que casí nunca paga las inversiones perdidas. Sin embargo, el Banco Agrícola tiene mucho interés en mantener ADACA, puesto que ADACA es no menos que una extensión del mismo banco,

aportándole una ganancia notable. Y, en cuanto a las inversiones del Banco Agrícola, que no son pagadas por los productores, a veces el presidente las condona por razones políticas, según nos dijerón oficiales regionales del Banco Agrícola.

Pago de agua

El pago del agua cuesta representa 1% del préstamo (n=34). Hay zonas donde los agricultores consideran que el servicio del INDRHI es deficiente y hasta inexistente. Sin embargo, todos los que logran conseguir un préstamo del Banco tienen que pagar el agua. Así, los agricultores perciben el pago de agua al INDRHI por medio del Banco Agrícola como un gasto relacionado al préstamo.

Préstamos colectivos

Frecuentemente, los parceleros de la Reforma Agraria sólo reciben préstamos colectivos o asociativos. La cooperativa, federación, o asociación hace la solicitud de un crédito global y luego lo distribuye entre los parceleros. De esta forma, la cooperativa, federación, o asociación tiene que garantizar el retorno del dinero. Principalmente los productores privados o parceleros en zonas excepcionales como Sabana de la Mar son quienes tienen derecho a crédito individual.

Un ejemplo es el caso de la zona de Nagua, donde, de 3,200 productores recibiendo préstamos del Banco, sólo 47 reciben préstamos individuales. Así, el papel principal de las actuales agrupaciones de productores es el manejo del crédito. Muchos socios de base consideran su agrupación como una obligación o imposición. En varias zonas las grandes asociaciones no han funcionado bien, por lo que el propio Banco Agrícola ha propiciado la proliferación de pequeñas asociaciones de hasta 4 miembros, como sucede en el Bajo Yuna y en Agropampa (Nagua).

Pero hay que decir que aun así, las asociaciones no son garantía de que la totalidad del préstamo colectivo solicitado sea aprobado.

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A través de factorías

Entre las factorías que financian la cosecha o parte de la misma, se encuentran las privadas y las de federaciones de asociaciones de parceleros, de juntas o cooperativas. Esas tres últimas teoricamente pertenecen a los parceleros, peró son muy vinculadas al Banco Agrícola. Algunas factorías financian cosecha desde la siembra hasta la recolección, y otras financian solamente una parte de la cosecha, generalmente la recolección. Algunas sólo financian insumos y no entregan efectivo.

El interés que cobran las factorías es de 5% mensual como promedio (n=9). En esto no hay diferencias significativas entre las factorías privadas y las federaciones. En la mayoria de los casos, los préstamos de las factorías se deben pagar en arroz en cáscara, elimando la posibilidad para el productor de vender el arroz pulido y/o de venderlo a otro comprador a mejor precio. Las factorías consideran que financian, y que no son prestamistas, lo que les da el derecho de exigir que se les pague con arroz.

A través de prestamistas particulares

La tasa de interés que ofrecen los prestamistas particulares, de 12% mensual como promedio (n=21), presentandose casos de hasta 40% mensual, es mucho más alta que la del Banco Agrícola. Sin embargo, al menos 36% de los entrevistados (n=69) acuden a los prestamistas particulares, ya que de esta forma reciben el efectivo sin aplazamiento, en un solo desembolso y no tienen los problemas ligados a los préstamos del Banco Agrícola, como la carta orden, los trámites y ADACA. Por lo general, en la práctica, el parcelero no elige entre el Banco Agrícola y el prestamista particular, sino que combina los dos. Eso sucede frecuentemante en la última fase del ciclo del cultivo, cuando ya se ha invertido muchos recursos en el cultivo, y se necesita una operación costosa y urgente como el deshierbo manual. En tal situación, el agricultor que tiene crédito aprobado por el Banco Agrícola llega a un punto en que no puede esperar más tiempo un desembolso hipotético y entonces acude al prestamista particular, añadiendo a la deuda con el Banco Agrícola otra deuda con el prestamista. En general, la deuda se paga en efectivo. Sin embargo, encontramos un productor que pagaba su deuda al prestamista

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vendiéndole su arroz a un precio establecido al coger el préstamo (venta a la flor, o pignoración) de 60% por debajo del precio del mercado.

A través de empresas de agroquímicos.

Es común para las tiendas de agroquímicos vender sus productos a crédito a un 5% mensual aproximadamente.

2. Costo de los insumos

La compra y aplicación de todos los insumos representa 51% de lo que se gasta en la parcela.

Segun los agricultores, en los últimos diez años, con o sin cambio de variedad, hay casi unanimidad acerca del aumento constante del uso de casi todos los agroquímicos.

A pesar de que muchos productores ya tienen experiencia produciendo y usando sus semillas, el Banco Agrícola no permite que los clientes seleccionen las semillas de sus propias cosechas. La compra de semillas certificadas cuesta 8.7% del total del costo de producción.

Los abonos químicos y su aplicación cuestan 16.6%, los insecticidas y su aplicación 8.6%, los herbicidas y su aplicación 7.3%, y los fungicidas y su aplicación 3.0% del total del costo de producción.

Hay varios otros costos relacionados al uso de agroquímicos difíciles de cantificar. Al plazo de una cosecha, se pueden notar efectos negativos del uso de agroquímicos. A veces, los

plaguicidas causan una baja inmediata de rendimiento. Por ejemplo vimos una parcela entera en que el arroz no se pudo cosechar por daños causados por la aplicación de glyfosato en lugar de abono foliar. También, parece frecuente el daño de las plantas de arroz ubicadas cerca de los muros por recibir residuos de glyfosato o paraquat aplicado contra la maleza en los muros. Tales perdidas son consideradas como simples errores y no como un costo asociado al uso de

agroquímicos. Sin embargo, daños de este tipo son frecuentes y seguirán ocuriendo.

También se deberia incluir en los costos de los plaguicidas los efectos dañonos a la salud humana, el envenenamiento de la fauna doméstica y selvática, y la contaminación de los rios,

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acuíferos y zonas costeras (para más detalles sobre este tema, ver Barzman 1994). Basta mencionar que muchos de los plaguicidas más empleados están en la categoria I

(extremadamente peligroso) de la Organización Mundial para la Salud (monocrotofos,

metamidofos, carbofuran), y uno (paraquat) está prohibido en la República Dominicana. Hay que añadir que por la falta de recursos de los aplicadores de plaguicidas, el uso de los mismos se hace en condiciones que serían consideradas inaceptables en países desarollados.

3. Otros costos

Para un listado completo de los costos de producción, ver anexo.

4. Ingreso

Comercialización

Mayormente, para el pequeño productor, la comercialización de su arroz consiste en la venta del mismo a la factoría. En la mayoría de los casos, por obligación vinculada con el préstamo, o porque todas las factorías de una región se pusieron de acuerdo para no ofrecer un servicio de procesamiento del arroz, el pequeño productor vende su arroz en cascara. Sorprendentemente, esta situación no se encuentra en Mao y en Sabana de la Mar, donde los productores pagan un promedio de RD$124 (n=14) por tarea para secar y moler su arroz, y después venderlo como arroz blanco. La venta de arroz en cáscara al molinero traslada las ganancias proveniendo del valor agregado generado en la pulida del arroz, y de la venta de aflecho y de cáscara al molinero.

Otro factor que perjudica el productor en beneficio del molinero es la necesidad del productor, por falta de capacidad de almacenamiento, y para suspender el pago de los intereses sobre un préstamo, en vender su arroz y conseguir efectivo rápidamente. Aprovechando esta situación, es común para el molinero ofrecer un precio bajo en cambio de un pago inmediato en efectivo. Es frecuente para una factoría pagar el arroz del productor, o la diferencia entre la venta de lo cosechado y la deuda con la misma factoría, hasta tres meses después de la entrega. Eso es equivalente a un préstamo del productor a la factoría, pero sin interés. Se puede suponer una pérdida al mínimo equivalente al interés no cobrado. En realidad, las pérdidas también incluyen todas las consecuencias del aplazamiento de actividades y de tomas de nuevos préstamos en espera del efectivo.

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Precio del arroz

La sostenibilidad económica del arroz depende sobre todo del precio del mismo.

Desafortunadamente, el precio del arroz depende de factores nacionales e internacionales en los cuales el productor tiene poca influencia. Muchos productores se quejaron específicamente de importaciones de arroz que comunmente se hacen poco antes de la cosecha y bajan

significativamente su precio. Es cierto que, aun en años de alta producción, hubo importaciones.

Para 1995, se prevée una producción alta y más que suficiente para abastecer el país (Galán 1995), pero en este mismo año se importó 30,000 toneladas de arroz blanco (González 1995).

Similarmente, en 1992, un año de producción record, se recibio una donación de 3,136 toneladas de arroz de España y de la Comunidad Europea (SEA 1994).

El bajo precio del arroz al momento de la cosecha obliga el Banco Agrícola a comprar una parte de la producción a un precio mas elevado (Hoy, 4-VI-95), subsidiando así el cultivo para

aumentar artificialmente su rentabilidad.

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5. Gestión, engaño, y abuso de poder

La falta de gestión del productor, el engaño del mismo por conmpradores, factorías y tiendas de insumos, y el abuso de poder de directivos de agrupaciones y de empleados del Banco Agrícola también intensifican la falta de rentabilidad para el pequeño productor.

Encontramos muchos productores que no estaban enterados de cuánto gastan en sus parcelas y ni siquiera sabían cuánto ganan, delegando hasta toda la gestión financiera a la directiva de su agrupación, al supervisor de crédito del Banco Agrícola, o a la factoría. Algunos nunca habían recibido las facturas de la entrega de su arroz a la factoría, y ningún parcelero tenía contabilidad.

Esta falta de gestión, de parte de alguien que coge préstamo, paga insumos y mano de obra, y vende su cosecha facilita su engaño de parte de todos los demás.

Encontramos una gran diversidad de formas en que los no-productores engañan o abusan de los productores. Un senador de la provincia de Sánchez Ramírez denunció públicamente las

actividades ilegales del Banco y declaró: "a juicio de los parceleros, hay un negocio, una especie de mafia que está operando en el Banco Agrícola" (Rubens 1995). Segun las encuestas con productores, el abuso de poder y varios comportamientos ilegales son comunes en todos los niveles dentro del Banco Agrícola. Nos enteramos, por ejemplo, de un gerente de la filial del Banco Agrícola en El Seibo, que monopolizaba toda la comercialización del arroz a través de su hermano, controlando así su precio para comprarlo muy barato y luego venderlo caro. Hemos oido de supervisores de crédito del Banco Agrícola exigiendo dinero en cambio de la aprobación del préstamo. También, un ex-empleado del Banco Agrícola nos contó que ocurre con

frecuencia que se hace un acuerdo ilícito entre el supervisor de crédito del Banco Agrícola y el molinero al negociar la venta del arroz. Segun varios entrevistados, existen también acuerdos ilícitos entre el Banco Agrícola y directivos de agrupaciónes de productores que a cambio de privilegios terminan siendo defensores de interese ajenos a los socios de base de esas

agrupaciones.

Algunos vendedores de insumos, aprovechando la falta de pericia del productor acerca de la carta-orden, le cobran precios muy por encima de lo normal. Por esa razón, el uso de la carta- orden fue eliminado en la zona de Sabana de la Mar.

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Segun Tejada (1995), "la comisión de arroz establece la fanega a 120 kilos, pero las factorías la compran de 120 a 130". En nuestro recorrido hemos encontrado factorías que compraban fanegas de hasta 180 kilos. En una factoría, nos dijeron que cuando una fanega da menos de 150 libras de arroz blanco, "hay que apretar al pesador" para que suba el porcentaje de "tara"

alegando una alta tasa de humedad, de paja, de granos dañados, etc. También, donde

productores muelen su arroz, sucede el robo sencillo del arroz en el transcurso de la molida. A la queja del productor, el molinero señala la mala calidad del arroz como causa de la desfavorable relación arroz en cascara/arroz blanco.

Al pesar los sacos, el comprador puede fácilmente valuar el peso debajo de lo correcto si el productor no presta cuidadosa atención. Pudimos observar casos en que mientras el empleado de la factoría pesaba el arroz, el dueño del mismo ni siquiera miraba el peso. A esto, se agrega que muchos productores no conocen los números, o no saben pesar su arroz.

Mientras los molineros, comprando arroz, tratan de reducir la cantidad aparente de grano

cosechado, los cortadores, pagados por saco cortado, tratan de incrementar el número aparente de sacos cosechados. Productores en Mao nos contaron que es común para los empleados de la cortadora llenar los sacos con paja o doblarlos para que sea mayor el número de sacos. Al moler su arroz, un productor así engañado, consigue una mala sorpresa. Es común que quienes trabajan en la cortadora se lleven dos sacos de arroz de cada parcela, uno dentro de la maquina y otro encima.

V. CONCLUSIÓN

La disponibilidad de crédito, asegurada por subvenciones gubernamentales, permite a productores de pocos recursos emplear un modo de producción normalmente asociado a la producción agrícola empresarial: agricultura de alto insumo, especializada e intensiva. El crédito no sólo facilita sino también fomenta la adopcíon de este tipo de agricultura. En el caso del préstamo del Banco Agrícola, viene la obligación, a través de la variedad eligida más que a través de la asistencia técnica, de seguir el paquete técnologico. En los demás casos (préstamos de prestamista particular o de factoría), es fácil entender que el productor, con una deuda

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preocupante, y sin información agronómica alternativa, no quiera arriesgarse y siga el mismo paquete técnologico a lo cual ya está acostumbrado. Sin embargo, la falta de sostenibilidad agronómica, de la cual el aumento en el uso de agroquímicos es una de las consecuencias, y la falta de sostenibilidad económica están dañando el bien-estar de muchos pequeños productores.

Y al mismo tiempo, el paquete técnologico con su alta dependencia en agroquímicos está dañando la salud pública y el medio ambiente.

RECOMENDACIONES

Tomando como modelos técnicas agronómicas ya existentes en otros países, se podría desarrollar métodos más apropiados para los pequeños productores arroceros de la República Dominicana.

Existen ejemplos de proyectos de desarrollo en que se logró reducir los costos de producción del arroz. Un proyecto apoyado por la FAO (Trinh Ton That 1993) en Burkina Faso, Guinea, Mali y Senegal logró aumentar los rendimientos y bajar los costos de producción mediante varias

técnicas basadas en el uso de recursos locales. En este proyecto, desarollaron una diversificación de los cultivos introduciendo sistemas arroz-azolla-peces, arroz-azolla-patos y el uso de los muros para otros cultivos. También, diversificaron el uso del cultivo de arroz, utilizando la cáscara como combustible de cocina, la paja para producción de papel, de bultos, o para el cultivo de hongos, entre otros. En Cuba, donde el clima y el complejo de plagas son parecidos a los de la Republica Dominicana, el uso de umbrales económicos, de organismos beneficiosos, y de variedades resistentes ha permitido una reducción drastica en el uso de plaguicidas (Meneses, 1993).

Por el alto costo del capital y su vínculo con el paquete técnologico, parece importante el uso de capital alternativo en el desarrollo de métodos alternativos.

Como metodología, debido a la falta de conocimiento de alternativas y de los efectos negativos de los agroquímicos, se recomienda una fase inicial de concientización acerca de los mismos.

Para desarrollar métodos que puedan ser adoptadas por productores, y para asegurarse que estén apropiadas, se recomienda una fase de investigación participativa, en la cual los productores

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deciden y ejecutan los ensayos. Visto los estrechos vínculos entre las instituciones oficiales de investigación y extensión y las empresas de agroquímicos, no se recomienda la inclusión de dichas instituciones en la fase de investigación.

REFERENCIAS

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Snyder, eds. International Organization of Consumers Unions, Penang, Malaysia.

Barzman, M.S. 1994. Report on WWF Dominican Republic Pesticide Reduction Project.

Informe para el Fondo Mundial para la Naturaleza-USA, Washington, DC.

Carvajal, C. 1995. Parceleros pararán cultivo ante falta salida de arroz. Listin Diario, 03-VII-95, pg 1E-2E.

Doorman, F. Linkages between research , extension and farmers: the case of rice in the Dominican Republic. Agricultural Systems, 37:107-118.

Féliz, J.M. 1995. Sugieren paquetes tecnológicos aumentarían productividad arroz. Listin Diario, 03-VII-95, pg 11E.

Galán, A. 1995. Estiman en tres millones quintales el excedente producción arroz 1995. Listin Diario, 16-VIII-95, pg 2E.

González G. 1995. Advierten está insegura próxima siembra de arroz. Listin Diario, 10-VI-95, pg 5A.

Hoy. 4-VI-1995. BA agilizará adquisición de arroz. Sección Economica, pg 2D.

Pantoja, A, C.A. García, & J.G. Velásquez. 1991. Influencia de prácticas agronómicas en la incidencia y manejo de insectos. in Mesa Redonda sobre Protección Vegetal, Santa Clara, Cuba. Red de Mejoramiento de Arroz para el Caribe. Santo Domingo, Rep.

Dominicana.

Reijntjes C., B. Haverkort, & A. Waters-Bayers. 1992. Farming for the Future, An Introduction to Low-External-Input and Sustainable Agriculture. MacMillan, London.

Rubens, E. 1995. Bagricola investigará denuncia de Baret. Hoy, 22-06-95, pg. 11A.

(32)

SEA. 1994. Plan Operativo 1994. Subsecretaria Técnica de Planificación, Sectorial Agropecuaria, Departamento de Planificación, Santo Domingo. pg. 5.

SEA. 1995. Plan Operativo 1995. Subsecretaria Técnica de Planificación, Sectorial Agropecuaria, Departamento de Planificación, Santo Domingo.

Soto, F. & M. Rivas. 1989. Comportamiento de la producción de arroz en República Dominicana (1979-1989). Arroz en el Caribe, 3(2):6-11.

Tejada, F. 1995. La producción de arroz y su futuro. Listin Diario, 26-VII-1995, pg 7A.

Trinh Ton That. 1993. Progress in "thriving rice " in Africa. International Rice Comission Newsletter, 42:42-44.

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ANEXO

EJEMPLOS DE TÉCNICAS AGRÍCOLAS DESAROLLADAS POR LOS AGRICULTORES.

En la Gorda de Nagua, observamos dos grandes fincas privadas donde se hacía retoños bien atendidos en las parcelas enteras (aprox. 200 tareas), con todos los muros cubiertos de los residuos de la cosecha anterior y de maleza arrancada impidiendo el crecimiento de otra maleza, ahorrando así el deshierbo de los muros. En la región de Mao, muchos pequeños agricultores están probando la factibilidad del retoño como medida para reducir el costo de producción.

En el Bajo Yuna, algunos agricultores están sembrando Prosequisa 4, una nueva variedad de porte alto, que podría necesitar menos insumos y dar buenos rendimientos en hasta dos retoños.

Un agricultor en Bonao desarolló, entre una serie de innovaciones, un método de rotación con soya como abono verde, incorporación del tocón, del tallo cortado y del carbón (combustión incompleta) de cáscara para mejorar el suelo.

Un agricultor usando ceniza de leña contra enfermedades del arroz.

Un agricultor de El Cedro que no usaba veneno contra ratones, sino una cuadrilla de gatos.

Otros dicen que sus perros acaban con los ratones.

En Sabana de la Mar, en el proyecto La Ceja, confrontado con la ausencia de crédito y una sequía de dos años, un grupo de parceleros está cuidando un arroz resultante de la germinación espontánea de semillas botadas en la recolección previa.

Mientras la mayoría está gastando mucho dinero echando Brestan, un fungicida carísimo, para controlar un caracol en Bonao, algunos estan criando patos en la parcela.

Dos agricultores usan sal de cocina (cloruro de sodio) como fungicida. Otro agricultor echa un quintal de sal de cocina por cada 23 ta. contra “lombrices y bichos de tierra”.

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Dos agricultores usan agrio de naranja o vinagre ligado con hierbicida contra el patico Hetenanthera remiformis y el berro (especie no identificada).

Encontramos un agricultor que mantiene siempre una parte de su parcela sembrada de la variedad tradicional Inglés. Otro agricultor siembra su terreno entero con Inglés, porque no hay control del agua en aquella parcela.

Encontramos varios agricultores vendiendo su arroz blanco directamente a colmados.

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COSTOS DE PRODUCCIÓN SEGÚN DATOS RECOGIDOS

Item % del total Costo (RD$/ta) No. observaciones

Preparación terreno 11.2 157.98 52

Semillas 8.7 122.60 54

Mano de obra siembra/trasplante 6.9 96.65 46

Insecticida 5.9 83.46 8

Mano de obra aplicación insecticida 2.7 37.69 15

Fungicida 3.0 41.54 7

Mano de obra aplicación fungicida 0.0 0.00 -

Herbicida 5.6 77.89 16

Mano de obra aplicación herbicida 1.7 23.74 17

Abono 14.7 204.41 19

Mano de obra aplicación abono 2.0 27.71 21

Mano de obra desierbo 14.0 197.34 39

Limpieza de canales 2.0 27.67 27

Mantenimiento muros 1.1 15.33 20

Pago de agua 1.3 18.30 34

Corte 8.5 119.65 57

Carga 2.0 28.19 56

Secar/pilar 8.8 124.19 14

TOTAL 1,404.36

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