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Valores según la carga sexual de los estereotipos

para las Mujeres Objeto de Deseo

7.13. Valores según la carga sexual de los estereotipos

Encontramos interesante apuntar que hemos podido detectar que una serie de valores se muestran más presentes y activos coincidiendo con la mayor o menor carga sexual de los estereotipos. Como hemos explicado ampliamente en el capítulo dedicado a ello (Índice de carga sexual de los estereotipos), el orden de los estereotipos presen-tado en el Modelado de Mujer Objeto de Deseo coincide con el grado de carga sexual presente en ellos. De modo que la más baja es la del estereotipo Maniquí y va subien-do en Cara Bonita, Seductora y Mujer Fatal.

En cuanto a los valores, encontramos ese mismo esquema de aumento para algunos.

Así Intimidad es más presente cuanto mayor es el índice de carga sexual del

este-reotipo. Y al contrario, los valores Cultura, Deberes, Esfuerzo y Familia son menos presentes a medida que sube el índice de carga sexual.

7.14. ¿Cómo es y qué transmite la Mujer Objeto de Deseo?

La Mujer Objeto de Deseo es una mujer que se sabe bella gracias a que cumple estrictamente el canon de belleza actual. Es una mujer joven, muy delgada, de raza blanca, con melena, ojos claros y uñas cortas y claras. Se muestra ante nosotros seria, sola, con una postura forzada, vestida con ropa ajustada y sin mostrar rastro de su situación personal ni laboral. Nos transmite ante todo Bienestar pero comunica muy pocos valores. Sólo los esenciales para la formación de la persona-individuo, como Identidad, Dignidad y Libertad y además con una carga neutra. Es una mujer que aparenta sentirse bien consigo misma, transmite Independencia favorablemente y no piensa en los demás.

Parece que la actual mujer Objeto de Deseo resume las aspiraciones que el sistema capitalista tanto insiste en repetir como ideales: busca el propio bienestar, disfruta del sexo, muéstrate como persona única, con “identidad propia” pero todo ello falsamente construido gracias a la tarjeta de crédito. Con la ropa de la última tendencia, la piel tersa y maquillada, en entornos idílicos y sin relaciones comprometidas ni responsa-bilidades. La Mujer Objeto de Deseo evidencia un gran vacío de valores, destacando la ausencia de aquellos que la unen a los demás, tanto en grupo reducido (Familia aparece muy ausente o desfavorablemente, y Amistad o es ausente o neutro) como en grupos amplios o sociales (Democracia y Cooperación son de los menos presentes, además de Deberes, Derechos, Igualdad, Pluralismo, Responsabilidad que no apare-cen como significativos). Así que no se valoran aquellos aspectos que fundamentan la vida privada en compañía de familia o amigos, y tampoco la laboral, cultural o social.

La gran mayoría de valores no están presentes en la Mujer Objeto de Deseo.

Y es que las opciones para la Mujer Objeto de Deseo siguen limitándose a dos: al igual que veíamos en los antecedentes del patrón mujer objeto, en los que las posibilidades de modelos de mujer eran, por un lado María, la Virgen o, totalmente al contrario, el de Eva, la pecadora. El objetivo único de la Mujer Objeto de Deseo se sigue centran-do en la relación sexual con el hombre. Aunque de un mocentran-do menos polarizacentran-do, las opciones se mantienen divididas en el modelo de tipo Pasiva, la que no muestra una iniciativa explícita pero se enseña y se mantiene a la espera de la iniciativa masculina (en un espacio público, pálida y con cabello liso); o la Activa, quien sí tiene iniciativa

explícita y se propone o sutil o abiertamente (Mira al receptor, lleva los ojos maqui-llados marcados y está contextualizada en un interior). Y es que los valores que trans-miten unas y otras son bien parecidos, con matices, pero siempre centrados en ellas mismas, en la búsqueda de su propio placer y alejadas de “los otros” excepto para la posibilidad del encuentro sexual.

De modo que por un lado encontramos a la Pasiva, modelo más conservador, que a su vez puede ser un prototipo de mujer distante, que expresa los valores más neutros añadiendo Orden, como la Maniquí (es anónima, mira hacia otra parte, está de pie, la imagen es de todo el cuerpo), o más cercano como la Cara Bonita, que se posiciona favorablemente frente a los valores más presentes de Mujer Objeto de Deseo, y desfa-vorablemente frente a los que rechaza, pero sin estridencias. (La imagen es del rostro, en un interior sin contextualizar, lleva maquillaje de ojos marcado y de labios suave).

Por otro lado tenemos la Activa, que muestra el modelo de mujer que valora más positivamente la Independencia y la Libertad además de que añade el valor Intimidad (Nos mira, se ve todo el cuerpo, sus ojos están maquillados marcados y está contex-tualizada en un interior); pero que pierde Dignidad y deja caer en picado Familia, De-beres, Pluralismo y Cooperación. Es una mujer que muestra una explícita incitación sexual hacia el receptor. De nuevo este segundo tipo, la Activa, puede mostrarse en una versión más suave, la Seductora, o más impetuosa como es el caso de la Mujer Fatal.

La Seductora es una mujer famosa de pelo claro, que aparece sentada, apoyada o de rodillas y con la boca entreabierta. Coincide en los valores que transmite Activa pero comunica menos Libertad y más Dignidad que ésta. Por contra, la Mujer Fatal es siempre anónima, aparece recostada o acostada, lleva el pelo suelto pero peinado, se percibe ligeramente bronceada, con un tono labial suave y lleva varias joyas. Es la que valora de modo máximo el Bienestar, favorece el resto de valores presentes en Mujer Objeto de Deseo y enfatiza los valores no presentes.

Pensamos que esta categorización es un modelo en alza. El imaginario impuesto a la sociedad actual premia y valora a este tipo de mujeres que aparentan independencia y que confunden libertad con incitación al sexo. Especialmente las imágenes dirigidas a las mujeres más jóvenes parecen comunicar los pocos valores de la Mujer Objeto de Deseo a la vez que agudizan la falta de valores de la misma.

La Mujer Objeto de Deseo transmite valores que por aparecer solos nos hacen pensar en el hedonismo, así como la ausencia de valores relacionados con la implicación y empatía con los demás nos hacen pensar en egoísmo. Pensamos que la mujer, como

persona, puede acceder a la felicidad por caminos mucho más variados que el exclu-sivamente sexual, y todos podemos aspirar a unos modelos de mujer admirable que la muestren íntegra y con alternativas.