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(1)

Año I. Jueves 10 de sewembke de 1857. IVúni. 4.

LA VETERINARIA ESPAÑOLA!

REVISTA CÚlflGA DECENAL

PreciosdesuscRiciONi Al periódicoyá las obras: enMadrid , unmes 6reales; trescnprovincias, 18 realesó42 sollos de

ranqueo;unañoenultramar, 90realesy 100 porotroenelestrangero.Aunasola publicación:losdostercios delprecio

ñaladoencadapunto. Solose admitensellos de lospueblosenquenobaygiro.

Pu.wos TMEDIOSDEsDSCRiciox. FnMadrid,enla RodaeciOn,San Roque,8,bajó.En provincias, porconductode.corre ponsal ó remitiendoá la redacción,ei artafranca,libranza sobrecorreosó elnumerode selloscorrespondíanle.

AüVERTEN AS.

1." Rogamos á los señores suscritííres y cor¬

responsales que se apresuren á remitir á estare¬

dacción las cantidades por que se hallen en des¬

cubierto. La publicación de un periódicocientífi¬

co origina gastos considerables.que no guardan

relación, al menos en nuestro país, con sus esca¬

sos beneficios; y esta observación general es hoy particularmente aplicable á nuestra empresa..Eu

lo que va de año llevamos "abonados 1,027

reales vellón por la contribución de los tres pri¬

meros trimestres solo por concepto de la impren¬

ta, en la cual no sehaceotra cosa que unnúmero del periódico y un pliego de la Patología de

Eai-|

nard cada diez días. Agrégueseá esto 334 reales que hemos pagadoademás por el primer semestre deTperiódico, é imaginen nuestros lectorescuáles podrán ser ntíesíras ganancias.

Creemos suficiente esta iudicacion para hacer comprenderque, si hemos decumplir cual desea¬

mos los compromisos contraidos con el publico veterinario, es preciso queeste llenepuntualmen¬

te las condiciones de la suscricion , ya que por

desgracia no disponemos de un gran capital que

nos permita otra cosa.

2.° AI imponer las formas del último número,

cambiaron los cajistas la colocación de la pla¬

na 6."-—Nuestros' lectores, habrán rectificado'para

Ja lectura, consultando el empagiuado, estaequi¬

vocación que no ha estadoen nuestra.mano evitar.

3." Terminado el'dictámen sobre los sistemas de monta , cuya redacción mefué confiada por la Comisiónacadémica queentiende en esta cuestión

interesante, puedo ya continuar là interrumpida publicación del

J^wsííi/e

clintco.

Acéediendó á los deseos ide-varios suscritores y

becb.o cargo desus

indicacione.^,

ya que no sea po¬

siblevariar la formadeimpresión quesehacomen¬

zado á dar á este trabajo , para que al menos no

quedeenel periódico una hoja suelta al cortar la

iiUima; en vez de darunaencada número, publi¬

caré mediopliegoen un número decadames y aun

en dos algunas vtces, según la abundancia é inte- ,rés dé los materiales con

quecuentela Redacción.

Sientonp podercomplacerá los profe.sores que

mehan hecho la honra de pedir que el Ensaye

clínico formeparte déla Biblieteca:>mi plan primi¬

tivosereduela ápresentaren ElEco una serie de observacionesy solo las instancias de mis amigos pudieron decidirme á darlesla forma deun modes¬

to opúsculo; pero nieutoucesjuzgué ni ahora juz¬

goeste insignificante trabajo digno de ingresar en

laBiblioteca.Por otra parte, noseriatiempo ya de separarle del periódico,conel cual han principia¬

doá recibirle los suscritores: laRedacción ha con¬

traído el compromiso de publicarlo así y debe cumplirlo.

De todos modos, yo aprovechoesta ocasión de manifestar mi gratitudá los profe.saresquetan li- songera acogida han dispensado á miensayo, ase¬

gurándolesqueno es por falta de buen deseo por lo quedejodeseracreedora los benévolos elogios

que meprodigan.

J. Tellez V^ícen.

POLICIA SANITARIA.

Masi noticias sobrela epizootia variolo- losa yventajasdela inoenlaeion.

Nuestroparticularydistinguido amigoD.

(2)

Herrero y Argente, nos participa

desde Teruel

confecha 25 dejulioúltimo; Que,

aterrados

algu-

nosiprop|etaríps

de

gcújado dé c^uella capitaKpOr?;

la graij ifiortafidad;quK

dftha.íènfei·Hiedad' prodú-;'

^iáen

WHuiieáiato^

pequeño

ptíeblú.de Tor,tajada'-

fen el que de

2.000 cabezas de lanar

que

habla

murieron 600 de esta epizootia), y cediendo, al

fin, á los rcpetidosconsejos que,como

veterinario

lesdiera; se resolvieron áadmitir

la rtnooula.ciWj?

quefuépracticadapor núestro

anrigo,,^lofs diSs ^

y 29 de mayo próximo

anterior, quedando inocu¬

ladas 10,100 reses con virus procedente de la

vi

ruela natural. Las pérdidasesperimeutadas por la operación preservatriz han

sido de

un

dos

por

ciento; resaltando el ganado

completamente libre

ysano en 26 dias,;ymuy

satisfechos

sus

dueños

(D.

Miguel

Gorzaran,

D. Pedro Romero

y

D. José

Calixto.)—Esde lamentarque, en

presencia del

pe¬

ligro, delejemplo de éxito

feliz

que

la inoculación

ha ofrecido,yàpesarde las

excitacionesdel Sr. Her¬

rero,ya conel carácter de

subdelegado,

ya «on

el de

profesor , ni las

autoridades hayan adoptado dis¬

posición alguna que evite

los

estragos

de la enfer

medad en los demás ganados, ni los particulares

se hayan decidido á imitar la

eonductá de los

sen » satos propietarios antedichos.

Por otra parteel Subdelegado de Veterinaria

D. Dámaso Alanuel Malsabor , al darnos cuenta

de haberse presentado en los-'pueblos de Vegal-

trave, Almaran, yotrosde

la provincia de Zamora,

la hacera (esplenitis

ganprenosa)

en

el ganado

va¬

cuno, manifiesta haber

obtenido

, como rio

podia

menos de esperar, unos resultados

felicísimos de

la inoculación de la viruela hecha en el ga¬

nado lanar de aquel país. Era muy conside¬

rable el número de las reses atacadas', y la epi¬

zootia venia cebándose en sus victimas desde

el año 1855. Mas aquí, en vez de censurar la

conductadelas autoridades y de los propietarios,

tenemos quealabarla, co,«aque, á

la verdad

, nos

place en altogrado: porque,

efectivamente, así el

el señor Gobernador 1). ÍSicolás Calvo (qae loera

en 1855) , como los señores

Alcaldes, el Sr. Fis¬

cal de la Mesta D. Francisco Estevez y losseñores

D. DomingoCrespoy D. JoséDomingücz,

ganade¬

ros que se distinguieron porsu

celo

y

adhesión á

los preceptos délaciencia, todos

eondyuvaron

po-

derosa y eficazmente á la salvación

de

los

ganados

amenazados ó afectos.¡Lástima que semejantes prácticas rio sean escrupulosamente

imitadas

en

otros distritos! _ . _

IjcoucSo F. Gal^eg^o.

íLos Veterinarios

■-fii'aiíces|is

en

la

.âLéailemia «le Il^edieinÀ

lie París.

Çç^emos que nuestrosjectorcs

leerán

congusto

los

dos :b?¡ifente6'diáem'sós, pronunciados pordoscom-

'

prófásoFds enla Acadé'tniá dé medicina de París, con

motivo deunaruidosapolémica.—Ya que injustifica¬

blesprevencioues nos tienen aquí alejados del rango

social ycientífico que debiéramos ocupar, sírvanos

al

menosdeconsuelo y de esperanza para el porvenir

ver el papel.distinguido y hastaeminentequeaJSu-

nosyeterinariosfranceses bacenen laprimera acade¬

mia médica del mundo.—Éste es un espectáculo que animad trabajar, porquetrabajandoescómo la vete¬

rinaria francesa, ylo mismo decimos de la belga,ar¬

rancan cada dia una concesión á la-opinion de las

otrasclases facultativas, entrelas cuales figuran dig¬

namente , mereciendo por sus servicios el público aplauso.

iSobrelaIiiniiencla del aire en la cieai

trizaclon tic las lieritlas.

Discursode M. H. Boüley.

Señores: Declaro desde luegoque soy de la

secta de los aerófobos, y por esta circunstancia

rio debieratomar la palabra inmediatamente des¬

pués de;otro de la misma

opinion

; pero me

ha

parecido conveniente traer á esta

disensión los

elementos que puede proporcionar

la Patología

Veterinaria; entrando desde luego en la cues¬

tión, confiesaque nosin estrañeza he oido

dispu¬

tar á MM. A'^elpeau y Malgaigne que la acción

del aire puedainfluiren la marchade las heridas

hácia la cicatrización.

Mr. Telpeáu.—Yo no he dicho eso.

Mr. Malgaigne.—Ni yo.

Mr. Bouley.—Me- parece que tal ha sido la

idea deestos señores. Mr. Malgaigne ha diého al

menos que laintervención del aire no es

suficien¬

te para esplicar por qué las heridas supuran, puesto que ha ofrecido una prima

de

honor

al

que descubriera la causa de esta

supuración.—

Mr. Malgaigne hizo un movimiento afirmativo.—

Mr. Bouley .-Estamospuesde acuerdosobre lacues¬

tión propuesta, y voyá tratar deresolverla; pero

: antes debo manifé.star que no sin grande perple¬

jidad me veo obligado á

contradecir á hombres

de tanta consideración por su posición; y saber,

como'MM. Ve! peau y Mr,IgaigrieeHe tenido

ocasión

detemer, sobre todo á Mr. Malgaigné, quien

á

imitación de unriiaestro queél no desconoce,gus¬

ta confrecuencia de llevar hasta elescesosnsata

rica hipérbole. Aon no he podido,

olvidar

un-

durísima palabra^que me

dirigió

eiiando tuvo

lu-

garla discusión sobre las

revulsiones.; Entonces

(3)

27

in<i calificó de hombre :de¡/ono:, porque niepro¬

puse dar la interpretación del modó de obrar

los

sedales; ¿á quéno me espondré ahora quetrato

de resolver una cuestión queéldeclarainsoluble?

Wo pude responder á Mr. Malgaigneen su debido

tiénapo, por haberse;cerrado la discusión inme' diatamente.despúesqjieél usó déla palabra;pero

aprovecho estaocasión para protestar contra una imputación, que declaro sinceramenteno he.'po¬

dido merecer, y entrodesdeluego en.la cuestión.

Dos.clases de objeciones se han hechccontra la

influencia atribuida al aire sobre la cicatrización de las heridas: se han opuesto á esta acción ra¬

zonamientos á priori, y esperimentos.

Dice Mr. Velpeah: en qué puede ser perjudi¬

cial el aire? El nos rodea por todas partesy sostie¬

ne nuestra vida;por qué ha de ser perniciosa pai'a

las heridassu influencia? No vemos que las cica¬

trices marchan con regularidad en medio de los

enfisemas que .sonmuchas vecesconsecutivos á la

fractura de las costillas? Mr. Malgaigne ha citado esperimentosque le son personales, délos que re¬

sulta que las heridas de la piel se cicatrizan en medio de un enfisemaartificia!, de la misma ma¬

nera que cuando el tejido celular no está insufla¬

do. Voy á ocuparme de! valor de estos razona¬

mientosy esperiencias.

Seinvoca la.benignidad del aire, fundándose en que esuna condición indispensable para el sos-.

teniraiento de la vida. Sin duda alguna , él aire

nos esnecesario ; peropara,intarpretar.su acción

sobré nuestros tejidos , no bastaque^ nos conten¬

temos con esplicareste heeho general, deque es; lacondición de nuestraexistencia : estoseria mi¬

rar cuestiónmuy superficialmente; y no basta

eso;sinó que esmenester ver cual es su modo de

obrar sobre el organismo.

El aire sostiene lavidacomo lo haceconla lla¬

ma, destruyendo la materiaquealimenta ála una y á laotra. Introducido por las vías respiratorias

en el cuerpo vivo, tiende incesantemente á redu¬

cir las combinaciones orgánicas á còmbinacionès

massimples; testimoniodeestosonlos productos de

las acciones delorganismo , tales comoél agua, el

ácido carbónicoespiradosy los compuestos azoa dos quecontiene la orina. No me detendré áexa¬

minar si estos productos son el re.sultado de una

■combu.stion simple, como defienden losdiscípulos

de Lavoisier;.ó bien de fenómenos catalíticos mas

complejos: parala cue.stion actual esto importa

poco, lo que importa saberes que el aire tiende'

. sin cesar á reducir el agregado orgánico á com- binacioues mas simples quelas que le caracteri-^

zar», yeste cs ungrande hecho quedemuestra la fisiología.

Notemostambién que esta acción del aire es

'

inuj' rápidá';"puestoqué" los animalesíñuy gordos

con destirio á lajiarhicéría,comoidsvemos diaria¬

mente,porlas calles de París,,pierden en

algunas

horos' por la acción de aquel fluido, una parte

muy'considerable su pesó', bisedes dbligháca- míriar.Poned unatíimaládiéta, yénpoco tiéinpole

vereis disminuirsu peso deunamanera muynota¬

ble. Ea«l año-últimohevistouncaballoenlos lios-

pitalesde Alfort, áel cualimpediaalimentarseuna

fractura de la matidíbníainferior-,-y en menos

tres semanas ilabia disminuido cíen'kilógridrrios.

La acción inofensiva de eseagente dé'la 'cómbuS- tlou no es mas queaparente.

No es ofensivo para el agregado orgárifco

mientras que elaparatodigestivo leproveade nue¬

vosmateriales que reempISeetV á los-qúe sé'lian consúmido; jaero que'eLetjuilibrio llégué a ■des¬

truirse entre luS áCciones inversasde lesapáratas respiratorio y-digestivo, y entonees será'pérjudi-

ciaT; la pruebá dé- esto-éon las úlceras'qiié con frecuenciase encuentra sobretoda -laéstension de iaónucosagástrica, en los animales á quienes se hace morir dehambre.

Los que invernanno se conservandurante él tiempo de su largo sueño-letárgico sin comér,

sinó porque la accióndelaire

sobrésu

organismo

esta muy debilitada porla estremalentitud de su

respiración. ,

Esta acción del airie sobre el agregado orgáni¬

co vivo continúadespues dela muerte, siendoen¬

tonces maspoderosa porque nada puede contra valancearla;y en poco tiempo la masa entera

dél

cuerpose éeddce á combinaciones mas simples,

como agua, ácido carbónico,, amoniaco, hidróge¬

no sulfurado, fósforoetc. Cqái es en el aire at¬

mosférico el poderoso agénte que produce éstos

fenómenossobre los séres vivosv sobre los muer¬

tos?Eseloxígeno,cuyasafinidades siempre activas parales elementosque componenla materia orgá¬

nica, secaracterizan de una maneraindiscontiuua por los efectosqueacabo do referir.

ïàl

eslaac¬

cióngeneral del aire sobre el organismo durante

la vida ydespues delamuerte: veamosahora si la

influencia que ejercesobre lasheridas puede inter¬

pretarse porestas poderosas afinidades. Qué su¬

cede cuando se hace una soluciónde continui¬

dad sobre una parte viva? Que bajo lainflhen!»

cia de las acciones nutritivas exageradas,una ma¬

terialíquidaseexuda éntrelas partes.dÍYididas, el

bálsamo reparadorde los antiguos, y que nosotros

llamamos linfa plástica, la erial siendo á, propósi-

tó paraorganizarse, sin embargo no puede ha¬

cerlo sinó al abrigo delcontacto del aire. Si.esta

:materiaesperiinenta dicho contacto-de una mane- Ta-continuâ, ó biense deseca, y én-estecaso no

puedentener lugar las modificaciones íatúnasqoe

latra.sforinaiien tejido vivo; ó;bienscballaen de-

TOasindaabundancia, comosucede, én el, iníeiior

-de unquiste provisto de falsas membranas,;sepu- trifica, ydeesto resulta íorzósaménteJ.unbb3tácá-

lo para quepueda organizarse.. Esta materia pu- trificadáes.mn irritante: de la peor calidad para lostejidos, de lóque seconvence

cualquiera

con lo que ée observa diariamente.

Introducid

eu

el

(4)

tejidocelular de un animal vivo cualquiera mate¬

ria en putrefacción, y enseguida vereis manifes¬

tarseun tumor inflamatoriocaliente y doloroso en estremo, el cual no tardará en cambiar decarac

teres, apareciendoalgunas veces en su lugar los

de lagangrena, siendo el primer fenómeno que resulta del contacto déla materiapútrida, lagran¬

de irritaciónde los puntos quetoca. Por otra par¬

te, el aireejerceuna acciónescitante que exalta la inflamación en los tejidosespuestos á su contacto;

poco importa que esta acciónresulte del solo con¬

tacto , ó simultáneamente, como yocreo, deeste y la absorción deloxígeno porlos capilares descu¬

biertos dela herida; esta escitacion del aire no

puede negarse , y en estas condiciones fácil es

comprender que no puede verificarsela cicatriza¬

ción adhesiva.

Lamateriaorganizable que debiera servir.pa¬

raesta cicatrización, se hace incapaz de tomar laformaorgánica, puesto quebajo el contacto del

airesedeseca ó putrifica,y además los tejidos es- tan muy irritados,ya sea porel contacto de una materia irritante, ya por la acción directa del

contacto del aire, para que la inflamación se con¬

tenga en los límites en que pueda ser adhesiva.

¿Qué sucedeentonces? que, la acción reparadora redobla sus esfuerzos, seinyectan los tejidos irri¬

tados,sevascularizan, se cubren de unamembra^

na, la membrana piogénica coa que provee la na¬

turalezapara que revista provisionalmente á las partesdesnudas, y al abrigo de estacubierta, ypor

su concurso, se acaba el trabajo de la reparación

sin que el aire puedatener acción sóbre lostejidos

asi protejidos.

Pero si el airenotiene acción sobre.los tejidos

alabrigo de esta cubierta, y por su concurso se termina el trabajo de la reparación; si el aire no

tiene acción sobre la pseudo-mucosa, ejerce su influencia de unmodo incontestable sobre lospro¬

ductos de secreción de esta pseudo-mucosa; una

prueba de ello es el olor que desprenden estos

productos, y el color negro de los instrumentos

de plata que con ellos se ponen en contacto.

Por último, hay una infinidad de hechos enla patología quirúrgica que demuestran de una ma¬

nera innegable esta acción del aire sobre los lí¬

quidos orgánicos. Abridunabsceso , y almomen¬

to que sale elpus, nodesprende mas que el olor empalagoso quele es propio;peroá la mañanasi¬

guienteesja fétido. Abridunquiste, ningún olor

notareis enel líquidoó los productos quede él

salen: siu embargo, al siguiente dia todo ha cam-^

biado; lo mismo sucede con los tumores sanguí-, j!eos, la sinovia de las articulaciones,etc. Enelmo-:

mento.de la punción sequeestoslíquidos, qjuei

ban estado al abrigo del aire , no han sufcido -alteración'alguna; pero luego que conélse ponen,

en contacto durante algun tiempo, prestan todas

las señalesde la fermentación pútrida. ¿Quién no . conoceelinsoportable olor que exhalala sinovia i

cuandose desprende de una articulación abierta después de algun tiempo, mientras que sea cual fuerela intensidad de la inflamación, esta misma sinovia carece de olor si se mantiene cerrada su

cápsula? Héaquí, me parece, probado hasta la evidencia la poderosa influencia del aire sobre los líquidos exhalados ósegregados en la superfi¬

cie delas partes puestas al descubierto, é igual¬

mente el medio de dar la interpretación del dife¬

rente camino que sigue el trabajo de lacicatriza¬

ción en estaspartes, por el hecho mismo de las al¬

teraciones que han esperimentado estos liquides.

Llego ahoraá los hechos prácticos y á los cspe-

rimentosque han invocado los señores Velpeau y

Malgaignepara probarque el contactodel aireno

ejerce en la marcha de la cicatrización una in¬

fluencia tanmarcada como algunos creen. Resul¬

ta de estos hechos y esperimentosque la cicatri¬

zación por primera intención severifica en medió de un enfisema, lo mismo que cuando este no existe.

{Se continuará.)

JOSKQuiROG.i.

RElllTinO.

Sres.redactores de L\ Veteuinaria Española.

IjeoH íle

Agosto

«Iç 18,5'?', Muy Sres. mios: En este momento leo en su

apreciable número 2 del 20 último, unaequivo¬

cación queha padecido el Sr. i). Saturio Alvarez, comprofesor y Subdelegado de Oviedo. Deseando

como todos la union profesional para bien de la

clase, solodiréparaquesedesvanezcaaquella,que

en élescritode los Sres. Morrosy Nieto, solo ten¬

golaparte que comosubdelegado mecorresponde;

cual es la dedar curso á lassolicitudes que se me

dirigen, sin que en las dos copias que igualmente dirigí á esa redacción y ála del Boletín,se vea ob¬

servación ni comentario ninguno mió; que en esta

Escuela, todos los catedráticos procuramos impri¬

mir á nuestros discípulos sanas ideas de moral veterinariayidécompañerismo,y novanasilusiones

que después harían desgraciados á nuestros alum¬

nos; que como profesor tengoideas propias, y co¬

mo subdelegado, procuro estar al corriente de

cuanto debosaber para el mejor cumplimiésato de

mis deberes, nosiéndome posiblepor ahora dedi¬

carme á repetir las diferentes Reales órdenes que

versan sobre esta materia.

Ruega á Yds. se sirvan insertar esta breve

contestación en el periódico que tan dignamente dirigen,su mas atentocomprofesory S. S. Q. B.

S. M.—El director por graciaespecial.—Bonifacio

de Viedma y Lozano.

Editorresponsable ,Jose Qüírqga.,

MADRID: 1857.—Imprenta de la VeterinariaEspañolar

. ácargode J..Castillo, oalte de san Roque número ».

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