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APUNTE SOBRE LA EDUCACIÓN FÍSICA ESCOLAR EN ESPAÑA La falta de una bibliografía en torno a la educación física escolar era

una constatación.86 El único libro publicado exprofeso era un sencillo y atrevido tratado de Joaquín Lladó editado en 1868, Nociones de gimnás-tica higiénica. 87 La educación física escolar estaba en pleno abandono y la ley educativa de la época (Ley Moyano de 1857) no había contemplado su inclusión.

Fue hacia 1870 cuando se empezaron los trabajos para conquistar el logro de un Gimnasio Normal en Madrid, siendo el Diputado Emilio Castelar el que presentó a las Cortés un proyecto que pasó totalmente desapercibido. No obstante, en 1873 se logró, al menos, que una Ley de Instrucción Pública consignase la enseñanza de la gimnástica en los Institutos y Escuelas de segunda enseñanza, aun siendo de forma vo-luntaria, pero la inestabilidad política de entonces no hizo prosperar su enseñanza.88

No en balde, a partir de la Restauración surgieron influyentes voces del Magisterio que insistieron en enfatizar la importancia de dicha edu-cación. En este sentido, es de destacar aquí a Pedro de Alcántara Gar-cía Navarro (1842-1906), que publicó varias obras que marcaron una inflexión en la conciencia pedagógica española.89 En su Teoría y Prác-tica de la Enseñanza,90 Pedro de Alcántara García abordó ampliamente

85 George Hébert, Lecciones prácticas de cultura física (París y México: Viuda de C. Bouret, 1913).

86 Xavier Torrebadella, «Crítica a la bibliografía gimnástica de la educación física en España (1800-1939)», Anales de Documentación 16, no. 1 (2013): http://dx.doi.org/10.6018/analesdoc.16.1.158851.

87 Joaquín Lladó, Nociones de gimnástica higiénica, aplicables a las escuelas de instrucción primaria de uno y otro sexo como elementos de educación física (Barcelona: Lib. Juan Bastinos e Hijo, 1868).

88 José Sánchez Somoano: Gimnástica escolar, Juegos Calisthénicos, Biblioteca Popular de Gimnástica – tomo II (Madrid: Imp. de la Viuda de M. Minuesa de Los Ríos, 1894), 18.

89 Pedro de Alcántara García, «La gimnástica en la educación primaria», Revista de la Universidad de Madrid 5, no. 5 (1875): 473-491.

90 Pedro de Alcántara García, Teoría y práctica de la educación y la enseñanza. Curso completo y en-ciclopédico de pedagógica, expuesto conforme a un método rigurosamente didáctico, De la educación física. Tomo V (Madrid: Gras y Ci.ª Editores, 1882).

el problema de la educación física. Su impacto pedagógico también fue especialmente significativo en México.91 Este mismo año coincidía con la publicación de las primeras revistas profesionales de la educación física, El Gimnasta Español (Madrid, 1882) y El Gimnasio (Madrid, 1882), las cuales ejercieron una poderosa influencia en la aprobación de la primera Ley de la educación física española y la creación de la Escuela Central de Gimnástica (ECG, 1887-1892).92 El lamentable cierre de la ECG provocó el enojo del profesorado oficial de Gimnástica que, a partir de entonces, se organizó para reclamar sus derechos profesionales y la oficialización de la gimnástica escolar.93

En el entorno pedagógico, además de las avanzadas propuestas de Pedro de Alcántara García, 94 por otro lado se desenvolvía el discurso regeneracionista de la Institución Libre de Enseñanza (ILE), que lideró Francisco Giner de los Ríos, en el contexto de las ideas del krausismo y del positivismo de Spencer, del que también se desenvolvía una preferen-cia por el estilo de enseñanza inglés, que a la sazón estimuló la puerta de entrada del deporte escolar en Madrid.

En el contexto general, la España de la Restauración se caracterizó por un crecimiento del movimiento obrero, cuyas reivindicaciones so-ciales chocaban con los intereses de los poderes hegemónicos (las es-tructuras militares, la monarquía, la burguesía liberal y conservadora, el caciquismo, las oligarquías y la Iglesia), que hacían de las políticas un usufructo personalizado, y cuya mayor fuente de beneficios se encontra-ba en la explotación de las colonias de ultramar. Los sucesivos gobier-nos administraban una fragilidad política y económica de espaldas al

91 Como apunta Gil Mendoza en Historia de la educación física, 21-26, en México se destacaba la influencia del español Pedro de Alcántara García también de esta obra.

92 Xavier Torrebadella, «Las primeras revistas profesionales y científicas de la educación física es-pañola (1882-1936)», Apunts. Educación Física y Deportes 190 (2012): 11-25.

93 Anastasio Martínez Navarro, «Datos para la historia de una iniciativa fallida: la Escuela Central de Gimnástica», Historia de la Educación 14-15 (1996): 125-149. Juan Andrés Cambeiro, «El pro-ceso de institucionalización de la educación física en la España contemporánea» (Tesis doctoral no publicada, Universidad de Barcelona, Departamento de Historia y Teoría de la Educación, 1997). Xavier Torrebadella, «De la Asociación de Profesores y Profesoras Oficiales de Gimnástica (1891) al Colegio Nacional de Profesores de Educación Física (1948). Un análisis histórico para una crítica del presente. I parte (1891-1900)», Revista Española de Educación Física y Deporte 413 (2016): 79-95.

94 Pedro de Alcántara García Navarro, De las teorías modernas acerca de la educación física (Madrid:

Imp. de Gil y Navarro, 1886).

problema de la lucha de clases. A todo esto, debe añadirse un contexto social preocupado por la depauperación de las clases subalternas, y la degeneración física que se extendía a todas las capas de la sociedad, en la que se veían unas amenazas cuya trascendencia afectaba al imaginario colectivo de los círculos higienistas y pedagógicos de la autoproclamada buena sociedad.95

Además, hay que añadir la existencia de una formación militar infan-til en la que, en complicidad con la Iglesia, los maestros y las autoridades promovían los populares batallones infantiles, cuyo único sentido era el de impulsar organizaciones patrióticas de defensa nacional, monárqui-ca y monárqui-católimonárqui-ca como reacción al desarrollo revolucionario del movimiento obrero.96

En este orden, los apóstoles de la educación física intervinieron profundamente convencidos de que la regeneración del pueblo espa-ñol debía empezar por su regeneración física; es decir, por hacer ofi-cial y obligatoria la enseñanza de la gimnástica a todos los niveles educativos.97

Hasta entonces, la educación física puede decirse era solamente acce-sible, como asignatura de adorno o necesaria, en los colegios privados de la «buena sociedad». Y por lo que se refiere a la enseñanza pública, esta quedaba a expensas de la voluntad pedagógica de los maestros, y si el lu-gar o el espacio disponible del colegio lo permitía. La educación física en la escuela primaria no llegó legalmente hasta principios del siglo XX; aun así, fue todo un fracaso puesto que no había, ni se otorgaron, los medios necesarios para cumplir su efectividad. Esta situación fue denunciada en el Congreso de Primera Enseñanza celebrado en Barcelona en el año 1909-10. La conferencia del profesor de gimnasia sueca Víctor Langlois

95 Antonio David Galera, «Educación física y protección de la infancia en la I Restauración (1875-1931). Regulaciones laborales e institucionales complementarias escolares», Cabás, 13 (2015): 1-37.

Xavier Torrebadella, «Cuerpos abandonados y rescatados. La educación física en los orfanatos espa-ñoles del siglo XiX», Cabás, 10 (2013): 11-28.

96 Xavier Torrebadella, «Los batallones infantiles en la educación física española (1890-1931)», ODEP.

Revista Observatorio del Deporte 1, no. 1 (2015): 32-70.

97 Xavier Torrebadella, «De la Asociación de Profesores y Profesoras Oficiales de Gimnástica (1891) al Colegio Nacional de Profesores de Educación Física (1948). Un análisis histórico para una crítica del presente. II parte (1901-1948)», Revista Española de Educación Física y Deportes 414 (2016): 85-102.

du Feu trató sobre el asunto y sus conclusiones fueron aprobadas por el Congreso:

1.ª Organizar metódicamente la educación de los sentidos en las clases de párvulos y elementales.

2.ª Imponer obligatoria y cotidianamente la somoscética o gimnasia racional en todos los centros docentes.

3.ª Ampliar los estudios de los maestros con un curso de Hi-giene de la Educación Física.

4.ª Crear una Facultad de Educación física en las Universida-des de Madrid y Barcelona.

5.ª Fomentar un cuerpo de inspectores de Educación física. 98 JOSÉ SÁNCHEZ Y GONZÁLEZ DE SOMOANO (1850-1913)

Imagen 1. José Sánchez y González de Somoano.

Fuente: Gimnástica Escolar. Tomo I (ca. 1890)

98 Víctor Langlois du Feu, La educación física como base y norma de toda pedagogía racional y bio-lógica, (Barcelona: Imp. Tasis, 1910), 4. (Tema presentado en el Congreso de Primera Enseñanza celebrado en Barcelona en el año 1909-10)

José Sánchez y González de Somoano (Arriondas, 1850 - México, 1913) fue un conocido gimnasiarca y literato, miembro de la Sociedad de Escritores y Artistas Españoles, de la ILE (imagen 1), propietario y direc-tor de varios gimnasios en Madrid y audirec-tor de varias obras de gimnástica, científicas y literarias.

Se estableció en Madrid a la edad de diez años y muy pronto se dedi-có a la gimnástica, siendo auxiliar en el gimnasio que el profesor Alfon-so Vignolles dispuAlfon-so desde 1861. Allí también aprendió con el profeAlfon-sor Vicente López Tamayo. Con dieciocho años, hacia 1868, José Sánchez se estableció por cuenta propia en un gimnasio de Valladolid y, luego, en otro de Santander.99 De regreso a Madrid, hacia 1873, dispuso de otro gimnasio en la c/ de las Infantas, 19 y 21. En 1876 se anunciaba en El Imparcial como Gran Gimnasio Higiénico, Médico y Ortopédico, y disponía de la dirección médica facultativa del Sr. Coll. Las clases eran para caballeros y niños, pero también las había reservadas para señoras.

Dos años más tarde, en el municipio de Valdemoro, creó y reglamentó el gimnasio modelo de la Guardia Civil para instruir a los guardias jóve-nes.100

El gimnasio de la c/ de las Infantas se trasladó de la c/ Almirante, 5.101 Este gimnasio se quemó el 3 de septiembre de 1882;102 no obstante, en pocos días se hizo con el gimnasio la c/ Alcalá, 7 establecido en la Fonda Peninsular. En el nuevo gimnasio contrató los servicios de José Merelo y Casademunt, uno de los esgrimistas más destacados de España.103 En octubre dispuso también del Gran Gimnasio Higiénico en la c/ de Alcalá, 80 (al lado del Palacio del Marqués de Portugalete).104

En esta época José Sánchez se presentaba, junto a Mariano Marcos Ordax, como el fundador y director de la revista El Gimnasio, de

«educa-99 Pedro Pascual Martínez, Escritores y editores en la Restauración canovista, 1875-1923. Vol. 2 (Ma-drid: Ediciones de la Torre, 1994), 725.

100 «Sánchez Somoano», El País, 23 de enero de 1894, 2.

101 «Gimnasio», El Imparcial, 19 de marzo de 1880, 4.

102 «El incendio de ayer», El Liberal, 4 de septiembre de 1882, p. 3

103 «Gran Gimnasio y Sala de Armas», El Liberal, 19 de septiembre de 1882, 4.

104 «Noticia generales», La Discusión, 16 de octubre de 1883, 3.

ción física y de higiene», cuyo primer número se publicó el 1 de enero de 1882. Se trataba de una publicación mensual, que aparecía cada prime-ro de mes. La publicación estaba dirigida facultativamente por Marino Marcos Ordáx y José Sánchez figuraba como director literario.

En 1883 editó un folleto de divulgación y propaganda informativa del horario y tipo de clases impartidas en el citado Gran Gimnasio Higiéni-co, «para caballeros y niños» y «para señoras y señoritas» que, además, contenía varios artículos con la intención de concienciar de las ventajas de la gimnasia: «A los padres de Familia. El afán de ser sabios», «Utilidad de la gimnasia» y «Método para adelgazar».105 Este mismo año, también publicó el Tratado de Gimnasia Pedagógica,106 obra que fue premiada en la Exposición Literaria de Madrid de 1884. Luego apareció Propaganda Gimnástica, que reunía un compendio de algunos de sus artículos publi-cados anteriormente.107

José Sánchez también se dedicaba a la venta de aparatos gimnás-ticos y al montaje de instalaciones de gimnasios en colegios y casas particulares.108 Además, desde 1875 comercializaba un sistema paten-tado de poleas, «Sistema Sánchez», cuyo «nuevo método de gimnasia racional» permitía el ejercicio físico a todas aquellas personas que no podían asistir a los gimnasios y, también conseguir grandes beneficios físicos.109

La propaganda que con este aparato hemos hecho desde la época ya citada, la dejamos a la pública consideración, pues bas-ta decir que antes, tratándose de gimnasia, no se hablaba más que de trapecios, torniquetes, pesas y paralelas. Hoy, antes que

105 José Sánchez y González de Somoano, Gran Gimnasio Higiénico (Madrid: Imp. de Manuel Mi-nuesa de los Ríos, 1883).

106 Sánchez González de Somoano, Tratado de gimnasia. Existe una tercera edición en (Biblioteca Popular Gimnástica: tomo X), Madrid: Imp. de la Viuda de M. Minuesa de los Ríos, 1894.

107 José Sánchez González de Somoano, Propaganda gimnástica (Madrid: Imp. Minuesa de los Ríos, 1884). Parece ser que existen varias ediciones: edición de la Biblioteca Popular Gimnástica, tomo IX (Madrid: Imp. de la Viuda de M. Minuesa de los Ríos, 1894). José Luís Pastor Pradillo en La Edu-cación Física en España, 635, cita otra edición en Biblioteca Popular (Madrid: Est. Tip. de Alfredo Alonso, 1892).

108 Sánchez González de Somoano, Propaganda, 132.

109 José Sánchez y González de Somoano, Nuevo método de Gimnástica racional con la polea sistema Sánchez con patente de invención por veinte años (Madrid: Imprenta de Manuel Minuesa de los Ríos, 1886).

todo esto, se habla de poleas, y nadie encontraría completo un gimnasio que careciese de ellas. Éste es el resultado de nuestra propaganda, hecha teórica y prácticamente. 110

En agosto de 1886 se embarcó para estudiar el desarrollo de la edu-cación física en el extranjero, puesto que había recibido un encargo del Gobierno español para la redacción del Reglamento y Programas de la futura Escuela Central de Gimnástica.111 Parece ser que renunció a la Cátedra vitalicia que se le ofreció como profesor en la ECG.112 Aún así, mientras José Sánchez permaneció en Madrid durante los años 1889 a 1892, no entendemos la razón que le impidió presentarse como alumno libre para acceder a la titulación de profesor de Gimnástica en la ECG.

José Sánchez encarnaba el perfil del liberal republicano y era muy crítico con la política educativa de la Restauración, de aquí su relación con la ILE.113 Su partida a México, un país emergente y próspero, le otor-gaba la posibilidad de rehacerse en nuevos proyectos. Se comentó que no volvería a España hasta que no estuvieran instaladas las escuelas de profesores y profesoras de gimnástica.114 José Sánchez era un hombre comprometido con el movimiento regeneracionista español y creía pro-fundamente que, a través de la regeneración física y moral, la juventud española tenía una oportunidad para superar la actual situación de de-cadencia. Pero era también un culto literato que experimentaba en la poesía, la novela y el ensayo. Entre sus obras destacan: Versos trasnocha-dos (1884), Gimnástica intelectual (Madrid, 1884), Ensayos literarios (Ma-drid, 1885), México a vista de pájaro (Ma(Ma-drid, 1890), Modismos, locucio-nes y términos mexicanos (Madrid, 1892), Costumbres yankees. Viajando por América del Norte (México, 1894), El Ciego (México, 1895), El banco de piedra (México, 1898) y El pájaro sin nido (México, 1912).115 Colaboró

110 Sánchez González de Somoano, Nuevo método de Gimnástica, 3-4.

111 Pueden verse los reglamentos de la ECG en Jose Sánchez Somoano, Gimnástica escolar, Juegos Calisthénicos, Biblioteca Popular de Gimnástica –t. II– (Madrid: Imp. de la Viuda de M. Minuesa de Los Ríos, 1894), 15-39.

112 «Sánchez Somoano», El País, 23 de enero de 1894, 2.

113 José S. González de Somoano, «La educación física en España», La Época, 4 de agosto de 1879, 3.

114 Felipe Serrate, «Hemos tenido el gusto…», La Ilustración Gimnástica, 15 de agosto de 1886, 93.

115 Pascual Martínez, Editores y escritores, 752.

también como articulista y literato en numerosos periódicos de la época, tanto en España como en México.

A mediados de septiembre de 1886 José Sánchez llegó a la ciudad de México con la intención expresa de montar un gimnasio, asunto del que daba noticia la prensa.116 Muy pronto presentó allí, en la Secretaría de Fomento, el aparato de «Polea Sistema Sánchez», para el desarrollo físico de ambos sexos.117 Durante su primera estancia en la metrópoli mexicana se encargó de instalar y tutelar varios gimnasios. Conocemos que en enero de 1887 había ubicado su domicilio en la c/ San Francisco, 1, en donde también había dispuesto un Gimnasio Médico y comercia-lizaba (al precio de 40 pesos) el «Nuevo método de gimnasia racional»

por medio de la polea «Sistema Sánchez».118 En diciembre de 1888 es-tableció otro Gimnasio Médico, en la c/ cerrada de Jesús, en cuyo local también se encontraba la redacción de El Sport Mexicano, pero con tan mala suerte que sufrió un robo, con la desaparición de la ropa de gimnástica, cinturones, juegos de pesas, lámparas y otros enseres.119 Pero como ya hemos dicho, José Sánchez no dejó los negocios de Ma-drid, y en marzo de 1887 se volvía abrir, tras el incendio, el gimnasio de la c/ Almirante, 5, también conocido como Gimnasio Peninsular.120 No obstante, toda su atención se concentraba en México capital donde se consagró como director del Gimnasio de la ENP, fue profesor del presi-dente de la República Mexicana D. Porfirio Díaz y fundador-director de El Sport Mexicano.121 Véase como se relataba lo acontecido en la revista mejicana, España y América:

[…] presentando al Señor Ministro de Justicia e Instrucción Pú-blica un proyecto para la fundación de un Gimnasio Normal en ocasión en que se estaban haciendo los trabajos para la funda-ción de la Escuela Normal del distrito Federal.

116 «El Sr. José Sánchez Somoano», El Monitor Republicano (México), 19 de septiembre de 1886, 3.

117 «Solicitud», El Siglo Diez y Nueve (México), 30 de noviembre de 1886, 3.

118 «Nuevo método de gimnasia racional», El Tiempo (México), 1 de enero de 1887, 2.

119 «Robo», El Monitor Republicano (México), 14 de diciembre de 1888, 2. Reproduce una biografía de José Sánchez publicada en la revista España y América.

120 «Cartera de Madrid», El Liberal, 30 de marzo de 1887, 3.

121 Sánchez Somoano, Gimnástica escolar, 19-27.

Pareciéndole bien dicho proyecto al señor Ministro, y se ha-bilitó en el nuevo edificio de la Escuela Normal un espacioso lo-cal para la instalación del Gimnasio, siendo entonces nombrado el Sr. Sánchez Somoano Director de las clases de gimnástica de dicho centro.

Cúpole después el alto honor de ser llamado por el Presidente de la República, General Porfirio Díaz para que diese clases con arreglo a su nuevo sistema de gimnástica, del que tiene privilegio exclusivo en Méjico, Estados Unidos y España. 122

La acreditación de José Sánchez de servir como profesor de Gimnás-tica al presidente de la República, le llevó al mismo tiempo a serlo de las mejores familias de la alta sociedad mejicana y también de la comunidad española.

En 1889 regresó a Europa y asistió en junio a la Exposición Universal de París, desde donde mandaba crónicas a México.123 Luego se quedó en Madrid para ocuparse de los gimnasios que aún tenía en propiedad y aten-der algunos proyectos editoriales,124 entre ellos la ampliación del tratado de Gimnástica pedagógica, que pasó a formar parte de una Biblioteca Popular Gimnástica. El primer ejemplar de esta Biblioteca, Gimnasia escolar, pu-blicado en 1890, fue dedicado a la República de México.125 De este modo, ofrecía La Época la llegada del perito profesor: «Después de una excursión de tres años, dedicada a estudiar los distintos sistemas de gimnástica en las principales naciones de Europa y América, ha regresado a esta capital el Sr. Sánchez Somoano, director del Gimnasio de la calle de Alcalá, 7».126

En 1892 realizó un tour por los Estados Unidos y, a raíz del viaje, publicó un libro Costumbres yankees, que también dedicó al General Por-firio Díaz. De esta obra adelantó algunos artículos en la prensa;127 uno de

122 «Sánchez Somoano», El País, 23 de enero de 1894, 2.

123 José Sánchez Somoano, «Inauguración del Pabellón Mexicano», El Siglo Diez y Nueve, 26 de julio de 1889, 1.

124 José Sánchez Somoano, Modismos, locuciones y términos mexicanos (Madrid: Manuel Minuesa de los Ríos, 1892).

125 Sánchez Somoano, Gimnástica escolar, 26-27.

126 «Noticias generales», La Época, 14 de noviembre de 1889, 3.

127 José Sánchez Somoano, Costumbres yankees: viajes por la América del Norte (Madrid: Tip. de El Correo Español, 1894).

ellos trata sobre la Universidad de Harvard y relata el magnífico gimna-sio que disponían los estudiantes.128

En 1893, en España, José Sánchez cerró el antiguo gimnasio de la c/ Alcalá, 7, y recibió el traspaso del gimnasio de la c/ Carbón, 9, con lo cual, se hizo cargo de dos gimnasios, puesto que mantenía el de la c/

Almirante, 7.129 Este mismo año regresó a México y se encargó durante un corto tiempo de la dirección de El Correo Español (segunda época).

En 1896 retornó otra vez a Madrid y aceptó la dirección del completí-simo Gimnasio Higiénico médico de los Baños Árabes (propiedad Benito

En 1896 retornó otra vez a Madrid y aceptó la dirección del completí-simo Gimnasio Higiénico médico de los Baños Árabes (propiedad Benito

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