a5om. lones 5 î)r FSbreeo de 1855. NúM. 57.
oí
PERIODIGÓ DE IMRÉSËS lliaALËS Y MàTËRU^^^
RËDÂCTADOPOR
(3^ Sîïi^paci ^ulo-ò y- ^^ÏÏCooxii, (S), '^e^e/z T?i/oea ^ (S)i SlcoucM (^aMe^i
SE
PUBLICA TRBS VECES AL MES.
PflEOlOS DE
SySCDlC,l,)S^—Èn'Mairià
,por'
un mes,3
rs.. por1res id 8. Énprovíncíás,
portresid. ÍO. Ul¬
tramar y estrangero, por un¿ifto,
51).—PUNTOS DE'SÜSURIUrON.—En ÍCadrid: En la Redacción,, calle de ColoU,
número 12 , cuarto cimrto.; en"la Ifbwrïa de Cresta
ó
enla de Bailly-Bailjierev
y enla litografia de MejíiT,
palleife \^cha,''núfá. 62J==En proñaciSs
em casadé lo.s corlmspOnsales
enlos puntos en
quelos
nay,ó girando
létra sé'br'e correos áfarOr del A.dmirtistradorvD. L. F.'Gallego, en cartafranca.
-ASOCIAGiON VETKftINMIA.
'
)pívraja.pubjiicaei^n dé oliras
ese!gi(l(i$ de ta óicncia. |
'"^Hah sido éschiidos los Sres, D.i Manuel ¡Ruiz tj Cubillo yD.
Vicente Abad
ySanchez^ entrando,
ensusbaòaMes D. VicenteSalda ña,y R. Pablo Zapa^
ta.-^Enlalista de socios.del nútrii 50¡ de.
Él
Rqo,dónde dice «AntoniiurCoscoUa» léase «Antonio Cos-
colla."
AiívektenciA.s: No habíamos
creído necesario
hacer mayores
aclaraciones respecto de lo esptana-
do en el-mím. 42 nide
Ío
que, acercade tós
pagos,seprevinoen
los 31
y54 de esté, periódico
¡perola
esperiencia
ha venido á cambiar nüestró parecer,
ya que
todos los días recibimos comunicaciones
en conceptoobsolutamente equivocado, á
pesarde'las
numerosísimasconsultas á que.
privadamente'he¬
moscontestado.-r-Asise,estála
Asociación,
parali¬zada, sin que
las
trespuar.tas partes de süs.inserí-,
tos hayan
acudido ú talis facer las cuotas señala¬
das, Y,comoque,,según
dijinios
enotra ocasión,
«nosotros somos
pobres, absolutamente pobres,
•parallevará cabo la
empresa quebajo la
protec-•oionofrecida de los.socios, hemos acometido:» re¬
sulta que,
si
esaprotecfiion
nosfalta, nuestros
es¬fuerzos serán impotentes
yestarán defnás las ten¬
tativas.
Seamos, pues,
terminantes: á lps socios
son so¬cios p
ios suscrüores
sonsuscrUOres, ó
quierede¬
cirque es
sapérfluo cuanto, sé ha hablado hasta
áqm.
£n
esteúltimo
caso,publicáremos
unalista
de losque
corresponden 6
noá
sus^compromisos
y deseosmanifestados
iparà qué haya la debida
dis-tincigni
Debiendo íenersè
ençuénta
que,por imprá- pio
queparezcael lenguajé ¡de esto' advcrtenciá,
mucho mas
impropia,
aun ifaflictiva
ésla éstrañá.
posición
enqueá nósátros.se
noscoloca. iSdró rie-' j
cesáreovolver
á
rppetp;.ipae
somos()0Í>res,
qtle noI
somosdeesos
especuladores de oficio, verdugos de j
Buestraciencia,que
la Aspçlaçioh veterinarià está 1
basadaen labúena fé y consecuencia desus indivi¬
duos?
Vamos à lasespUcaciones:
1.f'Sialgun socio lenta adelanlada cualquiera
cantidad áesta¡Redacción, esa
'cantidad
sele abona alliquidar
cuentas, scgun lo prevenido en. el nú¬mero 51 y en el 54de El Eco.
2." El socio, queantesno era suscrüor al Dic¬
cionario ni el periódico, nada tenia pagado; y, á
cuenta de los 20rs. quese les ha
ped'ido de
entra¬da, tiene derecho á los números de El Eco, desde julio
á
diciembrei'dtimos,
yá
cuatro entregas pri¬meras yá otras cuatrosegundees, que ya
iban
pu- bl'icadas. ,3." Elsocio,que era
suscritor al periódico,
perono alDiccionario, nada tenia abonadoporeste úl¬
timo ¡y
á
cuenta de los 14 rs. que por su entradase les haeycigido, se les concede
derecho á
cuatro ejemplares de la,primera entregayá
otros cuatro de la segunda de dicho Diccionario, que yaestaban
publicadas antesde empezará
regir la Asociación.4." El socio, queantes no era suscritor
al
pe¬riódico,pero
si
al Diccionario, tenia pagado, porunaprimera enlrega.deesteultimo ypor otra se¬
gunda, 9 rs.; y
à cáenla
de los12
rs.que sele exi¬
gen de
entrada,
sele da derecho á los números de
El Eco, desde
juUp á diciembre del año próximo pasado,
y, adètmsdé lus
quétiene
ensU podér, á
otras tresentregas
primeras
y tressegundas del
dicho Diccionario; puesto que ,
siendo socio, le
pertenecen cualroentregasterceras;cuatro
cuar¬tas, cuatro
quintas, etc.,
según vayanaparecien¬
do. Si no se hubieraadoptadoesta medida, le re¬
sultaria, álfin
de la obra. solo
unejemplar
com¬pleto,
en vezde los cuatro
que,de este modo, uti¬
liza.
5.*i ■El socio, que era antes
suscritor al periòdic
CO y
al Diccionario, tenia pagados,
porla primerà
y
segunda entregas de este último 7
rs.;y.á cuenta
dé los 7rs. que $e
le exige
por suentrada, ^uedà
conderechoà recibirtres
ejemplares, ademas d^
â86 Vi.BCO
queposee
de dichas dos entregas primera
y se¬gunda.
De
locontrario, le ocurriria el mismo in¬
convenienteseñaladoen Inesplicacion 4'.'
6.° El quees
sOcio
nonecesita'-suscribirse al
pe- riódiconial Diccionario. Recibesiempre el primerovetjalroejemfiarOs de -cada entrega
quedel
se-IfkiHdo sepul·líguen. Però abonürdi
chantoliai socio
yconarreglo á las
esplicaciones anteriores, la cuota
de entrada que le
está asi^nada.,,y ade,más, 10 rea¬
les cada mes adelantadas', tarito. en Madrid como
en
provincias.
7." Todo sociopuede,
á voluntad suyy^v.ecibir
directamente los ejemplares
de cada eriireg'a del
Diccionarioá.que
tiene derecho, ó dejar los
que g(ysle\enfistd'^UfÍeeüio'a.para,susenla;'
mla inte¬
ligencia
de
quesiempre
sele responde de los ejem¬
plaresque
deje deposilados. ó bien de-sur -knporte
si han sido vendidos.
8." Nada tiene quever
el
seractualmente sccjo
con>se/'suscrilor; los comp
raoUiéds
ylas 'girrantias
deuno yotroson demuy
distinta naturaleza. El
sflciose rigepor ^íbases.que
a^a.baMos__de
esponer;elsusfiñlor,por
las
que aparecenconstantemente^
én.Ja
cabeza [del periódico,
y porlas especiales qué
'ixtyirespeeto de.Ids obras
gue sepubliquen.
(■; 9/ LaAsociación
pnpieza á regir desde el
an¬teriormesdeeneroinclusive.
EeindiepanseMoque
los socios inanifiesíea:
qué número de ejemplares de cada entrega se les
-há de Temüir. Solo enviaremos unejémplaralqti4
no esprese esta
circunstancia,
paraevitar tras¬
tornos. ' . . f
''^'Los -Sres.
correkpònsales
seservitdn rendir, ius iBue\itaisieinpré adeltt7>ludas, asi respectó de' los
MCià.'é.côino
âe
lossmcrltores'.' •Suplícatnos
á
todosl'ós qiieliòshan girddo'can-
Ó'ñéehO'consultas que'seatengan
èsencial-
knálité d'lasespHcœcioms dndàs. Hayquien,'siendo
nokesmfte. Siácribi&náesc' á Eü 'Eco, quien'^fésbinde^ke: ta'cuota'de''enl'i^da, quien
cree que■Sóloenestá
cuoVa'se'diferencía del
suscrilor,'quien
■.U.'l. SenecetiM paiaminarbiëii las cosas para enu levarse deellas; ysobre
lodo observar mwch'a'pl·- '^gi'iddd.
• ■">'
;Nó s'eádtniteélgirá'qtióse nos
haga en^ sellos
létel fraiiqu'eó; 1J.mUcho
menossi ios sellos
nomde d'i'h'.—Eü'
à'delhnténo'recibiremok'Cerresphndem
^lh['dlgrtua'qùe''\.'è'i\g'ii'sin franquear, úi, por'consi- fW,b>\ie\réspon!deniW del f^vbo de duantoen elia sé
^dtfMJd'/EÍ' qué'
nosesdribú sin dicho requisite;
àPs^ l'{jf'gó"'Pttede'dar'por 'n'oreeibida
suóomuni-
ddcíoH'' ■ ' ■
ab ■ íamim ■
i> . (Stoes^
Reda<>lares »ie JBi.JKco
-MO^ 'SeSoies ibiss:. >Suscíi».da de algu», Vcà Wfe'üe9Íjím''del iherrado>i|consideBaftdailinas
•A
*efeÍ!^^;o*i1ès-t«Príe
tntegtante yíBeoes&ria| de lai
pronttft-osvopmo unobstactiloámi progreso, xía Wás
^eefe^'ÂïfTprdçusé «roifir ■WoHutíiilde lOpiDiejl'
taH>lïîtM>esat»le,.y ifiaraâ tántds
dejé laipht*
îÎia'po^*tfe«loï'de-3ÎercqiBptV)aietidàrtia'eputeoioii>^
camp otras, entre
les dardos envenenados que,.ooii
5«WÍWb-ae'*<}íi'?C0rportídwnv:se.»(H'ijí50B-|ltó partes
«ttrttetwVdel.coóllihjcada) íftidgò'fíl·.k JeBé>líariaf(Hle8r )l5nlel^«ú^t ï^^SS'àé'sO'aprectebie ^periódibo, lMier\'e^ipïudèi»b
í F dá^aniüíes»
acogida que
|Vds." le han dispensado, jasi como là
templanza
que, preveoguardaran, si los argumen-
I' i·i I Miiijliji;rr-i,.,,i-Tn-r-,; : .' . ■
tos se colocan en unpunto
inofensivo,
meJhan
in¬vitado á tomarparte
persuadido,
que por todos seempleará áquella
sangre[fría-necesaria
para que ladiscusiónproduzca
el feliz resultado
quetodos de¬
seamos; el'decorode la
profesiou) sin
quelos
pro¬fesores, por
rendirla
unculto estremado
tengan que dáíatender.dis mas sagradas y{aerentorias obliga¬
ciones.
Dotado desde misprimeros
años profesionales
de aspiraciònesvehementes
á'faVor de unaciencia
tan útil,comodesgraciadamentevilipendiada, he creído
^íncQüDrar, entre otrosmas graves, la union del her-
rádo tfómounpequeño
obstáculo á
sucolocación
en elpunto que;de justicia reclama
;[sin embargo de
habersólidode
cotje^o i;egulavaiénl&impuesio téó-
ríccí iy prácticamente en
el
artede herrar
y enel
forjadoiM> Icolocacion en el ejército al poco
tiempo de revalidarme
yppsteriormete
enlas [caballerizas de
SiM. bi
lisot^eàdo mfs instintos;
puessolo be teni¬
do que manejar los
instrumentos de.berrar cuando,
como
QuirurgicOj heJnecesitadq hacerlo:
entales
casosei opérante
hástá debe engreírse
enconcluir
el acto colocando cou
^desembarazó é inteligencia
el vendaje
herradura.
Hasta
aqui. Señores redactores, caminamos uni¬
dos, puesto que
Vtls
,quisieran la separación del
berrí^.y;..no niega» Jít jaecesidad d;?
rinario sepa
herrar, sin
cuyorequisito
esimposÍBte
hacer eíertas!
operaciones
en.el
casco y, suspartes
contenidas; asi cotno también estamos
de acuerdo
en que,para ser
hilen hérrádór ño
sentícesita es^-.
tudiar ia ciencia veterinaria en toda su}estension; bastaéi hacerlò díala'parte
competente
; pero,sien-
(ó nd elslaMo respecto á
la deoiasiada importancia
Vds,
Ndañ 'lll
herrado coiúo-ofeosivo ái'la ¡w'ofesion
; aSí ïoihò támbíenf cred hnposibhíenla actualidad
su
sèparauioh, yauh perjudicial si fuera dable.con¬
seguirlo.
Éó'tos
puhfòs de lier si graves, están no obstante póco desmentidos ën el terrenb que yo los piresento^;
y'soò los qué riae impelen â Pjarme en ellsBÍ y^preh
sentaral biiéti
juicio de mis cónlprofesores, el mió pòr pobre
queparéZca;
"'MisdivérStís aéstínòà:
mé'han'propòrciontido
re-éò'rrer
variospuritdsdé la Pédlnsula
ybastantes
en Ñáciodéséstf'àügèiróS' .-Ípòccís Itíb han quedad«(de ia
vèèíhà'Fraliéi'a
yñ'd fié visto 'Vètérinarm'atgunoeoM tabiééiiiój qué
rióéóúfírt^'bert feV'heWadir
oomoi umpò^éfoso'àüxilíiàrdel'^iléàè^^^^ esperanza deljlor i vehirf ^^pteW dé'n'o'ft'ábdr ihaB que'veteriBariés.·de·
típá
s'óíá ciàSe'.i bdm'ò'yfi qttisiérá eft nuestra-nenin- s'iil'aV dé, río' cdntàt' "nia^qiWIceri <%te9 v.ótogfòs,,. loi.
vez ho
ÍTÍáS"cái^gád¿S d'fe 'áfümnoS' qtfe 4os
•oüfestroo-
y
' de ''córnfitjneráfe
'là Náélbn áte tréinta'y. cuatroi ú'
tréi'rilá
y cihéo hiitlfifife^dfe'fiabliSiMes yvenproíioi^t
clon de" todaespecie
de ganados.
Èiî'iél año de "184fi é^lriVte dóS' baescB
entParfS! plSnàèfeT'àfíbé^t^
• bian
eonsirumoíeri ^éi'|^db*ItàJoii''Síií'·«®b»rgo)iftbrMi;
'
yifi?6á'b\VéhtJs''q«fei'se -cnouónrv
í
U:anji££,étililâài «npftfestd'de··Tosr.
aprecian en mas que
nosotros las artes mecánicas,
DEt.Atfi^ÜaiNABlA.
quéescomo
el vulgo vé el dé hevrar, ó si sérá
e- fecto de que, nohabiendo desde él tienqjo de Bonr- fielít
lúas queveterinarios, la educación dentifica
de ekos
[habrá neutralizado paalátinamonté el mal
efeéto que en un
principio allí cortío eri'España
pro-duciria ¿ iejo
[esto á la consideración'dé mis lecto¬
res;por
mi
partecreoinfluyentes las dos cosas to¬
da vez que,'aunque con
neóesidad de 'mayores'es-*
fuèrzos, algunos
dignos profesores compatriotas
nüestrós ocupan un
lugar decoroso entre'la sociedád
escogida. .
Al
principio de 1847 pasé en comisión á Inglaterra:
enTiersk
pueblo del condado de York cqiioci á Mis¬
teriHoms,
veterinario instruido elegido
porel juz¬
gado
de las
carierasde cacallos para [.ser juez de
ellas en la parte
competente;
porello
y subuena
nota, estaba
-relacionado [con muchas
personasde
áistinciou, y
siu embárgctenia
en su casa tresman¬cebos[que,
bajo
sudirección, [ejercían el arte de
herrar: en el mismo
Londres sé encargó del her¬
rado de los cáballos
comprados
pormi
unacredita¬
do veterinario.
Eu 1850 fui
comisionado ál Asia
para encargarme en la partefiicultaliva de los caballos arabes
com-prados
enlos desiertos con destino á lá yeguada de
SM. ;
permanecí dos
meses enGonstanlinopia
y es¬tovérelacionado cohun
vetermario Francés
encar¬amado dé'las cáballferizas
dot Sultan
yde¡establecér
por
orden de ésl'e nuà escuela de veterinaria;
ylo 'primero «jué estaba iplanteaiido erá la de herrar á
fuego l'amopor
álll muy álrásado.
*' En
obsequio de la brevedad
nomeéstiendO á
ha¬blar
díiòtí'asnaeionés'qné; cómo,
essabklb,
séen¬cuentran en'
igual ó pareCfdo'jcaso,
y Sololo hago
de lospuntos
pór nii éitaminadós, ci[éyénd'ó adçrnas,
sníïcientes
jlos datos etfiilidtis
paraqiió iio'se forme-
un
juîèio yà tari triste de la a'dhesioa deljherrado ájla
.partecieniiflcü.
■
Apoyada mi primera proposicIOii, veárilos
si esposible la prédicha separación.
'
Admitida la neceúdad de poséer elveterinario el
arte de herrar teórica y prácticamente; aprobado
entesteCOitio enios'demás'ramos dé la'cieiida¿ que ley puede
privarié
suejecuciüii¿ ninguna
;aslcomo
Fiat
justitia
et rütit ccelum, Erftreacto,etitremes
6'entre
cqIy collechuga.
De todoseduda, todo sq pone entela de Juicio,
.í^do
sesomete á discuslQU.
eneste-siglo
de escepti¬cismo: al poder
omnímodo
de la autoridad sacro¬santa, á la infalibilidadaristotélica de losmaestros lian' sucedido los fueros
impíos
de la razón;el es¬píritu de libre exámeu lo invade todo, todo lo ava-
.«alla, cunde , se propaga ; y tieueuardientes cori- fcos lasopiniones mas atrevidas,*7 se contradice las
doctrinas-mejor
sentadas, y:hasta los neófitosenlas ciencias llevansuaudacia al estremo de susten¬
tarideas nuevas, parto monslruoso de volcánicos .cerebros,en oposiciónà ias queprofesad los bom- bres de la tradición: sedisputacon un ardordigno
demejor causa, surge la discordia, se suscita mil conflictos , yel mundosetrasforma en un caos, en una bataola infernal,todo por culpa de satánicos innovadores, que, mal
hallados
Conlapaz y tran¬quilidad del género humano, pretenden remover
,basta losfundameatosde lasociedad.
287
todo él que
quiere
esarbitro
deétáanciparse de
el?por queno lo
abandona
el mayornuméro de losque sé establecen eu lo civil¿ por queles produce lo
suficiente para
hacer fr'ente.á
sus necesidadespi^e-
sentesy
futuras:
porqué íós
quetrabajan bajó
Sudirección lesproporcionan
medios
con que ayudaná
enriquecerse enlaparte cíenlifica. Algunos cita-
;ría en esta
Capital,
si notemiera ofender su modes¬tia, que, con
lo
queles produce
suóstableclmienjLo
(entiéndase
enesté cómpi'endida
la parteciehtffi- cá)
pueden vivir con algun desahogo, asistená va¬rias cátedras de ciencias auxiliares, aumentan pro¬
gresivamentesus libros y en horas
désociipadaé
se entregan alestudio con aquella tranqiiilidaáqueés-
perimenta el que carecedenecesidades
apremian¬tes. Tal vez estosmismos sin él auxilio delherrado
les seriaimposible efectuarlo en la presente
épócá
Porotra parte? cuantos veterinarios han obedecido al continuo clamoreo que Vds. Señores lledactorqs henchidas de entusiasmo cientifiico y con la
mejor
intención les, dirijen, cerrando
sustaUeres¿
riíngunó? yserá por que la
obediencia
ciegaà la (vozde
unapersona les invita á seguir la. marcha que han
emprendido'^ tampoco.
'
Es por qné son hombres de conciencia
propia.y
han comprendido elmedio
de dlsfrdtar en laed^d niedia,
y decrearse unjpatrimonio
paradescansar
y tener
.alguna?
comodidades ,eula vejezyno|jm-
liarse e?puestosà las
eveniuaiidades
Ijo los.lo?
qqe. habiendo
emprendido
otço.nimho,, b;hlándó,en
ge¬neral, s.olo
pôtlemos
.ç.qnior.c-jnm.finca,
u^ajuyijba-
cíoii nòasegurada, déincendios. , , -
í
Peraostrda la
imposi,bjlLdad
de la ';?ep3racipndel héri-ádo, ésplórarémo? lá
idea desijserla.conveñieii-
tp eqla áclualidad.
Si en toiias las, naciones y en particular en
Ja
.Francia tqnpqbíadadq apénales domésticos,
endLon-
de
ia
medicina veteiLnaria se renumera decente¬menteyen
donde el número de profesores,en
pro¬porciónes
reduçido
respetoá España, tienen necesi-
dgdd» uniráia
partecienlifica elramo del herradoy apesarde.eso
niuehos
se encuentran enla indi-
gonpia? que sucedería en nuestra Peninsula, en dondese pagatanmezquinamente laprofesiuu
, enEste estadode cosas pesa
también
sobre laVe¬
terinario, como sobre todas las instituciones ;hn-
manas: Yds. lo saben bien,
respetabilísimos
pa¬dres; desde el malhadado diaenque por vez prime
ra penetraronen la. escuela
superior,
y pisaronsus aulas alumnos que cambiaran elmartillo
delherra¬dor porlos estudios
físico-naturales
, desdeaquélla
fecha aciaga se inicióya la
tendencia,
que,arrai¬
gándose
despues mas y mas, amenazahoy sumir-
; nos en un cataclismo espantoso.
El número de ios
prosélilos deiaseparacionentrela Veterinaria
yel
Arte de herrar auraénlacadadia;.cada cual discurre
•porsu propiacuenta, se
atiene á lo
quele dicta-su
'.razón y
menosprecia la
vozde los patriarcas doda
profesión.Afortunadamente,
estos no s.}duermen
en las pajas; y
hacen bien,
queal fin
yai cabo, la
cuestión del herrado es lamas vital é importante
■quo se haya
ventilado jamás, ni pueda agitarse
en lostiemposquehan de
ser.Yo,oscuro
admirador de la
gloriosa herraou-RA,guardo
silencio hace
yamucho liempo, gracias
á una larga
enfermedad
que meha ^educido á
lainacción=iqué
lástima si hubiera
muerto! es ver¬dad,
queridos padres?=y á
otrosnegocios de
que daréá Vds. parte enla série de
estosfolletines. Pe-
388 BL 9CO
donde el número de animalesdomésticos esreducido y en donde
hay
ademásde
lainmensa falangéde
los examinados porpasantia,
cuatro colegios', cuatro yésubios, tres de ellos hmendo sus irrupcionescadatres y
el
otro cada ciiicoaños,
cuya lava, porsuescesivaabundancia
desiruyé
la profesiónonto¬dos conceptosy llegará á hacer de ella si el progre¬
sonumérico continua, otra
Pompeya
¿.?creen Vds.con
presencia de lo
espuesto, que,separándose
el herrado sinun cmbio ad hoc, se moralizaria lapro¬fesión¿ yo
opino,
y esto no pasa de ser un pensa¬miento
paricular,
que se desmoralizarla mas, yqueen los elementosdel pretendido triunfo iriaenvuel¬
ta la destrucion de la corporación
Sin ser yo partidario del herrado pues solo lo quieroy
defiendo hoy
porconvinclon,preveo; que, si la voz de Vds. fuera taninfluyenté
que electriza¬dospor
ella, lo abandonasen
todos, la consecuencia inmediata serla el engrandecimiento prodigioso de los albéltares, á quienes por otra parteno podíaprivárseles ^de
ejercerla
partecientifiica enlo que porrecalesórdenes
se les ha acordado yla mismaé inmoralidaden masescala del mayornúmero de los veterinarios: estoaun cuandose presentase, lo quees dlflcel,la Luna de miel: que el Gobierno, aten¬
diendo á lasJustas exljencias de la clase, le conce¬
diera todos los destinos, garantias prerogatlvas que
de derecho
y parael
híeii del pais le corres¬ponden
; y queel pueblo,
poco acostumbrado y por ello duro para pagardecorosamente,
convenido de querecibirla
unapositiva
retribución abrirla subolsaparacon
Ins profesores.
Algunos por sus mé¬ritos icientífidos y muchos asaltando empleos por por escalas
del favoritismo,
consigulrian los mejo¬res puestos, en
los
que no encanecerían, pues el vaivén de las grandes masas que necesariamente Estaríanagitándose
sin cesar en aquelocéano facul¬tativo, les separarlapara reponerles con otros que ásu vez
seguirían
igual suerte. Otroscolocándoseen los
pueblos del mismo
modo que los primeros disfrutarían solode una medianafortuna;y losmas faltosde recursos?tendrían elsuficiente valor,sere¬nidadycordurapara reprimirlos instintos de una
Organización exijenteporla conservación delindivi¬
duocuandoesta seencuentra compri»metida¿no, n^
rorestablecido y
algo
masdesocupado
ya, vengoá tomar parte en la contienda como mero soldado, poniéndome à las órdenes de tan valientes caudi¬llos; y para distinguir mejor las lilas en que debo militar,ensayaré primero trazar á grandesrasgos el cuadro de los partidos en quehallo dividida ia Facultad.
En Veterinaria como en
política
hay partidosestrenaosy los hay intermedios: entreestosse euen- ,ta uno que, deseando la separación
indicada,'la
■encuentrahoy impracticable, yla aplaza, portan¬
to, para cuando las circunstancias la permitan. En él figuran los numerososamigosde il doloe farnien~
ta, los
espiciuis pacíficos,
ios que esperanel maná del cíelo: este no es un partido militante, sinopa¬ciente; su fuerza consiste en lainercia, y su prin¬
cipal virtud enla resignación; las armasque esgri-
;me en pró desusdeseos sereducen á votostácitos,
lodo lo masá invocaciones cristianas.—No me con¬
viene, por sus asi>iraciones ni por sus medios de acción;
Otro partido, primo-hermano del anterior, es el de los
indiferentes
: dotados deun genio angelical jde
untalento admirablemente
obtuso, estos se¬ñores no ven dos dedos mqs allá, de su^narices ,:ni
lareflexionnila fuerzadevoluntadpueden salirven¬
cedoras en esta lucha.?Y cual, seria el resultado
masprobablé¿ queintroduciéndose de lleno la in¬
moralidad en el cuerpo
facultativo,
normalizaríaconel,mayor númerode sus órganos, y el efecto de su
acción, sería la corrupciónprogresiva, la disolución desuspartes,el despreciogeneral. Quiera Diosque, apesarde la adhesion del barrado, que, al fin, sien algunos mancha el cuerpo, notocan çstoslunares al
:alma,noavanze masestaseñora, que,barnizada con eolores halagüeños y ataviada á veces conropajes e- legantes, se insinúa en la sociedad, la fascina, se
complace enalterar las buenas costumbres,y
capcio¬
samente destruye el terrenoen que posa suatrevida
y seductora planta.
Huyamosde este estado, comprofesores; unámo¬
nos todos para ser fuertes;
depongamos
nuestras mutuas querrellas, sacrificando cada cual unaparte deamor propio enlasaras de la profesión; busque¬mos por ios medios posibles y legales nuestro en¬
grandecimiento, nuestro deseo,nuestra armonía.Yo Señores, ya que me encuentrocon la pluma en la
mano, manifestaré un proyecto que contendría ea
parte eltorrente que nos arrastra; á saber ; solici¬
temosdel Gobierno,no muchos colegios,
si
mucha instrucción, y en casode quedar existentes iosqueboy
figuran,
que tres de ellosseconsagrenal estu«dio teórico ypractico, exigiéndoseá los aspirantes
lospreliminares cientiñcios necesarios yá los alum¬
noslos cinco añosque seestudian enlaescuela su¬
perior; y elotro, colocado en un puntocentro de agricultura y de
zoonologia,
se destine, para com¬plemento de la
profesión,
á seguir en él un año de practica tantomédico-quirurgica,
cuanto enel arte de herrar:con loque seconseguiria: primero
sacarprofesores
masinstruidosyútiles
à lanación, verda¬deraespeculación,que un Gobiernoprotector debia
tomaren
consideración;;
y segundo, sededicaríanmenosá seguirla carrera de veterinario, se tendría la verdadera armonía entre] los facultativos y con ella lamoralidad, la utilidadindividual y la del
pú¬
blico.
Ved aquí.
Señores
Redactores, el medio que yoencuentro y que Vds. en parte indican, para que sinoen nuestros días, en las generaciones futuras
B—MWWB—MW——
les
importa
nn bledo de todo ello:no hay medio de hacerlesentrar en las cuestionesprofesionales
, se encogen de hombros cuando selesproponen, ybos¬
tezan de fastidio sLseventilan en ,su presencia. Se
admiran de que otros tomen cen tanto calor cosas queellos no pueden comprender á quecocducen, y
no conciben que sea
posible
vivir deotra manera que como ellos viven.—Benditos varones! Dejadlosen su felizquietismo.
Los defensores del statut quo, losque odian por instinto todainnovación, los enemigos absolutos de
las reformas, componen ima falange sin
bandera
decidida , que se inclina siempreá lo existente, que acepta los hechosconsumados y ni quiereavanzar ni retroceder. Colocados entrelos dos
partidos
que vienen á continuación, y no aceptando lasideas
de ninguno, de ellos, los veterinarios conservadores, .aunque pocos enmúmero, suelen desplegar «na grande actividad cuandose trata de defender la si¬tuación.—No me gustáosle partido, que reúne
los
inconvenientes,sin ningunade las ventajas, de losdos estremos, de loscuales voyá ocuparme.
Veterinarios
filósofos.—Este
partido, elutas mo¬derno de todos, consta., con muy-raras
escepcio-
nes, de
veterinarLos'jóvenes,
mas ó menosinstrúi-
289
pueda sin inboitivenientes efectiiafse la separaciou
del herrado dando algun
lusÉre 'mas á la prole-
sion.
Ruego
á¡Vds.
sesirvan insertar esta ihanifestacion
ensu
apreciable periódico
yles estará lagradecido S
S. S. Q. B. S. M.
Madrid28dé Enerode1855»
(i)
Martin Grande.
Sres. Redactoresde El Eco dela Veterinaria.
Muy
señores mios:
hevisto
ensuapreciable nú¬
merodel 5 del actual, las' muchasrazonesque adu¬
cen en favor de la
separación
del herrado, y entre ellas las deducidas porlo que pasa enla medicina
delhombre. Sentimos muchotenerquerepetir loque ya
hemos dicho. ? Se puede dar á la ciencia Vetrína-
ria la estension que tiene la del hombre ? ¿
Guando
podrásostenerse unveterinario comadrón,
un ve¬terinariosacamuelas, uii oculista, un agricultor con solo elejercicio deuna deestas ramas de la ciencia?
forepetimos, imposible, es no conocer
la facultad
en suejercicio.?
Que
adelantos yprosperidad
pue¬detener un profesor en Aragon y
Valencia
cnyas dotaciones por la visitano esceden decuatro, cincoyelque mas
seis mil
reales anuales¿semejante do¬tación sin porvenir apenas
les llega
para mante¬nerse yles
imposibilita
elpoder
darcarrera algunodesus hijos por
falta
demedios,
y en prueba deelloveanselosjóvenesque
han ingresado
en la es¬cuela superior hijos de esta
clase
deprofesores,
encomparación de losquese
hallaban establecidos
conel ausilio del herrado, l'uedo asegurar á VV. que de los primeros nohe visto ninguno enlos cincoa- ños que
cursé veterinaria,
al paso quede los
se-gúndos
eramosmuchos.
Tampoco es cierto que por
solo el herrado
serenumera al profesor la parte
facultativa.
En la mayoría de las provinciasde España tienen asigna¬da los prolesores cierta cantidad sea en especie5 (1) Tenemos el disgusto deanunciaral Sr. Grande que ha estraviadü lacuestión, sin haberla comprendido per¬
fectamente. Contestaremos en el número siguiente.
L. R.
dos, que poseen (lOr panto general,
algunos
cono¬cimientos de Matemáticas, Física, Químicaé His¬
toria natural, habiéndolos entre ellos que han cul¬
tivado otros variosramos del .saber humano. Im¬
buidosen las opiniones del siglo y avezadosálas prácticas
universitarias,
han sido, por lo común, los alumnos mas distinguidos; pero, poco ó nada habituados almanejode los utensilios del herrador,encuentran muy duro el paso de la vida intelectual al ejercicio
rudo
ymuscular del herrado
yforjado.Privadosde losgoces queproporciona el machacar y adobar
herraduras,
ypersuadidos
de que este acto es contrario á los progresos y consideración social de la Facultad, quieren segregarle de ella;con lo cual, dicen, se conseguirá inmediatamente que los
servicios cientíricos del profesor
se vean mejorretribuidos. Ellos
suponen que, sinestudiar continuamente, no puede adelantarla ciencia, por¬que ignoran
cuánto aprende el
veterinario cuandosé machaca un dedo, cuántas luces adquiere cuan¬
do, al forjar, le saltan las
chispas
á los ojos sos¬tienen queel herrado
perjudica
á nuestro rango, porque nosaben apreciar el prestigio
á que .se hace acreedor, en materiascientíBcas,
un hombre que,en vez dedarse dé calabazadas con los libros y de
en dinero por lá visita, y si en muchos pueblos
se'ha perdido esta costumbre ha sido efectode la abundancia de profesores y mal porte de ciertos individuos que han abusado deun titulo inal ad¬
quirido
por todosconceptoá.Dicen W. en unode suspárrafos que »én la se- Dguridad de queel veterinario há de transformarse
«cásiconstántementeen herrador,
siempre
que sepa,«egercer
estéarte, preferiinós que carezca absolu-«tamente de la practica y
de
los conocimientosi-e-«cesários para
desempeñarle;
oqtamos porque no- sepa herrarúContestando á la primera parte del precedente párrafo, diremos que et veterinario aunque posea el herrado rió tiene necesidad de convertirse en
herradoresclusivamentecomo dicen VV, pues esto estaráenrelación con su fortuna, destinosque 0- cupeetc. y en este caso podrá dedicarse alestudio y progreso de la ciencia: contando con mucha clientela tendrá muchos mancebos, se ocupará en visitar y estudiar; el que no pueda mantener nin¬
guno
nó
tendra mucho queherrar
y le sobrará el tiempo, con pesar suyo, para dedicarse á la medi¬tación.
En el final delpárrafo á que nos refiero dicen VV. que optan por que no sepa
herrar
Yo no soy deeste parazerá
menos qne nopractiquemos
comohacen algunoscon uncatalejo á ciertadistan¬
cia de losanimalesy.sin hacer uso de nuestros sen¬
tidosenloscasosclínicos;yde ellovoyápiesentarun
ejemplo;
un caballo sale claudicando de un miem¬bro posterior, tiene el menudillo correspondiente
contodos los síntomas de una verdadera.inflama¬
ción y
el
profesorque no desciendeá reconocerel casco, bien sea porque le alucine la inílamacion,por no traer pegadoási al herrador ó por nohacer
usodelosútilesdeherrar, se ve burladoycriticado
conperdida desu roputacion muchas veces, indi¬
cando medios paracombatir la inflamación sintomá¬
ticadeuna escarza ó deun clavo halladizo que da lugar
á
desordenes incorregibles. Este caso le pa¬recerá áEl Ecoalgo esagerado; pero sino evitase- mosdescender á personalidades lemostratiamosva-
ríos ocurridos áprofesores queniegan la necesidad de poseer el herradoy la poca frecuencia de las
ocujaarse de investipciones
necroscópicas,
etc., está todo el dia trabajando en lafragua,
y va á ca¬sa de sus parroquianos tan
limpio
y bien portadocomo un carbonero;y claman y vociferan contra la escasezde ia? retribuciones, porque no hansa¬
boreado todo I0 que tiene de agradable mantenerse esclusivamente del
trabajo
material, para el queha consagrado al estudio losmejores años de su vida.No contentoscon esto, se atreven todavíaápro¬
bar, según ellos, que la separación dél herrado
seria tan conveniente para los
propietarios
deani¬males como páralos
profesores,
porquesiendo
es¬tos mas instruidos, estarían mejor servidos aque¬
llos. Pero, comoquiera quela
instrucciorino
viene del estudio, sino del trabajo material, de laschis¬pas y iosgolpes; que
la
letra con sangre entra,co¬mo decían los antiguos, resultaque esta deducciou
estan falsa como las anteriores.
Estose lesha detriostrado ya
varias
veces; pero ellos se mantienen én sus trece; y erre que erre,■empeñados
enhacertriunfarsu opinion, adquierencada dianuevos partidariosy acabañanporsalirse
conla suya, si Vds. nohubieran tenido la admira¬
ble previstÓB de oponer un
dique á
esté |òrrènte desbordado.—Ellos recurren á la Zootecnia y á la590
iO) «eoclaudicacionesdela regiondigital. Los partidarios dèltierrado por
el contrario^ llevamosioda
nuestraa»tenciónen unreconocimiento por
cláudicacíon
alpi-y
éti
elmayornúmero de
vecesericontraipos allí
s]ue causàasiesqueclaudicaciones
.tratadas,porotrossin ventajaconmedios dirigidos á la region ;escapulo-
huméral éileo-ieinoral y .que no creen en
lio
que llevamos dicho; hemostenido
la fortuna de hacer desaparecer cogerásantiguas
pormedio algunas
o-peraciones.del
casco yde la néurotomia
porel
mé¬todo Sewel. En la actualidad evitamos hacer es¬
ta última Operación con otro
medio
mas racionalpara
haoer
desaparecer lasclaudicaciones
porsobre puest()sestrecheces
ect.délos casos.Gracias'alsr.D.
Ramon LlorenteLazarepor
la importación del
ins-trumentoyherradura
destinada al
ensanche delos
cascos, que tan
iii.mencnsas ventajas produce
corno he tenido ocasiónde comprobarlo encuatro casos quehemanejado
conoportiini
ad.Me dispensarán
losSrs. R. R. estapequefia
digresión
enprueba
decuantollevo dicho.
Volviendo otra vez á la continuación y
final del.
artículo àque
nós
referimos,haremos
presenteque'
el arte
egercido
condecoro
ymoralidHd,
nopriva,
á laciencia desusadelanfos comoloestarnos viendo diariamente, con las observaciones clínicas reniiti-,
das'
por.varios cotnpro.fésorfrs
quehierran, cuando,
tienen
ne'cc^idad o^.capr.içho de,hacerlo.
^ ,■'
En
el.thi^m
ijumétode
suapt'eçjablp.periódico,
hemosieido,
elartículo del
señor Olano, enel. cual tr'áta,à da,clase de pofe'sprés d<íÍiiÇj'óV.9ftú del modo
.roas' insultánte",' bajo
yjLastiuaosp
emeqmede dajrsé.,
Mcutira.parece'rp
queiip individuo qirojr.ertenece á ia'
mismacorporaçibn,;'se atrèya á .reirajarla hasta
eT'estrem'ò qué,1ohae¡¿..¿pr^e;debemos.p.ues
esperar.' de los profanos
si.,nosofros tips
nstamosdesgaiTan-
:d'ô? Nifrioa
creyéf;q' .ijué á cóihprbfésoivquè, ha
spr'-,vido en sü
niismf tóngadà. 'se le'caíificará en'los
términos
indecorpso'á
qpelo hace
aunquefuese cipr¬
iocuantodice,
y,debe
,tèner ente'ndidp elseñor
Ola.no, que
si hasta'ahora ha gozado de.bjteng
reputa¬ción y presti
gio '.con
çusjefes,
mas adelaníe acpsono
podrá contarlo,así,
poique en estemundo csta- niòs sujetos ániíí
alternalivas, que irnos antes y otrosdespues hemos-pasado por ellas.Agricultura para
seducirá
los incautosconmisera¬bles quimeras? Pues, nada;tú,que no
quier¡^s
caldo,treslozas llenas: se les pone elherrado previo, y de
hoy
mas no habráalumnos,dt'scpjos é
iliisos, y vol¬verá la docilidad y, la
suhordtnarpon
áia
Escuela, y, con los veterinarios, afilosofados,, desapareperáesa funésta
independencia de.èspíriiu,.
propia de ios;qne noíten.en manos, spgunlafeliz,espresion
derós^albéitares,
y,quedará la VeteriHaria
.coiprounabal^q de aceiíe. Ebestos casoslasvías de
heckpdeí
"BplHinMa inuyoportunas.
Esciisako es
decir,que
yo na puedpperterrecerá estepa'rtlap,
qué con voz tonantecaitfico,
dCi her.e'^tico.
Voy,,
pues áháblpr del íuio.
Fildiiodos: FerrÓQrafd?-—Así
cornohay
¡filósofos(amair.tes
de laSahidur^ja ó,de
laCiencia),
filántro¬pos
'(amantes
delHombre), filármonos (de
la músi¬ca), etc., así trimluén hayen Veterinariaun parti¬
do que llarno
^íópáos (amantes de las patas),
porque efectivamente, miran con especial cariño y predi¬lección todo lo que se refiere al casco delos solí¬
pedos y
principalmente
el Arte de herrar. Todos los estudios veterinarios no equivalen para ellos,áeste Arte, que titulan liberal y
científico
; toda la Cienciaesnada encomparación de esta parte, que.Diceel,señorOlano quelaposiciop del marispal
enel dia es.muy.distintaá ia del mariscal dehát®
unadocena (le años
(salvo escepciones). Efect'rya-
meryteesasí;pero nocpino lo supone.ó entiende el señorOlano. Los mariscales aiuiguamenlegozaban demasprestigio,eranacatadas todas susdiaposielo-
ncs, solos.e hacia
lodispuesto
porel profesòrento¬do lo concerniente, al ganado, se honraba con la enseftarízadelherradoá los señores oficiales yhas■
tase les instruía en adobar
herraje
en tiempo en queel heri'ado'era á laespafiolaoVéaseml prestigio,que go.zaron los primeros,veterinarios quesailieron de lá escuela, su buena acogida en los cuerpos;
véanse esos nombramientosde mariscales mayores do ejército, cuyos profesores eran adictos á los cuarteles generales,,,con todas las atribuciones y favor conlosgenerales eujefe que se pueden ima^
ginar.Entonces sinexistir reales órdenes enque.se les considerase comooficialesestaban inuchq mejor;
ño solamente proponíanaljefe cuantoconvenia, al mejor estado del ganado, sinoque muchasiveces lo 'hadan sinconsultarlo, dando parte despues deege-
. Cutado y esto,en asuptosde mucha cuantía. ¿Cuan¬
do se ha visto que unmariscal moderno merezcala confianza deunjefehasta elestremo devenderga¬
nado, qufi„consideraba inútil y comprar igoal nú¬
meropara
reemplazar,
aquel sindaj;,parte
hasta des¬pués de consumado ehautp.?
Éu
tiempo' de .fas.fc-moiitas
párticulares
sucedía esto comvariosprofe-. sores,, y aun iiepaos:
llegado
á.conocerlo yquizás
eílsín
aiin,alguno
dq aquellos beneméritos niarispa-,,les,que
tantofavor
y ,prestigióigozaron,cpnUqdo
,,entro
qjlos algupos.alhéitares.
-¿Cuando uu veterina-, rio moderno
podrá
¡ser creído como á -un oráculo. entre
l(isj^fes,j óficiaics
(leíregimiento,enque,ser¬
via, haciéndolescreer, quq pn caballonotgniasan- ,sre porque esteno la.dió.al practicar la flebolomia sobrevarias venas? Tái era-la reputación que goza¬
ba en toda el arma de caballería éste profesor, à quien hemosconocido personalmenie, y enia épo¬
ca en que tuvo
lugar el
hecho referido.Desengáñe¬
seel señor Olano que la
práctica
delherradq
ylas
contratas no son las quehacen
desmerecerel'pres¬
tigio del
profesor;
es la inayor ó menoractitud.fa¬
cultativa,y su modo de proceder eu la sociedad, y
. en prueba de ello le citareinnsotrn.luariscal acérri- (Sonslderaii con razón, como la mas útil é. impor¬
tante; pero existe entre-ellos unasecta que lieva-su
entusiasmo hasta el fanatismo, hasta unaespeciede
.frenesí; y
asi.como
ciertos sistemas de gobiernoisellaman Aristocracia, Democracia, Autocracia, etc., según que
mandan
unos.cuantos imagnates,el
q)ue Wü ó un soberano supremo yabsoluto, asi
yo doy áesta secta el nombredaFetrocraciay el deferró-
cratas à sus
prosélitos,
porque dentro de la profe¬sión todo lo subordinan al poder de la herradura.
Los fcrrócratas son álos-.simples fllópodos loque
los apostólicos
á
losabsolutistas templados
para ellos,nohay-términos
medios; ótodo
ónada:
estaes su divisa. Elherrado es su ídolo: unaherradura bien puesta
el resúmen
detodas las perfecciones:
lia sola tibieza en los elogios, un cuímen de
iesa-
paia. Todos los veterinariosrecuerdan
conadmi¬
raciónaquelrasgo sublime, aquelarranque
do elo¬
cuencia ciceroniana ttla veterinaria es el arte
el herrado la ciencia; si, el herradoes la cien¬
cia, lo demas, NADA.» Hé aquí uu
ferrócrata
re¬tratado por susmismas
palabras.
{Secontinuará).