ííüm^6.
Yallaàolid
10 de Junio de 1902. AHO XYin,iJliEîlïïSïm
Revista científica j profesional
Y BIBLIOTECA DEL PaOFESOR PRÁCTICO
DIRIGIDA POR_D. jUGENIO FERNÁNDS^É ISASÎvIHNDI
Tçüo susoriptor puedepublicar los adelantos de lacienciayreformas profesionales, grati»
Sale á luz los días
í Ò, 20 y 30 de cada
uies.DIRECCION yADMINISTRACION: Angustias, 2 y4, 2.®—Valladolid.
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la caria al Director.
A NUESTROS SUSGRIPTORES
Al dar
fin
ti nuestraohrita deicAnti¬
güedad de la Veterinaria»,
Jiahíamos anunciado la inmediatapuílieación de
«.TM..Terapéiítica cíe los Nneoos
Reme-\ dios»,
peroqueriendo
darla laimpor¬
tancia que
ella
en sitiene,
yadicionán¬
dolacon todas las teorías modernas, hemos
pensado hacer
estostrabajos
conalgún detenimiento,
ymientras
tanto dar á nuestrosilustradossuscriptores
el
Apéndice de las
Reales órdenesyde¬
cretos,que
han
emanado de los Centrosoficiales desde
el afio 1899, en quedi¬
mos
fin á là •^Colección Legislativa»,
continuándola hasta
1902,
por serde grande importancia
lasreformas
quesehan hecho,tanto en élasuntode Ins¬
trucción
pública,
con relación á nues¬tracarrera, cuanto en el de
epizoótias
y
Reales órdeiies
sobre sanidad, intru¬sión, etc-, etc.
De
estemodo,
tendrá élprofesar la Legislación completa desde
el
siglo
XV, ypodremos apeiidizar,
enlo
sucesivo, todo
cuanto concierna, al derecho yá la ley
queal
veterinarioco¬rresponde,en
cíiantoásuscomplicadas obligaciones
ydeberes le incumban.
Como creemosque
esté Apéndice
noha
tie dar más de cuatro á seis entregas,
AIIuncios;V5.»ocios coiiveiicionul Los librosG110seI;aiidon'ála redacciónse annu- ciarangrratis. •
.Al ooiíclii-sRi-rripcióa.qm^sienipre seráa<lé-
lüi'Ladak: lU'-v-íá u ;-i aq les considera çorno;
suscijpto:es 1:iW'-v ■i'Syirt administracióncobrnvá"
porlos mediosdu isíulec iuirioi.
i tiempo suficiente
para prepararla
pu¬blicación de «Zfií
Terapéutica de los
NuevosRemedios»,
empezará ésta ápublicarse,
en elpróximo Agosto,
y nuestrossuscriptores
se veránfavore
¬cidos,
Xq sobre k'iáolosquetienen
ifues- trii iColecciÚHLegislatitaé)
con una\c gislaciÓH completa hasta,
el -día,donde
verán
disposiciones
que nosfavorecen,.
decretosy
Reales
órdenes que nosper¬judican,
yotras
que nosilustran,
paracumplir el deber de profesores higiéni¬
cos, en
las epizoótias
yrecanociniiev fo
de substancias alimenticias.
j
Sin variar
ennada
nuestrasofertas,
para bien de nuestros
suscriptores,
y economia en losgastospara pagodéla publicación, les daremos
lolégiskufo
enestos fresfifias
úlihnos,
yla ÍERAPtTlCñ, dentro del ailo, ó sea paraJimio de
1903. ■ . ^
ÍSASMENJtl.
Patologí.a: j Terapéutica
iÇqntmuación).
El potro aislado -ie esa j'egua lia-fiído
examinadotíii diversas épocas desdesu cimiento y no Ra presentado liasta el di»
ningún síntoma ¿s enfermedad. Tiene .-ic
tualment.e.sje.te^ml-sec, y con el finde-ase-
guraracs mejorde quo noestabamuermo'
2 LA MEDICINA VETERINARIA.
so, volvimos á la g;ranja de Saiat-Caprals
para visitarley practicar iaoculacioiiesre¬
veladorasen diversos animales. Efectiva- )iiento, dicho potro nopresentaescrófula bajo el auge, ni erosiones enla pituitaria,
y esta ofrece un hermoso color rosáceo.
tinapicadura practicadaen la vena augu- lar delojo dió lugar áderramamiento abun¬
dante desangre, permitiéndonosinocular á lavezá doscobeys (con unajeringa de Pra-
vaz y encada muslo) y en la escuela â un asno, cerca de trescuartos de hora después
que la sangrefué recogida. La cantidad de dicho líquido inj'ectadoeneltejido celular
subcutáneo de dicha bestia fué de más de 30 centímetros ciibicos.
Todos los individuos inoculados conti- tiUaronde salud muy bien: la inoculación haquedado sin éxito.
Este hecho, debemos convenir en ello,
no tiene valor mientras tantoque quedase tisgativo habiendo elpotro habitadocon su
madre;por otro lado, la no virulencia de la sangre no prueba absolutamente la no existencia del muermo;pero si, como todo Jo hacepresumir,ese potro conserva en lo
sucesivotodasu salud, estará muy obliga-
dfo'cualqinei^S'cr^'SF
qué no tiene heren¬cia de la enfermedad de la madre.
B. Especie canina.—Madre muermosa desdemesy medio.—Perra de un día, sana,
—-Iticculación dtin asno Resultado nega¬
tivo.
El8de Junio de 1885, inoculamos á una perra, por inyección hipodérmica en la
frente y en laespalda,un líquido virulen¬
to preparadoconlatrituración deun gan¬
glio extraído de un cobey muermoso. El
muermo se desarrollóen dicho animal con
extremalentitud: lospuntos inoculados se hallan tumefactosyel 12 de Julio presenta el volumen de un huevo de pichón, y el ganglio correspondienteá la base de lapa¬
rótida derecha ofrece el volámen de una nuez.Eltumorsituado enla espalda tiene las dimensiones de un huevo degallina.
El 23 de Julio, el tumor de la frente, fluctuante desde algunos días, se abre y deja correr un líquido rojizo y sanguino¬
lento. Dicholíquido inoculadoá otra perra y á uncobey, comunica á dichosanimales
un muermo de los más intensos.
El día de la abertura del tumor de la
fronte,laperra pare cuatro perrillos. Con- üórvanse estos animales.
Ea madreadelgaza mucho; el 7 de Octu¬
brepresentados úlceras en laregión tem¬
poral y masetérica izquierda, y numerosas cicatricesen diversos puntos. Nuevos cre¬
cimientos farcinososseefectúaneneltegu¬
mento cutáneohasta el 14 de Noviembre,
en quedecidimossacrificar dichabestia. En laautopsia hallamosunpequeño abcesope-
ribrónquico y algunas granulaciones mor¬
bosas en el pulmón. Uno de los perrillos aislados fué sacrificado de un día. Porcio¬
nesde-ganglio, de pulmónycierta cantidad de sangre fueron triturados con agua des¬
tilada, después filtradosó inoculados en un asno en las regiones del frontal y del cue¬
llo(cerca de 4 centímetros cúbicos del li¬
quido).—Resultado negativo. El asno ino¬
culado, mes ymedio después ha contraído
el muermoagudo.
C. Cobeys.—Las variadas condiciones eu las cualesnoshemos colocado durante las citadasexperiencias, nos ha permitido juz¬
gar si los bacilosmorbosos franquean fre¬
cuentemente la placenta, si determinaa
lesionesen los órganos del feto, ó siseque¬
dan en estado latente en el interior de aquel para causar, en tiempo dado y más tarde,elnacimiento,como tiéndese áadmi¬
tir para la tuberculosis y como podrían hacerlo creer algunas observaciones que hemosrelatado más arriba. Para resolver
esosdiversospuntos,hemos inoculadohem¬
bras preñadas y examinado los fetos en
períodos diferentes de la gestación y en
cobeys jóvenes ó viejos nacidos de madres
muermosas.
El método que hemos seguido en esas
investigaciones ha consistido invariable¬
mente enevitar toda mezcla de loslíquidos
dela madre conlos de los fetos. Con este fin, aislamosdesde luego el útero, y á 1»
abertura deesteórgano, de las envolturas fetalesysección del cordón, nohemos em¬
pleado más que instrumentos nuevos ó convenientemente templados; después los fetos fueron colocadosbajo un hilo deagua
conobjeto de lavarlos perfectamente para secarlosenseguidaantesde abrirlos.
La autopsia siempre se hizocon lustra- mentesnuevos,purificadoscomolos prime¬
ros, y losórganosde los fetos cuidadosa¬
mente examinados.Siemprequeestos esta¬
bandesprovistos de lesiones, tomábamos el pulmón, el hígado, el bazo, los ríñones, los ganglios; trituramos y filtramos, como
precedentemente, y el líquido resultante de dichaoperación fué inoculado yaen Uiï
asnosólo, ya en cobeys óperros.
3 La cantidad de liquido inoculado fué de
2 c. porcada cobey, de 6c.para el asno y tie 3c. parael perro. Por último, cuando los resultadosno eran dudosos, tomábamos siempre la precaución de practicarnuevas inoculaciones reveladoras.
POR LA T. ISASMENDI fSe
continuará.)
SECCIÓN CIENTÍFICA
RESULTADOS
DE LA
iSVESílGAClON
MODERNA DE LOSESPOROZOQSpor el Dr. M. Liche Privat-docent
<le Zoologia y Anatomia comparada, Ayudantedel Museo
Zoológico
deKónigsberg.(_P rusia).
(Conclusión).
En las coccideas muchos distinguen to¬
davía ambos modos evolutivos (esquizogo- niayespotogonia), siguiendoá R. Pfeiffer,
comoesporulación endógenay exògena. En aquellosson muy poco significativos, pues la esporogonia (esdecir, la llamada espo¬
rulación
endógena),
severifica en muchas especiesen el interior del huésped y sóloson expulsados los esporoquistes maduros
con los excrementos, mientras que en la Benedenia sepresentasólo la esporogonia, y la esquizogonia (la llamada esporulación endógena)faltaenabsoluto. Estas poco fe¬
lices denominaciones han sido aplicadas tambiénal parásito dela malaria, á mien¬
tender, según las ideasdePfeiffer, prime¬
ramenteporRuge,cuyotrabajo,paraaquel tiempo muybueno, parece ser poco conoci¬
do (almenos no recuerdo haberlo visto ci¬
tado nunca)yrecientementeson empleados
por Koch, por másque lasnuevas investi¬
gaciones hayanenseñadoque todas las fa¬
ses evolutivas del parásito de la malaria vivenparasitariamente.
Koch llama á los mosquitos «huéspedes intermedios» delparásitode la malaria, sin considerarque Grassi, precisamenteal re¬
vés, considera, en cambio los hematermas
con intermediosylos mosquitoscomo«hués- pedes definitivos». Esta opinión déGrassi
se basaen que, en todos los demás parási¬
toshasta ahora conocidos que tienen cam¬
bio de generación, son designados con el nombre dehuéspedes intermediarios aque¬
llosen los cuales viven lasgeneraciones de
pará.sitos queasexualmente sereproducen,
ycon la denominación de huéspedes defini¬
tivosaquellosen losque losindividuosque
se reproducen sexualmente, llegan á la madurez y se verifica la fecundación. No puede negarse que e.sta comparación no estájustificada. Deeste lado, puede hacer¬
se constar también que en los gusanospa¬
rásitos con cambio do huésped entre un
vertebrado y un
invertebrado,
siempre aquél eseldefinitivo;
este, en cambio, es el huésped intermedio. Raréceme , según esto, quelasexpresiones«huéspedinterme¬dio» y «huésped
definitivo»,
no debe trans¬ferirse de losgusanos parásitos á los pará-
i sitos de la malaria. Sise comprobase la ve¬
rosímil opinión do
Schaudinn,
de que las hemosporídea.s de los hemacrimas se des¬arrollan sin cambiode huésped, apenasse¬
ria admisible designar los vertebrados en
el parásito de La malaria con el nombro do
huésped intermedio.
Mencionemos aquí á lo menos los dc-tos publicados recientemente por A. Plehn.
Este hallóenla s.angrede los palúdicospe¬
queñosy numerosos núcleos cariocromató- filos, queestimacomoformas fundamenta¬
les del parásito, los cuales se reproducou por partición. Trata de explicar por esto la pretendidafalta de los plasmodiosó esta¬
dios deesquizogonia durante el tiempo de incubación. Mástarde creceríanlas «formas fundamentales» hasta convertirse en plas¬
modios. Estasapreciaciones son incomp.ati- bles con los resultados de la investigación experimental.Loque son lasllamadas «for¬
mas fundamentales»,actualmente nopuede decidirsecon seguridad.
APÉNDICE
Clasificación
de los parásitos de lamalaria, En tanto queantes, por ejemplo, todavíaen laobra deBraun, crancomprendidos to¬
dos los esporozoos quehabitanen la sangre de los vertebrados, en los hemosporídios,
orden do los esporozoos, Labbé ha dividido estasespecies en dos órdenes: los hemospo¬
rídios, que se hallanexclusivamente en los hemacrimas, que pasan alsuero, en el cual viven libremente por un estado evolutivo semejante á la gregarina, y en los que en.
su reproducción forman quistes, y los ginr- nosporídios (Acystosporidiosde "Wasielews- ky) á losquepertenecen losparásitos de la sangrede los hematermas, sin un tal esta¬
dio semejante al de g^-egarinay sin forma-
_
L V MBDICINM
•ciAu doquistes. Estadivisiósi reonerda has- t.a ciertopuntola oposición outre las «oi-
)i.orlas» y las ccocoídeas propiamente di¬
chas»,queha resultado errónea. También cd sistema do las heraosporídias de Labbé
^■6parecepuesto en tola de juicio después do lasnuevas investigaciones, espeoialmen-
t?. til descubrimiento doooquiuotosy oocis- tos parecidos á las gregarinas en los pará¬
sitos de lamalaria. Sin embargo, no esta-
íijo.jhoi' aún ensituacióndesustituir dicha
•clasiúcación por otra. Todo está inseguro
«II la actualidad y especialmente parece
necesario, antas do la reforma d-.-l sistema, investigar más exactamentelas homosporí- doas de los liemacrimas (1). íienuncio, en o.stas olrcunstaucias, á dar aquíun sistema 03hemosporídeas majmrraente cuando el de Labbéha sido referido de mpdo ámplio, á
afttiempo, onestoperiódico. En vozda esto expondré aquí algunas observaciones .sobre iásespeciesque viven en los hematermas,
las cuales pueden ser comprendidas con el osrüibre de parásitos de la malaria.
Labbé admite sólo tres especies, que re¬
parte tambiéuen trosdiversos géneros. Co¬
loca los parásitos de la malaria humana, ai'guíando á Lavarán, en unasola espacie,
queni'prlncÍpTó'áo
ecTn'eÍ"nombre
do Hadinaniísba Laveraai, mientrasque moder- flameiite, coa más razón emplea, según las reglas de la nomenclatura, sólo el nombre que-debo reconocerse, da Plasmodiummala- rifo(Lavarán), Marehiafava y Oelli. Esta unidad dalaespecio enlos parásitos de la malaria humana está, en el sistema de Labbáen una chocante contraposición alcrear dos géneros especiales paralos pará¬
sitos de la malaria aviaria (llalteridium ó
Pvoíeosoma, sustituidoeste último nombre recientemente porel de Th^moproteus, Era¬
se, nombreque tiene derecho á la priori¬
dad). La controversia sobre el número do espacies de los parásitos de la malaria, á juzgar por los modernos estudios, no se re-
(1) Explicación, por ejemplo, necesita el
hechodeque Laverán, única yexclusiva¬
mente, haya h.allado esporulación endógena
en las especies que, según Labbé, por el contrario, formarían quistes. También ne¬
cesita explicación la signiÉcación de las dos clases deesporos(macroy microesporo- roito)que ha hallado Labbé enel Dreoam- âiuntLankester, 1882 (M. Ehrenberg, 1886), queácausade la prèvia ocupación del nom¬
bro genérico ürepanidinm, lo ha cambiado Labbé recientementeporel deLànkestereUa.
Labbé 1880.
solverátan pronto. Yo croo, no obstante,
que de los parásitos considerados hasta aquí, pueden considerarse como ciertas- tres espacios: el parásito dé lacuartana {Plasmodium malario;, Laverán); el de la ter¬
ciana (Plasmodium uivax, Grass!y Piletti) y
un parásito de la perniciosa (Plasmodium
"pratoox Grassi y Piletti, el parásito de cuo¬
tidiana pigmentado de Mannaberg (1). Es¬
tas tros especies ma parece diferenciarse bastante ciiuioa y raorfológioamante. Si bien, por et contrario, pueden describirse
en la perniciosa muchas especies parasita¬
rias, como especiaimonte han admitido
(iras.si y Fiietti, y también Mannaberg, ao- tunlmcnte nome pareceaún decidido.
llecieijtemeiiteha creado Ross, para lo-.s parásitos de la perniciosa, un género espe¬
cial (Ilcemomsnas), caracterizadoporque loa.
individuos sexuales (maorogaraeta y m¡- crogamotocito)sediferencian delos esqui-
zojites por su forma sosnilunar. La única especie dal nuevo género sería el Hosmome-
nas proícox (Grassi y Piletti). En cambio
reúne ios parásitos de la malaria aviaria (el Halleridium y el Proteosqma de Labbé)
con los delaterciana y cuartanadel hom- Ime, en el género llveniammha. Respecto al Proleóidma, paréoemeestarjustificado que el nombro delgénero seaPlasmodium (Mar- chiafavay Celli, 1885) y no Hosnamce'oa, (Grassiy Piletti, 1890), El Halleridium es actualmente demasiado insuficientemente conocido parapoder juzgarsesobresus re¬
laciones sistemáticascon losdemás parási¬
tos de la malaria. Les datosdeLabbé sobre la multiplicación del númeroen elinterior de ios hematíes noparecen, en modo algu¬
no, libre de objeción, pues hasta ahora ningún autorha podido hallar estadios de esquizogonia.
Ziemann ha calificado de «deseable» que-
«desaparezca» el nombre de Plasmodium, Es¬
te deseo reposa en el desconocimiento de las lej'bs do nomenclatura. Plasmodiumesd
nombregzn&rioo más antiguo, yporesto,únicc>
valederoparalos parásitos de la malaria hu¬
maría. *
Trad, porRdiz Roduígüez (D), (De la «Gaceta Médica Catalana.») (1) La designación del parásito de la perniciosacon el nombre deparásito de la
cuotidianaesinexacta, pues el cuadro clí¬
nico da la malaria perniciosa muestra un
tipo claramente tarciano, si bien noalterna,
un díasin fiebrey otro coafiebre, del mo¬
do característico que en la terciana ordina¬
ria. (Véase KochyBignami.)
5
morfología
(Continuación).
El animal, protegiJo esteviormenfce por una cubierta dura, carece eii abso'uto de esqueleto interno, como podremos observar
másadelante; elcuerpo aparece dividido en dosregiones, una anteriorconveira y gran¬
deque so terminapor delantecu un rostro aguzadoy plano, y formada al parecer de
unasola pieza, yotra posterior, compuesta deanillos movibles, la primera lleva gran número doapéndices, todos olios articula¬
dos y protegidos por su correspondiente
envoltura caliza. Siarrancamos unpedazo
de esta cubiertadura, queno es otra cosa que el exosqueleto, podremos verque hay debajo, íntimamente adheridaá su superfi¬
cieinterna, una membrana,es la capa qui- tinógena de los tegumentos, así como la
externaes la quitinosaó cutícula; si some¬
temos esta á la acción prolongada da un ácido diluido (ácido crómico,por ejemplo),
que obra sobro las sales calizas que la in¬
crustan,lograremos alcabo dealgún tiempo privarle de ellas, en cuyo caso, el trozo sometido al eusay4ij..jiji;a.sqiy6á,rá la_jp,is,nia., formaqueantes tenía; pero habrá tomado
color blanco y seráflexible; en suma, ha¬
bremosobtenido laquitina, cuyas propie¬
dades será fácil comprobar; y si examina¬
mos conalgún aumentó un trozo de esta cutícula, ya privada de las sales calizas, observaremosqueestá formada por capas superpuestas, que en conjuntoconstituyan
como treszonasdistintas, quereciben nom¬
bres especiales, queson los de epiostraco,
ectoy endostraco.
Procediendo al estudio de la región ante¬
rior, observaremos que en ella están los órganos de los sentidos, los da la bocaylas patasdeque el animal sesirve en la mar¬
cha;es por tanto, un cefalotórax, y si se quiere, usando nombresque ya conocemos, lacabeza yel perdón reunidos; si recorda¬
moslas leyesgeneralesquerigen la forma¬
ción del esqueleto, y entre ellas la que establecequecada anillosolo puede llevar
unparde apéndices, comprenderemos fá¬
cilmenteque esta región, al parecer uni¬
forme, está formada de varios anillos, y, paraaveriguarsunúmero nos bastarácon¬
tar el de pares de apéndices; éstos que oxainiuaremors en seguida detenidamente,
son catorce, y éstees enrealidadel número
do los anillos que contribuyen á formar todaesta región: los apéndides son proce¬
diendode adelante á atrás; 1.®, los ojos;
éstos son movibles, distinguiéndose el pe-
dínculo, que es muy corto, y 1.acornea, que está situadaen el extremoy os redondeado
enlaque con una simple lente se perciben multitud de facetascuadriláteras; pertene¬
cen, portanto,á la categoría de los llama¬
dos compuestos; 2.°, las antenas internas ó primeras;estos apéndices son cortos, y constande unaporción peduncular tviarti- culada y de dos apéndices terminales; en el artejo basilar seabre el órgano airditivo;
íl.", lasantenasexternas, más grandesque las anteriores y terminadas por un apéndi-
co muylargo y muitiarticulado; en la base
se implanta otro apéndice lanceolado y
movible, esel palpo do lasantenas áseael exopodio; en elartejobasilar se encuentra elagujero de salida del líquido segregado
por unas glándulasllamadasverdes porsu color, y que pondremos al descubierto sin más que desarticular la antena; 4.°, las mandíbulas, primero de losapéndices buca¬
les, son robustas, el artejo basilar está dent.ado interiormente, y sobre su borde
exteinio^s^mplanta
unapéndice,
que esel
palpo; 5.® yC.°, las nfaxilas, son apéndices foliáceos que exigen algún cuidado si so han do aislar sin detrimento, en especial
el segundo par, que exteriormento lleva
una placa ovalada (escafonato) que inter¬
cepta el conductode salidadel agua de la cavidad branquial:el borde internoda las dos maxílas está dividido en lóbulos que
son pestañosos; 7.°, 8.® y9.®, par, reciben
en conjunto el nombre de maxilípedos, ó pat.as maxila.s, son apéndices intermedios y do transición entre las maxilas y las verdaderas patas; asíes queel primero de
los tres separece muchoá las maxilas,y el último á las verdaderas patas; todos ellos constan deunaporción basilarcompuestade
unoó dedos artejos, sobra los que so im¬
plantan, procediendo de dentro afuera u«
tallo (eudopodio), que es foliáceo en el primerpar y articuladoenlosotros dos, y que en el tercero tiene casi enteramente la forma deunapata, unapéndice articulado, lateral(exopodio ó palpo), y otro más ex¬
terno(opipodo) dirigido oblicuamentebacía elinterior de las cavidades branquiales, y que enel segundo y tercer par lleva una
branquia; 10." á 14.", pares, son las patas verdaderas, ó perciópodos, que sirven al
6 LA MEDICINA VETERINARIA.
3inimal en lamarcha, y parala prensión; el primero deestos cinco pares de apéndices
es considerablemente mayorque losotros;
■fijémonosen el último deellos, y contemos losartejos ó piezasqueleforman, que son
siete, y que procediendo desde la base podremos designar con el nombre de coxa,
trocánter, fémur, tibia y tarso, compuesto de tresartejos; las variaciones que encon¬
tramos entreeste■último par y los anterio¬
res, se reducen á la existencia de una lámina branquial ó epipodio carticulado
conla coxa, y dirigido hácia arriba, intro¬
duciéndoseen la cavidad branquial; además
en lostres primerospares, el último artejo
ó dedoformauna pinza con un tubérculo digitiforme procedente del artejo anterior,
y por último, en el primer par, no sólo son inmensamente mayoreslas pinzas, sino que el trocánter yel fémur están confundidos (1). Notaremos de paso, que en las caderas ó coxas, del tercer par de perciópodos
existenenlas hembras unasaberturasmuy fáciles dedistinguir,que son lasanteriores de los órganos delareproducción; abertu¬
ras semejantesseobservan también en les machos, peroen éstos están situadasen las
coxasdel quinto par,ó seadelúltimo.
Resulta, pnes, de este examen, que la región ó mitad anterior del cuerpo en el cangrejo de rio, está formada por lareu¬
nión de catorce anillos algiin tanto distin¬
tos, porlo querespecta á loscinco últimos»
en la porción ventral ó inferior, donde constituyen el espacio lineal que media
entre las caderas de unoy otro lado, pei-o enteramente ocultos por encima por un gran caparazón ó coraza que procede de la cabezay que se extiende porencima de todoslos anillosdel pereión, descendiendo
áunoy otro lado hastala basode laspatas,
con las quesin embargo nó se suelda, sino que, por el contrario, deja una endidura longitudinal que da acceso á la cavidad branquial y por la que penetra el agua necesaria para la respiración, que luegoes
expulsadapor un conductoen que se pro¬
longa anteriormente dicha cavidad, que viene áterminar álos lados de la boca, y
enel que sehalla interpuesto el escafogna-
todel segundopar de maxilas. Consideran- (1). Recomendamos álosque sehayan de
«ervir de nuestrasindicaciones, que proce¬
dan á la desarticulación de todos estos
apéndices, comenzando por el últimode los que hemos descrito, lo que facilitaconside¬
rablemente el trabajo.
doestacaparazón porencima, percibiremos
en él un surco trasverso y arqueado,situa, do hacia el medio próximamente, y es el llamado surco cervical, yotrosdos longitu. dinalesy paralelos queparten del anterior y quelimitan unespaciointermedio(región cardiaca), separándole de las dos laterales, que,como sehadicho, descienden hasta la baso de laspatas(regiones branquiales).
(Se
continuará).
' «gai—■
¿Se hairá resuelto el proïlema?
Sialgún lectorseducidopor lacuriosidad ópor el epígrafe del presente artículocree vá á encontrar en él algo que valga la
pena, yole suplico quenopierda el tiempo
en su lectura porque verá burlados sus
deseos. Y si después de haberla advertido persiste en su afán de querer saber loque digoen este escrito, no se arrepientade haberlo leído y empiezo:
P^En el número de las «Noticias» corres¬
pondienteal 29 del pasado Mayo he leído
queel cónsul de Alemania en Barcelona, ha entregado al Alcalde de la ciudad con¬
dal, unacomunicación del Dr. Loffer, en
la que dice dicho doctorhaber obtenido un suero inmunizador contra la fiebre aftosa, añadiendoquelos result.ados proporciona¬
dos por dicho sueroson de los mássatisfac¬
torios.
Tal vez seaasí, perodesdeluegoconviene
nodejarse arrastrar por la corriente del entusiasmo, evitando de este modo su¬
frirnuevodesencantoó nuevo engaño como el proporcionado por el Dr. Baccelli de quien meocupé cuando lo creíoportuno.
Dejando á parte lo que tenga deveraci¬
dad lo'dichoporel Dr. Loffer que esto más tarde severá, satisface no obstante el leer
una noticia como la transcrita aquí, del periódico de Barcelona, porque además de
ver como se persigue el logro de un ideal soñado constantemente, es manifestación clarísima do la actividad desplegada por los llamados obreros de la ciencia.
Yoaunquepesimistaempedernido, confio
en que dentro deno mucho tiempo se dará
««íffiasolución del problema y creoademás
que esta solución nos la proporcionará la sneroterapia ynó la seroterapia como dicen muchos ihístraáosescritores. Yesta confian¬
za esporque teniendoen cuentael carácter
u>
L4 MEDICINA
VETERINARIA. 7m
<le la enfermedad, me parece muyracional
sebusque la profilaxis de la infección enla sueroterapia.
Todo esto sin querer decirque lo indica- dopor el Dr. Loffer no deba acogerse con discreción yánimo de juzgar con estricta imparcialidad los efectos de dicho suero.
Nopuedo creersin embargo como algunos,
no se encuentren medios de prevenir la fiebre aftosacuando paraotras enfermeda¬
des infecciosossehan obtenido.
Lo quesi creo firmemente es, que antes
se dará con el medio de impedir la propa¬
gación de la glosopeda que con la inserción
en la Gaceta de un decreto promulgando
laLey de policíasanitaria de los animales domésticos tan necesaria como de trascen¬
dentalimportancia.
Dadocaso que los resultados del suero Loffer fueran positivos, podríamos felici¬
tarnos de tan bienhechor descubrimiento,
así comoásuilustre autorquienademás de
merecer nuestra admiración, sería digno salvadorde la ganadería universal,y por lo tanto, de los intereses de los ganaderos quienesno escatimarían su profundo agra-
deqimientoalDr. Alemán, cff
Peroentretanto, conviene probar asíque
haya ocasiónlos efectos del nuevo descu¬
brimientoy comunicar los resultados del Suero-inmunizadorseanestoscuales fueren.
Yápondré al corriente á mis lectores (si
es quelos tengo) de todo cuanto sepa refe¬
renteal suero Loffer.
José Farreras.
0--^0:E3T XX-.IL.^S
Defimoióti.—Con verdadero sentimiento anunciamoshoy ánuestros compañeros, la
muerte acaecida el día 3del corriente, de
nuestroquerido amigo D. Enrique Fernán¬
dez, Profesor Jefe de la Zona militar, no sólopor su instrucción y bellísimo carác¬
ter, sinopor la íntima relaciónquemedia¬
baentrenosotros.
Albajar al sepulcro, á la edad de 55 años,
■cuandopodía prestar grandes servicios al
armadelosinstitutos montadosy ásuido¬
latradafamilia, dejasin cumplir la prime¬
raobligaciónyde ser útil ásusqueridos hijos, á su esposajóveny ásusniñospe-
queñuelos, con pocos recursos y con una pagaexigua,paraatender á la instrucción quehan de necesitar. Esta catástrofe del destino,que ha venido á herirá susnume¬
rosos hijos y esposa, nos contrista sobro
manera y los acompañamos con profundo dolor en sus penas, obligándonosá ser, en cuanto podamos, útiles para endulzar las
amarguras por la que están pasando en estos momentos los seres queridos del fi¬
nado.
Envalde nos seríaquerer mitigar el do¬
lor de la egregiacompañeraque hacompar¬
tido la vidacon elfinado, en la mayor con¬
cordia,amor y cariño que se han profesa¬
do, ni los de aquellos seres que lloran la
ausenciade supadre, sin casi tenar noción del terriblegolpequela Parca les ha ases¬
tado, poique este bálsamo que mitiga las
penas del corazón, no pueda buscarse en otraparte queenlos consuelos que presta laReligión, y en el tiempo, que sin borrar
da la memoria el triste suceso, llega á cica¬
trizar las heridas del alma.
Esperemos enqueátan buen ciudadano, ilustrado profesor, cariñoso esposo, buen padre yexcelente amigo, que el cielo se
compadecerá,yalpesar sus buenas acciones y malas, le hayan sido justiciadas,para ga¬
nar lagloria, para quede ella pida por to¬
das lasafecciones quedejaen latierra.
'
¡DsscánsFen'páz:'nuestro querido amigol
lia reavosado.—Según carta quehemos recibido, y que tenemos á la vista,se en¬
cuentraenla CorteD.EnsebioMolina,que
comosaben nuestros suscriptores, pasó á
unaprovincia con encargo del Ministro da Agricultura,de estudiar la epizoótia que tantas víctimas ha causado á laganadería, sin haber resuelto por otras comisiones, ni
lapatogenia, ni laetiología da ella.
Creemos queel Sr. Molina, nuestrobuen amigo, dadasuilustración, ha de diagnos¬
ticar conalgunamayor precisión, la natu¬
raleza de la enfermedad ó enfermedades reinantes; pues no cabe, en nuestro modo de apreciar, la epidemia científicamente,
que sea simplemente loque seha dado en llamar fiebre aftosa, sin estar complicada
con algún proceso distinto yde más enti¬
dadque laglosopeda, ó presentarse simul¬
táneamente alguna enfermedad infecciosa,
como puede serloel carbunco bacteridiano ó fiebrestíficas, bajo la forma neumónica, abdominal, atásicaóadinámica,todas ellas, demarcha rápidayde curación difícil, sino
setratanenérgicamenteensuinvasión, en.
losprimeros síntomas, revelados del modo
y manera que los clínicosmás consumados
8 LA MEDICINA VETERINARIA
hua observado, y que cosotros, aunquehu¬
mildeprofesor, consignamos sin dar lugar
áconfusionesennuestrapatología.
Sea bien llegadoel Sr.Molina, deregreso ásu casa, felicitándole por sulabor que esperamos de él, nos traiga algo práctico,
en biende los intereses de la ganadería y do la ciencia.
t
IMeclio de 5"no cui ar Un au¬
tor alemán, nos traeunanovedad, sin re¬
saltado, para evitar la enfermedadgloso- pédica-
Este tratamiento, consiste, según su au¬
tor, en recojer las pústulaseleun enfermo
atacado de glosopeda, é inyectar á lasreses
despues de humedecida la pústula, á los
animales sanos, asegurando que por este procedimiento, selespreserva de la enfer¬
medad.
Aquí todo sería ganancia, si se diese
crédito alinvento, porquemientras se des¬
acredita^ éste, podían
venderse millonesde preparados, queaunque fuese muyba¬
rato tal específico, habría deresultar ga¬
nancia segura, el procedimiento natural de que noshablan losalemanes.
No fiarse de palabrería huera, sinensa¬
yarlo en aquellospueblos donde exista la enfermedad, porque de hacerlo donde no
existe, sería difícil lacomprobación de las afirmaciones, ymientras tanto,como dicen
los ambulantes de la rueda,., ande la bola.
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