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Iglesia católica y Estado en Costa Rica (1870-1900).

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-

6·-particulares de la época1 una tolerancia religiosa: se da al Estado un claro y c..::finidocariz conf'esionr...

2. La erección del obispadoy la fir~madel Concordato.

Se indicó, pese a que Costa Rica eclesiásticamente dependía de la Diócesis de León, en la práctica eran más las desventajas que los beneficios obtenidos de esta relacáón. Las tentativas por erigir un obispado propio datan ya desde 1560, y a ellas se sumaen 1840 las de Carrillo 1 quien aducía la necesidad de ser independientes tanto en el plano polí ticc 1 cono en

e:.

:.~elig:.occ(18;,

Mediante la Bula "Chr'Lati.anae Religiones Auctor" (f'eb, 1850), se erigió el nuevo obispado en Costa Rica, aduciéndose por parte de la Santa Sede la necesidad existente, dadas las dificultades de canuni-cación con León y el gran númerode almas costarricenses. A. través de esta, el Gobierno se comprometea cubrir los salarios del Secretario del Obispo, del Vicario General y de los ministros del Tribunal Epis-copal, recibiendo el Obispo tres déc ímas par-tes de los diezmos, la Catedral una y 10 restante en partes :.g.lales entre el Cabildo y el Seminario(19).

La Bula r-ef'er-í.da, v.ino a ser contraria a diversas leyes que fueron emitidas entre 1825 y 1847, por medáo de Las cuales la autoridad civil tanaba la administración de todos los fondos eclesiásticos. Además estaban exentos ce los dáezmos , el ganado lanar, el café, el cacao y otros productos: leyes estas, origina.das a partir del pretendido patronato, legado consuetudjnario de los tiffilpOScoloniale~.

Bajo el Gobierno de Mora (1852), se ordenó que las autoridades civiles pennitieran la administración de los bienes eclesiásticos, quedando estos sG!1et:':'··:2.o;::;r'("-:' e;""'tp¡"la ~L2_ ai.tor+dad del Obispo. r·1enos suerte COITió la Iglesia en sus pretensiones de cobrar los diezmos sobre el e:..ré, siendo esta WJade las causas pr-Inc.lpal.eadel destierro del Obispo Llorente, vinculándose también este hecho con la caída del Presidente Mora(20).

Er1 octubre de 185~ fue f'Lrmado el Concordatocon la Santa Sede, ratificándose en diciembre del mismoaño (21L Consta tal documento de veintiocho artículos, eatanlecí.endo los principales: el estado confe-sional de Costa Rica, el carácter :i.'"'elig~oscde 12 enseñanza, la obliga-toriedad por parte del Gobierno de dotar a la Iglesia en sus gastos principales y el derecho de Patronato por parte del presidente, entre otros.

11. La Iglesia Católica costarricense durante el per-Iodo1870-1900. 1. Lavacante episcopal? 1871-1880.

El 22 de setiembre de 1871, al morir e1 Obispo AnselmoLlorente, después de veintiún años de gobierno eclesiástico, es evidente que la situación de la Iglesia, pGrsu co~dición mismay por sus relaciones con el Estado? exper-írnerrta un proceso

e_e

cembtosignificativo.

Correspondió al Cabildo Eclesiástico la elección del vicario capi-tular? quien gobernaría la d.ióces.ls durante la vacante. Tal investidu-ra fue delegada en el Dr. DomingoRivas, quien fue electo frente al

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- 7

-otro candfdato, el Dr. Francisco Calvo, sumamentevinculado al presiden-te 'Guardiay relacionado tambiéncon los postulados del liberalismo, 'y fundador de la Masoneríaen Costa Rica.

Ladoctrina liberal estuvo presente en Centroaméricay consecuente -mente en Costa Rica, aún desde antes de la independencia política de la región, de hecho contribuyó al movtmientode emancipación. No obs-tante, sus postulados tanan vigor a partir de mediados de siglo, debido principa1mente a la difusión del periodismo~la tmportancia que adquiere la educación y a la admisiónque de las nuevas ideas hacen, quienes organizan el Estado costarricense.

No fue casualidad tampocoque a partir de estos años la Iglesia empezaraa perder influencia dentro de la sociedad, dado el cuestiona -miento sistemático que de esta se hizo: cumplióen ello un importante

papel'la masonería. Ya en julio,' de 1866 una circular recordaba las penas infligidas por la Iglesia a aquellos que se asociaran a las ag ru-paciones masónicas (22). TanbiénRivas, en su Carta Pastoral titulada

"

m

racionalismo" (set , 1875), declaraba la excanunión mayor "Lpso

facto dncur-renda",a quienes se relacionaran con aquel tipo de ideas (23) •

.El desacuerdo entre el presidente Guardia y la Santa Sede, por el nombramientodel obispo quien sucediera a Llorente, contribuyÓ t am-bién a distanciar las relaciones entre la Iglesia y el Estado? no obs-tante que el Presidente procuró mantener una política de equilibrio (24).

Diversos motivos hicieron que Guardia retrasara la presentación del candidato, siendo necesario que Rana ampliara el plazo hasta setiem -bre de 1873. Fina1mentese presentó al ~resbítero RamónCabezas, devoto partidario suyo y diputado al Congreso por la provincia de Heredí.a. El incumpltmiento de trámites establecidos y la, clara beligerancia de algunos miembros del alto clero hacia la candidatura presentada, hicieron queel Papano aceptara tal postulación. El asunto se complicó también por discordias entre dos miembros del alto, clero, Rivas el Vicario Capitular y Francisco Calvo, quien contaba con el apoyoguber -namentaly del sector liberal, en especial la masonería. Ambospodrían ser vistos cano representantes de distintas tendencias al .ínter-íor

de la Iglesia. '

En 1876 fue nombradoVicario Capitular y Delegada Apostólico Luis Bruschet.t

í

.

,

razón por la cual Rívas cesó en sus funciones, aunque no 'en sus problemas con el Gobierno,a tal grado que fue desterrado, adu-c íéndose que este trabajaba contra las nuevas pretencíones de Guardia ,por 'presentar la candidatura de Cabezas,'dada la anuencia ranana de

reconsiderable cano tal. Habría que esperarse pasta la déca dasiguien-te para que CostaRica contara con el nuevo obispo (25).

Cano 10 señalamos, durante la administración Guardia se estableció una política de equilibrio que parecía favorecer

al

.

liberalismo, al tiempo que también protegía a la Iglesia. - Er:1mayo de 1870 se dispuso reservar una parte del cementerio para la inhumaciónde los no católicos y siete años después, se establecía' la LLber-tadde cultos (26). Pese a que en el resto de Centroanér-íca, príncápalrnente en Guatemalay El Salvador~la situación se volvía cada vez más'intolerante en sus rela-ciones con la Iglesia, Guardiano dejaba de favorecerle con sus decí.aí.o -nes exacerbándose con ello los otros gobiernos. .Una de estas medidas, 10 fue el pennitir el ingreso a nuestro país de las órdenesmonástícas

(16)

- 8 .;..

y especialmente de la Canpañíade Jesús , a quien se dio la dirección

del Colegio

Sa

n

~

L

:

uis Gonzaga. Eneste mismoperíodo los paulinos asumen

la dirección 'del Semíriar-Lo, las religiosas de Belén se establecen en

Costa Rica~ las Hermanasde la Caridad ingresaban para prestar servicios

en el Hospital San Juan de Dios y las religiosas del Sión tanaban la

dirección de ~ col.egio de niñas (27L

2. Lanueva.situ. ación de la Iglesia? 1881-1901.

.,--..~

.::0.•••'

E.11un- período' relativamente corto de veinte años9 suceden una

serie de situaciones quemodifican sustancialmente9 tanto las relaciones

entre la Iglesia' y el Estado en Costa Rica? cano el status mismode

cada uno de ellos.

La década de los ochenta presenta en f'orma clara el proceso de

centralización estatal emprendidobajo el nuevo orden liberal. A nivel

jurídico se busca tanto po~;al día y de acuerdo con el nuevo mode.lo,

la legislación ya emitid"h,",cáÍiotambién legislar sobre aquellos ámbitos

hasta el manent~no·,.g3niZadOS jurídicamente. Cabe citar aquí la

obra cOdificadOra~"'Ó:igo Civil 9 Penal9 Fiscal, de Procedimientos)9

la cual const í.tt '.' a preocupación mayor? durante la década de los

ochenta9 jillltp'

a

-.ot.ras leyes menores. Por ejempl.o9 en 18819 se da

la Ley ~e<Sucesiones9en 1884 la Ley de desahucio.y la Ley de Aguas?

así c~~'" el Reglamento de Correos. Un año después se establece el'

Regl.anentode Policía 9 Seguridad? Salubridad y Ornato9 para 1886 se

da el ReglamentoMilitar y a pr-íncíp.íos de los noventa la Ley de los

Tribunales (28). .

En este proceso de centralización estatal, la búsqueda del forta

-lecimiento económico7 constituyó parte fundamental. Dehecho el Estado.

bajo una matizada visión liberal 9 busca emprender tanto aquellas obras

que se situaban lejos de las posi1:;>ilidadesIndavtduates , cano otras

que por su naturaleza 9 han de correr bajo su dirección. En 1881 se

establece el Registro Civil para garantizar la plena autonanía estatal

en los asuntos civiles y dos años después , cano canplemento a este,

se organiza la Dirección General de Eatadfat íca, oficina ligada a los

asuntos electorales y administrativos. En 1885 se funda la Penitencia

-ría Pública y se establece la Cruz Roja? luego el Museo Nacional y

la Biblioteca NacionaL A nivel econánico bástanos recordar las

numero-sas leyes contra la "vagancía'' y la pr-ívatdzac í.ón: sistemática de la

propiedad baldía? ambosen la búsqueda de una mayor racionalización

de los reC1JrSOSdisponibles (29). .

La pranulgación de la Ley Fundamental de la Educación en 1885

y la Ley.General de Educación? un alío después , son manifestaciones

de un proceso mayor?reflejado a lo largo de estos años? que evidencia

.la preocupación de los gobernantes por mejorar y dirigir este campo.

En 1884.se establece el Instituto Universitario? en 1887 el Liceo de

Costa Rica y el Instituto de Al.ajueIa, luego el Colegio de Señoritas

y en 1892.la SecciónNormaldentro del Liceo de Costa Rica (30),

A nivel de la Iglesia también es significativo el proceso de cambio

emprendido? este es claramente identificado cano de reorganización

dado el carácter de las reformas desarrolladas. En 1880ocurrió la

llegada de Bernardo 'I'hí.el ala dirección 9 hasta el monento acéf'al.a,

de la Iglesia costarricense, caracterizada por una acentuada desorgani

(17)

- 9 _.

Tan solo observando la magnitud de la literatura escrita en el período~ podemos darnos una idea del proceso iniciado. Fuera a través de circulares y otras publicaciones~ o.de manera más formal~ por medio de cartas pastorales decid.idamente·la .Iglesia establece los nuevos lineamientos a seguir. por los sacerdotes y la sociedad católica en general. Cerca de la mitad de las cartas pastorales combaten abierta

-mente al liberalismo y no pocas contrarían al Gobierno. A continuación presentamos, para su canparación con períodos precedentes , in cuadro que informa sobre la literatura eclesiástica publicada entre 1851 y 1901.

Literatura eclesiástica emitida por la Diócesis de Costa Rica~ entre 1851 y 1901. Período Tipo de literatura 1851-1871 1871-1881 1881-1900 Cartas Pastorales 9 '7 51 I Circular.esy cartas 47 39 128 Circulares Edictos y publico 5 - 18 varias Fuente: Sanabria: (1972), (1973)~ (1982).

En la difusión de la amplia literatura del período, los medios de comunicación manejados por la Iglesia, cumplieron un papel trascen-dental. "El, mensajero del Clero" fue escrito a partir de 1882 y estuvo dirigido a los sacerdotes, tratando en forma constante sus deberes y otros aspectos relacionados con los actos litúrgicos~ así como diver-sos artículos contra el liberalismo, la educación laica, el matrimonio civil y la masonería. "El eco católico"? fue escrito principalrriente para la sociedad católica costarricense, tratando dentro de su temática,

iguales aspectos que el anterior. Ambos, a raíz del conflicto entre la Iglesia y el Estado a mediados de los ochenta~ suspendieron temporal-mente sus publicaciones.

"El correo español" y "La unión católica" fueron dos periódicos, el uno en los trucaos de los ochenta y el otro durante los noventa, que si bien no fueron dirigidos directamente por la Ig.íes.ía, es un hecho que se constituían en sus voceros.

Si para 1880 la situación del clero costarricense no varió en términos cuantitativos significativamente, si constituye una preocupa-ción de las autoridades eclesiásticas su mejoramiento cualitativo. De 1850 a 1870 fueron ordenados 75 sacerdotes costarricenses, luego de 1871 a 1880 recibieron la investidura clerical 11 y de 1880 a 1901 se ordenaron 52 jóvenes (31).

(18)

prepara-- 10

-ción para la carrera eclesiástica de los costarricenses 10 eran el Colegio de San Ramónde Leóny para quienes poseían mayores recursos?

sus estudios continuabanen la Universidad de SanCarlos de Guatemala.

La capellanía constituyó la principal fuente de financiamiento para

este tipo de estudios? 10 cual limitó las aspiraciones de muchos. Por esta razón, la cultura de los sacerdotes? haciendo las excepciones del caso, fue relativamente pobredurante la épocacolonial (3?i.·

Entre 1700 y 1850 un promediode 50 sacerdotes atendía las necesi

-dades espirituales en Costa Rica (33). Para 1880 contaba nuestro país con un total de 107 sacerdotes, 30 de los cuales eran extranj eros.

En San José se ubicaba gran parte de ellos? dadas las características particulares del gobierno eclesiástico (Cabildo, Seminario, Vicaría)

y dadala concentración poblacional en la capital (3~).

Un mejoramiento cualitativo comenzóa experimentar el clero a par-tir: de la apertura del Colegio Seminario en 1863, aunque este no fue constante, debido a diversos probJemasque el mismovivió durante el f)iglo pasado (35). Apartir de 1880fueron varios los costarricenses que viajaron al exterior a mejorar su formación clerical? especialmente

a Popayán en Colanbia y al Pío Latino en Roma,bajo la dirección de los jesuitas. El resultado de estos viajes no sólo se observa en la

acción mismade los sacerdotes? sino en la influencia queestos ej ercie-ron en la sociedad de finales del siglo pasadoy principios del presente.

De gran importancia para la reorganización eclesiástica costarri-cense fue el Sínodo Diocesano celebrado en agosto de 1881. A partir de éste, se buscódar'a la Diócesis un cuerpo uniformede leyes particu-lares? tomándoseimportantes resoluciones relacionadas con los deberes sacerdotales y la posición de la Iglesia frente a la secularización del Estado? el matrimonio civil, la educación laica y la prensa atea (36). Recalcamosla importanciade este congreso?pues en él se trazaron los lineamientos a seguir por la Iglesia durante las últimas dos décadas del siglo pasado.

El estudio de la Iglesia durante el períOdO,hanos de reiterarlo, debe de comprenderlas relaciones de esta con el Estado. Es claro

que el último, procura establecer su hegemoníadentro de la sociedad?

10 cual le lleva a adentrarse en ámbitos poco conocidos o delegados

en la iglesia (educacióny registro civil, por ejemplo) (37).

Thiel asumió como obispo bajo el mandatode Guardia llegando a

esa posic.ión gracias a la venia dada por Francisco Calvo, quien fue el que lo presentó al Gobernante. Durante estos años (1880-1882),

laGrelaciones entre la Iglesia y el Estado fueron cordiales? no obstan-te que el Obispo clamabacontra el asecho del liberalismo a la sOciedad

y en especial a la Iglesia.

Así? por mediode la SegundaCarta Pastoral? la cual trataba las causas interiores de la independencia religiosa y la incredulidad, se pretendía anular cualquier tipo de cuestionamiento al dog¡nareligiosQ.

liLa.religión católica exige la sumisión de nuestro'espíri

-tu a Dios?exige que reconozcamosla limitación de nuestro ingenio comparadocon la Llffiensidadde Dios; esta sumisión

tan racional parece a muchosinsoportable; este extr&~o

error viene en gran parte de la ignorancia del verdadero

y genuino caracter del conocimientoy ciencia humanos"

(19)

-

11-Muerto Guardia~le sucedió en calidad de designado Próspero

Fé~~

-

~

~

~~

~~~~

dez bajo cuyo gobierno se emitió la sobrevalorada legislación antic~'

cal ~ grupo de leyes tr-adící.onalmente llamadas "Laber-al.es", Es~

iniciaron ingeniosamente con el destierro del Obispo y los je~u:!:t'r ;"'.

de quienes se podía esperar de maneraabierta y pl.anífí.cada, una rE:!acc'"""~ •.~.

errprocura de proteger los intereses de la Iglesia. Luegose seculari-

r

zaron los cementerios~ se derogó unilateralmente el Concordato, ·s",NiIlO [,'{'

prohibieron las órdenes monásticas en la Repúbl íca, se prohibier~'~H"'~

las manifestaciones religiosas fuera de los templos y la. recolección

de l~osnas sin autorización del Gobierno(39).

Generalmente ha existido una sobrevaloración a estas leyes de

1884 y no pocas veces se les ha h8chover cano el resultado de aconteci

-mientos ubicados en el corto plazo. Por ello se habla de la presunta

reacción de Thiel ante la posesión de "Líbros pr-oní.bí.dos"en la Biblio

-teca de San Ramón(1882) ~ el llamado Sacrilegio de la Merced (1883) s

la muerte y el conflicto a raíz del entierro de Eusebio Figueroa (1883),

la actitud ~"1tolerante de Jadoco Krautwigy sus disputeS con las

autori-dadesciviles (1883), el arrendamiento del edificio del Seminario al

Instituto Nacional (1884) o los deseos de la joven Adela, hija de

Ani-ceto Esquivel por ingresar a la canunidad de las monjas del Sión (40).

Es posible que estos fueran los detonantes (llámense también excusas)?

que permitieron a los hanbres de gobierno pranulgar las leyes citadas,

no obstante, subyacía una situ.ación de carácter estructural: el proyecto

de secularización de la sociedad y la disputa por la hegemonía por

pate de la Iglesia y el Estado.

Poco a poco se buscó limitar la ~"1fluencia de la Iglesia en la

sociedad, primero impidiendo la publicación de sus ccmurucacíones y

luego a través de reformas mayores (vg. reforma educativa, bajo el

Gobierno de Bernardo Soto). Situación ya denunciada por la Iglesia

en 1881.••

"El Estado sin Dios, quiere súbditos sin Dioss porque

ciudadanos que respeten y acaten la autoridad divina, nunca pueden ser ciegos instrumentos de un poder ateo ...

SÍI'vense para esto de las elecciones? de la prensa,

de la ciencia y antes de todo de la enseñanzall (41)

El canbate emprendidopor-la Jg.leaí.a contra los planes estatales

que buscaban la secularización de la sociedad y la primacía en ésta

del Estado? son evidentes en las cartas pastorales. De las 48 cartas

escr-í.tas por 'I'h.ie.l, cerca de 20 tratan directamente el liberalismo

y la educación y la mayoría, sino todas, tocan siempre tales tópicos.

Durante el destierro del Obispo, sobrevino al interior de la

Igle-sia costarricense lli~ crisis interna, derivada esta tanto por la

ausen-cia de aquel, comopor la presión ejercida por el Gobierno. Esta cri

-sis alcanzó su cl:irnaxcuandoAntonio del CarmenZamor-a,Ví.car-í.oGeneral,

quien quedó cano cabeza de la Iglesia, publicó una carta pastoral que

directamente justificaba las acciones del Gobierno contra el Obispo

y los .iesuí.tas. El clero por su parte, intimidado por el Gobierno

según se dij o después, apoyó las medidas estatales por medio de la

controverscal "Manifestación del cIero", finnada por 31 sacerdotes

encabezados por el padre Francisco Calvo (42). Ante presiones desde

Panamádonde se encontraba Tniel? poco a poco los miembrosdel clero

fueron presentando su retractación, máximecuandoestos fuer-onamenazados

con la excomlli"1ióny les fue impedidoel libre ejercicio del ministerio

(20)

- 12

-la autoridad religiosa y entre ellos Cal-,IO,htctcron que la tensión continuarae"

Con una Iglesia en crisis y de la cual bien podría esperarse en

'cualquier manentoUI1 cisma, dada la desorganización interna 9 no fue

difícil a los hanbres de Gobierno9 r-adácal.Izar- sus acciones. Después

de 1884 y en un período bastante breve fue cerrado el Seminario, que

era regentado por los Paulinos, 10 mismoque el colegio de los Belffnitas de Hered.íay se resolvió también r-etír'ar' a 13,sHermanasdel Sión de la dirección de la Escuela de niñas en Alajuela.

. La vuelta de Thiel a Costa Ríca, fue negociada entre la Iglesia y Bernardo Soto, ahora cano candidato presidencial, ya que de 1885 a 1886 fungió cano designadodespuésde la muerte de Próspero Fernández.

Despuésdel triunfo de Soto y por decreto ejecutivo del 9 de mayo de 1886, se permitió a Thiel regresar a Costa Rica? luego que este ordenó a los miembrosdel clero9 apoyar las candidaturas de Soto (43).

Perdía la Iglesia una batalla~ pero no estaba dispuesta a perder la guerra. La aparente estabilidad, hacía editorializar a un periódico en su revista anual~ a finales de 18859 que a diferencia de otras nacio-nes~ donde la eliminación de la influencia religiosa (fanatismo)9 ha

sido una de las mayoresborrascas sociales? en Costa Rica...

11••• se ha hechoesa evolución sin conmocionesni extreme

-cimientos9 sin derramamientosde sangreH (44).

Ya notamos, cano la reforma educativa excluyó de los programas escolares la doctrina rel:igioS3., ~esta pasó a ser una de las preocupa-ciones fundamentales de la Iglesia durante estos años. Igual .ímpact;o causó la admisióndel matrimoniocivil dentro del nuevo CódigoCivil.

¡¡ Con el fil1 de se atribuye·a el matrimonio. do 3. un mero de sacramento de Jesucristo"

apoderarse más del individuo? el Estado

sí el derecho excluaívo de sancionar El matrimonio de los cristianos? reduci

-contrato civil, se despoja del carácter

que tiene por institución y voluntad

( 1+5) •

Causa de la tan polémica reforma educativa, 10 fue también el cierre en 1888 de la Universidad de Santo Tanás (46). Por medio de un Breve firmado en octubre de 1852 y ratificado por decreto un año después? la Universidad de Santo Tomásadquirió el rango de Pontificia y con ello, la injerencia del Obispo sobre este centro de estudios.

Sin necesidad de adentrarse en las posibles cqusas del cierre de este

.centro, su estado? su constitución o los alcances de esta medida, es

.un hecho9 que las facultades que continuaron operando lo hicieron en

forma independiente, libres de la tutela episcopal y el dogmareligioso

(47).

Entr-e 1886 y 1889 la situación no varió significativamente. El

Estado continuó en sus proyectos decididamente anticlericales. La

Iglesia por su parte no dejó pasar la oportunidad para reprochar a aquel las presiones a que fue sanetida. Las elecciones de 1889-909

fueron la oportunidad esper-ada, aunqueno lo decisiva para la Iglesia en sus afanes de recobrar lo pervfi.do,

(21)

- 13

-El triunfo del Partido Constitucional de José Joaquín Rodríguez y hechos del 7 de novie~brede 1889 no podrí~~entenderse si del análi

-sis se excluyera a la Iglesia. Pero no puede decirse a secas? que el triunfo de Rodr-Iguezse deba a que éste contó con el sólido apoyo de la Iglesia~ debido a que ésta estuvo de nuevo dividida en esta opor -tunidad.

El Obispo dí.ó, en un Irrí.ci.o de la campañasu adhesíón a Esquivel al considerar que...

". .. no habiendoun candidato netamentecatólico debemos de inclinarnos a aquel que másgarantías nos dé" (48) o

Pese a lo anterior y dadas las divisiones ocur+'das al seno de la sociedad católica en este procesoeJect<ral~'!hiel en f'ormapúbl.

f-ca, no mezclar su nanbre en asuntos electorales. Fue claro que la mayorparte de la Iglesia apoyóa Rodr-íguezy ello resultó ser decisivo para su tr-íunf'o,

Las relaciones entre la Iglesia J 81 Gobierno de ROdríguez?fueron cordiales durante los primerosaños de mandato. Tan sólo llii mes después

de haber asumido el nuevo gobierno se acordó permitir la enseñanza religiosa en las escuelas7 con carácter facultativo? es decir a decisión de los padres del infante. En 1892, haciendo modificaciones al texto del acuerdo7 se decretó el estab.lecímíento en las escuelas estatales del Catecismocristiano y de la Historia Sagrada (49L Parecía que la Iglesia iba poco a poco recobrando el terreno perdido durante los gobiernos liberales.

Despuésde 1892 las relaciones de la Iglesia con el Gobiernofueron enfriándose? en todo caso desdeel añoanterior aquella mostraba mayores pretensiones que las garantizadas por Rodríguez~.al participar en las elecciones mQ~icipales7esta vez no apoyandoa nll1gúnpartido político?

sino fundandoel suyo?el UniónCatólica.

Laimportari~iadel UniónCatólica en la vida política costarricense ha sido r'eí.ter-adanenteestudiada (50) o Bástenos decir que se caracteri

-zó por dejar atrás la tónica del personalismopolítico) sustituyéndole por un programade gobierno. Este último fue redactado por el clero? quien también designó a José Gregorio 'I'rejoa , reconocido ciudadano católico? cano candidato. QuedÓa la asamblea del partido apenas la ratificación de~~ejos comosu representante.

El programadel UniónCatólica? constaba de nueve artículos? que no expresaban claramente las pretensiones verdaderas de la Iglesia?

cuales eran la derogatoria de la legislación anticlerical. Se ofrecía tener cano base para la futura administración? a la Constitución Polí

-tica de 18719 canogarantía aparente de que no ocurrirían grandes refor -mas. El artículo 20. consideraba necesario dejar a la Ig1esia "en el canpleto goce de su Líber-tad", sin referirse a los alcances de este proyecto. La enseñanza era también valorada y se ofrecía "armontzar'La con las libres y. legít:irnas aspiraciones de los padres de f'smí.lí.a", El arreglo de la deudainterior, la protección de la producciónagrícola y la industria nacional? el abaratamiento de los víveres, constituían las principales medidasa emprender(51).

Las .exhortaciones a los catól ícos para que colaboraran con el partido político eclesiástico eran constantes. En febrero de 1893

el Eco Católico infamaba él. los devotos, cano 1ejos de ser prohibida la par+íc.ípacíón política de los fieles y sacerdotes? ello constituía

más bien una obligación? cano también lo era abstenerse de prestar cualquier tipo de ayudaa los 1iberales (52). Al unísono de las protes

(22)

-- 14

-tas liberales, par la participación política de la Iglesia - y princi-palmente por el triunfo que ésta parecía vislumbrar - , se unieron

las denunc ías del periódico "La libertad cristiana" ~ Este periódico

fue fundado por un sacerdote~.que después de ranper con la autoridad eclesiástica, se unió a los liberales en su cruzada anticlerical (53).

Nuevamentela Iglesia aparecía a los ojos de la opinión pública, como una institución dividida en sus planteamientosy en su lucha en contra del liberalismo.

Ante un irminente triunfo del UniónCatólica y frente a unaprotes-ta organizada contra el Gobierno, en diferentes partes del país, por medio de la cual el partido católico quiso demostrar el respaldo popular

con que contaba, se manipulóabiertamente el proceso electoral, jm. pidién-dosele la llegada al poder de este .partido. .

El periódico La Unión Católica, que había suspendido su publica-ción .desde finales de febrero de 1894,/ volvióa salir hasta mayo del mismoaño. En esta ocasión no se refirió a los asuntos e.Iec tor'al.es

pasados, aceptándose de esta fama el nuevo estado .de las cosas. No obstante, mánifestaba el Periódico cristiano, su pesar por la influencia del liberalismo dentro de la sociedad, en forma alarmante (54).

Desde mayo de 1894 fue presentado un proyecto ante el Congreso que buscaba eliminar la influencia de la Iglesia en los asuntos político

-electorales del país'. Diversos motivos ocasionaron que este proyecto no pasara a ser ley de manera inmediata, lo cual sucedió hasta julio del año posterior, después de que los diputados católicos habían ofre

-cido una fuerte resistencia, siendo vencidos por la mayoría liberal. De esa forma el artículo 36 fue modificado de la manerasiguiente:

IINingunopuede ser inquietado no perseguido por acto alguno en que no infrjnjala ley, ni por la manifestación de sus opiniones políticas. No se podrá, sin embargo, hacer en ninguna forma propagandapolítica por clérigos o seglares invocandomotivos de religión o valiéndose, comomedio de las creencias religiosas del pueblo" (55).

Rafael Iglesias, al igual que la mayoría de los gobernantes de su época, fue conciente del papel estabilizador que jugaba la Iglesia en la sociedad. Por ello, al tanar. posesión de su cargo manifestó. ~.

"Convencidode que la moralidad de los pueblos se desa-rrolla y fortifica más a medida que con mayor pureza

se observan y practican las máximascristianas y persua-dido de que es la Religión Católica Apostólica Ranana la del mayor número de los costarricenses, procuraré protegerlaen cuanto es justo y racional" (56).

A la vez el Presidente Iglesias se canpranetía a contribuir al sostenimiento del culto católico con las rentas nacionales. Este último es sumamenteímportante, debido a que aún en aquellos períodos críticos en las relaciones Iglesia-Estado, este úl.t ímo cumplió puntualmente con el mantenimientode la Iglesia, segJn lo establecía la Constitución Política.

De 1884 a 1900 se dispuso de cerca de un .84 % comopromediode los gastos ordinarios anuales del Estado costarr-icense para ser

(23)

destina-- 15

-dos a la Cartera de Culto. Conello se mantenía al Cabildo Eclesiásti-co, al Colegio Senrinar-í.o, a la Iglesia Catedral y al Obispado. Algunos curatos eran también subvencionados; especialmente aquellos que se encontraban lejos de la capital cano los de Boruca, Térraba, Limón, Talamanca~Guatusoy otros (57).

Anexoa esta car-tera, se manjejaba en calidad de eventuales, un monto de dinero destinado a discreción del Poder Ejecut.ívo, según los requerimientos de la Iglesia. Este monto si varía a lo largo de la época en estudio~ de acuerdo al estado de las relaciones entre el Gobier-noy la Iglesia (58).

De 1880a 1901~fue notable el interés de las autoridades eclesiás-ticas por el desarrollo espiritual y material de la Iglesia. En el campo espiritual ya citamos la reorganización iniciada a partir del

SínodoDiocesano en 1881. En este mismoperíodo fueron también

erigi-das 14 nuevas parroquias (59).

La preocupación del Prelado por integrar a la totalidad del país

bajo los lineamientos eclesiásticos es evidente en sus esfuerzos misio-neros. Tniel realizó durante su obí.spado, dos visitas generales9 una

que inició en diciembre de 1880y la otra en enero de 1884. La labor

misionera llevó ta~bién al Obispo a realizar cinco viajes a Talamanca e incursionar en territorios indígenas (60)9 marginados hasta ese

manen-to de los planes gubernamentales. Todas estas visitas sirvieron para conocer el estado eclesiástico de Costa Rica y trazar desde aquí el proyecto de reorganización pensado.

En 1900fue escrita la cuadragésnnasexta pastoral (61)9 titulada

"para el fin del Siglo XIXy principios del Siglo XXli• Notorio es

que este balance sobre la situación eclesiástica costarricense exalte

los beneficios recibidos durante el siglo que terminaj tocándose

margi-nalmente apenas9 los problemas con que esta se enfrentó. Celebra el

documento la independencia civil (1821) Y religiosa que tuvo Costa Rica9 el dedarrollo material experL~entado~así comoel notable aumento

y desarrollo de la población. Especial énfasis da al hecho de que se conserve la religión católica cano la única verdadera.

¡¡ no obstante tantas contrariedadess el espíri tu

religioso se ha fortificado más y más en Costa Ríca"

(62) e

A finales del Siglo XIXparece haberse presenciado una aceptación por parte de la Iglesia y el Estado costarricenses9 de la nueva

delimi-tación de ámbitos resultantes del conflicto entre ambos. La Iglesia tuvo finalmente que aceptar la legislación anticlerical ya emitida. El.Estado~por su parte~ tuvo que admitir el papel moralizador desempe

-ñado por la Iglesia~ dentro de una sociedad que continuaba siendo

mayo-ritariamente católica. Ambosadecuaban de esta manera sus actuaciones a las particularidades propias de una época de cambioque influía en todos los ámbitos9 incluso el religioso.

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