Año II» .JUEVES
10
nE ABRIL DE1856.
NUM. 87.EL ECO DE LA YETERINARIA.
PERIODICO DE IKTERESES MORALES Y MATERIALES.
REDACTADO POR
^Doii qUAdi^ucC 'ÇiMttfl olürtcdi
jGíou t3ua.u '^icíut ^
.-liDou
**• j'cíeoHCio
SE PUBLICA
TRES VECES AL MEI
PRECIOS ÜE SUSCRlCION.=En
Mailrid^^or'un
me.s,5
rs. por 1resid 8. Eii provincias,
portres id.
reales ó 22 sellos sencillos del
rrani(ueo
de carUs.Ultramar
y estrangero, por unaño, oO.-—PUNTOS DE SU·'
CRlGlüN.—En Madrid: En la Administración, calle,de losCaños, número
7,
cuartobajo.—En provincias en
casa de los
corresponsales
enlos
puntos en quelos hay,
ógirando letra sobre
correosá favor del Administrador
D. Joaquin G. y
Megia, ó bien
áfavor de la Redacción, sita
enla calle de Colon, número 42, cuarto 4.°—
Noseadmite
correspondencia
que vengasin franquear.
REFORMA YETERI^ARIA.
DIVISION DE CLASES.
(Continuación.)
;Bosquejado
yael
espantosociiadrolde la divi- iunprofcsiona!,
que,incapacitándonosparael pro
.ereso» está siendo el cáncer
roedor de nuestra posición social
yde nuestros intereses privados,
vamos á darle
hoy la última pincelada: procu¬
rando, si
nos osposible, restaurarlo algun tan¬
to, bien que no
enteramente
paranuestro pro¬
vecho,
sinó con eltin de legar á la generación
veterinaria que nos
suceda
unpatrimonio mas
decoroso queel heredado de nuestros antece¬
sores.
En las reformasque vamos
á
proponer y cu¬yo
exámen recomendamos encarecidamente á
las
Academias,
no ha deguiarnos el espíritu de esclusivismo,
que seha notado
envarias clases
de los
profesores
quecomprende la Veterinaria.
Hemos de decir la verdad, y
nada
mas quela
verdadj tal como la
comprendemos, sin tenden¬
cias á herir la
susceptibilidad de nadie: porque
tratándose de armonizar laprofesión, de
arre¬glar su ejercicio á bases practicables y conve¬
nientes, se
bach indispensable
quecedamos to¬
dos
algo de nuestro derecho y de nuestras aspi¬
raciones:
siendo
tantomasforzosa esta abnega¬
ción en
Veterinaria,
cuanto que, pordesgracia.
notenemos señalada una
demarcación de atri
buciones con la claridad
apetecible,
ylas oscu¬
ras indicaciones que
sobre este punto contiene
nuestra
legislación
soncompletamente inadmisi¬
bles en la
practica facultativa.
Esto
sentado,
ydado
porhabida la supresión
deexámenesde albeitería,
la de los
quehabilitan para,simples herradores, para castradores ó para
herradores
de-ganado
vacuno,así como la ense¬
ñanza de veterinarios de
2." clase:
esdecir,
enla
hipótesis de
que paralo sucesivo ha de ser
única la enseñanza
de la ciencia,
puesquede no
serasí, no
concebimos reforma aceptable,, nos¬
otros fraccionariamos su
ejercicio
endos nuevas
clasesde
profesores,,con esclusion.de cualquie¬
ra otra, dándoles la
denominación respectiva de
VETERINARIOS ó de
HERRADORES.
La clase
científica, los vetèrinarios ejercerían
la ciencia en toda su
estension, inclusas las atri¬
buciones
del profesorado.
La clase artística, los
herradores solo ejerccrian
las
practicas del arte que les da su nombre, in¬
cluyendo hasta los casos de vicios de conforma¬
ción ó
enfermedades de los
remos, quebasta a
corregir la aplicación mefodica de la herra¬
dura.
Aun cuando
ios veterinarios quedarían auto¬
rizados, eomoera
justo,
parapractical' el herra¬
do,
esevidente
que,descendiendo habitiudmcn-
te á las atribuciones
de los herradores, siempre
que
lo hagan por especulación egoista, no obli¬
gados
pornecesidades apremiantes, se conside-
528 EL &f.O
rada que
depreciaban el mérito de
sufacultad.
Hecha esta
.elision étí'}véier:ina¥¡09yám^i}O^i-
bilidad de
herrár, y.imposibHiíad^s
decurar;.,
dívisioa
qupúnicarneite; qónsiste
,fen queel "Gobierno
ylas Cortes
sedignen aprobar¬
la como
punto de partida. (|e la enseñanza yete-
rinaria, intentemos •éscogitar
unmédio dé redu¬
cir las diferentes
categorías
ueprofesores
quehoy existen.
' :Muy limitada
esla reducción
que,obrando
conjusticial puede l^acserse; pero,.al
.menosquedará planteada
engrande escala: habiendo además
una
seguridad completa de
quedentro de
po¬cos años se habria
logrado el objeto,
puesto que lasescepciones serian racísirtías'
.ydesprecia¬
bles.
-Jlûtremos .enanateria.
■ . ,■ í., ■
Veterinarios
deprimera dase; veterinarios
pu-,ros.—La
posición
que ocupanlos veterinarios
llamados puros
(que hablan hecho
susestudios
en 5 años en la escuela de Madrid antes del re¬
glamento de 1847)
nopuedéser
masáñomalá ñi
mas
injusta. Saben ello^
quepuéden'.èjercér
éntoda
suestension la medicina de los aniróalés db-mésticos;
y que,presentando
unamemoria
so:bre un punto
de zootecnia,
conrhá's'i él désémi bolso dç iiiiris 'óuantos pésós, quedan habilitados àe'primera clase. Pero saben también
que nopueden aspirar ál 'profesórddoy ni ingresar
enél fyVrcíYoj.'iguorando, gracias á la hipocresía
conque
fué redactado él reglamento dé 1847', sí les
será dado
inspeccionar las
carnesdé los
mata¬deros,
reconocerlos pastos, servir de titulares
en
los'pueblos
etc., etc., etc;puesto
queningu¬
no de estos cargos
ha sido creado todavía,
se¬gún
teníamos derecho á esperar.
Y bien: ¿esta
diferencia
éntrepuros yde pri¬
mera clase áQ
qué procede? Dé
que noéstudia- roñ'áquéllos,
comoestos, a.g'rigulfura
yzootec¬
nia, ni
léá'fué obligatorio
cursarfísica, química,
historia
natip-al
ymatemáticas?...—Para
auto i'izarcontrasentidos nohay
comoel reglamento
dé 1847!—Los veterinarios de 2.®
clase,
noobs¬tante haber
empleado solamente 3 años
en sucarrera', mientras que
los'puros gastaron 5,
enpébíaciones de
cortovecindario tienen derecho
al
completo ejercicio de la ciencia; resultando de .semejante' disposición
que, enocasiones, ios
de S,'' claS'e son inas que
los
puros, esto es,(|ué' 5 ' años de estudios valetí
menos que3 ó
en términóé
genérales,
que tresés
mayor que cinco!.... noser porque entodas
estasmedi¬
das vemos clara y
sencillamente envuelta
una idea trascenden'.al yfunesta, á la
vezquela in¬
capacidad absoluta de los redactores
delregla- mjénto ipará ocultarla,' tentados estábamos
de soltar lacai^eajada;
quebien lo njerécia,
sinduda, la
cônciQsibn cíe losrçg|ameptist.as.
Reanudemos,
empero,el hilo ele
nuestrotema.
Pára éer cdñsééuentcs en-suobramaestra, los autoresdel tal
reglamento al suprimir
en1854
•él
estudió de las matemáticas,
quevale
tantocorno haber
suprimido la física, la química
y casi la historianatural, debieron i'cbajar la
cate¬goría de los
veterinai'iosformados
conarreglo
á esteúltimo
reglamento, creando la denomina¬
ción modernísima de veterinarios mistos. Mas
aun: si notaron, ccïmo no
pudieron
menosde
notar, que
al estudio de la ciencia
seagregaba
el interesanlisímo de
zoología vetcrinai'ia, ha¬
brían hecho bien en discurrir de esta manera:
Los veterinarios
nñstoá'gasían 5. años
en sucar¬rera;
luegp/spn iguales
alos
puros yá los de primera clase; estudian,
masquelos
puros,la agricultura
yzootecnia
etc.;luego
son mas que los puros;estudian,
menos quelos de 1." clase,
las
matemáticas; luego
son menos quelos de primera clase:;
;porotra parte,.? estudian,
mas quelos de l.'' clase, la zoología veterinaria;
luego
son mas queellos. Corolaiuo: desprén¬
dese de
aquí
que5
es.igual ylinayor
y menor que5;
entérminos algebraicos, A
=, >^y <A.
A pesar
de la gravedad del
asunto, mueveá
ciertaespecie de dioersion la maravillosa lógica,
el admirable tino con que nuestros
reglamentis¬
tas han
procedido.
. ■ ' >.Desechando,
pues, conel desprecio
que me¬recen estas-cábalas
rarjuiticíis,-1
enque- -se-funda
la diversidad da atribuciones entreIvétorinarios puros
y-de 'I.?-clase: considerando
que enél
es¬tudio que
los
puroshicieron de la higiene
seles
ha
suministrado
nocionescompendiadas análo¬
gas
á los preceptos de la zootecnia, debiendo
suponerse que en su
vida profesional,
en suroce íntimo con los
ganaderos
ycultivadores
han
perfeccionado
susconocimientos ó adqui-
ridolos, si de ellos carecían: atendiendo á que han consumido en su carrera 5 años,,que
ésrel
máximum
empleado;
y conel objeto, finalmente,
de no
adoptar el ridículo sistema de variar las
atribuciones á-cada innoyacioii que se?
ofrezca
en el
estudio, juzgamos
comode incuestionable equidad
quelos veterinarios llamados'puros de¬
ben ser declarados de 1.'^ ;
clase,
sinnecesitar siquiera cangéar
suhonroso titulo
porql
que ahora seexpide á los
quesalen del colegio dé
Madrid.
{Se continuará)
DE LA VETERINADIA.
REFLEXIONES SORRR EL ESTADO.ACTUAL DE
.LA YETERINXRIA. . ■
,No acometería.iaOïid-iWeinenle,esta
empresa,digna
de plumas
méjor portadas,
A no sentir odAminado;mi esplril'j de! deseo de estableiíer una sólida union.entre los profesores veterin irlos, únicapalanca,que-puede
remover todos los.obstáeulos que se (iponená la,mar-^ cha progresiva de, Ja faouHad que ejercemos.Conozco demasiado, que
Ajmi
cortaespérlencia
no le es dado: pesar en todo sn valor las circunstancias que impidenel desarrollo y
prosperidad-de.
la:Veterinaria;,
y sin embargo,,al tender la vista, en torno mió y coqlemr-,p]ar
laheterogeneidad.de
los,elementos que constitu¬yen boy nuestra infortunada clase, raesientocon áni.-
mos bastantes para proelamarna altavoz; Unámonos
comprofesores,
aunquesea sacnficando algo el,amor propio,
quesolo de
esta manerapuede la Veterina
ría salvarse. Y en efecto¿qué serian los epfuerzi·is dediez ó veinte
profesores
á lo mas, porgrandes y con¬cienzudos que
fuesen,
sino pudieran apoyarse en la gran masa de suscompañeros?
Ya lo hemos visto: laiRedacción de En Eco nos haofrecido deello
un,ejem¬
plo bastante elocuente. Tres
jóvenes profesores
con lamas ardiente
fé,
pon un entusiasmo digno,de la cau^saque sustentaran, emprendieron la defensa de jos intereses morales y materiales de la
Veterinaria;
ydespues
de tres años deImprobos
trabajos y penali-'dades,
á pesarde
su acierto en las .cuestiones que hantoca.do,
qué esloquehan conseguidoí' Poco,
muy poco, sise atiende á lo que puedeesperarlede la
ac¬ciónde la claseentera; mupiio nqucbísimp.si seconsi¬
dera el esfuerzo dé solos tres borabres. Y para ésto
¿cnánlas amargaras, cuántos disgustos ,y cuantos
de.sengañós
ño liibránsentido?
liéaqlii
donde mi' pinniainténtá desarrotíar, la idea.enuuciada'cn.éi.epí
grafe deeste artículo.
Es por
desgracia
,harto cierto que no lasmejores
;relaciones existen entre jos veterinarios, que las cir-; cunstanciás particulares,
de'cáda
uño leobligan
masómenos áapartarse de la linea de conducta que se Ira-
zara ai
estabieeérse,
que no es la moralidad la mejor prenda de que podamosblasonar,
que no es, enfin,
una situación acomodada en lo general el fruto de tantaindiferencia é inmoralidad.—Todos estos males ios vemos,
iós
sentimos, loslamentamos;
y disemina,- dos,por nuestrasintestinasdiscordias,
nisiquiera
nos Atrevemos ádçéir salvéïnonos.
Y'a purfin
se ha sen¬tado la piedra angular, del
edificio,
ya lainstitución
de las academias ha
inaugurado
la era de la tan an¬siada reforma: necesario es por tanto que, abando¬
nando unos la mala senda en que,la necesidad les lia
colocado,^ sacrificando
otroselsórdido interés del mo¬mento que ios tiene avasallados, y otrosen fin aho¬
gando pueriies
resentimientos,
nosreunamos bajo lasenseñas académicas para acabar con la inmorali¬
dad que nos vilipendiay-
abogar
reunidos por el inte¬rés de ia'faciiitád.
■Que e-to es urgente nadie que vea y
píenselo
pon¬dráen
duda;
y sino, mírese pordo qiiier nuestrosue¬lo, y
al fijar
la vi.sia en laVeterinaria,
solo se veráeii nlta postergación, IramiliacioTi, menosprecio, mise¬
rable mina:
rontérapierise
nuestrasescuelas, y ante la.immprosamultitud dé aspirantes caen por sn base las
mas fundadas esperanzas de todos.
Luego
¿qué espe¬ráis,
profesores,
en viie.ítra triste inacción,despnes
-qiieMos.aiiora.alniriuds se encuentren entre vosotros?Da<gráoiada.
jiiventad,
á dondedirigirás tus pasosasino á loi mismos escollos entre que luchan tus mayo¬
res, para aumentar mas y mas
el conflicto
que los apreinial.^i.i■Siltal esnuestro ^ctiiai estado, á qué prolongarla
mas! áqné,tantoapurar el sufrimiento?.,... Sacnda,-
•ruos.d.\
una vez nuestros vicios todos, revivamos para ia'profesión, y sin perder de vistaj'imásquelas.hon¬ras qiieidemos á la facultad honras nuestras serán;
quolas intereses:que le creemos serán nuestros inlé- reses; y que cuanto mas ella se eleve entre las demás
carreras
científicas,
más nos eleva en-la sociedad,Ijiagamps
ponnuestra facultad lo que todohijor bien
nacido por sus
padres: honrémosla, defendámosla
detoda clase de adversarios y procuremos
mejorar
su harto,precaria ccndicion. Parallegar
á esos e.streraossolo
hay
unmedio,
acogerseai abrigo de lasacade-
;mias: en ellas la conducta facultativaacrisolada hon¬
rará:á la ciase; la union sincera y
despojada defin-
terés.particular armas fuertes y
bien templadas
-ce.-derá en su
defensa;
y la razonada y exacta discusión poniendo en relieve ios males ylos
remedios, campo ancho dará á toda ciase de. reformas que,apoyadas
de un voto respetable, harán brotar del
poder
las me¬joras
deque su actual condición essusceptiblei
Y'alosabéis, comprofesores: Barcelonacuenta con una Academia veterinaria animadade losmejores de¬
seos: Madrid cuenta con otra en
ignai sentido;
yam«has están resueltas á abordar las
capitales cuestiones
dé
qué'pende
nuestra futura suerte: óacepl,ais
estascOfpofaclones,
afiliándoos en ellas; ó formaisen,líneadi.sfinta,
creando nuevas academia-s; pero.asi..en uno co.mp en otro caso, tened entendido queha;y„qii,e des¬
truir mucho y que edificar mucho mas, y .qiie
la
obraserá tanto -..uas completa, tanto mas
prontq .iérpruna-
da, cuantos,masen númerotrabajemos
en,ella..
Sotoasí
mejorai'á
nuestra clase,, solo así (irogresaráía Veterinaria,
y solo deesta manera, al ocuparnqestrp pue.'^to en Jas gerarqiiíascieutiücas, podremos
ser atendidosdel gobierno,y merecer bien del..ganaderp
y agricultor y, en una
palabra, de
lapatria.—Anto¬
nio Deu.
Memoria
sobre la cria caballaren ta pro¬vincia
deNavarra;
porD. Manuel Mar¬
tin,^tmíermano de primera clase.
(CONTI.NÜACION.)
11-
Chía del caballo.—Estado depresivo en que se e.ncuentra. Caüsas que lo motivan.
Todos los que han escrito del caballo
español
y en¬salzadosus iiermosas
cualidades,
especialmente para5S0 EL ECO
la guerra,
lo han hecho casi siempre refiriéndose á
las
provincias del raediodia,
por sernaturalmente las
que
siempre han producido los
mashermosos, con
muy pocos
cuidados
porparte de las personas dedi¬
cadas á esta clase de industria.. Así,debia
suceder
porprecision
en unpaís,
cuyoclima
estan benigno y los
alimentos tan
apropósito,
razón porla
que enotros
tiemposteníamos los mejores caballos del' mundo;
peroesta
palabra mejores solo hace relación con res-
pecio á
la
guerra yal lujo
ygailardía qüe un ginele
puede
ostentarcabalgando
en uuode estos. Ayos del
aire,
cOmoíes llamaban
enla antigüedad!,Pero si pa¬
ra estosoficios no tenían
igual;
nosucede .'OSl
: enel
dia, porque
las necesidades
quenosbemos creado son
mayores, y por
consiguiente necesitamonotras clases
de caballos.
De aquí,
el
que yo crea conalgunifundaraento,
queen otras
provincias podrían criarse tan buenos
paraotros usos, como son
los andaluces
paralos
an¬teriormente dichos. Y refinéndomiA esta,
en'ella,
sin
ningún
génerode duda, podrían formarse esce-
lentes para
la
carga ydemás trabajos Vüralès, si consiguiéramos dar
otro sesgoá ios' mèdics,
quelos
criadores emplean en
la actualidad; badéiidoles
en¬tendercon el
ejemplo,
quelos de- què
sevalen,
nosonjdeningún modo adecuados ni
paramejorarla raza
caballar, ni> lo que es mas, paraacrecentar
sus ga¬nancias.
Hay
una porciotide
causas,que" tèndré cui-
'dado deirenumerando, para ver
si puedo
ponerde
maniíiesto el origen
del desp."ecio
que sebácé
eneste
paisde
un ramotanimportante de econoráia rural,
como esla cria del caballo.
No secréa por esto, que
cuando'
apareceaiguno,-
qúe
tiene
unvalor real
para un asodeterminado,
no tienensumointerés enposeerlo; al contrario, cuando
conocen en alguno
superioridad, derraman el
oro paraadquirirlo,
enel convencimiento erróneo
en que están,de
que cuantas \eceshan intentado
ensayos(pero sin 'constancia ni solidez
parala mejora de la
cria
caballar),
otrastantas han visto frustradas sus i
esperanzas,
lil .relato de estas pequeñas observaciones
esmuy
del
caso paradar
unaidea de
que,si hasta
ahora no se lian logrado
las ventajas de
que es sus- 'ceptible
estaprovincia,
por suterreno
yescelentes deseos,
que animan àsushabitantes hácia la cria de
los buenoscaballos, llegará un
dia
en que,adoptando
losmedios que
espondré
segnnhe llegado á
compren¬der, saldrán de sn error y se
dedicarán
con gustoy afición á la mejorade
unariqueza
tannecesaria,
y quesiempre ha llamado
suatencioü.
No
hay duda
que unade las causas
quemas des¬
animan á los labradores 'de esto país para
dedicarse
■ála cria caballar, esla
preocupación
quereina entre
ellos, de queni
suposición topogrática, ni el clima
(}ue les
domina,
esapropósito
paralograr escelentes
caballos; pero,
reflexionando
iiu poco, severá
que en todos los puntos, en queel caballo halla
unaaliraen
-.tacíon conveniente,
puede'vivir:
así que sele
encuen¬tra en los
países frios
ycalientes,
enlos
secos yliú-!
medos; es uno
de los animales
que, comoel
perro,lo
trasporta y
multiplica el .Impibre
eatodos los puntos
•ded'a tierra.
Esta
propiedad del caballo de poder vivir
entodos
los climas con los alimentos variados que se encuen¬
tran en ellos, nospone
de manifiesto la certeza
y se¬guridad de poder criarle
entodos los países bajo la
constitución ó forma que sus
necesidades exijan;
y en confirmación deeste aserto se nos presenta la espe- riencia. En efecto: todos ios dias vemos criar caballoscon buen éxito en comarcas enteramente diferentes las unasde las otras y aun en
aquellas mismas
en que no serecuerda
portradición haber e.x¡stido di¬
cha cria. Yo
podría citar muchos
casos en sii apoyo, pero melimitaré
ánombrar la famosa yeguada de
Benavente, que
murió
conel capricho de
su señor;la
de la
Cartuja del Paular,
que sehalló colocada
en medio de los valles nevados de las montañas de Se¬govia; en
las'montañas de Santander
seencuentran algunos caballos buenos
, porla circunstancia de
traerlos naturales algunos
(vadres andaluces
cuandodeeste país .se
retiran á
sus casas ylos venden
álo.s especuladores de paradas. Los resultados
que sevie¬
ron en la llanada deYitoria, poco antes
de la última
guerra,de la
granparada de caballos estranjeros
que laDiputación forai colocó
enaquel sitio; la famosa yeguada del marqués del Duero' que existe
enla ác-
■tüalidad enel centro de Castilla la
Yieja,
y otros in¬finitos casos que
podria señalar, bastarán
para pro¬bar basta la evidenciaque en todo nuestro suelo se
puedelsacár
unbuen partido de la cria caballar.
' Es cierto quelas localidades ejebcea
unainíluen-
d'iá sobre los animales; pero esta
influencia puede
ser modificada por
lós cuidados del hombre, hás,ta el
puntode
sercasi nula. Es también
un error suponer,que
las' localidadés hablan hecho las diferentes
ra¬zasde caballos queccnqceraos.
Estas han sídq,
tam¬bién formadas por los
cuidados del hombre, rodean¬
do á losanimales de las diferentes influencias queÍes convenían. La
prueba de
estaopinion
es quetodas
las ráza,sactualmente existentes
desaparecerían si
es- tuviésen abandonadas á si mismas durantealgunas generaciones:
puestoqueeste efecto ha denido lugar
en todos los puntos
de España
en queha habido
una negligenciacompleta,
ysobre todo
seob.serva
enlos
caballosamericduos oriundos de nuestros caballos an¬
daluces. Pero lamas conviacenle es que secrian ra¬
zas totaiméntedlferéntes sobre uu mismo suelo y lo¬
cal y
ádn
en unamisma cuadra. El clima,
que es unade'las difereritescausas que
hacen la diversidad de
localidades, esmodillcado totalmente
porel cuidado
del hombre; y
de
estemodo
escomo sehan
propa¬gado los caballos ingleses, formando los mismos tipos
enla América, India,
Nueva-holanda, bajo climas,
comose ve, muy
opuestos.
Meparece
resultar evidentemente probado
conto¬
dos estos hechos, que es
posible criar caballos bajo
todos los climas y en
todos los terrenos. Yo
creo, que lo quellevodicho será siiticiente á
convencernosde
que 63
equivocada la opinion
que setiene enasta
pro--viiíCia respecto
á la cria caballar; pudiendo
asegurarque,
teniendo
encuenta algunas precauciones que son
isiibseouentes á las,.diferentes clases de'terrenos que
la -constituyen,
sepodrían lograr
conalguna ventaja es-
.celentes caballos.
DE LA VETERINARIA. 5.31
Otra de,las causas mas
influyentes
enel desprecio
con que se mira
la
criacaballar,
essin ninguna duda
la de la mula.
Regida
estaprovincia
porleyes
espe¬ciales,
siempre ba sido permitido el
usodel
-garañón.
El haber los labradores llegado á
adquirir
un conoci¬miento
práctico de
quela cria de la muía
es menos costosa y acarrea meno.sincomodidades
quela del caballo; el necesitar
menosalimentos
y mas groseros, y porúltimo
quelos productos del garañón tienen
unasalida mas ventajosa que los
del
caballo, son otros tantos motivos para que loscriadores bagan cubrir
constantementesus yeguas por
el
garañón, ysolo
enaquellos
casosestremos, comode
sumavejez, el
pri¬mer año desu monta y
algun
otroincidente,
como los malos partosdel contrario
etc., es en los que lamonta es al natural:
llegando
á ser talla
aversionen algunos, que pretieren
dejar sin
cubrirsus yeguas, á que lo sean porel caballo. Yesto, que pareceexage¬ración tiene unaespllcacion satisfactoria.
¿Quién
esel poseedor de
una yeguaporaficionado
qua seaálosca¬ballos,que no la eche algarañón cuando su
producto
badetener mas valor al año que el del caballo á los tres?Además, en el estado actualen que seencuentran nuestros caballos, tiene que
darse
la preferencia á las muías parael tiro
ydemás trabajos
que exigenfuer¬
za y
resistencia,
quehaceresque nuestroscaballosnopueden desempeñar. Las
muíasdesempeñan
aquellasocupaciones perfectamente,
sonfuertes,
robustas, muyduras
parael trabaja,
menos delicadas y maspacíficas.
. ;De lo dicho se deduce que,
si
es cierto que consi^dero la cria del ganado mularcomo una de lascausas
principales deldastimoso estado
en que se encuentra la del caballoen esta provincia, lo es en mayor esca¬la la completa ignorancia en que sehallan los labra¬
dores,
del modo dedirigir la
cria del caballo; cuya última circunstancia los ba hecho desconfiar de quepueda obtenerse resultados satisfactorios. Mas repilo
que debe esperarsede su buen, de.seo el que, teórica¬
mente convencidos del error que sustentan, se deter¬
minarán á abordar también la cuestión práctica.
Las verdades demostradas de la cienciason
siempre
tales, á pesar de todas laspreocupaciones;
yhoy
ya no cabeduda acerca de las inmensasventajas
que ia zootecnia viene reportando.' (Se
continuará.)
Del tratamiento del
esguince essápulo humeral.—
Naturalezay
sitio
de las lesiones quecaracteri¬
zan esta
afección.—Investigaciones históricas
sobre los métodos curativos
adoptados
endiver¬
sas
épocas.
Por M.
Delorme,
♦
Veterinario enArles(Bocas del Ródano).
(Conclusion,)
No obstante, estos
procedimientos
nohan sido me¬nos sancionados por la esperiencia.No los be pues-.
lo en práctica
personalmente;
pero creo en sus buer'nos resultados.
He hablado ya
del efecto
queproduce
en la parte enferma elejercicio
con laplata-longa:
en cuanto alsaco mojado en agua
fria,
bé aquí cómo,esplico
su acción;La
vigorosa fricción
hechaprimeramente,
yel vio~
lento
ejercicio
á queel
animal se somete,elevando l^
temperatura y sobrescitando la sensibilidad de la parte enferma, el contacto de un cuerpo
relativa¬
mente muy frió
debe
producir una sensación de as¬tricción bastante dolorosa. Para sustraerse á
ella,
aproxima el anima instintivamente el miembro en¬fermo ai sano, á pesar del dolor que esperimentapor la compresión de las partes interesadas.
Empero,
es¬tas; partes, que
acaban
de sufrir enei
mismo instan¬teuna nuevadistension rioson todavíainvadidas por
la inflamación;
eldolor,pues, esallí vivoenestemomen¬to, y cuando el animal ba conservado por algunas
horas el miembro enfermo en sus
aplomos,
nolecau¬sa
ningún
dolor esta-posición ydesde
entonces laconserva. Asi vuelven todas las partes á sus
posicio¬
nesnaturales, y
la
resolución, favorecida yacelerada
por las aplicaciones
locales,
operándose en este mis¬mo
intervalo,
hacedesaparecer
lacojera
al mismotiempo
quedos demás síntomas del esguince.Como yalo lie dicho antes,
procede
laclaudica¬
ción
directamente,
desde,el origen del mal, de ladis¬tension de las partes y de los fenómenos que acompa¬
ñan á la
inflamacisn;
pero cuando estos fenómenos se han desarrolladogradualmente,
el dolor queresulta,
en la estación normal, de la compresión de las partes
en dondese asienta la inflamación,
obliga
instintiva¬mente al animal á
dirigir
la es'remidadenferma afue¬ra y
adelante,
y én último resultado esta falsa direc¬ción de las
superficies
articulares es.la que entretiene la. claudicaçion y puede aun hacerla permanente.Desde entonces, lodo medio que tiende á colocar el miembro en su línea do aplomo concurre por esto mismo á la reducción del esguince. Tal es el efecto que
atribuyo
ála
aplicación de la traba. El saco mo¬jadoen agua
fría
produceen definitiva el mismo re¬sultado, pero de un modo menos directo y seguro.
Resulta pues
de
esta i'evista sumaria y analítica delos
principales
medios úllimameuleem[)leados
basta aquí en el tratame.ito de los esguinces escápulo-liumerales,
que, no obstante su naturaleza tan diver¬sa, hanllenado poco mas ó menos estos medios, las mismas indicaciuues y
producido al
íiu los mismos efectos. Por lo mismo, me parece evidente quecada
uno de estos
procedimientos
tiene su valorparticular;
pero
concluyo,
porúltimo,
queentreellos laaplicación
déla traba es incontestablemente el mas
simple,
elmas fácil y
el
mas seguro.Finalmente, lo que he dicho de este método de tratamiento bastará, me parece,
si
no para restable¬cerlo por completo,
al
menos parallamar
sobre él la atención de los prácticos. Es- elobjeto
que me be propuestoal redactar
esteescrito.
El tratamiento de los
esguinces escápulo-bumera-
les es un
capítulo
muyimportante de la terapéutica
veterinaria. Así, que r.o faltará quien quiera darse
cuenta de la utilidad práctica
del procedimiento
quepreconizo:
mas enéste estado, aplácese toda discusión
532 '■ EL
puramente
teórioa. Yo he presentado hechos. ¿Tidnen
óno el valor realy absoluto, que
les atribuyo? A la esperiencia'toca
contestar.En esta afección, afortunadamente, los ensayos no
son costosos, ni
difíciles;
nipeligrosos
porningún conceptol,Ensáyese
pues; esel medio mejor
y masseguro,de,dilucidar
yresolver
unacuestiónesclusiva-
raente práctica
(i).
Traducido del Recueil de Médecine velerinaire por
DorümgO;.Hu¡z
yGürizalez.
■Sobre
eírecoïïocmienlo de las
mrnesdes-
, tinadas al
abasto público. Por don Ma¬
nuel
Marún, profesor vetirinario de pri¬
meracíase.
Dos cosas son necesariamente
indispensables, si al
escribir sobreun punto
científico
hade llenarse el
ob- jeto quesé desea: La primera
esprobar
quede
su exámen yde la verdad de
susasertos resulta algún
beneficio á la sociedad; y
la segunda
hacer verla
ne¬cesidad que hay
de
que serealice el pensamiento
quecomo útil y
benéñeicso
se espóne enel escrito. El objeto principal de
estamemoria
estratar
condete¬
nimiento y
réflexion sobre
las carnessaludables é in¬
salubres de los animales de que mas uso
hace el hom¬
bre,
probando
enella los infinitos males
queá la
so - ciedadpueden resultar de
suabandono
yfalta de
re¬vision, y por
consiguiente la necesidad de
que esta se verifique enel
modo yforma indispensables
paraevi¬
tarlos.
Si me
propusiera
esponerminuciosamente todas las
enfermedades que
padecen los animales
que contanta variedadempleamos
en nuestroservicio, además de
vermeobligado á
estendciune demasiado,
yde
queel
conocirniéiito,descripción
yesposicion de
estas en¬fermedades,no es de este lugar, mi memoria seria
mas bien iin tratado
completo de
esta partede
laVe¬
terinaria; por cuya razón, aun
cuando necesitaré
hablar algo
sobre algunos de los padecimientos de
los animales', lo haré solo, y esto sucintamente,de
aque¬llas enfermedades que mas
de lleno pueden afectar
ála
especie
humana,pro¡)agándo-e
ya porel
usode las
carnes, yá por el tacto é
proximidad de los animales,
y
concretándome únicamente al ganado
vacuno,la¬
nar, cabrióy moreno
ó de cerda.
En este supuesto,
sentaré dos proposiciones
que procurarédesenvolver
yprobar
enel
cuerpodel
es¬crito. 1." El perjuicio que á
la humanidad puede
re¬sultar del uso de ciertas carnes, y la
necesidad de
quese-yerilique un reconocimiento
de las
resesvivas
quehayan
dematarse paraespenderse al público. 2." La
necesidad de que solo
las
personasversadas
en la(I) Aquellos (le lüs lectores de El Eco que, poco acos¬
tumbrados á estudiossérios, minuciososyconcienzudos, no lleven ,1bien lapublicación deescritostanpreciososcomoel (¡uéhoy terminamosyel de la, castración de lasvacas por M, PierreCiiarlier, tendrán la bondad dedispensar que no vscluyamos denuestrastareas(leriodísticas lasque constitu¬
yenverdaderos puntoscieniífieos Ha de haber lectura para elhombreescrupulosotambién —L 11.
ECü
ciencia, y
de ningún modo los profanos, intervengan
en dichoreconocimiento, asi como ea cualquiera re¬
vision que hubiere
de
hacerseen las: carnesdespues
de muertas. ■
Con solo enunciar lasdos espresadás
proposioiOnas
basta para probar el
beneficio
que de su exámen y .dilucidaciónpuede
resultar ála sociedad,
y-la nece¬sidad de poner en
planta los medios de realizarlo.
Desde luego entraila
de lleno
en la materia si an¬tes no fuera
indispensable hacer
una reseñade lo
quees el hombre con respecto á
los animales
ylas
razo¬nes porque
debe
atendercuidadosamente
á subuena
conservación, estando destinados áinfinidad
de usos que hoy hanllegado
á ser enla sociedad verdaderas
necesidades; haciendo resaltardei
este modo la utili¬dad del estudio de la Veterinaria.
El elemento
principal
éindispensable
parala
pros¬peridad
nacional es laconservación de la salud públi¬
ca, porque,
si bien
escierto
quela verdadera rique¬
za consisteen su
población,
nolo
es menos quetodas
las
leyes
que tengan porobjeto conservarla
yfacilitar
su aumento son la primera
necesidad, la misma ines¬
timable
prenda de
uncódigo social. De nada le
servirla al hombrela
seguridad
ysosiego
queJa
so¬ciedad le
proporciona, la justicia, la equidad, la li¬
bertad y
la protección
quelas leyes le dispensan, M
carecede los medios necesarios para
libertarse de las
enfermedadesque
le
privande
gozar tanapreciables
bienes. Conociendoesta
innegable verdad, los gobier¬
nosde todas épocas y mas
particularmenie ios de
nuestrosdias, han
colocado
lamedicina humana
en el lugar quele
pertenece, por ocuparsedel
serprivi¬
legiado,
de la naturaleza, con quienninguno de los
demás es comparable.
Echemos
unaojeada
porel
globo que habitamos ylijemos la atención
en un gran número de vivientes: todos son infinitamente inferio¬resá él y
destinados
parasuservicio.
El hombre por
la superioridad de
sntalento
y pol¬la que en
el órden natural
tienesobre lodo lo
sen¬sible se lia
erigido
en señorab-^olnto.y
con sii va¬lor é inteligencia llega á dominar
sin
temorhasta
las bestiasmas feroces,
sirviéndose.de ellas
.según su nece:>idad yantojo. Nada
Imy que nole esté sujeto;
mas, para que
pueda
gozar de. estemundo matfu-ial
¿no necesita cuidar
de
todo cuanto enél lia
encontra¬do?¿ó cree, por ventura,,que porque es
dueño
y se¬ñor de todo no necesita atender á la conservación de los.seres que le son útilescorno á la
de
símismo? Qué
cuadro tan triste presentarla
la naturaiezr si el hom
-bre,
enorgullecido
por susuperioridad
yguiados
porsus instintos naturales, hubiera
descuidado ios
pro¬digiosos
dones que la manobenéfica del Criador
re¬partiócon tanta
profusion
para quesaciase
sus va¬riados
apetitos!
La naturaleza bruta es triste y,sin el
cuidado del nombre,
serijj^un campo de abrojos.
Ungran número da vejetale.s adquieren con
el cul¬
tivo
propiedades
que les hacen un alimento sano para el hombre ylos aty^nales, al
p.aso queabandonados á
la naturaleza se convierten en los venenos mas ac¬
tivos.
Pero los animales domésticos son, sin
di.sputa, de
J-js qué el hombre hace un uso mas frecuente en
las
necesidade.s de la sociedad: debiendo, por tanto,
eui-
DE LA VETERINARIA. 533
dàrcon mayor atención y esmero de sn existencia y
propagación; lo
que por otra parte está esciusivá- mente encomendadoal estudio de la medicina veteri¬naria. Esta cienciaes una rama de la historia nalu- ral que tiene por
objeta la
cpnservacion de la salud de los animalesdomésticos,
la curación de susenfer¬medades y
el
fomento y mejora de sus razas; á estarama va unida la
agricultura,
sin la que nopuede existir.Sentado el
principio de
que lariqueza
de una na¬ción la
constituye
el mayor número de su población y que al aumento de esta riquezacontribuyen
nota¬blemente los animales
domésticos,
vemos que la me¬dicina veterinaria sehace por esta circunstancia tan útil é
indispensable
que sin ella no podria el hombresatisfacer sus mas urgentes atenciones. Efectivamen¬
te, si
desconopieraraos
los medios de.combatir las enfermedades;de los animales y el modo de conservar ymejorar
sus razas, noséncontrariamos,
por unapar¬te, sin los infinitos recursos que eslos prestan á nues¬
tra existencia y regalo, y por otra sin
agricultura,
de lo que resultaria no poder existir tampoco los anima¬les;
pues estas dos ramas están tan intimamente en¬lazadas entresi, que nocabe la una sin la otra.
Las.sustancias que gozan de la propiedad repara¬
dora sellaman
alimentos;
entiéndese portal toda sus¬tancia organizada que
despues
de haber sufrido dife¬rentes preparaciones por elaparato
digestivo,
se con¬vierte en quilo,
formando
porúltimo parte,del
indivi¬duo,
reparando sus pérdidas ycontribuyendo
tambjenalacrecentamiento del mismo en la primera
época
de la vida.,
,, Cadaanimal tiene su alimentó
propio 6
que estásiempre
enTélacióh con su organismo; ios unos sonherbívoros;
cárnivóros losotros; las frutasson el pasto dealgunos;
los peces los insectos y guSanos sirven para nutrir á muchos, y todos demuest.'-an en su es¬tructura la clase de aimentos que les pertenece; em- pero
flores, yerbas, frutas,
raices, carnes,, pescados y aves, todo recrea el paladar del hombre y todo ameniza sus mesas,espléndidas
yvariadas;
en unapalabra,
el género humano no es niherbívoso, nj
carnívoro
esclusivamente,
espolífago
ú omnívoro; suorganización, hallarse,
los diferenteslas diversas situacionesclimas en quereside,
en quelospuedehá¬bitos que puede
adquirir,
los deberessociales,
todo le constituyeun ser à quien precisa unir lá facultad de conformar sus necesidades á su inconstante posiciónsobre el
globo
y al sinnúmero de modificaciones que tiene que sufrirbajo
influenc'as tan diversas. Por eso le vemosfrugívoro
en los países calientes y en medio de una vida sencillay natura!, carnívoro inmediato àIps
polos,polífago
en lospaísestçmplados,
herbívoroen las frescas
campiñas,
voraz y carnicero en las es¬carpadas
montañas,
ictióvoro á la orilla de losmares;alimentándole decereales los
labradores;
dé semillas y animales herbívoros cuando ^.astor; de las ñeras indomables en medio de la caza; de peces, cuando simplepescador;
ó bien reuniendo todas las produc¬ciones del
globo
para ostentar su orgullo y opu¬lencia.
Dicen los naturalistas que hubo una
época
en queel hombre vivía
salvaje
y enestado
denaturaleza,
siendo;berbívoro y
frugívoro,
basta que se reunióensociedad y cambiósus
iaclinaciones,
haciéndole variar de alimento y preferir las carnes á losvejelales.
De- lametbier afirma que el que se alimenta de carnes y bebe licores fermentados tiene mas fuerza y valor que el que se mautiene de carnes y bebe agua, y que suespíritu tiene mas
vigor
y su carácter moral masenergía. La mayor parte de los que se alimentan de carnes, dice también
Yirey, despliegan
masinteligen¬
cia y mas valor, que tímidos y
lentos
herbívoros.Comparando
los pueblos por lasdiferentes
estadísticasse
quiere inferir
que los que comea mucha carne son mas activos que los que viven casi esolusivamente^de de vegetales; pero este cálculo no es tan exacto como á primera vista parece, y tiene muchas escepciones que no es de mi objetoanalizar,
debiéndosé referir mas bien á la ca lidad, abuso y mala calidad de los alimentos.Dejando,
pues, á parte estas cuestiones fliosóficas y morales ydebiéndonos
concretar al uso de las carnesque sirven de alimento al
hombre, esplicaré
lo que se entiende por carne en general yla
acepción en que debe tomarse para elobjeto
de esta memoria.La
palabra
carnesignifica,
,engeneral,
el todo,de
la masa de que,se compcne la mole de un animal:
dividiéndose esta en carne
huesosa, cartilagiao-
sa etc.; pero, aunque todas se consideran como car¬
ne, nuestro objeto es tratar solode la
fibrosa, digá¬
moslo así, comprendiendo en ella, aunque soto para llenar nuestro
propósito,
lasvisceras,
sangre etc.Cada parte del mismo animal tiene distintas pro¬
piedades físicas,
químicas yalimenticias,
segúnlas
funciones que cada unaejerce:
siendoindispensable
para.el conopimieiito práctico de una buena,policiahigiénica,
hacer una esposicion quedistinga física¬
mentecada parte de las que componen la masa total;
mas como todas las carnes son formadas porel
líqui¬
do esencial de la economía , por el que nutre y
ali¬
menta todassos parles, que es la sangre, él animal
qiie mejor'la
tenga, será el que.mejor
carne dé: y siesta se,halla
alterada,
comoliquido,
elemental del or¬ganismo,
todoslos sólidos deben alterarse consecuti¬vamente. Y si no, qué es la
sangre? La
síntesis del organismo, es el centro de asimilación ydesasimila-
ciou; ytoda
molécula que so encuentre en cualquiera de las partes de laorganización,
no puede entrar ni salirde la economía animal sin pasar antes '>or la sangre.Considerada
químicamente, forma por sísola
la
composición
de todos lostejidos,
y no se hallaráningún
puntodel organismo cuyas partes no estenfor¬madas por
ella:
siendo tal la relación intima éinsepa¬
rable que entre sí llenen la sangre y carne de un
animal,
que es escusado probar que todaenfermedad,
que tenga su asiento en la .langi-e ó de cualquiera
manera la altere ó vicie, debe' necesariamente influir
en la calidad Je la carne haciéndola
igualmente
vicio¬sa y mala.
Sentados estos
precedentes,
ysiendo
muchas y va¬riadas las enfermedades que
padecen
los ganados engeneral, aunqueno