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CONCLUSIONES

Dans le document Facultat de Ciències de la Comunicació (Page 148-151)

Los diarios generalistas siempre tienden a adoptar una clara postura a favor o en contra del deportista implicado o presuntamente involucrado en un caso de dopaje. En el caso del ciclista español este es objeto de una defensa en algunos casos radical y cuando se trata de un corredor extranjero se le ataca en mayor o menor medida. Como hemos visto en el caso Contador, el posicionamiento a favor del compatriota se manifiesta mediante varios elementos.

Uno de lo argumentos para defender la inocencia del deportista español trata de apoyarse en la credibilidad de su propio discurso, tanto en el fondo como en las formas. Un rasgo observado, y que demuestra de manera muy clara este posicionamiento hacia la inocencia del deportista es que los expertos que opinan desde la vertiente médica y jurídica lo hacen siempre para exponer argumentos a favor de la inocencia, sin que haya puntos de vista diferentes para conformar un contraste de opiniones.

Otra de las características habituales observadas, es que no se habla de posible sanción, algo que responde fundamentalmente a una de estas razones o ambas: un férreo convencimiento de la inocencia y/o una falta de contextualización. Esta última podría darse por la falta de conocimientos jurídicos por parte de los periodistas, básicos para tratar casos de dopaje.

El discurso de defensa del deportista patrio se manifiesta también en la crítica a la sanción que le es impuesta como hemos visto en Alberto Contador. En este caso hablamos de una falta de contextualización jurídica interesada. En ese sentido, en algunos casos no se tuvo en cuenta lo que decía el Código Mundial Antidopaje, tal y como reconocen muchas de las fuentes consultadas para realizar este Trabajo de Fin de Grado.

El discurso crítico con los organismos y medios internacionales es otro de los rasgos que prueban esa defensa del deportista español adoptada por los diarios generalistas. Lo vemos en el caso Contador con el TAS, la UCI y la AMA. Esta última institución es la que más objeto de ataques es, siendo acusada incluso de ánimo recaudatorio.

En el contexto de esta crítica que se hace, todo se plantea incluso como una persecución al deportista español con el uso de términos como ‘’cruzada’’, ‘’andanada’’ y ‘’batalla’’, como si se tratara de un conflicto entre Contador en este caso y los organismos involucrados en su proceso.

Las críticas a estas instituciones se evidencían incluso ofreciendo una información sesgada, como cuando se dice que estas son las culpables de que se alargara el proceso, cuando el propio ciclista español había solicitado retrasar el juicio hasta en tres ocasiones.

En la línea de lo dicho en relación a las instituciones, las versiones alternativas consideradas por los medios también son criticadas, algo que explica también el por qué de que no se publiquen visiones de expertos que duden de la teoría ‘oficial’. En algunos casos, el apoyo al deportista español también se aprecia en el uso de un discurso de popularidad en generalizarse el cariño de la gente con el uso de falacias ad populum.

En cuanto a la posición beligerante adoptada con respecto del deportista extranjero, algunas características del lenguaje utilizado muestran el discurso a veces agresivo dirigido contra dicho deportista como hemos visto en el caso Armstrong. Términos como ‘’apestado’’, ‘’malvado’’ y

‘’mancha despreciable’’ lo ejemplifican a la perfección.

El uso de palabras como las que acabamos de citar reflejan que algunos medios tratan la cuestión del dopaje como si el deportista hubiera hecho un daño mucho más grave que cometer trampas, pues es un vocabulario más propio para alguien que ha cometido un delito como bien han señalado muchas de las fuentes consultadas. Esta línea de pensamiento es la que explica el uso de un lenguaje en ocasiones tan agresivo y que para hablar de sanciones se utilice el término redundante ‘’ejemplar’’ con la intención de enfatizar el castigo. Una manera de plantear el dopaje insólita cuando el deportista involucrado es español pero muy recurrente cuando es extranjero.

El hacer juicios paralelos pidiendo una mayor sanción es otra evidencia de la posición beligerante de la prensa generalista cuando trata casos de dopaje extranjeros, como también el discurso frente al sistema antidopaje. Cuando este afecta al deportista español se critica, pero no así cuando se trata de un extranjero como hemos apreciado en el caso Armstrong, pese a las irregularidades cometidas en el proceso.

Por otra parte, el poco o nulo respeto a la presunción de inocencia es muy frecuente. El rasgo observado que lo prueba es la actitud de la prensa frente al positivo de un deportista al considerarlo ya como un caso de dopaje pese a que el contraanálisis no lo haya confirmado. Es muy habitual en ese sentido que se tilde antes de la prueba definitiva al deportista de ‘’tramposo’’, y se dude de lo que presuntamente ha conseguido ayudándose del uso de esa sustancia prohibida como hemos visto en el caso de Floyd Landis. Otra de las característica que demuestran que no se tiene en cuenta la presunción de inocencia es que se de ya por ganador al segundo clasificado pese a no haberse probado el dopaje, como en el caso del americano.

Los diarios generalistas deberían replantearse un tratamiento alternativo en los casos de dopaje más imparcial y en el que se respete más al deportista extranjero. Para ello el criterio que debería adoptarse tendría que ser el de tomar una posición neutral y no el de ir a favor o en contra del deportista según la nacionalidad, pues es algo que confunde al lector y alimenta prejuicios como el de que a España se le tiene envidia por los últimos éxitos deportivos, uno de los más arraigados en nuestra sociedad actualmente.

Para lograr esa neutralidad que tanto en falta se echa en los medios actuales a la hora de tratar los casos de dopaje, habría simplemente que informar sin tomar partido y una de las claves sería ofrecer un contraste de versiones a la hora de publicar opiniones de expertos para facilitar la comprensión del lector. A la vez se hace fundamental una buena contextualización médica y jurídica. Puede decirse que la primera hoy se cumple -pese a que muchas veces se considera que se ha ganado gracias al dopaje cuando sólo es una ayuda-, pero no la segunda, siendo esencial para que los ciudadanos entiendan tanto a la sanción que el deportista se puede exponer como las razones de su castigo. Relacionado con el aspecto legal, las críticas a las instituciones u organismos involucrados en el proceso sancionador deberían hacerse en función de si se ha hecho cumplir la ley o no y no dependiendo de la tristeza o molestia que ocasiona que castiguen a un deportista español.

Por otra parte, se hace necesario para lograr esa neutralidad que los medios no hagan juicios paralelos para pedir una menor o mayor sanción, no ya sólo para no tomar partido a favor ni en contra del deportista, sino también para no presionar a los órganos jurídicos y contribuir así a la libertad e independencia de la justicia que debe darse en todo Estado democrático. También hay que mencionar el empleo del lenguaje agresivo al que anteriormente nos hemos referido. En ese sentido no estamos hablando de usar esta terminología a la hora de tratar todos los casos de dopaje, sino de evitarla siempre, pues el deportista que se ha dopado no debería ser considerado más allá de tramposo. Además el empleo de este tipo de palabras puede inducir a la sociedad a pensar que el que se dopa es como el que roba o el que mata a alguien. Es por ello que tampoco habría que utilizar el término ‘’ejemplar’’ para referirse a las sanciones, pues todas lo son y no está justificado que el que recurre a sustancias prohibidas tenga que recibir un castigo mayor.

Por último, y no menos importante, el periodista siempre tendría que respetar la presunción de inocencia del deportista cuyo dopaje no ha sido confirmado. Que el contraanálisis confirme el resultado de la primera muestra en la mayoría de los casos no justifica que se considere ya al deportista en cuestión culpable. Con tal de respetar la presunción de inocencia, siempre habría que hablar de ‘’posible’’ o ‘’supuesto’’ dopaje y no tildar ya al deportista de ‘’tramposo’’.

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