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Cuando lo que importaba era el líder

Dans le document “El jardín secreto del PSOE” (Page 41-50)

El PSOE ha mantenido la misma dinámica de elección de líder durante casi 40 años: la votación en el Congreso Federal mediante delegados para la candidatura a secretario general (SG). Lo que sí ha ido variando son las reglas de decisión. Estas han sido utilizadas, mediante variación de los Estatutos o del Reglamento de Congresos, como arma del juego político, beneficiando unas tendencias y marginando otras.

Esta regla se quebró en el último Congreso, el extraordinario de 2014, en la que Pedro Sánchez fue elegido como SG del PSOE en elección directa (one member vote) aunque no vinculante. Y que se consolidó en los Reglamentos aprobados en ese congreso extraordinario, que de ahí en adelante lo proclama como el método legal para realizar la elección a Secretario General.

En cuanto a la selección de candidato a la Presidencia del Gobierno, el procedimiento era la nominación en el Comité Federal (CF), máximo órgano del partido. Sin embargo, en la praxis, era la Comisión Ejecutiva Federal (CEF) formada por el secretario general, el secretario de organización y 11 secretarías de área y 17 secretarías ejecutivas la que proponía a dichos candidatos2. Aunque el Comité Federal era el encargado de ratificar las propuestas de los candidatos y designar finalmente al elegido para ocupar el puesto, era la Comisión Ejecutiva Federal la que los proponía3.

2 Recurso Electrónico extraído de: http://www.psoe.es/estructura/docs/apt/86081/page/organos-federales.html.

3 Sánchez Medero, G. (2011) El grado de participación y decisión de los afiliados en los partidos políticos:

un estudio comparativo entre el Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español. Revista Argos [online], vol. 28 (55), 70-107.

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ESQUEMA 1 Proceso de selección de candidatos hasta 1998

Fuente: Elaboración propia a partir de Estatutos del PSOE

Para ajustarnos más todavía a la práctica, durante aquel periodo de hiperliderazgo, la elección del líder en los Congresos Federales era el verdadero momento de la selección del candidato. No ha sido este el único momento en que esta tendencia se ha producido, también en el posterior periodo de 2000 a 2016 no hubo discusión acerca de quién sería el candidato. Aunque lo que sí hubo fue una reñida elección para SG del Partido, dando por descontado que ese cargo da el derecho a ser el candidato natural.

Por lo tanto, para entender la historia de las selecciones de líderes y candidatos, debemos fijarnos en el desarrollo de los congresos del partido, en la variación de sus normas de decisión y en los diferentes Estatutos que constituían las reglas del juego intrapartidarias.

Son las sutiles variaciones de estas normas las que, como demostraremos, juegan un papel decisivo en la selección del liderazgo durante estos primeros años del PSOE en democracia. Configurando no solo su oferta política, sino los bloques dentro del partido, siendo los verdaderos árbitros de la democracia interna.

1976-1979: EL PARTIDO DE ABAJO HACIA ARRIBA.

El XXVII Congreso del Partido Socialista Obrero Español se celebró en el Hotel Meliá de Madrid entre los días 5 y 8 de diciembre del año 1976. Con el lema “Socialismo es libertad”, fue el primer congreso del partido celebrado en territorio español desde el final de la Guerra Civil Española, cuando sus dirigentes y parte de sus militantes tuvieron que marchar al exilio. En el momento de la celebración del Congreso, el partido todavía no estaba legalizado, aunque fue tolerado por las autoridades de la época. En medio de una

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gran expectación mediática, el congreso contó con la asistencia de más de 3.000 personas, entre delegados, periodistas, representantes otros partidos, etc.

Este Congreso del PSOE se enmarca dentro del contexto de la transición política española.

Después de la muerte de Franco, en España se empezaba a producir una apertura hacia la democracia, comandada por el entonces presidente del gobierno, Adolfo Suárez. El congreso tuvo lugar 10 días antes del referéndum por la aprobación de la ley para la reforma política, que posteriormente daría lugar a un régimen democrático después de casi 40 años de dictadura franquista.

El XXVII Congreso del PSOE sirvió para marcar la estrategia del partido durante el periodo posterior a la muerte de Franco y tuvo una gran importancia a la hora de definir la hegemonía de la izquierda y del socialismo durante la transición hacia la democracia. A la izquierda, el Partido Comunista de España lideró la oposición a la dictadura franquista, por lo cual existía la creencia de que era el partido que también lideraría una vez se produjera la llegada de la democracia en España.

En cuanto a la hegemonía del socialismo, fue una época con muchas discrepancias: las divisiones del propio PSOE provocaron la creación del PSOE-H, mientras que también competía con el Partido Socialista Popular, liderado por Enrique Tierno Galván.

Estas disensiones surgen dos años antes, en el congreso del partido celebrado en la localidad francesa de Suresnes. En este congreso se iniciaron las discrepancias entre dos sectores que marcarían los siguientes congresos del partido: por un lado, el sector histórico, liderado por militantes que vivieron la Guerra Civil y que estaban en el exilio, que apostaban por el mantenimiento del PSOE como partido de masas, marxista y de clase.

De otro lado, el sector de los renovadores, liderado por los conocidos como “sevillanos”, donde destacaban figuras como Alfonso Guerra, Manuel Chaves o Felipe González, Secretario General. Este sector apostaba por un acercamiento a los partidos socialdemócratas de Europa Occidental como el Partido Socialista Francés o el Partido Socialdemócrata Alemán, olvidando la definición marxista del partido y propugnando una apertura hacia otras clases sociales.

En 1976 destacó la presencia de líderes internacionales como François Miterrand, Olof Palme o Willy Brandt, con lo cual la socialdemocracia europea ayudó a consolidar el liderazgo del PSOE como partido hegemónico del socialismo en España.

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En el momento de celebración del Congreso, el Partido Socialista Obrero Español contaba con la cifra de 9.141 militantes (Tezanos: 1983). El Congreso supuso un punto de inflexión para el PSOE, puesto que después de su finalización vio incrementada de manera muy importante su cifra de militantes, superando los 50.000 militantes a finales del año siguiente.

El Congreso contó con la asistencia de 736 delegados escogidos por 117 secciones y 50 agrupaciones. Con la cifra de militantes con que contaba el PSOE, la ratio era de un delegado por cada 12,5 militantes.

Las secciones que contaban con 100 militantes escogían un delegado cada una, mientras que las que contaban con menos tenían que unificarse con otros hasta sumar 100 militantes para tener derecho a escoger. En el Congreso, cada delegación tenía el mismo número de votos que militantes tenían las secciones y agrupaciones a las cuales representaba.

La composición sociológica de los asistentes al congreso, nos la proporciona Tezanos en las ediciones especiales de El Socialista que se publicaron con motivo del Congreso4.

GRÁFICO 3 Ocupaciones de los delegados en el XXVII Congreso.

Fuente: Elaboración propia basada en el Socialista (1976)

4 El Socialista, Especiales XVII Congreso del PSOE, publicados 1, 2, 4 y 5 de Diciembre de 1976.

78,27%

21,73%

Trabajadores

Profesionales, intelectuales y funcionarios cualificados

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Entre las tareas de los militantes, además de la elección de los órganos ejecutivos y de representación del PSOE, se encontraba la de la participación a título individual en la elaboración de las ponencias del Congreso. En el pleno se producía un debate sobre cada una de las ponencias redactadas, que contaba con 2 o 3 intervenciones a favor y en contra antes de la votación. La votación era por aclamación, por tanteo o nominal. Por otro lado, la votación para el Comité Federal fue nominal, donde cada delegación tenía un solo voto.

La ponencia política aprobada contiene, además del texto jurídico propiamente dicho, un programa con las ideas rectoras de la organización del partido, donde se diseña el entramado federal que lo rige5. Nos detendremos en la exposición genérica de esta estructura primigenia para entender mejor su posterior desarrollo.

El PSOE se define como una organización federal constituida por las federaciones de

"Nacionalidad o Región" que están integradas por las agrupaciones provinciales, comarcales o insulares, las cuales engloban a todas las agrupaciones locales, pudiendo estas desdoblarse en secciones locales. La construcción de todo el aparato, según reza la doctrina oficial del partido, debe realizarse de "abajo hacia arriba". Consecuentemente, los órganos de deliberación política comenzaban en la esfera local, donde las decisiones eran tomadas por el conjunto de los afiliados constituidos en asamblea.

En el nivel provincial, comarcal o insular se podía optar entre la constitución de esa misma asamblea, con la participación de todos los afiliados, o la celebración de un congreso, restringiendo la participación a las delegaciones elegidas por las asambleas locales. Ya se prevé que la fórmula que se implantará va a ser la del congreso, debido al crecimiento del partido y a la "incomodidad" que supone la celebración de asambleas con miles de afiliados.

El tercer escalón en la deliberación política es la Nacionalidad o Región, en la que, lógicamente, ya se impone el sistema de congresos compuestos por delegaciones. Pero es curioso observar la primera peculiaridad en la construcción de este edificio federal que es el PSOE: las delegaciones no son las elegidas, como cabría esperar, en el ámbito

5 Estatutos y funcionamiento interno. Resoluciones del XXVII Congreso del Partido Socialista Obrero Español. Ediciones PSOE, 1976.

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provincial, comarcal o insular, sino que se apela directamente a las agrupaciones locales para que elijan delegaciones al congreso de Nacionalidad o Región.

Por último, en el nivel estatal, nos encontramos con el órgano máximo del partido: el Congreso Federal del PSOE (CgF). También en este caso, se mantiene que sean las asambleas locales las que elijan a sus delegados en el congreso. Esta circunstancia es importante y evidencia que la intención era eliminar todas las elecciones indirectas con objeto de representar, de la manera más fiel posible, las opiniones de las bases del partido.

En cuanto a los órganos de control y decisión política, se establecen dos aparatos que rigen la estricta observancia de las resoluciones aprobadas en el congreso federal: el Comité Nacional o Regional y el Comité Federal (CF) del partido. El primero tiene ámbito de Nacionalidad o Región y pretende la aplicación y control de los acuerdos adoptados por el congreso de Nacionalidad o Región. El CF cumple esta misión dentro del nivel estatal y en referencia a las decisiones adoptadas en el Congreso Federal.

La gestión política está encargada, en el ámbito local al comité local; en el nivel provincial, comarcal o insular, al comité provincial, comarcal o insular; en el escalón de nacionalidad o región, al comité ejecutivo nacional o regional y, por último, estatalmente existe la Comisión Ejecutiva Federal (CEF).

Los órganos jurisdiccionales del partido comienzan en el ámbito provincial, comarcal o insular; existen también dentro de la Nacionalidad o Región y tienen su última instancia en esta materia en la Comisión Federal de Conflictos (CFC).

En la parcela administrativa y de control del patrimonio existe un órgano único a nivel estatal que es la Comisión Federal Revisora de Cuentas (CFRC).

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GRÁFICO 4 Estructura Orgánica del Partido PSOE en 1976

Fuente: Elaboración Propia a partir de Estatutos del PSOE

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Los representantes al CgF son elegidos mediante voto mayoritario en las asambleas locales, constituidas para tal fin, debiendo tener un mínimo de cien afiliados. De lo contrario se unirán a otras hasta alcanzar ese número. Por cada cien afiliados puede elegirse un representante o delegado al CgF El número máximo de delegados totales en el CgF será de mil.

Las reglas de decisión del CgF vienen recogidas en el artículo veintisiete de los estatutos de 1976. Las decisiones se tomarán por aclamación, cuando el apoyo unánime sea evidente; por tanteo, esto es, por mayoría de los delegados que ostenten la representación de las delegaciones; o por votación nominal, cuando diez o más delegaciones lo soliciten o lo estime la Presidencia, computándose entonces, a efectos de escrutinio, el número de mandatos que hayan sido acreditados en la comisión de credenciales. En el artículo 30, se especifica que la elección de la CEF, la CFRC y la CFC se realizarán mediante votación secreta, siendo electores los congresistas acreditados como cabeza de cada delegación y verificándose el escrutinio en virtud del número de mandatos representados en cada uno de ellos. Podríamos considerar esta descripción del procedimiento como una votación nominal obligada.

Hemos de aclarar que, en todas las votaciones que se efectúan durante el pleno del congreso, solo participan los llamados cabezas de delegación: aquellos delegados a quienes se les ha concedido la voz y el voto de toda la delegación. Es decir que, aunque la delegación físicamente se encuentra presente en el congreso, operativamente solo cuenta la opinión del cabeza de delegación; los delegados no son escuchados más que en la discusión de las ponencias, donde sí pueden votar a título particular. El cabeza de delegación cuenta, a la hora de la votación y el posterior escrutinio, con tantos mandatos como afiliados tenga su agrupación. Normalmente, el mandato que otorga la agrupación a la delegación es imperativo y, por tanto, las decisiones están preestablecidas para todo aquello que se contemple en el orden del día.

Por último, son también las asambleas locales las encargadas de redactar ponencias estructuradas que son discutidas en el CgF en forma de proposiciones.

47 CONCLUSIONES

Todos los parámetros señalados nos dibujan un partido abierto, decididamente plural, que pretende abolir barreras entre las bases y las élites, mediante la elección de sus representantes en los órganos locales y del uso de reglas de elección directa para los líderes nacionales.

Los líderes no pertenecen a un ámbito concreto, aunque se nutren básicamente de quienes han llevado el peso del partido desde Suresnes, pero la puerta sigue abierta para la entrada de líderes locales que manifiesten la suficiente ambición política.

En cuanto al Congreso Federal, su funcionamiento es también democrático, con limitaciones en los sistemas de votación empleados, basados más en un intento de eficiencia organizativa ante la magnitud de la asamblea, que en el de coartar la libertad de los participantes.

No hay límites en el número de delegados al CgF, lo que lo convierte en un sistema cuasi asambleario. Son las propias agrupaciones locales las que elevan las ponencias al CgF, convirtiéndolo en un foro de debate global sobre las diferentes tendencias existentes dentro del partido.

Con este tipo de configuración estructural nadie se plantea la necesidad de la protección de las minorías o tendencias dado que se entienden representadas en función de su presencia en las diversas asambleas locales.

El partido pretende ser un reflejo de lo que quiere para el país: una organización federal descentralizada.

Podríamos señalar que es un periodo en que la democracia interna y la participación política son amplias dentro del partido. El reflejo fue el crecimiento de afiliación del PSOE durante los años posteriores a este congreso.

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IV. 1979-1982: DEL MARXISMO SIN FELIPE AL

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