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LA VETERINARIA.

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Texte intégral

(1)

EL ECO

DE

LA VETERINARIA.

liei·Iúdiro de interese» morales y materiales.

redactado por

D.

Miguel

D. Juan

Viñas

Tellezy

Martí,

Vicen y

profesor veterinario de D. Leoncio F. Gallego,

primera

alumnos clase, de la Escuela residente

en

Superior Barcelona,

y

de Veterinaria.

Sepublica cadaquince días.

EnMadrid3 rs.al mes; en provincias 12 rs.portri¬

mestre, remitiendoel importeeoncarta franca enlibran¬

zas sobrecorreos li la orden del Administrador.=Las en¬

tregas sueltas de las obras que sepublican, á medioreal cadaunapara losnuevossuscritores.

VETERINARIA PRACTICA.

Reconocimientos de sanidad. Por D. Saturío LuisAl¬

varez, redactorque

fué

de El Eco.

(Conclusion.)

La masnotabley difícilde diagnosticar, entro lasenfermedades delas estremidades abdominales,

esla denominada esparavanes huesosos ó boyunos.

Sucede con estos exostosis lo que, hablando de los clavospasados decíamosenotro lugar: cuando son

voluminosos

se

hacen

notar

desde

luego ; pero si á

su pequenez reúnen la circunstanciade coexistir en

ambos corvejones, pueden ocultarseá la sagacidad

de los profesoresmas prácticos. El problema en¬

tonces es de muy ardua resolución, porque aun cuandose advierta algun

insignificante

abultamien-

toenla articulación ¿cómo decidir si depende de la

alteración mencionada ó de mayordesarrolloen las eminencias de la articulación? En tales casos es

cuando sucede quecada

profesor

de los queexami¬

nan al anima!emiteuna opiniondiferente.

Sin

embargo,

una

investigación

detenida, es¬

crupulosa,

seguida con constancia puede

aproxi¬

marnos mucho á la verdad. Desde luego será muy títil en mi concepto, que el veterinario á quien

ocurrala dudaindicada se

haga

cargo de la confor¬

macióngeneral del caballo que reconoce; ysi el vo¬

lumen desus eminenciashuesosas no es

proporcio¬

nado al abultamiento de las delcorvejón, tendrá ya

un dato enpró de la existencia de los esparabanes boyunos.

Despues

deberá sentar el pelo que cubre la piel del corvejón por medio de una esponja em¬

papada en agua, con lo cual conseguiráque se mar¬

quená la vista perfectamente los crntornos de la articulación y pasando la mano dearriba abajopor la parte interna de ella, notará una depresión re¬

pentina enla parte inferior, en el caso de que la alteración que nos ocupa

haya

afectado efectiva¬

mente al animal. Por último,

obligando

á este á subir por un terrenoinclinado poseerá una proba¬

bilidad mas de acierto, si observa una dificultad

masó menos notable en la flexion del tarso.—La aplicación de todos los medios de

esploracion

indi-

Scsuscribeen Madrid encasa del Administrador don JuanTellez Vicen, calle del Desengano, núm, 18, cuar¬

totercero; en las^ibrerías de Bailly-Bailliere,■ calle del Príncipe, ydeCuesta, calleMayor; y enla litografia de GarcíayMejía, callede Atocha, mim. 66.=Enprovincias

encasadelos corresponsales.

cados al hablar delosclavos pasados, y sobre todo el estudio y la práctica obvian muchoporotra par¬

te el diagnóstico de los esparabanes huesosos.

No intentamoshacer la descripción delos

alifa¬

fes,

agriones, trascorcas ydemás enfermedades del corvejón , así

cou®ltampoco

de las pertenecientes alresto delos

dftjnros posteriores,

porque

puede

aplicárseles

IdyjípM'Dos antes sobre el

mayor

nú¬

mero dealterácmne'We lasestremidades torácicas;

ademásde que uno y otro

bípedo

presentan desór¬

denesidénticos en sus radios inferiores.

Todos los profesores saben

perfectamente

que lasprogresiones del caballo son un precioso recur¬

so enlos reconocimientos de sanidad. En muchos casos, se provocan porestemedio manifestaciones palpablesde ciertas enfermedades que no han po¬

dido apreciarseexaminando alanimalenla estación:

así sucedeen efecto conlas afeccionesde los

órga¬

nos locomotoresy respiratorios; pero antesque pa¬

semos à indicar brevemente is manera de sacar

partido de este poderosomedio de esploracion, es

necesariodecir algo acercade losindicios que, so¬

bre el estado

de,laS.funcion'eb

respiratorias, puede suministrárnosla inspección

dp algunos de

sus

actos;

Entre elnúmero'consiArable de dolencias que puede padecer el

aparato,'Wspiratorio de los ani¬

males sometidos áT

recóh'd'cimiento,

ninguna mas

común en este actoque la conocidaconlos nombres deasmaó

huérfago;

porque, aparte dela frecuencia

con que se desarrollan los variados desórdenes or¬

gánicos de que.constituye un síntoma, sobre todo

en los climasfrios y húmedos, hay, para que así suceda otrarazón de gran

jieso

: tal es la de que presenta intermisiones'íiaturales ó producidas por la malade los vendedores, queestosaprovechan

para deshacerse de los animales afectos.

Es verdad que el asma está considerada como vicio redhibitorio; pero no por eso es menosgrave la

responsabilidad del

profesor,

siquiera

seamoral,

pues que su reputaciónse veria muycomprometida

si en el reconocimiento diese porsano áun aniiíial atacadodeesta enfermedad.Héaquípor

qué el

pro¬

fesor debepracticaruna esploraciondetenida sobre todo enloscasos dudosos.

Cuandolaafecciónsehalla en un período avan-

(2)

EL ECO

zado, selareconocecon

facilidad

en

los síntomas

siguientes:

dilatación estraordinaria de la nariz, tos

casicontinua, seca,

débil,

como

abortada

y

acom¬

pañada de

un

sonido particular imposible de con¬

fundir unavez oído;

elevación considerable

y

cier¬

tatorsiondelascostillas, y

especialmente el movi¬

miento entrecortado áeA ijar. Acerca

de este últimO'

carácter, es

preciso

tener

presente

que

puede pre-^

sentarsetanto enla

inspiración

como em

la mspira-

cion, si bien es

cierto

que es mas

frecuente'^n esta

tiltiraa.

Perosi por

nïëdro ael reposó

,

las sángfiás' y un

régimen

verde ha consesuido el vendedor ocultar ó

hacermasoscuroslos síntomas,

ó bien si el

asma

esincipiente;

asi

como en

los

casos en

que previa¬

mentese hasometido al

animal al

uso

de agentes

capaces

simular

en

él

un

estado agudo, se pre¬

sentansériasdificultadespara

diagnosticar,

porque

auncuandoseobserve el

movimiento entrecortado

del ijar, no es

dado decidir siempre si este síntoma,

consideradocomo

patognomónico del

asma,

perte¬

nece á ellaó á otra

enfermedad de las

que

suelen presentarle.

Entonces

podrá el profesor apelar al recurso de

provocar

la

los,

comprimiendo con los dedos los

primeros

segmentos cartilaginosos de la tráquea

,

y

de aumentarlosfenómenos

respiratorios obligando

á marcharrápidamente

al animal

;

pero si todo esto

no basta para

desvanecer

sus

dudas, deberá exigir

un

período de tiempo

mas

ó menos largó para so¬

meter alcaballo á un

régimen conveniente

, y para reconocerle

repetidas

veces :

si

no se

le concedo,

evitará la

responsabilidad esponiendo sus dudas y

no aventuraráunfallo

definitivo.

Para concluir todo lo que me

proponía decir

acerca de los

reconocimientos, transcribiré aquí

el exámen del caballoen

acción tal

como

lo esplica

Mr. Lecoqensu

Tratado de Esterior (1) :

«Para examinar el caballo en

acción,

se

procura,

si es

posible, hacerlo sobre

un

terreno duro y em¬

pedrado

,yque

le conduzca una persona estraña á

los intereses del vendedor,

cuidando siempre de

queno se tenga

wiu)/coí'ío ál animal. Debe dejarse

á las bridas la longitud

suficiente

para

que

,

no es¬

tando sostenida la cabeza,sean

libres las andaduras,

y

pueda apreciarse

sus

defectos. Casi todos los mo¬

zos decaballos los

conducen haciéndoles volver el

cuelloá unladopara

impedir

que

el profesor juz¬

gue

de

la

regularidad de la marcha.

Se

principia

por

hacer marchar al caballo al pa¬

so,

colocándose de

manera que

pueda vérsele por

detrás al

partir;

y se

le considera de cafa á la vuelta

para

apreciar los movimientós'del tronco, de la ca¬

beza y de los

miembros

;

para ver sobré todo si es¬

tosseseparan

hácia dentro ó hácia fuera haciendo

rozarse, segar, etc.

al caballo.

Despuésse

le examina de perfil para discernir

laarmonía que

debe existir entre el tercio anterior

y

posterior

; para ver

si los piés de lóS miembros

abdominalessecolocan enel

sitio

que

h^h ocupado'

losanteriores, si avanzan

ó

se

retrasan demasiado;

yasegurarse

ai mismo tiempo de la bondad y fir¬

meza del paso.

Si el caballo eleva mucho las manos

ycambia

á cada momento la posición de sus orejas,

es unindicio seguro

de

queve

mal.

Hecho esto"sepasa

á examinar al animal en Cj

' . ,;b ! .

(1) A'qiíí prescindiré

de todo lo

que

baga relación á

defeitos nomorbosos, puesque mi objeto

esclusivo

es

el

reconocimiento de sanidad.

.trotodel mismo modo que en

el

paso.

Entonces

es

necesarioredoblar la atención, para reconocer

las

diversasclaudicacionesquese

manifiestan

conmas intensidad en este género deprogresiónque en

el

paso. Se debe cuidar

de hacer volver al caballo á

derecha é izquierda, con

el objeto de sobrecargar

alternativamente cadabípedo

lateral,

y

de llevarle

algo cortopara juzgar

de la fuerza de los ríñones

y coiyejonés.

Despues

del

trote esmuy

conveniente hacer re¬

cular alanimal, porque,si

está afectado de inmovi¬

lidad, leserá mas dificíl ejecutar está

acción des¬

pués del

ejercicio

que

recicn salido de la caba¬

lleriza.

Cuando la marcha al trole, quedebeser

cada

vez

masrápida, ha

terminado

, es

cuando

se

volverá á

examinar la respiración.

Los movimientos del ijar

que

pudieron dejar cierta incerlidumbre durante el

reposo, se

hacen

mas

frecuentes

y

marcados por el

ejercicio

; y entonces es

posible

no

solo distinguir

con masfacilidad elsobresalto del asma,

sino

tam¬

bién otrosvarios movimientos

respiratorios irregu¬

lares que nos

indiquen ciertas alteraciones de los

órganos

contenidos

en

el tórax.

Laaceleración de la

respiración, puede también

poner en

evidencia

un

ruido particular producido

por la

columna de aire

que

atraviesa las vias res¬

piratorias

, y que

ha recibido nombres diferentes

según su

intensidad

:

silvidó cüandó

es

poco intenso

yronquera

cuando el sonido

es mas

pronunciado y

ronco , como lo iiidiea su

nombre. Estos dos sínto¬

mas

deprecian considerablemente al caballo que

los presenta y quese

llama

en

general corlo de re¬

suello; con el primero

está imposibilitado de so¬

portar un

trabajo

penoso y

rápido ; con el segundo

no solo resiste menos aun, sino que

está espuesto á

asfixiarse sise leobliga á

continuar trabajando.

Siémpre quedespues

de algunas vueltas de trote,

sehaya

sospechado la existencia de alguna altera¬

ción, se debe someterde nuevo

al caballo

por mas tiempopara

repetir el exámen

Laronquera no se

hace

por

lo común aparente

masque en ciertas

circunstancias, como un tra¬

bajo fuerte, por

ejemplo;

y

como no siempre

se puede ver

al animal

en

esta condición, antes

de1a compra i

el vicio

que nos ocupa

esta com¬

prendido

entre

los redhibitorios.

Durante los momentos de reposo que se

permite

alcaballo despuesde

haberle obligado á marchar al

trole, se le

debe dejar

muy

largas las bridas para

observarla maneracomo se

coloca

por

si mismo;

en la

seguridad de

que

si padece alguna estremi-

dad,

separará del centro de gravedad mas que

las otras para

sustraerla'ál

peso

del cuerpo. Si esta

acciónse

repite muchas

veces

para el mismo micm-

bró , es r

-^ísario reconocerle de nuevo con mas

atención :

Tai es un reconocimiento

de sanidad

, como

yo

creo qué

debe practicarse. Nada pretendo haber

dicho nuevo : mi objeto ha

sido

, como ya

antes lo(

indiíjué, trazar simplemente el orden que en él

debe'seguirse.

varier"'''

PATOLOGIA Y

TERAPEUTICA.

DEL IIEÙ.MAT1SM0.

(Conclusion.).

Antes determinar estetrabajo,

liaré la esposicion de

uncaso dercumatisme riiascular

observado

por

mi amigo

(3)

D. FranciscoVar^s, actnalmente mariscal segunda del regimiento de Villaviciosa,yque me íuá remitido desde Toledo.Escomo sigue:

■El (lia 1.° de noviembrede I8o2 fui llamado por don

Mariano Cea, para quele dijese s-i uu caballo suyo.podia

óno curarde unaenfermedad queestaba padeciendo ha¬

cia ya 34 dias, caliíicado do itifosura por el albéitar que le asi>tia, que en vista de la resistencia que opo¬

nía á los medios terapéuticos de que hiciera uso, sin conseguirotra cosasinoquela afección soagravase cada

vezm.is, eradeopinion,queelmas eficaz remedio sei;ia sacrificar elanimal, obviando de este modo incomodida¬

des y gastos,una vez queno ofi ocia ninguna esperanza de un favorable re.sultado. Efectivamente, cuando vi el animal, estabamejorpara el sacrificio que para cosa al

guna. Estaba echado, y solo con el esfuerzo decuaIro

hombres, ayudadosde palancas, se consiguiócolocarleen laestacióncuadrdpeda;enestaposición procedí á exami¬

narleconla mayorescrupulosidad;y cual seria mi satis¬

facción, cuando en loscascosnada encontré que me dijo

se haber alteración ningunaenlos tejidos contenidos en

enellos,yquela enfermedad tenia su asiento en los músculos delaregion escápulo-húmero radial. Concluid- quehubeelreconocimiento, me dijo el dueño si tenia al guniüconvenienleenemitir miparecer: le contestéque

ninguno, pero((ue para ello necesitaba la presencia del profesorprimitivo, sin cuyorequisito nopasarianunca á ningún procedimiento, conlo que seconformó, mandán¬

doleaviso parael siguiente diapor la mañana. Reunidos al efecto, y despues de reconocerpor segunda vez el en¬

fermo, pedí al profesor indicado la relacióncircunstancia¬

da de lo quehubiese observado durante la marcha de la enfermedad, á loquecorrespondió diciendo:

■Hace treintayminco dias que, de resultas de venir

■sudando el animal y quedarse frió,se le suprimió la

traspiración cutánea , presentándose en seguida una

■elaudicacion muy mareada en las manos, que me hizo

■suponeren ellasunestado do infosura: en su consccuen-

>ciaprescribí unaspuchadas de ceniza en los cascos, y

■unosbaños de olivarda ysal de rodillas abajo. Asi con-

■linuó ])orespacio de ocho dias, yviendo quecadavez se

■poniapeor,le hiceunasangría de cuatro libras: al si-

•guicnte dia lerepetí la operación, y por.l,i Larde, viendo

■que por las narices arrojaba uu humor fétido, amarillo,

•supuso la existenciadeuna rinitis en el período de su-

■puracion, y le repelíotra sangría de seis libras, abste-

■niéndomede darle los purgantesdrásticos, según acon-

•sejanen tales casosalgunos autores: despuesle be hecho

■otrastres sangrías, y el caballo cadavez peor; y puedo

•asegurar que(I)

■cuandodespuesde todoesto yano está mejor, es impo-

•sible que se cure;y asiesmi opinion, como ya se la he

•manifestado al dueño, quesesacrifique el caballo para

■evitarincomodidades y gastos.'

•Oídala relación que antecede, y atendido el estado del enfermo enel momentoen que estosuccdia, no pude

menosde opinar de diferentemanera. Asies quemanifes¬

té alprofesor primitivono ser en mi conceptola afección

mas que unamiositis crónica,y que puesto queel caba¬

lloaun teniavida, fácil seiia talvez el prolongársela algo

mas,yesperardeestemodoun momento propicio para inclinar aqitel

organismo ásu estado normal. Conformes

ya en el diagnósticoy pronóstico, fáciles yacomprender

que no discordaríamosen la medicación"

■La marcha que desdeentonces ha tomado la enfer¬

medad, yel plan curativoquedurante ellaseha seguido,

eselsiguiente:

■Dia 2de noviembre: fricciones de esencia detremen¬

tina y aguardiente sobre la region «»cápulo-húmero-ra- dial.—^^IJieta.—Lavativas emolientes y refrigerantes ací.

(1) Por agena á nuestro propósito, por indigna de

hombresmedianamente educados ó impropia de una re¬

lación clínica, hemossuprimido aquella tansabida frase

de los albéitares cu casosde apuros; esto es: que ni toda

la Veterinaria seria capazde curarlo, etc., prefiriendo

al mismotiempo enmendar los dislates que, en la rela¬

ción que nosocupa, fueron proferidos porel profesoren cuestión, dando además á aquellaun carácter algo nías científico (jueel que su autorlo diera.—Nota del R.

dulos;—Al cuarto diasele administró tm purgante la¬

xante.—Al octavoselerepitieron lasfricciones.—Elun¬

décimo mandé ponerle á medio pienso ysuspender lasla¬

vativas.—Al décimotercero:lociones emolientes sobre la partefriccionada;

prescripción

de. forraje de escarola verde durante seis dias.—Por último, el dia veinticinco de laenfermedad, tuvola salisfaccion doque D. Mariano Ceanos acompañasecon sucaballo á una cacería.

•Nadadigo de las medidas higiénicas que empleé du¬

rantelos diferentesperiodos de la enfermedad, por no

serdemasiadoprolijo; solo sí quefueron tan eficaces los resultados de la acción medicamentosa, que quedé admi¬

rado cuando ála primera vez deusar de los estimulan¬

tes,salióel animal á las pocas horasde lapostracioa en queyacía.

Apesardecuanto viene manifestado sobre el reuma¬

tismo, ya articular, ya muscular; preciso.esconvenir,en quela ciencia tiene mucho quehacer todavíaáfinde lle¬

gará su perfecto conocimiento,para lo cual sonprecisas

muchas investigacionesy un estudioatentoy nuevo jior parlede los profesores,conelobjetodeconseguiruntriun¬

fo deestasenfermedades, que,muchasveces, ácausa de

su desaparición rápida, atribuidacomunmente á unen¬

salmo del últimoquellega, cuando,masbien es debido á la acción de lanaturaleza auxiliadade la eliminaeion de las causasocasionales, suelen redundar endesorpdito (le

la bien adquiridareputación de algunosprofesores.

MKJÜEL VISAS YMaktí.

I—■ '

ZOOTECNIA.

DE LA LXFLUeiVCIA DE L-VRESPIRACION SOBRE LA SECRECiON DE LA LECHE.

Elección,producción da las vacaslecheras; porM. Magne, profesor de Agriculturayde Higiene en laEscuela

imperial veterinaria de Alfort.

{Conclusion.)

Llegamos ahora al exámen de las relaciones queexis¬

ten entrelas formas delasvacasy laactividaíl de lasma¬

mas; tendremos ocasión dever quela conformación su¬

ministra los argumentosal parecer mas concluyentos en favor de la teoría dela estrechez del pocho.

Escierto quelos caractères asignados porM. Lemaire (que pueden reasumirseen queeltronco del animal re¬

presente un cono cuya cúspide se halle en la parte anterior)seencuentran almas alto gradoen las mejores

vacas lecheras; y que la coincidencia tan frecuente de estacircunstancia inclina á creer que la estrechez del pecho sea la causa de la actividad de las mamas. En su

consecuencia, segúnel misraóLemaire,' los cultivadores

sehallaríanconstantementeen la tristtsprecision de deci¬

dirse, ópor resesdeun aspectodésagrable, buenas para laproducción de la leche, pero nada adecuadas para el .cebo, ó bien porlasque, ofreciendo lásgraciosas'formas consiguientesá unavasta cavidad torácica, solo poílrian

destinarse al engrasamiento, renunciando á losproductos quedesu leche quisiera esperarse.

Pero, nosotros insistiremos conDavidLow, en queno existe lamenorincompatibilidadentre unaabundante se¬

creción delechey lá aptitud al cebamiento. Faun cuan¬

do elpechoestrechoesmuyfrecuenté, como hemos di¬

cho, en las buenas vacas lecheras, le consideraremos hastacomodesfavorable á estaapreciablecual dad.

Vemos, enprimer lugar, muchasvacas que hasta una edadmuy avanzada se encneniran en estado de concebir y que, despues de cadaparlo, dan durantemucho licmpo 18, 15, 10litros(36, 31),20 cuartillos próximamente) do

leche di,arios: verdades que, mientrasestanlaclando en

magrecen ordinariamente;pero engrasan en muy poco

tiempo cuandodeja de ordeñárselas.

La raza flamenca, aunque de tóraxestrecho, y mucho

mas la normanda, suministrauna multitud de ejemplos;

ycuando la raza Durham presenta buenas lecheras, lo

(lue sucedealgunasveces, poseen casiconstantementelas doscualidades.

Añadiremos todavía quelaestrechezdel pecho, en el

(4)

EL ECO

mayor número de las

buenas

vac is

de lecho,

es

solamente

relativa al grandesarrollo de su

abdomen. Aun

entre

las

flamencas,queno hansido

estenuadas

por una

lactación

prematura,

casi todas tienen el costillar arqueado

y un pechoamplio; y

si

parecen

estrechas de delante,

es

á

cau¬

sadel grandesarrollo

de

su

vientre

y

de la

separación producidaensus

costillas asternales.—Mas adelante

ve¬

remosqueestaconformaciónes

la consecuencia del régi¬

mená quesometelas vacas

jóvenes destinadas á las

le¬

cherías.

El/tu/írfíwíenfoquelas me|ores vacas lecheras pre¬

sentanentre lasapófisisespinosas de las últimas vértebras

dorsales, ha tratadode esplicarseporel tiro que ejercía

unvientrevoluminoso sobrela espinadorsal, producien¬

do laseparación de las apófisis y

estrechando

al mismo liemjjoel pecho porelempuje

del diafragma hacia

ade¬

lante. Como esconsiguiente, se ha

citado

también este hecho paracoadyuvar á la

teoría de la estrechez

torá¬

cica.

Mas esdifícil admitirla esplicacion propuesta:

Las vacasen cuestión tienen necesidad de con.surair grandes

cantidades de alimentos

para

proporcionar á la

sangrelosmateriales de que incesantemente estin pri¬

vándola lasmamas. El vientre sehace asi voluminoso, y comolasgestaciones tienden

también á producir el

mismo

efecto, resulta quedichas reses sonensilladasy su abdó-

menabultado.La actividad de lasmamasno es, pues, la consecuenciadel grandesarrollo abdominal yde laconca¬

vidadsuperiordel dorso y de los lomos; prescindiendo

dequeel volumendel vientre, por

considerable

qué sea, doningún modo puede producirla separación

de

lasapó¬

fisis espinosas, pues que, ejerciéndose el pesosobreuna gran partede los lomosy

del dorso, únicamente llegarían

á separarse las vértebras porjsu

estremidad

inferior, aproximándosemasbienporla superior.

4.® Si laaptitudparael cebo no es incompatible con la aptitud parala producción de la leche,¿por quées tan

raroquecoexistan en un mismo

individuo?

porqué las

buenas vacasde leche tienentan frecuentemente un pe¬

cho mediano y aunestrecho.'—Porque el régimen áque

selas sometedetiene el desarrollo del tercio anterior.

Loscuidados que seprodigan á las vacas cuando son jóvenes tienen una gran influencia en la cantidad de h'-

chc que mas tarde darán. Para conseguir buenas leche¬

ras, sedebo, inmediatamente despues del primerparto, nutrirlascon alimentos bastante ricos enprincipios alíhi- lis, peroquecontengan mucha agua. Los elementos dela

manteca,del cáseo,sin los cuales no existe la leche, no

puedenatravesarlasmamas sino mezclados áun líquido;

y siseles administra bajo la forma de

alimentos

secos,

sodepositan en los alveolos de los tejidos produciendo

grasa; sedesenvuelve entonces la aptitud alengrasamien¬

to, activando el sistema adiposo.

Ala vezque selesprocura un alimento conveniente, nadasedescuida decuanto contribuye á activar la acción

de lasmamas;el reposo, lapermanenciaen.sitios frescos,

masbien húmedos que secos, lactación prolongada por muchotiempo,yonlefiamientos frecuentes y completos despuesdelparto, ejecutados por personas inteligentes;

todosepone en práctica.

Por maneraqueeste sistema deeducación, llevado al estremo,vicia la conformación y puede tenerinconve¬

nientes paralasalud, sise

emplea

en vacas muy

jóvenes.

Lasecreción de la lecheestenua á las vacas é impide su desarrollo, almismo tiempoque unaalimentación media¬

na,dadaengran cantidad, distiende los órganos abdomi¬

nales y comprime el pecho.—Asies como se esplica, no solamentela existencia deesas vacas de pecho estrecho,

troncocónico, etc., cuyoescesivo número ha dado már- genáquese nos proponga como modelo de las buenas le¬

cheras laestrechezdel tóiax; sinó también las enfermeda¬

desdeestacavidad, esas tisispulmonares quetan grandes estragos causan en las hembrasquedan mucha leche.

Decualquier modo, sibienes ciertoque nodebe espe¬

rarsehallar unvientre pequeñoen las vacas que lleven

muchotiempo dando buenos productos enleche,también loesque, cuando elijamos las jóvenespaia este destino,

es necesario no preferir lasquetenganvoluminoso abdo¬

men, porquéestoindicasiempre quehan sido malnutridas yque suconstitución esmala.

Enijiero,por otra parte, ¿en quéconsisteque lasvacas

quetienen un buen pecho son contanta frecuencia malas

parala producción de laleche, siles funeiones respirato¬

riasnoestán enoposiciónconlas funciones de las mamas?

—Enque á un pecho ámplio acompañan ordinariamente

los caractèresdel macho: cabezaancha, cuerno.s gruesos, cuello fuerte, piel espesaypelo basto. En que las arte¬

rias y las venas del útero, en lugar de ser gruesas, son delgada.?como lasque enel macho se dirigen á los testí¬

culos. alescroto y á lapróstata.

Porlo queacabamos deesponer,puede venirseen co¬

nocimiento deque si las buenas vacaslecheras ronun pe¬

cho ancho son raras, podríamos muy bien aumentar su númeroconnuestroscuidados; y que en la elección de

losreproductores, debemos dar la mayor importancia á

losquepresentenseñalesde esrelente aptitudpara la le¬

che, peroreunidas á las deunabuena conformación délos órganosdigestivosyrespiratorios;

decidiéndonos

por los

individuos queofrezcan el

predominio

de unos

ú

otros signos, segúnel destino

particular

quenos propongamos

dar conpreferencia ásus productos.

5.° Luego, ápesar de lacoincidencia

indicada de

un tóraxestrechoconla aptitud parala producción de la le¬

che,nos hallamos enel casodecreer que estaconforma¬

ción, asicomolo defectuoso de la respiración que es su consecuencia, nosolono esla causa de la actividad de las

mamas, sino quele esperjudicial, y quelasvacas no

dan

productos abundantesy

de buena naturaleza

en

tanto

que

noposeen unpecho

moderadamente desarrollado.

Añadamos á esto que los propietarios se esponen

á

pérdidas

considerables comprando

vacascuya

cavidad to¬

rácica sealaencomiada por M. Lemaire, porque si esta conformaciou esmuypronunciada dan una

leche de mala

calidad, y están cu alto

grado

espuestas

á

contraer

enfer¬

medades delpecho, siendoademis muy

difíciles de cebar

cuandosus mamasyanoproporcionan mas

productos;

y comprenderemosperfectamente

la utilidad del trabajo

que

hemosemprendido.

El mismoM. Lemaire, que tan bien ha

estudiado las

consecuencias de unpecho estrecho en

las

vacas

leche¬

ras, concluye lamentándose de que,

cuando han

ce¬

sado dedar leche, cada diacomen mas, y no por esolle¬

ganá cebarse fácilmente.

Nosotros, sin embargo, debemosdejar

establecido

que larespiraciónno es tandirectamente

necesaria á la

pro¬

ducción déla lei hecomoá laenergíamuscular, ála fuer¬

zadelos animales, á suaptitud paralas marchas.

Sin

una respiraciónactiva, sin un

aire

puro,

jamás

gozan

los ani¬

malesde unagrande energía; mientras que

la leche

se

formaenmayorcantidadenunaire medianamente favora¬

ble á la transformacióndesangre venosa enarterial; yla producción

de la

grasa se

asemeja

en

este pufito ála déla

leche: esmasactivaen unaatmósfera caliente y

húmeda

queenunairepuro, ssco y

fresco.

Senos objetará talvezque, segúnesto,

seria

mas ven¬

tajoso

preferir

lasvacas

de tóráx estrecho, á fin de que la

respiración se encuentre

moderada

por

la organización

misma del animal.

Perodebemostenerpresentoqueelpecho,no

solamen¬

te esnecesarioá la producción de la

leche, sino

que

de

antemanocontribuye áformarla

constitución de la

vaca y

á desarrollar las mamas; porque el

desarrollo del

cuer¬

po,yeldeestos

órganos secretorios

en

particular, es mas

rápido cuandolasrcsesson

bien organizadas, citando tie¬

nen un pecho ancho; porque,

durante la lactación,

con¬

curriendoestacircunstancia, senutren

mejor las

vacas,

estánmenosespuestas á enfermedades, y

dan

un

produc¬

to demejorcalidad y acaso mas

abundante, á causa de

quela

permanencia

en

parajes calientes

y

húmedo.? pro¬

ducesobre elorganismounaacción

particular

que

la

es¬

trecheztorácicano podriaproducir.

Unavaca depecho estrecho poirá muy

bien

ser

afec¬

tada deuna '.icumonía, de tisis: podrá estar

flaca

y no

dar

masque unaleche acuosa y

azulad.i;

pero

si respira un

aire puro, nunca ofrecerá ese

carácter blando linfático,

esatintapálida quepresentan

hasta los animales mas ro¬

bustoscuando viven muchotiempo en

sitios

oscuros, ca- lienies,húmedos ypoco

ventilados.

Ytodopruebaque este

estado particular del cuerpo

animal,producido per

los establos cálidos,

es

favorable á

laproducción de la

léche

y

á la de la

grasa.

{Recueil

de Médecine vétérinaire.)

(5)

ROlIfllTIDO.

Sres.Redactores de El Eco de la Veterinaria.

Muyscfiorcs míos: Habré demerecerá Vds.se sirvan insertarensuestimableperiódico estas breves líneas, á lo quelesestaréreconocido.

Cuandotomé lapluma para dirigir á Vds. el comuni¬

cado queaparecióen el mimero 22 deElEco, no me ba¬

ilaba, á laverdad, influenciado porese género de pasio¬

nesmezquinasquetanámenudoconstituyen la poderosa palancaque comunica el movimientoá la pluma de mu¬

chosescritores: proponíamesolamente, comoconsta de la índoledemi vitado

escrito, averiguar,porincidenciay de una manerasecundaria, loque existia de positivoen las contradicciones indicadassobre las dos observaciones de M. Verrier. Perohoy han variado ya las circunstan¬

cias, y, aunque condisgustosumo, me veo en la obliga¬

cióndevolverá ocuparme de lacuestiónsuscitada.

Antelodo,necesito consignar,porque mi delicadeza loexige, que mees enestremo repugnante tener quecon¬

testaralalbéilarcomunicantedel número 250 del Bole¬

tín;pues quemi comportamientoy consideraciones para

con elpúblicodistan infinitamentede las desmedidas pa¬

labras ycalificaciones que dicho sefior ha empleado, y porlomismojuzgaríavergonzoso ocuparme en rebatirle, si la polémica no ofreciera otro interés mas trascen¬

dental.

Sentadoeste precedente,advertiré al señorGonmni- cantedel Bolciinqae no ha llegado todavíaá mi noticia el que los veterinarios hayan llamado á los albéitares

•vampiros nisoeces-; y que, por lo mismo, podria mirar

como injuriosasesas calilicaciones que suponehemos in¬

ferido.Son, pues, palabrasmal sonantes,indignas deha

ber aparecido en unperiódico, yprobablemente falsas.

Porlo querespectaá las conclusionesIque establece para decirme que no entiendo el castellano, y deducir que, ignorandoyo nuestro idioma, nada podré sabor;

despuesde dar las graciasalComunicantedel Boletínpor el ho7wr (¡ue medispensa, le suplicariaqueleyeseunpo¬

quitomas despaciolas obscrvacioiiesde M.Verrier según El Boletínlas publica, yforzosamente soconvencería de queaquellas espresiones,enque sedice que M. p^errier recomiendala castración, etc.,de ningún modo pertene¬

cenáloscomentarios(leM. Bouley, sinoque les prece¬

den, sin quenada, absolutamente nada induzca á so<pe- char loque el señor Comimicante del Bolethi gratuita¬

menteinfiere. Apeloálasensatezdecuantoshayan teni¬

doocasión deleer dichoperiódico;y aun cuando, estan¬

do,como está, toda la verdad de mi parte, pudiera yo devolver á miimpugnador lasfrases con que me hare¬

galado, me eontentocondejardemostrada su sin razón.

Ahora restan otros puntosquetocar, y que se refie¬

ren esclusivamente áD. Nicolás Gasas.

D.N. C., apartedélomas ómenos acertado que an¬

duvo enel número 230 del Boletínepdar cabida al comu¬

nicadodeque dejo hecho mérito,ha tenido á bien, des¬

preciando mi escritodelnúmero 22deEl Eco, invitarme áque llene el claroque dejabapara espresar el uso que demi citado remitidodebiahacerse.

Pues bien: yoaccedogustosoáestainvitación,y con¬

fiesoingénuamente al señor D. Nicolás Gasas que mi es¬

critoen cuestión solomerecela desatención mas comple¬

ta,el silencioporrespuesta. Peroá mi vez, estimaria de ü. Nicolás Gasasse sirviese esplicarinelos motivos quele hanimpelido ádeclararsecontrami, áver enmi remitido otracosa queundeseosincero de.indagarunaverdadque desconocía, y estrellarse después, asi prevenido, profi¬

riendopúblicas demostraciones de desacatocontra quien jamás ha ingresado ensemejante terreno. Confio enque D- Nicolás Gasassedignará acallar miinquietud.

Mas, almeditar sobre las causas productorasdeesta sorpresaquelie esperimentado,no puedo menos de refe¬

rir aquí algunas rellexiones que me ocurren acerca de ciertas coincidenciasy contrastes que yo noto en el co¬

municado delnúmero 250del Boletín.

Su autor, efectivamente, manifiestaun entusiasmo de¬

cidido porel periódico á que se dirige y una antipatía notable liácia fíí£co, A qué,tanto fervor?—Senombra.

comonatural parece, enprimerapersonaentodo ef cbce:—

podesucomunicado, ydepronto, sin que aparezca la,

causa detalvariación,secoloca entercera, llamándiosei-

sí mismo-estealbéilar.■ Si habrá dos personas distintas, y unsolo esceitor del comunicado?—Por último, h soílcran

desulenguajecontrasta admirablementecon la tosqper- dad desusasertos, yalmismotiempocoincide conla- fe~

gerezadoquesin duda hubo de usar en la lectura -

delBoletín bizo; concluyendoconfirmarse •Un profes»^

de Veterinaria-,él que, nunca mas que en aquell»oca¬

sión debió titular.-íealbéilar. Quién será el comunicante del número 250 del Boletín?

Yo,señoresRedactoresdeEl Eco, cuando en 22 fe- noviembreúltimomedirigí á Vds., únicamente me esas- dujo á callar mi nombre la naturaleza de las otrascues¬

tionesáquealudía.Hoy le oculto por la misma razón- pero, autorizo á Vds. para que lo publiquen, siempreqoc elAlbéitar comunicante délBolelinhagalomismocoatí:

suyo;paralo cual puede fijar el dia en que uno yotia-

deban aparecer.

Soy de Yds. con la mayor

consideración

su afectisime

amigo. Un Veterinario,

ir-_ÍU*l.ü

OBSERVACIONES JUSTAS.

Uno de nuestros incansables colaboradores, á quien habíamos invitadopara laredacción do la memoriapro¬

puesta enel número 19denuestro periódico,

("tema

pri¬

mero),hatenido la condescendencia de dirigirnos fe si¬

guiente.comunicación, que por sus

elevados

conccptos^j oportunidad, hemos creído conveniente

publicarla.

Dice así:

■Imposibilitado de poder redactaruna memoria acerca del.asuntomas vital que pueda ofrecerseen la

historia

déla veterinariaespañola, porlasmiichasocu|acionesque¬

merodean enesta estación,durante la cual las cnferme- dadesson tan numerosas en nuestro pais, pongo eipsk-.

conocimieutu: que no solo apruebo yaplaudo el planque

esaRedaccinn sohapropuesto, siquetambiénpuedo con¬

tar conmi insignificante valimiento.

Porque ¿i|uiéñ de los profesores se hará sordoá tan noble llamamiento? Yquiénsemostrarámoroso, quién se retardaráunsolo instante á ocuparsu puesto corresp^- diüiiteen el momentode la lucha, enelmomento decisiro delporvenir de la Veterinaria española?...

■Seriaposibleque el Gobierno español, quisiera acaso contradecirse vergonzo.samente, abriendo, á grandes cos¬

taspara lanación, escuelasparala enseñanzade la Vete¬

rinaria, ydejaren seguida en el mas triste abandono »

los jóvenesque salieran de ellas, despues de haber hecho

unsinfin de sacrificios de todaclase?—^No,eso no esj«>- sible;esosería elmas grosero engaño, unverdadero gstet- appcns, parasorprender,paradañar á fejuventud incauta; . esoseria,enfin, elmas palpable de los iinacronismospo- líiico-administrativos que pudiera cometer unGobieruo.

culto.

aOprotegcr.ála Veterinaria, ó cerrarlasescuelas dcs-

tiniidasn su euscñairza.

»Se lareconoceútil yprovechosa? concédasele enton—

oesla debidaprotección. Se quiere quela agricultura, 1»

industria, el comerciosaquendeellalasprometidas ven¬

tajas? procúrese ilustrar álos agricultores acerca de sos-- misraosintereses, y enfinestablézcase deunmodo clasoy

terminante laslíne.is de demarcación que deben separac para siempre la Albeitcríade la Veterinaria, dandoáeads

unalo quelecorresponda;que se"espida unaley que,^e- definitivamente loslímites de la unay las garantíasy prc- rogativasdéla

otra.—Pero si,

por

el

contrario, se cree que de las escuelasveterinarias no salen sinoembaucadores, charlatanes,ignorantes-y hombres depura alharaca,qasr

sesufirimanen hora buena; y entonces á lomenos esa juventudestudiosa que iugénuauienle dirige sus pasos:

hávia la cátedra, se eucaminaráal taller ó al campQÓé

oiracarrera menoscostosa ymaslucrativa.-.

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