ASO II. SABADO 1.'' DÉ ABRIL DE 1854. NÚM. 50.
DE Ll
PERIODinO DE INTERESES MORALES Y MATERIALES.
REDACTADO POR
O. y. TTLx-tbt, CD. '^ucL·U' Sciiez X^vaeu (D. Síeonou) 5. í^aiï-e^o.
SE'PUBLICA bos VECES AL MES, Y A CADA NUMERO ACOMPAÑAN IB PAGINAS EN 4."
DE OBRAS DE LA CIENCIA.
PRECIOS DESUSCRICION.
ALPEniÓDico CONLASOBRAS. En Madrid, por un mes, 3 rs.,por 1res id. 8. En provincias,por tresid. 10. Ul¬
tramarASOLOy
estranyem, Jidr
un año, 50.EL PERIODICO. En Madrid,por on mes, 2reales, portresid. 5. En provinciaspor tres id., 7. Ultramar y estrangero, por un año, 36.
Cada 8 páginas dé las éliras publicadas cuestan á los
nuevos suscritores medio real.
PUNTOS DE SUSCRICION.
En Madrid: Ed la Redacción, calledelDesengaño, iui-
mero 18, cuartotercero; enla librería de Cuestaó%n la de Bailly-Bailliere, yen la litografia de Mejía, calle de Atocha, num. 62.=En provinciasen casa de loscorres¬
ponsalesen lospuntosenque los hay, ó girando letra sobre correos áfavor del Administrador,encarta franca.
ACTOS OFICIALES.
El
digno
profesorí).
José Ruanode Reinoso nosremite para suiüsercionlos siguientes documentos:
1.® Sr. Gobernador civil de la provincia de Leon:
D. José Ruano, veterinario de primera clasey vecinode
estavilla deSahagún, á V. S., con la debida atención espone: Que celoso de las atribuciones y prerogativas quele confiereel título de su profesión,no puede llevar
conpaciencia que los albéitares. herradores establecidos
enestavilla ejerzan, comolo están haciendo, la ciencia Yetéririaria en toda su cstension y queno selimiten,al
menos enlos puntos donde resida un veterinario , á la curaciónde las enfermedadesno centagiosas de los solí-
^pedos, asi como que tampoco se abstengan de hacerre¬
conocimientos facultativosy espedir
certificaciones,
se¬gúnse le.sprohibe, lo primero en el real decreto de 19 de agosto de 1847, y lo sègundo en las reales órdenes dé28 desetiembre de 181)0 y 4 de mayo de 1802, inser¬
tasenla ley 5.°,
tlt. l4, iib.
8.°de laNovísimaRecopila¬ción. No porel interés que pueda resultarle, sinópor el honor déla'ciencia queprofesay ejerce, el recurrente miraCon repugnancia estas intrusiones; y con el ñude reprimirlas, acudió demandandojusticiaal Sr. Alcalde de estavilla; masestaautoridad, apesarde haberlepuestode manifiesto los decretos dictadosporlos Sres. Gobernado¬
res'deSalamanca y Soria, insertosen los Boletines
o/ícia-
íes, résqlviéhdoén el sentido de mipeiícioucasos idénti¬cos, ha antepuestolas consideracionesque juzga debe á
losalbéitares,A las imprescindibles dela Ley, viéndose por lotanto el espolíente en la prei ion de molestarla átenciotf do V.S., áquien suplicaseArva darsusórdenes para quedos albéitaresherradores seabstengan, en los puntosdonderesidaveterinario, decurar otras enferme¬
dades quelas no contagiosas delos solípedos y nopracti¬
carreconocimientos desanidad; y, siáV.S. le pareciere conveniente imitarla conducta dedos Sres. Gobernadores de Salamanca ySoria, qué se digne decretarlo porórden generalinsertándolaen el Boletín oficial de la provincia.
Es favor que espera deV. S., cuya vida etc.—Léon y tnarzo2 de 1884.=Jo3é Ruano.
1." Gobiernocivil de laprovinciadeLeon.—Con esta fecha digo al Alcalde constitucionalde Sahagún lo que copio,==D. José Ruano, veterinariode 1.' clase, ha acu¬
dido á§steGobierno de provincia quejándose do intru-.
siones cometidasporlos albéitares herradores estableci¬
dos enesepunto; y ensuconsecuencia prevengo á V.
baga entenderá losdenunciados sé abstengan de propa¬
sarse áhacer curasy otrasoperacionesparalas qüe no estén competentemente autorizados por sutítulo enla inteligencia dé que, si alguno dé ellosvolviere á dárlu¬
gará quejas fundadas como laquemotivaesta órderi, se¬
rácastigadocontodo elrigorquela Ley señala, quedan¬
do V. muy especialmente encargado de impedir que se
reproduzcan dichas intrusiones.—Lo que traslado á V.
parasuconocimiento y finesoportunos.Dios guardé á V.
oto.—Leon lo demarzo de 1854.=L. A. Meoro.
SURDELEGAGIONES DEVETERINARIA.
Hace muchotiempo que congrande
sentimiento
advertimos queel mayor
número
de lassubdeicga-
cionesáe véterinaria se encuentran
desempeñadas
por personas
â quienes
deninguna
manera compe¬ten tales cargos; y no sabemos
ciertamente
á que atribuir la falta que en este punto se comete en la observanciadelaley. Ningún aibèitar,
siendoslm-
p/emenfealbéitar
6 albéitarhevraiior,
puedesei* sub-ECp
delegado
, ysin embargo, podemos desde luego
asegurar, que,
las dos terceras partes de las sub-
deíegaciones de partido, están á cargo de personas
quenoson
ni tienen otro título que el de albéi-
tares.
Respetamos
ahora
ysiempre, cuanto jse merece aquella frase favorita por lo general de los que mas
abusande la
justicia;
respetamoslos derechoSi ie^fi-
timamente
adquiridos;
peronó podemos dé nin'guna
maneraconsentir
impasibles
que, porse veanobjigados
infinidad de veterinarios á ^pre¬
sentarsus títulosante, un
,albéitar subdelegado, á
iBfoimajrle
encasodemecesidat} de cuanfò' püeda-
tener relaciónconla,
ciencia, á considcjarie coinn-
autoridad superior
inmediata,
yá otras muchas co¬
sasque
prdena el Reglamento, de 24 dejuliodeilSbS.
Este mismo Reglamento,
ocupándose do ia,,espíjla
,que
debe guardarse
enel nombramiento de los sub¬
delegados de veterinaria dice asi:
01.® Los.qiie
hubieren servido con celo é inte»'
,,ligencia elçacgü de subdelegados.
2,® hqs
v.etepiparios de primera clase.
3j.® Lqs
de segunda, si fuesen. idóneos para el
. cargo,
á juicio de los Jefes políticos, previo el dic-
lámende lasjuntas
provinciales de Sanidad.
Art. 5.® Cuando enun
partido
nohubiera pro¬
fesor de las clases
comprendidas
enel articulo an¬
terior, que
'pueda desempeñar el cargo en alguna ó
énlódas1?(S
fácnltadés, dispondrá el Jefe político
ique lo verifique eí del partido nías inmediato perte¬
necienteá
la provincia, formando en tal caso, un
distrito
de dos ó
maspartidos,»
Ahora bien ¿se
hace aqui mención alguna dfi Jos
albéitares? Pueden ser
nombrados, subdelegados,
^em[)re que no reúnan
la circunstancia de haberlo
«idoanteriormente?—De
ninguna
manera.jNo obs¬
tanteexistenuna
infinidad
enlas cabezas de partido
que
á
pesarde
nohaber desempefiado nunca aque¬
llos cargos,
llevan hoy
conla frente erguida el nom¬
bre de
suhdele^àdos!!
Pero aunhaymas.
Los albéMares.que jno hayan
sidosubdelegados
provinciales,
no,pueden tatqpoco
serloni aun
interinamente,
aunque^no exista, en él •
ningún
veterinario establecido, sea este de primera
6-de
segunda clase:
entales casos, deben estar des¬
empeñadas las subdelegaciones de veterinaria, por
un
profesor de otra ciencia, por un profesor de me¬
dicina, ¡Tanta es
la confianza'qüé sin duda Hispirán
alGobierno!
Héaquí la.
real órden
quelo determina, inserta
enel
Bolelin Oficial de esta provincia el dia Í2 de
marzode1850.
«E/Exorno. Sr. ministro de
la Gobermcion del
Jteino, en24de febrero
ultimo,
mecomimica la real
órden
siguiente'.
Vista la.consultaelevada á este
niinisterio
por elJefepolítico
deMurcia én 19 de diciembre últi¬
mo,paraque se
le autorice á nombrar á los albéi-
tares herradores subdelegados
de la facultad de Ve¬
terinaria en sus respectivos
partidos
,cuando
nohayaen
la provincia profesores de dicha facultad, y
teniendoen cuenta las razones
de conveniencia
yutilidad
pública
queha espuesto el Consejo de Sani¬
dad en suinformede 30 deenero
próximo pasado,
laReina
(q. D. g.j
seha servido resolver, que en
los casosde esfanaturaleza, se
nombre
unprofesor
démedicina, para que
desempeñe interinamente
„
^ipbPíí^rgo. De real órden lo comunico á V. E. para
los efectosconsiguientes.
Lo
que seinserta
paraco-
nacimieptodelpM&/ípp.=Bartolom,é Hermijdá-»
Conlodicho hasta
íqui/ queda suficientemente
.
probado,
quela
mayorparte de los albéitares nom¬
bradossubdelegados
de partido,
poseenunnombra-
/miQutoqueqo
les pertenece. ¿Intentarán tqdavia opo¬
nerse,áquese
les destituya de este cargo, alegando
quesus
derechos sobre este puuto, son legitima-
mente
adqiiiridos?_Todo puede suceder; pero en
este caso, ciertamente que son
de ningún valor, co¬
molessucede conotrostantosque
tambien precu-
'
ramos aclarar en.otro
articulo.
A los veterinarios es, pues,
á quien compete
acu¬dir á los
gobernadores de
susrespectivas provin¬
cias,.para
qu^epviata de la preinserta real orden,
sedestituya
á ciertos albéitares del cargo, de subde¬
legados,
poniendo despues en su lugar á los veteri¬
narios, queson
los
que seencuentran para ello au¬
torizados por
la ley.
Oviedo y enero
de 185^'•
SatürioL. Alvarez.
lA.¡continuación
darnos cabida á
unaraerooria
fque,
ïelativa al primer, tema del coucurso abierto por
la redacción de El Eco, hemos
recibido
enunion
conla cartaque
la precede. Reservamos los lemas
para
la época señalada.
Srcs.redactores: decidido á escribir sobré
el priñfer
temadelconcurso qnc Vds.
han tenido la generosidad de
abrir en interés de ios progresos
científicos
ymejoras profesionalés de la Veterinaria, tenia Unicamente formada
micomposición
de lugar, aplazando la redacción de la
.memoriapaya
cuando mis ocupaciones
melo permitieran,
todavezqueel plazo
seaalado
medejabii tiempo suficien¬
te. Pero lapüblicacion
de los artícülòs dé mi apreciable
comprofesor.Sr.
Revascall
enlos numéros 27 y 28 ñé Él
Eco, yla
circunstancia de
estarorganizándose una socie¬
dadveterinariamehan obligado á
precipitar mi trabajo,
reduciéndole ámeras consideraciones
generales
quecreo debe.n tenerse muypresentes antesde adoptar un párfído
decisivo páralopresénte y
porvenir.
Deseo quecuanto antes
publiquen Vds. esta .especie
debosquejo: ysi
los veterinarios encuenlrán mis, idéias
dignasdesu
adhesion ó de ocuparles
enfijanca polémica,
desde ahora me comprometo á
da ricé el desarrollo ne¬
cesario.
Creoquela
anticipación de mi corta memoria no phste
para queyotenga
ppcion árconcurso, toda vez que güar-
dó el anónimo,
yjfcomo llevo dicho,,
mepropongo am¬
pliar el
mismo punto.
DB LA VETERÍNARIA. 43
Pôr ultimo Sres.redacloics, no concluiréestasbreves líneassin espresprlescon toda efusión la
gratitud
que me inspiransus nobles esfuerzosenfavor dela Veterinaria
española, esfuerzos de que no hayejemplo en
ciencia
al- guAaporpaíte^ffe
unaeiti'préáa periodística,
ySin invitar
áníiscomprofesoresparaque
Üo pierdan tiempo
enmani¬
festar
sú'òpihion
acercade lós puntosque toco.¿Puedan los vetëHmrios pof si mismos mejorar
su situación y
atender al engrandecmiénto de
suciencial
¿Qué medidas serán
masconducen¬
tes al
efecto^
En el vastocampo
de la facnltad
queejercemos
donde tantossinsabores y
desengaños
se recogen, dondeunlauroefímero cuesta unsinfinde sacrifi¬cios y
desvelos, doiide la
recompensaal mérito
es tardia y á vecesnula; existen á
nodudarlo los ele¬
mentosdesalvación, los verdaderos mediosde me¬
jorarnuestra
situación triste, precaria
,ydesgracia¬
da;. Cuando en vezde unionsehapredicado laanar¬
quia;
cuando
en vezde órden
seha tendido al des¬
concierto; cuandoen vezde alentar las
aspiraciones
descorazonesnobles
seháii deprimido
yescarheci-
do, noes.éstráño
queVeámos á los profesores de
Veterinaria
sólps,.
aislados, sin relaciones, sinaspira, ciópes
de ningún génér'o, sinyalor
paralanzarse à
la.arfena
periodística formulando
unproyecto de
mejora y
engrándeciiñiento de
nuestrafacultad;
perono,hp será
así j.Eí Eco de la Veterinaria mc'iAo
en•medio del entusiasmo escolar, alimentadopprlapa¬
sión, al
estudio,
llevado del deseó degloria, ha des¬
pertado
consil robusta
vozá
todoslos
que,narcoti- za,dós
cóiielhálito íiel désengaño,
solocr'eiah
ensí
mjsmos y
de si mismps lo esperaban todo. Ya lo he¬
mosdicho; laVeterinaria se rebulle, tiene aun al¬
gun
destello
devida^y
lesaráfaga, corriendo de
uuo- bióenpueblo
ydé provincia
enprovincia, acabará
por
ánimár
ydecidir la facultad toda á, |a coóperá-
cioji
de fin
tanalto. Si contemplamos la infinidad de
objetosqiiè á nuestros pies tenemos, los innumera¬
blesseres que nos
rodean
ylos inmensos
cuerpo,Sjque
giraii sobre nuestras cabezas; si consideramos qué todos juntos, conspirándó á
unmismo fin, ps-
tablebenelconcierto
universal,
elmóvimientp uni-
foirméyla
admirable armonía
nuncaintérriímpida
dé là gran
Hiáquiña del nihndò, necèsariamente he-
mofe tieconsiderar
qué' tddoá los profesorés, cada
uñió éh áu ésferá dé acción en relaciónconunfocó
cótiftin,
éstableceríánios yfijáríámos de
Unmodo
sólidfó'y estable las báses donde déscainsar debe el
lustrey
esplendor de la'dencia qué ¡d-ofesamos, la
cónsilieracion sócialque
nierecemos
yel biènestà'r
á
qué
somosacreédotes.
Cesedesdé
hoy
eseaislamiento
enquevivimos;
mueran para
sjempre los encarnizados odiós
quènéá'sépárah dé'
nuestroscómprofespres;
y nazca désdé'este níorflento la venturosa era enque todosvMndóá''bara uhd
ycáda
uñó paralós deniás. De estó'ínòllo tendiéndotnan'cóihúnaáámehmaiengran-
décitniénto déla cienciay al
bienestar
de la clase, estáyaquella
nosrecómj^éñsarán debidamente.
Hàài ahoratodose habíaesperado del Gobierno dé'S. M.:
hoy Cli
queeste tiene
yadádq lo'
mas,ha-
g^ò^'nòsótrós íó qu'é resta
ycoronarémdk
conglò¬
ria'eredificip. Sí; éáfeéselihome'ntó, lá hórá señala-
dáj^árá'mósthár áia faz mundo
entero quela
cifencjá ^né profésámos tiene su
cunaén
unabrillan'*
teesreia',
f n'o' eci
el lodazalinthundo
áquela
com-dtrjér'ón
laIgiátiraticfa, la^inmdratidad
y lafalta de
educación dealgunos, que eúsus aras prestaron el juramento sagrado de venerarla yengrandecerla.
De^unióhemana la fuerza; yeste axioma, asi
enlofísicocomo enlo moral, tiene una
importan¬
cia que nadie puede desconocer La Veterinaria
española
se presenta actualmente á nuestros ojoscomo un serenteramentemutilado, sin una cabeza queia dirija, sin miembrosque la apoyen, sin un cuerpo eafin, dondese reúnan y digieran los pen¬
samientos detodos, paraformar la verdadera idea desusery
fijar
lassólidas bases
dela cienciaydesuejercicio.Reunir losmiembros disentinados, agre¬
garlos áuncue^o sanoy
robustecido
porprincipios
cieutíficos, yseñalarlesuna cabeza que
dirija
todossusactosy pensamientos; tal es laidea salvadora de
nuestraclase.
Despues demuchos esfuerzosy trabajos emplea- ■ dos poralgunos alumnos delcursoescolar de 1849 á50,logróse daruna existencia efímera á la Acade¬
mia médico-veterinaria estihguida en su cuna por
disposiciones superiores; pero
desde
aquellaépoca,
la idea de asóciacion yformaciónde un cuerpo fa¬
cultativoveterinario, lejos defenecer, ha ido ger¬
minando y desarrollándoseenel silencio paraflore-r
cer hoycon maslozaníay atractivos. Si;en nuestro plan de reforma y en nuestros humildes votosha marchado siempre á la cabeza la institución deuna
corporación académica. Y én efecto ¿qué puede ha¬
ber enel mundo masgratopara unprofesor,queel.
poder ofrecer ante una asamblea de hermanos el fruto desusincesantes desvelos, el resultado desus atentasobservaciones, y descargar•>su corazón del peso
del sufrimiento
que le causan los rnismoSque todosi, ios dias, á todas horas yá
cada momento recibén deélbeneficios?—Obrandodeeátemodo po¬drán losveterinarios por
sí,mistpqs
mejorar su si¬tuación? Podrán
atpnder
alengrandecimiento
de^
ciencia? Milvocesse pronunciaránpor Iq
afirmati¬
va, todavez que la
espepencia así viene
compro- bándolódesde algunosaños
áesta parte,desde
queprofesores
amantes desu facultad ycelosos porla
ciencia que ejercen han
trabajado
incesantemente parala adquisición de
tan santosfines.
¿Qué medidasseráu mas conducentesal efecto?
Difícily
espinosa
serialatarea que nos imponemos, ánohaber
yáqonsignado
anteriormente la idea de reunimos én corporación. Nadamasfácilenlasac¬tualescircunstancias en quetodos respiramos pro¬
greso
é ilustración,
queformar una Academia,mé-díco-véterinaria;
peroeslo
solonobasta á llenarlossagrados deberes
áquesçreniòs llamados desde ,0!
momentoen que
figuremos reunidos
eü,córpora- cipn.—Para
dilucidarlasmedidas
raagconduceñitéS
á eiteefecto abrió un concurso ÉlEco de la Veteri¬
naria, y
á tan noble llamamiento
nos prestaraps sueltos á rendirnuestraofrendaante susaraá.Nués-,tro
ejémplo
tendéá imitadores,no hayduda,
y¡ojalát^
que feiitretantos ytan
distinguidos profesores áma||-,
tesde
sYrais'moSy
desh
çlasehubiera qiíicnhallaV.
se láciávedel lenitivo ánuestros
infopunios! Pero'
,qCfé
¿cuando
todosacudamos coii nuestro grano dearena á'lafoirmacion de tan vasta chía, faltará mü- che
párá
Suterminación?Poco, m'ííy póeó sefáTp
queleíáité,'y,áuh éste pó'Co vendrá á suministrlir-'
nôslo el
tiempo.
Esppngapahgen tghto nuestra humiíde opiqipn.-T^, Mgdriaes el
punto quecuenta con mas elemento^, paçallevar á cabo los fines
quela Acadepaia
seprór,
mem:laheróica villa debe pues,ser
él esicnto
deestájínstitucipn. Allí donde
.pe eeunenprpfesorési,*
eminentes por susabery
posición social,
allídonde
44 ./ EL EGO ,
sedispone
de todas las facultades
y carreras,alli
donde elmérito éimportancia
de cada
uno son re¬munerados debidamente;allí, y solo
allí debe resi^
dir la Academiacentral.
Cargo
pesado seria
paralos individuos de esta
ponerseenrelación con todos los profesores aca¬
démicos para
resolver sobre cuestiones de mejora
y
engrandecimiento, si
como esconsiguiente, todos
se-afanasenenbacer
proposiciones;
yhé aquí
que yasehace
indispensable la institución de sucursales én
todos las
provincias^ Nada más conveniente
queesas ramas académicasarraigadas al tronco común de donde han de emanarlosbenéficosjugosque
las
alimenten,como estasáisji
vezcorresponderán
con los.preciososfrutos desiístofiservaciones é incesam
tesdesvelos.Cadapais,
cada nación, cada provincia
y-hastacada pueblo tienen
sus usos y suscostum¬
bres, distintosenunosde otros,
de donde
nacelam- bieu ladiversidad denecesidades; para subvenir á.estases preciso
conocerlas íntimameute,
ynadie
puede
adquirir
unconociniiiento exacto de ollas,
sino los mismos que
las están sintiendo: luego nada
mejoren talsituación
quecrearacademias sucursa¬
les. Porotra parte,
partiendo separadamente,
pero siempreen lofundamental relacionadas
conla
su¬perior,
.setendriaun
cuerpofacultativo
encada
pro¬vincia, ora para
auxiliar
consusluces á las autori¬
dades,ora paraimplorar
de
estasmismas los
me¬dios de llenar las necesidades que .se ofrezcan;en
una
palabra, cada sucursal seria
un cuerpoacadé¬
mico confacultades para
obrar,
segúnlas circuns¬
tancias,en su
jurisdicción, dependiendo enlo general
de la Academia superior.
Elobjeto quenos
proponemos, al iniciar el plan
de'Academia,es el dedeliberar en concurso sobre
las medidasmas conducentesá lamejora de nuestra
posición social
yá enriquecer la ciencia
conobserva¬
ciones y estudiosatentos ynuevos para
la Veterina-
ria'espanola: luegosehace necesario á cada
corpora¬ción un establecimiento para sesiones y un
local apropiado
paraesperimentos, sostenido
porlos mis¬
mossocios, y
montadb's -independientemente
unosde otros, á gusto
de
losmismos
ysin
másinterven-
cioií quela qué
atañe á la clase
engenefal.
Como todos estamos interesados éh el mismo "
plan
yobjeto,potíos serán los
quevoluhtariamente
noabrácenla sendatrazada.* y como
la buena fé
y la sinceridad debensiemprereinar
entretodos los
miembros deuna
corporación, nadie
seescusaria (ni debería
permitirsehaberlo asiV de las comisiones
y
dictámenes
qtíè lacorporación íes pidiere;
sumis¬
mointerés y
entusiásino
porel bien ansiado les im- pondi'iím
laobligación
decondesçéndèr á Tales
exigencias.
Sinuestramisiónseconcluyeseen
la esfera mé-
-dico-quiílirjica, podíiamos disponer" de
nuestraspèrsonas
conalgo masde'libertad
queahora,
esten- díéiidosecomo seestiende á lápráctica del herrado;
eñtoüces nosseria dado dedicar dos, tresó masdias
cada mes à ladilucidación
de cuéstíones intéresan-,
tesálá ciencia y á
íá
ciaste; peromientras las cir-
cuiistanciasho varien, mieintrasñosepersuadan los,
qué peí nosotros velande,que tan necesario es al
véterinarioelcònócimieht'ò delarte deHerrar», co- ,
mo
perjudicial
esá la clase suejercicio,nó
esposi¬
bletenermas que
á'ésicmés méñsuáles.—A fin dé
po¬nersetodas las
corporaciones
deacúérdo
yadquirir
todas las noticiasrespectivas
á
cadauna enparticu-í-
lar,setendríaenMadridunareuniongenerafá don-
dé acudirían las sucursalesrepresentada^porun
in¬
dividuode su seno; allí acudirían todas con los tra¬
bajos anuales á depositarlosen lasarasdéla ciencia, para
constituir
mastardesuspreciosas joyas.En las sesiones mensuales se revisarían las me¬
moriaspresentadaspor los socios, y si sn impor¬
tancia lo requiriese, senombrarían comisiones para examinarlas mas detenidamente, quedando estas obligadasá darsudictámen, quela corporación es¬
tariaenel derecho de admitir ó desechar.
Como órganorepresentantedelcuerpoacadémi¬
cogeneral, seria necesario un
periódico»
que se pu¬blicase enMadrid. ElËco delà
TeCerindríáj
envlátá
del decidido afan quemanifiestapor
élengrandeci'-
mientode la ciencia, es acreedor á que, aparte
de
conservar su independencia, sea solicitado como órgano representante de la Academia centraly de
las siicui'sales
Unas yotrasconsignaríanpartedb susfondospa-
rapremiosde estímulo,medio elmaseficazparades¬
pertar
el casi estinguido
deseo de gloria entre nues¬troscomprofesores. Conaféelo, unpremio
adquiri¬
do enfrancacuanto encarnizada lucha, eS siempre
un testimonio vivo que habla muy alto en favor
de
quien lo posee.Hasta ahora hemos considerado la
corporación
cómo unelemento de viday de robustez para
la cla¬
se, pero es precisoque noperdamos
de
vista: queel
tiempohuye
veloz de nosotros,yquesinpensarnos hallamos impedidospoí*
una debilidad física ó porunavejez con dificultades soportable, de ejercer
nuestro ministerio, el únicoque con sus escasos
be¬
neficios acalla nuestras necesidadés: para entonces
esprecisoque miremos ahoraesta institución;para socorrerá nuestros
comprofesores
víctimasdel
in¬fortunio, puedeserla Academiaun recurso, unele¬
mentopoderoso.
Qué
dicha puede compararse ála
deprolongar là vida
á
ün hermano, que todos losdias vela yruega por susbienhechoresy por suque¬
rida é idolatrada facultad? niqué perjuicios se se¬
guirían,asíá lacentralcomoá las sucursales,dedis- traerparte
de
sus fondos,d^e compartir
susbenefi¬
cios talvez, ó de acallarpor otros
medios
qde escó-gitáse,
lasvocesy losayesdeun infortunado com-prófesor? Guando
estetítulo
no las moviese, sus sérifimientos humanitariosdebianinipelerlasá
ello.Acabamos dehablardebeneficiosenfavor de la Academia, peroante todo espreciso saber dedon.de
han de salir, quien ha
dé prodíicirlós, Este
espreci¬
samente elpuntode masimportancia,—Para cum-
plir
exactafnéuteconla misión
quela facultad
nos"imponè,
esnecesario
aparte de losconocimien¬
tosciéntificosque
á
cada cualacompañan,
póseer toldos los instrumentosy recursosútjies é indi,spen--
sables paraatérider á
las exigenciasde
cadaestado patológico, instrumentos
y recursos que nopueden proporcionárnoslos las utiíidàdes
quedeéllos
repor¬taríamos; pues
harto Sabido
esde todos
cuanmal
se rémunèran nuestrostrabajos.*perotratándose
deun cuerpofaciiltatívo, de llevar á cabo entré todos obfá
tan
grande,
yaeselfin
masasequible
y rnasfácil. Eín
los
.éstabiecimientos
destinadosá este efecto se'po- dríántenerpotrós, bañóS,
chorros,jmáquina eléc- triéa,
pilagalvánica, tabla de operaciones, ápósitos,
instrumentoscostosos, cinchas, mantas, cabezadas, eíó., y
todo cuánto eSútil
para¡tender
ysujetar'los añínaaléS,
susp'ehderlos6 empotrarlos,
ypajasefyir
en éltrátamientó
del'vértijgq, téíanò.'jJracturaS, fier-^.
nias
inguiiiales,
ypai'á érajirender
huevosestudios
terapéuticoscontraeñférrúedadés
que sécónsideraú.
incurables'j)or falta de "raédi'os de
sujeción.De
estem'òdo
es'pi'obáble
qqeíps sóbios, haciéjldó
usodel
derechb détener á áü
dispósièibn ''él ló'c'ál, própor-
DB LA YETEBINARIA. 4îl
cionaria con beneíicio de sus clientes,
la entrada á
ganados,yconellos de objetos de estuíüo.
Ahora bien, un
establecimiento asi montado
y sostenido porlosmismosprofesores
¿noreportaria
asiá estoscomoáaquel
beneficios considerables? á
los unos porhaberacaso
conseguido
unbuen éxito
del tratamiento deuna enfermedad
peligrosa,
yal
otro porla
retribución
queescdnsigniente al usojle
los instrumentos y
demás útiles empleados
contal olqeto. Agregando á estos beneficios positivos ya,
todavez quelabuena
lé
yla
purezade intenciones-,
deberían descollaren primer
término, los fondos procedentes de laS cuotas mensuales que á cada tó-
ciO séexigirían, sé
tendrían siempre
recursoscon(^6 hacer frente á todo' contratiempo
yatender à
las benéficas miras ya
consignadas.
La inmoralidadesy ha
sido siempre el cáncer
de las sociedades! en vano exigiríamos respeto y consideraciones por parte
de
nuestrosconciudada¬
nos, én vanotrataríamos
de velar
porel decoró
y prestigiode
nuestraclase, si hechos bochornosos perpetrados
en su seno,venían á justificar
encierto
modo la prevenciónconque
todavía
sela mira
ge¬neralmente. Pues bien, la Academia podria reme¬
diarengranparte
los males
queprovienen del mal
porte y
falta
dédelicadeza de algunos profesores,
castigando coauna
ignominiosa
ypública espulsion
á todos los que no se
condujeran
conarreglo á las
eternasreglas de
la moral,
ypremiando,
porel
contrario, con menciones
honoríficas la conducta
de los que tuvieran
suficiente grandeza de alma
para sobreponersuhonorá las sugestiones de
unaposi¬
cióndifícil yprecaria.
Noesnuestroánimohacer que
prevalezca
nues¬troparecer, ni vive en nuestra
mente la idea de
haber dadoen el blanco de lacuestión,no; y es
ésto
tancierto, cuanto quealacometer
esta
empresahe¬
mosdirigido unamirada á nuestro
alrededor,
para basar sobre las circunstancias que nosrodean los principios
masconducentes
ypropios al punto en
qnetenemos
fijada nuestra residencia, principios
emitidos ya, yque
envuelven además de
unaslige¬
ras indicaciones delplan
general; lo
querespecta
al
particular
masadmisible
eneste pais. Quiera
Dios quecon nosotros
salgan abogando
portan nor
bleideaprofesores mas
eminentes
ydistinguidos,
yqueal
fin
veamosrealizadas nuestras bellas y lison-
geras
ilusiones.
SUBDELEGACION DE VETERINARJA DEL
PARTIDO
DE .manzanares.
Sres. redactoresde El Eco de lafeelerinaria. '
&luy Sres. luios;
suplico á Vds.
sesirvan inscriar en sü
apreciable
periódico la siguiente copia'"del documento
queoriginal
dirijo
al Sr.Gobernador de. Ciudad Real con
estafecha.
Siendo unade las obligacionesde micargo,
conforme
alCapítulo II, Artículo7," del
Reglamento, de 24 de julio
de 184R, velar
inpsanlemcnte
porel cumplimiento de
lodispuesto,en
las'Le
jes,Ordenanzas, Reglauièntos, De¬
cretosyReales
órdenes vijéutes sobre sanidad en el'Tamo
deVeterinaria,y teniendonoticia de que en
la villa de
.Ifianzauares, perteneciente á estaSubdeiegacion,
sehalla
Ejerciendoel cargo
de inspector de
carnesJosé García 'Sa¬
cristan, Un reunir las.
condicionés
quepreviene el Artícu¬
lo 16,del Real deofeló
dé
15défebrero último,
porel
que.sereorganiza laenseñanzadela
Veterinariá;
creodé mi
cfeberponerloenconocimientode V. E.para
qúe dispougíi
lo conveniente, á fin de que el espresado cargo
de Ins¬
pectorsea
provisto:en pejjspúa facultativa de la elase que
marcaelcitado'Artículo. ^ •
DiosguardeáV. E. muchosaños.Solana
22 de
marzo de1854.ManuelBeiutez.
Excmo. Sr. Gobernadorcivil deCiudad Real.
SOCIEDAD DE MEDICINA
VETERINAMA DK
ESPAÑA.
Aparecieron, conefecto,en elnumero
260 del Boletín,
rfe ^eíerinaría lo»Estatutos! ósea el Reglamento iuiçr
riordeestaAsociación, el cual publicáremosen
el númefb.
siguiente de El Eco, todavezque
la superabundancia 4^.
materialesnosimpide hacerloenelpresente.
Sin embargo,,
yaque nopodemoshoy
darle cabida, diremos algunas
pa,-.labras acercade este nuevo acontecimiento. En nuestro, humilde parecer,la Sociedad
proyectada
porlos redacto¬
resdesuperiódico oficialno
corresponde á las necesidades
de la Veterinaria Española, por variasrazones que
solo
(indicaremosenestelugar, dejandoparaotro
dia ampliar¬
las cuanto sedesee.
Laprimera consistoen queesemismo
Reglamento
or¬gánicoqueso propone
aprobado
ya porel Excmo. Gober¬
nador deesta Capital, y porconsiguiente
hecho obligato¬
riodeantemanepara todoslos que .se
dedican á ingresar
enlaSociedad; ese mismoReglamento,
decimos
,le ha-
biéramosnosotrosofrecido, casode Serobra nue-tra,ála.
franca y universal discusión antes de
elevarlo á la
corres¬pondienteautoridad. Con
semejante
manerade obrar, ha¬
bríamos aconsejado á losprofesores, y
recibiendo á la
ve*,susconsejos, es indudable queno
pretenderiamos imponer,
nuestras opiniones ni nuestros deseos
absolutos á nlngua
veterinario; que todas las dudas se
habrían ventilada
oportunamente, y queal solicitar
del Sr. Gobernador I*
aprobación del pensamiento
resultante, pondríamos á st*
vista, nounbosquejo de nuestras
particulares miras sin¬
cera ó encubiertamente manifestadas, sinó la espresion
leal yverdadera del parecer,
del
examen,de la convic¬
ción general de los profesores.
Procediendo así, jamá^
tendríamos ácargo deconciencia atraer
al
senode la Sos-
ciedad unamultitud de sugetos comprometidos
amistosa¬
mente unos , ciegamentedeslumhrados otros.
Ni
se pre¬tendaobjetarnos quecada
cual
eslibre
paraabherirse li¬
noai proyecto académico,nique, una vez
constituida la
Academia, puede discutirselos
artículos del Reglamenta
paramodificarlos ó anularlossi
cunviníere;
no,esto seria
unargumentoque pudiera parecer
capcioso:
esbien
sa.^bido concuantadificultad.se consigue modificar
ó
anular leyesestablecidas, y seríaademás absurdo el prometerse
quela generalidadde una
.clase abatida
ysin
representa¬ciónno seconducirá esclusivamente por el brillo deui»
nombreacadémico, quepuedo ser tan
funesto
comoglo-
riosoy óporlas consideraciones
particularos
queliguen i
losfundadoresconvarios futuros socios. Lo que
décimo»
es'exacto,ylo esigualmenteque,;si
los veterinarios
pen¬sadores y
.escrupulosos llegan á observar que la Sociedad
leformaliza, aunqueestuviese compuesta
de
personasin¬
teresadas, compromelidasi ó'
rutinariamente imitadoras.,
entoncesingresarán ásuvezen
la corporación.con el
san¬to finde oponer su voz, acaso
impótente, á los desmanep,
á los erroresde la misma;luego si elReglamentopropues¬
to porlesredactoresdel
Belelin
encerrasealgunas medi¬
das,dignas dereprobación ó,queper su
especial natura¬
leza.seopusieran'álos progresos que
nuestra ciencia está
realizando cada dia, etc., etc., ental caso
debería
pesareternamentesobre la conductapúblicade
dichos
redacta¬reselconsiderable perjuicio que
hablan ocasionado. De^
searíainos que nosdiesen
espílcaciones terminantes sobre-
nuestromododever
en^eJ_a^suuto,
enlugar de
queantici¬
pasen enlo sucesivo, como
lo haii bècho
conel núme¬
ro 260(I), la
repartición del Boletín cuando contenga
escritos queuece.sitatiser
meditados
conmucba detención;
puesque estos
anticipos
nomotivados aparecen con nn
carácterdo
sorprendentes,
bienqué
ensí
nolo
sean, que e»lo. quenosotros
créfcmos.'Süjíliearhi&osles al mismo.tierna
po qúe, si
niiéstrás acbiráciqnes
no'son enteramente de su adrado,
sesirvan cóhtestar én su periódico, y no acudir á
los tribunales, como ha dado én
acostumbrarse,
porque' ('fj
'El'fiúiiiero correspondiente al 20 de marzo se re-
párfió enMadrid
condicha fecha-el 17 del mismo
mes.46 'fili' fico
juzgamos innoble,
ridículo
y asqueroso ampararsede la
autoridad, pararesistir conla fuerza
material á la fuerza
de la reflexion.
La secunda razón en.que nos. apoyamos es la
de juz¬
garinsuficiente,
mezquina la acción
quela Sociedad
seproponeejercer:un
lestablecimierito destinado únicamente
á la lectura y discusión de memorias ,
observaciones
y demás trabajoscientíficosque sussociosredacten (si
es que losredactan),
ysituado
enMadrid
ysolo
enMadrid,
bajo ladirección, inspección y
presidencia esclusiva
yeternadeprofesoresavecindadosenla corte;á cuyas se¬
siones soto puedenasistirconstantemente
los
que tengansuresidenciaenel mismo punto; un establecimiento dei estanaturalezaesmuyprobableque, si llegase á tenerá
sufrente unaluntadirectiva (1) deintenciones egoístasy
ÎIOCO
esionrectas,
yde la ciencia,fuera con
constituyendoel tiempo el descrédito de la
unmonopolio(como pro-
tantos otrosque enestemundo
existen)- de
algunos vete¬rinariosindignos. Nosospechamos queeste
acontecimien¬
tofatalhaya de realizarse; mas tampocohabremos
de des¬
conocerquelos-profesores
asociados,
ausentescasi lodos,
presentes muypocos,ajenosá la Junta
directiva los
mas, puedenserllevadosinsensiblemente
y enfuerzado artifi¬
cios, á flgürar comoagentesó autorizailoresdeun
estado
decosas lamentable.—Las necesidades de la Veterinaria españolason, por Otra parte, grandes y muy
variadas,
yenelIteglamento dé Academiapublicado porel
Bolelin
nosetomaen consideraciónestoconla ostensión queá nos¬
otros nos parececonveniente. Las autoridades civiles ó
militares de provincia se encuentran
también próxima¬
mente enel mismoembarazo para las consultas que les
ocurrahacer, existiendo la solaAcademia ló Sociedad de Madrid, Comosiningunahubiese.
Verdades, repetimos, que, aun dadasunas bases de¬
testables parallevar á efecto un planconcebidoe» hiende
losdemás,queda siempre la[iosibilidad de
rt-amplazarlas
porotrasperfectamente adecuadas, y que, porlotanto no
esimposible obtener mejorasenlas de la Sociedad áque
nos estamosrefiriendo; pero nosotros optaremos siempre
poráquellas quedesde luegopueden seraceptadas sines- posicion á subir escarmiento, optaremos,en una palabra,
porlas qiiéemanendel convencimientogeneral, delama-
riil'estacion yexáúien público y que mayores beneficios
prometaná laluz de lasanarazón.
Hay además otrasconsideraciones de gran valor,que omitimos esponcr porfalta de espacio,y quenosobligan
á calificar á la Academia nacientecomolo hicimosalprin¬
cipio deeste artículo.—Entraríamos asimismocon gusto
enalgunospormenoresde distinta categoría....;mas para
no sermolestosánuestroslectores, reduciremostodas las proposicionesquepensábamos enunciará unasola, y es;
queEL BOLETIN DE VETERINARIA, ENVISTA
DE SUS
ANTECEDENTESI'ERIODISTICOS, ASI COMO POR SUS INCALCULABLES ESFUERZOS PARA PROCURAR UNA FELICIDAD SIN LIMITES A TODAS LAS CLASES DE PROFESORESQUE COMPRENDE LAVETERINARIA, ES EL UNICO ORGANO OFICIAL QUE LA SOCIEDAD FUN¬
DADA POR SUS REDACTORES MERECE.
Espresumible quede las complicaciones actualessur¬
ja unaescisión profundaentre los profesores españoles:
En talcasoestarán de unaparteel sisíema planetariodC
laVeterinaria ibérica y todos losque se hallen dotados
de la suficienteabnegación y docilidadparafigurar en
él
como satélites, y porotra, los espíritus discolos que se resisten ádejarse conlucírSinexamen.... porsendas des- coBocidas, én cuyo número nosencontramos;
La Ridaeóion.
UEüni'riDON.
Benavente 27 de marzodé 1854.
Señoresredactoresde El Eco dE laVeterinaria.
Muy.Eres,nuestros: nopodiendopermanecer indife¬
rentes.lus veterinarios, deesteescuadrón, á lascuestiones quehoy.agitan ú la Veterinaria yá sus profesores,y es¬
tando próximoelmomentoenqueestas vaná presentarse
á suiucion,decuyo resultado favorabledepende el bien- (1) O llámeseComisión administrativa.
estarde losmismos, h.iciendo Cambiar dé fazuna prOfe^
sion portantos conceptos abatida; no podemos menos en
tan crítica ocasión de ofrecerlesnuestrodébil apoyoá las
doctrinasque contantaabnegacióny desinterés .sostienen
Vds.en suilustrado periódico, prometiendo por nuestra partecoadyuvar al mismo fin, cuanto nuestras
muchas,
ocupacionesnoslo permitan, si enalgopuede
serútil'
nuestra escasacooperación.
Son de Vds.sus mas segiiros séVvidores Q.S.
M.
B.El profesor veterinario de
1."
clase y2.° mariscó,
MilanAndrésy Carrera.—Alejandro Lerroux.—Cáiios Fernandez.
Aceptamos ceti
inefable placer la cooperación
quenos ofrecenlos Sres. Lerroux, Carreray
Fernandez;
ofreciéndoles por nuestra parte que
continuaremos
haciéndonos, como hastaaquí,
dignosde las simpa¬
tías que
les hemos merecido.
La Redacción.
Llamamosla atención de nuestroslectores sobre el
siguiente escrito
que, apartede las elocuentes
lecciones que encierra para
el cooociniicnto did
co¬razón humano, hablamuy alto en cuanto á la iiiorá-^
lidad y delicadeza de
los veterinarios ¡Ojalá
tenga;muphos imitadores la conducta noble de
nuestro dignoamigo
ycolaborador don Saturio L. Alvarez/
«Mis queridos amigos: Lacircunstancia
de
haberleí¬
do en elpcrindicóqUe tan acertadaínente dirigís, nn ar¬
tículo suscrita por mi apréciiiblo c'oniliscípulo don Juan Herrero, relativo;'; los abusosquediariamente secometed
enlascasas-mataderos, me obligó á romper el silencio
que mehabiapropuestoguardaren estepunto, atenilien-
má lopoco que alcanzamos, sobre todos aquellos que
afectan honradamente'los intereses morales y materiales dg losveterinarios.
No mepropongoprobar, que es
de todo
puntoindis¬
pensable
el nombramientodeinspectoresde carnesypes¬cados: cuestión eS estaque ya seencuentra
resuella afir-;
mativamenie para todas laspersonas de mediano criterio, ydelacualseocuparonbace tiempo algunos profesores
áquieneslaciencia tiene mucho queagradecer:mí.objeto
es,demostrar la propensionqueexiste enalgunas
autori-
dadeSi;á variar de opinion respecto d ciertos asuntos,
conta! que seanilustradas porindividuos inteligentesy nada interesadospnellos.
Apenas tomé á micargolaSubdelegacion de Veterina¬
ria de lospartidos de OviedoyBelmonte, consideré como
undebersagrado el manifestar al señor gebernador de
estaprovincia, en virtud de lo quedispone el art, 7.
obligación cuartadel real decreto de 24
de julio
de1848,
elabandono quedesde luegoseadvertia en la
inspencioá
delpescado y de lascarnesdestinadas al abasto públiccL
Alefectoremití á la referidaautoridad una estensacomu¬
nicación concebidaenestos términos:
«Subdelegacion de Veterinaria de los partidos de
Oviedoy Belmonte.
La influencia que
el estado de las
carnes ypescados,
ejerce sobrela-alimentación y salubridad
pública,
esde¬
masiadoconocida hasta por el vulgo, para que deje
de
serlotambién piorlaspersonas ilustradas: sin
embargo,
unpunto taninteresante ha existido siempreenesta ciU'- dadcompletamente abandonado, siendo esto tanto mas sensible yperjudicial,cuanto que, por nuestro
clima y
posicióntopográfica, está, en su mayor parte,reducida
nuestra alimentación aluso constantede caínes y pesca¬
dos,y masparticularmente dé las primeras.»
»EIcargode Súbú'élegado deVeterinaria,cuyodesem¬
peñó hatenidoV. S. á bienconferirme,mecolocaen
él íñt-
prescindible deber de participarle lanecesidad ápremiant®
queexistedéun
arrégio,
cuya falta puedeocasionar iá-
dudablementetrastorOosdifíciles de remediar. Y esto 'sé hace, por otra parte, todavía mas
indispensahle; ateñ*
díendoá quelos interesesindividualesson
los únicoS'qoe
seencuentrancómprométidosenla
facilitación do lascáis
nesnecesarias paraatenderalconsumo
general,
ó»Sienlaprobidad' y
honradez
estuviesendelineádiéfe
todos loscaractères instintivosdeloshombres; sí al preí- pío tiempoquepensamos ennuestras