PKRIOWnO m INTERESES MORALES Y MATERIALES.
REDACTADO POR
CD. ^wux-à ^ nXctiûb, (D. '^Me^z ij, (D. J3eoncw) 5. ^aií!e^o.
SE PUBLICA DOS VECES AL MES, Y A CADA NUMERO
ACOMPAÑAN
16 PAGINAS EN 4.°DE OBRAS DE LA CIENCIA.
PRECIOS DESÜSCftiCION.
AlPERiÓDtco CON LASODRAS. Eo Madrid, por ün mes,
3 rs., por.1resid. 6. En provincias,portres
id. dO. Ul¬
tramary.cstrangero, por un afio,
oü.
A SOLO EL PERIÓDICO. EnMadrid, por iin mes, 2
reales,
portres id. 5 En provinciasportres
id., 7. Ultramar
y estrangero, por un afio, 36.Cada 8 paginas de las obras
pablicadas
caestaná los
nuevos suScriloresmedio real.
PUNTOS DE SUSCUIGÍON.
Eii Madrid: En la Redacción, calle del Desengaño, nü-
inero 18, cuartotercero; en la librería de Cuesta ó en la dé Br.iUy-Bailüére, y enla litografia de Mejía , calle de Atoaba, num. 63.=Ea provinciasen casa de 7oscorres¬
ponsales enlospuntosen que los bay, ó girando letra sobre coiTCOs á favor del Administrador,en cartafranca.
i
NUEVASADHESIONES A LA INVITACION DE LOSNU-
meris23 y25 de el eco.
Don Antonio Seco, profesor veterinarioy
mariscal.
José Vriav.qnez, profesor veterinario.
Jaimeliargailó, id. ' Tomás dé Can Cubero, id.
Sisto Gandía, id. desegunda clasé.
José Lozanoy García, profesor veterinario.
Mariano Sebastian yComenge, id.
RafaelGarrido, id.
ClementeZamora, id.
MarianoAramliuro, id. desegunda clase.
Joaquin Riu, id.
PascualPiadas, idemysubdelegado.
Francisco Vizuete, profesor albéitar.
Domingo LopezyLopez, profesor veterinario.
: Lorenzo del Campo,id.ysubdelegado.
Benito Varela, profesor albéitar.
ManuelVarela, id.
José Martinez Melero,profesor,veterinarioy subde¬
legado.
GabrielSerrano, profesor veterinario.
' Mateode laVilla, id.ysubdelegado.
Manuel S. Roman, profesor Veterinario.
José Perezy Mangada, id.
Nicolás Muftoz,profesor albéitar.
FranciscoLopez,id.
CándidoLopez, id.
JoséMontero,id.
Lino Arroyo, id.
Eleuterio Perez,id.
Baltasar de Grado, id.
PedroMolina, profesorveterinario y
subdelegado.
Ildefonso Molina, profesor veterinario.
SimeonMozola ySanis id.
Andrés"Perez Castañon,id.
Roman Rubio y Caestá, id.
, MarianoRubio yCuesta, id.
LucasCostalago, id.
José MaríaHidalgo, id. ymariscal.
LuisAlvarez, profesor albéitar.
Rafael Martinez, id.
Pablo Labartá,profeáorveterinario de segunda clasé.
SECCIOJí
OPvGÁIÍICA.
indicaciones sobre el tema propuesto en el numero49
dé El Eco, que dice :
¿Pueden los veterinarios
porsí mismos
me¬jorar
susituación
yatender al engrande¬
cimiento de su ciencia? ¿
Qué medidas
se¬rán mas conducentes al
efecto?
{Conclusion.)
Una delas
primeras medidas
que, segúnllevo
dicho , sedeberia tomar,
previo asentimiento de la
autoridadcompetente
si necesario fuese
, eslà ins¬
talación de la Junta general y de
las
provinciales.Tanluego como
estuviera constituida aquella, di¬
rigiria
unainvitación á todas las subdeiegaciones
de
provincias,
paraque, enunion de todos los
pro¬fesores residentes en las mismas poblaciones, dis¬
cutieran y
propusieran lo
quecreyesenmasoportunoacercade los medios porlos cuales
pudiera
la cien¬cia y
ios
quela ejercen mejorar
susituación
: a1 propio tiempo,
seencargarla manifestasen
su pare¬cer sobre si serialitil á la clase separar
del ejercicio
deia ciencia el artede herrar, siempre que esta medida fuesegeneral.
Reunidos
estosinformes
,la
Junta general, en su
vista, determinada cuanto
creyeraútily que
debia
ponerse enejecución,
para queJosveterinarios pudiesen alcanzar el fin
pro¬puesto; y
áTm de
que esteresultado
sellevase á
cumplido efecto, todaslas subdelegaciones deberían
tener unarelación de los nombres y residencia de todoslos facultativos establecidos en su provincia, por
distritos, quedando además obligadas á comuni¬
cará la Junta general los
nombres de los
que se se¬parasen de
aquellas disposiciones,
para queesta lo pusiera
enconocimiento de los demás profesores
yaun delgobierno mismo, con
objeto de privarles,
en castigo de su
retraimiento, de poder obtener
ninguno de losbeneficios
que enel
nuevoarreglo
se conceden. Asimismo, y para que
todas
estas y otrasdisposiciones que,siendo esenciales al logro
delplanque se
estableciera, tuviesen el carácter de
legales, seria
necesario implorar del g<)bierno
su aprobación, y queconcediese además cuanto la
Junta creyese útilen
beneficio de todos.
Este esel medio queme parece
podria llevarse á
cabo para conseguir
algun resultado favorable. Sin
qmbargo, noniego
poresto,
quepodrá haber otros
muchomejoresy mas
factibles,
en cuyo casotendré
una satisfacción en que
salgan á luz
y seadopte el
masacertado. Conozcomiinsuficiencia, y por con¬
siguiente, no
estraño
tampoco noalcance
porahora
otro mejor; y
digo
, porahora
, porqueha sido
pen¬sado yescrito, con
el solo fin de
quetodos los
com¬profesoresme
imiten, si lo
creenoportuno, haciendo
lo mismo queyo , pues me parece,
repito
, que poreste mediopodremosllegar
á alcanzar
unresultado
favorable y en
bien de todos. Suplico
, pues, que se mire solamente mi buen deseo al publicar este es¬crito.
Bajo este supuesto, y como
las disposiciones
mas conducentesá la realización de nuestro peusamieiito serian aquellasque emanasende la Junta general,
omito estenderme massobre estepunto , y pasaré á
hacerme cargo de los
perjuicios
que,de
estarunido
al ejercicio de la
ciencia, ocasiona el arte de herrar
á los que la
profesan
, yla utilidad
que enbeneficio
de ella
reportarla
suseparación.
Suponiendo
que este arte, comotodos sabemos,
loejercen tanto
los-que han estudiado la faculsad
veterinaria, como los que no,
así
como aquellosque ,
careciendo de todo estudio preliminar, lo ha¬
cende uñ modo-rutinario; puede preguntarse: ¿Son
precisos los conocimientos científicos
para que seadesempeñado
cornocorresponde? En
casoafirmati¬
vo, que no lo
ejerzan
masquelos
que reúnan estascircunstancias: si por el
contrario
nolo
son, quese elimine de la
profesión Veterinaria
y sedeclare
arteliceral.
Pero-prescindiendo de
estedilema,
y suponiendo que senecesita de conocimienlos cientí¬
ficos yprácticos á
la
vez,sin
cuyorequisito
no puededesempeñarse
comodebe
¿ nopodria consi¬
derárselecomo una parteanexa
á
laVeterinaria,
y ppiraque fuese uniformementeejecutada, separarle
del
ejercicio de ella? ¿No seria este
unmedio de
que¬iesveterinarios procurasen
el encumbramiento dé
la ciencia por su mayor
aplicación al estudió?
¿Hay
alguno queponga en
duda
quelos hombres
que se:dedican à
trabajos intelectuales,
seimposibilitan
páralos corporalesy
vlce-versa? Si el
artode her¬
rar masbien mecánico que
cientijico
;si los
quesededicaná él nopueden atender como es
debido
ql estudio yadelanto de la Veterinaria¿por
qué
noseseparanlosconocimientos científicos qué se re¬
quieren, parapoderobligar
á
losquequieran ejer¬cerle á tener una exacta idea de ellos, con los
cuales y
unidos á los prácticos, saldrían
unos es- celentes herradores? ¿No se evitarian deestemodolasmuchas enfermedadesquese
observa
enlos ani¬
males y que son
consiguientes al mal método de
herrar? Si en elejércitose
enseña este
artepor se¬parado
,y deunmodo
que sele puede llamar teó
-rico-práctico ¿ no
podría hacerse lo mismo
enlo ci¬
vil? Siantes deserexaminado ó entregado un
título
de herrador, se exigiese la
presentación de
un cer¬tificado de un profesoren elarte, en
el
quemarcase haber hecho tantos añosde práctica(
los quela ley señale), legalizado
porel
curapárroco ó alcalde
constitucional del pueblo donde la
hiciera
,junto
con los demás documentos necesarios al efecto y
prévio exámcn, tanto teórico
comopráctico
¿nose conseguiria quefuese mejor desempeñado, produ¬
ciendo un beneficio
general
?Prescindiendo de los
que esto
reportaria
para quela Veterinaria fuese
mejor
atendida
¿no seconseguiria también
quelos
profesores fuesenmas
apreciados
yremunerados
en el ejercicio de ella?¿No
severían
eneste
casolibres
detener que
competir
conaquellos
, que no cono¬ciendoel mérito de la ciencia nidel artede herrar,
procuran sepostergue
aquella
y seaabandonado este?
No poresto seha de suponer que
pretendo
sea se¬parado del
estudio
dela Veterinaria
; puesademás
deseresencialparaconocer
los defectos de los
cas¬cosy ¡nodo
de perfeccionarlos, hace parte muchas
veces de un cierto número de
operaciones,
enlas
que
llena indicaciones esenciales á la curación y
buen éxito de ciertas enfermedades, con otras que
no es del caso enumerar.
Sien el estudio de la medicina humana se
obli¬
ga á aprender á sangrar,
aplicar sanguijuelas,
ve-gigatorios, etc., etc. ¿por
qué los'médicos
ymédi¬
cos-cirujanos, no
ejercitan
estasoperaciones mecá¬
nicas en su práctica, apesar
de
serpeculiares á la
ciencia? Porqueya
tienen
otraciase
quesehalla
destinada ai
desempeño
de estas partes, como son loscirujanosministrantes. Y pregunto
yoahora
¿no puede hacerselo mismo
enVeterinaria
conel arte
deherrar,
constituyendo
unaclase separada? Yo
creoque sí.
Si
encircunsiancias escepcionales tu¬
viera necesidadalgun
facultativo de ejercerlo, tanto
porhacerparte
de
unaoperación quirúrgica,
comopor
satisfacer
ycorresponder á alguna voluntad
par¬ticular,no dudo seria en estoscasos
mejor atendido
y
remunerado. Suponiendo
que conlo dicho he
probado suficientemente la necesidad de esta medi¬
da,
pasaré á mániléstar cómo
seconsidera el arte
de herrar en
España.
Tres clasessonlas que se
dedican á
suejercicio:
siendo estas, ios
profesores veterinarios
jalbéitares
engeneral, los meros
herradores
ylos herreros her-
raclores.,
{i) El modo
comocada
unale ejerce varía
esencialmente entresí. Los primeros,
considerán-
d.ilecomounaparte
de la ciencia, dicen,
que nose
puededesempeñar
comocorresponde sin el auxilio
de los conocimientos científicos; mientras que
las
dos clasesrestantes,como no
los
poseen, creenlo
contrario,juzgando que estos ya se
adquieren prac¬
ticándole. No mepropongo
ahora defender á unos
ni á otros; pero si
diré,
quehasta la presente, las
eyes
han concedido
yconceden
quepueda ejercér¬
sele con soloiosconocimientos
prácticos,
puesde
locontrario lo hubieran
prohibido,
ysolo lo des¬
empeñarían los primeros-citados profesores. Luego
es
preciso convenir
en quelas leyes están en favor
(í) No
incluyo lòS herradores de bueyes, por no ser
esencial.
de estos últimos. El modomas acertado de poder conciliarestas dosopiniones
encontradas ¿nó seria
la instalación de unaclase
separada
yúnica, titulada
herradores
leórico-prdcticos? Cuáles
sonlos resulta¬
dos que de la diferencia de
consideración
seobser¬
va? El que los unos no
pueden,
aunquequisieran,
darle el mérito y valorque
liene,
porquelos
otros le desprecianyabandonan; el
que en unoshace
parteesencial
enel ejercicio de
suprofesión, mien¬
trasque en los otros es como
accesorio de
otro ar¬teú oficio que nada tienen
de propio ó de relación
entre sí. Yfinalmente, ei deser el blanco, aun en¬
tre los deuna misma clase, á donde van á parar- tantasintrigas como se ponen enjuego, para
poder
llamar la atención y atraer
parroquianos,
ya sea re¬bajando
el precio delasherraduras,
yaofreciendo
la curacióngratis, ó ya
abonando
unacantidad de¬
terminada porvia de
gratificación á los dependien¬
tes, criados y auná los mismos
dueños de los ani¬
males.
Me habla propuesto ponerde
manifiesto el
mo¬do como generalmente este arte es
desempeñado,
descubriendo y
publicando
losdiferentes medios
que se
emplean, así
comoel abandono
en que sele
ve enel dia,según acabo de
indicar;
perodeseando
evitar alusiones personales queningún
favor ni be¬
neficio acarrearían á la clase en general, me
limito
solo à manifestar que
debemos
ponerde nuestra
parte cuanto sea necesario para quedesaparezca
esteestadotan poco satisfactorio, y se
busque
un medio por el cual seconsiga separará la ciencia de
estenegro caos, y
losajue
la ejercen se veanlibres
del estadoen que seencuentranporestacausa.
Acu¬
damos al Gobierno, si necesario es, y
hagámosle
presente losmales,que
nos afligen, para que ponga■prontoy seguro
remedio
enbien de todos. Lo único
que serequierepara llevar á
cabo
estepensamien¬
to, es que nosunamostodos con
voluntad firme
y decidida y hagamos todos los esfuerzosposibles
pa¬raconseguirlo. No aguardemos áque
lo hagan
pornosotros los que no les interesa,ni pensemos que
.otrosyalo
harán; sino
quecada
unocontribuya de
su parte cuanto
pueda
ysepa, segurosde
queel
re¬sultado tendrá que sersatisfactorio.
No importa
que haya algunos que,apáticos,
porquenolo necesiten
ó porque lesconvenga
emprender este camino
porfinesparticulares, no
sigan
nuestroejemplo;
suya será laculpa si
despues, tanto suscomprofesores
eomoelGobierno, les niegan entrar enel goce
de
las mejoras moralesy
materiales
quepornuestros
trabajosy aplicación podamosobtener. Aproveche¬
mos la ocasión que, según se cree, pronto se nos
va á presentar
propicia
parael logro
deestefin. De¬
mos unaprueba de que como
hombres científicos,
somosmerecedores de cuantas atenciones es digna
la facultad querepresentamos, y que nos
hallamos
dispuestos á corresponderydesempeñar fiel
yle¬
galmente cuantos destinosse nosconfieranenbene¬
ficiode la sociedad y de
la ciencia. Procuremos
despertar ylevantarnos de esteprofundo letargoen■que generalmenteyacemos, y procuremos
también
senos
coloque
ante lasociedad á la alturaque nos corresponde como hombres de capacidad.En fin,
aboguemos, salifendo á la defensade nuestros pro¬pios intereses.
Si por este
ó
porcualquier
otromedio
mas á propósito,pudiéranios conseguir
tanlaudable fin
¿nó noscabriala satisfacciónde
poder decir
queha¬
bíamos dado unpaso muy
grande
paraquela cien-
.ciaseamejor consideradayrespetada,y que
lapos-
.teridad lorecordase á nuestros sucesores como un
-ejemplo de laboriosa
y digna tendenciahácia
su en¬grandecimiento? Pues bien, yo no dudoque, siendo
estos los deseos de la
mayoría
de mis comprofeso¬res, nos decidiremos todos á defendertan noblecau-
«a, yprocuraremos que sean cumplidascuantasdis¬
posiciones existan en beneficio de la facultad, im¬
plorando á la vezlas que sean útiles y necesarias á
este fin. No esperemosá una
época
en que no ten¬gamos yalugar de defenderla,niesperanzas de po¬
dertriunfar;porqueentonces, además delosremor¬
dimientos que nosacompañarían,nosecharíamosen vano, la culpa los unos á los otros, como sucede siemproqueuna empresa cualquieratiene mal éxi¬
to, en cuyo casonadiequiereser el causante.Final¬
mentecualquieraque sea el resultado de esta, pro¬
posición,
no esmi ánimo deje de llevarse á cabo el pensamientoque manifestaronlosSres. Redactores de El Eco de la Veterinariaenel número 19, enel queofrecieron un premio á la mejor memoria quese presentesobre este mismo tema, á no ser que fueseestaunavoluntad general; supuestoque yo no
hagoeneste esciito mas que esponer mi parecer
acerca de la oportunidad de que se dilucide este punto cuanto antes, porcreerlo asi necesario,según las circunstanciasenque seencuentrala terminación
y proximidaden ser
publicado
elnuevoarreglo ge¬neral de cienciasmédicas, indicando tambiénloque por el momento, rae ha parecido mas conducente
á que podamosestardispuestosy convenidos en lo
que deberá hacerse, segúnlas circunslancias.
José Revascall.
Deseando siempreservir y complacer á nuestros suscritores,insertamos á continuaciónelReglamen¬
to vigente de sanidad, cuya publicación se nos ha
pedido
repetidas veces y que pornuestrapartecree¬mos muy
útil.
REGLAMENTO PARA LASSÜBDELEGACIONES DE SA-
iiidadinteriordel reino,aprobado porS. M.en 24de jüeio de 1848.
Capituloprimero.
Delobjeto do lassubdelegaciones, número, cualidadesy nombramiento de lossubdelegados de Sanidad.
Artículoprimero. Para vigilar y reclamar el cumpli¬
miento(lelas leves, ordenanza,.;, decretos, reglamentos,
)
instrucciones, óraeiies superioresrelativas á todos losra¬
mosdeSanidad, en quetambién está comprendido elejer¬
cicio de las profesiones médicas, el de la farmacia, eiJe la veterinaria, laelavoracion, introduecion, venta yaplica¬
ciónde lassustanciasquepueden usarse comomedicinas,
dsonconsideradascomo venenos,seestablecerán en las provincias delegados especiales del Gobierno, que setitu¬
laránsubdelegados.
Art. 2.° En cadauno de los pártidos judiciales, aup deaquellas poblaciones euque hayamas de uno, habrá
tressubdelegados de Sanidad, de los cuales unoserápro¬
fesor liemedicina, óde cirujía,otro de farmacia yelter¬
cerode veterinaria.
Art. 3.° Losjefes políticos nombrarán ensu.s respec¬
tivasprovincias los subdelegados de Sanidad de los parti¬
dos,oyendo préviamenteel parecerde las juntan provin¬
ciales de Sanidad, y los eligirán siendo posible, do los profesoresquetengansu residencia habitual dentro del partidoen quehpyan de ejercer elcargo.
Art.4. ° Para estosnombramientos observarán los,je¬
fes políticosla escala siguiente;
En Medicina óCirujía.
I.® Los quehubiesendesempeñado elcargode sub- delegwlosconcelo é inteligencia.
2.° Los académicosnumerarios de las academias de Medicina.
3.° Los doctores enambas facultades de medicina y cirujia óen unadeellascontitulo de las actualesfaculta¬
des médicas, de lasuniversidades, de los colegios deme¬
dicina ycirujía, ó de cirujía solamente.
4. ° Losacadémicoscorresponsales de las academias
de medicina.
5.° Los licenciadosen ambas facultadesóen una de ellas, con Instituios que secitan enel párrafotercero, y losmédicoscon mas de veinte años depráctica.
6. ° Loslicenciadosen medicinano comprendidosen lospárrafosanteriores.
7.° Losmédicos norecibidosenlasacademias.
8. ® Los cirujanos de segunda clase.
9. ° Loscirnjau £detercera clase.
, , : £n Farmacia.
1.° Losfarmacéuticosquehayan servido concelo é inteligencia el cargode subdelegados.
. 2.® Los doctores.
. 3. ° Loslicenciados.
4. ° Los que notengan estegrado.
En VeteHncCria.
1.® Los quehubiesen servido con celo é inteligencia
el cargode subdelegados.
2.® Los veterinariosdeprimera clase.
.5.o Los desegunda si fuesen idóneosparael carjto
á
juiciodelos jefes políticos, prévio el dictamende lasjun¬tasprovinciales de Sanidad.
Art. 5.® Guandoen un partido no hubiera profesor
de las clasescontenidas en el artículo anterior, que pue¬
dadesempeñarel cargode subdelegado de Sanidadenal¬
gunaó entodas las facultades, dispondrá el Jefe político
quelo verifiqueel del partido mas inmediato pertenecien¬
teá la provincia, formandoental caso undistrito de dos
ómaspartidos.
Art.6. ® Sialgun subdelegado de Sanidad estuviere imposibilitado temporalmente para el desempeño de su cargo,losjefes políticos nombrarán otro de la misma fa¬
cultad queinterinamente le sustituya, coniguales obliga¬
ciones yderechosqneel propietario. Paraestos nombra¬
mientos interinosse observarán las mismas reglas que
quedan prescritas para los propietarios. Mientras el Jefe político hace el nombramiento de subdelegado de Sanidad, propietariu ó interino, seencargará del desempeño de la subilolegacionvacanteelmasantiguo de los otros subde¬
legados.
Capitülo11.
T)e lasobligaciones generalesy especiales de los subdele¬
gados deSanidad.
Art. 7. ® Lasobligaciones generáles de los subdele¬
gados serán:
1." Velar incesantemente por el cumplimiento de lo dispuestoenlasleyes, ordenanzas, reglamentos, decretos
ó reabsórdenesvigentes sobre sanidad, esi)ecialmeute so¬
bre lasquepertenecen al ejercicio de las profesiones mé¬
dicas, yá la elaboración óventade lassustancias medica¬
mentosas ó venenosas, enlos términos ypor los medios señalados en las mismasdisposicioneslegislativas ó gu¬
bernativas, ó del modoque para casosdeterminadospres¬
cribiere elGobierno.
2.' Cuidar de queningunapersona ejerza el lodo ó partedela cienciadecurarsin el correspondiente título,
y dequelos profesoresselimiten al ejercicio de las facul¬
tades y algoce de los derechosque les conceda el que hubiesen o.otenido, escepto solamenteen casosde grave, urgente yabsolutanecesidad.
3." Vigilar la exactaobservancia de lo prevenido en lasleyes, ordenanzasydemás disposiciones vigentesacer¬
ca de
Ips condicionés
con queúnicamente pueden serin¬
troducidas, elaboradas,puestas enventa ó suministradas las sustancias ó cuerposmedicamentososóveneoosos.
4. Presentarálosjefes políticosy á los alcaldescuan¬
tasreclamaciones creyerennecesariasporlas faltas ócon¬
travenciones quenotaren,tantoenel cumplimiento delas leyes ó disposiciones gubernativasreferentesal ejercicio
délas profesiones médicasydemásránios de sanidad, co¬
mo enlaobservanciade loa principios generales de higie¬
nepública.
5" Examinar lostítulos delosprofesores de la ciencia
decurarque ejercieren ódesearen ejercei suprofesión eh el distrito de la respectiva subdclegacion, y horadar los sellosyfirmas de losquefallezcan dentro de él, dcvulvién
dolos despues ásus familias, si losreclamaren.
6.a Formarlistas generalesy nominales de los profe¬
sores quetengan suresidencia habitualenel mismo distri¬
to,connotas á continuación delos queejerzan en él sin
teneraquella residencia,délos fallecidos yde losqueha
yari trasladadosu domicilioá otrodistrito; remitiendo di¬
chas listas enlosmeses de Enero yJulio de cada aftoálos jefes políticos los subdelegados de la Capital directamente,
y los de fuera deella por medio de los alcaldes, como
presidentes de la juntadepartido.
7.» Llevar losregistros quesean necesliriospara for¬
maroportunamentey con é.xactitudlas listas y notas de
quetratael párrafo anterior.
8." Desempeñar las Comisiones ó encargos particula¬
resqueles confien los jefes políticosó los alcaldes, y eva¬
cuar los informesque les pidan sobrealguno de lospun¬
tos indicadosenesteartículo.
Art. 8. ® Cada subdelegado de Sanidad tendrá espe¬
cial cuidado de cumplir lo que enparticularpertenezcaá
su piofesion respectiva con referenciaá las obligaciones generales cspresadas enel articulo anterior, ó á las que seimpusierenen
adelante,^impetrando
encasó necesarioel auxilio de la autoridadcompetente.
Art,9,® Corresponderáporlo mismo á los subdele¬
gados perlenerientes áMedicinalainspeccióny vigilancia
sóbrelos médico-cirujanos, médicos, cirujanos oculistas, dentistas, comadrones, parterasycuanto.<ejerzan el todo
ó partede la medicinaó ile lacirujía, paralos efectosque
se mencionanenel artículo 7, °
Art. 10, Losreferidossubdelegados pertenecientes á
medicinaestarán ademásobligados:
1.® Adar partecircunstanciadoporel conducto que
seindicaenlaobligación 6,',articulo 7, ® delas enferme¬
dadesepidémicas que apareciesenensusrespectivos dis¬
tritos,pudiendo pedir á los demás profesores de cualquie¬
raclaseo categoria queejerzansu facultad enlas pobla¬ ciones dondereinelaepidemia losdalosquenecesitenpa¬
ra cumplirexactamente tanimportanteencargo.
2,® A examinar cuidadosamenteel estado en que se
encuentra en surespectivo distrito la propagación de la
vacuna, procurandofnmentarlay dando cuenta cadaaño del estado de sus investigaciones, con las observaciones queconsideren convenientes.
Art. 11. A los subdelegados pertenecientesá farmacia corresponderá especialmente la inspección y vigilancia
parael cumplimiento de todo lo prevenidoen el art, 7. ®
con respecto á los farmacéuticos, herbolarios, drogue¬
ros, especieros y cuantos efiboren, vendan, introduz¬
canósuministren sustancias ócuerpos medicarnentososó
venenosos.
Art, 12, Deberán además visitar poralioia, prévio el permiso de la autoridad competente, todas las boticas
nuevas y las (|ue hab endo estado cerradas vuelvan á abrirsepasado un termina?
prudencial,
sujetándose para dichasvisitasá lo prevenido én Lis ordenanzas del ramo, ydando partede las fallas queencuentrenála autoridad
respectivaen los términosy para los efectos qiiese espre¬
saránenelart,20 de estereglamento.
Art. 15. Lossubdelegados pertenecientes á Veterina¬
ria eslarán especialmente encargados de lo dispuesto en el
ait. 7.® con referencia á los veterinarios, albeitáres, herradores, castradores y demáspersonasque ejerciesen
eltodo-ó partede la Veterinaria.
Art. 14. Daráncuenta también, por el conductoin¬
dicado enla obligación 6.a del art.7. ®, de las epizootias queapareciesen ensusrespectivos distritos,
pudiendo
pa¬ra hacerlo debidamente, exigir de los demás profesores résidentesenlos puntosdonde reine la epizootia cuantòs -datos y noticias puedan facilitarlos.
Art. 15. Sinperjuicio dequelossubdelegados de sa¬
nidadcumplan especialmente con los deberes relativos á
los individuos y asuntosdesu respectiva profesión según
se espresa eneste reglamento,se considerarán todos obli-
gadosávigilar la
observancia de las disposiciones legis- i
lativasy gubernativasacercade las
diversas partes del
ramosanitario: porlo tanto,podrá y
deberá cualquiera
de ellos reclamardesde luego las infracciones; pero
fei
estasperteneciesen á distinta
profesión, dará aviso oficial al
subdelegado de ella, y en el casoque no
produzca efecto
esteaviso, liarápor si mismola
reclamación á la autori¬
dadcompetente.
Art. 16. Losalcaldes,como presidentesdé las
juntas
desanidad délos partidos, cuidarán de queen
ellas
selleve un libro en que, con
separación de profesiones,
seanotentodos loscaaos deintrusion que se castiguenen la provincia, paralo cual los
Gefes políticos les cir¬
cularán las notas que resulten
del
registrode intrusos
que debe llevarse en cada
Gobierno político,
segunlodispuesto en el art. 4. ° de
la Real orden del 7 de
enero de 1847. Los subdelegados, encalidad de voca-' lesnatosdélas mismasjuntas, consultarán en
dicho libro
las dudasque les ocurran sobre la
materia. Pero
enlas
Capitales deprovincia dondenoexisten
juntas de partido
pasará el Gefe políticolas notas al
subdelegado
masanli-
guo, paraqueeste forme conellas
el libro ó cuaderno de
los intrusosentodas lasprofesiones.
Art. 17. Guando cesare unsubdelegado,entregará al
sucesorlos papelespertenecientes ála
subdelegacion bajo
inventario, del cual sacarán dos copias firmadaspor am¬
bos,á findeque una quedeconlos papelesen la
referida
subdelegacion,y sirva la otra de
resguardo al
cesante;pero si éste fuese alguno de los
de la Capital, hará
tam¬bién entregadel librode intrusosquese citaen
el artículo
anterior,comprendiéndolo enel inventario.
Art. 18. Si la cesación fuesepor fallecimienlo,
deberá
elmas antiguodelos subdelegados restantes
del distrito
dardesdeluego parteal Gefe políticoen lasCapitales,
ó
al alcaldeen lospartidos, y recoger con intervención
de
unrepresentante dela respectiva junta de
sanidad, los
pa¬peles déla subdelegacionvacante,
formando inventario,
quefirmarán
ambos,
yconservaráconaquellos el subde¬
legadoparahacer entrega alquefuese
nombrado
enlugar
del difunto.
(Seconcluirá.)
■ a i BTi
OBSERVACION DEUN GABARRO ENCORNADO EN
ELGANADOVACUNO.OPEUACIONY CURACION.
Eldia 17 deSetiembre próximo pasadoá las cuatro
de latarde, fuillamadoporJosé SanzMartin, deestave¬
cindad, paraqueviese un toro de,su
propiedad,
queha¬
cia dosmeses estabacojo. No tardé en personarme en
casa delpropietario, y en el establo,
sobre
unacamade
heno, encontréalanimal en laposición de
decúbito late¬
ralizquierdo, el cual se levantó á
mi,llegada:
su reseñaes toronegro,cinco años
cumplidos, la
marca ydestina,
doá la propagaciónde su
e.specie.
Observé muy prontoquetenia lamano
derecha Tuera
desuaplomo normal,dirigida hácia
adelante
enconstante
semiflexion,y que apenas la
apoyaba
enel pavimento;
y despues de hacerque le sujetasen bien,procedí
ála
es- ploracion delmiembro afectado.En él bailé
un tumorconstituidoporel estado inflamatorio de
la piel
^tejido
celular, queseestendia desde el
rodete basta la rodilla,
acompañado de dolorycalor escesivos y
de
unadureza
considerable en todasuestension, esceptoen la partede
rodetecorrespondiente ála union de laS coartas partes y
talones de lauñaesterna;enestepuntolatumefaccióneva blanda, y vi una ulceritadel diámetro y
forma de
una lenteja, de bordes callosos y vueltos háciaafuera,
que ofrecíaua color lívidoy daba salida á unlíquido
negruz¬co, fétidoy poco denso; otraúlcera igual
existía
en,1a
parte posterior é interna
del talón del mismo dedo. Intro¬
duje la sondaporla primera,y
sc.dirigia oblicuamente de
arribaabajo, de delante atrás, hasta
salir
por¡a segunda,
notando quetropezaba con partesduras eneste
trayecto;
y sisondeaba de atrás
adel.inte
seintroducia el instru¬
mento porla cara interna del
rodete, hasta llegar á las
lumbres.—La parte córnea dela uña estabareseca,
bri¬
llante y como atrofiada.
Interrogado el dueuo, dijo: que
hacia dos
meseslo
menosestaba el toro cojo; queel profesor albéitar que lehablaasistido, mandó aplicarle al principio
cataplas¬
masde malvas y despues la untura fuerte; que con
esto
consiguió únicamenteablandar la
parte,la
queabrió
mastarde conel bisturí, pasando luego un sedal; que este permaneciócolocadocuatro
dias, haciendo salir muchas
materias, curandodespues la herida con
aguardiente
por algun tiempo;y que porúltimo, lejos de producir alivio
algunotodos estos
remedios, la claudicación iba
enau
mento.
Atendiendo al sitio de laenfermedad, á la
alteración
de lostejidos, yteniendoencuenta
la relación anamésti-
ca, diagnostiqué la
afección
como ungruftarro
encornó-do, óseacomo unainflamación
del tejido reticular del
ro¬dete de lascuartas partesytalones. En esta
convicción,
previne al dueñoque era
necesario practicar la opera¬
ción indicadaen esta dolencia, haciéndole presente
ade¬
máslascontingenciasdeesta
misma operación,
y que yono podia
responder de
suéxito
porel estado de profunda
alteración en que se
hallaban los tejidos afectados; pero
le insinué también que todo otro
tratamiento seria
com¬pletamenteinútil,y su
decision fué afirmativa.—En su
consecuenciamandé aplicar á la parte
cataplasmas
emo¬lientes,á findeque los tejidos córneos se
dejaran cortar
mejor, yprescribí
dieta absoluta al animal desde las doce
de lamisma noche.
Alasoncede lasiguiente mañana,
preparados
yalos
instru lientos ypiezasde
a|)ósito necesarios,
setiró el to¬
roá tierra,despuesde bien sujeto; y unavez
escofinado
elcasco, procedí á practicarla
operación del gabarro
en¬cornudo enla formasiguiente:
Hice con lalegra dosranuras que,
principiando
enel
rodete á ladistancia dedos pulgadas unade otra,
bajaban
convergentes á encontrarse en
la parte inferior de la mu¬
ralla;noté queesta
porción circunscrita estaba
pocoad¬
herida, ycon lanavaja
truncada corté los débiles víncu¬
los quela unian á lo restante
de la tapa, previa la ligadu¬
rade la cuartilla.Despues introduje el
elevador
porla
unionde las dos incisiones, ylevanté laporción
de
mura¬llacomprendidaentre
ellas lo suficiente
parapoder
co- jerla conlastenazas: pocastracciones en sentido de abajo
arriba bastaron parasepararla de
las partes vivas del dedo;
yotra, ámanera
de torsion, la desprendió del rodete.
Lostejidos puestos
al descubierto estaban infiltrados
de unpusde mal
carácter;
y,notando que la piel que ba¬
híaestado unida,á laporcióndeuña
evulsada,
se encon¬trababastante de.sprendida
délos tejidos subyacentes, la
concluí de desunir bastala parte'
superior de los cóndilos
de la cuartilla, dejando al
descubierto el rodete vásculo-
nervioso queestaba sumamente
alterado,
puesofrecía uu
colornegruzco y
olor ingrato, acompañados de muy poca
cohesion.Cortécon el bisturí todos los
tejidos profunda¬
mentealterados; di salida á toda la sanies