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Submitted on 30 May 2018
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Espacios de Lebesgue y de Lorentz
Diego Chamorro
To cite this version:
Diego Chamorro. Espacios de Lebesgue y de Lorentz. Espacios de Lebesgue y de Lorentz, inPress.
�hal-01801025�
Diego Chamorro
diego.chamorro@univ-evry.fr
Abstract
We study in this chapter the main properties of Lorentz spaces L
p,q(X) with
0 < p ≤ +∞ and 0 < q ≤ +∞. We start with a study of Marcinkiewicz spaces
L
p,∞using the distribution function d
fand then we present general Lorentz
spaces L
p,qby using the decreasing rearrangement function f
∗and the maximal
function f
∗∗. Normability, Convolution, Duality of these functional spaces are
the main core of this chapter.
ca del sur, principalmente en pa´ıses de la regi´on andina (Bolivia, Colombia, Ecuador, Per´u). Entre las diversas actividades de AMARUN se encuentra la organizaci´on de escuelas de verano en matem´aticas, la producci´on de material pedag´ogico (leccio- nes, hojas de ejercicios) y la edici´on de una revista de divulgaci´on. Para mayores informaciones sobre los proyectos y actividades, consultarwww.amarun.org
´Indice general
1 Espacios de Lorentz 5
1.1 Espacios L
p,∞o L
p-d´ebiles . . . . 6
1.1.1 Funci´ on de distribuci´ on . . . . 6
1.1.2 Definici´ on de los espacios L
p,∞. . . . 12
1.1.3 Primeras propiedades de los espacios L
p,∞. . . . 14
1.2 Espacios L
p,q. . . . 37
1.2.1 Primera definici´on de los espacios de Lorentz L
p,q. . . 38
1.2.2 Funci´ on de reordenamiento decreciente f
∗. . . . 46
1.2.3 Segunda definici´on de los espacios de Lorentz L
p,q. . . 69
1.3 Distancias y Normas en los espacios de Lorentz . . . . 85
1.3.1 La funci´ on maximal f
r∗∗. . . . 86
1.3.2 Tercera definici´on de los espacios de Lorentz L
p,q. . . . 96
1.3.3 Distancias, normas y problemas de normabilidad . . . . 101
1.4 Algunas generalizaciones . . . 114
1.4.1 Desigualdades de H¨ older . . . 114
1.4.2 Propiedades de densidad . . . 117
1.4.3 Convoluci´ on en los espacios de Lorentz . . . 121
1.5 Dualidad en los espacios de Lorentz L
p,q. . . 142
1.5.1 Caso cuando 0 < p < 1 y 0 < q ≤ +∞. . . 143
1.5.2 Caso cuando p = 1 y 0 < q ≤ +∞. . . 144
1.5.3 Caso cuando 1 < p < +∞ y 0 < q ≤ +∞. . . 150
1.6 Los espacios de Lorentz discretos ℓ
p,q. . . 162
1.6.1 Definiciones generales . . . 162
1.6.2 Relaciones de inclusi´ on . . . 174
1.6.3 Dualidad en los espacios de Lorentz ℓ
p,q. . . 178
1.7 Ejercicios . . . 185
Bibliograf´ıa 191
´Indice alfab´etico 193
3
1 Espacios de Lorentz
Como ha sido expuesto en los dos libros anteriores
1(el Volumen 1 y el Volu- men 2), los espacios de Lebesgue miden el tama˜ no de las funciones y su impor- tancia es indiscutible, pues forman parte de los “ladrillos de base” del an´alisis funcional, del an´alisis arm´onico, de las ecuaciones en derivadas parciales y de las probabilidades (entre otros). Sin embargo, a pesar del rol preponderante de estos espacios en estas ramas de las matem´aticas, en ciertas ocasiones im- portantes se puede evidenciar claramente que la forma en que los espacios de Lebesgue miden el tama˜ no de las funciones no es suficiente ni satisfactoria.
Es por lo tanto necesario considerar otra manera mucho m´as precisa de medir esta cantidad (es decir el tama˜ no de las funciones) y una forma de lograr este objetivo es estudiar los espacios de Lorentz L
p,q.
En este cap´ıtulo presentaremos esencialmente la definici´on de los espacios de Lorentz
2y sus principales caracter´ısticas mientras que en los cap´ıtulos si- guientes presentaremos situaciones en donde no solo los espacios de Lorentz reemplazan con todo ´exito a los espacios de Lebesgue, sino que su utilizaci´ on es indispensable para resolver cierto tipo problemas importantes.
Por motivos pedag´ ogicos presentamos en la primera secci´ on de este cap´ıtulo los espacios de Lorentz L
p,∞con 0 < p ≤ +∞, que son tambi´en llamados es- pacios L
p-d´ebiles o espacios de Marcinkiewicz. Estos espacios L
p,∞son quiz´as los m´as populares de los espacios de Lorentz porque son sencillos de definir e intervienen muy directamente en numerosas aplicaciones y esto es otra jus- tificaci´on para presentarlos por separado: as´ı se tendr´a a la mano una serie de resultados listos para ser utilizados. En la Secci´ on 1.2 definiremos los es- pacios de Lorentz L
p,qgenerales, es decir con 0 < p, q ≤ +∞, y veremos dos caracterizaciones posibles de estos espacios. A medida que vayamos presentan- do estas caracterizaciones distintas, iremos recorriendo algunas propiedades de estos espacios y de esta manera tendremos ya en esta etapa una buena idea de lo que es un espacio de Lorentz. En la Secci´ on 1.3 estudiaremos bajo qu´e condiciones los espacios de Lorentz son espacios de Banach y veremos que la obtenci´on de esta importante estructura topol´ ogica en los espacios de Lorentz no es tan directa como en el caso de los espacios de Lebesgue: esto nos llevar´a a considerar una tercera manera de caracterizar estos espacios de Lorentz. En la Secci´on 1.4 veremos c´ omo generalizar ciertas propiedades presentadas en el marco de los espacios de Lebesgue a los espacios de Lorentz. Esta secci´ on es interesante pues muestra que muchos de los objetos presentados en el Volumen
1En todo lo que sigue, denotaremos por “Volumen 1” al libroEspacios de Lebesgue y de Lorentz, Volumen 1: Teor´ıa de la Medida y Teor´ıa de la Integraci´on, Ediciones AMARUN (2017) y por “Volumen 2” al libroEspacios de Lebesgue y de Lorentz, Volumen 2: An´alisis Funcional y Complementos, Ediciones AMARUN (2017).
2G. Lorentz (1910-2006), matem´atico ruso.
5
1 o en el Volumen 2 pueden ser tratados desde el punto de vista m´as general de los espacios de Lorentz. En la Secci´ on 1.5, estudiaremos las relaciones de dualidad existentes en los espacios de Lorentz y veremos que, al igual que los espacios de Lebesgue, es ´ util poder considerar diferentes estructuras topol´ ogi- cas adem´as de la topolog´ıa inicial que provee estos espacios de una estructura de espacio de Banach. Finalmente, en la Secci´ on 1.6 estudiaremos los espacios de Lorentz discretos, si bien la teor´ıa general se aplica casi directamente al caso discreto (basta cambiar de medida), es conveniente explicar y recalcar algunas situaciones particulares que surgen al considerar medidas discretas.
Contrariamente a los espacios de Lebesgue, en los espacios de Lorentz no se dispone de una sola y ´ unica funcional que permita caracterizarlos y que sea a la vez sencilla de definir, f´ acil de usar y que condense c´ omodamente todas las propiedades m´as importantes de estos espacios de funciones. Esto implica que para estudiar rigurosamente estos espacios sea necesario utilizar diferentes puntos de vista por medio de diversas funcionales que ser´an definidas y presen- tadas a su debido tiempo.
En todo este cap´ıtulo, a excepci´ on de la Secci´ on 1.6 y salvo menci´ on expresa de lo contrario, siempre consideraremos (X, A , µ) un espacio medido con µ una medida positiva σ-finita y funciones definidas sobre X a valores en K = R ´ o C. El espacio eucl´ıdeo R
ncon n ≥ 1 siempre estar´ a dotado de su estructura de espacio medido natural (R
n, Bor(R
n), dx) y notaremos la medida de Lebesgue de un subconjunto A de R
npor |A|.
1.1. Espacios L p,∞ o L p -d´ ebiles
En esta secci´ on empezamos presentando los espacios de Lorentz L
p,∞que son tambi´en llamados L
p-d´ebiles o espacios de Marcinkiewicz
3. Quiz´ as la ma- nera m´as natural de definir estos espacios consiste en introducir la funci´ on de distribuci´ on, cuyo estudio ocupar´a la primera secci´ on a continuaci´on y una vez que habremos expuesto las particularidades de este objeto, podremos con toda comodidad presentar una primera definici´on de estos espacios L
p,∞y veremos sus propiedades m´as inmediatas, en particular veremos en qu´e sentido estos espacios son una generalizaci´ on de los espacios de Lebesgue L
p.
1.1.1. Funci´ on de distribuci´ on
La funci´ on de distribuci´ on explica c´ omo se comporta una funci´ on f : X −→ K a medida que recorremos el rango de sus valores. M´ as precisamente, vamos a medir el tama˜ no de los conjuntos {x ∈ X : |f (x)| > α} de una funci´ on f a partir de una cierta altura dada que est´ a determinada por el par´ametro real α ≥ 0 como nos indica la definici´on siguiente.
Definici´ on 1.1.1 (Funci´ on de Distribuci´ on) Sea (X, A , µ) un espacio me- dido, sea f : X −→ K una funci´ on medible definida sobre X a valores en K y sea
3J´ozef Marcinkiewicz (1910-1940), matem´atico polaco.
α ∈ [0, +∞[ un real. Definimos la funci´ on de distribuci´ on d
f: [0, +∞[−→ R
+asociada a la funci´ on f por medio de la expresi´ on d
f(α) =
Z
X
1
{|f(x)|>α}(x)dµ(x) = µ ({x ∈ X : |f (x)| > α}) . (1.1) La primera observaci´ on que es necesario hacer tiene que ver con el conjunto {x ∈ X : |f (x)| > α}, que es un conjunto medible pues la funci´ on f es medible (ver la Proposici´on 3.2.4 del Volumen 1) y esto nos garantiza que tiene sentido estudiar la medida de este tipo de conjuntos. Una segunda observaci´ on es la siguiente:
Observaci´ on 1.1 La funci´ on de distribuci´ on, al estar definida por medio de una integral, nos da una informaci´ on general sobre el tama˜ no de f pero no sobre su comportamiento en un punto dado (recu´erdese, por ejemplo, que la medida de Lebesgue no carga los puntos). En particular, si f = g en µ-casi todas partes, entonces por definici´on se tiene d
f= d
g.
Mostremos ahora un primer ejemplo de determinaci´ on de la funci´ on d
f. Sea (X, A , µ) un espacio medido y sea f : X −→ [0, +∞[ una funci´ on medible:
f (x)
✻
✲ α
1α
2A
2❄ A
1✁ ✁
✁☛
❍❍ ❍❍
❍❍ ❥
Figura 1.1: Funci´ on de distribuci´ on.
Como podemos ver en esta figura, si fijamos una altura α
1dada, el conjunto {x ∈ X : |f (x)| > α
1} est´ a determinado por el conjunto A
1que contiene dos partes, mientras que para la altura α
2se tiene {x ∈ X : |f (x)| > α
2} = A
2, que se ha representado con una l´ınea m´as gruesa. Si estudiamos c´ omo var´ıa la medida de los conjuntos {x ∈ X : |f (x)| > α} en funci´ on del par´ ametro α, lo que se obtiene es la funci´ on de distribuci´ on: de esta manera en este ejemplo se tiene d
f(α
1) = µ(A
1) y d
f(α
2) = µ(A
2).
Veamos un poco m´as en detalle la acci´on de la funci´ on de distribuci´ on d
fa
trav´es de un segundo ejemplo. Sobre el espacio medido (R, Bor(R), dx) conside-
remos la funci´ on f (x) = X
5 k=1c
k1
Ak(x) representada en la Figura 1.2, en donde los n´ umeros c
kson reales positivos y A
kson intervalos acotados de la recta real.
✲
✻
c1 c2 c3 c4
1
A1 2
A2 3 A3
4
A4 5
A5
funci´ on f
✲
✻
•
•
•
•
c4 c3 c2 c1
1 2
3
4 5
B1 B2 B3 B4
funci´ on de distribuci´ on d
fFigura 1.2: Funci´ on de distribuci´ on de una funci´ on simple.
Lo primero que podemos observar es que los posibles valores del par´ ametro α var´ıan entre 0 y c
4, que es la altura m´axima de la funci´ on, y por lo tanto se tiene |{x ∈ R : |f (x)| > c
4}| = 0. Luego, notamos que el valor de la cantidad
|{x ∈ R : |f (x)| > α}| es constante en los intervalos del tipo c
i< α < c
i+1, con i = 1, . . . , 3. Estas dos observaciones y una aplicaci´on directa de la f´ ormula (1.1) nos permite representar, en la parte de la derecha de la figura anterior, la funci´ on de distribuci´ on d
fen funci´ on de los valores de α y en donde los valores B
jen las ordenadas est´ an dados por la expresi´on B
j=
X
j k=1|A
k|.
Podemos entonces ver que si consideramos el tama˜ no (en el sentido de ´ area bajo la curva) de estas funciones, tenemos una identidad entre f y d
f. Es decir que, si partimos de una funci´ on f , el paso a la funci´ on de distribuci´ on preserva su tama˜ no y esto se puede ver claramente con este ejemplo muy particular en donde la funci´ on de distribuci´ on d
fha reordenado y reorientado (pero sin modificarlos) los rect´angulos 1, 2, 3, 4, 5 que componen la funci´ on f de manera que el “´ area bajo la curva” de las funciones f y d
fes exactamente la misma.
Demostraremos este hecho de forma m´as precisa y lo generalizaremos con la Proposici´on 1.1.2.
Es importante observar que si (X, A , µ) es un espacio medido general y si f ≥ 0 es una funci´ on medible, entonces la funci´ on de distribuci´ on d
fpuede tomar valores en el intervalo [0, +∞], pero el hecho de que d
fpueda valer +∞
puede causar problemas: en efecto, si consideramos por ejemplo X = R dotado
de su estructura natural y si estudiamos la funci´ on f (x) = tan
2(x), tenemos
d
f(α) = +∞ para todo α > 0, lo que no proporciona ninguna informaci´ on
utilizable. Asimismo, si f (x) = sin
2(x), vemos que d
f(α) = +∞ si 0 < α < 1 y
d
f(α) = 0 si α ≥ 0.
Esta observaci´ on nos lleva a considerar funciones medibles tales que su fun- ci´on de distribuci´ on d
fes finita en al menos un punto, lo cual supondremos impl´ıcitamente de ahora en adelante.
Detallemos ahora algunas caracter´ısticas de esta funci´ on de distribuci´ on.
Proposici´ on 1.1.1 Sea (X, A , µ) un espacio medido y sean f y g dos funcio- nes medibles definidas sobre X a valores en K. Entonces, para todo α, β ≥ 0 tenemos los siguientes puntos:
1) se tiene d
f= d
|f|, adem´ as d
fes decreciente y continua por la derecha sobre [0, +∞[,
2) si se tiene |g(x)| ≤ |f (x)| en µ-casi todas partes entonces d
g(α) ≤ d
f(α), para todo α ≥ 0,
3) para toda constante λ ∈ K
∗, se tiene d
λf(α) = d
f(α/|λ|), para todo α ≥ 0, 4) se tiene la desigualdad d
f+g(α + β) ≤ d
f(α) + d
g(β),
5) se tiene la desigualdad d
f g(αβ) ≤ d
f(α) + d
g(β), 6) si se tiene el l´ımite |f (x)| ≤ l´ım´ınf
n→+∞
|f
n(x)| en µ-casi todas partes entonces tenemos el l´ımite
d
f(α) ≤ l´ım´ınf
n→+∞
d
fn(α).
Prueba.
1) La identidad d
f= d
|f|se deduce directamente de la expresi´on (1.1) que define la funci´ on de distribuci´ on pues para construir esta funci´ on de dis- tribuci´on es necesario considerar el valor absoluto de la funci´ on f . Veamos ahora que la funci´ on de distribuci´ on es decreciente: si 0 ≤ α
1< α
2son dos reales arbitrarios, notamos que siempre se tiene la inclusi´ on de conjuntos {x ∈ X : |f (x)| > α
2} ⊂ {x ∈ X : |f (x)| > α
1}, de manera que al considerar la medida de estos conjuntos podemos escribir
d
f(α
2) = µ ({x ∈ X : |f (x)| > α
2}) ≤ µ ({x ∈ X : |f (x)| > α
1}) = d
f(α
1), de donde se obtiene que la funci´ on de distribuci´ on es decreciente. Para mostrar que la funci´ on d
fes continua por la derecha fijamos el conjunto E
α= {x ∈ X : |f (x)| > α} y un real α
0> 0. Por las l´ıneas anteriores vemos que los conjuntos E
αson crecientes si α decrece y por lo tanto podemos escribir
E
α0=
+∞
[
n=1
E
α0+1/n,
de modo que por la propiedad de continuidad de las medidas
4obtenemos d
f(α
0+ 1/n) = µ(E
α0+1/n) −→
n→+∞
µ(E
α0) = d
f(α
0),
4Ver el Teorema 2.2.3 del Volumen 1.
lo que muestra que la funci´ on d
fes continua por la derecha.
2) Si |g(x)| ≤ |f (x)| en µ-casi todas partes, tenemos la inclusi´ on de conjuntos para todo α ≥ 0
{x ∈ X : |g(x)| > α} ⊂ {x ∈ X : |f (x)| > α}, es decir, al considerar la medida de estos conjuntos obtenemos
µ({x ∈ X : |g(x)| > α}) ≤ µ({x ∈ X : |f (x)| > α}), de modo que d
g(α) ≤ d
f(α).
3) Aqu´ı utilizamos directamente la definici´on de la funci´ on de distribuci´ on dada en la expresi´on (1.1)
d
λf(α) = µ ({x ∈ X : |λ f (x)| > α}) = µ ({x ∈ X : |λ| |f (x)| > α})
= µ ({x ∈ X : |f (x)| > α/|λ|}) = d
f(α/|λ|).
4) Este punto se verifica considerando la siguiente inclusi´ on de conjuntos:
{x ∈ X : |f (x) + g(x)| > α + β} ⊂ {x ∈ X : |f (x)| > α}
∪{x ∈ X : |g(x)| > β}.
De manera que, calculando la medida de estos conjuntos, se obtiene µ({x ∈ X : |f (x) + g(x)| > α + β}) ≤ µ({x ∈ X : |f (x)| > α}) +µ({x ∈ X : |g(x)| > β}), es decir d
f+g(α + β) ≤ d
f(α) + d
g(β ).
5) Este hecho se verifica de forma similar; en efecto, puesto que disponemos de la inclusi´ on de conjuntos
{x ∈ X : |f g(x)| > αβ} ⊂ {x ∈ X : |f (x)| > α} ∪ {x ∈ X : |g(x)| > β}, se tiene sin dificultad que d
f g(αβ) ≤ d
f(α) + d
g(β ).
6) Para demostrar este ´ ultimo punto consideramos el conjunto E
n= {x ∈ X : |f
n(x)| > α}. Puesto que se tiene
|f (x)| ≤ l´ım´ınf
n→+∞
|f
n(x)| = sup
m∈N
n>m
´ınf |f
n(x)|,
vemos que, para todo x ∈ X tal que |f (x)| > α existe un entero m tal que para todo entero n > m se tenga |f
n(x)| > α. Es decir
E
α⊂
+∞
[
m=1 +∞
\
n=m
E
n, y por, lo tanto, para todo m > 1 se tiene que
µ
+∞
\
n=m
E
n!
≤ ´ınf
n>m
µ(E
n) ≤ sup
m∈N
n>m
´ınf µ(E
n) = l´ım´ınf
n→+∞
µ(E
n).
Por la monoton´ıa
5de la medida µ y dado que
+∞
\
n=m
E
n!
m≥1
es una sucesi´on decreciente de conjuntos, obtenemos
d
f(α) = µ(E
α) ≤ µ
+∞
[
m=1 +∞
\
n=m
E
n!
= l´ım
m→+∞
µ
+∞
\
n=m
> E
n!
≤ l´ım´ınf
n→+∞
d
fn(α).
Lo que termina la demostraci´on de esta proposici´on.
Las propiedades expuestas en esta proposici´on son muy importantes pues de- terminar´an, como vamos a ver dentro de poco, muchas de las caracter´ısticas de los espacios de Lorentz y nos referiremos muy a menudo a ellas.
Podemos ahora enunciar el resultado a continuaci´on que nos indica c´ omo reconstruir la funcional k · k
Lp, y por lo tanto c´ omo caracterizar los espacios de Lebesgue L
p, a partir de las l´ıneas de nivel determinadas por la funci´ on de distribuci´ on.
Proposici´ on 1.1.2 Sea (X, A , µ) un espacio medido, sea f : X −→ K una funci´ on medible y sea 0 < p < +∞ un par´ ametro real. Se tiene entonces la identidad
kf k
Lp= p
p1Z
+∞0
α
p−1d
f(α)dα
1p. (1.2)
Prueba. Utilizando la expresi´on (1.1) que define la funci´ on de distribuci´ on escribimos
p Z
+∞0
α
p−1d
f(α)dα = p Z
+∞0
α
p−1Z
X
1
{|f|>α}(x)dµ(x)
dα, y si aplicamos el teorema de Fubini en la ´ ultima integral obtenemos
p Z
X
Z
+∞0
α
p−11
{|f|>α}(x)dα dµ(x) = p Z
X
Z
|f(x)|0
α
p−1dα dµ(x),
es decir, al integrar en la variable α se tiene Z
X
|f (x)|
pdµ(x) = kf k
pLp. Este resultado nos proporciona una nueva forma de calcular la funcional k · k
Lpy disponemos, por el momento, de dos maneras distintas de calcular la cantidad k · k
Lpcuando 0 < p < +∞:
usando directamente la definici´on kf k
Lp= Z
X
|f (x)|
pdµ(x)
1p, usando la identidad (1.2).
5Es decir siA⊂B, entoncesµ(A)≤µ(B).
Cada una de estas opciones tiene su utilidad, y siempre conviene disponer de la mayor cantidad de herramientas para describir un espacio funcional.
Volvamos ahora a la identidad (1.2). El caso p = 1 es muy interesante pues se escribe de la siguiente manera
kf k
L1= Z
X
|f (x)|dµ(x) = Z
+∞0
d
f(α)dα, (1.3)
y cuando el conjunto X es el intervalo [0, +∞[, esta identidad es la comproba- ci´ on de que el “´ area debajo de la curva” es la misma para las funciones |f | y su funci´ on de distribuci´ on d
f. M´ as generalmente, este hecho permite determinar el tama˜ no de una funci´ on, no solo integrando directamente sobre un espacio cualquiera X dotado de su estructura particular, sino que tambi´en es posible transponer esta informaci´ on sobre el intervalo [0, +∞[ dotado de su estructura natural: gracias a esta transformaci´ on y a la identidad (1.3), si estamos in- teresados en problemas de medibilidad “basta” estudiar lo que sucede sobre el conjunto [0, +∞[ pues la funci´ on de distribuci´ on captura la informaci´ on nece- saria para tratar con ´exito estas problem´ aticas.
A partir de esta observaci´ on tenemos el concepto a continuaci´on que ser´a de utilidad en lo que sigue.
Definici´ on 1.1.2 (Funciones equidistribuidas) Sea (X, A , µ) un espacio medido, sean f, g : X −→ K dos funciones medibles. Diremos que f y g son equidistribuidas si se tiene la identidad d
f(α) = d
g(α), para todo α ≥ 0.
Recordemos que por la definici´on de la funci´ on de distribuci´ on, se tiene esta identidad en µ-casi todas partes. Adem´as, para dos funciones f y g equidis- tribuidas se tiene por la f´ ormula (1.2) la identidad kf k
Lp= kgk
Lppara todo 0 < p < +∞.
Notemos aqu´ı que dos funciones equidistribuidas pueden ser muy diferentes:
si consideramos el espacio X = [0, +∞[, con su estructura natural, y las fun- ciones f = 1
[0,1]y g = 1
[3,4], se tiene sin ning´ un problema que d
f= d
g= 1
[0,1[.
1.1.2. Definici´ on de los espacios L
p,∞Una vez que disponemos de estas propiedades de las funci´ on de distribuci´ on, podemos presentar una primera definici´on de los espacios de Lorentz L
p,∞y veremos aqu´ı algunos ejemplos de funciones que pertenecen a estos espacios.
Definici´ on 1.1.3 (Espacios de Lorentz L
p,∞) Sea (X, A , µ) un espacio me- dido.
1) Sea 0 < p < +∞ un n´ umero real, definimos el espacio de Lorentz L
p,∞(X, A , µ, K) como el conjunto de funciones medibles f : X −→ K tales que la cantidad siguiente es finita
kf k
Lp,∞= sup
α>0
α d
1 p
f
(α)
. (1.4)
2) El espacio L
∞,∞(X, A , µ, K) es por definici´ on el espacio L
∞(X, A , µ, K).
Como las propiedades m´as elementales del espacio L
∞,∞= L
∞han sido ya estudiadas en los vol´ umenes anteriores, nos concentramos aqu´ı en los espacios L
p,∞con 0 < p < +∞.
Recordemos aqu´ı que las dobles barras k · k sirven por lo general para de- signar una norma y en la definici´on anterior, hacemos un abuso de notaci´ on pues la cantidad k · k
Lp,∞no es necesariamente una norma como tendremos la oportunidad de verlo m´as adelante.
Antes de pasar al estudio de las diferentes caracter´ısticas de estos espacios enunciamos una propiedad que se deduce inmediatamente de la f´ ormula (1.4) y que es de gran importancia: para todo α > 0 se tiene siempre la mayoraci´ on
kf k
Lp,∞≥ α d
1 p
f
(α), (1.5)
lo cual puede reescribirse de varias manera distintas como por ejemplo kf k
Lp,∞α
−1≥ d
1 p
f
(α) o, de forma equivalente kf k
pLp,∞α
−p≥ d
f(α).
Conviene tener en mente estas expresiones pues son muy ´ utiles en la pr´actica.
Podemos ver ahora que por definici´on de la funci´ on de distribuci´ on (ver tam- bi´en la Observaci´ on 1.1), si se tiene f = g en µ-casi todas partes, entonces d
f= d
gy de esta manera los espacios L
p,∞que acabamos de definir deben ser considerados como espacios de clases de funciones, de la misma manera que se lo ha hecho para los espacios de Lebesgue L
p(ver el Volumen 1). Dicho de otra manera, dos funciones que pertenecen al espacio de Lorentz L
p,∞ser´an consideradas iguales, si son iguales en µ-casi todas partes.
Una vez que hemos aclarado estos puntos, demos unos ejemplos de funciones que pertenecen a los espacios de Lorentz L
p,∞con 0 < p < +∞.
(i) Sobre el espacio medido (R
n, Bor(R
n), dx) consideremos la funci´ on indi- catriz f = 1
A, en donde A ⊂ R
nes un subconjunto de medida finita.
El lector verificar´ a que si 0 ≤ α < 1, entonces se tiene d
f(α) = |{x ∈ R
n: |1
A(x)| > α}| = |A|, mientras que si α ≥ 1, se tiene en cambio que d
f(α) = 0. A partir de estas observaciones, si calculamos la cantidad kf k
Lp,∞= sup
α>0
α d
1 p
f
(α)
con 0 < p < +∞, obtenemos kf k
Lp,∞= |A|
1p, de donde se tiene que f = 1
A∈ L
p,∞(R
n, Bor(R
n), dx, R). El lector no- tar´ a que para las funciones indicatrices de conjuntos acotados las can- tidades k · k
Lp,∞y k · k
Lpnos proporcionan la misma informaci´ on, es decir
k1
Ak
Lp,∞= k1
Ak
Lp= |A|
1p,
sin embargo en el ejemplo siguiente mostraremos las diferencias entre
estos espacios de funciones.
(ii) Veamos un caso m´as particular de funciones que pertenecen a los espacios de Lorentz L
p,∞con 0 < p < +∞: sobre el espacio X = R
ndotado de su estructura natural consideremos la funci´ on f : x 7−→ |x|
−np. Si calculamos la cantidad kf k
Lp,∞, utilizando las propiedades de la medida de Lebesgue tenemos:
kf k
Lp,∞= sup
α>0
α d
1 p
f
(α)
= sup
α>0
n α × {x ∈ R
n: |x|
−np> α}
1po
= sup
α>0
n α × {x ∈ R
n: |x| < α
−pn}
1po
= sup
α>0
n α × B(0, α
−pn)
1po
(1.6)
= sup
α>0
n α × α
−pB(0, 1)
p1o
= sup
α>0
n α × α
−1B(0, 1)
p1o
= B(0, 1)
p1=
π
n2Γ(
n2+ 1)
p1< +∞,
y hemos verificado
6que se tiene kf k
Lp,∞= |B(0, 1)|
p1< +∞ de manera que la funci´ on f (x) = |x|
−nppertenece como anunciado al espacio de Lorentz L
p,∞(R
n, Bor(R
n), dx, R).
Este ´ ultimo ejemplo sirve para mostrar que si p 6= q, entonces los espacios de Lorentz L
p,∞y L
q,∞son distintos. En efecto, sobre R
nsi consideramos f = |x|
−np, entonces por los c´ alculos anteriores tenemos f ∈ L
p,∞pero esta funci´ on no pertenece al espacio de Lorentz L
q,∞. Sin embargo, el punto m´as relevante de este ejemplo est´ a dado en la observaci´ on siguiente.
Observaci´ on 1.2 Para todo 0 < p < +∞, tenemos que las funciones del tipo f (x) = |x|
−nppertenecen al espacio L
p,∞(R
n, Bor(R
n), dx, R) y estas funciones son ejemplos t´ıpicos de elementos de los espacios de Lorentz L
p,∞que nunca pertenecen a los espacios de Lebesgue L
p.
1.1.3. Primeras propiedades de los espacios L
p,∞Vamos a presentar aqu´ı seis propiedades elementales de estos espacios: unas propiedades estructurales (veremos que son espacios vectoriales cuasi-normados), unas propiedades de posicionamiento (compararemos los espacios de Lorentz con los espacios de Lebesgue), introduciremos una desigualdad de interpola- ci´on, generalizaremos las desigualdades de H¨ older y veremos una caracteriza- ci´on equivalente de estos espacios de Lorentz. Finalmente definiremos el pro- ducto de convoluci´ on sobre estos espacios.
A) Propiedades estructurales
En esta secci´ on empezamos un primer estudio de las diferentes estructuras topol´ogicas existentes sobre los espacios de Lorentz L
p,∞. Indiquemos que con
6Recordar que la medida de la bola unidad B(0,1)
ha sido calculada en la Secci´on 3.4.4 del Volumen 1.
la Definici´ on 1.1.3 ´ unicamente podremos dar un estudio general (´ util pedag´ ogi- camente, pero lastimosamente superficial) de las propiedades de estos espacios y ser´a necesario esperar a la Secci´ on 1.3 en donde se introducir´ an otros con- ceptos para poder estudiar m´as en detalle estos espacios.
El resultado a continuaci´on presenta un primer indicio sobre qu´e tipo de estructura se dispone en los espacios de Lorentz L
p,∞.
Proposici´ on 1.1.3 Sea (X, A , µ) un espacio medido y sea 0 < p < +∞ un par´ ametro real.
1) Los espacios de Lorentz L
p,∞(X, A , µ, K) son subespacios vectoriales del conjunto de funciones medibles.
2) Adem´ as se tiene la implicaci´ on kf k
Lp,∞= 0 = ⇒ f = 0 en µ-casi todas partes
Prueba.
1) Para mostrar que el espacio de Lorentz L
p,∞es un subespacio vectorial de las funciones medibles debemos verificar los dos puntos siguientes:
• si λ ∈ K
∗y si f ∈ L
p,∞(X, A , µ, K), entonces λf ∈ L
p,∞(X, A , µ, K),
• si f, g ∈ L
p,∞(X, A , µ, K) entonces f + g ∈ L
p,∞(X, A , µ, K).
Fijemos para empezar una constante λ ∈ K
∗, por el punto 3) de la Pro- posici´on 1.1.1 y con un peque˜ no cambio de variable podemos escribir
kλfk
Lp,∞= sup
α>0
α d
1 p
λf
(α)
= sup
α>0
α d
1 p
f
(α/|λ|)
= sup
β>0
|λ|β d
1 p
f
(β)
= |λ| kf k
Lp,∞, (1.7) de donde se deduce que λf ∈ L
p,∞(X, A , µ, K).
Sean ahora f y g dos funciones pertenecientes al espacio L
p,∞(X, A , µ, K), veamos que la funci´ on suma verifica f + g ∈ L
p,∞(X, A , µ, K). En efecto, por el punto 4) de la Proposici´on 1.1.1 se tiene la desigualdad
d
f+g(α) ≤ d
f(α/2) + d
g(α/2), de manera que tenemos d
1 p
f+g
(α) ≤
d
f(α/2) + d
g(α/2)
p1, entonces, si 0 < p < 1, se tiene
d
1 p
f+g
(α) ≤ 2
1p−1d
1 p
f
(α/2) + d
1
gp
(α/2)
, mientras que si 1 ≤ p < +∞, se obtiene la desigualdad
7d
1 p
f+g
(α) ≤ d
1 p
f
(α/2) + d
1
gp
(α/2),
7Recordar que sia, b >0 entonces (a+b)σ ≤aσ+bσsi 0< σ <1 y (a+b)σ≤2σ−1(aσ+bσ) si 1 < σ < +∞. Ver el Lema 4.2.1 del Volumen 1 para una demostraci´on de estas desigualdades.
y entonces podemos escribir, en funci´ on de los valores de p e introduciendo el factor α/2, las desigualdades siguientes
α d
1 p
f+g
(α) ≤ 2
1p(α/2) d
1 p
f
(α/2) + (α/2) d
1
gp
(α/2)
, si 0 < p < 1, α d
1 p
f+g
(α) ≤ 2
(α/2) d
1 p
f
(α/2) + (α/2) d
1
gp
(α/2)
, si 1 ≤ p < +∞.
(1.8)
Al tomar el supremo sobre el conjunto α > 0 tenemos entonces sup
α>0
α d
1 p
f+g
(α)
≤ m´ax(2
1p, 2)
sup
α>0
(α/2) d
1 p
f
(α/2)
+sup
α>0
(α/2) d
1
gp
(α/2)
, lo cual nos permite finalmente escribir
kf + gk
Lp,∞≤ m´ax(2
1p, 2) (kf k
Lp,∞+ kgk
Lp,∞) , (1.9) lo que muestra que f + g ∈ L
p,∞(X, A , µ, K).
Con estos dos puntos hemos verificado que el espacio L
p,∞(X, A , µ, K) es un subespacio vectorial del conjunto de funciones medibles.
2) Si se tiene kf k
Lp,∞= 0, entonces por definici´on sup
α>0
α d
1 p
f
(α)
= 0, lo que implica que d
f(α > 0) = 0 para todo α > 0, es decir que el conjunto {x ∈ X : |f (x)| > α} es de µ-medida nula para todo α > 0, de donde se deduce sin problema que la funci´ on f es nula en µ-casi todas partes.
Esta estructura de espacio vectorial es muy importante pues nos garantiza que los espacios de Lorentz L
p,∞son estables al realizar las operaciones de base como la suma de funciones y la multiplicaci´ on por un escalar. Sin embargo, desde un punto de vista de la estructura topol´ ogica, esta informaci´ on deja mucho que desear: a la luz de los resultados presentados en el Volumen 1 y en el Volumen 2, desear´ıamos obtener una estructura de espacio de Banach reflexivo para estos espacios, que era la estructura que dispon´ıa de mayor cantidad de propiedades. Indiquemos desde ya que esto no ser´a posible para todos los valores de 0 < p < +∞, como tendremos la oportunidad de verlo un poco m´as adelante (recordamos que en los espacios de Lebesgue se tiene esta estructura de espacio de Banach reflexivo ´ unicamente cuando 1 < p < +∞).
Observaci´ on 1.3 Las propiedades (1.7) y (1.9) que acabamos de demostrar sobre la funcional k · k
Lp,∞hacen de esta cantidad un operador cuasi-lineal
8, pero no se dispone de la desigualdad triangular.
En efecto, tenemos el contraejemplo siguiente: consideramos sobre el conjunto X =]0, 1[ las funciones f (x) = x
−1p1
]0,1[(x) y g(x) = (1 − x)
−1p1
]0,1[(x) con
8Ver la Definici´on 1.1.4 del Volumen 2.
0 < p < +∞. Siguiendo los c´ alculos realizados en la expresi´on (1.6) obtenemos directamente
kf k
Lp,∞= kgk
Lp,∞= 1.
Tenemos ahora kf + gk
Lp,∞= sup
α>0
n α × {x ∈]0, 1[: |f (x) + g(x)| > α}
1po por definici´on, y vemos sin mayor problema que el valor maximal posible de la cantidad {x ∈]0, 1[: |f (x) + g(x)| > α} es igual a 1 (que corresponde a todo el conjunto X =]0, 1[), y se tiene esta situaci´ on cuando 0 ≤ α ≤ 2
1+1p, siendo este ´ ultimo valor el m´ınimo sobre ]0, 1[ de la funci´ on f + g. Para este valor particular de α = 2
1+1ppodemos entonces escribir
α × {x ∈]0, 1[: |f (x) + g(x)| > α}
p1= 2
1+1p, y usamos ahora la desigualdad (1.5) para obtener la mayoraci´ on
kf + gk
Lp,∞≥ 2
1+1p,
de esta manera podemos ver que no se cumple la desigualdad triangular pues se tiene, para todo 0 < p < +∞ la mayoraci´ on
kf + gk
Lp,∞≥ 2
1+1p> 2 = kf k
Lp,∞+ kgk
Lp,∞.
Insistamos en el hecho de que la cantidad k · k
Lp,∞no sea una norma, no sig- nifica que los espacios de Lorentz L
p,∞no sean espacios de Banach: veremos en la Secci´on 1.3 otras funcionales equivalentes que si son normas para ciertos valores del par´ ametro p.
¿Pero por qu´e utilizar la Definici´ on 1.1.3 y la funcional k · k
Lp,∞para estu- diar los espacios de Lorentz L
p,∞, si existen funcionales que contienen mayores propiedades estructurales? La raz´ on principal de presentar estos espacios uti- lizando la funci´ on de distribuci´ on radica en el hecho de que esta funci´ on de distribuci´ on es muy f´ acil y c´ omoda de utilizar (es la funcional que requiere el menor n´ umero de manipulaciones sobre las funciones consideradas) y podremos evidenciar muy claramente esta propiedad en los cap´ıtulos siguientes.
Dado entonces que la funcional k · k
Lp,∞es suficiente para caracterizar y definir los espacios de Lorentz, es entonces necesario detallar algunas de sus propiedades y para ello necesitamos introducir la siguiente noci´ on.
Definici´ on 1.1.4 (cuasi-norma) Sea E un K-espacio vectorial topol´ ogico.
Diremos que una aplicaci´ on k · k
E: E −→ [0, +∞[ es una cuasi-norma
9si verifica los siguientes puntos
1) para todo x ∈ E: kxk
E= 0 ⇐⇒ x = 0,
2) para todo λ ∈ K y todo x ∈ E: kλxk
E= |λ|kxk
E,
9Conviene insistir en la diferencia existente entre unasemi-norma, en donde no se tiene la propiedad de separaci´onkxkE = 0⇐⇒x= 0, y unacuasi-norma, en donde no se tiene la desigualdad triangular.
3) existe una constante C ≥ 1 tal que para todo x, y ∈ E:
kx + yk
E≤ C(kxk
E+ kyk
E).
Al espacio (E, k · k
E) se denominar´ a espacio cuasi-normado.
Tal como lo hemos indicado al final de la Definici´ on 1.1.3, hay un abuso de notaci´ on en la definici´on anterior: la aplicaci´on k · k
Eno es una norma pues no verifica la desigualdad triangular. Sin embargo, por tradici´ on se mantiene esta notaci´ on en este caso y veremos un poco m´as adelante cu´ando, y sobre todo c´ omo, es posible definir una verdadera norma sobre los espacios de Lorentz.
La topolog´ıa de un espacio cuasi-normado (E, k · k
E) se determina de manera natural considerando las cuasi-bolas abiertas B(x, r) = {y ∈ E : kx−yk
E< r}.
Un estudio general de los espacios cuasi-normados exigir´ıa demasiado espacio que no disponemos aqu´ı, de manera que solo expondremos algunas propiedades elementales y para empezar fijamos algunas notaciones en total analog´ıa con el marco de los espacios normados.
Definici´ on 1.1.5 Sea (E, k · k
E) un K-espacio vectorial cuasi-normado y sea (x
n)
n∈Nuna sucesi´ on de elementos de E. Diremos que la sucesi´ on (x
n)
n∈Nconverge en el sentido de la cuasi-norma k · k
Ehacia un punto x ∈ E si (∀ε > 0)(∃N ∈ N)[∀n ≥ N = ⇒ kx
n− xk
E< ε],
lo que notaremos
n→+∞
l´ım kx
n− xk
E= 0.
Diremos adem´ as que una sucesi´ on (x
n)
n∈Nes de Cauchy en el sentido de la cuasi-norma k · k
Esi
(∀ε > 0)(∃N ∈ N)(∀n, m ≥ N) [kx
n− x
mk
E< ε].
Una sucesi´ on (x
n)
n∈Nes acotada en el espacio cuasi-normado (E, k · k
E) si sup
n∈N
kx
nk
E< +∞.
Finalmente, diremos que el espacio vectorial cuasi-normado (E, k · k
E) es com- pleto si toda sucesi´ on de Cauchy es convergente y hablaremos entonces de es- pacio de cuasi-Banach.
Proposici´ on 1.1.4 Sea (E, k · k
E) un K-espacio vectorial cuasi-normado. En- tonces toda sucesi´ on convergente es de Cauchy y toda sucesi´ on de Cauchy es acotada. Adem´ as si (x
n)
n∈Nes una sucesi´ on de Cauchy que admite una subsuce- si´ on (x
ϕ(n))
n∈Nconvergente hacia un punto x ∈ E, entonces (x
n)
n∈Nconverge hacia x.
Prueba. Sea (x
n)
n∈Nuna sucesi´on de converge hacia un punto x ∈ E. Tenemos entonces
kx
n− x
mk
E≤ C(kx
n− xk
E+ kx − x
mk
E),
lo que implica que toda sucesi´on convergente es de Cauchy. Verifiquemos ahora que toda sucesi´on de Cauchy es acotada: existe N ∈ N tal que para todo n, m ≥ N se tiene kx
n− x
mk
E≤ 1 y entonces para todo m ≥ N tenemos la mayoraci´ on kx
mk
E≤ C(1 + kx
Nk
E), lo que nos permite escribir
kx
jk
E j∈N≤ m´ax(kx
0k
E, . . . , kx
N−1k
E, C(1 + kx
Nk
E)),
de donde se deduce que la sucesi´on de Cauchy es acotada. Finalmente, si (x
ϕ(n))
n∈Nes una subsucesi´on que es convergente hacia un punto x ∈ E, en- tonces
kx
n− xk
E≤ C(kx
n− x
ϕ(n)k
E+ kx
ϕ(n)− xk
E),
pero como la sucesi´on (x
n)
n∈Nes de Cauchy y como la subsucesi´on (x
ϕ(n))
n∈Nconverge hacia x, se obtiene entonces la convergencia de la sucesi´on (x
n)
n∈Nhacia el punto x.
Dejamos de lado por un momento a los espacios cuasi-normados pues ne- cesitamos establecer un resultado que hace intervenir la convergencia en µ- medida
10. Recordemos que sobre un espacio medido (X, A , µ), una sucesi´on (f
n)
n∈Nde funciones µ-medibles a valores en K, es de Cauchy con respecto a la convergencia en µ-medida si para todo ε > 0 existe N ∈ N tal que para todo n, m ≥ N se tiene µ({x ∈ X : |f
n(x) − f
m(x)| > ε}) < ε.
El resultado que necesitamos es el siguiente
Proposici´ on 1.1.5 Sea (X, A , µ) un espacio medido y sea (f
n)
n∈Nuna suce- si´ on de funciones µ-medibles a valores en K que son de Cauchy con respecto a la convergencia en µ-medida. Entonces existe una subsucesi´ on de (f
n)
n∈Nque converge en µ-casi todas partes hacia una funci´ on medible que notaremos f . Prueba. Partimos de una sucesi´on de Cauchy en µ-medida (f
n)
n∈Ny para todo j ≥ 1 consideramos una sucesi´on de enteros n
jtal que se tenga
µ({x ∈ X : |f
nj(x) − f
nj+1(x)| > 2
−j}) < 2
−j,
y tal que esta sucesi´on sea creciente, es decir n
1< n
2< · · · < n
j< n
j+1< · · · . Si consideramos el conjunto A
j= {x ∈ X : |f
nj(x)−f
nj+1(x)| > 2
−j}, tenemos entonces
µ
+∞
[
j=m
A
j
≤
+∞
X
j=m
µ(A
j) ≤
+∞
X
j=m
2
−j= 2
1−m,
para todo m= 1, 2, 3, ..., de donde se obtiene µ S
+∞j=1
A
j≤ 1, y tenemos entonces
µ
+∞
\
m=1 +∞
[
j=m
A
j
= 0.
10Ver la Definici´on 3.3.4 del Volumen 1.
De esta manera, para x / ∈ S
+∞j=m
A
jy para todo i, k suficientemente grandes tales que i ≥ k ≥ j
0≥ m, se tiene
|f
ni(x) − f
nk(x)| ≤ X
i−1 l=k|f
nl(x) − f
nl+1(x)| ≤ X
i−1 l=k2
−l≤ 2
1−k≤ 2
1−j0, esto implica que la sucesi´on puntual (f
ni(x))
i∈Nes de Cauchy en K para todo x / ∈ S
+∞j=m
A
j, y por lo tanto es una sucesi´on que converge para tales puntos x.
Podemos entonces definir una funci´ on por medio de la expresi´on
f (x) =
j→+∞
l´ım f
nj(x) si x / ∈
+∞
\
m=1 +∞
[
j=m
A
j,
0 si no.
Obtenemos entonces que la sucesi´on de funciones f
njtiende en µ-casi todas partes hacia la funci´ on f que es medible por el criterio de medibilidad de la
Proposici´on 3.2.3 del Volumen 1.
Con estos preliminares, tenemos ahora el resultado m´as importante de esta subsecci´ on que nos proporciona un poco m´as de informaci´ on sobre la estructura de los espacios L
p,∞.
Teorema 1.1.1 Sea (X, A , µ) un espacio medido, sea 0 < p < +∞ un par´ ame- tro real y consideremos los espacios de Lorentz L
p,∞(X, A , µ, K) dados en la Definici´ on 1.1.3. La funcional k ·k
Lp,∞dada en la expresi´ on (1.4) es una cuasi- norma sobre estos espacios y adem´ as los espacios (L
p,∞, k · k
Lp,∞) son espacios cuasi-normados completos.
Demostraci´ on. El hecho de que para todo 0 < p < +∞ la funcional k · k
Lp,∞define una cuasi-norma sobre el espacio L
p,∞(X, A , µ, K) se deduce directa- mente de la Proposici´on 1.1.3 y de las f´ ormulas (1.7) y (1.9). De manera que lo ´ unico que debemos verificar es que el espacio (L
p,∞, k · k
Lp,∞) es completo, en el sentido de que toda sucesi´on de Cauchy es convergente (con respecto a la cuasi-norma k · k
Lp,∞). Sea pues (f
n)
n∈Nuna sucesi´on de Cauchy de funciones que pertenecen al espacio L
p,∞(X, A , µ, K), entonces se tiene
(∀ε > 0)(∃N
k∈ N)(∀n, m > N
k) : kf
n− f
mk
Lp,∞< ε
1+1p. Utilizando la mayoraci´ on (1.5), tenemos para todo α > 0
α × µ({x ∈ X : |f
n(x) − f
m(x)| > α})
1p≤ kf
n− f
mk
Lp,∞< ε
1+1p, de manera que si tomamos α = ε podemos escribir
µ({x ∈ X : |f
n(x) − f
m(x)| > ε}) < ε, (1.10)
es decir que la sucesi´on de funciones (f
n)
n∈Nes de Cauchy en medida y podemos
aplicar la Proposici´on 1.1.5 para obtener que existe una subsucesi´on (f
nj)
j∈Nque converge hacia una funci´ on medible f . Fijemos entonces un k
0≥ 1 y consideremos la cantidad
|f
nk0− f | = l´ım
j→+∞
|f
nk0− f
nj|,
aplicamos la propiedad 6) de la Proposici´on 1.1.1 para obtener d
|fnk0−f|(α) ≤ l´ım´ınf
j→+∞
d
|fnk0−fnj|(α),
y a partir de esta desigualdad reconstruimos la funcional k · k
Lp,∞para obtener kf
nk0− f k
Lp,∞≤ l´ım´ınf
j→+∞
kf
nk0− f
njk
Lp,∞.
Hacemos ahora tender k
0→ +∞ y usamos el hecho de que la sucesi´on (f
n)
n∈Nes de Cauchy en el espacio L
p,∞(X, A , µ, K) de manera que la parte derecha de la estimaci´ on anterior tiende hacia cero. Obtenemos de esta manera una subsucesi´on (f
nk)
k∈Nque converge hacia una funci´ on f ∈ L
p,∞(X, A , µ, K).
Como este espacio de Lorentz es cuasi-normado, basta ahora aplicar la Propo- sici´ on 1.1.4 para obtener que toda la sucesi´on (f
n)
n∈Nconverge hacia el mismo l´ımite: los espacios de Lorentz L
p,∞con 0 < p < +∞ son entonces espacios
cuasi-normados completos.
En el estado actual de nuestra exposici´on, este es el resultado estructural m´as general que se puede obtener. Como hemos anunciado en varias ocasiones, veremos m´as tarde para qu´e valores de p es posible dotar a los espacios de Lo- rentz de estructuras m´as robustas como las de espacios m´etricos y de espacios normados.
Antes de terminar esta secci´ on, conviene observar que en la demostraci´on del teorema anterior hemos obtenido el resultado siguiente.
Corolario 1.1.1 Sea (f
n)
n∈Nuna sucesi´ on convergente que pertenece al espa- cio de Lorentz L
p,∞(X, A , µ, K) con 0 < p < +∞, entonces la sucesi´ on (f
n)
n∈Nconverge en µ-medida. Dicho de otra manera, la convergencia en L
p,∞implica la convergencia en µ-medida.
Prueba. Si f
n−→ f en L
p,∞(X, A , µ, K), tenemos que para todo ε > 0, existe N ∈ N tal que si n ≥ N , entonces
kf
n− f k
Lp,∞= sup
α>0
n α × µ({x ∈ X : |f
n(x) − f (x)| > α})
1po
< ε
1+1p. De la misma manera que en la expresi´on (1.10) anterior, basta fijar α = ε para obtener µ({x ∈ X : |f
n(x) − f (x)| > ε}) < ε, de donde se deduce la convergen-
cia en µ-medida.
Con estos resultados tenemos un primer vistazo de las propiedades de los
espacios de Lorentz L
p,∞y ahora es necesario comparar estos espacios de fun-
ciones con los espacios de Lebesgue L
p.
B) Comparaci´ on entre espacios de Lebesgue L
py de Lorentz L
p,∞Adelant´ andonos un poco a la Secci´ on 1.2.3, en donde estudiaremos en detalle las relaciones entre los espacios de Lorentz generales, podemos ver desde ya que los espacios de Lorentz L
p,∞son una generalizaci´ on de los espacios de Lebesgue L
pcomo lo muestra el resultado a continuaci´on.
Proposici´ on 1.1.6 (Inclusi´ on Lebesgue-Lorentz) Sea 0 < p < +∞ y sea (X, A , µ) un espacio medido. Entonces tenemos la inclusi´ on:
L
p(X, A , µ, K) ( L
p,∞(X, A , µ, K).
N´ otese adem´ as que esta inclusi´ on es estricta. M´ as precisamente se tiene la estimaci´ on siguiente para toda funci´ on f ∈ L
p(X, A , µ, K):
kf k
Lp,∞≤ kf k
Lp. (1.11)
Prueba. Vamos primero a establecer la desigualdad (1.11) para posteriormente verificar que la inclusi´ on es estricta. Sea pues α > 0 un n´ umero real, entonces escribimos
kf k
pLp= Z
X
|f (x)|
pdµ(x) = Z
{|f|>α}
|f (x)|
pdµ(x) + Z
{|f|≤α}
|f (x)|
pdµ(x)
≥ Z
{|f|>α}
|f (x)|
pdµ(x).
Dado que estamos integrando sobre el conjunto {x ∈ X : |f | > α} tenemos Z
{|f|>α}
|f (x)|
pdµ(x) ≥ α
pZ
{|f|>α}
dµ(x) = α
pd
f(α).
Es decir que para todo α > 0 se tiene la estimaci´ on uniforme kf k
Lp≥ αd
1 p
f
(α), y podemos escribir kf k
Lp≥ sup
α>0
α d
1 p
f
(α)
= kf k
Lp,∞.
Para mostrar que la inclusi´ on es estricta, basta exhibir una funci´ on que per-
tenece al espacio de Lorentz L
p,∞pero que no pertenece al espacio de Lebes-
gue L
pcon 0 < p < +∞. Por simplicidad, consideramos el espacio medido
(R
n, Bor(R
n), dx), sabemos entonces por la Observaci´ on 1.2 que las funciones
de tipo f (x) = |x|
−nppertenecen a los espacios de Lorentz L
p,∞para todo
0 < p < +∞ pero que nunca pertenecen a los espacios de Lebesgue L
p.
Esta proposici´on nos muestra, tal como lo hab´ıamos anunciado, que los es-
pacios de Lorentz L
p,∞son efectivamente una generalizaci´ on de los espacios de
Lebesgue en el sentido que contienen much´ısimas m´as funciones que los espacios
L
p. Pero el lector debe estar muy consciente que no se busca la generalizaci´ on
por el gusto de lo abstracto, sino porque existe una necesidad importante re-
lacionada con los espacios de Lorentz L
p,∞que los espacios de Lebesgue no
pueden resolver. Estos temas ser´an tratados con mayor detalle en los cap´ıtulos
siguientes.
En la demostraci´on de la Proposici´on 1.1.6 hemos redemostrado la desigual- dad de Tchebychev
11, que es una herramienta fundamental cuando se trabaja en los espacios de Lorentz y que conviene tenerla siempre en mente:
Proposici´ on 1.1.7 (Desigualdad de Tchebychev) Sea 0 < p < +∞ y sea (X, A , µ) un espacio medido. Si f ∈ L
p(X, A , µ, K), entonces para todo α > 0 tenemos la desigualdad
d
f(α) = µ({x ∈ X : |f (x)| > α}) ≤ α
−pkf k
pLp.
Tenemos pues a partir de estos resultados y de la mayoraci´ on (1.5), la cadena de estimaciones siguiente
α d
1 p
f
(α) ≤ kf k
Lp,∞≤ kf k
Lp,
lo que muestra que si bien la desigualdad de Tchebychev es de gran utilidad, no es una estimaci´ on muy precisa.
Si los espacios de Lorentz L
p,∞contienen los espacios de Lebesgue L
p, y si se tiene la desigualdad (1.11), es de esperarse que la cantidad k · k
Lp,∞que sirve para caracterizarlos posea ciertas propiedades interesantes, a pesar de ser
´
unicamente una cuasi-norma. En este sentido tenemos el siguiente resultado Proposici´ on 1.1.8 Sea 0 < p < +∞ un par´ ametro real. Sean (f
n)
n∈Nuna sucesi´ on y f una funci´ on que pertenecen al espacio de Lebesgue L
p(X, A , µ, K).
Si la sucesi´ on (f
n)
n∈Nconverge hacia la funci´ on f en L
p, entonces tambi´en se tiene esta convergencia en L
p,∞. Dicho de otra manera, la convergencia en L
pimplica la convergencia en L
p,∞.
Prueba. Fijemos 0 < p < +∞, la estimaci´ on (1.11) nos permite escribir kf − f
nk
Lp,∞≤ kf − f
nk
Lp,
de donde se deduce inmediatamente que si la sucesi´on (f
n)
n∈Nconverge hacia f en el espacio L
p, tambi´en se tiene la convergencia en el espacio L
p,∞. Presentamos ahora otro resultado que es v´alido cuando se dispone de un poco m´as de estructura en el espacio sobre el cual est´ an definidas las funciones:
Proposici´ on 1.1.9 (Traslaci´ on y Dilataci´ on) Sea 0 < p < +∞ y conside- remos los espacios de Lorentz L
p,∞(R
n, Bor(R
n), dx, K). Para todo τ ∈ R
ny todo λ > 0 tenemos
kf
τk
Lp,∞= kf k
Lp,∞y kδ
λ[f ]k
Lp,∞= λ
−npkf k
Lp,∞.
Prueba. Recordemos que para todo τ ∈ R
nla traslaci´ on f
τde una funci´ on f : R
n−→ K est´ a definida por f
τ(x) = f (x + τ). Utilizando la definici´on de la
11Ver tambi´en la Proposici´on 4.3.1 del Volumen 1.
funci´ on de distribuci´ on dada en la f´ ormula (1.1) y utilizando la unimodulari- dad
12de R
ntenemos directamente la identidad
d
fτ(α) = Z
Rn
1
{|f(x+τ)|>α}(x)dx = Z
Rn
1
{|f(x)|>α}(x)dx = d
f(α), (1.12) de donde se deduce la primera identidad.
Recordemos ahora que la dilataci´on δ
λ[f ] de una funci´ on est´ a dada por la ex- presi´ on δ
λ[f ](x) = f (λx) = f (λx
1, . . . , λx
n). De esta manera tenemos, gracias a un cambio de variable:
d
δλ[f](α) = Z
{|δλ[f]|>α}
dx = Z
{|f(λx)|>α}
dx
= λ
−nZ
{|f(x)|>α}
dx = λ
−nd
f(α), (1.13) de donde se deduce la segunda identidad al reconstruir la funcional k · k
Lp,∞dada en (1.4).
Observaci´ on 1.4 Es importante notar que cuando se dispone de una estruc- tura de dilataci´on, las funcionales que determinan los espacios de Lebesgue L
py de Lorentz L
p,∞tienen el mismo comportamiento, es decir
kδ
λ[f ]k
Lp= λ
−npkf k
Lpy kδ
λ[f ]k
Lp,∞= λ
−npkf k
Lp,∞Volvamos ahora a las problem´ aticas de inclusi´ on entre los espacios de Lorentz y de Lebesgue. Sabemos que en el caso general si p 6= q entonces no existe ninguna relaci´on de inclusi´ on entre los espacios de Lebesgue L
py L
q(ver la Secci´on 4.2.1 del Volumen 1). Esta situaci´ on se mantiene con los espacios de Lorentz L
p,∞y L
q,∞: es decir, en el caso general, si p 6= q no existe tampoco ninguna relaci´on de inclusi´ on entre estos dos espacios.
Sin embargo, cuando tenemos una informaci´ on adicional, sabemos por el Teorema 4.2.5 del Volumen 1, que cuando la medida del conjunto X es finita, existe la relaci´on de inclusi´ on estricta
L
q(X, A , µ, K) ( L
p(X, A , µ, K),
entre los espacios de Lebesgue cuando 1 ≤ p < q ≤ +∞. En el caso de los espacios de Lorentz L
p,∞definidos sobre espacios X de medida finita tenemos un resultado de inclusi´ on totalmente similar al de los espacios de Lebesgue y este resultado ser´a una consecuencia de la siguiente proposici´on.
Proposici´ on 1.1.10 Sea (X, A , µ) un espacio medido tal que µ(X) < +∞.
Sean p y q dos n´ umeros reales tales que 0 < p < q < +∞ y sea f una funci´ on de L
q,∞(X, A , µ, K). Tenemos entonces la estimaci´ on:
Z
X
|f (x)|
pdµ(x) ≤ C(p, q) µ(X )
1−pqkf k
pLq,∞, (1.14) en donde C(p, q) =
q−pq.
12Ver la Proposici´on 4.1.14 del Volumen 2.