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Medición de la velocidad en interpretación simultánea: El caso de la lengua española en el Debate General de las Naciones Unidas

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Academic year: 2022

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Medición de la velocidad en interpretación simultánea: El caso de la lengua española en el Debate General de las Naciones Unidas

ARIAS RIVERA, Camilo

Abstract

La vitesse de l'orateur est un défi en interprétation simultanée. Ce mémoire s'intéresse au cas précis des orateurs de langue espagnole au Débat Général des Nations Unies. Un corpus de 60 discours, contenant les interventions des 20 états-membres qui ont l'Espagnol pour langue officielle en 2011, 2015 et 2019, a été analysé. Une méthode pour mesurer la vitesse d'élocution d'un orateur, qui pourrait bien être transposée à d'autres études, a été définie. Les vitesses observées se situent entre 93,5 et 168 mots par minute avec une moyenne de 120 mots par minute. Il n'a pas été enregistré de hausse générale sur les trois années étudiées et la vitesse d'un orateur ne semble pas varier en fonction de son pays ou de son sexe. En revanche, son âge et sa vitesse semblent être des variables dépendantes.

ARIAS RIVERA, Camilo. Medición de la velocidad en interpretación simultánea: El caso de la lengua española en el Debate General de las Naciones Unidas. Master : Univ.

Genève, 2020

Available at:

http://archive-ouverte.unige.ch/unige:147458

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CAMILO ARIAS RIVERA

Medición de la velocidad en interpretación simultánea:

El caso de la lengua española en el Debate General de las Naciones Unidas

Mémoire présenté à la Faculté de Traduction et d’Interprétation Pour l’obtention du MA en Interprétation de Conférence

Directrice de mémoire : Lucía Ruiz Rosendo Jurée : Mónica Varela García

Juin 2020

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SOBRE EL AUTOR

Camilo Arias Rivera (Bogotá, 1982), creció en Colombia y luego cursó sus estudios superiores en Francia donde obtuvo los títulos de ingeniero de la Escuela Nacional Superior de Química de Rennes en 2005 y de licenciado en Lenguas Extranjeras Aplicadas de la Universidad de Le Mans en 2006. Tras doce años de actividad profesional en empresas francesas del sector petrolero con misiones frecuentes en diferentes países productores de crudo, decidió cursar el Máster en Interpretación de Conferencias de la Universidad de Ginebra en 2018, donde fue admitido con la combinación lingüística A (Español), B (Francés), C (Inglés).

Dirección:

Faculté de Traduction et d'Interprétation Université de Genève

40, boulevard du Pont d'Arve CH-1211 Genève 4

Suiza

Correo electrónico:

camiloarias@yahoo.com

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CONTENIDO

RESUMEN ... 5

AGRADECIMIENTOS ... 6

1 INTRODUCCIÓN ... 7

1.1 LA RAPIDEZ Y LA COMPRENSIÓN DE UN MENSAJE ... 7

1.2 PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN E HIPÓTESIS ... 7

2 OBJETIVOS Y FINALIDAD ... 9

2.1 OBJETIVO GENERAL DE ESTE ESTUDIO ... 9

2.2 FINALIDAD DEL ESTUDIO Y APLICACIONES ... 9

3 CONTEXTO Y RELEVANCIA ... 10

3.1 ESTUDIOS CUANTITATIVOS SOBRE LA VELOCIDAD DEL ESPAÑOL ... 10

3.2 LA VELOCIDAD DE ELOCUCIÓN COMO RETO EN INTERPRETACIÓN SIMULTÁNEA ... 11

3.3 LAS DIFICULTADES ADICIONALES QUE SUPONE EL DISCURSO ESCRITO PARA SER LEÍDO ... 14

3.4 RANGOS DE VELOCIDAD TEÓRICOS DISPONIBLES EN LA LITERATURA ... 15

3.5 MEDICIONES REALES ... 17

3.6 LA IMPORTANCIA DE MEDIR LA VELOCIDAD ... 19

4 DISEÑO DEL ESTUDIO Y METODOLOGÍA ... 21

4.1 DEFINICIÓN DEL ALCANCE DEL ESTUDIO ... 21

4.2 CAMPO DE APLICACIÓN Y EXCLUSIONES ... 23

4.2.1 Caso general ... 24

4.2.2 Casos particulares ... 24

4.3 CONSTITUCIÓN DEL CORPUS ... 28

4.3.1 Descarga de los videos de las intervenciones ... 28

4.3.2 Descarga de las transcripciones oficiales de las intervenciones ... 28

4.3.3 Cotejo de las transcripciones ... 28

4.3.4 Generación de archivos de audio ... 29

4.3.5 Medición de la velocidad de los oradores ... 29

5 RESULTADOS ... 35

5.1 EFECTO DE LOS FACTORES PAÍS Y AÑO ... 35

5.1.1 Observaciones generales ... 37

5.1.2 Efectos del factor país ... 37

5.1.3 Efectos del factor año ... 38

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5.2 EFECTO DE LOS FACTORES SEXO Y EDAD DEL ORADOR ... 40

5.2.1 Sexo, edad y velocidad de cada orador ... 40

5.2.2 Dispersión de los resultados según el sexo y la edad del orador ... 42

5.2.3 Efecto del factor sexo del orador ... 42

5.2.4 Efecto del factor edad del orador ... 43

5.3 CASO DE LOS ORADORES QUE INTERVINIERON MÁS DE UNA VEZ ... 43

6 DISCUSIÓN Y CONCLUSIÓN ... 46

6.1 RESPUESTA A LAS PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN ... 46

6.2 COMPARACIÓN DE LOS RESULTADOS AQUÍ OBTENIDOS CON LOS DE OTROS ESTUDIOS ... 49

6.2.1 Comparación con los resultados obtenidos en el Parlamento Europeo ... 49

6.2.2 Comparación con los resultados obtenidos en el Consejo de Derechos Humanos y en la Organización Internacional del Trabajo ... 50

6.3 ESTUDIOS ADICIONALES ... 52

BIBLIOGRAFÍA ... 54

ANEXOS ... 58

ANEXO 1 RESULTADOS COMPLETOS ... 58

Resultados completos de 2011 ... 58

Resultados completos de 2015 ... 59

Resultados completos de 2019 ... 60

ANEXO 2 INVENTARIO DE LOS SILENCIOS QUE LLEVARON A LA CORRECCIÓN DE LAS DURACIONES ... 61

ANEXO 3 LISTAS DE LOS ORADORES DE CADA AÑO ... 64

Oradores que intervinieron en 2011 ... 65

Oradores que intervinieron en 2015 ... 66

Oradores que intervinieron en 2019 ... 67

Fuentes que permitieron conocer las fechas de nacimiento de los oradores ... 68

ANEXO 4 TRANSCRIPCIONES COTEJADAS DE LOS DISCURSOS ... 69

Discursos pronunciados en 2011 ... 69

Discursos pronunciados en 2015 ... 186

Discursos pronunciados en 2019 ... 280

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RESUMEN

Puesto que una alta velocidad de elocución del orador puede afectar a la calidad de la interpretación simultánea de un discurso, es necesario saber si tal condición se suele presentar en un contexto dado para permitirles a los intérpretes que trabajarán en él definir una estrategia de antemano para sortear la dificultad. La presente tesina estudia el caso específico de los oradores de lengua española en el Debate General de las Naciones Unidas. Para ello, se analizó un corpus de 60 discursos pronunciados en tres años diferentes (2011, 2015 y 2019) por los representantes de cada uno de los 20 estados miembro que tienen el español como lengua oficial y se definió un método de medición de la velocidad de elocución que bien podría emplearse también en otros estudios. Las velocidades observadas resultaron más bajas de lo que se intuía y están comprendidas entre 93,5 y 168 palabras por minuto con un promedio de 120 palabras por minuto. No se registró un alza general durante los tres años estudiados, ni se pudo establecer que el país o el sexo del orador influyeran en su velocidad. Sin embargo, la edad del orador y su velocidad podrían ser variables dependientes, lo cual podría ser el objeto de un estudio adicional.

Puisqu’une vitesse d’élocution élevée de l’orateur peut nuire à la qualité de l’interprétation simultanée de son discours, il est nécessaire de savoir si ce cas de figure est fréquent dans un contexte donné pour permettre aux interprètes qui y travaillent d’anticiper la situation en mettant en place une stratégie pour contourner la difficulté. Le présent mémoire s’intéresse au cas précis des orateurs de langue espagnole au Débat Général des Nations Unies. Pour cela, un corpus de 60 discours a été analysé. Il contient les interventions des 20 états-membres qui ont l’Espagnol pour langue officielle, lors des sessions de 2011, 2015 et 2019. Une méthode pour mesurer la vitesse d’élocution d’un orateur, qui pourrait bien être transposée à d’autres études, a été définie. Les vitesses observées s’avèrent inférieures aux valeurs attendues et se situent entre 93,5 et 168 mots par minute avec une moyenne de 120 mots par minute. Il n’a pas été enregistré de hausse générale sur les trois années étudiées et la vitesse d’un orateur ne semble pas varier en fonction de son pays ou de son sexe. En revanche, son âge et sa vitesse semblent être des variables dépendantes, ce qu’il conviendra de vérifier au moyen d’études complémentaires.

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AGRADECIMIENTOS

En medio de las circunstancias excepcionales que hemos enfrentado en este año 2020, quiero expresarle mi más sincero agradecimiento a la Profesora Lucía Ruiz Rosendo por sus palabras de aliento y por la rapidez, diligencia y amabilidad con que ha respondido siempre a mis diferentes consultas para ayudarme a seguir adelante con mis estudios.

A mi entrañable familia y amigos de toda la vida que siempre me dan ánimos, à mes amis de longue date, anciens collègues et camarades d’études qui sont si souvent mes complices dans différentes épreuves, aos meus caros amigos que estão sempre a torcer por mim, to my dear friends who constantly push me up: mil gracias por creer en mí, incluso más de lo que yo mismo he creído en mí.

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1 INTRODUCCIÓN

1.1 La rapidez y la comprensión de un mensaje

“We all make judgements about how quickly someone is speaking, but it is not at all easy to work out what we base these judgements on” (Roach, 1998:150)

Esta cita resume una situación ante la cual muchos de nosotros seguramente nos hemos encontrado: opinamos que alguien ha hablado “rápido”, pero omitimos explicar con respecto a qué y no logramos definir fácilmente tal “rapidez”; sin embargo, esta “rapidez” nos suele servir de disculpa en caso de no haber entendido correctamente el mensaje de nuestro interlocutor. Tal vez, si hubiéramos entendido su mensaje, ni siquiera habríamos reparado en su “rapidez”.

Durante los estudios de interpretación de conferencias, dicha situación se presenta con frecuencia.

Cuando nos resulta difícil un ejercicio de interpretación, solemos evocar entre otras causas un tema complejo del que teníamos poco conocimiento, algún problema técnico… o la “rapidez” del orador.

Me parece necesario ahondar este tema y oponer, a esta evaluación subjetiva, procedimientos objetivos: comenzaré revisando la literatura al respecto para entender cómo se puede medir la velocidad de elocución de un orador y respecto a qué referencias se podría calificar de “rápida”;

definiré luego un protocolo que permita darle aplicación a esta teoría y constituiré un corpus de discursos que haga las veces de sustrato de estudio.

1.2 Preguntas de investigación e hipótesis

Primero que todo, he querido averiguar cuál es la situación actual que los intérpretes simultáneos enfrentan al interpretar oradores de lengua española en uno de los foros internacionales en que los intérpretes ofrecen sus servicios. La pregunta de investigación que me planteo es: ¿Cuál es la velocidad promedio de los oradores de habla española en el Debate General de la Asamblea General de las Naciones Unidas?

Durante el tiempo en que he vivido fuera de mi país natal he oído juicios según los cuales los hispanos hablaríamos “rápido”. Esto me lleva a intuir que los discursos que estudiaré fueron pronunciados a una velocidad que la literatura calificaría como “rápida” o “difícil”. Sin embargo, ¿a qué categoría pertenece realmente la velocidad de cada uno de estos discursos?

Asimismo, puesto que mi intención es describir una situación actual, sería pertinente verificar si es el resultado de alguna evolución. El mundo en que vivimos pretende optimizar muchos procesos y

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podríamos intuir que los oradores intentarían transmitir más información conforme pasan los años y ello podría significar discursos cada vez más rápidos. Cabe entonces preguntarnos: ¿Ha variado la velocidad de los oradores de habla española en el Debate General de la Asamblea General de las Naciones Unidas desde el inicio de la década en 2011?

Solemos referirnos a quienes pronuncian los discursos como “los oradores”; sin embargo, mirando de cerca, se trata de un grupo heterogéneo en términos de nacionalidad, edad y sexo. Cabe también verificar si alguna de las características que definen a un orador específico se puede relacionar con su velocidad al pronunciar su discurso: ¿Influyen factores tales como el país de origen del orador, su edad o su sexo de alguna manera en su velocidad?

Finalmente, puesto que algunos oradores intervienen en un mismo foro en diferentes ocasiones, cabe igualmente preguntarnos: ¿Ha variado su velocidad entre una intervención y la o las siguientes?

Responder a todas estas preguntas precisará entonces de un corpus de discursos debidamente seleccionados para garantizar cierto grado de representatividad y poder estudiar el efecto de las distintas variables que consideré: año en que el discurso fue pronunciado, país de origen, edad y sexo del orador.

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2 OBJETIVOS Y FINALIDAD

2.1 Objetivo general de este estudio

El propósito de la presente tesina es aportar un complemento a estudios ya realizados sobre la velocidad en interpretación simultánea en una Organización Internacional.

Recientemente, Varela García, Ruiz Rosendo y Barghout, (2019) estudiaron el caso de las lenguas francesa e inglesa en la Organización Internacional del Trabajo (agencia de las Naciones Unidas) y el Consejo de Derechos Humanos (foro de la misma Organización).

Mi trabajo se centrará entonces en la lengua española y en el Debate General de las Naciones Unidas.

2.2 Finalidad del estudio y aplicaciones

En el marco de este estudio, he querido ahondar el tema de la rapidez averiguando cuál es la definición de una velocidad “alta” en interpretación simultánea según los investigadores que han versado sobre el tema. Igualmente, he querido justificar la importancia de medir la velocidad de un orador, indagando sobre las implicaciones de la rapidez de un discurso en el trabajo del intérprete.

Asimismo, he propuesto un método de medición que permitiría cuantificar de forma objetiva la velocidad de elocución de un orador y lo he empleado en discursos reales que han sido interpretados en modalidad simultánea.

Puesto que son pocos los estudios que cuantifican la velocidad de los oradores que intervienen durante las reuniones celebradas en las organizaciones internacionales que contratan los servicios de los intérpretes de conferencias, he querido esbozar un panorama que ilustre la situación actual del español, mi lengua materna, en uno de los foros de las Naciones Unidas, abarcando los veinte países en donde es lengua oficial.

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3 CONTEXTO Y RELEVANCIA

3.1 Estudios cuantitativos sobre la velocidad del español

Mi primera tarea consistía en verificar si la literatura corrobora las voces de quienes afirman que el español es una lengua que se hablaría más rápido que otras. El estudio sobre la comunicación oral en diferentes lenguas de Pellegrino, Coupé y Marsico (2011) aporta una primera respuesta.

En su artículo, los autores parten del postulado siguiente:

“(…) We endorse the idea that all languages exhibit an ‘equal overall communicative capacity’” (Pellegrino, Coupé, & Marsico, 2011:540)

Considerando además que existe un flujo de información constante entre los diferentes idiomas, los autores intuyen que la transmisión de sílabas por unidad de tiempo en el marco de la comunicación humana utilizando un idioma específico estaría compensada por la densidad de información contenida en las sílabas del mismo idioma. De esta forma, un mismo contenido sería transmitido en un lapso similar independientemente del idioma; variarían en cambio el número de sílabas pronunciadas y la cantidad de sílabas pronunciadas por unidad de tiempo. Para poner a prueba dicha hipótesis, los autores utilizaron veinte textos en inglés británico, compuestos cada uno por cinco oraciones semánticamente conectadas, que fueron luego traducidos (manteniendo un contenido semántico similar) al alemán, al italiano, al japonés, al mandarín, al español y también al vietnamita, lengua menos difundida que las demás, pero considerada por los autores como una de las que almacena la mayor cantidad de información por sílaba. Enseguida, se les solicitó a varios oradores adultos (entre seis y diez por idioma) que leyeran los textos mientras eran grabados. Los resultados arrojaron, entre otras observaciones, la siguiente:

“Spanish is characterized by a fast rate of low-density syllables” (Pellegrino, Coupé, &

Marsico, 2011:547)

Asimismo, el español ocupa el segundo lugar en términos de velocidad de elocución entre las lenguas estudiadas con 7,82 sílabas por segundo, detrás del japonés (7,84) y delante del francés (7,18), del italiano (6,99), del inglés (6,19), del alemán (5,97), del vietnamita (5,22) y del mandarín (5,18). Si consideramos únicamente las cuatro lenguas oficiales de las Naciones Unidas que formaron parte del estudio (español, francés, inglés y mandarín), el español encabeza entonces la lista.

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Ahora bien, cabe verificar si otros estudios, en donde se empleen discursos auténticos y no textos debidamente concebidos con fines científicos, corroboran esta observación. La radio podría proporcionar un marco pertinente ya que allí los locutores transmiten una gran variedad de mensajes, muchos de ellos con una complejidad y densidad mayores a la del discurso escrito a medida para un experimento científico. En este ámbito, un estudio comparativo (Rodero, 2012) de lo que sucede en cuatro países europeos (España, Reino Unido, Francia e Italia) recabó cuarenta boletines informativos (diez por cada país) emitidos por radiodifusoras nacionales, cada uno con una duración de entre 10 y 15 minutos, para proceder a mediciones de velocidad de habla. Para ello, la autora extrajo del conjunto de boletines segmentos de entre 30 y 60 segundos de duración en donde solo tomaba la palabra el presentador del informativo (siempre de sexo masculino) y omitió la intervención de cualquier otra persona. De esta forma, se observó que los locutores de la Radio Nacional de España, de la British Broadcasting Corporation, de Radio France y de la Radiotelevisione Italiana tenían velocidades de elocución respectivas de 209,96 ppm (palabras por minuto), 167,54 ppm, 188,93 ppm y 192,46 ppm. Una vez más, el español encabeza la lista. Luego, en la continuación del estudio, se investigó la relación entre velocidad de elocución del locutor y comprensión por parte del oyente. Para ello, la autora procedió a crear un panel de oyentes al que le pidió escuchar los boletines seleccionados para la primera parte de su estudio (de tal forma que cada boletín fuera escuchado por oyentes con la misma nacionalidad que el locutor) y luego responder a una serie de preguntas para evaluar su percepción de las noticias. Las respuestas que proporcionaron los oyentes mostraron que los boletines con las velocidades más altas, es decir los de la RAI y los de la RNE, fueron considerados como los más difíciles de entender.

Al igual que un oyente que escucha un informativo en la radio, un intérprete contratado para prestar un servicio de interpretación simultánea necesita comprender el mensaje del orador en la primera escucha. Podemos entonces intuir que su labor se verá dificultada en caso de que el orador tenga una alta velocidad de elocución.

3.2 La velocidad de elocución como reto en interpretación simultánea

Durante una interpretación simultánea, un orador produce sonidos en una lengua y el intérprete debe percibirlos, segmentarlos y asociarlos con palabras para seleccionar un equivalente léxico apropiado en la lengua meta y producirlo instantes después (Isham, 1994), lo que crea un décalage entre la escucha en lengua original y la producción en lengua meta del mismo segmento del mensaje.

Sin embargo, mientras el intérprete escucha al orador, debe producir al mismo tiempo el equivalente en lengua meta de un segmento anterior del mismo mensaje. Tal simultaneidad crea una carga

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cognitiva extrema con la que el intérprete debe lidiar para no incurrir en errores, omisiones o traducciones inapropiadas (Gerver, 1975; MacWhinney, 1997) ya que su tarea consiste justamente en transmitir el mensaje del discurso original y las intenciones del orador sin pérdida de información (Barghout, Ruiz Rosendo, & Varela García, 2015).

Si, además, la velocidad del orador es elevada, la cantidad de información que el intérprete debe procesar por unidad de tiempo aumentará, así como los esfuerzos de escucha, análisis y producción. Por ende, entre la amplia variedad de condiciones de trabajo externas que pueden influir en la calidad de la interpretación, una velocidad de elocución elevada por parte del orador es una de las más frecuentes fuentes de problemas (Gile, 2009).

Por décadas, el intérprete ha sido consciente de las dificultades que la velocidad del orador plantea.

Según dos encuestas realizadas a comienzos de los años noventa (Altman, 1990), la velocidad es el cuarto factor que más afecta al trabajo del intérprete después del tema del discurso, la calidad del sonido y la indisponibilidad de los documentos. A comienzos del presente siglo, la Association Internationale des Interprètes de Conférences (AIIC) condujo un estudio (Mackintosh, 2002) sobre la carga de trabajo a la que están sometidos los intérpretes independientes y de plantilla y uno de los resultados que halló es que la velocidad es una de las fuentes de estrés que más puede impactar el desempeño del intérprete junto con un fuerte acento del orador y la falta de documentación y de tiempo de preparación. En la misma época, Pio (2003) concibió justamente un experimento para indagar sobre la relación entre velocidad y calidad de la interpretación, basándose en el postulado siguiente:

“(…) High S(ource) T(ext) delivery rate is a variable that often causes additional stress to the already fatiguing task of S(imultaneous) I(nterpretation) and may undermine the quality of the interpreter's performance.” (Pio, 2003:69)

De igual forma, a comienzos de la presente década, en Suiza, la AIIC condujo una nueva encuesta, que le daba seguimiento a la de 2002, y, en ella, más del 75% de los intérpretes encuestados mencionaron la "velocidad alta" como un factor principal de estrés en su profesión. Dicho factor encabezó la lista muy por encima de otros factores como “oradores ininteligibles” y “técnicos” citados por alrededor del 50% de los encuestados (Barghout, Ruiz Rosendo, & Varela García, 2015).

En líneas generales, una velocidad elevada suele provocar una pérdida de calidad que se manifiesta en términos de significado y de fluidez de la prestación. En dichas condiciones, el intérprete puede cometer errores extralingüísticos tales como pausas llenas y vacías, correcciones, repeticiones y falsos comienzos (Pio, 2003) e incurrir en desviaciones de diferente índole como omisiones, adiciones y sustituciones (Barik, 1973). La mayoría de las omisiones constituyen errores y, según ambos autores y otros más (Gerver, 1975; Ruiz Rosendo & Galván, 2019), suelen aumentar con la

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velocidad. Esto podría deberse a que, a mayor velocidad, menor la exposición del intérprete a algunos de los elementos del discurso (De Groot, 1997).

Sin embargo, según Barik (1973), algunas de las omisiones pueden incluso ser aceptables y no ser consideradas como errores: se trata, por ejemplo, de la omisión de una palabra o pequeñas cláusulas cuya ausencia no altera la estructura gramática de la oración, ni el significado del mensaje.

De hecho, según los datos presentados por este autor, el 50% de las omisiones en que incurren los intérpretes con poca experiencia pertenecen a esta categoría de omisiones, mientras que la cifra es del 80% para los intérpretes con mayor experiencia, lo que nos permite intuir que este tipo de omisión obedecería a una estrategia afianzada para ahorrar recursos en aras de sortear dificultades de la interpretación tales como la velocidad.

Un estudio de Galli (1990) parece sustentar dicha hipótesis: al intentar averiguar si la ocurrencia de las desviaciones definidas por Barik (1973) depende de la velocidad, observó que este tipo de omisiones aumenta con la velocidad del discurso, aunque a un ritmo menor que otro tipo de omisiones (de términos específicos, de palabras compuestas, de elementos de una lista o de cláusulas sin las cuales una parte del mensaje queda incompleto).

Aunque el experimento de Galli (1990) fue conducido en el sector médico, y es más un estudio de caso que una muestra estadística como ella misma lo afirma, otros estudios han intentado corroborar tal observación, como el experimento de Barghout, Ruiz Rosendo, y Varela García (2015). En dicho experimento, se utilizó un discurso con dos tipos de redundancias: conjunciones redundantes compuestas (tales como “put differently” o “in other words”) y pares de sinónimos en una misma oración. Para observar un efecto eventual de la velocidad sobre la ocurrencia de las omisiones, el discurso estaba subdividido en tres partes, cada una de las cuales fue pronunciada a diferentes velocidades y fue interpretado por un panel de diez intérpretes permanentes de las Naciones Unidas. Si bien las autoras observaron menos omisiones durante el segmento pronunciado a la velocidad más baja (120 ppm), no hay pruebas suficientes de que las omisiones registradas en las velocidades elevadas hayan obedecido a una estrategia de los intérpretes para lidiar con la velocidad. Por otro lado, el mayor número de omisiones no se observó durante el segmento pronunciado a la velocidad más alta del estudio (200 ppm) sino a la velocidad intermedia (160 ppm), lo que podría denotar otra estrategia para sortear la velocidad elevada: un intento deliberado del intérprete de reducir su décalage para seguir mejor al orador y omitir menos información.

No obstante, dicha estrategia, también observada por otros autores (Pio, 2003; Meuleman & Van Biesen, 2009) se despliega en ocasiones a costa del estilo y más que todo por parte de intérpretes con experiencia. Los más novatos, en cambio, ante velocidades elevadas, suelen más bien

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aumentar el décalage (Ruiz Rosendo & Galván, 2019), pero esto puede llevarlos a cometer más errores al saturar la capacidad de su memoria (Gerver, 1975).

No obstante, aunque la velocidad en general supone un reto, se han identificado casos en que una velocidad elevada puede llevar a mejores resultados que una velocidad menor. Por ejemplo, Shlesinger (2003) observó, en el caso de una interpretación de una lengua de núcleo final (como el inglés), en donde los complementos del sustantivo suelen antecederlo, a una lengua de núcleo inicial (en el caso de su estudio se trataba del hebreo, pero el español posee la misma característica), en donde el sustantivo suele anteceder sus complementos, que las velocidades más altas de su estudio permitían a los intérpretes omitir menos complementos. Según dicho estudio, a mayor velocidad, menor es el tiempo en que los complementos deben almacenarse en la memoria del intérprete y menor es el riesgo de saturación de sus capacidades cognitivas. Sin embargo, dichas observaciones, para ser válidas, requieren de un décalage corto en el momento en que los complementos aparecen.

3.3 Las dificultades adicionales que supone el discurso escrito para ser leído

El problema que puede representar una velocidad elevada se ve agravado por las circunstancias en que se celebra gran parte de los eventos que requieren de los servicios de los intérpretes de conferencias, tales como las reuniones de las organizaciones internacionales. Durante estas, más que debates con diálogos, los oradores proceden cada uno a exponer el punto de vista del estado miembro que representan bajo la forma de un monólogo de varios minutos. La importancia de las declaraciones hace que estas no se improvisen, sino que consistan a menudo en discursos escritos por un poder central para ser normalmente pronunciados por un delegado orador distinto del autor y que frecuentemente procede a una lectura monótona sin el ritmo y la entonación que ayudan a transmitir mejor el mensaje y, sobre todo, sin necesidad de pensar para formular las ideas ya que las palabras que se deben pronunciar ya se encuentran plasmadas en el papel. Bajo tales condiciones, el trabajo del intérprete se asemeja más a la traducción de un texto que a una interpretación propiamente dicha, pero sin disponer del tiempo con que contaría un traductor (Seleskovitch, Dailey, & McMillan, 1978). Además, el discurso escrito para ser leído es más denso que un discurso improvisado porque contiene una cantidad mayor de elementos léxicos que de elementos gramaticales y carece de redundancias (Messina, 1998).

Podríamos entonces intuir que la velocidad de un orador que lee su discurso escrito es mayor a la de un orador que lo improvisa. De hecho, los intérpretes así lo perciben según una encuesta conducida en el marco de un estudio comparativo entre estas dos formas de enunciación por parte

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del orador (Déjean le Féal, 1978). No obstante, tras diferentes mediciones de velocidad que arrojaron contra ejemplos, la autora no logró confirmar que efectivamente la velocidad de un discurso leído fuera superior en regla general a la de un discurso improvisado. En cambio, logró identificar razones que explicarían por qué el intérprete así lo percibe: debido a la densidad del discurso leído, el intérprete siente que, mientras sigue el ritmo del orador, no cuenta con el tiempo necesario para poder interpretar todo. Asimismo, el orador que lee su discurso no necesita identificar la palabra correcta porque ya está escrita; por consiguiente, efectúa menos pausas y produce bloques de palabras sucesivas más largos que un orador que improvisa su discurso.

Si el tiempo que le es adjudicado a cada delegación es limitado y el presidente lo reduce incluso sobre la marcha para permitirles a más oradores tomar la palabra, cada orador terminará aumentando su velocidad para que su posición quede consignada (Barghout, Ruiz Rosendo, &

Varela García, 2015).

3.4 Rangos de velocidad teóricos disponibles en la literatura

A pesar de que muy a menudo los intérpretes se ven expuestos a altas velocidades, son pocos los estudios que las han cuantificado en situaciones reales. Algunos autores definen, en cambio, rangos de valores teóricos que serían ideales para la interpretación, como por ejemplo Seleskovitch (1965), quien, durante un coloquio sobre la enseñanza de la interpretación de conferencias, sugirió que el intervalo comprendido entre 100 y 120 ppm sería el ideal para la interpretación simultánea y que el límite más allá del cual se pierde eficacia se sitúa entre 150 y 200 ppm.

Según la misma autora, 150 ppm constituye de hecho la velocidad promedio del habla espontánea (Seleskovitch, 2014).

Por su parte, Gerver (1976) partió de un experimento con diez intérpretes a quienes les pidió proceder a la interpretación simultánea de un discurso grabado con velocidades crecientes de 95, 112, 120, 142 y 164 ppm y observó que a partir de 142 ppm la calidad comenzaba a decaer (mayor número de errores, omisiones y autocorrecciones). De esta manera, estableció que el rango óptimo se encuentra entre 95 y 120 ppm, lo que confirmaba los valores propuestos por Seleskovitch.

Otros autores, a su vez, definen rangos de velocidades cualitativas. Por ejemplo, al analizar las características de los diferentes elementos incluidos en el European Parliament Interpreting Corpus (EPIC), un corpus de discursos pronunciados en el Parlamento Europeo, almacenados junto con sus interpretaciones respectivas y abierto a los investigadores, Monti, Bendazzoli, Sandrelli y Russo (2005) definieron las tres categorías de velocidades siguientes: baja, inferior a 130 ppm; media, entre 130 y 160 ppm; alta, superior a 160 ppm.

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Setton y Dawrant (2016) por su parte, en el marco de un estudio más amplio sobre la complejidad de un discurso, definen un índice de dificultad calculado a partir de los cuatro parámetros siguientes:

tema; velocidad; densidad y estilo; acento y prosodia. En cuanto a la velocidad, los autores sugirieron calificarla, para cada discurso, según la escala siguiente: si es inferior a 100 ppm, “artificial o controlada”; si se sitúa entre 100 y 120 ppm, “fácil”; entre 120 y 140 ppm, “moderada”; entre 140 y 160 ppm “exigente”; si es superior a 160 ppm, “difícil”. Adicionalmente, se definió una categoría

“imposible” sin fijar límites específicos, pero describiéndola como la situación en que incluso intérpretes profesionales con mayor experiencia pueden sentirse abrumados y dando como ejemplo un debate televisivo entre oponentes políticos en vísperas de elecciones.

Como podemos ver, independientemente de si simplemente definen un rango único recomendado o varios rangos diferentes, si utilizan adjetivos de nivel (baja, media o superior) o de dificultad (controlada, fácil, moderada, exigente o difícil) al referirse a la velocidad, observamos que cada autor procede de manera similar: definen diferentes niveles para jerarquizar el espectro de velocidades. Las fronteras definidas por un autor suelen prácticamente coincidir con las definidas por otro y ello permite identificar niveles casi consensuados de un autor a otro, como lo demuestra el gráfico siguiente que presenta una síntesis de los niveles establecidos por cada autor, con fronteras nítidas cuando estas han sido indicadas y fronteras difuminadas en el caso contrario. Cabe anotar que, para facilitar la presentación, restringí los valores de velocidad en el gráfico al intervalo comprendido entre 80 y 220 ppm, valores que no pretenden fijar fronteras adicionales a las ya definidas por los autores.

Gráfico 1. Clasificación de las velocidades de un discurso según diferentes autores

De estas cuatro familias de rangos, opino que la de Setton y Dawrant (2016) es la más completa, puesto que cuenta con un mayor número de niveles que permiten categorizar con mayor precisión los resultados que presentaré más adelante. Por ende, es aquella que utilizaré llegado el momento.

7080 10090 110120 130140 150160 170180 190200 210220

Seleskovitch Gerver Monti y otros Setton y Dawrant

Velocidad (ppm) Ineficaz/Imposible

Difícil/Alta Exigente

Moderada/Media

Recomendada/Fácil/Lenta Controlada

Sin definir

(18)

En el caso específico de discursos escritos para ser leídos, Lederer recomienda directamente a los oradores que, en caso de disponer de diez minutos de tiempo de palabra, no superen cuatro páginas de 250 palabras cada una, es decir una velocidad de 100 ppm (Lederer, 2014), lo cual es un límite bastante bajo pero que debe obedecer a un amplio margen de seguridad que incluye la autora, consciente tal vez de que los oradores a quienes da la instrucción rebasarán tal límite.

La AIIC (1999), en todo caso, recomienda que una página de 40 renglones sea leída en tres minutos, lo que correspondería a una velocidad promedio de 130 ppm (Ruiz Rosendo & Galván, 2019) y a una dificultad moderada, según Setton (2016).

3.5 Mediciones reales

Entre los pocos estudios que han medido velocidades de discursos en situaciones reales, podemos señalar el análisis presentado por De Manuel Jerez (2003) del corpus Marius que constituyó la Universidad de Granada en febrero de 2001 para acercar a los estudiantes de interpretación a las condiciones verdaderas del ejercicio de la profesión, por medio de discursos reales recabados gracias a las tecnologías innovadoras de la época (captura digital de contenidos grabados de fuentes analógicas). Los discursos contenidos en dicho corpus tenían tres orígenes principales: una sesión plenaria completa del Parlamento Europeo de diciembre de 2000; un congreso sobre la pena de muerte de 2001 transmitido por Europe by Satellite; diferentes ruedas de prensa convocadas por representantes del Consejo, la Comisión y el Parlamento Europeo y transmitidas también por Europe by Satellite.

El estudio de los discursos de más de 45 segundos provenientes del Parlamento Europeo arrojó los resultados siguientes en función del idioma en que fueron pronunciados:

Observaciones principales Discursos en francés Discursos en español Proporción de discursos leídos Superior al 70 % Superior al 50 % Velocidad promedio de los discursos leídos 150,0582373 ppm 150,8839142 ppm Velocidad promedio de los discursos

espontáneos 149,8302008 ppm 149,7209096 ppm

Velocidad promedio de los discursos con una

duración inferior a 2’30’’ 169 ppm 159 ppm

Velocidad promedio de los discursos con una

duración superior a 4’ 146,5 ppm 141,6 ppm

Velocidad mínima registrada 106 ppm 104 ppm

Velocidad máxima registrada 221 ppm 200 ppm

Número de intervenciones dentro del rango

100-120 ppm 3 de 79 3 de 50

Tabla 1. Principales observaciones de De Manuel Jerez

(19)

Podemos observar que las velocidades promedio no varían de forma significativa según el idioma (francés o español) ni según el modo de intervención (leída o improvisada). Asimismo, la velocidad de la gran mayoría de los discursos recabados, no se encuentra comprendida en el rango definido por Seleskovitch (1965) como recomendado para la interpretación simultánea, lo que confirma la necesidad de que los alumnos se familiaricen y adquieran experiencia con discursos reales.

En los años siguientes, el corpus se siguió enriqueciendo con discursos de diversas fuentes adicionales y discursos en inglés. Cuando De Manuel Jerez procedió a una presentación actualizada en años recientes (2014), presentó algunos datos globales nuevos (aunque sin dar tantos detalles como en 2003), de los cuales vale la pena resaltar las velocidades promedio por lengua: 137 ppm para el francés, 136 ppm para el español y 124 ppm para el inglés.

Sin embargo, este corpus fue constituido con fines más pedagógicos que estadísticos y, por ende, presentan una fotografía valida en un momento dado de un ámbito preciso y que no podría prestarse para una generalización sobre la situación en vigor para las lenguas española o francesa en el Parlamento Europeo o en las otras instituciones europeas.

Existe, en cambio, otro estudio (Varela García, Ruiz Rosendo, & Barghout, 2019) basado en diferentes corpus constituidos precisamente con el fin de averiguar qué velocidades enfrentan los intérpretes que trabajan desde el inglés y el francés en dos organizaciones internacionales: la Organización Internacional del Trabajo y la Organización de las Naciones Unidas. El corpus de triple vertiente recaba 20 discursos del decimosexto periodo de sesiones del Consejo de Derechos Humanos en 2011; 42 discursos del vigésimo cuarto período de sesiones del grupo de trabajo del Examen Periódico Universal del Consejo de Derechos Humanos en 2016; y 45 discursos de la sesión plenaria de la Conferencia Internacional del Trabajo de 2013 y de 2016. Todos los discursos fueron escogidos de forma aleatoria e incluían no solo intervenciones de representantes de gobiernos, sino también de organizaciones no gubernamentales, en el caso del Consejo de Derechos Humanos; y de representantes de los trabajadores y de los de empleadores, en el caso de la Organización Internacional del Trabajo. Los resultados obtenidos abarcan el rango comprendido entre 103 ppm (velocidad mínima registrada) y 201 ppm (velocidad máxima registrada), mientras los promedios observados por organización, por año y por idioma fueron los siguientes:

(20)

Foro Año Idioma Promedio Consejo de Derechos

Humanos de las Naciones Unidas

2011 Inglés 149 ppm

2016 Inglés 162 ppm

Francés 160 ppm

Conferencia Internacional del Trabajo

2013 Inglés 141 ppm

Francés 142 ppm

2016 Inglés 127 ppm

Francés 135 ppm

Tabla 2. Principales observaciones de Varela García, Ruiz Rosendo y Barghout

Se observa principalmente que todos los valores son superiores o iguales a 127 ppm, valor que se encuentra fuera del rango previamente definido como óptimo para la interpretación y comprendido entre 100 y 120 ppm (Seleskovitch, 1965). Esta situación nos invita a reflexionar sobre lo que se puede hacer para adaptar la capacitación de los intérpretes y puedan hacer frente a esta situación evolutiva, incorporando, por ejemplo, estrategias que ya les han demostrado buenos resultados a los intérpretes con mayor experiencia.

No obstante, los resultados no permanecen constantes en el tiempo como lo demuestran los patrones de variación que de hecho difieren entre una organización y la otra: las velocidades medidas en el Consejo de Derechos Humanos aumentaron entre 2011 y 2016; mientras que aquellas medidas en la Organización Internacional del Trabajo disminuyeron entre 2013 y 2016. Por lo tanto, cualquier reflexión sobre las implicaciones de la velocidad en el trabajo del intérprete debe incorporar el carácter evolutivo de la situación.

3.6 La importancia de medir la velocidad

La escasez de estudios sobre las velocidades reales de los oradores de diferentes lenguas y foros no le resta importancia a su conocimiento ya que, si bien la velocidad es un factor que el intérprete no puede controlar, es un factor ante el cual el intérprete puede adoptar diferentes estrategias para facilitar su labor. Una de ellas, ya mencionada anteriormente, consiste en reducir el décalage y mantenerse lo más cerca posible al orador, lo cual ayuda a producir interpretaciones aceptables (Meuleman & Van Biesen, 2009). Se puede igualmente proceder a ciertas omisiones deliberadas que no traicionen el discurso original, tales como obviar términos, palabras o frases innecesarias para transmitir el mensaje del orador (Galli, 1990), así como obviar elementos del discurso original que al ser eliminados permiten que el mensaje del intérprete goce de mayor claridad (Pio, 2003).

Intentar cambiar la estructura del mensaje podría producir resultados satisfactorios en algunos casos de velocidad elevada, aunque suele ser una estrategia más apropiada para lidiar con un discurso complejo desde el punto de vista sintáctico (Meuleman & Van Biesen, 2009). Por otro lado,

(21)

no adoptar ninguna estrategia específica conduce casi siempre a resultados no aceptables (Meuleman & Van Biesen, 2009); por lo tanto, es necesario identificar cuanto antes si las condiciones en que el intérprete va a trabajar son críticas en términos de velocidad para poder adoptar una estrategia lo más pronto posible.

Sin embargo, antes de proceder a cualquier medición de velocidad, es necesario definir un protocolo reproductible y constituir un corpus de discursos sobre el cual se pueda aplicar dicho protocolo.

(22)

4 DISEÑO DEL ESTUDIO Y METODOLOGÍA

4.1 Definición del alcance del estudio

Con el fin de darles respuesta a las preguntas de investigación, se analizaron discursos pronunciados por delegaciones de estados miembro de lengua española en el marco del Debate General de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Elegí este foro por una razón fundamental: en él están representados todos los estados miembro que tienen el español como idioma oficial y todos gozan del mismo estatus. Cada delegación pronuncia además un único discurso al año desde el podio de este foro; de esta forma, este discurso puede considerarse como representativo del país en este foro en el año en que se pronunció.

Además, la importancia que los gobiernos le otorgan al Debate General hace que los discursos sean debidamente preparados y, por ende, consisten en un discurso escrito para ser leído; lo cual supone un cierto número de dificultades ya descritas en el apartado 3.3.

Con el ánimo de que el estudio considerara un máximo de variedades dialectales del español y no soslayara ninguna de ellas, se estudiaron los discursos pronunciados por la totalidad de las delegaciones provenientes de estados miembro que tienen el español como lengua oficial. De esta forma, este conjunto de discursos puede considerarse como representativo de la lengua española en este foro en el año en que se pronunció.

Se recabaron entonces los discursos pronunciados por las delegaciones de los 20 estados miembro siguientes:

Nombre oficial del estado miembro Forma corta del nombre Código ISO

República Argentina Argentina AR

Estado Plurinacional de Bolivia Bolivia BO

República de Chile Chile CL

República de Colombia Colombia CO

República de Costa Rica Costa Rica CR

República de Cuba Cuba CU

República del Ecuador Ecuador EC

República de El Salvador El Salvador SV

Reino de España España ES

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Nombre oficial del estado miembro Forma corta del nombre Código ISO

República de Guatemala Guatemala GT

República de Guinea Ecuatorial Guinea Ecuatorial GQ

República de Honduras Honduras HN

Estados Unidos Mexicanos México MX

República de Nicaragua Nicaragua NI

República de Panamá Panamá PA

República del Paraguay Paraguay PY

República del Perú Perú PE

República Dominicana República Dominicana DO

República Oriental del Uruguay Uruguay UY

República Bolivariana de Venezuela Venezuela VE

Tabla 3. Lista de estados miembro de las Naciones Unidas de habla española

En adelante, estos estados miembro serán referidos por la forma corta de su nombre oficial y en algunas de las tablas serán referidos por su código ISO de dos letras. Los discursos correspondientes serán referidos por el código ISO del estado miembro que representaba el orador, seguido del año en que fueron pronunciados.

Puesto que la primera pregunta de investigación versaba sobre la situación actual en la que se encuentran actualmente los intérpretes, se estudiaron los discursos del Debate General más reciente.

Con el ánimo de determinar si las velocidades observadas han sufrido alguna variación desde el inicio de la década, se estudiaron igualmente discursos de otros dos períodos de sesiones anteriores, intentando escoger:

• un Debate General lo más antiguo posible, del que se encontraran disponibles (en la página web de las Naciones Unidas) los videos de las intervenciones de cada uno de los veinte países ya mencionados;

• un Debate General situado en medio de los otros dos, preferiblemente separado por el mismo número de años del más antiguo y del más reciente estudiados.

Obedeciendo a estos criterios, se eligieron los Debates Generales celebrados en los años siguientes:

• 2011, correspondiente al 66º período de sesiones;

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• 2015, correspondiente al 70º período de sesiones;

• 2019, correspondiente al 74º período de sesiones.

De cada uno de estos tres años, se estudió el discurso pronunciado por cada una de las 20 delegaciones hispanohablantes. Por ende, el total de discursos estudiados fue de 60.

Asimismo, la diversidad de discursos elegidos aportó dos variables adicionales al estudio: la edad y el sexo del orador. Junto con las variables del país de la delegación y el año en que fue pronunciado el discurso, se intentó entonces observar si existe alguna relación entre uno de estos cuatro factores y la velocidad del orador.

4.2 Campo de aplicación y exclusiones

A la hora de definir el campo de aplicación del estudio sobre la velocidad, me pregunté si debía medir la velocidad del orador durante la totalidad de su intervención desde que encendía su micrófono hasta que lo apagaba o si debía obviar algunas partes.

Tras haber escuchado algunos discursos, mientras procedía a los primeros cotejos de la transcripción oficial, tuve la impresión (luego confirmada por medio de una medición) de que los saludos protocolarios al comienzo de cada discurso eran pronunciados a una velocidad notoriamente inferior a la del resto del discurso. Este fenómeno era aún más notorio cuando el orador pronunciaba el nombre del Presidente de la Asamblea General.

Uno de los objetivos de este estudio era saber a qué velocidades están expuestos los intérpretes.

Si se hubieran incluido los saludos (y su velocidad específica, menor que la del resto del discurso) en el estudio de la velocidad del orador durante su discurso, se habrían obtenido valores inferiores a aquellos que habríamos observado estudiando únicamente el cuerpo del discurso. Es, además, el cuerpo del discurso lo que más dificultades plantea al intérprete, contrariamente a los saludos protocolarios. Mientras un orador aúna esfuerzos para no olvidarse de nadie y pronunciar correctamente los nombres en caso de que decida incluirlos, el intérprete suele interpretar dichos saludos de una forma más mecánica, especialmente si ya ha interpretado a otros oradores durante el mismo período de sesiones de la Asamblea General que hayan procedido a saludos similares.

Tomando un discurso como ejemplo (MX-2011), la velocidad observada durante los saludos protocolarios fue de 66,0 ppm y durante el cuerpo de los discursos fue de 115,4 ppm (la forma en que fueron calculadas estas velocidades se explicará más adelante).

(25)

Por estas razones, decidí excluir los saludos protocolarios del presente estudio y concentrarme en el cuerpo del discurso de cada orador. Siguiendo esta lógica, decidí excluir también el agradecimiento final con que el orador suele terminar su intervención.

4.2.1 Caso general

De los 60 discursos que forman parte del corpus, 56 poseen una estructura similar:

• saludo al Presidente de la Asamblea y a los demás delegados presentes en la sala

• cuerpo del discurso

• agradecimiento al público por su atención

En estos casos, se excluyeron del estudio los saludos protocolarios y el agradecimiento final y se midió la velocidad del orador únicamente durante el cuerpo de su discurso.

En el caso específico de uno de los discursos (GQ-2019), el orador, tras haber saludado al Presidente de la Asamblea durante sus saludos protocolarios, inició el cuerpo de su discurso con un “Señor Presidente” sin dejar ninguna pausa con lo que seguía después. Por lo tanto, este vocativo inicial fue considerado como parte del cuerpo del discurso y no como un saludo y por ende figura en la transcripción cotejada y fue contabilizado para efectos de la medición de velocidad.

Las transcripciones cotejadas de estos discursos figuran en el Anexo 4 y reflejan esta elección: solo incluyen el cuerpo del discurso estudiado.

Cabe anotar que las gacetas oficiales recaban únicamente el cuerpo de cada discurso, procediendo también a las dos exclusiones (saludos iniciales y agradecimiento final) que yo mismo operé.

4.2.2 Casos particulares

4.2.2.1 Caso de un discurso sin agradecimiento final

Uno de los oradores (CU-2019) no concluyó su intervención con un agradecimiento al público por su atención.

En 2019, representante de Cuba concluyó su discurso con una cita del ex Presidente Fidel Castro que formaba parte de la argumentación incluida en el cuerpo de su discurso. La estructura del discurso fue entonces la siguiente:

• saludo al Presidente de la Asamblea y a los demás delegados presentes en la sala

• cuerpo del discurso

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En este caso, se excluyeron del estudio únicamente los saludos protocolarios emitidos al principio de la intervención y se midió la velocidad del orador durante el cuerpo de su discurso.

4.2.2.2 Caso de un discurso con cita al comienzo y al final

Uno de los discursos (GT-2019) contenía una cita al comienzo, antes de los saludos protocolarios, y esta fue retomada al final.

En 2019, el Presidente de Guatemala inició su intervención de la manera siguiente:

“Séneca dijo: ‘nadie ama a su patria porque sea grande, sino porque es suya’”

Seguidamente, procedió a los saludos protocolarios y pronunció el cuerpo de su discurso.

Minutos más tarde, el orador concluyó su intervención así:

“Finalizo con la cita que inicié, de Séneca: ‘Nadie ama a su patria porque sea grande, sino porque es suya’. Dios los bendiga. Muchas gracias.”

El orador siguió entonces la estructura siguiente:

• cita

• saludo al Presidente de la Asamblea y a los demás delegados presentes en la sala

• cuerpo del discurso

• cita retomada

• agradecimiento al público por su atención

Puesto que yo había decidido excluir los saludos protocolarios de cada uno de los discursos estudiados por las razones ya expuestas, incluir la cita inicial sin los saludos me habría obligado a definir un protocolo para:

• medir la velocidad del orador durante el fragmento inicial que contenía la cita,

• medir por separado la velocidad durante el cuerpo del discurso,

• explicar cómo obtener la velocidad global a partir de ambas mediciones.

Dicho procedimiento habría creado una excepción en mi estudio en donde la velocidad de todos los demás discursos fueron medidas sobre un cuerpo de discurso sin discontinuidades. Por consiguiente, decidí excluir dicho fragmento inicial junto con los saludos protocolarios.

(27)

El fragmento final donde el orador retoma su cita inicial hace una clara referencia al fragmento inicial que ya había decidido excluir de mi estudio. Por razones de lógica, preferí excluirlo también del cálculo de la velocidad.

En el caso de este discurso, se midió la velocidad del orador únicamente durante el cuerpo de su discurso.

Estas decisiones quedaron reflejadas en la transcripción de este discurso que figura en el Anexo 4:

para mayor claridad, transcribí la intervención del orador en su totalidad y los fragmentos excluidos del estudio fueron tachados para mostrar que no fueron incluidos ni en el conteo de palabras ni en el cálculo de la velocidad.

4.2.2.3 Caso de una carta leída en medio del discurso

En dos de los discursos (VE-2011 y NI-2015), el orador procedió a leer durante su intervención una carta del Presidente de la República de su país.

En 2011, el representante de Venezuela comenzó su intervención con los saludos protocolarios usuales, resumió el contexto en que su intervención se llevaba a cabo y declaró haber recibido una carta del Presidente de su país cuyo contenido resumió:

“Ya casi llegando al final de... el inicio de esta Asamblea General anual de Naciones Unidas, y habiendo escuchado y evaluado las posiciones sobre los distintos temas del mundo en que se debate nuestro planeta y la humanidad entera, la delegación de la República Bolivariana de Venezuela, República Bolivariana Suramericana, ha recibido, para hacer del conocimiento de los gobiernos y pueblos hermanos del mundo, una carta del Presidente de la República, Comandante Hugo Chávez, a esta Asamblea General, haciendo un conjunto de reflexiones muy necesarias y pertinentes para el debate democrático en nuestro mundo y, sobre todo, para el proceso creciente de empoderamiento de los pueblos del mundo y de transformación, de refundación necesarias de la Organización de Naciones Unidas, como sistema multilateral que la humanidad ha tenido en los últimos seis o siete décadas.”

Seguidamente, el representante anunció que la carta sería distribuida a las demás delegaciones, procedió a leerla hasta el final con la firma de su autor y finalmente el representante concluyó su intervención agradeciéndole al público y al Presidente de la Asamblea General su atención.

En 2015, el representante de Nicaragua comenzó también su intervención con los saludos protocolarios usuales, le presentó los mejores deseos de su país al Presidente de la Asamblea General y anunció que leería un mensaje de parte del Presidente de su país sin más preámbulos:

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“Señor Presidente, Mogens Lykketoft, reciba usted saludos del pueblo de Nicaragua, de nuestro Presidente, el Comandante Daniel Ortega Saavedra, augurándole éxitos en la responsabilidad que ha asumido. Hoy vengo a esta Asamblea General a presentar la posición de Nicaragua y de nuestro Presidente, el Comandante Daniel Ortega Saavedra.”

El representante dio lectura a la carta y concluyó con la firma de su autor y la fecha. Finalmente, el representante terminó su intervención agradeciéndole al público su atención.

La estructura de ambas intervenciones puede resumirse de la manera siguiente:

• saludo al Presidente de la Asamblea y a los demás delegados presentes en la sala por parte del representante del estado miembro

• anuncio de la carta que sería leída

• saludos del Presidente de la República

• cuerpo de la carta del Presidente de la República

• firma del Presidente de la República

• agradecimientos del representante

Durante dichas intervenciones, se observó lo siguiente:

• La intervención del representante de Venezuela en 2011 tuvo una duración total de 27 minutos y 23 segundos, de los cuales 24 minutos y 51 segundos corresponden a la lectura del cuerpo de la carta, lo que representa el 90,7% de la duración total;

• La intervención del representante de Nicaragua en 2015 tuvo una duración total de 15 minutos y 6 segundos, de los cuales 13 minutos y 56 segundos corresponden a la lectura del cuerpo de la carta, lo que representa el 92,3% de la duración total.

Puesto que el cuerpo de la carta del Presidente de la República representó en ambos casos más del 90% de la intervención del representante en términos de duración, se asemejó dicho fragmento al cuerpo del discurso y se midió la velocidad del orador únicamente durante este fragmento. Todos los demás fragmentos quedaron excluidos del estudio.

Estas decisiones quedaron reflejadas en la transcripción de este discurso que figura en el Anexo 4:

para mayor claridad, transcribí la intervención del orador en su totalidad y los fragmentos excluidos del estudio fueron tachados para mostrar que no fueron incluidos ni en el conteo de palabras ni en el cálculo de la velocidad.

(29)

4.3 Constitución del corpus

4.3.1 Descarga de los videos de las intervenciones

La casi totalidad de los videos de los discursos se encontraba disponible en línea en UN Web TV (ONU, 2020) en el momento en que decidí estudiar los Debates Generales celebrados en 2011, 2015 y 2019 y procedí a descargarlos (en el momento en que escribía esta tesina, los discursos de 2011 ya no estaban disponibles). Tres de los videos de los discursos (CO-2019, EC-2019, HN-2019) no estaban disponibles en dicha web; los dos primeros fueron localizados en las páginas oficiales de los gobiernos de los países en cuestión (Gobierno de Colombia, 2019; Gobierno del Ecuador, 2019) y el tercero fue localizado en su versión completa en el canal YouTube® de la cadena de televisión nacional (Televisión Nacional de Honduras, 2019) del país en cuestión ya que la página oficial del gobierno correspondiente contenía una versión incompleta. El video de uno de los discursos (ES-2011) se encontraba disponible únicamente con su interpretación hacia el inglés: fue necesario editarlo para remover la pista de audio que contenía la interpretación y conservar únicamente la pista de audio que contenía el discurso en su lengua original.

4.3.2 Descarga de las transcripciones oficiales de las intervenciones

La casi totalidad de las gacetas en lengua española de las sesiones de la Asamblea General en que fueron pronunciados los discursos estaban disponibles en la biblioteca digital de las Naciones Unidas (ONU, 2020). Dichas gacetas fueron descargadas con el fin de proceder a la extracción de las transcripciones oficiales de los discursos. Ante la falta de una de las gacetas (el archivo estaba disponible en línea, pero estaba corrupto), la transcripción del discurso estudiado contenido en ella (CU-2011) fue descargada de la página internet de un diario local (Granma, 2011).

4.3.3 Cotejo de las transcripciones

Las transcripciones fueron cotejadas con los videos de los discursos y editadas para que reflejaran los discursos realmente pronunciados por cada orador.

Durante dicho cotejo se transcribieron incluso titubeos por parte del orador de la forma más fiel posible. Algunos de los errores de pronunciación más vistosos de algunas palabras fueron incluso transcritos con el fin de darle más fidelidad a la transcripción; sin embargo, éstos no incidieron con el conteo de palabras que se efectuó posteriormente.

Adicionalmente, las cifras fueron convertidas en palabras (e.g. “5577” se convirtió en “cinco mil quinientos setenta y siete”; “10,5%” se convirtió en “diez coma cinco por ciento”; etc.), las abreviaturas que combinan iniciales y cifras fueron separadas en letras y palabras (e.g. “G20” se convirtió en “G veinte”), las siglas fueron convertidas en letras contabilizadas por separado (e.g.

(30)

“VIH” se convirtió en “V. I. H.”) y los acrónimos se conservaron como una sola palabra (e.g.

“UNASUR”).

Las transcripciones así obtenidas figuran en el Anexo 4.

4.3.4 Generación de archivos de audio

A partir de los videos, se generaron archivos brutos de audio en formato WAV. A continuación, dichos archivos de audio fueron editados con el programa Audacity® para extraer únicamente la parte del discurso que sería analizada (según las disposiciones del apartado 4.2). Se procedió al corte inicial sin dejar ningún silencio antes y al corte final sin dejar ningún silencio después, utilizando para ello la curva de sonido generada por el programa de edición de audio.

Cada uno de los archivos así obtenidos inicia entonces en el momento justo en que el orador comienza a pronunciar la primera palabra del cuerpo de su discurso y termina en el momento justo en que el orador termina de pronunciar la última palabra del mismo.

De esta forma, se obtuvieron 60 archivos de audio diferentes, cada uno con uno de los discursos estudiados.

4.3.5 Medición de la velocidad de los oradores 4.3.5.1 Elección de una unidad

En la literatura consultada se mencionan dos unidades diferentes para cuantificar la velocidad de un orador. Cada una requiere de conteos diferentes para proceder luego al cálculo de la velocidad.

Unidad Requisitos para calcular la velocidad

Sílabas por segundo Conteo de las sílabas pronunciadas por el orador Medición de la duración del discurso en segundos Palabras por minuto Conteo de las palabras pronunciadas por el orador

Medición de la duración del discurso en minutos Tabla 4. Unidades para medir la velocidad y requisitos correspondientes

La primera unidad (sílabas por segundo) fue empleada únicamente en dos de los estudios que consulté (Pellegrino, Coupé, & Marsico, 2011; Díaz-Galaz & López Portuguez, 2016). En cambio, la segunda (palabras por minuto) goza de mayor uso: todos los demás autores que consulté la utilizan, no solo en los estudios sobre las implicaciones de la velocidad en el desempeño del intérprete sino también en los estudios que incluyen mediciones de velocidad de discursos reales pronunciados en las Organizaciones Internacionales (De Manuel Jerez, 2003; De Manuel Jerez, 2014; Varela García,

(31)

Ruiz Rosendo, & Barghout, 2019). Por ende, decidí utilizar dicha unidad en mi estudio, lo que, además, facilita las comparaciones.

Por otro lado, me pareció pertinente utilizar dicha unidad ya que, contrariamente a un intérprete que intenta reducir su propio número de sílabas para ahorrar recursos cognitivos y evitar acumular demasiado décalage, un orador escoge palabras (sin importar su número de sílabas) para darle forma a sus ideas.

Finalmente, desde un punto de vista práctico, considerando los recursos materiales disponibles, el conteo de palabras se podía realizar de forma automatizada y veloz, una vez establecida la transcripción de cada discurso en formato compatible con Microsoft Word®, contrariamente a un conteo de sílabas manual, reduciendo además la probabilidad de incurrir en errores.

4.3.5.2 Conteo de las palabras contenidas en cada discurso

Una vez finalizado el cotejo de la transcripción con el discurso grabado, se guardó el texto en un archivo de Microsoft Word® y se procedió al conteo de todas las palabras que formaban parte del cuerpo del discurso, utilizando la función automática correspondiente del programa de tratamiento de texto.

Procedí al conteo, aplicando una regla básica general: cada una de las palabras que transcribí durante el cotejo contó como una palabra.

Para mayor claridad, cabe sin embargo resaltar los casos particulares siguientes.

En el caso de las números, porcentajes, acrónimos, siglas y abreviaciones compuestas de letras y números, procedí a contar cada palabra pronunciada, de acuerdo con las mismas reglas ya descritas y aplicadas durante el cotejo, resumidas en los siguientes ejemplos:

• “5577” había sido convertido en “cinco mil quinientos setenta y siete” durante el cotejo y por ende contó como seis palabras;

• “10,5%” había sido convertido en “diez coma cinco por ciento” o “diez punto cinco por ciento”, según como lo hubiera enunciado el orador, y contó como cinco palabras;

• “G20” había sido convertido en “G veinte” y contó como dos palabras;

• “VIH” había sido convertido en “V. I. H.” y contó como tres palabras;

• “UNASUR” había sido conservado como tal y contó como una sola palabra.

Todas las palabras completas o incompletas que un orador pudo pronunciar, al titubear o tener un falso comienzo, fueron contabilizadas ya que consideré que forman parte del contenido que el intérprete recibió, aunque luego él haya decidido, el caso dado, omitir parte de ello:

(32)

• “Lo hacemos convencidos de que el multilá... multratil... multila... multilatre...

multilateralismo” contó como once palabras;

• “que se cumpla esta reco... esta resolución” contó como siete palabras.

Si el orador procedió a una repetición, independientemente de si es voluntaria o involuntaria, todas las palabras pronunciadas fueron contabilizadas, aunque luego el intérprete haya decidido, el caso dado, omitirla:

• “No nos pone... no nos pone contentos” contó como siete palabras.

Los nombres y apellidos compuestos, construidos uniendo dos elementos unidos con un guion, y que se refieren a una misma entidad o persona, contaron como una sola palabra. Por ejemplo,

“Muhammad-Bande” contó como una sola palabra, al igual que “Ki-moon”, “Al-Nasser” y “Al-Assad”, entre otros.

Los nombres compuestos de conglomerados de empresas, tratados, leyes o adjetivos, construidos uniendo con un guion dos elementos distintos que se pueden emplear por separado, contaron como dos palabras. Por ejemplo, “Chevron-Texaco” contó como dos palabras, al igual que “Torrijos- Carter”, “Helms-Burton”, “Norte-Sur”, “árabe-israelí” y “militar-financiera”, entre otros, puesto que

“Chevron”, “Texaco”, “Torrijos”, “Carter”, “Helms”, “Burton”, “Norte”, “Sur”, “árabe”, “israelí”, “militar”

y “financiera” se pueden emplear de forma independiente.

4.3.5.3 Determinación de la duración de cada discurso

Por la forma como fueron obtenidos los archivos de audio, su duración total corresponde a la duración del cuerpo del discurso. El programa de edición de sonido Audacity® permitió evaluarla con una precisión de una décima de segundo.

Sin embargo, la duración así obtenida incluía diferentes silencios del orador durante su discurso:

• Silencios debidos a pausas breves entre dos ideas de su discurso o incluso en medio de una de sus ideas;

• Silencios debidos a razones fisiológicas que obligan al orador a detenerse durante algunos segundos, tales como un acceso de tos o la necesidad de beber agua;

• Silencios tras haber provocado una reacción del público (por lo general aplausos, aunque también hubo un caso de risas) que obligaron al orador a esperar algunos instantes antes de retomar su discurso;

• Un largo silencio, excepcional, como el caso de un orador que en medio de su intervención procedió a tomar una foto de sí mismo con su teléfono móvil.

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