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Los años 50: de la primera contestación al régimen al inicio de la recuperación económica

3 EL CONTEXTO GENERAL

3.2 Los años 50: de la primera contestación al régimen al inicio de la recuperación económica

Como hemos podido ver en líneas superiores, las condiciones de vida a principios de los años 50 para la mayoría de la población española eran de una gran dureza. Doce años después de acabada la guerra civil, el racionamiento seguía en vigor, los salarios bajos y precios elevados eran el día a día de la clase trabajadora y la falta de abastecimientos de diferentes materias primas de primera necesidad era el problema diario en los mercados de abastos.

Pero desde mediados del año 1950 y principios del año 1951 se daban una serie de circunstancias que complicaban mucho más la vida de la ciudadanía en general y la clase trabajadora en particular. “El incremento del precio de materias primas a resultar de la guerra de Corea tuvo su repercusión en la subida en los precios en las tiendas “,72 y, por otra parte, la situación se vio agravada por el mantenimiento de los salarios bajos de la mayoría de trabajadores y, en muchos casos, la disminución de los salarios reales. Un ejemplo claro lo encontramos en aquel año 51 en el que se incrementaron los cortes del suministro eléctrico en la ciudad condal y, por consiguiente, muchas fábricas dejaron de funcionar, llegándose a perder entre tres y cuatro jornadas por

72 Balfour, S; La dictadura, los trabajadores y la ciudad. El movimiento obrero en el área metropolitana de Barcelona (1939-1988), Ed. Alfons el Magnánim, Valencia, 1994. p 41

76 semana de trabajo. Todo ello suponía un agravio salarial en los obreros grandísimo porque “los trabajadores generalmente no cobraban por la producción perdida, con lo que la consiguiente caída en el salario neto debió repercutir de forma insoportable en el presupuesto familiar”.73

En este contexto de carestía total de vida para la inmensa mayoría de la población, solo hacía falta un detonante que provocara cualquier tipo de conflicto, como bien se deducía de las palabras de algunos miembros de la OSE: “ ante el aumento constante y progresivo de los artículos de comer y de vestir , así como de los de arder que se han traducido en un encarecimiento de la vida en proporciones no imaginadas ha originado un descontento en la masa trabajadora difícil de poder solucionar, ya que es imposible repetirles constantemente que tengan calma y confianza no viendo soluciones prácticas por parte del Gobierno para que el coste de la vida cese de subir”. 74 Y ese detonante no tardó mucho en llegar.

En febrero de 1951 el gobierno mandó subir en 20 céntimos el precio del billete del tranvía (un 40%), el medio de transporte mayoritario utilizado por población para ir a trabajar o desplazarse dentro de Barcelona. Pero además, y a efectos comparativos y con el componente nacionalista que existía en Barcelona y Cataluña, el billete del tranvía de Madrid era bastante más barato que el de Barcelona ya que en la ciudad condal el precio era de 50 céntimos y en Madrid, de 40. A pesar de que el 30 de Octubre de 1950, el Delegado Nacional de Sindicatos comunicaba a Raimundo Fernández Cuesta que “de todo lo anteriormente expuesto, se desprende que existe un fuerte malestar social como consecuencia de la inseguridad laboral y carestía de la vida, por lo que sería impopular y extemporáneo que, en estas circunstancias, se autorizara cualquier aumento en las tarifas de los tranvías y demás medios de transporte urbano como parece que se va a llevar a cabo por las correspondientes empresas, previa autorización municipal", el aviso fue desoído y la chispa del aumento del precio del billete del tranvía hizo estallar el conflicto.

Desde primeros de marzo de 1951 se llamó al boicot al uso de los tranvías de Barcelona y éstos se vaciaron. Las calles se llenaron de personas que iban caminando a

73 Balfour, S; La dictadura, los trabajadores … p.41

74 Molinero, C Ysas, P ; Productores disciplinados y Minorías subversivas, ed. Siglo Veintiuno, Madrid, 1998.p. 37

77 trabajar, a comprar o a dar un paseo por el centro de la ciudad condal. Tal y como dicen los profesores Jáuregui y Vega “desde el día uno de marzo, Barcelona era una ciudad con masas de gentes moviéndose de un lado a otro desde primeras horas de la mañana. Apenas un 2,3 % de los usuarios habituales cogería el tranvía. Los trabajadores caminaban a sus fábricas con la comida bajo el brazo para evitarse un doble paseo”.75 Solo montaban aquellos días en el tranvía acérrimos franquistas y militantes de falange que, enseñando el carné del partido, no pagaban el billete. El primer día el boicot no fue todo lo exitoso que se hubiera querido pero “el primer día de huelga murió en un altercado un niño de cinco años. Posteriormente, y por primera vez en Barcelona desde el 39, alguien hizo un acto de violencia desde el otro bando.

Tiró una piedra a un tranvía en circulación y se rompió un cristal. Ese fue el detonante para la posterior ruptura —según cálculos de la empresa de tranvías— de seis mil cristales, rotos por personas anónimas”76. Al boicot se le sumó el sabotaje de muchos grupos organizados al tranvía (poniendo pequeños explosivos caseros en los raíles etc.) o grupos organizados de obreros, estudiantes y personas varias hacían de piquetes para evitar el uso del tranvía o se dedicaban a romper los cristales de los mismos o directamente a quemarlos desapareciendo posteriormente del lugar tras la acción. Ni siquiera el domingo día de lluvia torrencial en Barcelona, y donde se diputaba un importante partido de liga de fútbol en el campo de Les Corts entre el FC Barcelona y el Racing de Santander, la huelga toco a su fin. Los miles de espectadores que salían del campo con su paraguas en las manos retornaban a su casa andando, dejando vacíos los tranvías que les esperaban a decenas en las puertas del estadio.

“La protesta tuvo un carácter popular, masivo y semiespontáneo” 77 y fue esto, en palabras de los profesores Molinero e Ysàs, lo que llevo al éxito de la movilización.

Fue una gran masa de población interclasista la que llevo a cabo el boicot: obreros, comerciantes, estudiantes universitarios e incluso algunos empresarios los que hicieron posible la movilización. Y dicha protesta no solo fue organizada por un actor sino que fueron partidos antifranquistas, sectores católicos de carácter progresista

75 Jáuregui, F; Vega, P; Crónica del antifranquismo, ed. Planeta, Barcelona, 2007. p.153

76 Martínez, G; La Barcelona Rebelde. Ed Octaedro, Barcelona, 2009.pp 315-316

77 Molinero, C Ysas, P ; Productores disciplinados y Minorías subversivas, ed. Siglo Veintiuno, Madrid, 1998.p 38

78 (como la HOAC), nacionalistas catalanes e incluso falangistas descontentos con el jefe provincial y Gobernador Civil Baeza Alegría, los que hicieron campaña para que la movilización y boicot llegase a buen puerto, sumándose mucha población de forma espontánea al boicot.

Si a todo lo dicho con anterioridad le sumamos el bajo coste represivo que conllevaba ir al trabajo andando, puesto que nadie te podía obligar a coger el tranvía y el descontento general que existía con la compañía de tranvías que en 1951 “no menos de 21 personas habían muerto y 491 heridas en accidente de tranvía”78, tenemos el caldo de cultivo perfecto para el éxito de la movilización.

Como no, el aparato represivo del estado se puso manos a la obra y los encontronazos con algunos manifestantes y piquetes se hicieron patentes en la ciudad condal en aquellos primeros días de marzo. Además, como hemos dicho anteriormente, “un niño de 5 años, Juan Moreno Ruiz, hijo de un trabajador de Pegaso, había muerto de un disparo en el transcurso de unos incidentes ocurridos en el cruce de calle Valencia y Marina. La policía había hecho uso de sus armas de fuego contra los manifestantes”79

Al malestar existente se le sumó la indignación por la dura represión y el asesinato de este niño hizo que, a pesar de que el día 7 de marzo las autoridades con la aprobación del gobierno anunciaron la cancelación de la subida del precio del billete del tranvía, el boicot se transformase en la convocatoria de una huelga general y, lo que es más curioso e histórico por ser la primera vez que ocurría, que dicha huelga fuese convocada dentro de la misma OSE.

El día 6 de marzo el Delegado Provincial de Sindicatos, Claudio Sánchez, convocaba una reunión con 2000 delegados y enlaces sindicales para hablar del boicot de tranvías. Entre aquellos delegados había muchos falangistas, pero también

78 Balfour, S; La dictadura, los trabajadores y la ciudad. El movimiento obrero en el área metropolitana de Barcelona (1939-1988). Ed. Alfons el Magnánim, Valencia, 1994. p 43

79 Jáuregui, F; Vega, P; Crónica del antifranquismo, ed. Planeta. , Barcelona, 2007. p.153

79 militantes del PSUC infiltrados en el Sindicato Vertical tras el cambio de política del partido de 1948, un pequeño reducto anarquista militante de la CNT, miembros de la HOAC y simples trabajadores sin filiación alguna pero enfrentados con las políticas franquistas. Aquella reunión se volvió contra los organizadores y muchos de los enlaces y jurados convocados, generalmente los más subversivos contra el régimen, instaron a la excarcelación de los presos detenidos por el boicot a los tranvías, solicitaron mejoras laborales y llamaron a una huelga general para el 12 de marzo.

Como se expone en el libro de Sebastián Balfour La Dictadura los trabajadores y la ciudad: “durante cuatro horas los obreros permanecieron en el local, sucediéndose los oradores espontáneos. Exigieron la libertad de los estudiantes y obreros detenidos con motivo de la protesta contra los tranvías, además de exponer reclamaciones de carácter laboral. Al final, tuvieron que ser expulsados del local por la policía armada”.80

La huelga general del 12 de marzo fue de un éxito rotundo. “Fue secundada por los trabajadores en todas las principales industrias de Barcelona. Por la tarde, los paros se habían extendido a las poblaciones vecinas. El paro de los obreros no fue organizado. Mucha gente se presentó a trabajar para dejar las herramientas sólo después de que se filtraran noticias de la huelga en factorías vecinas. En ausencia de cualquier forma de coordinación, la acción empezó con huelgas espontáneas en un lugar de trabajo detrás de otro y se extendió mediante piquetes que visitaron las factorías de su zona. […]. El paro general en la capital se vio favorecido por la confusión de muchos empresarios y funcionarios de la OSE, quienes habían recibido falsas llamadas telefónicas de militantes de la CNT dando a entender que procedían del cuartel general del sindicato y anunciando la huelga general para el lunes siguiente. En el momento álgido de la huelga, 300.000 trabajadores fueron a la huelga solo en Barcelona. Cines, restaurantes, cafés y minoristas cerraron sus puertas. Las obreras jugaron un importante papel persuadiendo a los bares y tiendas para que bajaran las persianas”.81

80 Balfour, S; La dictadura, los trabajadores y la ciudad. El movimiento obrero en el área metropolitana de Barcelona (1939-1988). Ed. Alfons el Magnánim, Valencia, 1994. p 43

81 Balfour, S; La dictadura, los trabajadores … pp 44-45

80 La reacción de las autoridades franquistas ante esta importante huelga no se hizo esperar. El mismo día 12 por la tarde, el despliegue de Policía Armada y Guardia Civil por la ciudad condal y el área metropolitana fue algo sin precedentes desde la guerra civil. Se reprimieron duramente las manifestaciones que se dieron por la capital y el cinturón industrial y se informó que la Guardia Civil había entrado en algunas fábricas. En la fábrica Hispano Olivetti, por ejemplo, inicialmente fue despedida la totalidad de la plantilla a causa de la movilización82. Pero no solo fueron esas las actuaciones gubernamentales sino que encima se enviaron buques de guerra al puerto de Barcelona y casi 4000 infantes de marina desfilaron por la ciudad.

“El desorbitado despliegue policial no hizo más que aumentar la huelga en el cinturón industrial barcelonés. El martes todavía se calculaba que eran unos 150.000 los huelguistas. El número fue reduciéndose, casi de forma paralela al crecimiento de los detenidos”. 83 Se detuvieron a 65 militantes de la CNT y 34 del PSUC, así como muchos trabajadores sin adscripción alguna que habían participado en la huelga.

También a los 2 meses y, como consecuencia de las investigaciones de la huelga general del 12 de marzo, fueron detenidos 26 militantes del PSUC y su el Secretario General Gregorio López Raimundo.

Aun así, el triunfo de la clase obrera barcelonesa fue indiscutible. A pesar del duro coste represivo, consiguieron evitar la subida del precio del tranvía y además consiguieron que el gobierno agilice los suministros de materias primas y carne en los mercados de abastos; el racionamiento empezó a desaparecer gradualmente y aumentó el fluido eléctrico que evitaba así cortes en los suministros y el perfecto uso de las fábricas. Además fueron destituidos el gobernador civil Baeza Alegría, el alcalde de Barcelona, el comandante de la Policía Armada y el jefe local de la OSE.

No hay mejor resumen de explicación de la situación y lo acontecido en aquel marzo de 1951 que el que haría el Gobernador Civil entrante Acedo Colunga: “la huelga del año 51, concretamente la de tranvías, fue la expresión de un clima de

82 Jáuregui, F; Vega, P; Crónica del antifranquismo, ed. Planeta, Barcelona, 2007. p.154

83 Jáuregui, F; Vega, P; Crónica del … p.154

81 insatisfacción general. Con una indisciplina laboral continua y difusa, con un régimen caótico de abastos, no solo de escasez si no de falta de ordenamiento, con restricciones eléctricas, con inmoralidad en muchos puestos directivos, con atonía en el Ayuntamiento y en todas la entidades locales, con un sentido de cómoda inhibición en el Gobierno Civil”.84A lo que nosotros añadiríamos un inicio de la pérdida del miedo y la organización de la oposición al régimen en la calle pero también dentro de las instituciones del propio régimen como la OSE, que hizo posible el primer gran éxito de movilización contra la dictadura y, sobre todo, conseguir alguna de las demandas que llevaron a la misma.

La suerte política y económica de España y, por lo tanto, el asentamiento del régimen franquista a nivel nacional e internacional iba a empezar a cambiar en aquellos años 50. Ya desde finales de los años 40, y en el contexto de la Guerra Fría entre el «mundo libre» y la «dictadura comunista», en palabras del presidente norteamericano Harry Truman, Estados Unidos (EEUU) apoyó en organismos internacionales a la dictadura del general Franco. Se opuso en 1947 a la condena del régimen franquista en la ONU y el 4 de noviembre de 1950 la Asamblea General revocó por amplia mayoría, gracias al apoyo norteamericano y a la abstención francesa y británica, la resolución de condena del régimen franquista de diciembre de 1946. Estos apoyos supusieron la llegada en masa de muchos de los embajadores occidentales a Madrid y la entrada del estado español en algunos organismos especializados de la ONU como la FAO, la UNESCO o la OMS. Además, en 1948, Francia reabría la frontera con España y unos meses después Gran Bretaña y el propio estado galo firmarían acuerdos comerciales y financieros con el estado español. Ya a principios de 1949, el régimen franquista recibiría el primer crédito de un banco norteamericano de 25 millones de dólares. Parecía ser que los 150.000 dólares invertidos por el Ministerio de Asuntos Exteriores español en propaganda en los EEUU a favor de Franco y su régimen estaba dando sus frutos. 85

84 Marín, M; Els ajuntaments franquistas a Catalunya, Pagés Editors, Lleida, 2000. p. 332

85. Sáez .A; “El centinela de Occidente”; Revista Sápiens, nº 162, ed. Grup Cultura, 2015. p 32

82 Por otro lado pero no de forma única, el éxito de Congreso Eucarístico Internacional de Barcelona de 1952 ayudó en cierto grado. En 1953 se firmó el concordato entre el gobierno español y la santa sede. En dicho acuerdo, el primero era reconocido por el segundo y el estado español garantizaba así una serie importante de prebendas y privilegios a la Iglesia Católica que muchos de ellos aún perduran con el paso de los años.

Las negociaciones para sellar un tratado entre España y EEUU empezaron en aquel 1952. El interés geoestratégico de España para los Estados Unidos era mayúsculo en el contexto de Guerra Fría que se daba en aquellas fechas, con el posible dominio del mar Mediterráneo, el estrecho de Gibraltar e incluso el dominio de parte del océano Atlántico y parte de África con el territorio insular canario.

Como dice Ana Sáez en uno de sus artículos: “España tenía las de perder, porque no podía ofrecer nada y era obvio que necesitaba el apoyo de una gran potencia para salir de la profunda crisis en que se había sumergido por los estragos de la guerra civil y la nefasta política autárquica”86. Es en este contexto de profunda necesidad de reconocimiento internacional y de guerra fría, en el que España firma con los EEUU los famosos pactos de Madrid de 1953.

Los pactos consistían en 4 puntos, de forma esencial, muy favorables para la nación americana gracias a su gran presión y la necesidad imperiosa de la firma por el gobierno español:

El primer punto de dicho pacto consistía en la proporción de armamento al gobierno español por parte americana. Este armamento era algo obsoleto puesto que procedía de los excedentes de la Segunda Guerra Mundial y algunos de la Guerra de Corea, aun así, ayudaron a modernizar las fuerzas armadas españolas de forma importante. Además se incluyó a España en el sistema de defensa occidental, eso sí, sin la posibilidad de entrar en la OTAN por la oposición de algunos países europeos miembros.

86 Sáez .A; “El centinela de Occidente ….p 34

83 El segundo punto consistía en una importante ayuda económica norteamericana. “Los fondos de la ayuda no eran, como muchas veces se piensa, donaciones a fondo perdido. Tampoco eran, en su totalidad, préstamos. Se trataba de una mezcla de ambos, eran en parte préstamos y en parte donaciones. En el caso de nuestro país una buena parte de la ayuda americana consistió en la concesión de préstamos con interés. Encontramos aquí una primera diferencia importante con el Plan Marshall. Las ayudas recibidas por los países europeos occidentales, bajo la cobertura de dicho Plan, fueron, en su mayoría, donaciones. El trato que recibió España fue, en este sentido, peor que el que recibió Italia, Alemania o Francia […]. No se trataba de fondos sobre los cuales el gobierno español tuviera plena libertad para su utilización. Parte de la ayuda, como la totalidad de las donaciones y buena parte de los préstamos, se organizó fundamentalmente en función de los propios intereses norteamericanos. Así sucedió con las donaciones de productos alimenticios y con los préstamos concedidos para la compra de productos agrícolas, que permitieron dar salida a excedentes agrarios norteamericanos, particularmente a excedentes de algodón. [...] También estaba limitada la libertad del gobierno español para emplear los fondos generados por la ayuda. El gobierno tenía que consensuar con las autoridades americanas el destino de los fondos y los programas de inversión que se ejecutarían con los mismos.”87 Se calcula que entre 1953 y 1963 España recibió 1.523 millones de dólares, siendo casi la mitad en préstamos con interés88.

El tercer punto del acuerdo, y muy importante para EEUU, consistía en la implantación progresiva de bases aéreas y navales americanas en territorio español.

Así, entre 1953 y 1963 se implantaron en España 3 bases aéreas (Torrejón de Ardóz, Morón y Zaragoza) y una naval en Rota. Además, los americanos “dispondrían de total libertad para introducir en España armas nucleares y personal (entre 6.000 y 9.000 hombres) que disfrutarían de un estatus especial, desvinculado de la jurisdicción española. Así como podrían utilizar armas en cualquier conflicto internacional sin

Así, entre 1953 y 1963 se implantaron en España 3 bases aéreas (Torrejón de Ardóz, Morón y Zaragoza) y una naval en Rota. Además, los americanos “dispondrían de total libertad para introducir en España armas nucleares y personal (entre 6.000 y 9.000 hombres) que disfrutarían de un estatus especial, desvinculado de la jurisdicción española. Así como podrían utilizar armas en cualquier conflicto internacional sin