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(1)

ESTUDIO DE LOS PRADOS NATURALES Y ARTIFICIALES

EN SU INFLUENCIA PARA MEJORAR LAS GANADERÍAS

DE LA PROVINCIA DE MADRID (i).

Señores:

Desdeel dia,

'dichoso

para nuestraagricultura, enque seinauguraron

estas conferencias, hasta hoy, no ha habido quien desde este honroso puestoacuda ávosotrossuplicándoos que seáis benévolos é indulgentes,

con más razón que yo,el último yel que dispone de más débilesrecur¬

sosdecuantosoradoreshan hecho en estesitio uso de lapalabra.

Y no atribuyáisestaconfesión, que es muysincera, ni al propósito de llenarunavanafórmula, ni á los alardes deunafalsa modestia. Por des¬

gracia mia,vuestras esperanzasquedarán esta vez defraudadas, si buscáis

en mi discurso un reflejo siquiera de la elocuenciay brillantezque han distinguido á los que aquíse vienen pronunciando.

Adepender de mi voluntad, acaso nunca hubiera molestadovuestra

atención; pero ejerzoun cargo público en un establecimiento de ense¬

ñanza, y este cargo impone deberes que ni he podido ni he debido re¬

sistir.

Y, sin embargo, no penséis por loque digo que haya tenido quevio¬

lentarmepara cumplirante vosotros el deberque se meha señalado:yo creoqueestas conferencias, contribuyendo á levantar el espíritu público

en favor de nuestra agricultura, son muy útiles paranuestrapatria;y yo,siemprequehe podido servir ámi patria de algun modo, no he vaci¬

lado ni uninstanteen ofrecerme á ella, sin reparar enel género delsa¬

crificio que mehe obligadoáaceptar.

(i) Conferencia agrícola pronunciada pór el Sr. D. Rafael Espejoy del Rosal,el domingo lode Febrero de 1878.

(2)

152 GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO

Tened presentes estasleales

manifestaciones,

y

suplid

convuestra reco¬

nocida ilustración loserroresque encontréisenmi discurso.

Ahora,señores, permitidmeque desde este lugar

dé las gracias á mi

dignocompañero D. Juan

Tellez Vicen

por

el inolvidable favor

que me dispensóenMayo último, cuando

hallándome

yo

enfermo ocupó

este

mismo sitioparasuplirmi

involuntaria falta. Aquí merecí la honra de

ser sustituidopor tan ilustrado profesor; justoes, por

consiguiente,

que

desde aquíle envieel

testimonio

de

mi profundo agradecimiento.

Y pasemos yaal queha de serobjeto

de

esta

conferencia.

Trátase, señores, del estudio de los prados

naturales

y

artiñciales,

er^

su influencia paramejorar lasganaderías de

la provincia de Madrid.

Y puesto que setratade introducir mejoras,

preciso será

que

examine¬

mos primero el estado actual de nuestra riqueza

pecuaria, la importan¬

ciaquetienen aquí los ganados, las

condiciones

en que

viven

y

los

me¬

dios deque se dispone para

alimentarlos,

pues

de

otro

modo abrigaría¬

moslavanapretension dequerer

mejorar

lo

descónocido.

Los ganadosque existen en la

provincia de Madrid,

según

el último

datooficial que havisto la luz

pública,

son:

Delaespecie caballar cabezas.

Dela mular

- id.

Dela asnal id.

Del vacuno id.

Del lanar id.

Del cabrío id.

Del de cerda 51.935 id.

Comoveis, la especielanares laque

aquí predomina,

y

á ella habré de

referirme, porque cuanto de

ella digo lo considero aplicable á las demás

especies. Si hemos de

apreciar los datos

que os

he citado

en

todo su va¬

lor, necesario será que

averigüemos,

por

la descomposición de las cifras

queos heleido, qué número

de

esas

cabezas corresponde á cada partido

judicial; cuántasse

destinan al

consumo y

cuántas ála granjeria; cuántas

sonestantesy cuántastrashumantes;

á cuántos propietarios

perteneceny

en qué númerotambién, y cuando sepamos

todo

esto,

tendremos

una

cabal ideade lariquezapecuaria de la

provincia de Madrid.

Examinando laimportancia de los partidos por

órden de

menor

á

ma¬

yor, y

circunscribiéndonos al ganado lanar,

que es

el

que

más abunda,

tenemos:

Enel partido deMadrid,que ocupa

el

centro

de la provincia

con

incli¬

nación al Sur, i.SqS cabezas.

En elde San Martin deValdeiglesias, situado en

el

extremo

SO. de la

provincia, hay ao.igS.

En elpartido de Chinchón, extremo

SE., 27.514.

En el deNavalcarnero, al S. de la

provincia, 37.821.

(3)

PRADOS NATURALES Y ARTIFICIALES i53 En el de Getafe, situadotambién al S., hay Sg.ySo.

Enel de Colmenar Viejo al O., y extendiéndose por el centro de la provincia hastael E., 77.216.

En el de Alcaláde

Henares, al E., 77.819.

Enel deTorrelaguna, extremo N. de la provincia, hay 122.5i3.

Carece, pues, de importancialacapital,cuyoescasonúmerode cabezas

esseguramenteelque existe enlos establecimientos dondeseexpende la leche deovejas, y esel másimportante el partido de Torrelaguna, qué

poseemás de lacuartaparte del total decabezas deganado lanarque hay

entodalaprovincia.

De estetotal, 90.534 cabezas se destinan al consumo, y 3i3.337 á la granjeria y á la reproducciónde la especie.

Son estantes, 292.894, y trashumantes, 111.477; pero al señalar este datodeborebajardel número de cabezas estantes, la cifra destinadaal consumo, ósean90.534 cabezas, y las estantes, aplicadasá la granjeria;

quedan,por consiguiente, reducidasá201.860, es decir, á ménos del do¬

blede lacifradelganado trashumante.

Los propietarios de esta riqueza ascienden al número de 3.718; pero estedato tieneuna descomposiciónque debemos examinaratentamente.

,io3 propietarios de 1 á 5cabezas.

206 que poseen de 5 á 10

283 de 10â 20

548 de 20á 5o

45I de 5oá 100

264 de 100á i5o

192 dei5oá 200

533 de200á 5oo

127 de 5ooá I.000

y iB propietarios de i .000 cabezasen adelante.

Convendréis conmigoen que los propietariosde un reducido número decabezasno son,nilos que comercian con las lanas de sus ganados, porque recogende ellaunacantidad muy exigua, ni losquese aventuran áhacerlos gastosde latrashumacion.

. Esto espor demás sabido; asi, pues,sintemorde incurriren un error

notable, sepuedeasegurar: que los propietarios que en esta provincia

poseen desde i5oá200 cabezasen adelante hasta pasarde las i.ooo,son los ganaderos trashumantes ytrasterminantes, puesde estos últimos hay tambiénun númerono muyescaso en estaprovincia.

Están,

porconsiguiente, nuestrosganaderosenlas mismascondiciones quetodos los demás de España: aquellos quetienenrebaños numerosos, carecen de establo, de abrigo y de pastos para que sus ganados puedan preservarse de los rigores del invierno, y cuando el verano llega, en las

(4)

154 GACETA

AGRÍCOLA

DEL

MINISTERIO DE FOMENTO

dehesas delMediodíay del Surdenuestra

Península faltan los riegos ne¬

cesariospara que en ellas broten pastos

frescos

y

abundantes.

Esteúltimo mal noes tansensibleenla

provincia de Madrid: aquí,

porfortuna,los pastos

pueden

conservarse

á pesar de los calores del es¬

tío, particularmente en

el N.

y

O. de la provincia, porque las derivacio¬

nesde las cordilleras de Somosierra, Guadarrama,

Peñalara, Manzana¬

res,Navacerrada,

Navafria

y

demás sierras importantes, que pertenecen

á lacordillerageneral de losmontes

Carpetanos, mantienen abundantes

arroyosy caudalosos

rios,

que

fecundan nuestras tierras, y podrían, sin

granesfuerzo, mantener

los prados necesarios para el sustento de nues¬

trosganados.

No sucedelomismo duranteel invierno.

Examinad lo

que

ocurre en

una localidadcualquiera,en la que

la industria pecuaria tenga alguna

importancia, y

sin

temor

de equivocaros averiguareis el estado de toda

la provincia, siempreque se trate

de rebaños numerosos.

Hemosvisto queelpartido

de Torrelaguna, situado al extremo Norte

de laprovincia, es

el

que reúne mayor

número de cabezas de ganado

lanar. Pues bien; enese

partido hay

un

pueblo llamado Montejo de la

Sierra, quecuentacon

597 habitantes: esta cifra

os

dará á conocer la im¬

portancia dela villa

á

queme

refiero: sin embargo, Montejo déla Sierra

reúnepróximamente4.000

cabezas de ganado lanar. Que todos los veci¬

nosdeesepueblono tienen

ganadería,

es

inútil decirlo; por lo tanto,

existen allígrandes rebaños-que, en

la situación de Montejo, en la cor¬

dillera deSomosierra, donde las

nieves duran la

mayor

parte del año, no

pueden subsistir.

Decid álosganaderos de esa

villa

que construyan

establos espaciosísi¬

mos, una manta y un

pesebre

para

cada oveja,

y

que guarden pastos para

toda lalarga temporada de

invierno,

y

ellos

os

contestarán, que eso, fácil

de hacercuandosetratadediez ó docereses, les es

imposible tratándose

de rebaños de5oo, de1.000cabezas,

ó de

mayor

número todavía. Os dirían

más: os dirían que áunen el caso

de

que

pudieran

tomar

todas esas pre¬

caucionespara la estación de

los frios de las nieves,

sus

ganados pere¬

cerían, porque no podrían

respirar los aires del

campo,

ni ser bañados

porla luz del sol,

á ménos

que

los

sacaran

á pasear por las nieves, casii

perpétuas, del

Somosierra.

¿Y quéhacen esos

ganaderos

paraconservar

sus rebaños? Los trasladan

á lastempladas dehesas de

Extremadura, donde encuentran el abrigo que

lesniegael

desapacible clima del Norte de la provincia de Madrid.

Y lo que deMontejo

sabemos,

es

aplicable á los 46 ayuntamientos que

forman el partido dp

Torrelaguna,

pues en

todos ellos, áun en el de me-

lyir

vecindario,

es

mucha la riqueza de ganado lanar, y es aplicable tam¬

bién alpartido de Colmenar

Viejo,

cuyos

pueblos, situados en las deriva¬

ciones dela Sierra deGuadarrama,tienen un

clima igual al rigoroso que

sufren loshabitantes de lasderivacionesde

SomOsierra.

AlS., al SE. ySO. de la

provincia

no

sucede lo mismo: en los partidos

(5)

PRADOS NATURALES Y ARTIFICIALES l55 deSan Martin deValdeiglesias, Navalcarnero, Getafe, Chinchóny Alcalá de Henares, no durantanto las nieves,y al ganado se le podriasostener enel invierno, bajounbuen régimen

h'igiénico

y bajoun sistemadepra¬

dos artificiales, queentre nosotrosson casi desconocidos. Pero notadlo bien: en esospueblos que gozan demás benigno climaesdonde escasea más el ganado lanar: excepción hechade Alcalá de Henares, que re-

une 77.319 cabezas, Getafe, Navalcarnero, San MartindeValdeiglesias y Chinchón son los partidosen donde hay menor riqueza pecuaria, yáun de la que existe es mayorel número que seaplica al consumo queel des¬

tinadoálagranjeriayá la reproducción.

Sabemosyacuáles la riqueza pecuaria de la provincia de Madrid,y co¬

nocemosla distribución de esta riqueza en los diferentes partidos judi¬

ciales delamismaprovincia; sabemos que esta riquezaes importante,y hemosempezado á descubrir el malestado en que se encuentra pordife¬

rentescausas, de las cualesunade ellas, la que con más interés sedebe combatir,esla falta deprados,cuyainfluenciaparamejorar las ganaderías

esdecisivaen todas partes,y aquí singularmente,porqueel clima de esta provincia, desapacible, inconstante yfrió casi todo elaño, ofrece incon¬

venientes que no sepuedencompensardeotro modo quedando á losga¬

nados unabuena alimentación.

Seria inútil que buscásemos una causaespecial para explicarnos el aba¬

timientodeJla industriapecuaria enesta provincia,porque esa causa no existe. Elorigen de los males queaquíse experimentan es comun átoda España, yvoy, aunque brevemente, áocuparmede él.

Todos vosotros conocéis el desatinado divorcio en que han vividoy aúnviven^en nuestropaís el cultivo yla ganadería: ese divorcio, que es elmá^grande yel más funestode nuestroserrores agrícolas, esel que ha originadolos males que todos deploramos.

El antiguo ypreeminente Consejo de la Mesta, asociación creada para fomentarlos intereses de la ganadería, hubo un tiempoen que de todo dispuso: laadministraciónpública, las autoridades, las leyes, le dispensa¬

ban un favorilimitado; el rey sumás decidida protección,yhombres no¬

tables porsu sabery su nobleza tuvieron engran estima ser alcaldesma¬

yores, con jurisdicción real, de aquella institución, elevado puesto que

nosrecuerda ellargo catálogo denombresilustres, queempiezaconel de D. Iñigo Lopez deOrozcoy acabaconel del conde de Campomanes, al¬

calde mayorjpor losaños de 1779 á 1782.

Podria decirse hoy, volviendo los ojos hácia los tiempos pasados, que habia habido entre nosotros lapretension absurda de convertirá España

en uninmensopradonatural, consagrado á servir los intereses de la in¬

dustria pecuaria.

Tanpositivoesesto,queahora mismo quien estudie, siquiera sea lige¬^

ramente, las condiciones de nuestra, propiedad rústica, verá pOr todas

parteslas huellas de losantiguos privilegiosen el crecidonúmero deser¬

vidumbres con que en todas direcciones estuvieron gravados los prédios

(6)

*

156 GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO

paraproporcionar á la

ganadería abundantes

pastos yuna

cómoda trashu-

macion.

Destinado estaba nuestrosiglo áponer

término á

esa

protección irri¬

tante: los clamores de laabatida agricultura

evidenciaron al fin

que

«la

ganadería sin cultivoyel

cultivo sin ganadería

son

dos bases igualmente

viciosasparael desarrollo deestas

industrias,»

y

los privilegios gravosos

para el cultivose han ido

borrando,

aunque no

sin inspirar el temor de

quede una exageración

perniciosa

vayamos

á

caer en

otra exageración,

como consecuenciainmediata de todaslasreaccibnesviolentas.

"

Las leyes modernas hanacabado con

los desacotes,

con

los derechos

depastajeenlas tierras

consideradas abiertas,

con

muchas servidumbres

ycañadas,con el

privilegio de la

tasa, con

el tribunal especial que enten¬

díaen losasuntos de laganadería lanarycon otra

porción de gabelas

que

estaindustria haciapesarsobreel cultivo.

Y

una

de las

causas que

han

influido más directamenteen estecambio radicalde sistema,

ha sido la

desamortización.

Elfraccionamiento de lapropiedadrústica, origen

de las innumerables

roturaciones que ennuestro paíssehan

hecho

en

los últimos veinticinco

años, ha mermado

considerablemente el número de montes

y

dehesas

queenotrotiempoeran

exclusivamente utilizadas

por

los ganados^que

enellos pacían;pero si esta

revolución causada

en

la propiedad

por

ha¬

berpasado las fincasámanos

más activas

que

lo

eran

las de

sus

antiguos

poseedores, ha

aumentado el cultivo hasta centuplicarlo, bien puede ase¬

gurarsequetan

repentino

trastorno

ha ocasionado á la industria pecuaria

males degranconsideración.

Y esto esmuyobvio, señores:

la inmensa mayoría de los compradores

debienes nacionalesno haestado dedicadanunca á la

explotación de la

ganadería: esoscompradores,por

regla general, han sido

y

son labradores

enmayoró menorescala,ysus

ganados

no

han excedido jamás, y gracias

si han sido suficientes para atender á las

necesidades del cultivo; así,

pues,sehan consagrado

á éste, teniendo

para

ello dos razones: primera,

quelas ganaderías no se-

improvisan; segunda,

que

el cultivo ofrece, si

notantas,alménos más

inmediatas utilidades;

y

los compradores de bie¬

nesdel Estado, avaros generalmente de

ganancias

con

qué satisfacer en

todo óenpartelosplazos de sus

adquisiciones,

no

han tenido más punto

objetivo queel de arrancar

á la tierra prontos rendimientos para hacerse

dueños, con el menorcosto

posible, de

una

valiosa propiedad.

Esteafan deesquilmaral suelo,en

muchos

casos

sin reponerlo de sqs

pérdidas, podráser

al

presente muy

ventajoso;

para

el porvenir entraña

amargos desengaños, y

la ruina tal

vez

de

sus

codiciosos explotadores.

Porestoosdecia haceunmomento, queasícomo en

los tiempos

pasa¬

dos al cultivolo sofocabala ganadería, era detemerque

hoy,

por

efecto

de lareacción que en favor de

aquél

se

ha verificado, cayéramos

en

el ex¬

tremo opuesto, esdecir,en

la decadencia absoluta de la ganadería, sofo¬

cada por el desarrollo

inmoderado del cultivo.

(7)

PRADOS NATURALES Y ARTIFICIALES I57

¿Queréis unaprueba incontestable deestasafirmaciones? Pues deteneos áconsiderar lo queahora sucede. Aljusto respetoá la propiedad, mani¬

festadoporla supresión de ciertasservidumbresque antiguamentelagra¬

vaban; al acotamiento de casi todos lospredios enagenados por laadmi¬

nistración pública; á la abolición, enfin, delos privilegiosde que gozaba

laganadería, ha seguido inmediatamenteun cambio casicompletoenel destinó que sevenia dando á las tierras que estaban dedicadas al pasto¬

reo:las dehesas de pastos y los prados naturaleshan ido

desapareciendo,

sinque porpuntogeneralse hayan reemplazado conprados artificiales;y hoy,comorestosdela pasada holguraenquevivióla industriapecuaria, quedanenCastillalaVieja,en Extremaduray enAndalucía algunasgran¬

desdehesas, propiedad ensu mayor número de los mismos ganaderos, quenohansido roturadasparaconsagrarlasálalabor.

Fuera de esas excepciones,y áun sinsalir de las provincias indicadas,

losprados van desapareciendo,ycada dia ofrece mayores dificultades en¬

contrar paralosganadosunabuenay abundantealimentación.

Localizando ahora, pordecirlo así, estas ideas generales, poco ónada

nuevo tengo que agregar. Enlaprovincia deMadrid, como en casi todas las de España, los grandes terrenos que en lo antiguo eranprados natu¬

raleshan pasadoá manos, nosólo activas, sino impacientes, desacará la

tierra, no losmás pingües,pero sí los más inmediatos productos:deaquí

ese número fabuloso de roturaciones que han concluido con muchos de los antiguos pastos,puessabemos, por demás, quehay pueblos al pre¬

senteque cuentan con una dehesa pequeña como único recurso para alimentarsus ganados, cuando en tiempos no remotos la mayor parte ó todo el término municipal de esos mismos pueblos estaba destinado al pastoreo.

Experimentamos,

pues, en esta provincia, los mismos males que ago¬

bian á la generalidaddel país: ha habidoy hayentre el cultivo y laga¬

nadería el mismodesequilibrio, la misma

irregularidad,

y á la exagerada protección de que fué objeto la ganadería, ha seguido la mismareacción irreflexiva en beneficio del cultivo.

Dela escasezde pradosseresienten hoy aquí los ganados de toda es¬

pecie. ¿Queréis una prueba de esta verdad? Pues recordad un hecho muy reciente.

La última revolución cometióel error decreerasegurado su imperio

entre

nosotros,y ennombre del Estado se incautó de los bienes del pa¬

trimonioreal ylós vendió.

Nofaltaron codiciosos de iosfértiles terrenos deAranjuez, por ejem¬

plo, y las ventas se verificaron, y respetadas se hallan por la Res¬

tauración.

¿Cuál ha sido el resultado de estas ventas para nuestraganadería?

To'dos sabéis la justa fama quedentroy fuera de nuestropaís gozaba la yeguadade Aranjuez. Los potros procedentes de esa yeguada eran umversalmenteapreciadospOr sus inmejorables condiciones,y éstas se

(8)

I58 GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO

debíanmuy particularmente

á los grandes

terrenos

de pastos que se con¬

sagraban á la

ganadería

en

las fincas del real patrimonio. Se disminuyó

el númerodeestas fincas al darse el primerpaso en

la desamortización

delos bienesdeparticulares, ylaraza

caballar de Aranjuez también ha

disminuido en númeroyen

importancia hasta el

punto

de haber

per¬

didohoyunagranparte

de aquella merecida reputación, que la colocaba

alnivel de las más selectasrazas españolas.

Verdades que la casi total

desaparición de la yeguada de Aranjuez,

no obedece sóloal nuevodestino quese hadado á los terrenos

de

pastos

deaquel real sitio.

Avidos aquí de

impremeditadas novedades,

nonos

hemOs contentado

con ser poseedores de laraza

caballar española,

una

de las mejores del

mundo,sino quehemos pagado

á la moda

un

tributo

caro y

á los espe¬

culadores extranjeros, admitiendo cruzas con

caballos de las

razas

in¬

glesa, árabe, alemana y otras, cruzas que se

han hecho sin un criterio

fijo, sin órden, sin

método, sin plan, dando

por

resultado

una

confusion

tal decaractères, quebien puede

decirse

que no

ha quedado ninguno.

No hemos introducido niuna sola raza extraña en toda su pureza;

encambio herhosperdido casi completamente

la mejor

que

poseíamos.

La hemosperdidopor mal

entendidas

cruzas, y

la hemos perdido por¬

quela

desamortización de los bienes de la corona alcanzó también á la

ganadería, sin que ésta

fuera á

parar

á

manos

de

un

verdadero amante

deunade las mejoresy más

renombradas producciones de nuestra pa¬

tria, sino á poder de

especuladores de aspiraciones limitadísimas.

Presenciéalgunas subastas de

animales pertenecientes á la real gana¬

dería, yvique hermosasyeguas

preñadas de caballos árabes

y

españoles

deextraordinario mérito, sevendían á precios

miserables. Los

compra- dotes, atentos ásu

especulación, adquirían

para

vender

acaso en

el mis¬

modia;yeslo cierto,quelos

ganados han ido desapareciendo, sin que

al cabosesepaquién ha

sido

ó

quién

es su

último poseedor.

Pero esindudable: la abundanciaylacalidad de los pastos

influyen de

una maneradirectaen la conservación yen lamejora de

la ganadería,

asícomolafalta de alimento en época oportuna, enla

época

en que

los

animales adquierensu desarrollo,es causasegura

de la decadencia de la

ganadería. El potro,por

ejemplo,

que

durante

sus

dos primeros años ex¬

perimentaescasez de agua y

de

pastos,

queda condenado para siempre

áarrastrar unavida raquíticay miserable,y nunca

adquiere

un

comple¬

todesarrollo.

Perocomolosprados

naturales

van

escaseando,

por

las continuas ro¬

turacionesquese hacenen

ellos,

y como,por otra

parte,

en

la provincia

de Madridse les podriasustituir en algunoscasos

ventajosamente y sin

gran costo conlos prados

artificiales,

poco

habré de decir ahora de aqué¬

lloscuando éstos reclaman nuestrapreferente

atención.

Para nofatigaros con unalarga

nomenclatura

y

minuciosas clasifica¬

ciones,confundo el significado delas

palabras

pastos y

prados naturales.

(9)

PRADOS NATURALES Y ARTIFICIALES

169

comprendiendoen ellas: i.^jlos terrenoscubiertos deproducciones es¬

pontáneas de lanaturaleza, susceptibles de alimentará los ganados, ya

seencuentrenen las llanuras, enlosvalles, enlas colinas ó en las mon¬

tañas; pero queno elevándose más que algunas pulgadas sobre la super¬

ficie dela tierra no se pueden segar,al ménoscon provecho,ni pueden convertirse en heno: tales son los pastos, propiamente dichos. 2.°, las yerbasque crecen enlas dehesas y enlosmontes,susceptibles de segarse

y de formar heno, pero quehan nacido también

espontáneamente,

que elviento haesparcidosussemillas, quela tierra las ha recibido en su

seno, queel rocío y la lluvialas han

humedecido,

y que el sol las ha vivificado:del hombreestos son los verdaderos prados naturales,losenquela mano

no tocasino paraarrancarlessus productos. 3.°, los terrenos que por primera vez siembra el cultivador con yerbas de familias dife- rentes'para abandonarlos luego, confiando á la naturaleza la resiembra délas semillas hastallegar áconstituirunprado permanente, que nosin fundamentopodriallamarseprado artificial, puesto quesuorigen se debe al hombre, imitadorde los procedimientosdelanaturaleza.

Todo esto he confundido bajo la denominación de prados naturales,

yaquí debo haceros observarque enesos prados la finura de los pastos está en razón inversa de su abundancia: terrenos

hay en nuestro país

enlosque una cabeza de ganado lanar necesita paraestar bien alimen¬

tadalos pastos que brotan en toda la extension de 64 áreas; en otros

tienen bastante con los de 32 áreas, y hay terrenos en los cuales son

suficientes los pastosde 16 áreas para el mantenimiento de una oveja:

estadiversidad deterrenos produce naturalmente diversidad de pastos,

unos másfinos, otros más gruesos, comodependientes de las condicio¬

nes dela tierraen que sehandesarrollado, condiciones que muy difícil

y costosamente puedeel hombre modificar. Si enlos terrenos de pastos gruesosse siembran semillas de yerbas finas, acaso se logre que éstas

nazcan sin degeneración alguna; pero silas condiciones esenciales del terrenono se modifican, las semillasdegenerarán enpoco

tiempo,

yal cabo los pastos habrán de adquirir el embastecimiento característico de todos losY escusadoproductosme parecequeañadir,se nutranque de lacon las sustancias definura de los pastosaqueldependesuelo.

en gran parte lafinura de la lana en lasovejas y del peloen el ganado caballar.

Decía que los prados artificiales pueden formarse sin gran costo en

estaprovincia; para persuadiros de esta verdad, bastará que recordéis porunmomento nuestro sistema

hidrográfico,

que da porsólo casi resuelta la mayorde las dificultades con que generalmentese tropiezá

•cuandoEn lasse tratade la formación deaquellos prados.

provincias donde las abundantes lluvias del invierno producen grandesaguapuedenquesosteneravenidas,no seasinola de los ríosydondeácostalos ardores deldegrandescaudalosos,dispendios.verano secanlos pradostoda corriente deartificiales no se

(10)

l6o GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO

Laciencia havenidoen auxilio de la

industria agrícola

y

le ha

pro¬

porcionado

dos medios

para regar

la tierra: los canales y los pozos

artesianos.

De losprimerostengopocoque

decir

que no sea

harto sabido: en Es¬

pañase han

emprendido muchas obras de este género, y son muy pocas

lasquehan

llegado á

una

feliz terminación. Y no ha sido porque no se

hayantocado las

ventajas inmensas

que

los canales de riego proporcio¬

nan, sino porqueentre nosotros

las obras de utilidad general para el

país yacen, por

lO

cOmun, en un

completo abandono, del que salen de

vez encuando para ocupar

momentáneamente la atención pública, co¬

mo si estuvieransujetasá los inconstantes

caprichos de la moda. Tes¬

tigosson de

lo

queosvengo

diciendo el canal de las lagunas de Ruidera

en laMancha;el de

Aranjuez

en

la provincia de Madrid, y otros muchos

que os

podria citar,

unos

abandonados no bien se han hecho sus estu¬

dios; otros despues

de comenzadas las obras y de haber producido los

mejores

resultados.

Estoencuantoálos canales de riego,

el medio más sencillo, el que la

naturaleza nos ofrece lleno,de

facilidades

para

establecer en todas ó

casitodasnuestras provincias un

sistema de riegos completo, acabado y

deincalculablesrendimientos.

Encuantoá los pOzos artesianos,

la cuestión varía mucho. La ciencia

hahabladoderios subterráneos,

de raudales de

agua que por

el centro

de latierracorren comola sangre corre por

nuestras venas, y nos ha

demostrado laexistencia deese

caudal de

aguas,

enseñándonos cómo se

abre pasoá través

de las más elevadas alturas, desprendiéndose de ellas

en formade gigantescas cataratas,

ó formando

en

la cumbre de las más

altas montañas lagunas como

la de Gredos, de la cual toman origen

cuatro rios importantes. Pero no

yo que

estas aguas subterráneas

facilitensudescubrimientocon

indicios

tan segurosque

las obras de los

pozos

artesianos

sean

de'resultados inequívocos: léjos de esto, sucede

frecuentemente en las Obrasdeesta

especie

que,

ó

no

se encuentra el

agua,óse encuentra en

cantidades que no bastan á satisfacer las necesi¬

dadesdel cultivó; yen uno y otro caso

los desembolsos no pequeños

que

exige la construcción de los pozos artesianos, son perfectamente

inútiles.

Ha habidoy hay

ocasiones

en

las

que esos

pozos colman las esperan¬

zasque en

ellos

se

fundan:

en

Francia, en París mismo, hace ya tiempo

queun

hombre eminente

por su

saber, dirigió los trabajos de uno de

estospozos, y de antemano

señaló el sitio en que debia construirse, y

la profundidad á que se

hallarían las aguas, y sus cálculos fueron coro¬

nados por un éxito

lisonjero;

pero poco

tiempo despues se repitieron

esos ensayos, no sóloen

Francia, sino

en

España, en la provincia de

Granada y enla de

Madrid, si

yO no

recuerdo mal, y los resultados dis¬

taronmucho de sersatisfactorios.

No es esto decirque yocondeneen

absoluto los pozos artesianos; lo

(11)

prados naturales y artificiales l6l que mepropongo es evidenciar las mayores ventajas de los canales de riego, que siquiera sean más costosos, sonde resultados más seguros y llevansus beneficios á mayores extensiones de terreno.

Pues bien; los canales de riegoen ninguna provincia quizá podrian construirse másfácilmente que enla provincia de Madrid, gracias á su sistemahidrográfico, con el cual la naturaleza invita á los trabajos de

esta clase.

Porestaprovincia corren constantemente ocho rios quela bañan en todas direciones. Estos rios]son: el Guadarrama, que nace en la sierra desu nombre y recorre la provincia de N. á S., hasta salir en dirección álade Toledo.

El Tajo, que penet-a porel S. de nuestraprovincia, formando límite

con las de Cuencay Toledo, y luego se dirige al N. de Aranjuez.

El Manzanares, que tiene su origen en el puerto de Navacerrada,

y corre por la provincia de E. á O., inclinándose despues en direc¬

ciónal S.

El Jarama,que entrapor el NE. de laprovincia, y corre también en

dirección al S.

El Lozoya,que cruzade O. á E.el partido de Torrelaguna,extremo N.

de laprovincia.

ElHenares, quepenetraporel O. y corre endirección al S.

ElTajuña, quariega también laparte O. de laprovincia.

Y elAlberche,que baña elextremoSO., atravesando el partidode San Martin de Valdeiglesias.

Muchos de estos rios aumentan el caudal de aguas de los otros, siendosus afluentes: estosucede con el Manzanares, el Lozoya, el He¬

naresy elTajuña, que desaguanenel Jarama, alpasoque éste viertesus aguasenel Tajo.

Todosesosriosprincipales riegan los términosde noventay nueve pue¬

blos,es decir, la mitadpróximamente de los terrenosde esta provincia;

pero hay ademásuna multitud de manantiales, de arroyos y de rios se¬

cundarios, como el Guadalix, quebañan á la provincia en todas direc¬

cionesy entodasu extension. Aquí, pues, hay abundancia de agpas; la primeranecesidad delosprados artificialesestá satisfecha.

Con aguas, con tierras de medianacalidad y con buenos abonos, se obtienenlosprados artificiales,y con éstos, apropiadosy abundantes pas¬

tos, frescos ysecos,los unos parala estación de verano, los otros para laalimentaciónde los pequeños rebaños durante el invierno.

Peroaquí las aguas, ó en su mayor parte sepierden, ó es necesario,

si han de utilizarse, construir acequias que.faciliten el riego de los campos.

Esto me hace recordarel triste fin del canaldel Guadarrama; el no mé-

nostriste del canal delManzanares,y las pequeñas proporciones á que haquedado reducida la real acequia de Aranjuez.

Treintaycinco añoshan trascurrido ya desdeque se constituyó una

Tomo VII ii

(12)

162 GACETA AGRÍCOLA DEL MINISTERIO DE FOMENTO

sociedad anónima del canal de Guadarrama, no sólo para activar los trabajos de la construcción deeste

mismo canal, sino

para

abrir

otro

de

riego quehabía de

comprender

una

extensioñ de

19

ó

20

leguas. Desde

entónces acá no sesabe queen esas obras se haya

hecho adelanto al¬

guno,ni ménosque

la agricultura haya reportado los beneficios

que

fun¬

dadamentese debia prometer.

Delcanal del Manzanares nadatengo quedeciros: está diariamente á

vuestra vista el estado de ese rio, cuya importancia, lejos de aumen¬

tarse,amenguade añoen añopor

el abandono

en que se

le tiene.

Y respecto de la real

acequia de Aranjuez, llamada acequia de Soto-

mayor,todos sabemosque

ha pasado,

con

motivo de la desamortización

del patrimonio real, á manos

de los compradores de bienes

que

fueron

de la- corona,los cuales riegan hoysus

propiedades

enuna

extension de

58o hectáreas, mientras que los

jardines del real sitio

se

riegan

en una extension de220 hectáreas. De modo, que la acequia de Sotomayor se explotaen una

extension de 800 hectáreas próximamente.

Ha habido, sin embargo, el proyectode

fecundarlas tierras, muchas de

ellasinfructíferas al presente, de aquel sitio, en una

extension de i3 á

14.000 hectáreas,

tomando las

aguas

del Jarama; hubo también el

pro¬

yectodeun

canal de riego derivado del rio Henares

para regar

la

cam¬

piña de Alcalá;

hubo

otro proyecto

de acequia derivada del rio Tajo

para

el riego de las vegas de

Extremera, Fuentidueña, Villar^jo

y

Villaman-

rique; pero todos estos no

han sido más

que proyectos, aunque

bue-

nisimos, de los que tarde ó nunca entran en nuestro

país

en

vías de

realización.

Con estas brevesnoticiasconocemos ya cuanto abunda entre nosotros

uno délosprimeros elementospara

la formación de los prados artificia¬

les, ylos primeros

esfuerzos

que se

han practicado

para

darle aplicación

en estaprovincia.

Preguntad al

sindicato de la acequia de Sotomayor sobre los produc¬

tosquese obtienenconlos

riegos

en

la

corta

extension

que

éstos abrazan

en Aranjuez,y sabréis

el floreciente estado de la industria agrícola en

aquella reducida comarca, en

la

que

existen, merced á este beneficio,

abundantes pradosnaturales.

Lastierras de nuestraprovincia, aunque han

sido muchas

veces

cla¬

sificadas y divididas en terrenos

de primera, de segunda

y

de

tercera ca, lidad, y aunque enalgunas

regiones han sido bien estudiadas,

no

creo

quesean conocidas

suficientemente. La verdad

es,que

aquí

se

siembran

y danbuenosproductos

las semillas de todas clases;

se

hacen de cereales

buenas recolecciones, se cultivan las

hortalizas

con

buen éxito, el arbo¬

lado prospera ytodos los ramos

de la agricultura,

ya en unos

puntos,

ya en otros de la

provincia,

se

desarrollan

y

dan ópimos frutos. Pero

apartedelosterrenosque se

hallan cultivados, hay

otros

convertidos en

eriales, que si tuvieran riego y abonos, en una

palabra, si tuvieran cul¬

tivo, no ofrecerian menores

rendimientos.

(13)

PRADOS NATURALES Y ARTIFICIALES l63 Para riegostenemos las aguas de la provincia que pueden darlos en ía abundancia quese quiera: elclimase presta á todopor su grandísima variedad; desdelas nieves perpetuas hasta la temperatura benigna y en

algunos puntos cálida, como la de las comarcas delMediodía, de todo

encontramos en la provincia deMadrid.

Los abonos, que son el alimento de la tierra, por decirlo así, lós agentes reparadores de las sustancias que éstacomunica á los vegetales, abundan cada dia más,porque ya el cultivono se reduceá buscar abo¬

nos en losproductos animales, como el guano y los estiércoles de los ganados, sino que ha acudido á la ciencia en demanda de medios para satisfacer estaapremiante necesidad, y la química, aplicada á la agri¬

cultura, le ha ofrecido unavariedad extraordinaria de medios sencillos y económicos para obtener abonos, ya utilizando productos vegetales,

yasustancias minerales, ya, en fin, sirviéndose hasta de los despojos de diferentes industrias para devolverála tierraestenuadasu perdido vigor;

ios animales, las plantas, las cenizas, el cieno de las aguas estancadas, el fuego, el Orujo de la aceituna, el mazacote de lasfábricas de jabón, los residuos de otras fabricaciones, comola de curtidosy estearina,todo

es utililizable hoy bajo una preparación conveniente para abonar la tierra;y enEspañalos abonos debieranseraún más abundantes,porque aquí el reino mineral nos los ofrece sintasa alguna.

Ya lo veis, señores; en nuestro país abunda todo lo necesario para el mayordesenvolvimiento posible delas industrias agrícola ypecuaria.

Aguas abundantes, tierras fértiles, clima variado, abonos inagotables.

Noseria preciso tanto para conseguir el más alto grado de mejora¬

mientoyperfección de nuestraganadería.

Mercedáesas condiciones naturales, y dejandoal cultivolargo espacio

en que poderse desarrollar, nuestra provincia obtendria de los prados artificialesun notable perfeccionamiento en sus ganados, y éstos á la vez, con su reproduccióny aumento, recompensariancon usura los sa¬

crificios delagricultor.

Sinexigir de nuestrocarácter lo queen vano le pediríamos; sin que entre nosotros hayaesa actividad inquebrantable de pueblos ménos fa¬

vorecidos que el nuestro por la naturaleza, actividad queha sido y es el genio portentoso ycreador que hasabido escudarse de las inclemencias de un cielo sin sol,y vencer Igingratitud deuna tierra estéril éinfecun¬

da, voy ádemostraros, parallegar á resultadosprácticos,que es posible,

-en nuestrasactuales condiciones, tenerprados artificiales y mejorarcon ellos losganados deesta provincia.

Yo debosuponer, porque lo creoasí, que el objeto de estas conferen¬

cias no se reduce á mantener el interésó lacuriosidad de un ilustrado

auditorio, con la exposición de estas ó las otras teorías. Más alto esel motivoque en este recinto noscongrega; otro fué seguramente el pen¬

samiento de los señores ministro de Fomento y directorgeneral de Agri¬

cultura,

cuando en buena hora

p'ara

los intereses de la patria, acordaron

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