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La fabricación de violonchelos en la luthería española

Dans le document EL VIOLONCHELO EN ESPAÑA EN EL SIGLO XVIII (Page 195-200)

Aunque el oficio de lutier existió en España desde el medioevo, su profesionalización y regularización en gremios organizados no llegó hasta principios del siglo XVI, fortaleciendo así la industria que llegaría a su mejor momento en el siglo XVIII. Los lutieres españoles, más conocidos como violeros, estaban especializados en todo tipo de instrumentos de cuerda fundamentalmente, construyendo arpas, guitarras o instrumentos de la familia del violín, entre otros, que necesitaban del trabajo de los fabricantes de cuerdas de tripa y de metal. Los gremios que empezaron a constituirse en torno a 1527, año en que se escribieron las ordenanzas de Sevilla, tenían normativas específicas municipales para la construcción de instrumentos que poco a poco fueron evolucionando hasta que dichas agrupaciones profesionales entraron en decadencia hacía mediados del siglo XVIII con la Real Cédula de 1767 que reguló los germios mayores en detrimento de los menores: “los oficiales y maestros, artesanos o menestrales naturales o extrangeros de estos Reynos, deben ser examinados, admitidos e incorporados en los Colegios o Gremios de sus respectivos oficios…” 320 Su desaparición total no se produjo hasta el Real Decreto de 1834, pese a los últimos intentos a principios del siglo XIX de los pocos lutieres que seguían queriendo acogerse al gremio, pues el mercado ya era evidentemente abierto y aunque cada lutier tenía sus propios clientes y sus diferentes habilidades, la tradición de construcción de instrumentos se mantuvo sin apenas cambios organológicos.

Gracias a las investigaciones de Acker,321 Kenyon,322 y Bordas,323 sabemos que en la segunda mitad del siglo XVIII se publicaron más de un centenar de anuncios de

320ESCOLANO DE ARRIETA, Pedro: Práctica del consejo Real, en el despacho de los negocios consultivos, instructivos y contenciosos. Volumen 1. Madrid, Imprenta de la viuda e hijo de Marín. 1796.

321 ACKER, Yolanda F.:Música y danza en el Diario de Madrid (1758-1808): noticias, avisos y artículos.

INAEM - Madrid, Centro de Documentación de Música y Danza. 2007

322KENYON, Beryl “Ventas de instrumentos musicales en Madrid durante la segunda mitad del s. XVIII”.

. Revista de musicología, Vol. 5, Nº 2. Madrid, 1982, Págs. 309-324

187 instrumentos de cuerda frotada en el Diario de Madrid, que, aunque mayoritariamente eran violines, nos demuestra que el mercado iba incrementándose y estaba bastante activo.

La llegada al trono de Carlos IV en 1788 y su gusto por la música desde temprana edad, hizo que la corte fuera un gran centro musical con algunos de los mejores músicos, sobre todo italianos y españoles, así como con la compra de algunos instrumentos de los mejores lutieres. El propio monarca tocaba con la orquesta con un violín Amati. De hecho, en el año 1772, la familia Stradivarius vendió a la Casa Real española el famoso quinteto ornamentado del que todavía se conservan cuatro piezas en su colección, puesto que uno de los violonchelos está desaparecido.

A lo largo del siglo XVIII se produjo una enorme evolución en el desarrollo de la construcción de instrumentos de los lutieres españoles. El caso de los violonchelos es además significativo, ya que las medidas empezaban a consolidarse a imagen y semejanza de los instrumentos que llegaban de los legendarios constructores italianos creados por las familias Amati y Stradivarius durante el siglo XVII y el XVIII. El mercado de instrumentos españoles se desarrolló a medida que el siglo fue avanzando, con sus máximos exponentes en dos familias: la del granadino José Contreras, afincado en Madrid probablemente desde la década de 1740 y que trabajó junto a uno de sus hijos, José Melitón, no sólo como lutier independiente sino también al servicio de Carlos IV entre 1762 y 1785, y la familia barcelonesa Guillamí, estirpe de trabajadores de la madera desde mediados del siglo XVII, con sus grandes lutieres en las figuras de Joan Guillamí el viejo, nacido en 1699 y Joan Guillamí el joven, cuyo nacimiento se presupone en la década de 1730.

Aunque no han llegado a nuestros días demasiados violonchelos de otros lutieres de esta época, al menos contamos con los ejemplares de Gabriel de Murzia, Domingo Román, Salvado Bofill y Francisco Santiago, así como de otros de lutieres extranjeros que vivieron en España a lo largo del siglo, como Nicolaus Duclos.

323BORDAS, Cristina: “Tradición e innovación en los instrumentos musicales”, perteneciente a La música en España en el siglo XVIII. Coordinado por Juan José Carreras y Malcom Boyd, AKAL, 2000, Pág. 214.

188 Contabilizando los que han sobrevivido el paso de los años, hemos localizado hasta 20 ejemplares creados por lutieres españoles de los cuales a continuación haremos una reseña tanto biográfica como organológica.

Gabriel de Murzia

+ Violonchelo Gabriel de Murzia. Año 1709 Museo del Traje, Madrid.

Las maderas utilizadas son pino para la caja y sicomoro para y para el mástil, los aros y la voluta.

Longitud de la caja 79,5 cm

El violonchelo más antiguo construido en España de cuantos se conocen está fechado en 1709 y fue creado por Gabriel de Murzia. Actualmente forma parte de la colección del Museo del Traje de Madrid. Una de las cosas más interesantes de este instrumento es que se ha conservado en su estado original y nunca ha sufrido ninguna modificación, lo cual era una práctica muy habitual entre los lutieres a lo largo de los siglos para adaptar los diferentes instrumentos a las exigencias musicales de cada época o para hacerlos más adecuados para sus dueños.324

No tenemos muchos datos acerca de la vida de Gabriel de Murzia. Sabemos que perteneció al gremio de violeros y guitarreros de Madrid y que pertenecía a una familia de reputados músicos entre los que se encontraba su tío, el compositor Juan

324VÁZQUEZ, Elena: “Violonchelo, 1709.” El Museo del Traje lo publicó en octubre de 2011 en Modelo del mes.

189 Hidalgo y su yerno, el también lutier Francisco de León. Quizás el miembro más destacado de su familia fue Santiago de Murzia; guitarrista, compositor y tratadista de la técnica de su instrumento que trabajó al servicio de la casa real a finales del siglo XVII y principios del XVIII. Por otro lado, sabemos que Gabriel de Muzia perteneció al grupo de representantes del gremio de violeros de Madrid junto a otros constructores como Teodosio Dalp, o Juan García de la Torre.

La madera utilizada por Gabriel de Murzia para la fabricación del cuerpo de este violonchelo es de pino, y para el mástil, los aros y la voluta de sicomoro. La caja tiene una longitud de 79,5 cm, lo que se asemeja más a los ejemplares que se construyeron en Italia en el siglo XVII por Amati o Gasparo de Saló que a los instrumentos que se estaban construyendo en España en época de Murzia. El talón y el mango están hechos en una sola pieza con el taco que se apoya en el fondo, con los aros incrustados. Esta práctica era habitual en la construcción de guitarras, pero es toda una rareza en los instrumentos de la familia del violín. Otra de las prácticas extrañas que encontramos en este instrumento es que en lugar de filetear las tapas, Murzia realizó una incisión que más adelante pintó de color negro, lo cual parece una técnica habitual entre algunos de los lutieres que trabajaban en España a principios del siglo XVIII.

Domingo Román

+ Violonchelo de Domingo Román. Año 1724/1728 Colección privaza, Zaragoza.

Las maderas utilizadas son pinabete para la tapa armónica, y chopo o álamo para la tapa trasera. Los aros son de arce, el botón es de nogal, y algunos refuerzos están hechos con tiras de lino y de cáñamo

Longitud de la caja: 76 cm

190 El siguiente instrumento que en España fue construido entre 1724 o 1728 - la etiqueta parece haber sido corregida - y fue construido por otro lutier del que desconocemos casi la totalidad de su biografía y su trabajo, Domingo Román. La única información que se ha encontrado al respecto de este constructor es en el salario que aparece en el Catastro de 1752 del gremio de guitarreros de

Valladolid, en el que se certifica que uno de sus miembros se llamaba Francisco Román. Tradicionalmente, la lutería era una profesión familiar en que las técnicas se enseñaban a través del aprendizaje en el taller y no sería de extrañar que este guitarrero fuera un familiar del lutier que aquí nos ocupa.325

Tal y como ocurre en el instrumento de Gabriel de Murzia, el instrumento de Domingo Román también se mantiene casi en su totalidad en estado original, aunque sí parece haber sido reparado en alguna ocasión.

La longitud de la caja es de 76 cms, semejante al modelo de Stradivarius. La tapa armónica se compone de

cuatro partes de pinabete y tiene tallada la barra armónica que mide 30 cms, un poco más corta de lo habitual. La tapa trasera está hecha con tres piezas que podrían ser de chopo o álamo. Los aros son de arce y el botón es de nogal. Los refuerzos internos entre las piezas están hechos con tiras de lino y de cáñamo. Presenta dos similitudes con el instrumento construido por Murzia: el mástil también está hecho de una sola pieza que aúna clavijero, mango y taco, apoyándose sobre la tapa trasera con los aros incrustados. En lugar de fileteado también aparece un surco que sigue el contorno de la tapa que posteriormente fue pintado de negro.

La pieza del mástil podría ser de la

325REULA BAQUERO, Pedro: “El violón de Domingo Román (Valladolid, 1724)”, Anuario Musical, Nº 64.

Enero – diciembre 2009. Págs.169 – 190.

191 misma madera que la tapa trasera. El batidor es de nogal macizo decorado con planchas de hueso.

José Contreras

+ Violonchelo “ExGreenhouse”. Año 1746.

El primer ejemplar que se conserva de cuantos construyó Contreras. Un poco más pequeño que los que construyó posteriormente, con lo que antes hemos denominado como la forma B piccola utilizada por Stradivarius con una longitud de cuerpo de 74,5cm (recordemos que los anteriormente citados de Murzia y Román tienen un cuerpo de 79,5 y 76 cm respectivamente). Su forma fue alterada en Madrid por el lutier Silverio Ortega, del que también hablaremos más adelante.

Fue utilizado durante años por el violonchelista Bernard Greenhouse de Newark, New Jersey, fundador del legendario Trio Beaux Arts. También el solista francés Gautier Capuçon lo ha utilizado en muchos conciertos a lo largo de su carrera. Hoy en día pertenece a la colección de instrumentos de la Boston Symphony Orchestra.

+ Violonchelo “Julliard”. Año 1756.

También construido bajo los cánones de la forma B piccola aunque mínimamente más grande que el ejemplar anterior (75,5 cm de longitud de cuerpo). En el año 1756 Contreras ya estaba perfectamente familiarizado con los instrumentos construidos por las familias Amati y Stradivarius que se encontraban en la colección de la corte española. Gran parte de la madera utilizada es de arce, aunque la tapa armónica es de abeto.

Este instrumento pertenece a la Julliard School of Music de Nueva York, desde que fue adquirido en 1938.

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