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ORIGEN Y ESTRUCTURA DE LA INVESTIGACIÓN

Investigación

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Introducción.

La presente investigación está organizada en cuatro partes y nueve capítulos.

El capítulo 1 trata sobre la justificación y el problema de la investigación. Se incluyen el problema, las líneas de investigación, los objetivos, preguntas y supuestos del estudio y los conceptos claves para la comprensión de la tesis.

El capítulo 2 trata sobre las bases teóricas del estudio. Se incluyen investigaciones desde la historiografía, los estudios de género y la didáctica de las ciencias sociales.

El capítulo 3 trata sobre el marco metodológico que se ha utilizado. Se incluyen la perspectiva, el diseño, el análisis de los datos y los criterios de investigación.

El capítulo 4 trata sobre los resultados y las concepciones de los y las historiadoras y el profesorado de didáctica de las ciencias sociales sobre la inclusión de las mujeres en la formación y en la enseñanza de la historia y las ciencias sociales.

El capítulo 5 es sobre los resultados del profesorado sobre sus concepciones y las prácticas que realizan sobre la inclusión o ausencia de las mujeres en la enseñanza.

El capítulo 6 trata acerca de las representaciones sociales de los y las estudiantes sobre la inclusión y el trabajo con las mujeres en las aulas y la enseñanza y el aprendizaje.

El capítulo 7 incluye la triangulación de las concepciones y las representaciones sociales de los y las participantes sobre las posibilidades y las limitaciones de la inclusión. El capítulo 8 discute los resultados sobre las posibilidades y las limitaciones de la inclusión de las mujeres en la enseñanza y el aprendizaje de la historia.

El capítulo 9, por último, incluye las conclusiones y los marcos de posibilidad, las limitaciones y los caminos que se pueden tomar para incluir y trabajar con las mujeres y sus experiencias en las clases de historia y ciencias sociales.

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Capítulo I

Introducción, Justificación y el Problema de la Investigación

El siguiente capítulo trata sobre el proceso que se siguió para definir el problema, los objetivos, las preguntas y los supuestos de investigación. Además, incluyo una breve definición de los conceptos que considero claves en el estudio.

Las secciones bajo las que se encuentra dividido el capítulo son:

1) El origen de la investigación: una reflexión sobre las prácticas y de las desigualdades sociales.

2) La ubicación y la justificación de la investigación en las líneas de investigación de la didáctica de las ciencias sociales.

3) El problema de investigación: la inclusión y la ausencia de las mujeres en la enseñanza de la historia y las ciencias sociales.

4) Las preguntas y los supuestos de investigación.

5) Los objetivos de la investigación.

6) La definición de conceptos claves en la investigación.

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1.- El origen de la investigación: una reflexión de las prácticas y de las desigualdades sociales.

Esta investigación es fruto, en primer lugar, de la experiencia de vida que he tenido. El poder ver y sentir las discriminaciones, las jerarquías y las subordinaciones por razones de género que existían en mi núcleo familiar y en las personas que me rodeaban, me llevó a buscar respuestas a tales situaciones. Podía notar, que aparte de las estructuras y la desigualdad por razones de clase o etnias que existía, y de las cuales ya era y éramos parte en distintos niveles con mi núcleo, existían estructuras normalizadas de género que generaban distintos grados de opresión y violencia para mí y mis seres queridos.

Podía notar que no era normal que por el hecho de ser mujer, para el caso de mi madre o abuela, la lucha por la igualdad de clase presentara una barrera que provocaba distintas violencias por razones de género.

Desde las inquietudes anteriores, también puedo definir que el origen de la investigación nace de una reflexión de las prácticas que realicé en mi etapa de maestro en Chile. Desde mi etapa en la formación del profesorado, estuve interesado por los estudios de género. Me preocupaba que no se diera mayor énfasis a una problemática social que impactaba directamente en la organización de los roles, los trabajos y los derechos reproductivos, o las luchas por los derechos de colectivos los LGBTQ1, por ejemplo. Desde mis reflexiones sobre los estudios de género en la formación, podía vislumbrar las desigualdades, la discriminación, los prejuicios y la segregación que sufrían tanto las mujeres, como el resto de personas que no se enmarcaban en los parámetros que definían los hombres que habían escritos las narrativas historiográficas.

Durante la formación, prácticamente, no tuve cursos que incluyeran las experiencias de las mujeres. No obstante, me integré en un proyecto FONDECYT titulado: “trabajo femenino e infantil en un contexto de modernización. Chile, 1880-1930” a cargo de la Dra. Diana Veneros Ruiz-Tagle. En tal proyecto pude indagar de manera más profunda sobre la participación, las acciones, las experiencias y el sufrimiento, la marginación y la ausencia que han vivido las mujeres a lo largo de distintos momentos de la historia.

1 Colectivo que designa a Lesbianas, Gays, Bisexuales, personas Transgénero y Queer.

37 Pude notar que la mujer sí ha estado presente y sí ha desarrollado distintas acciones y llevado a cabo luchas reivindicativas por sus derechos. No obstante, en la formación ni en la historia que se enseñan son incluidas. Por lo mismo, en un esfuerzo por colaborar en las luchas que se llevaban a cabo desde los estudios y los movimientos feministas y de género realicé mi tesis final de formación sobre los estudios de masculinidades, titulada: ser obrero, ser hombre. Construcción de la masculinidad obrera en torno a los trabajadores de imprenta. Santiago y Valparaíso, 1880-1930”.

En las prácticas que realicé como maestro, permanentemente me esforcé por incluir a las mujeres en la historia que trabajaba. La inclusión la planteaba tanto en los contenidos que iba viendo regularmente, como en procesos de reflexión con los y las alumnas en torno a las construcciones patriarcales de los materiales (libros de texto y currículo). No obstante, era un proceso complejo. Tanto por las excesivas cargas laborales, la presión de los centros por abarcar los contenidos y obtener altos puntajes en las pruebas estandarizadas, y la misma presión de los padres y tutores de los alumnos por trabajar en base a la historia oficial. De otro lado, la estructuración de los centros, las relaciones entre profesores y profesoras con los y las alumnas y la organización del aula provocaban que se generaran mensajes contradictorios.

El currículum y la enseñanza estaban organizados de manera de dar preferencias a los hombres. De la misma manera, los chicos y las chicas expresaban distintos estereotipos y prejuicios de género que no eran trabajados en la enseñanza de la historia. Los centros estaban organizados privilegiando la división de espacios entre hombres y mujeres. Se asignaban espacios, por ejemplo, implícitamente exclusivos de uso para los hombres, en contraste a otros asignados para las chicas. Es decir, la cancha y el medio del patio eran para los juegos de futbol o de otro tipo, que en estricto rigor eran desarrollados por los chicos. Las bancas y las áreas verdes para la conversación eran frecuentadas por las chicas.

De manera similar, se potenciaban mensajes tanto por las administraciones de los centros, como por los maestros y las maestras, sobre la importancia del “ser” hombre y el “ser” mujer. Es decir, la escuela se organizaba en función de la formación de roles y

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de identidades de género basadas en concepciones tradicionales. Todo aquel que manifestara características fuera de los binarios era marginado, aislado y discriminado.

Las escuelas y el Ministerio proponían discursos inclusivos, pero en las prácticas que se realizaban, la inclusión se realizaba en los marcos de géneros binarios. Y en efecto, como maestro no sabía cómo trabajar los problemas de género, cómo incluir a las mujeres y cómo problematizarlas. Más bien, actuaba desde el “sentido común” o la improvisación, con el objetivo de tratar de generar prácticas inclusivas. La autocrítica que puedo realizar es que mis prácticas más que trabajar para reflexionar sobre las construcciones y las estructuras que ha generado la hegemonía patriarcal, formaron parte de ella. Fueron parte de las estructuras que se han configurado para reproducir y producir las desigualdades.

Durante el Máster de Didáctica de las Ciencias Sociales en la Universidad Autónoma de Barcelona, con la mirada crítica que me ofreció mi tutor el Dr. Joan Pagès Blanch.

Enfoqué el trabajo final sobre las concepciones del profesorado chileno sobre la presencia o ausencia de las mujeres en la enseñanza de la historia. Aquel trabajo sentó las bases teóricas y me planteó los problemas que dieron paso a la tesis doctoral. De las concepciones del profesorado, resultaba interesante para la comprensión de la inclusión y la exclusión de las mujeres investigar los procesos de formación en didáctica y en la disciplina, la relación y las coherencias entre el contenido de los discursos del profesorado y las prácticas que realizaba, y las concepciones de los y las estudiantes como miembros fundamentales en los procesos de enseñanza y de aprendizaje.

La metodología usada en el trabajo final de máster estuvo compuesta de la aplicación de cuestionarios a profesores y profesoras chilenos (25) y el análisis del currículum, los programas y los libros de texto en Chile. La estrategia de análisis de la información fue una adaptación de la teoría fundamentada de Strauss y Corbin (1990). Entre las conclusiones que obtuve del trabajo final de máster, puedo resumir y destacar que existen distintos discursos que describen a los y las profesoras: androcéntricos, reivindicadores conscientes y reivindicadores liberadores. Estas categorías han sido compuestas a través del análisis de contenido de los cuestionarios y dan cuenta de las

39 posturas que asumieron los y las maestras frente a la inclusión y al trabajo con las mujeres en la historia.

La utilidad que le asignó el profesorado a la inclusión de las experiencia de las mujeres varió dependiendo de los propósitos que se planteaban. Para los y las profesoras pertenecientes a la categoría 1 la androcéntrica, la utilidad viene a ser la de compensar la historia de los hombres y de los grandes procesos. En la categoría 2, reivindicadora consciente, la finalidad expresada es la de generar consciencia en el alumnado. Y por último, en la categoría 3, reivindicadora liberadora, los objetivos de la enseñanza de la historia de las mujeres son el cambio social en torno a las problemáticas no solo de la mujer, sino del género en su conjunto.

En este contexto, y sumado a las reflexiones sobre el problema realizadas en conjunto a mis directores, la Dra. Edda Sant y el Dr. Joan Pagès Blanch, emergieron las distintas preguntas que guían la tesis doctoral. El origen se entiende, asimismo, en relación a las distintas situaciones de marginación, de violencia y de abusos que viven las mujeres y el resto de los géneros día a día, solo por el hecho de manifestar y expresar comportamientos y características físicas y psicológicas distintas a las definidas por las estructuras binarias y hegemónicas del patriarcado. Es común ver en los medios de comunicación la violencia de distintas maneras contra las mujeres, las muertes, los abusos, las violaciones, entre otras situaciones que me hacen reflexionar sobre la importancia y la relevancia de que las mujeres sean incluidas en la enseñanza de las ciencias sociales con una finalidad dirigida a la finalización de las desigualdades.

Es una tarea compleja. La misma Academia se ha construido en base a las jerarquías de género. En ella, los hombres como intelectuales tienen el poder, el conocimiento y las jerarquías por sobre las acciones de las mujeres. Esto ha llevado a distintos casos de abusos, violencias, desigualdades, y crímenes tanto contra alumnas, como contra otras colegas mujeres. Estos conflictos, y su gravedad, se producen porque en la construcción del conocimiento, en la enseñanza y en la formación no se han incluido las perspectivas de género ni se ha reflexionado sobre ellas no sólo desde una perspectiva cognitiva sino, fundamentalmente, desde la acción y la práctica social.

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Mi preocupación era, al comenzar mi proceso de tesis, y sigue siendo, al finalizarlo, poder otorgar herramientas y caminos desde la enseñanza de las ciencias sociales, para poder deconstruir las estructuras que han generado violencia, marginación, discriminación y muertes por razones de género. Mi preocupación nace desde la importancia de que la inclusión de las problemáticas de género tenga efectos de transformación de las desigualdades, de las violencias y de la ausencia de derechos.

2.- La ubicación y la justificación de la investigación en las líneas de investigación de la didáctica de las ciencias sociales.

El problema de la inclusión de las mujeres y de las perspectivas de los estudios de género en educación no es una problemática nueva (García Colmenares y Nieto, 1989).

Desde organismos como la OCDE, la UNESCO, el Consejo de Europa (García Colmenares y Nieto, 1989) existían planteamientos, ya desde la década de los 80‟s, que buscaban promover la inclusión de las perspectivas de género en la educación. Se propusieron aspectos como su introducción en la formación inicial y continua del profesorado, la creación de materiales no sexistas, y el análisis de los programas y los currículums con el fin de eliminar los prejuicios y los estereotipos que pudieran contener. De esa manera, han existido constantes y continuados esfuerzos de distintos organismos para que la educación incluya este análisis en sus prácticas.

Como los estudios curriculares o la psicología del aprendizaje (Barton y Levstik, 2004;

Casas, 1999; Crocco, 1997, 2000b, 2002a y b, 2008 y 2010; Fernández Valencia, 2004 y 2006; Hahn, 1996; Kuznic, 2000; Gutiérrez, 1998; García Luque, 2015; García y Roset, 1992; Lerner, 1979; Lomas, 2002; McIntosh, 1983 y 2005; Subirats, 1998 y 1991 y Woyshner, 2002), han existido movimientos y líneas de investigación y trabajo que se han planteado desde las perspectivas de género y los estudios queer. Algunos se han preocupado de la desestabilización y reflexión sobre el discurso heterosexual y su producción y reproducción en los espacios escolares (Pinar, 2014; Britzman, 2002, Talburt y Steinberg, 2005), otros del análisis sobre las construcciones de modelos hegemónicos y la segregación de las identidades (Banks, 1993; Britzman, 2002; Crocco, 1997, 2002a, 2008 y 2010; Fernández Valencia, 2006 y Oesterreich, 2002). Tales líneas se han preocupado de comprender cómo desde las escuelas se producen y reproducen

41 identidades y se consolidan los binarios de normal/anormal, hombre/mujer. De esta manera se establecen estructuras de inclusión/exclusión en torno a normas de género que se naturalizan en la sociedad.

Desde la didáctica de las ciencias sociales han existido destacables avances que se han preocupado por la inclusión de las perspectivas de género. Destacan los trabajos de Fernández Valencia (2004 y 2006), Sant y Pagès (2011 y 2012), García Luque (2012, 2015), García Luque y Peinado Rodríguez (2012 y 2015) que se han preocupado en cómo desde las estructuras patriarcales se ha incluido/excluido a las mujeres y a la diversidad de género en la enseñanza de las ciencias sociales, en la formación del profesorado y en el currículo y los libros de texto.

Otros trabajos desde la didáctica, se han ocupado de reflexionar en torno al concepto de

“invisibles”. En esta investigación considero los diseños metodológicos y los resultados de los trabajos de Pagès y Sant (2012), Pagès y Villalón (2013a y b) Pagès y Mariotto (2014), Pinochet (2014, 2015a, 2015b) y Marolla (2014a y b, 2015). El texto de Pagès y Sant (2012) aborda la presencia de la mujer en el currículum español de educación obligatoria y los libros de textos de enseñanza de historia y ciencias sociales. Además, incluye el análisis de las actividades realizadas por alumnos y alumnas del Máster de formación de profesorado de historia de educación secundaria. Proponen una serie de soluciones a fin de incluir a la mujer en la enseñanza de la historia. El estudio de Pagès y Villalón (2013) analiza la presencia y ausencia de niños y niñas en los currículum de historia y ciencias sociales de Argentina, Chile, España, Francia y México, proponiendo alternativas sobre cómo se deberían incluir.

Pagès y Mariotto (2014) realizaron un análisis comparativo sobre los y las actrices invisibilizadas en la historia de Brasil y Cataluña. En su escrito incluyen tanto a los afrobrasileños de Brasil, como a las minorías étnicas de Cataluña. Pinochet (2014, 2015a y b) ha trabajado en base a las valoraciones y representaciones sociales que tienen los y las profesoras de historia y ciencias sociales sobre la utilidad asignada a la enseñanza de la historia de la infancia.

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Pinochet argumenta cómo la inclusión y el trabajo sobre tales temáticas contribuye a promover la formación ciudadana y democrática de los y las estudiantes. Yo mismo (Marolla, 2014a y b y 2015) he estudiado la presencia y/o ausencia de las mujeres en la enseñanza de la historia y las ciencias sociales. En la primera investigación analicé el currículum chileno y la presencia de mujeres. En el segundo, reflexioné en torno a las representaciones sociales del profesorado chileno sobre la enseñanza de la historia de las mujeres y, en el tercer trabajo, sobre la importancia de la inclusión de las mujeres en la enseñanza de la historia y las ciencias sociales.

Actualmente, existen avances sociales en cuanto a las perspectivas de género y la adquisición de los derechos de las mujeres en materias laborales, salariales, sociales, reproductivas, entre otros (Hidalgo y otros, 2003). En los últimos simposios de didáctica de las ciencias sociales de la AUPDCS han ido incrementándose en número de artículos e investigaciones que evidencian el interés paulatino en torno al tema. Cabe destacar las investigaciones de García Luque (2012 y 2015) y en especial el simposio de didáctica de las ciencias sociales del año 2015 realizado en La Universidad de Extremadura en Cáceres, España.

Este simposio estuvo dedicado a las investigaciones sobre “los recursos para trabajar la invisibilidad de personas, lugares y temáticas. Una enseñanza de las ciencias sociales para el futuro.” En él se presentaron resultados de investigaciones como las de Claudino (2015), De la Calle Carracedo (2015), Coudannes (2015), Latapí (2015), Saenz (2015), González, Pagès y Santisteban (2015), León (2015), Ortega y Pérez (2015) y Tovar (2015), los cuales se centran en reflexionar y comprender la ausencia y presencia de las mujeres tanto en el currículo, como en las concepciones y las prácticas que realiza el profesorado. Las investigaciones y los trabajos no solo hacen referencia al contexto español, sino que también destacan experiencias educativas de países como México y Chile. Esto evidencia que las problemáticas de la exclusión de las mujeres de la enseñanza de la historia son similares en distintos contextos educativos, como también que las problemáticas de género obedecen a las estructuras bajo las cuales se ha organizado el sistema educativo occidental (Crocco, 2008 y 2010; Giroux, 2003 y McLaren y Kincheloe, 2015). Este es el desafío que está asumiendo la didáctica de las ciencias sociales.

43 3.- El problema de investigación: la inclusión y la ausencia de las mujeres en la enseñanza de la historia y las ciencias sociales.

El creciente interés por la inclusión de las perspectivas de género y la reflexión en torno a la inclusión/exclusión de la diversidad de género y, en este caso, de las mujeres, no evita la existencia de problemas como la discriminación, la desigualdad, la segregación, la violencia, entre otras graves situaciones en los espacios educativos. Es probable que esto sea uno de los síntomas de que en la sociedad no se fomentan actitudes ni comportamientos reflexivos respecto a la desigualdad de género. Los femicidios, en los que se ven implicadas las mujeres (sin dejar de mencionar a gays, lesbianas, transexuales, entre otros).

Las preguntas que me he formulado junto con la Dra. Edda Sant y el Dr. Joan Pagès, han sido las siguientes: ¿las prácticas del profesorado de historia y ciencias sociales están incluyendo las perspectivas de género y visibilizando las experiencias de las mujeres? ¿Desde qué perspectiva se incluyen a las mujeres en la historia? y ¿bajo qué discurso y qué estructuras se potencian en la enseñanza que contribuyan al desarrollo de

Las preguntas que me he formulado junto con la Dra. Edda Sant y el Dr. Joan Pagès, han sido las siguientes: ¿las prácticas del profesorado de historia y ciencias sociales están incluyendo las perspectivas de género y visibilizando las experiencias de las mujeres? ¿Desde qué perspectiva se incluyen a las mujeres en la historia? y ¿bajo qué discurso y qué estructuras se potencian en la enseñanza que contribuyan al desarrollo de