tal modoesto severifica, que se ha observado no pocas veces
la
tristezaque se apodera de lasreses, cuando
las cuidan
personasqueno están acostumbradas áver confrecu«icia, así como esmuy co¬
mún, tancomún, que ya nadie pára en ello la
atención, distinguir
la alegríay animación de las resesde quenos ocupamos,
cuando al
RAZAS DE GANADO VACUNO 7I regresardel trabajo del dia al establo, ven al vaquero que las aca¬
riciayalimenta, ú oyen su voz.
Contribuye á aumentar estas manifestaciones de domesticidad, el
esmerado afancon que el campesino auvernés trata á las reses va¬
cunasylanares, ya sean de su propiedad, ya esté en contacto con ellas como pastor, boyero, ó criado de granja.
Nadie comoel mozo de labranza auvernés, nadie como el pastor ó granjero de Auvernia, se desvivepor las reses que el ganadero
confia al cuidado de aquél, ya librándolas de los ataques de los in¬
sectosen el estío, yade las inclemencias estacionales, yadel exceso detrabajo, ya proporcionándolas alimentos sanos, limpios y nutri¬
tivos, ya limpiando los establos hasta con nimiedad, cuidados y atenciones á que corresponden lasreses con verdadero cariño, ma¬
nifiesto pordemostraciones de alegría yobediencia extremadas.
Generalmente las reses vacunas de Salers presentan unaalzada
que varía de iin,40 á 1^,50; su pelo es corto, elástico,lustroso, de
un castaño encendido que tira á rojo, uniforme en todo el cuerpo;
cuernos cortos, gruesos, relucientes, contorneados ligeramente en
su terminación, bastante separados á partir de lossoportes,dejando
ver unafrente ancha tapizada de pelo rizado, sirviendo de marco á
unacabeza corta, robusta y muy móvil, parecida á la de algunas
reses españolas, propias de varias ganaderías castellanas y anda¬
luzas.
TienelarazadeSalers (figura 24) el cuello fuerte, sobre todo en
suorigen; espaldas gruesas, pecho capaz, muy ancho, papadapro¬
longada hasta las rodillas, cuerpo grueso, recogido y redondo,
dorsohorizontal casi, grupaelevadayvoluminosa, anchas las nal¬
gas, cortas las caderas óancas, alta la cola, cortas las extremida¬
des, corvejones anchos,pezuñas anchas ycortas.
La marcha de estas reses casi siempre es lenta; parece como que
se balancean alandar, pero suaspectoengenerales vigoroso, reve¬
lando notáble fuerza de resistenciapara el trabajo, aunada áun ca¬
rácter, como yahemos dicho, pacífico ydócil.
Debemos estas indicaciones al respetable y laborioso profesor
Mr. Grognier, hijo de Auverniayqueha estudiado la ganadería de
supaís, con la proligidady esmero de un verdadero inteligente en
zootecniayagricultura.
Como comprendennuestros lectores, la razavacuna de Salers no
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constituye el bello ideal de lasrazas de cebo, en todassus manifes-,
tacionesexteriores;pero encambiosuaspecto es, si pudiéramosem¬
plearesteadjetivo, tradicional, y sus condiciones,como propiapara el abasto de carne, notables y hasta famosas, por más de un con¬
cepto.
Lavaca deSalers presenta proporciones que podríamos llamar femeniles; la cabeza es más esbelta, más finos loscuernos, máspe¬
queñas las orejas, cuello más airoso, papada finá, pecho profundo y
contorneado, cuerpo recogido y prolongado, dorso más horizontal,
cola alta en su origeny calda desde el maslo, extremidades finas, pezuñas pequeñas con ubres circunscritas, flexibles ybastante pro¬
nunciadas.
Generalmente laraza dq Salers es exportada, permaneciendo en elpaís, así como las deñiás reses vacunas propias de Auvernia,
hasta cumplir detres á cuatro años. A esta edad, y cuando han adquirido las proporciones características de las razas de cebo,
abandonan laAuvernia, y muchas reses toman los nombresde los países áquesontrasportadas 6 que atraviesan, y donde concluyen
no pocas veces de sercebadas; de aquíque se las conozca con los
nombres debueyes y vacas boloñesas, nivernesas, del Poitou, de Morvan, etc., apareciendo completamente cebadas, gracias á los
suculentospastos de muchas deesas localidades.
Lasreses que permanecen en el país, se ceban lentamente, ya por larusticidad desucomplexion, según Grognier, yatambiénpor el modo de castrará los toros, que no es por ablación inmediata,
lo cual contribuye á hacer su carneménos sabrosa.
Utilizan los campesinos la raza auvernesa vacuna en el tiro,
sometiendo al yugo á vacas, torosy bueyes yhaciéndoles caminar
porterrenos abruptos, porempinadas cuestas ypeligrosas pendien¬
tes; también la utilizan en faenas agrícolas; en ambos casos sirven
estas notablesreses,ya por su gran resistencia en trabajos fuertes,
ya porla seguridadde su paso.
Las vacas de Salers (figura 25) producenpoca leche, pero muy ricaencáseo, que utilizan los naturales del país en la confección de
quesos, que son muy estimados.
Latopografíaysituación especial de Suiza, influyen extraordina¬
riamente en la condicionalidad de lasrazas vacunasquepueblan el
territorio de estapequeña república.
RAZAS DE GANADO VACUNO 75 Suiza, Ó la Confederación helvética, estáformadapor 22 cantones que arrojan 41.418 kilómetros cuadrados, poblados por 2.669.085 almas; suslímites son al Norte y Este con Alemania (Tirol, Ba-viera, WurtembergyBaden), de laque estáseparadaporlos montes Rhéticos por el Rhiny el lago de Constanza; al Oeste Francia, de
la que laseparan el Doubs y el Jura; al Sur FranciaéItalia, de la
que estáseparada por el lago de Ginebra, losmontes del Valés, los Apeninos, una línea convencional que parte del San Gotardo al Lago Mayor, al de Lugardo, y de éste al Splugen, y con los Al¬
pes centralesyRhéticos.
Su situación es, entre los 45° 50' y 47" 5' latitud Norte y 3°
44' y 8° 50' longitud Este.
La posición topográfica de Suiza, permite observar localida¬
des de terrenos más 6 ménos accidentados, en algunos de los que existen valles, así como en otros abunda también, una vegetación permanente y formada por plantas suculentas y bastante nutri¬
tivas.
Desde hace muchos años, los suizos se han dedicado á mejorar
sus razas vacunas, creando las lecheras que tanto sedistinguenpor
sus formas yla grancantidad de lecheque producen.
La abundancia de este líquido, ha dado origen ála industriaque¬
sera, y los quesos suizos han ejercido un monopolio especial, que
su bondad y sapidez han prolongado bastante tiempo y aún se deja
sentir en parte.
Pero á medida que enAlemania, Franciaé Italia, ha progresado
la ganaderíay las reses vacunas han desarrollado aptitudes espe¬
ciales á expensas del estudio, la obsei-vacion y los ensayos emplea¬
dos por ganaderos inteligentes, los quesos de Baviera, Italia,
Franciaé Inglaterra, han competido ventajosamente conlos suizos, perjudicando más aún á éstos los derechos arancelarios protecto¬
res, de las nacionesque á la industriaquesera se han dedicado.
Asi las cosas, y comprendiendo los suizos que sus reses vacunas
podian tener salidacomo reses de cebo, se han dedicado afanosa¬
mente á lamejora de aquéllas, compensando lafalta de productos
porla menor salida dé sus quesos, con la creación de razas para el matadero.
Entre ellas campeala de Friburgo, notable en las cercanías de Bulle, Romont y Gruyeres, existiendo también, ligeramente
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ficada, en los cantones de Vaud, Friburgo, Soleure,Neufchatel y
una granparte del Jura francés.
Presenta laraza vacunade cebo, de Friburgo (figura 26), esque¬
leto ligero, formas redondeadas, cabeza pequeña, frente ancha con pelo rizado, mirada pacífica, cuernos cortos, cuerpo
prolongado,
papada pronunciada, pecho ancho, vientre recogido, lomoscilin¬
dricos, caderas carnosas, muslos macizos, brazos y piernas cortos
y rollizos, extremidades reducidas y cola alta y adherida, dando
bastantes reses, de treintaá treintay dos arrobas de carneneta.
Cerca deMariahof, al Oeste de Stiria, existe una raza vacuna de
gran desarrollo y de excelentes condiciones, como lechera y
más
todavía como deceho (figura 27).
Presentan estas reses la piel alazanamuy clara ó blanca; cuer¬
nos largosy amarillos en todasu longitud, dirigidos adelante; la
cabeza, en rigor, más corta que larga, apareciendo estrecha la frente; el cuello es largo, larga laraspa, papadatirante, pecho an¬
cho, extremidades rectas ymuy bien aplomadas; la gruparedon¬
deada en las reses de la alta Stiriay larga en la de la Carintia, así
como en algunas de la Carniola. Lasreses de piel blanca son algo
más bastas; las hembras dan gran cantidad de leche; pero las ala¬
zanas claras, conservan mejor el tipo de pureza de raza.
Obsérvase, además, en lasreses depelo blanco, más aptitud para el cebo, y por consiguiente, mayor precocidad ën su desarrollo;
cruzadas con lasde Mürzthal, se modifican las condiciones de las
de Mariahof, y llegan á dar en vivo un peso de 54 á 58 arrobas,
con un producto de carneneta de un 60 áun 62 por 100, suculen¬
ta, fina y de excelentes condiciones.
Tan acreditadas están estasreses como de cebo, que se exportan álargas distancias, consumiéndose no pocas en Italia.
La mayorparte de lasrazas vacunas de Austria, que son nota¬
bles ya por sus condiciones como lecheras, ya como de cebo, se deben más que á los cruzamientos con suizas, flamencas, etc., á
una constante y juiciosa selección, aprovechando cuantos ele¬
mentos pueden utilizar los ganaderos, á fin de obtener resultados,
lentos pero seguros, enla creaciónderazas queconstituyen especia¬
lidades de producción.
El sistemaes penoso pero seguro, y sus resultados fecundos en bienesparalaslocalidades donde seensaya: la selección en
ganade-razas de ganado vacuno 79 ría es un medio positivo de mejora de toda clase deanimales, prévio
el estudio de todas lasparticularidades, intrínsecas y extrínsecas,
que serefieren al modo de viviry propagarse los animales domés¬
ticos.
Fíjense en la enseñanza que de estas prácticas salta á la vista nuestros agricultoresy ganaderos, y no olviden el famoso adagio
que dice: «la gota horadala piedra, no porla fuerzay sí cayendo siempre.»
Constancia, estudio, observación, experienciay tino; tales son
lascondiciones que la regeneración de nuestraganadería deman¬
da, tratando siemprede aprovechar todos los mediosque el clima,
suelo y sementales indígenas brindan, ántes de recurrir á los exó¬
ticos, como han hecho los auverneses y los austríacos, almejorar
sus razas vacunas.
3 de Enerode1880.
Manuel Prieto y Prieto.