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CARACTERÍSTICAS DE LOS EXTRANJEROS CENSADOS EN EL PAÍS VALENCIÀ

2000). Se han explicado las causas socioeconómicas del movimiento, sus características, tipos, redes, distribución, etc. No obstante, el carácter irregular de la entrada, o de la per-manencia, de una parte importante de este flujo migratorio, ha constituido siempre un problema para conocer la realidad numérica. Por otra parte, incluso los datos oficiales también quedan inmediatamente sobrepasados por cada nueva información estadística.

El objetivo este artículo se limita a una actualización de cifras y características de la corriente migratoria, puesto que ya se puede contar con datos del último Censo de Población, además del apoyo, para algunos aspectos, de la revisión del Padrón a uno de enero de 2002.

Estas fuentes oficiales, a las que forzosamente hemos de recurrir, ofrecen cifras bas-tante dispares. El último Censo de Población efectuado en 2001 tiene un alto grado de fia-bilidad en cuanto a los datos que suministra de la población censada, pero es obvio que muchos extranjeros no están recogidos en esta estadística. Pueden acercarse más a la rea-lidad las cifras de las revisiones anuales del Padrón municipal porque los inmigrantes, hasta ahora, obtienen algunas ventajas por el hecho de estar empadronados, como el acce-so a ciertos servicios sanitarios, educativos, vivienda, permiacce-sos en caacce-so de regularización, etc., mientras que el anonimato está salvaguardado. Por eso se supone que el inmigrante es proclive a empadronarse. No obstante, también en este caso, las cifras pueden estar dis-torsionadas debido a la gran movilidad de los afectados, por lo que el alta en un munici-pio no asegura la baja en el lugar de residencia anterior. La diferencia entre el Censo de 2001 y la revisión del Padrón de 2002, se eleva a 83.470 extranjeros a favor del último, algo que no se justifica de ningún modo por un incremento de efectivos en cuestión de meses.

La disparidad de las cifras puede plasmarse en un ejemplo: en la provincia de Castellón aparecen 6.658 rumanos censados en 2001; en el Padrón a 1 de enero de 2002, están empa-dronados 8.314 y, a finales de ese mismo año, las cifras ofrecidas por el Ayuntamiento de Castellón elevan el número de rumanos a 9.332, sóloen este municipio. Incluso las cifras de extranjeros procedentes de países desarrollados europeos tuvieron que ser revisadas a raíz de la informatización de estas estadísticas en 1991 en que se detectaron numerosas bajas, de manera que la diferencia se estimó en un 35% menos (GOZÁLVEZ, 1993).

Así pues, como se ha señalado repetidamente, por una parte, la incertidumbre es acu-sada, incluso para algo tan básico como el conocimiento del número de inmigrantes y, por otra, destaca el marasmo en que ha discurrido el flujo migratorio reflejado en las premu-ras legislativas y sus diversas actuaciones, siempre a remolque de los acontecimientos.

Baste recordar la reiteración de leyes de “extranjería”, desde la primera Ley Orgánica 7/1985 hasta la de 4/2000, reformada de inmediato en la 8/2000, y su reglamento de eje-cución (Real Decreto 864/2001) y la nueva legislación o reforma de la Ley que se está dis-cutiendo en este mismo año 2003. Además, han sido ya cinco las regularizaciones extraor-dinarias realizadas en este mismo periodo, cuestiones éstas tratadas ampliamente desde un principio (ARAGÓN, 1996; PANEBIANCO, 2002; ÁLVAREZ, 2003 ), sin contar los diversos Decretos que contemplan múltiples normas, regulaciones y políticas de integración.

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AS CIFRAS GLOBALES: INCREMENTO DEL NÚMERO Y DE LOS PAÍSES DE ORIGEN Hace veinte años el número de extranjeros residentes en el País Valenciano se cifraba en 22.891, de los cuales 18.115 eran europeos. La costa alicantina ya se revelaba como un destino apetecible para jubilados de algunos países de renta más elevada. De hecho, en

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el Censo de 1991 las cifras de residentes de países europeos desarrollados todavía signi-ficaban el 73’5% de un total de 50.210 extranjeros residentes. En el Censo de 2001 su número se eleva ya a 217.673, de los cuales 86.520 (39’74%) son ciudadanos pertenecien-tes a la Unión Europea más Noruega y Suiza. La trayectoria seguida por el stockde resi-Figura 1. Número de extranjeros residentes en el País Valenciano. Anuario Estadístico de Extranjeríay Revisión del Padrón de Habitantes 2002.

Tasa de crecimiento compuesto continuo Ln (P1/Po) /n

Periodo Europa África América Resto

1982-92 0’056 0’274 0’048 0’067

1992-02 0’151 0’210 0’258 0’151

dentes en las últimas dos décadas (figura 1) refleja la tradicional presencia de europeos que, con la incorporación reciente de los países del este, continúa siendo mayoritaria, pero los inmigrantes de otros orígenes se ha incrementado rápidamente en muy poco tiempo.

Por tanto, según las estadísticas, la inmigración procedente de países menos desarro-llados es la que ha irrumpido con más fuerza y su seguimiento año a año muestra los bruscos incrementos coincidentes con los procesos de regularización que hacen aflorar muchos inmigrantes en situación irregular, especialmente en la regularización de 2001.

En efecto, hay que pensar en un flujo continuado, cuya expresión numérica siempre está por debajo de la realidad, puesto que esta corriente tiene la peculiaridad de que una parte considerable de las entradas de inmigrantes económicos están camufladas como turísti-cas y otras son sencillamente clandestinas. En diez años los extranjeros residentes proce-dentes de Europa, incluyendo los países del este, se han multiplicado por 3, mientras que los de África lo han hecho por 6 y los de América del Sur por 14.

La comunidad autónoma valenciana se ha convertido en pocos años en uno de los destinos migratorios más importantes de España (cuadro 1), sólo después de Cataluña y Madrid. Respecto al total de inmigrantes en España, supone ahora el 15’22%, cuando en 1992 el porcentaje era del 12’5. Las últimas cifras disponibles derivadas de la revisión del Padrón Municipal de 2002, la sitúan en tercer lugar, tras Madrid y Cataluña.

Ciertamente, el número de inmigrantes se ha incrementado de forma rápida, lo cual contribuye a la percepción simplista de un colectivo más o menos homogéneo que

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Fuente: INE. Revisión del Padrón Municipal 2002. La mayor parte de los extranjeros de Ceuta y Melilla son naci-dos en España.

Cuadro 1. Población extranjera residente en España.

ta desmesuradamente y que ha generado ya problemas de rechazo social. Por ello se insis-te con frecuencia en su baja proporción sobre la población total española, hasta hace poco situada alrededor del 2%, comparándola con la media de Europa occidental (5’4%) y espe-cialmente con otros países europeos de larga tradición inmigratoria, la mayoría con por-centajes muy superiores (GOZÁLVEZ, 2002). Ahora, según cifras del Censo se situaría en 3’5

% y según las del Padrón en un 4’7%, todavía una proporción muy moderada. En el País Valenciano, el porcentaje de extranjeros sobre su población total alcanza el 5’2%, o un 6’9 según el Padrón. Con referencia a las provincias, supone el 8’6, 4’9 y 3 % en Alacant, Castelló y València, respectivamente, y sobre las capitales de dichas provincias, el 4’3, 6’2 y 4’2.

Estas cifras, consideradas globalmente, siguen siendo modestas, aunque hay que tener en cuenta la irregular distribución espacial de los inmigrados. La dualidad entre el interior y el litoral valenciano, tan profunda en los aspectos económicos, demográficos, vías de comunicación, etc., se reproduce, como es lógico, en la localización de los princi-pales contingentes de extranjeros. Se concentran en las ciudades y poblaciones de la fran-ja costera, las capitales provinciales, que absorben el 24% del total, y en el cono sur de Alicante (Bajo Segura). Son las zonas y los centros urbanos donde se encuentra la mayor parte de la actividad industrial, agraria y turística (VIRUELAy DOMINGO, 2001, 167 y 169).

Ahora bien, los últimos datos de 2001 a escala municipal, constatan la existencia de extranjeros censados en la mayoría de municipios (cuadro 2), una presencia que se difun-de incluso hacia gran parte difun-de pueblos rurales. Aunque probablemente las cifras difun-de extranjeros en municipios pequeños de muchas comarcas interiores sean bastante más elevadas de lo que recoge el Censo, e incluso el Padrón, todavía resultan modestas en tér-minos absolutos. No obstante, en relación con su número de habitantes y con la estruc-tura demográfica tan envejecida de muchos de ellos, la presencia de un porcentaje signi-ficativo de inmigrados generan una percepción de que las poblaciones están en un pro-ceso de sustitución. Localidades que no alcanzan los 1.000 habitantes pueden contar con un centenar de inmigrados ocupados en la agricultura y en los servicios a personas, sobre todo ancianos. Alcanzan porcentajes que superan con frecuencia el 5% de la población censada en el municipio, con casos relevantes como Enguera con 5.191 habitantes y 678 inmigrados (13%), 541 de los cuales son búlgaros. Es corriente el predominio de una o dos nacionalidades de entre las más representadas: búlgaros, rumanos, ecuatorianos, colom-bianos y marroquíes. Son unas localizaciones consecuentes con el funcionamiento de las cadenas y redes migratorias (DOMINGO y VIRUELA, 2001) que enlazan personas de la misma nacionalidad vinculadas por el parentesco, la amistad e incluso la religión, de las que el caso de los rumanos en la provincia de Castellón constituye un ejemplo especta-cular.

Fuente: INE. Censo de Población de 2001

Cuadro 2. Municipios valencianos con extranjeros censados.

Las perspectivas de la incidencia de la inmigración en estas zonas son difíciles de establecer todavía. Para muchos puede tratarse de una situación transitoria, una adapta-ción a las dificultades de los primeros tiempos a la llegada, seguida de un posterior bio de residencia cuando tengan una alternativa mejor. Igualmente, es posible que cam-bien las circunstancias de trabajo, por la progresiva desaparición de autóctonos que demandan ayuda en la agricultura y servicios domésticos y de atención a personas mayo-res. Pero tampoco puede descartarse la revitalización de algunas áreas rurales, si la pre-sencia de una población más joven y dinámica se ve acompañada de medidas y proyec-tos de desarrollo. Sobre estas posibilidades, incluidos algunos procesos locales de susti-tución a medio o largo plazo, sería atrevido pronunciarse ahora, pero es evidente que se requieren ya estudios es ese sentido.

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Fuente: INE. Censo de Población 2001

Cuadro 3. Distribución provincial de los extranjeros censados en 2001 (con 1.000 y más efectivos).

En cuanto a las nacionalidades, se recogen 66 en la información censal, es decir, las que tienen un número mínimo de efectivos. En realidad son muchos más los países que cuentan con algún representante porque en una explotación especial de la rectificación padronal de 1998, facilitada por el Institut Valencià d’Estadística para otro trabajo (VIRUELAy DOMINGO, 2001), se registraron 184 países. De todas formas, los efectivos de estos 66 países recogidos en el Censo suman 211.982 personas, que constituyen la casi totalidad de los inmigrados (97’4%). En el cuadro 3 se expresa la procedencia de mayor a menor, a partir de mil individuos, y su distribución provincial.

Para el conjunto de España, solamente las siete nacionalidades más numerosas reú-nen el 53’6% del total de inmigrantes y coinciden con las primeras en el País Valenciano y en las principales comunidades autónomas receptoras. El orden general es: Marruecos (14’4% sobre el total de extranjeros en España), Ecuador (11’3), Colombia (9’6), Reino Unido (6’0), Alemania (5’4), Argentina (3’3) y Rumania (3’3). La distribución por CCAA queda reflejada en el cuadro 4, donde se pone de relieve la presencia de la Comunidad Valenciana entre los cinco primeros destinos en estas siete principales procedencias.

Fuente: INE. Revisión del Padrón Municipal 2002

Cuadro 4. Localización de las principales procedencias (en % sobre el total nacional).

Ocupa el primer lugar para el Reino Unido y Alemania, la mayoría en la provincia de Alacant, por encima de los otras grandes zonas turístico/residenciales de Baleares, Canarias, Costa del Sol o Costa Brava. También es importante el número de colombianos y rumanos, estos últimos localizados igualmente en Castilla-la Mancha y Aragón, comu-nidades que no ocupan ningún lugar destacado en otras procedencias.

La inmigración valenciana tiene, por tanto, un rasgo singular en la composición del conjunto de extranjeros, desde la perspectiva de la proporción de personas procedentes de países desarrollados y de países menos desarrollados (cuadro 5), sólo algo menos equili-brada que en Baleares, Canarias y Andalucía. Muchos de los procedentes de Europa occi-dental, como se ha dicho ya, son residentes no laborales. Por el contrario, en los grandes centros receptores de Madrid o Cataluña predomina una inmigración claramente laboral.

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AS CARACTERÍSTICAS DE LOS EXTRANJEROS RESIDENTES

La dualidad mencionada en el conjunto de los extranjeros en el País Valenciano supo-ne unas características diferenciadas, a grandes rasgos, entre los procedentes de países de la Unión Europea, a los que se suma un creciente número de otros países con alto nivel de desarrollo, y los inmigrados de países menos desarrollados. No por repetido, debe

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Fuente: INE. Revisión del Padrón Municipal 2002. A: Unión Europea, Noruega, Suiza, Canadá, EEUU y Japón. B:

Resto de países.

Cuadro 5. Procedencia de los extranjeros empadronados en 2002.

dejarse de reiterar este hecho en la interpretación de las cifras globales de inmigrantes y la percepción social que se tiene del fenómeno. Buena parte de los primeros suelen ser residentes no laborales, de edades avanzadas, mientras que los segundos son personas jóvenes en su mayoría, con un fuerte dinamismo desde el punto de vista laboral y demo-gráfico, dicho sea en términos generales. Porque es evidente que han crecido las relacio-nes sociales y económicas y la movilidad entre países europeos, lo cual ha estimulado también la llegada de europeos por motivos de trabajo.

La inmigración originaria de países industrializados

Los residentes de origen más tradicional, Reino Unido, Alemania y Francia, siguen aumentando, pero la novedad en los últimos años es el importante incremento de efecti-vos de muchos otros países, como Italia, Países Bajos, Noruega y Suiza. Salvo unos pocos apenas representados, caso de Grecia o Luxemburgo, todos los países alcanzan un núme-ro significativo de residentes. Además, con la razonable certeza de que estas cifras se aproximan bastante a la realidad.

Como hemos expresado en otros trabajos (VIRUELAy DOMINGO, 2001), la mayor parte se localiza en las comarcas costeras alicantinas y el Bajo Segura, aunque también se dis-tribuyen en algunas poblaciones del litoral de Castellón y en las capitales de provincia.

La concentración es muy elevada en localidades como Benidorm, Benissa, Calp, Dénia, Xàbia, Orihuela, Teulada y Torrevieja.

Se trata fundamentalmente de pensionistas y jubilados de renta alta o media-alta, y con una proporción equilibrada de hombres y mujeres (cuadro 6). Sin embargo, tampoco

Fuente: INE. Censo de Población 2001

Cuadro 6. Nacionalidad de extranjeros. Países desarrollados.

faltan los activos laborales, sobre todo franceses, italianos y alemanes, pues alrededor del 30 % están dados de alta en la seguridad social y se ocupan como personal cualificado con frecuencia en empresas multinacionales o diversos negocios y servicios relacionados con el turismo. La estructura por edad (figura 2) es un exponente de esta situación con más de la mitad de sus efectivos por encima de los 55 años. Teniendo en cuenta que en los últimos tiempos ha sido frecuente la jubilación antes de los 65 años, puede suponer-se que la mayoría de este grupo no está en activo. Por otra parte, los menores de 15 años (9’1%) permiten deducir una inmigración familiar incipiente. Naturalmente, entre los diferentes países existen matices (cuadro 7) reflejados en países con una población más joven, sobre todo Italia y Portugal, con muy pocos efectivos por encima de los 64 años y un porcentaje más elevado de menores de 16 años, lo que indica el carácter laboral de buena parte de estos extranjeros; o el caso de Francia, en una situación intermedia y que también es de suponer que un porcentaje significativo mantiene su actividad laboral.

La creciente presencia de estos extranjeros, especialmente los jubilados, tiene repercu-siones sociales y económicas. En primer lugar, sobre el propio concepto turístico, al

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Figura 2. Unión Europea. Estructura de los extranjeros empadronados en 2002.

Fuente: INE. Censo de Población 2001

Cuadro 7. Grandes grupos de edad de las principales nacionalidades europeas (en %).

cirse una consolidación de la residencia continua, desde los primeros contactos estableci-dos en los años sesenta (CASADO, 2000; OBIOLy HERRERO, 2000). Ahora, en diversas locali-dades, especialmente alicantinas, las colonias de diversas nacionalidades han adquirido una fuerte representación local e incluso influencia política, puesto que gozan de los dere-chos derivados de su pertenencia a la Unión Europea. Por otra parte, inciden en la dinámi-ca económidinámi-ca, sobre todo en el merdinámi-cado inmobiliario y como demandantes de productos específicos y de locales comerciales propios. Igualmente, la edad avanzada de muchos de ellos requiere servicios especiales en el ámbito doméstico y de la salud (RODRÍGUEZ, 2000).

Los procedentes de países menos desarrollados

La diversidad de orígenes de estos inmigrantes también se ha multiplicado, pero por ahora sólo unas cuantas nacionalidades acaparan la mayor parte del conjunto. Además, tienen sus peculiaridades según las grandes regiones de procedencia.

Los europeos del este

La trayectoria de esta inmigración tiene un momento de partida muy definido, con la apertura de estos países tras la caída de los regímenes comunistas. Rumania ha sido, con mucha diferencia, el país emisor más importante, al que se han ido sumando algunos otros, en especial Ucrania y Bulgaria (cuadro 8). La afluencia de rumanos a Castelló ha sido excepcional, estimulada por el doble efecto de repulsión, ante el deterioro de las con-diciones económicas de Rumania y la atracción de esta provincia en pleno auge econó-mico y con una de las tasas de ocupación más elevadas de España. Se apoya en unas redes migratorias muy consistentes, además de la afinidad idiomática y de cierta facili-dad de movimiento en el espacio europeo Schengen. Las ocupaciones de estos inmigran-tes son bastante diversificadas para los varones, pero mucho más restringidas para las mujeres. Castelló tiene una de las tasas de ocupación más altas de España y los rumanos se emplean, no sólo en la agricultura, sino en la industria y en diversos trabajos relacio-nados con la construcción. Las mujeres, como suele suceder en todos los casos, tienen en

Fuente: INE. Censo de Población 2001

Cuadro 8. Nacionalidad de extranjeros. Europa del Este.

el servicio doméstico y el cuidado a personas el principal nicho de empleo (Ver Viruela en este mismo número). Rumanos y búlgaros, sobre todo, son los que se han instalado también -de forma provisional o permanente- en muchas localidades rurales de interior en un número que sobrepasa bastante las cifras estadísticas.

En términos generales, se trata de una inmigración reciente de gente joven, una pro-porción de sexos ligeramente favorable a las mujeres en su conjunto y con un 88% en edad laboral. Los mayores de 64 años tienen uno de los porcentajes más bajos de todos los colectivos (1’3%). La estructura de este conjunto de países (figura 3), muestra la gran preponderancia de jóvenes entre 20-34 años, tanto en los hombres como en las mujeres y el predominio masculino. La presencia de niños es modesta (9’8%), lo que indica una migración familiar todavía en fase inicial.

Los inmigrantes africanos

Los inmigrantes africanos suponen el 14’2 % del total de extranjeros censados en 2001 en el País Valencià. La corriente marroquí es la primera, triplicando al segundo país magre-bí, Argelia, que le sigue en importancia, y a mucha distancia de cualquier otro país del Àfri-ca subsahariana (cuadro 9). Los marroquíes y argelinos tienen una larga trayectoria de lle-gada y, según testimonios recogidos (DOMINGOy VIRUELA, 2001), antes de los años noventa la entrada como turistas resultaba relativamente fácil, circunstancia bien diferente a la actual. La cuestión es que la presencia de marroquíes tiene ya una cierta solera y son los que se han distribuido de forma más homogénea por todo el litoral valenciano, ocupándose

Los inmigrantes africanos suponen el 14’2 % del total de extranjeros censados en 2001 en el País Valencià. La corriente marroquí es la primera, triplicando al segundo país magre-bí, Argelia, que le sigue en importancia, y a mucha distancia de cualquier otro país del Àfri-ca subsahariana (cuadro 9). Los marroquíes y argelinos tienen una larga trayectoria de lle-gada y, según testimonios recogidos (DOMINGOy VIRUELA, 2001), antes de los años noventa la entrada como turistas resultaba relativamente fácil, circunstancia bien diferente a la actual. La cuestión es que la presencia de marroquíes tiene ya una cierta solera y son los que se han distribuido de forma más homogénea por todo el litoral valenciano, ocupándose