Año IL lò de Octubre de 1800. Niíin. 28
GUÍA
DEL VETERINARIO PRÁCTICO
Creación fle
niiaEscncjaje Veterinaria en Barcelona-
La mayoría de los jóvenes que emprenden lacarrera vete¬
rinaria, no es porque verdaderamente elijan esta profesión por su naturalinclinación, prefiriendo á otras, sino por que encuentran en ella mayores facilidadesparael ingreso, yaún después suponen ha de exigirse menosrigor enlos ulteriores
exámenes. De ahí nace ese criterio delbulgo, que nosjuzga
casi deigual categoría que los simplesherradores, (cuando
no dicen que estossonmás sabiosque los veterinarios).
Comoejemplo de la consideración enque sele tiene á la
carreraveterinaria, todo por los exiguos conocimientos que
en ella se exigen para el ingreso, vamos á referir un muy recientepasaje. Unseñor,cuyo nombreno hace al caso,per¬
sonailustrada yde regular posición,tratando educar áun hijo
hále ingresado de interno envarios colegios, institutos y con¬
ventos, sinque
haya
podidoconseguir hacerle estudiar: vien¬do, pues, que sus esfuerzos eran en vano apesar de haber agotado cuantos recursos le sugiera y pusiera en práctica,
con objeto de que llegara el hijo á graduarse de bachiller,
para después emprender una carrera, pensó nuestro buen señor, ymanifestósu idea á varios de sus amigos, que, con¬
vencido de la imposibilidad de poder estudiar su
hijo
otracarrera, iba á ingresarle en la de veterinaria, por que la suponía sin duda la más fácil y porende poderlo cursarel
má.s obtuso de la sociedad. Este, pues, y no otro debía serel criterio que de la veterinaria tenia formadoel señor áque aludimos al proponerá su hijo esta carrera;estey no otroes el que tieneformadola sociedaden general denosotros.
Ahora bien,esta sociedad al colocarnosen tan humillante
— 354 -
lugar, ¿en qué se
funda? ¿hay alguna razón
en apoyode la
opinión
general
parajuzgarnos á
tanbajo nivel entre las
pro¬fesiones científicas? No puede
dudarse
quelas hay varias,
peroentre otras
las
másimportantes sin duda alguna
sonla
falta deprincipios
sólidos
paraemprender
una carreratan
bastacomo eslaveterinaria,yfalta de
prácticas
enel
cursode
la misma. En primer lugar,
los jóvenes
queingresan
enlas
escuelasveterinarias,careciendoen sumayoríade
instrucción
previa,resulta
que cuanto oyende viva
vozdel profesor,
queseesfuerza enpenetrarles en
los
sanosprincipios de la cien¬
cia,y leen en
los
textos, esgriego
paraellos, puesto
que no les esposible conocerel significado de las
trescuartas partes
de las palabrasque
leen
nioyen.Si
sonaplicados aprenden
más ó menos, de carretilla, hacenquizásun
brillante
examen^si la suerte les favorece,yterminan
la
carrera conímprobos
esfuerzos ysumaaplicación. .; mas
llévenle á
esejoven
so¬bresaliente á unacaballeriza, preséntenleun
enfermo
y pron¬to le verántitubear; hablará, sí esalgo atrevido, de
todas las
enfermedades menosde la que tiene
delante; los cocheros
y aún losmozos de cuadra seburlarán de él creyéndose ellos superiores al jovenprofesor
enel arte de
curar, por quele
ven áeste maniatado, por carecer de
la
másrudimentaria
práctica. Si dela cuadra
pasaal salón á enterar á los señores
del estado de su enfermo, aquí la falta de instrucción esmás notoria, puesto que
la
persona quele escucha
esilustrada.
Si lo quedecimosescierto ¿qué concepto
quieren nuestros
compañeros que formenesos señores que nosescuchan de
nosotros? el díaque llegue á
adquirir alguna práctica, más
bien rutinaria,aún entonces sólo le conceptuarán de mero empírico puestoque sumanera
de
razonarotra
cosa nolo de.
muestra.Deaquí entrala
duda
yla desconfianza de nuestros
servicios, todo por el malmétodo de
nuestrosestudios,
ape-sarde haber cursado cinco años, loscuales caen lo mismo
que la
semilla
que sevierte
eninculto
campo,sin siquiera
haber arañado latierra,que si
bien germinan algunas
sepier¬
de la mayoría. Espues
preciso, si
sequiere conseguir buena
cosechapreparación prèvia
del
terreno, este antesde arrojar¬
la semilla seencuentre bien labrado y
mullido
yde este
mo-do, absorviendoagua engrande cantidad y bien cubiertos los granos, conulteriores cuidados que se le prodigen podrá lle¬
garáobtener unacosecha enrelación ála calidad del terreno.
Opinamos,
pués, que lo que con urgencia necesita Españaes en cuantoáVeterinaria menos escuelas y más instrucción teórica ypráctica; menos veterinarios en número y mejoresen calidad; de estemodo esúnicamente como podemos lle¬
gar á la meta denuestras
aspiraciones;
que antes deabrirnuevas escuelas se cierren lo menos tres de las que existen
en la actualidad;que elprofesorado, material y dotación de
estas escuelas ingrese en las que queden; que en estas se
exijadesde su aperturael grado de bachilleren ciencias para el ingreso enla carrera, que al alumno se le dé más basta instrucción délas materias que comprende la Veterinaria, y que se aumente á las asignaturas que
hoy
se explican un curso demicrobiología
y do inspección de carnes y demásalimentos con suficientes prácticas enlosreconocimientos, mmejando entodo el
microscopio.
Siempre que se marche árealizar estas ó parecidas bases, ofrecemosnuestro humilde, pero sincero apoyo ála prensa y profesado veterinario español, sin distinción de matices,
sea quienfuere el iniciador, puesno marchamos á defender personalidades sino el bien general de la clase, que es desde
su apariciónel ideal quellevapor norte esta revista.
I. Guerricabeitia.
Conformes.
Con el artículo «Moral, antesqueciencia» denuestro ilus.
trado compañero, D. Isidoro Jjeon.
La ignorancia de los hombres es un cancerque corroe y envilece lasociedad, particularmente en aquellosque se de¬
dican y aún
llegan
áejercer alguna ciencia óalguna rama delas más útiles y más necesarias, sin haber adquirido todos los conocimientos necesarios para
desempeñar
su misión enprovecho de simismo y desussemejantes.
Precisamente á ninguna le cuadra en el día esta afirma-
— 35G -
ción mejor que
á nuestra desgraciada profesión, porque en
su
ejercicio
seemplean
unaporción de liombres que no sola¬
mente carecende losconocimientos
precisos
paradar á
co¬nocer áquéclase
de la sociedad pertenecen, sino que oca.
sionan daños al pais que
los mantiene
endescrédito de los
profesores
aplicados é instruidos
yen menoscabo de una de
las ciencias más útiles que en
el día
secultivan. Preciso
es- confesarloque noestá toda la culpa
enellos, sino en la ma
la
organización de la facultad
y enel abandono en que la
han tenidotodoslos gobiernos que se
han ido sucediendo en
estos últimos tiempos.
Hecha esta concisadigresión, entremosen
el asunto prin¬
cipal. ¿Los que se
dedican á la ciencia Veterinaria tienen los
conocimientos
preliminares indispensables
paraemprender
sus estudios con
ventaja?
Seacualquiera el concepto bajo el
que se
mire esta cuestión,
nopodía menos de conocerse que
es desumagravedad,ya sea que unose
preocupe de lo que
anhela lleguen á ser
las escuelas de Veterinaria y el interés
bien
comprendido de los
queabrazan tan difleil ciencia, ya
seaquese
interese
enlos progresos de esta parte de los co¬
nocimientos humanos, ya seaque se
examine el grado de
utilidadrealque
pueden, deben
ytienen derecho á exigir de
loS'Veterinarios; por lo tanto
esta cuestión
essin disputa al¬
guna
la
másimportante, la más fundamental que puede tra¬
tarse enelestado actual denuestras
instituciones veterinarias,
y seráaún
más si
sele uniera el examen de la organización y
situaciónenquese
encuentra el
cuerpode enseñanza en los
colegios,
bien
enel libre ejercicio de la profesión. Mas siendo
aquello
antes queesto démosle la preferencia.
Jixiste la mayor
discordancia, la desproporción más sor¬
prendente entre
el grado de inteligencia que suponen los po¬
cos conocimientos exigidos para ingresar en
el colegio de
Veterinaria yel número,
sublimidad, elevación
ydifícil com¬
prensión
de las materias
que enél deben estudiarse, de
modo que no
habrá quien deje de admirarse
ysorprenderse,
por pocoque
examine la naturaleza
ylas condiciones de en¬
señanzadela veterinariaconlos
conocimientos
que para em¬prenderla
seexigen,
que nolo tenga por una anomalía in-
- 357 -
concebible y quedemuestre del modo másterminante é Irre¬
vocable el descuido y abandono, el desprecio con que se ha mirado, y aún se sigue mirandoá iosestudios veterinarios.
Admiracióncausa, enverdad, el que nunca se
haya
pen¬sado en exigir,para su admisión en lacanosaveterinaria, po¬
co más, que saber leeryescribir, como si esta sola cualidad fuera suficiente para la comprensión de una ciencia, que tan¬
to empeño
hay
enponerla al igual de la medicina y farma¬cia; de una ciencia en cuyo ejercicioy facultades, con cortí.
simas é insignificantes excepciones, se encuentran confundi¬
dos los profesores de Albeitería, los famosos de las escuelas libres y casi hasta losseñores herradoresy castradores con los que han hecho sus estudios completos en los colegios
de veterinaria.
Ileflexionando este estado actual decosasno podría menos de decirseque las condiciones que se exigenen el sistema vigente de admisión comoalumnos en el colegio, tal vez su¬
ficiente en otra époea_á la verdadmuy lejana, son en el día
un verdadero anacronismo. Según nuestro modo de pensar^
no sólo son un obstáculo para la afición y entusias.mo que reclaman los estudios, sinopara los progresos de la misma ciencia.
Sin reflexionar las graves consecuencias que puede aca¬
rrearelno comprender las materias que abrazan irremisible¬
mente á losjóvenes que se matriculan en la escuela, pues comprometen el resultado de gastos considerables que sus familias se ven en laprecisión de hacer á coste de grandes sacrificios, enrazón de que corresponden engeneral á la cla-
S0 de fortunas escasas, y que cuando menos pierden la ca.
rrerapor
incapacidad
la tercera parte de los que la empren¬den, siendotambién una causade pérdida real para el Esta¬
do, pués porunaconsecuencia natural de estas condiciones,
está muy distante de sacartodo el fruto quetiene derecho á
exigir del sacrificio quehace paraconservarlas escuelas.
Cualquiera
puede conocer que es totalmente imposible aprender ni enseñar la ciencia veterinaria cuales debido, si ha deproducir losresultados queesperanios labradores ylos ganaderos de losque ejercen, no exigiéndose más conocí-- 358 —
mientos de admisiónque
los
queabraza la primera enseñan¬
zacompleta yelementos
de Aritmética
yGeometria, cuando
losestudiosveterinarios exigenuna
inteligencia ejercitada
y desarrollada porestudios prolongados
yseveros.Estosestudios,son con muycorta
diferencia, casi los mis¬
mos que
los
que se enseñan enla facultad de medicina,
ysi
sedice que su
importancia
es menor encuanto al objeto,
nadienegará que las
dificultades dejan de
sertan grandes
respecto á
la
enseñanza,estudio
yaplicación. Si
seha creido
en Ínteres delestudio de la medicina humana, según dictá-
men de personas
entendidas,
gravesyexperimentadas,
queconvenía exigirel grado
de bachiller
enciencias á los
quedeseáranmatricularse paraseguir esta
facultad, ¿cómo
se han deimponerlos
que sededican á la Veterinaria de las
mismasmaterias sinsaber, poco más que
leer
yescribir? De
aquí se
deduce el
que porprecisión hay
quedar el titulo
de Veterinario áverdaderas medianías, cuando no
debían
obtenerle más quebuenos
profesores ó verdaderas especia¬
lidades.
El tribunal deexámen tiene que ser, por una
necesidad
moral de circunstancias
particulares, bastante indulgente,
pues se ve en
la precisión de luchar contra todas las dificul¬
tades quepresenta
la ciencia
paraunasinteligencias apenas
ejercitadasporunainstrucción preliminar de las más incom¬
pletas,
sabiendo
comosabe
quelos alumnos pertenecen á
familias poco
acomodadas,
queseestarán privando de lo más
preciso para
poder sufragar los gastos durante los cinco años
de sucarrera.
Repetimos, que
la posición del tribunal
esfalsa, no es
normalmentelibredesus votos, ycon
tal
quelas respuestas
del examinando no sean débiles, tieneque reconocer que
ha
hecho cuanto ha
podido
ycuanto le han permitido los estu¬
diospreliminaresconque
el gobierno tiene resuelto el que se
leadmita para
emprender
una carrera queno esposible sin
mayores
conocimientos,
y porlo tanto decide el que se le de
el título paraejercer.
Los
perjuicios
quetodo esto
acarreaá los progresos de la
ciencia,ylas
modificaciones
queconviene introducir en el
— 359 —
plan
de estudiosparalacarrera Veterinariaestán al alcancé de todos por lo que no creo necesario medetenga
á demos¬trarlo.
Manuel Vahela.
Más sobre
unaNefritis.
Contestación.
Dice muybien el Sr. Castellanosen el número quince de
esta rewsííicuandoempiezasucontestación «Más sobre una
Nefritis»,que
encampaña leal yfrancasehagalo que se pue¬dacon respecto á la ciencia, sin ese amor propio mal enten.
dido aúnhabiendo diferencias de pareceres; pueslo lógico es encaminarnos con paso firme á la verdadyde ese modo sean menostenebrosas las obscuridadespor donde marchamos. Y
sinser más extenso, porno parecer demasiado pesado, con¬
testaré á mi dignocomprofesor conla mayor sencillez posi¬
ble. Dice, que aún cuando nohubiera expresado el nombre d(! la enfermedadó haberpadecido unadistracción en mipri¬
mer artículo, cualquiera hubiera dicho sotrataba de una Ne¬
fritis. No lo veo tan claro; puessi bien gs
cierto
quela sinto
-matología
esanáloga
no por esodarialugar
á quefueraaque¬lla sola sino que pudiera ser la litiasis renal, pues en bien
poco se diferencia. Si
hay
salida de sangre en la orinaen launa lo hayen laotra, sin dolor en aquella, también en esta yfiebre en las dossegún el mayor ó menor grado dealtera, ción. No sólocon estasino conlas afecciones de lavejigase puede confundircomo por ejemplo en una cistirragia,pues
los rumiantesacusan dolorenla región renal.
Comprendo haya
tenido error al clasificar la afección y que durante mi escrito haya sucedido lo mismo, pero deesto á conocer el significado de Nefritisy de Litiasis, eso yavaría,pues hace algún tiempo que losconozco.
l'or otra parte, dice confundo lastimosamente dos enfer¬
medades, la inflamación y lacongestión. No lo pongo en du.
da,pero creoSr. Castellanosque áV. en muchasocasiones le sucederá lopropio, pues sabe como yo, son de igual natura-
— 360 —
leza yque
suceden
enlos mismos órganos
y quela inflama¬
ción es ungrado más
de la congestión
yporlo mismo
muydifícilesde distinguir, por
lo
menos enórganos internos
yaunexternos, puestoqueá
simple vista
no sonaseguibles á
ella;he ahí una prueba.
Creo
quede los primeros
quehan
tratadoenveterinaria de lacongestiónes
el Sr. Llorente,
y se¬gún éste
los
síntomasaparentes
ennada
sediferencian. El se.
ñor García Carrión hacelo propiocon sus
caracteres micros¬
cópicos, ni cito
los de
ésteni los de aquel,
pues supongolos
sabecomo otro cualquiera.
En
cuantoá lo.s microscópicos
ya varía, pues
sí el círculo sanguíneo esta
en unoparaliza¬
do y enotro no, creo
mi querido comprofesor
nollegue á
verlo áno ser que sus
lentes diminutos, parte esencialmente
desuaparato
ocular,
seande
unaumento de mil
ymás veces,
en cuyo caso
pudiera
atravesarlos tejidos á modo de sonda
y esplorar
de
estemodo,
comoá nadie he podido ver y
hasta hoycreo para
todos vedado. No solo estos
quecito á
V.: sino que
el Sr. Alcolea lo entiende igual
conrespecto á
los síntomas generales en sunueva
publicación de Patología
Quirúrgica, y
de ahí decirle
nosolo á mí puede costarme el
distinguirlos
sino
ácualquiera,
y pormás
que seacierto, lo
cual nadie puede
pctfierlo
enduda,
quela Patología
esla
base obligada de
la]ciencia médica
que nospuede
marcarunderrotero máscierto yseguro, para que con paso
firme
marchemos por eláspero
sendero del arte de
curar.Pero,
esto noes una verdad acabada é inconcusa, pués como
de¬
cíaanteriormente, enestaciencia como enotras
muchas,
queno están sujetas á
leyes fijas, siempre hay lugar á discrepan¬
cias y
disensiones enojosas
yal efecto he de poner un ejem¬
plo.
Infinidad de comprofesores tengo
poramigos, pero más
que á éstos á
los amigos cariñosos
que meayudan á cumplir
micometido (los
libros). Después de consultar estos
yaqué¬
llos, en una indigestión como no
haya desprendimiento de
gases, en cuyo caso
le damos el
pomposonombre de Gaseo-
enteralgia,
creyendo llegar á la meta de nuestras aspiracio¬
nes, pero no esasí;puesnos
quedamos á obscuras en la ma¬
yoríade
los
casos,sin saber
no yala
causasino donde radi"
çala afección. Si esto
sucede
en unamateria tan de
suyo— 361 -
trillada¿quénopodrá ocurrirenotros que no están al alcance
de nuestraobservaciónpor nosucedersecon tanta frecuen_
cia?Déjolo ásubuen criterio y sigo contestando á s usase.
veraciones. Dice el Sr. Castellanosen el número quince, pá gina doscientos treinta, desde la línea diez y ocho á la treinta y cuatro,que si no
doy
explicación de lo trascrito. Ya lo creo; ¿cómo no? Por su puesto que en éste como en otroscasos conprobarlo basta. No digo que con solo el agua pu diera nutrirse el individuo yaún si lo digera no me volviera atrás, más adelante lo comprobaré. Decía que con sólo el agua acaso fuera suficiente,no decíapara qué, pues lo mis¬
mo podia ser para nutrirse el individuo que conobjeto de
queladolencia terminara y síesto no era suficiente el indu¬
ropotásico cuadyuvaríaó vendría á secundar las indicacio¬
nes deaquél según he expuesto en miartículo anterior. Ahora bien; dicemi querido comprofesor: con susjiros retóricos se ha metido en un laberinto del cual es difícil salir. No será tanto por cuantoel Sr. Castellanos ba salido del atolladero
laberíntico, pero ante todo he de hacer una explicación fran¬
caygenuina. No sé lo que es Retórica, no la conozco ni la he visto en mi vida y síesto á sucedido, sólo ha sidopor elexterior; asíes que con su artículo me dá á comprender queelhacer comparaciones son jiros retóricos. Es decir que al poner yo enparangón una máquina inanimada, que no se muevesino ábeneficio del agua ó fuego ó los dos juntos, á
otra que necesita otros materiales más complicados tanto que sus elementos son el sostén de la vida sin los cuales no
podía existir. ¿Son éstos los giros á que alude? Por lo visto.
Pués en ese caso, puedo decirle lo propio, no haga compa¬
raciones, pués tan prontosele ve en las profundidades del océano, como en lacumbre de algún tejado. Y apropósito;
anuncia una sustancia que dice toma diversas formasy que
acaso seaóllegue á constituir el protoplasma. Sobre esto
hay
opiniones en contra.Cierto esque el Bathibius disfrutó unaépoca en que tuvo mucho renombre, pero esto
concluyó
conel olvidocomo sucedecon otras muchas cosas y aún de ma¬
yorcuantía. También esverdad existió un hombre Huselay
quefuéel quele encontró enlas pruebasde los sondajes en
— 3t)2 —
elAtlánticoSeptentrional, le dió nombrey decíaque era un protoplasmasin forma definida ni órganos
distintos. Este
se–orsin dudaeratransformista yhacia veren
este el principio
de las sustancias orgánicas. Pero se presenta
Allsesan
en medio del insigne Huscliey y despuésde
unescrupuloso
examenquímico reconoce, queel tan
renombrado Bafiiibius
viene á convertirse en un simple
mineral reconociendo esto
el mismo
Iluscliey
relegando alsueñodel olvido
yextendién¬
dole el certificado de defunción.
Algo podría decir con referencia al llotíferus pero
basta
condecir lo quetodos sabemos, que lo mismo
puede vivir
en las aguas tranquilas deun pantano, que enlos
musgosque cubren lastejas, envuelto mejordicho
óadherido á
un grano de arenahasta elmomento desudesarrollo. Pero claro estácomo unoy otro yla máquina
inanimada
nopueden
compa¬rarse con individuo que tiene un
cerebro
capazde presidir
ciertas funciones importantes á la vida y por
ende
sesupone reside ciertogradodeinteligencia, deahí la
pocaimportancia
que puedan tener estos cuerpos. Y qué,
¿No hay más allá?
¿No
hay algún ser quesobrepujeátodos aquellos? ¿No hay
algúnindividuoque tenga mucho másafecto ála vida,
que tenga el don privilegiado de subyugar álosdemás,
sea por voluntad ó por fuerza, quetengaunainteligencia nada común
y quetenga una organización más débil, más sencillay á
la
vez mas complexaque
aquel? Nada
másfácilde comprender,
existe uno, el hombre; sobreesteno ptiede haber ninguno, es la obramásperfectade lo creado, es
digámoslo
asila
imagenviva del insigne, del célebre dictador que sufrió
el martirio
en el calvario. Con solo loexpuesto, queda dicho todo loque
sepudiera decirrespecto áél.
¿Ibamos
á comparar á esteser sublimeconaquel? De ningún modo, pues seria cometerel
mayorde los absurdos. Pues bien, nohabiendo
comparación
posibleen nada, y pornada, voy áprobarcómo enél la vida,
la existencia hapodido sostenerse consólo elagua. ¿Y cómo
nohabla desostenerse unbrutoósea unpaquidermo
de la cla¬
sedélossolípedos,que notiene idea de la muerte, siendo
asi
que dos individuos superioresá este han podido pasar un
día
trasotrosin tomarotro alimento que el liquido
agua? Y cui-
— 363 —
dado quemiprueba está basadaenindividuossin alteración ni lesión orgánicaninguna, de modo que más fácil habla de
ser enel animal encuestión. Y que esto esasi,hasta la evi¬
dencia loprueba los hechos de que tengo conocimiento. Hace
unosaños,norecuerdo la fecha,sehablómucho deunhombre que nosé si poreseentricidad
(aunque
creo no erainglés),
s;porel lucroó poratentar contra su existencia, propuso ála academia de ciencias óal Gobiernode Paris pasarse una cua¬
rentena de días, sintomar otro alimento que el agua. Llenos deadmiracióncon estaproposición,pues no sepodía ni aún so.spechar, que un hombre pudiera vivir tanto tiempo sin
tomar otro alimento, se reunieron hombres científicos, y en conformidad formaron
(si
así sepuededecir)
una guardiame"dicacon objeto de escudriñar todossus actos y que aquél
fuera solo su alimento. Pasaron los días, vivió y se repuso, haciéndosecélebre por estehecho. Me refiero al Doctor Tan¬
ner. Mástarde, yennuestra misma España, sedió otro caso
en Madrid, y porcierto, si lamemoria no me es infiel en el Teatro deApolo con untal Succi; sin duda animado por las mismas ideas del otro,como él fué custodiado por varios médicos tomando nota de alza y
baja
de temperatura, pulsoy peso, siendoeste poco menos cuando concluyó, es decir cuando determinaronaquellosque.cesara su dieta, compren¬
diendo podíavivir más. Estocreolo sabrá mi querido com.
profesor como yo, pues no es lejana la época. Si estos han podidosostenerseportantotiempo,¿cómono aquélenmucho menos? He ahí probado. Sr. Castellanos, que solo el agua
ingerido pormás ó menosdias, essuficiente al sostén de la máquina animal. Dirápor otra parle, queaquellos individuos
se sostuvieronáespensas de suseconomías. Perosi esto es
así,puede probarsiunindividuo sin tomar el líquido citado puede vivirunos diez días y en qué estado estaría si éstosu¬
cediera. Veo porotra parte á mi compañero tomar las com¬
paracionesenconcreto y no me parece muy oportuno, pues aunque haga aplicación de la Máquina Neutmática con los
vasosarteriales y venosos, ydeuna manera abstracta, cual¬
quierasabe quedicha máquina difiere delostegidosde aque¬
llosen un todo, pero también sabeque el vacíono es abso-
— 364 -
luto ysí
relativo. Yásabe el Sr. Castellanos que aun siendo
lamáquina de
doble efecto jamás el vacio
escompleto. JjOS
vasosy
sobre todo arteriales
soninfinitamente elásticos, pero
esto hasta donde pueda llegar
lo mismo la dilatabilidad,
quela
contractilidad. Obrando aquella fuera de su radio de
acción, tendríaque
sufrir
rotura, yhaber emorragias ó estan¬
camientos y por
la contracción
otrosó parecidos accidentes;
basta decir que hechauna
operación hasta exanguiíicar el
miembro, quedan al
descubierto los huecos
conla forma
queantestenían. Enlasvenas,extraída que sea su sangre, no se puede llegar áconocer su
presencia, debido á la ílacidez de
sus túnicas. Demos porsupuestoqueno
haya vacío
conrefe¬
rencia áloslíquidos por
la
mayorabsorción
quehay
para que vuelva á su primitivoestado,
perode todos modos tiene
que hacerdescenso en lapresión de lasangre y aunque estapre¬sión vaya
aumentando progresivamente, sin embargo tarda
envolver ásuestadonormal.
{Se
concluirá.)
Fúlix G. ue la Fuente.
Suplicamos
al Sr. Gutierrez
sealo más conciso posible
ensu conclusión,respecto
del artículo
queprecede,pues le
cree¬mossuficientemente discutido.
Los profesoresque
han intervenido
eneste debate cientí¬
fico, han dadouna
prueba
másde
suacendrado
amoral
es¬tudio é
inquebrantable fé
enel trabajo, actos preciosos
que imitar.Estees, pues,
el medio más
seguro yhonroso
paragran"
gearse
la consideración
quetanto anhelamos;
por queclaro
estáque estos
artículos
no seescriben
enla hermita de baeo
nienparte que
manchen
ydenigren el pundonor
yprestigio
delprofesor, los
escribe este
en sumodesta
pero muy respe¬table biblioteca,con auxilio de susmássinceros
amigos (los
libros), comodice
muybien el Sr. Gutierrez,
quejamás
se doblegan nicambian de
parecer porlas viles dádivas, tan
comúneneldiaenestacorrompida
sociedad. Adelante,
pues, queridos compañeros,ojalá hubiera muchos
que osimitaran
enesa sublime conducta,otra seria laconsideración del pro-
— 365 —
fesorado español yotro el respeto mutuo y bienestar que disfrutar habríamos. En estanoble lid nadie es vencedor ni
veneidOj cada cual aporta alcomún edificio de la ciencia el óvolo mayoró menor con relacióná sus fuerzas; aquél que aportaun solograno dearena al granedificio, parte tieneen él; pero elque nosólono dejade serun parásito sino con
su conducta y actos reprobados lo va desmoronando, no sólomereceel despreciomássolemne desus compañeros, si quetambiénla más absoluta excomunión de la clase.
I. G.
Deberes que cumplir.
Desdesuaparición en el estadio de la prensa
profesional,
viene esta modesta publicación ocupándose con especial predilección de todos aquellos asuntos que más intimamente
sehallan relacionadoscon los intereses morales ymateriales
de la clase, yvarias veces me he ocupado en sus columnas de los atropellos que por parte denuestros gobernanteshe¬
mos sido victimas en estos últimos tiempos, permitiéndome
enalgunos artículos exponerfranca y lealmentemi humilde opinión respecto á varias de lascausas que han podido con- tribuir,yá no dudarlo contribuyen á nuestro
desprestigio,
y como lógica consecuenciaá la supresión de paite denues¬
tras más esenciales facultades, mermando inconsiderada¬
mente nuestros más justos y lejítimos derechos; mas con sentimiento veíaquetodasnuestrasdébilesexcitacionestanto al profesorado como á la prensa científica,noencontraban al parecerresonanciaalguna perdiéndose lastimosamenteen la inmensidad del espacio, haciéndome dudar de mis opiniones yvacilar si debia óno continuarpor el camino emprendido.
Fero con una satisfacción inmensa propiaydigna de quien suspiray sólo anhela el bien de una infortunadaclase, he
visto reproducido mi articulo «Moral antes que ciencia»en la importante revista semanal La Gaceta Médico Veterinaria y en su número 593, con unanota de la lledación que dice asi: «El anterior articulo lo hemos tomado, de nuestro esti-
— 300 —
madocolega
Guia
delVeterinario Práctico de Guernica:
gran satisfacción nos
ha proporcionado
suautor 1). Isidoro
I-eonalver que susideas
coinciden
conlas
quetan sincera¬
mente venimos sustentando; si todo el profesorado
coinci¬
dieraen estesolo concepto,el ejercicio
de
nuestraprofesión
dejaríade
ser unoficio mecánico
comohasta hoy lo consi¬
dera la mayoría
del público.» Al mismo tiempo he leído
enelnúmero 22 de este periódicoun
artículo titulado «Profesio¬
nal, ladecadencia de la Veterinaria en
líspaña», suscrito
pornuestro digno é
ilustrado compañero D. Manuel Varela,
cuyasautorizadas opiniones se
hallan
en untodo conformes
con las emitidas en mis artículos «La Asociación» «Cienciasmedicasla queimpera»
«Las inspecciones de
carnes» yotros
y mi
satisfación
esdoblemente
mayor, porquesospecho
quemiarticulo «Moral antes queCiencia»
ha herido la delicada
susceptibilidad dealgunos comprofesores á quienes
porlo
visto no les agrada oír amargas, pero
desgraciadamente irre¬
futables verdades, que necesariamente
debemos comprender
si deseamos llegar algún día
al
puesto que ocupardebe esta
profesión,víctima hoy de la humillación
ydel desprecio.
Si la irresistible é invencible necesidad deaveriguar las
causas y los orígenes
de las
cosas noexistieran
enel género
humano,acabaríapara siempre su
principal carácter quedan¬
dotan solo reducido á lo presente;asies que
eJ hombre do¬
tado de esta especial
condición tiene necesariamente
queprocurar
averiguar cuales
sonlas poderosas
causas queinflu¬
yen en su manera
de
ser, y una vezaveriguadas corregirlas ó
modificarlas según sus
necesidades, cumpliendo asi
con uno de sus massagradosdeberes; el hombre vive
ensociedad,
yno sedebe solo yexclusivamente
así propio,
ydefendiendo á
su profesión,
defiende
á sufamilia
ycontribuye poderosa¬
mente al engrandecimiento
de
supatria.
Debemos ante todo ser claros y con franqueza
emitir
nuestrasopiniones,que
todas tienden,
aunque pordistintoî^
derroteros al biengeneral denues'ra
familia profesional,
pero debemos presentarlaen suinevitable dualismo del bien
ydel
mal, si como es de nuestro deberqueremos conocer
la triste
y
verdadera situación de
que noshallamos rodeados: ¿De
— l-îfi? —
quú sirve que
algunos dignísimos
compañeros sostengan en lospuestos públicos,enlaprensayensuvida pública científica,nna actitud
digna
y moral? ¿De qué, el que se sacrifiquen endefensa de
legítimos
derechos,y procuren mantenerincólume laintegridad yla honra desu profesión si hay den'rode su senoquienes parecen encargados de demostrar, lo que pre¬tenden que seamos, y se hallan siempre dispuestos ácensu¬
rar cuanto puede sernosutil yreportarnos grandes beneficios de orden moral y material? ¡Todo envidia y egoismo! ¡mise¬
rable condición humanade la quetan granparte nos corres¬
ponde!
Mas no debemos por esto ceder ni un ápice de nuestro programa,la defensadecausas comunes yjustas, engrandece siempreante losojos de la sociedad sensata é ilustrada, y
si
nuestra conducta puede ser sospechosa para
algunos,
tene¬mos el firme convencimiento que merecerá la aprobación y el aplauso de todala clase
digna
é imparcial, de todos aque¬llos queprescindiendo de ese egoismo, que á tantos males
nos induce, procuran por el bien general de la profesiónque abrazan.
Nuestros primerospasos deben
dirigirse
á recobrar anti¬guasfacultadesnuestras que fueronobjetodeunausurpación poco meditada, y á este fin proponemos como uno de los medios el nombramientode una comisión compuestade tres ó más individuosque se encarguen degestionar la parte legal
denuestrasatribuciones, reclamando cuantos derechos pue¬
den de justiciapertenecemos, así como la modificación de Tarifas y Reglamentos que nos
demigran
y nos deshonran;losgastos que para estasgestiones sean necesarios, podrían sufragarlos los profesores que quieran suscribirse, bien se¬
ñalando unacuota mensual, trimestral, ó anual, encargándo¬
sela Dirección de uno de losperiódicos profesionales desu
administración, empezando por redactar una respetuosa y detallada exposición al Sr. Ministro de la Gobernación, la quepudierasersuscrita porcuantos profesores quieran con¬
tribuiráeste benéfico y necesario fin, lacomisión encargada podría componerse de profesores de distintos puntos, pero de reconocidas dotes de actividad ycelo,cuyonombramiento
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podria
hacerse
porindicación de la mayoría de los suscritos
á este proyecto.
Estas son e;i principio
las bases generales
parallevar á
la práctica,
dándole forma, este pensamiento que puede á
nuestrojuicioser
de utilidades inmediatas, expónganse con
claridad y franqueza
cuantos medios
secreanútiles al fin
queperseguimos,
podiendo contar desde luego con el incon.
dicional apoyo de esta
Revista
y suRedacción; únanse los
periódicos
científicos
yconellos los profesores que verdade¬
ramente aman ála madre ciencia, y
haciendo
casoomiso de
ese desden conque
algunos comprofesores miran estos asun¬
tosrelacionadosíntimamentecon nuestro
verdadero porvenir,
demostremos áesas ciencias que nos censuran y
desprecian,
que somos por
lo
menostan dignos
queellos para ocupar los
puestosque
legítimamente
noscorresponden, encontrándonos
á tanta altura comoexigen hoy
las necesidades modernas,
yentonces comenzará nuestra clase
redimida relativamente
por estos
grandísimos esfuerzos del trabajo dentro de la
justicia
yde la equidad, á honrar
sunombre y con él el de
esta patria, que portanto
tiempo la tiene completamente
huérfana y
desamparada.
Isidoro León.
En cuantoalReal Decretode 12 de Julio
de 1887
somos de parecer de nuestrosilustrados amigos Leon
yVarela.
Creemoscomoellosqueel
Dictador de los ignominiosos artícu¬
los de la citada disposición,
artículos
quejamás podrán bo¬
rrarse dela memoria de los veterinarios
españoles, ha desa¬
parecido con
la personalidad del Sr. Raró. Pues no creemos
que
pueda haber otro
capazde cometer actos de tanta res¬
ponsabilidad
contrala justicia
yel sentido común, sino la
persona que,
poseído de
unapasión embriagadora por dotar¬
leáun hijo por
ejemplo, colocándole
enel punto más impor¬
tantede la nación,y que
pueda disfrutar de
unsueldo supe¬
rioral presidente
de Ministros, sin mirar
porsupuesto, que
ésteproóede
de la
másvil
y perversausurpación, apropián¬
dose contra lavoluntad desus verdaderosdueños
de vienes
queno
le
pertencen no venada más allá de su egoísmo....
Respecto
al modo de gestionar
parala reivindicación, nos
parece
prudente la conducta
queproponeel Sr. León, por lo
que nos
abstenemos de repetirlo;
I. Guerricabeiï'-a.